Mi gusto por las jovencitas

Un apacible ejecutivo entra en contacto con un grupo de jovenes gogos por casualidad y comienza una vertiginosa existencia dedicada al sexo con jovenes.

Soy un hombre normal, dentro de un orden, entrado en la cuarentena, en forma, infiel (como casi todos) y con una posición social y económica desahogada. Trabajo en el área comercial de una gran empresa y fue gracias a un encargo por motivos laborales que se me abrió un mundo de vicio y morbo y desarrollé mi afición por jóvenes y lolitas.

Me tocó organizar una convención de directivos de la empresa, nuestra propuesta pareció gustar a los jefes pero me sugirieron que al programa propuesto sumáramos una fiesta de clausura y nos dieron pistas. Se debía de celebrar en una discoteca prestigiosa, cerrada ex profeso para la fiesta, aceptarían de buen grado que la animación fuera subida de tono siempre que no se perdiera el buen gusto y que no tuviera tintes machistas ya que casi la mitad de las asistentes, empleadas y proveedoras de la empresa, eran de sexo femenino.

Ni que decir tiene que mi empresa es bastante seria y formal pero que todo es pura fachada, a la hora de ganar pasta mis jefes, como casi todos, son capaces de lo que sea, comoquiera que tuve una juventud viajera y bastante agitada, hasta que me casé, y soy el que arrastra el sambenito de golferas y liberal dentro de la plantilla era el candidato idóneo para organizar el sarao, al menos así me lo comunicó mi jefe cuando me endosó el encargo.

Si algo me caracteriza en el trabajo es aplicar, en la medida de lo posible, la máxima eficacia con el mínimo esfuerzo así que cuando recibí el encargo lo tuve claro, dado que el presupuesto para la celebración era bastante holgado me puse en contacto con un amigo que gerencia una empresa de espectáculos y le subcontraté la producción con lo que mi papel se redujo a decidir cuales eran las animaciones mas apropiadas y a ganarme una suculenta comisión. Así funcionan las cosas en el mundo civilizado.

Tras una serie de llamadas a Tony, el amiguete de la agencia de espectáculos, y tras consultar con algunos de los responsables de la empresa me reuní con el para cerrar el programa, Nada de otro mundo, un artista bastante conocido ofrecería una actuación privada a precio de actuación multitudinaria, continuaría un humorista procaz y la fiesta seguiría para acabar con un cotizado dj radiofónico y un grupo de gogos hasta que el cuerpo de los ejecutivos aguantara, todo regado con una generosa barra libre de primeras marcas.

Estaba sentado con Tony, cerrando el tema y recordando viejas aventuras cuando me hizo una pregunta que me dejó totalmente descolocado:

-¿Las gogos las quieres de las que bailan o de las que la chupan?

Sonrió al ver mi cara estupefacta de perfecto gilipollas, reconozco que el mundo de la noche hace años que me es absolutamente ajeno, que llevo una vida tranquila y que si me acuesto tarde es por alguna jarana o fiesta casera, no por frecuentar los antros de moda.

-Explícame cual es la diferencia –casi le exigí

-Bueno tenemos chicos y chicas que llegan, bailan en tres sesiones de 20 minutos, cobran y desaparecen, es lo habitual pero ahora tenemos un grupo de chicas muy jóvenes y de buena familia que bailan por pura afición y ganas de desmadre, preparan un show con vestuario diseñado ad hoc, se insinúan como todas pero no se van cuando cobran sino que se quedan en la fiesta y alternan con el publico, eso si, no te vayas a equivocar, no son putas, no follan por dinero ni aguantan babosos. Follan con quien les da la gana y si les da la gana. Es mas para ellas el dinero es secundario, lo que ganan lo gastan en el vestuario y algunos caprichitos así que tu decides.

-El instinto me dice que elija las que la chupan pero el sentido común me pide lo contrario, no se, ¿tu que me aconsejas?

