Mi gran y hermosa sorpresa

Mi vecina Mónica esta divina; y en este tiempo de verano que vivimos en el hemisferio sur se pasea por el patio con una minuscula bermuda vaquera, dejando apretado su hermoso y redondo culito. Ella sabe que esta buena y que yo me la quiero llevar a la cama, solo espero que me de la oportunidad,hasta queun mediodía sucedio... pero mi sorpresa fue mayor con el correr de la calurosa tarde de enero...

Tres en un día

Mi vecina Mónica esta divina y lo sabe, por eso en este tiempo de verano cada vez que yo salgo al patio ella también lo hace con una corta y apretada bermuda vaquera. Es de pelo castaño y hasta la nuca, ojos marrones, 1, 65 de estatura; tiene unos hermosos y aún apretados pechos para su edad: 37 años y una hija de 18; en síntesis está divina la petiza y para rematar tiene un culito bien firme y bien formadito. Su marido es vendedor de seguros, por lo que la mitad de los días no esta en casa. Ella sabe que esta para el infarto y que me la quiero coger, y yo se que ella necesita "tener una alegría", que aún es joven para coger solo una vez a la semana. También supone que su marido debe de tener por su oficio una mujer en cada ciudad a la que va.

Es la una de la tarde, de un martes, salgo al patio, escucho abrirse la puerta de su cocina, es ella, con su bermuda vaquera y una remerita atada a su cintura, me mira y se sonríe picaramente.

Hola marce, calor... ¿no...?

¡¡Uuufff!! ¡No sabes cuanto!

Lo que daría yo por estar desnudita en una playa nudista. –Se acerca al muro que divide nuestras casas y posa sus brazos sobre el. Puedo ver el escote de su remera y sus hermosas tetas. -... ¿A vos no te gustaría estar...?

¡Me encantaría, sobre todo con una petizita así como vos!

Veo que te gustan las petizas.

Me encantan; tienen pinta de yeguas.

Anoche sentí la "fiestita" que tuviste. –me dijo -... ¡¡Me quede con las ganas!!

Veo que Raúl te tiene desatendida.

¡¡Uuufff!! No sabes cuanto. Pero no soy una yegua en la cama, Raúl no me ha enseñado tanto.

No sabes lo que te perdés. –Ella se pasa la lengua por sus labios eróticamente. Me mira de arriba abajo y habla.

De seguro vos me enseñarías "cosas". "Cosas" que yo aún no se de sexo...no querés pasar a casa y "tomar" algo.

Con mucho gusto –salto el pequeño muro; ella sale delante de mí meneando su hermoso culo, entramos en la cocina y cierra la puerta. Abre la heladera y saca una jarra de limonada, y haciéndose la tonta hace como que trastabillea, me moja con la limonada y se moja ella toda la remerita. Ante mi vista y a través de esta quedan sus gruesos e hinchados pezones libres de sostén.

¡¡¡Uuupppsss!!! ¡Que tonta soy! –agrega con voz sensual -...quitate la remera así la limpio. –Se acerca a mí, me hace levantar los brazos, queda en puntitas de pies y me quita la remera; va al fregadero, abre el grifo y comienza a lavarla. Ahora le puedo ver sus firmes glúteos. Me le acerco por detrás y le hablo casi al oído.

Creo que deberías de enjuagar la tuya también –le susurro.

Como has visto marce no tengo sostén.

Pero hay que limpiar esa remera antes de que quede manchada –agrego y comienzo a quitársela. Ella no opone resistencia. Ahora la tengo de frente con el torso desnudo; me acerco más aún a ella.

¿Qué le hicistes a Raquel anoche para que gritara tanto? –pregunta.

¿Quieres averiguarlo?

