Mi hermana Claudia

Una inocente jovencita le pide a su hermano un pequeño favor.

Hace ya 17 años desde que mi padre se casó con Elena. Ella es una persona estupenda, amable y alegre, que supo llenar el vacío que dejó mi madre cuando se marchó. Yo siempre la vi como una figura materna, y ella a mí como a un hijo, esa es la relación que tenemos desde que tengo memoria. Cuando conoció a mi padre, Elena tenía una hija de mi edad, motivo por el cual fuimos criados como hermanos. Mi nombre es Alex y tengo 20 años. Mido 1´77, tengo el pelo largo, rubio y ojos marrones. Mi hermana se llama Claudia, ella mide 1´69, es morena de pelo, ojos marrones muy penetrantes y una sonrisa encantadora. De cuerpo tiene más de lo que se podría desear, busto grande, culo firme, cintura mediana, labios dulces… en fin, muy guapa. Entre ella y yo hay una relación normal, confiamos bastante el uno en el otro y eso es bueno, aunque algunas veces Claudia tiene reacciones muy repentinas. Cuando crees que finalmente la entiendes te da una sorpresa, como cualquier mujer que conozco.

Todo sucedió el invierno pasado. Después de tanto tiempo habían llegado las vacaciones de invierno. Claudia y yo teníamos muchas ganas de ir a algún lado para despejarnos antes de volver a los estudios. Lamentablemente, los tiempos de nuestros padres les impiden tomarse vacaciones de invierno, por lo que parecía imposible hacer algo todos juntos. La única solución que parecía razonable era que fuéramos mi hermana y yo solos. Ellos sabían que podíamos manejarnos solos y que nos cuidaríamos entre sí, así que si más vueltas nos dieron permiso. El lugar al que fuimos lo escogió Claudia. Montañas con nieve, atracciones turísticas y ese tipo de cosas. Los días pasaban volando, no había motivo de pensar en otra cosa que no fuese divertirse y relajarse. Una tarde, mientras veía la televisión en mi habitación Claudia golpeó la puerta y me dijo:

¿Puedo hablar contigo un momento? Es importante.

Si claro, ¿de qué quieres hablar?

Bueno, en realidad es algo privado y más que nada es un pequeño favor.

¿Qué favor?

Hace unas semanas mi novio y yo fuimos a la fiesta de una amiga, cuando volvimos estábamos bastante borrachos y estoy segura de que antes desmayarnos tuvimos… sexo.

Pero eso no es malo, ¿o sí?

Yo era virgen hasta esa misma noche y no me acuerdo como fue, me siento muy mal por eso. Se supone que la primera vez tiene que ser mágica o muy sentimental pero la mía fue un auténtico desastre.

¿Y yo en qué te puedo ayudar?

No te enfades cuando te lo diga, ¿vale?

Cuéntame y ya veré.

El favor es que hagamos el amor.

¡¿Quéeeeeeee?!

¡Tranquilízate por favor, ya es bastante vergonzoso que te lo pida! Mi idea es queso tú lo haces conmigo va a ser como mi primera vez y esta vez si la voy a recordar, ¿entiendes?

Pero, ¿por qué yo?

Porque tú eres la única persona en la que confío. No se lo puedo pedir a mis amigos porque pensarían que soy una puta, y además tú eres mi hermano, se supone que me apoyes en este tipo de cosas, vamos, tampoco va a ser tan malo ¿o no soy guapa para ti?

No es eso, es que no me esperaba que me pidieras esto.

Si haces esto por mi te voy a deber un gran favor, pero no me digas que no porque me rompes el corazón, se bueno y dime que si.

Te voy a decir la verdad, yo no soy virgen, pero tampoco quiere decir que tenga mucha experiencia en esto.

Ya sé que no eres virgen, me lo dijo Sara (mi ex novia) también me dijo que eras muy dulce y apasionado en la cama, las veces que lo hicieron, ¡no me digas que no!

Estaba acorralado, no podía escapar de sus palabras, me daba pena que se sintiera tan mal por perder su virginidad de tal forma. Así todo yo seguía confundido. Ustedes dirán que tonto, una chica tan guapa se le tira a los brazos y el no lo aprovecha... por alguna razón me daban miedo sus palabras, tenía miedo de que me gustase tanto estar con ella como para repetirlo otra vez, no quería terminar así con mi hermana. Pero analicé lo que me dijo nuevamente y supe que si me lo pidió a mí fue porque en verdad no se lo podía pedir a nadie más, eso me dio valor. Entonces le dije:

Esta bien, pero que conste que solo lo hago porque me lo pides, sabes que yo no trataría de hacer nada contigo.

Si ya sé, por eso tú perfecto para esto hermanito - decía mientras me abrazaba fuertemente.