-Si quieres puedo citar a Nuria, la representante de las chicas, la conoces, te enseña su book y si te interesa pactas con ella el tipo de show. Así la conoces y veras que no muerde, a ver si te pone un poco al día que me dejas perplejo, sabiendo quien has sido y las fiestas que te has pegado me resulta extraño verte ahora de apacible ejecutivo que vive de las rentas.

-No es para tanto hombre, tan descolocado no estoy –pero el y yo sabíamos que tenia razón.

Al día siguiente acudí de nuevo al despacho de mi amigo y allí me esperaba en compañía de la chica que portaba en sus brazos un grueso volumen encuadernado, el book de su grupo de baile.

Sentada no me llamó mucho la atención, de hecho su cara no era lo que se dice bonita, diríamos que era un poco picassiana, poliedrica, nariz grande contrastando con unos impresionantes ojos verdes y labios finos, piel muy blanca. Cuando se levantó para las presentaciones el panorama cambió, delgada con curvas, vestía unos jeans de Valentino, botas y una camiseta blanca con un corazón dorado de Dior que a duras penas ocultaban un impresionante par de tetas puntiagudas que parecían querer desprenderse de su cuerpo y salir, cual cohetes, disparadas a Marte o la Luna. No suelo tratar con jóvenes habitualmente, mis dos hijos son pequeños y no se exactamente como dirigirme a una chica de veinte años, para colmo, por mucho que intentaba evitarlo, mi mirada siempre acababa dirigiéndose al impresionante escote de Nuria.

Me enseñó el book, me explicó el desarrollo del show y todo transcurrió con normalidad hasta que cerramos el acuerdo, miento, no todo era normal, en su mirada veía el destello vicioso que he observado en las esposas de algunos vecinos y compañeros de trabajo a las que me he terminado follando pero ni que decir tiene que todas ellas, al menos, doblan la edad de Nuria, por lo que al margen del morbo y el calentón del momento no tomé ningún tipo de iniciativa ni hice comentario alguno que pudiera dar a entender que tenia interés en ella. Cerramos la operación de forma interesante para todas las partes y cuando me despedía Tony me preguntó si seguía viviendo por la misma zona de la ciudad, a lo que le respondí afirmativamente.

-Pues entonces si no te importa acerca a Nuria hasta la plaza............ que prácticamente te pilla de camino, yo es que voy justo en dirección contraria –me dijo guiñando un ojo

Tener a la chica junto a mi en el coche me inquietaba, su perfil era tremendo, resaltaba su gran nariz y sus grandisimas tetas, ambas cosas me daban un morbo que te mueres. Arranqué y salto el cd del coche, comenzó a sonar la bossa de Astrud Gilberto y Stan Getz.

-Un poco antigua pero bastante buena –dijo refiriéndose a la música –a mi la música brasilera me pone cachonda. ¿Te importa que fume?

-En absoluto- respondí

No me di cuenta hasta que me llegó el olor, Nuria se había encendido un porro de aromático hashish, me resultaba familiar de mis tiempos locos aunque hacia años que lo dejé, a tenor de cómo olía aquel porro el material era de primera calidad.

-¿Quieres? –me preguntó acercándome el pitillo.

Acepté para no parecerle mas carca de lo que ya debía de parecerle, pegue dos caladas profundas y el efecto fue inmediato, sin duda era buen material lo que fumaba la chica, genuino y fresco polen marrocano. Si a ella la música brasilera la ponía cachonda a mi me puso cachondo el colocón y el evidente poderío de su delantera, una erección súbita inquietó mi entrepierna. Cuando llegamos al lugar donde se bajaba y mientras nos despedíamos con un beso Nuria llevo su mano a mi paquete notando su entereza y me dijo:

-¡Joder macho estas como un burro! Así no puedo dejarte, aparca un momento junto a los arboles de aquel parque –mientras me hablaba me sobaba la verga.