¡Por Dios que si! –responde. Se pone en puntas de pie, me abraza por el cuello, y hacia mi vienen sus labios; esa boquita y esos labios chiquititos, refriega su nariz en la mía por unos segundos y busca mi boca, me besa, primero con ternura, sus labios tiemblan. Es la primera vez que es adultera y le pesa, pero comienza a gustarle y a excitarle lo prohibido. Ahora introduce su lengua en la mía, comienza la batalla. Nuestras lenguas se buscan, se entrelazan, la mía la atraviesa y se va casi al fondo de su garganta. Se separa por un segundo de mí.

Tenemos una hora antes de que llegue Maria. –Maria es su hija. Mónica me vuelve a besar, ahora su mano derecha se desliza por mi tórax y baja, sabe lo que busca y lo encuentra -... ¡¡¡uuuhhh, que rico!!! ¡Esta paradita, y creo que es mas grande que la de Roberto! –Me baja la bermuda, se aparta un poco de mí y la queda mirando un instante -... ¡Raquel no exagero nada con sus gritos! –Se acerca a mi oído y me susurra -... ¡¡Papito, matame!! -Me vuelve loco, la vuelvo a besar, esta vez con más ímpetu. Mi mano derecha llega al botón de su bermuda, lo desprende, baja su cierre, la bermuda cae; ante mis ojos queda una mini tanga blanca, puedo ver que tiene su conchita depilada. -... ¿¿Te gusta?? La estoy estrenando. –Me arrodillo, se la bajo y quito junto con la bermuda, ante mi queda su hermosa conchita, la arrincono contra el fregadero, levanto su pierna izquierda y la pongo sobre mi hombro, abro con mis manos sus labios vaginales y la miro. Mónica entrecierra sus ojos, me acerco a su concha, la beso -... ¡¡¡áaahhh!!! –gime ella. Ahora introduzco mi lengua en su clítoris; siento ese rico gusto de sus jugos, Mónica me agarra del pelo, me lo aprieta, me lo estruja -... ¡¡¡mmmmm!!! ¡¡Uuufff!!! ¡¡¡Áaahhhh!!! –Continuo chupando, le succiono la vagina, ahora le meto un dedo, la pajeo -... ¡¡¡Ssssiiii!!! ¡¡¡Asssií!!! ¡¡¡Áaahhh, me vas a hacer acabaar!!! –le doy más velocidad, ahora son dos dedos. Mónica esta a punto de correrse -... ¡¡¡Áaaaahhhh!!! –grita desenfrenadamente y comienza a dar estertores; introduzco mi lengua en su concha, hasta ella llegan sus jugos, me los bebo como todo un glotón. -... ¡¡Mmm, papii, me volviste loca!! –dice jadeante. Me incorporo, la beso, ella siente el gusto de sus jugos, por su cara le gustó. Con mi mano izquierda levanto su pierna derecha y la sujeto sobre mi cintura, ella toma mi verga y la dirige hacia su concha -...Es la primera vez que soy infiel –me susurra. Mi verga esta a la entrada de su concha, la dejo ahí; agarro su teta derecha, meto en mi boca su agarrotado pezón, lo chupo, beso y hasta muerdo con cuidado. Ella vuelve a enloquecer, me toma por los glúteos, intenta que yo la penetre, me resisto, pero ante mi sorpresa ella da un paso hacia delante, me recuerda a los japoneses y su harakiri -...va a morir con dignidad –pienso. Con su movimiento mi verga va hasta el fondo de su ser, le miro su cara, hay una mezcla de sorpresa, dolor y gozo.

¿Dolió? –pregunto.

Aja. Me olvide que no es la de Roberto –dice apretando con sus dientes mis labios. La retiro, queda de nuevo en su entrada, ella suelta un largo suspiro.

¿¿Lista?? –pregunto.

Lista –responde -¡¡¡Haceme ver las estrellas!!! –dice fuera de si. No lo pienso dos veces. La embisto con rudeza, con brutalidad primitiva -... ¡¡¡áaahhhhhh!!! –grita. Le tapo la boca con mi mano izquierda.