Decidimos esperar a que llegue la noche, como se supone que debe ser. Para que sea más "romántico" puse incienso para suavizar el ambiente, apagué las luces y prendí varias velas, y allí recostado espere pacientemente. Luego de unos minutos llegó Claudia, con una sonrisa en la cara al ver lo que tenía preparado.

Guau, es justo lo que me imaginaba.

Espero que te guste, la verdad es que no se me ocurrió otra cosa mejor y más innovador...

Pero así es perfecto, de verdad, no esperaba que te tomaras tantas molestias.

Yo solamente quiero que la pases bien, porque esta es tu noche, olvídate de lo demás.

Estaba muy nervioso aunque trataba de mostrarme firme, ya que Claudia se veía más hermosa que de costumbre. Tenía puesta una camiseta celeste y un pantalón negro. También se había maquillado muy bien, los labios de color rosa, los párpados con brillo y las cejas delineadas. En verdad parecía iluminada, y yo allí haciéndome cada vez más pequeño ante su presencia. Como pude me levanté de la cama y me acerqué a ella para abrazarla y darle un suave beso, mi hermanita seguía mirándome y noté que también estaba nerviosa, quizás más que yo. Cerré mis ojos y deposite mis labios en los suyos mientras que la tomaba por la cintura (dicen que sí das un beso de esa forma significa que amas demasiado para dejarla ir.). Poco a poco fuimos soltándonos, entregándonos el uno al otro por así decirlo. Sus brazos comenzaron a rodear mi cuello mientras que su cuerpo se pagaba más al mío, también así sus labios. Nos fuimos acercando a la cama sin dejar de besarnos, Claudia me tomaba de la cara para que no la suelte. Suavemente la deposité sobre nuestro lecho casi preparado para darle placer. Claudia se dio cuenta de lo que iba a hacer y se mordió suavemente el labio para mostrarme que tenía apetito de aquello. Besé su cuello al mismo tiempo que ella suspiraba y gemía por lo bajo

Espera un segundo - me dijo - me voy a poner más cómoda.

Rápidamente se quitó la camiseta que tenía puesta y dejó libre sus pechos, perfectamente erguidos y con aureolas grandes. Luego se quitó el pantalón y la bombacha que llevaba, mostrándome también su vulva que estaba ya bastante colorada.

Vale, sigue guapo... - me indicó cariñosamente.

Me recosté sobre ella nuevamente y le besé sus pezones, uno y otro, muchas veces, enseguida los puse dentro de mi boca y le pase lengua por todo alrededor. Percibía claramente como se endurecían entre mis labios, era algo muy placentero para saber que una mujer disfrutaba por lo que yo hacía. Seguí bajando por su estómago hasta que llegué a su vagina, la miré a los ojos y ella me miró mostrando en su cara las ganas que tenía de sentir mi lengua en su parte más privada. Me acerqué casi temblando a su clítoris y lo toqué apenas, luego me retiré. Claudia me miró y me dijo:

No me hagas esperar más, hazlo de una vez que me muero de ganas...

Pasé mi lengua por su ano y fui subiendo hasta que llegué a sus labios vaginales, entonces lo recorrí por su alrededor una y otra vez, en círculos. Claudia gemía cada vez más fuerte y se retorcía como tratando de escaparse

Ahhh ahhh mmmmm nooooo aaaahhhh si, así sigue chupándomeeeee...

Aumenté la velocidad que llevaba, cada vez más rápido solo que esta vez metí mi lengua más adentro, chupando también su cavidad. Claudia ya no podía resistir más tiempo, se notaba que estaba por terminar, las palabras salían de su boca sin control.

¡¡¡Méteme la lengua!!! ¡¡¡Más fuerte, más fuerte!!! ¡¡Quéeee buenoooo!!

Cuando advertí que estaba llegando el orgasmo quise retirar mi cara para ver como salía, pero ella no me lo permitió. Tomó mi cabeza con sus manos y la apretó más a su abertura mientras que me decía.

Espera mi vida... sigue chupándome mientras acabooooo...

Los líquidos que salieron inundaron mi cara y mi boca. El sabor que tenía no era del todo gustoso, pero por la situación me pareció que no podía ser mejor. Fueron sólo unos minutos en que duró la eyaculación de Claudia, pero a mí me pareció una eternidad, eternidad que disfruté mucho estando en esa privilegiada posición. Cuando finalmente se vació por completo pude retirar mi cara de allí para ver el pequeño charco que había dejado en las sábanas y alrededor de su vagina. Ella se recostó con los ojos cerrados y se tomó la cabeza respirando hondo. Descansó por un minuto mientras que yo seguía admirando su cuerpo casi perfecto.

Perdona si fui algo ruda - me dijo algo más relajada - lo que pasó fue que sentí tanto gusto que perdí la razón, perdóname.