Preso del nerviosismo y la excitación seguí su indicación, no había apagado el motor cuando Nuria había sacado mi polla de su claustro y la pajeaba con maestría, sus dedos finos la apresaban con decisión, soltó mi polla para desabrocharse el sujetador, se agacho y comenzó a chuparme la verga. La gente pasaba por la acera a unos veinte metros y yo disimulaba con cara de culpable delincuente mientras la chica mamaba como una diosa, el tacto de sus tetas era increíble, duras como piedras, con un pezón erecto y durisimo, su habilidad mamaria resultó extraordinaria, con apenas veinte años cumplidos dejaba a la altura de una principiante a las experimentadas damas maduras que tuvieron la gentileza de cederme sus favores. Solo saco mi polla de su boca para decirme:

-Tienes una polla muy bonita – y volvió a tragársela entera, sentía sus dientes presionando suave la raíz de mi polla y el calor de su garganta en el capullo. Sinceramente, hacia tiempo que no experimentaba esa sensación de riesgo y morbo, mi corrida fue rápida y abundante. Un corridón con todas las de la ley.

Nuria se limpio la boca con un pañuelo y lamió la punta de mi verga hasta dejarla limpia y brillante. Se incorporó, me dio un piquito y salió del coche:

-Eres el primer madurito al que se la chupo y me ha gustado –dijo a modo de despedida, dejándome con cara de viejo verde estupefacto y los pantalones bajados. Estuve cinco minutos mirando el volante, recuperándome y digiriendo una sensación tan intensa, tan morbosa, tan de puta madre.

De vuelta a casa las ideas bullían en mi mente y la erección me acompañaba de nuevo. Ni asomo de arrepentimiento y mala conciencia por haber sido infiel, una vez mas, a mi esposa, recordar los finos labios de Nuria adhiriéndose a mi capullo me erizaba hasta el vello del cogote. El venenillo de la lujuria adolescente me había invadido, miraba a las chicas que cruzaban el paso de cebra y las miraba de otra forma, como mujeres, prestándoles una atención nueva e inédita.

La convención fue un éxito y la fiesta de clausura un exitoso desmadre. Las seis bailarinas y dos bailarines del grupo de Nuria me saludaron como si me conocieran de toda la vida, una de ellas se refirió a mi como el madurito de la polla sabrosa y me descolocó, Nuria le quito importancia al tema guiñándome un ojo. La atención que las jovencitas me deparaban no pasó desapercibida a mis aburridos compañeros que me proclamaban como el triunfador de la noche ni a mis compañeras, algunas que no me habían hecho ni puto caso hasta el momento hasta tontearon y flirtearon conmigo. Las tías son así de jodidas. Aunque los comentarios y miradas de las chicas, especialmente de Paula, la que bromeó sobre el sabor de mi polla, eran muy prometedores no era el ambiente propicio, demasiados miradas pendientes. El grupo terminó su trabajo y ya vestidas de calle tomaron una copa como un invitado mas, aguantando el acoso de todos los babosos a los que el alcohol les proporcionaba el arrojo del que carecen en su vida cotidiana y yéndose de la fiesta gradualmente. Al final solo quedaron Nuria y Paula que me pidieron que las acercara a su casa, a lo que fui incapaz de negarme. Eran las cinco de la madrugada.

En el coche Nuria se sentó junto a mi y Paula detrás. No he descrito a Paula pero si os digo que es un bellezon me quedo corto, casi uno ochenta, morena guapisima, ojos negros, proporcionada, pechos normales de tamaño, perfectos en su redondez y un culo de impresión. Su sonrisa iluminaría una ciudad.

Bromearon sobre lo tenso que iba, Paula masajeaba mi cuello y espalda mientras conducía, no me relajaba lo mas mínimo, la tensión continuaba, no solo continuaba, en mi polla aumentaba desmesuradamente. Nuria llevo su mano a mi paquete y lo sobaba mientras hacia comentarios intrascendentes y bromas para que me concentrara en la conducción del auto, cosa harto imposible.

Al llegar a su casa me hicieron la típica invitación que ningún hombre morboso desecha aunque se juegue el matrimonio, la vida y la bolsa:

-Sube a tomarte una copa. No te arrepentirás.