Los vecinos –digo.

¡¡¡No me importan...!!! –me responde -... ¡¡dámela toda!! -Comienzo a bombear, primero lentamente -... ¡¡¡Áaaahhh, que rico!!! ¡¡Así, dámela toda, ahora se porque Raquel gritaba anoche!! –apuro el ritmo, se esta por venir -... ¡¡¡Áaaaaaaahhhh!!! –gime de forma estridente. Se vino, me mira con los ojos muy dilatados y desencajados, no comprende -... ¿vos, no...? –pregunta.

Aún no.

¡¡Que hermoso!! –me dice -... ¡¡me vas a matar!!¡¡No estoy acostumbrada a acabar tantas veces seguidas!!

Date la vuelta –le digo. Obedece, posa sus manos sobre el fregadero -... Abrí las nalgas –vuelvo a decir. Lo hace, ella piensa que la voy a penetrar de nuevo; mis intenciones son otras, conduzco mi glande hasta la entrada de su culito. No le doy tiempo a nada, se la pongo.

¡¡¡Áaaahhhhhh!!! ¡¡Sacalaaaaaa!! Intenta zafar, lo impido, a mí me duele como a ella, su culo no esta lubricado.

¡¡¡Ssssshhh!!! Los vecinos.

¡¡Que me importan los vecinos, me duele!! –Comienzo a pasarle la lengua por las cervicales, mi mano derecha va hacia su concha, meto tres dedos en ella, comienzo a pajearla, la dejo incorporar un poco, ladea su cara hacia mí, la veo, se le han caído un par de lágrimas; la beso, ella no responde, la pajeo con más fuerzas, ahora si, su lengua busca la mía, su cuerpo se relaja, su ano se dilata, libera a mi pija, la hago retroceder casi hasta la salida, su mano izquierda toma mi glúteo -... ¿Por qué sos malito? Me rompes el culo, y ahora que empiezo a gozar, ¿me la querés sacar? ¡¡Cójeme el culo ya!! –dice ella. Obedezco, la beso, la embisto -... ¡¡¡Mmmmffff!!! –es lo único que alcanza a emitir ella entre mi boca. Su cara esta compungida, le ha dolido de nuevo. La dejo "empalada" por un segundo -... ¡¡Por favor, seguí!! –me dice. Comienzo a bombear, comienza a gemir, me incita a dársela más y más -... ¡¡¡Ssssi bebeeeeé, no te detengaaaas, asiiií, siii, asiiii, dámela, toda!!! –Se viene, apuro el paso, los dos gritamos -... ¡¡¡Aaaaaahhhhh!!! –Nos corremos; quedamos exhaustos, ella deja caer su cuerpo casi sobre el grifo, quedamos unos minutos así. Retiro mi verga de ella en ese instante mi leche cae de su concha, mi verga viene sucia, tiene sangre y más... Voy al baño, la lavo, regreso, ella ya está vestida, esta limpiando el piso -... Te espero mañana, estaré solita. -Salgo por la cocina, me voy a casa.

Son las dos y media pm, escucho el timbre, abro, para mi sorpresa es Maria, y para más sorpresa aún se mete puerta adentro.

¡Los vi! –me dice entrando -... ¡¡Vi todo!!

¿Todo el que?? –pregunto confundido.

Vi como cogías a mí madre... –quedo sorprendido, no se que decir.

Supongo que no le dirás nada a tú padre.

Depende...

¿Depende de que? –pregunto –Ella sin decir nada toma el teléfono y "disca", se oye una voz apenas audible de fondo.

¿Valentina?, soy yo, Maria, veníte ya para lo de Marcelo –sin más descuelga.

¿Qué haces? –pregunto -... ¿Y de que depende el que no le digas nada a tu padre?

De que nos cojas a Valentina y a mí como te cojiste hace un rato a mama...

Continuará...

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