No tienes porque pedir perdón, esa fue una situación de lo más normal

Sabes que me hiciste gozar como no tienes idea con tu lengua, no se como aprendiste pero lo haces muy bien, me encantó.

Parece que si te encantó, por lo que quedó allí - dije señalando lo que había dejado en la cama.

Ay si, siempre que tengo un orgasmo me sale mucho fluido, jeje. Bueno, tú hiciste algo por mí y ahora me toca hacer algo por ti.

Entonces se sentó en la cama y se acercó a mí mirando directo a mi paquete. Luego soltó el cinturón y bajó mis pantalones. Mi pene por supuesto ya estaba erguido dentro de mi prenda interior, Claudia lo palpó con su mano y yo instintivamente me corrí hacia atrás, ella me agarró por la cola y me atrajo hacia su cara.

Tranquilo, no te la voy a morder - me dijo sonriente - vaya, parece que es grande, ¿no crees?

A mí me parece mas bien normal - respondí tratando de estar tranquilo.

A mí me parece hermosa. Sabes, hace un tiempo vi en una película porno algo que me llamó la atención y me gustaría, si tú quieres, probarlo, ¿Qué me dices?

¿Qué fue lo que viste?

Bueno, una actriz le estaba chupando el pene a un tipo por sobre el calzoncillo, y él al rato tiró toda su leche, eso me pareció raro ya que estaba el pantaloncito por delante.

Entonces ¿tú de verdad quieres chupármela?

¡¡Por supuesto!! ¿te animas? - me preguntó divertidamente.

Ssi, si, si tú quieres...

Ay, sí que quiero tonto, es lo menos que puedo hacer. Acuéstate en la cama así estamos más cómodos.

Tímidamente, tímida y alegremente, me recosté a su lado. Claudia me sugirió que abriera mis piernas para que tuviese más espacio, así que hice caso. Allí estaba yo, entregado a mi hermosa hermana, complaciendo cada uno de sus deseos que al parecer también eran mis deseos. Primero acomodó mi pito para que quedase con la punta sobresaliente. Sus manos se sentían muy suaves al tacto, cosa que le hice saber. Pronto pasó su lengua por sobre sus comisuras y se dispuso a darle un beso a mi pene. Luego le dio otro, y otro, bajo a la altura de mis testículos y deslizó su lengua sobre ellos (aunque tenía puesto mi ropa interior podía sentir claramente sus movimientos.). Empezó a subir sin dejar de posar su lengua en mi miembro hasta que finalmente llegó a la cabeza, más dura que nunca. Puso sus labios allí y lo succionó rápidamente. Yo sentí demasiado placer y trate de zafarme como lo había hacho ella, pero Claudia me tomó de las piernas y no me dejó mover. Nuevamente succionó mi pene y pasó su lengua por el glande, más de una vez. Como no podía metérselo en la boca, se limitaba a lamer la zona más placentera que tenemos los hombres, como si estuviese tomando un helado. Soporté todo lo que pude para no escurrirme tan pronto, tratando de pensar en otras cosas, pero al final me deje llevar por su suave tacto.

¡¡Ya acabo Claudia, no tarda en salir...!!

Ella escuchó claramente mis palabras pero siguió como si nada. Se lo dije nuevamente porque no quería ningún percance, pero seguía sin hacerme caso. En aquel tiempo sucedió lo inevitable, no pude aguantar más y me agoté fuertemente. El semen salía a chorros, chocando contra la tela, ensuciándola. Claudia relamía el semen que pasaba hacia afuera, no estoy seguro si quería probar el sabor o lo hacía inconscientemente. Cuando termine de eyacular ella se apartó de mí, me observó y me dijo:

¿Te gustó o no?

Muuucho - conteste.

Parecía que no terminabas, ¡fue bonito! a ver, déjame sacarte eso que está bastante sucio.

Mi hermana me quitó el calzoncillo y lo tiró al piso. Miró mi pene que estaba semiduro y me dijo:

¿Cuánto tiempo tardas en ponerte duro de nuevo?

Su pregunta me hizo gracia, le conteste

Depende, después de un orgasmo se pierde bastante energía, pero si hay ganas no tarda mucho en ponerse duro de nuevo.

Y tú, todavía tienes ganas, ¿no?

Por supuesto que si, esta noche voy a hacer lo posible para que estés contenta.

Ay, que tierno que eres, yo sabía que no me había equivocado en pedirte esto, además la estamos pasando bien, ¿no?

Al principio no quería admitirlo pero estar así contigo es diferente, placentero.

Pienso lo mismo.

Al momento se puso sobre mí y me dio un beso en la boca, diferente al primero. Este beso era más fuerte, más morboso y con muchos ganas, esta vez su lengua se juntó a la mía en ese baile conocido. Claudia se separó de mis labios para dedicarse exclusivamente a mi pene. Lo tomó por la punta y comenzó a acariciarlo hasta que logró ponerlo duro de nuevo. Instintivamente lo agarró con las dos manos y empezó a masturbarme rápidamente, con mucha fuerza, luego lento y suave, luego rápido otra vez.