En el apartamento, coqueto y bien decorado, mi nerviosismo era notorio, si difícilmente era capaz de barajarme con una jovencita, con dos es que no sabia ni preveía cual podía ser el curso de los acontecimientos, teniendo en cuenta que la iniciativa había sido de ellas en todo momento intenté calmarme y dejar que las cosas siguieran su curso. Tomamos una copa y fumamos un par de porros, Paula saco una pequeña bolsa de cocaína y se hizo unas rayas, el familiar pero ya casi olvidado sabor amargo del veneno boliviano invadió mi garganta. Nuria, sentada junto a mi en el sofá acariciaba mi espalda y mi cogote, me volví hacia ella, la abracé y la bese rico, su boca sabia a chicle de fruta ácida, el tacto de sus tetas sobre la camiseta era impresionante.

-Hey que yo también quiero –dijo Paula sentándose al otro lado del sofá. Acariciándome y acariciando a su amiga, cuando ambas se dieron a diez centímetros de mis narices un morreo impresionante lo tuve claro, aquí todo vale, mi polla también lo tuvo claro, estaba dura como una piedra. Como pudimos me desnudaron y las desnudé, impresionante las chicas en pelotas, dos cuerpos de infarto, mas curvas y atributos para Nuria pero una belleza y una clase sin igual se reflejaba en la desnudez de Paula. Un autentico monumento.

Entramos desnudos en la habitación y nos tumbamos en la cama, las caricias, los besos se hicieron mas intensos, calientes y morbosos, chupe sus tetas gloriosas y mientras ellas abrazadas se besaban me bajé al pilón, mis labios atacaron sin cuartel el coño de Paula, un coño excepcional, hermoso, totalmente depilado, de labios abultados, de clítoris visible, que me regalo su néctar de dioses a la que mi lengua lo rozó, mientras con los dedos trabajaba la hendidura de Nuria que también fue generosa donándome su humedad, mis labios viajaban, con un giro de mi cabeza, de coño a coño, el aroma era espectacular, magnifico, olor a hembra y perfume caro. El olor del triunfo. El nerviosismo había desaparecido, la batalla estaba clara y mi único objetivo era no rendirme demasiado rápido, consciente de que la rendición seria inevitable. Cuando Paula me puso boca arriba, se colocó sobre mi, mirándome a los ojos, tomo mi polla con la mano, la orientó por el camino correcto y comenzó a dejarse caer hasta empalarse toda fui consciente que nunca había estado tan caliente y tan excitado. Tenia sobre mi, montándome, a una diosa mientras Nuria chupaba mis tetillas. Paula me cabalgaba sinuosamente, dibujando círculos con su coño sobre mi verga, echándose hacia atrás para penetrarse profundamente y estimulándose el clítoris sin complejo, el coño de Nuria, también totalmente depilado estaba sobre mi cara, invitando, abrí sus labios y pasee mi lengua por toda la raja, penetrando en su vagina y deteniéndome en su clítoris que lamí y chupe con fruición. Cambie un plano general de una diosa follandome por un primerisimo plano de un coño húmedo y dispuesto y me deje hacer. Nuria restregaba toda su almeja en mi rostro, podía sentir su néctar perfumando, con esencia pura de sexo, mi cara, mientras Paula contraía su vagina como si quisiera ordeñar mi verga para levantarse hasta casi sacar mi polla de su coño y dejarse caer empalándose hasta las entrañas, cuando Nuria notó que la presión de su coño en mi boca casi me impedía respirar propuso cambiar de posición, lo agradecí.

Nuria se tumbo boca arriba en la cama con las piernas bien abiertas, Paula sobre ella comenzó a comerle el coño, su impresionante trasero levantado contoneándose disipó mis dudas sobre la posición a adoptar. La visión era increíble, demoledora, me dolía la polla de dura que la tenia, un perfecto culo, redondo, respingón, moreno, y entre sus idolatradas nalgas su excelso coño invitaba a la penetración. De pie, tras ella, apunte la verga entre los labios de su concha y procedí a penetrarla, sin contemplaciones, mientras le palmeaba las nalgas y Nuria la alentaba:

-¡Come coño cabrona! ¡Bebete mi sopita!

Los gemidos de Paula quedaban atenuados por el coño de Nuria pero las señales de su orgasmo eran evidentes, mis pelotas estaban empantanadas de flujo, note su abundante corrida lubricando mi verga. Sudaba como un cosaco. De un empujón se la encaje bien duro, hasta las pelotas y espere pacientemente a que la chica se recuperara.

Nuria tomo la cara de su amiga y le dio un beso de lengua cuya visión hizo que mi polla vibrara en el interior de Paula:

-¡Que guapa y como te brillan los ojos cuando tienes una polla bien metida! –le dijo Nuria

Eran las seis de la madrugada, me importaba un carajo que mi dulce esposa esperara mi llegada a casa o estuviera dormida como es habitual. De allí no me iba ni a tiros.

Nuria me guiñó un ojo, permanecía boca arriba con las piernas abiertas:

-Esas pelotas morenas están llenas de leche y mi coño la quiere.

Me situe entre sus piernas, la penetré y comencé a bombear verga en su concha, me gustó la sensación de penetrar a Nuria, hay coños acogedores, estrechos y elásticos, magníficos anfitriones para la verga, ese era su caso. Recuperada de su orgasmo Paula acariciaba mi espalda y me alentaba en la follada a su amiga:

-¡Empuja fuerte campeón! ¡follate bien a esta guarra! ¡mira que cara de zorra que pone! ¡se esta corriendo viva! –decía mientras apretaba y pellizcaba los pezones de su amiga, que apretaba mi verga con su concha cada vez que Paula la pellizcaba. La morena no paraba de soltar groserías y obscenidades por su linda boca, que me tenían al borde del colapso, cuando dejó de atender las tetas de su amiga, lubrico sus dedos con su propio zumo, introduciéndolos en su coño, y empezó a jugar con uno de sus dedos en la entrada de esfínter perdí el control de la situación, embestí con todas mis fuerzas a Nuria y me deje ir con los ojos en blanco. En mi vida, insisto, en mi vida, tuve una corrida tan intensa, tan morbosa como esa. El dedo de Paula perforaba mi trasero estimulándolo, las contracciones de mi corrida eran mas intensas que nunca, casi dolorosa. Paroxismo sexual en estado puro.

Nuria me desmontó, estaba como un boxeador sonado, recuperándome de tanta sensación intensa, cuando le dijo a su amiga:

-¿La quieres probar?

Paula no se hizo de rogar, en un segundo su rostro estaba a la altura del coño de Paula y su lengua hurgaba en su hendidura libando toda la leche de su corrida. Cuando le dejo el coño reluciente a su amiga se volvió hacia a mi, me tomo del cuello y me besó invadiendo mi boca con su lengua, el beso sabia a leche de polla, coño y saliva y aunque en un principio me causó un poco de repulsión sus efectos fueron devastadores, mi polla, recién eyaculada, latía dura y traviesa, de nuevo, entre mis piernas.

Una extraña vorágine me invadió, no pensaba en nada, solo el deseo actuaba, acariciarlas, tocarlas, besarlas, lamerlas, sin planearlo acabamos formando un triángulo en la inmensa cama, yo comía el coño de Paula, Paula comía el coño de Nuria y Nuria mamaba polla, entramos en una especie de trance tranquilo y animal, dejándonos llevar por el vicio, por el placer, los exquisitos jugos de Paula manaban de su coño alimentándome mientras Nuria apretaba sus piernas aprisionando la cabeza de su amiga aplicandose en su mamada, en su estilo, magistral. Una luz se encendió en mi cerebro, decidí devolverle el favor a Paula lubricando mis dedos con la humedad de su coño e iniciando la penetración de su trasero con el índice, la respuesta de la chica fue explosiva, apretó aun mas mi cabeza entre sus piernas, soltó un gemido ronco y una catarata de flujo vaginal inundo mi boca. Pero esta vez no tuve piedad, no la dejé que se recuperara, seguí lamiendo su clítoris y penetrando su culito que ya aceptaba dos dedos.