¿Te gusta esto hermanito? Dime que te gusta - murmuraba levemente.

Si, me gusta mucho.

¿Te la puedo chupar de nuevo?

Claro.

Sin más Claudia se llevó mi tronco a su boca. Su boca era suave, demasiado suave, tanto que me sentía egoísta por sentir semejante placer yo solo. Repentinamente puso las manos en su cola, para usar solo su boca. Movía su cabeza de arriba hacia abajo, para los costados, al minuto lo dejaba libre para pasar su lengua por toda su longitud y enseguida lo tomaba por la cabeza y comenzaba el juego de nuevo, así estuvo un rato largo. Cuando se cansó de esa travesura puso una de sus manos sobre mis testículos y comenzó a masajearlos dulcemente, sin dejar de chupar la cabeza de mi pene. ¡Ah! era algo fuera de este mundo, no sabía si mi hermana tenía experiencia en eso o era puro talento. Claudia chupaba mi pene sin descanso, lo dejaba libre para escupirlo, pasaba su lengua por la punta e inmediatamente lo metía de nuevo en su boca. De improviso se detuvo y me dijo:

Parece que ya está bastante dura, ¿no?

Me parece que no puede estar más dura, ¿Quieres hacerlo ahora?

Te confieso que estoy muy exaltada, pero si no cogemos ahora, no lo hacemos nunca más.

Espera que busco un preservativo en el cajón - le dije.

¡No! - gritó - quiero que sea natural, quiero sentirlo completamente.

¿Pero que pasa si quedas embarazada? con eso no se juega.

No puedo quedar embarazada porque no estoy en mis días fértiles, así que no te preocupes por eso, además va a ser más placentero.

Ya se pero, ¿estás segura?

Si, estoy segura, anda ven... creo que ya es hora de calzármela.

Espera. Sería mejor si tú te pones sobre mí, así manejas mejor la situación - le sugerí.

Esta bien. Siempre estás pensando en mí.

Apresuradamente me recosté sobre la cama, mientras que Claudia se ponía sobre mí con las piernas abiertas. Yo tomé sus nalgas y la sostuve para que ella colocara mi pene en posición. Cuando lo sostuvo firmemente, me pidió que quite mis manos para poder moverse con más libertad. Primero rozó mi pene contra su monte de venus, y así lo fue llevando a destino. Lentamente se fue sentando sobre mí hasta que lo tuvo todo dentro.

Uuyyyy... que bien se siente hermanito - me susurró - esto es lo que necesitaba, justo lo que necesitaba.

Sin esperar mucho tiempo comenzó a moverse, mirándome a los ojos y luego a su vagina, para ver como me tenía dentro de ella. Con una mano se tocaba una de sus tetas y se acariciaba el pezón, mientras que con la otra se apoyaba en mi pecho. Su orificio era caliente, húmedo, parecía perfecto porque apretaba lo suficiente y resbalaba constantemente.

¡Qué dura que está Alex! no lo puedo creer... - decía cada vez más fuerte - ¡¡si así más... más...mmmm!!

Creo que habremos estado aproximadamente 10 minutos haciendo esa viveza cuando llegó el momento que ambos estábamos esperando. Mi hermana me decía con fuerza:

¡¡Ay Dios mío, voy a acabar, ayyyy me haces acabaaaaar!!!

Claudia empezó a cabalgarme más fuerte, mientras que gritaba como poseída. Yo tampoco pude resistir más tiempo, solo sentí que el orgasmo se aproximaba y nada podía hacer. Entonces a ambos nos salto fuertemente, como nunca hubiese imaginado. Yo la tomé por su cintura y comencé a moverme para sacar el máximo goce posible, ella cerró los ojos y puso las manos sobre el respaldo de la cama. Entonces aproveché a besarla en la boca, así ahogamos ambos nuestros gemidos de placer que parecían infinitos. Claudia cayó rendida sobre mi cuerpo, apoyando su cabeza en mi pecho. Luego de unos minutos, cuando estábamos más tranquilos me dijo:

No puedo creer que lo haya pasado tan bien, realmente eres el mejor hermano del mundo, gracias por esto.

Me alegra que te haya gustado.

Si yo no fuese tu hermanita, ¿saldrías conmigo?

Claro que sí, eres muy guapa, cualquiera que fuese tu novio sería muy afortunado.

Ay, muchas gracias Alex por tus elogios y por todo lo que hiciste hoy por mí. La verdad es que no esperaba tanto, te quiero mucho.

Y así como si nada se fue de mi habitación. Esa es mi hermana, que a veces tenía las reacciones más inesperadas y repentinas, cuando crees que finalmente la entendiste te toma de sorpresa.