-¡Has dado con su punto débil! El agujero negro que abre el grifo de su coño. ¡Métesela!

-¿Cómo?

-¡Por el culo so tonto! Se vuelve loca cuando la follan por atrás mientras le como el chochito.

Deshicimos el triángulo y las chicas comenzaron a trabajarse un 69, Paula arriba levantaba su trasero incitándome a que la enculara, la invitación fué ineludible cuando Nuria abrió las nalgas de su amiga y ordenó:

-¡Métesela toda!

Mi polla parecía querer escaparse de mi cuerpo, era la dueña y señora de mis actos, su cabeza penetraba triunfante, plena, en el oscuro receptáculo de la joven, ni un ademan de dolor, animado por Nuria se la metí sin concesiones, sin animo de dañarla pero sin interrumpir en ningún momento la lenta penetración hasta que se la tuve encajada hasta las pelotas, hasta las mismas pelotas que marcaban el ritmo de la lamida de su amiga, comenzaba la lamida entre mi esfinter y mis cojones pasaba por el coño de su amiga y culminaba en su clítoris. Paula entraba en una especie de trance, sus nalgas temblaban y su esfínter se abría y cerraba estimulando mi polla, comencé un suave mete y saca que la chica recibió con un ronco gemido que se hizo continuo.

-¡Hija de puta! ¡Te estas mojando viva! ¡Me vas a ahogar! –decía Nuria -¡Jamas te había visto así!

La humedad de la chica se deslizaba por la parte interior de sus muslos hasta llegar a sus rodillas y mojar las sabanas con el jugo del placer.

Le saque la polla, pude ver el agujero bien abierto, la metí de una sola embestida, la chica gritó:

-¡Aaaahhhhhhhh! –estaba fuera de si -¡Dame duro cabron! ¡Rómpeme el culo! –ya se que suena a tópico pero que queréis que os diga, era una situación que no había vivido jamas, inédita, nueva, una experiencia distinta, se la clave entera, la metí y saqué dos veces y no me dio tiempo a mas, un escalofrío, que se inicio en mis pelotas, se extendió por toda la columna vertebral y estalló en mi cerebro, me dejó en un estado que ríete tu de los éxtasis místicos de Santa Teresa. Fueron diez minutos que estuve fuera de circulación, entre brumas sentí la lengua de Nuria lamiendo la cabeza de mi polla y bebiendo la corrida del culo de su amiga, me quedé dormido.

Cuando desperté las chicas dormían abrazadas. Me di una ducha rápida, me vestí y me largué preocupado por la escena familiar. Antes de subir a casa pasé por la bodega de la esquina, pedí una copita de ginebra, entre en el cuarto de baño, me bebí la mitad y desparrame el resto sobre mis ropas, si olía a borracho en lugar de a coño de adolescente la bronca siempre seria mas llevadera. Llegué a casa, mi mujer dormía plácidamente, la verdad es que su interés en mi y en mi vida había decrecido en los últimos meses, el mío por ella tambien.

Desperté a las tres de la tarde, había algo de comida preparada y una nota sobre la mesa, mi mujer, que se había largado con las niñas a pasar el día con mi suegra, me emplazaba a dormir la mona apaciblemente "lávate que apestas a borracho" decía la nota. Tras comer encendí el ordenador, mire mis mails y conecté el msn, había mas de veinte solicitudes de admisión, casi todas chicas. Amigas de Nuria y Paula. Las acepté todas. Se me abrió una ventana privada enviada por "Hoy estoy dispuesta"

-¿Cómo estas pollita sabrosa?

Comenzaba una nueva fase de mi vida.

Comentarios privados a hombremadurobusca@hotmail.com