Mi gran sueño - 8

Llegada de Kevin y post operatorio de Jennifer

MI GRAN SUEÑO – 8

Le pedí a James, que me lo localizase, y a ser posible si quería que viniese, que la empresa estaba interesado en el, pero antes teníamos que hacer una serie de pruebas y una entrevista, si no podía venir de inmediato, le podíamos dar fecha para la entrevista.

Jennifer se iba recuperando de la operación, comenzaba a dar paseos, cada vez más largos, yo la acompañaba, por los jardines, aprovechando para hablar de nuestras cosas, como se encontraba ella, tanto física como psíquicamente, yo la veía que no sacaba la vista de mi tripa, constantemente me pedía si me la podía tocar, me preguntaba que sentía, si me molestaba todas esa preguntas que hacen las mujeres que desean ser madres y que no saben cómo reaccionaran cuando estén embarazadas. Yo por la experiencia que me deba mi segundo embarazo le instruía, pero al mismo tiempo, le indicaba, que no todos los embarazos son iguales, pero que en el fondo la ilusión es la misma. Un día en uno de esos paseos le dije:

¬Jennifer, cuando estés embarazada, sentirás que un mundo nuevo se abre en tu corazón, ya no solo pensaras en ti, tendrás que pensar en la vida que tienes dentro de tu ser, acariciaras tu vientre henchido de amor trasmitiéndole de esa manera tu cariño a tu hijo, el lo notara, y la manera que tienen de contestarte es moviéndose, fuerte dándote pataditas o suavemente haciéndote cosquillas con suaves movimientos, piensa que cuando tú te enfadas, el enojo lo trasmites al niño, por eso debes de ser sosegada, tranquila, tomar las cosas con calma, así no te alteras y el niño tampoco.

Pero antes del embarazo, tendrás, que pasar unos meses, para saber si menstruas y ovulas, un día sentirás unas molestias, incluso dolores en el bajo vientre, no tendrás ganas de levantarte de la cama, te dirán que son los puntos de sutura, y otro día, bien cuando vayas a hacer pis, o duchándote o en la cama, como me paso a mí, sentirás que te encuentras mojada y comprobaras que estas sangrando, es la regla, eso quiere decir que el útero te funciona, que al no haber anidado en él un ovulo fecundado, sus paredes, que se habían preparado para recibirlo, llenas de venas que formarían la placenta, se desprende, es el endometrio, produciendo la expulsión del mismo lo que llamamos regla o menstruación, te asustaras, pero no te preocupes, es normal en las mujeres sanas, durante siglos las mujeres hemos tenido los sangrados periódicos y gracias a ello muchas hemos tenido los hijos, cuando el ovulo fecundado, anida en el endometrio, paredes del útero, la regla no se produce, eso te indicara que estas embarazada u otra anomalía, pero no pienses en ella, esa es otra lección, y dicho esto nos sentamos y nos pusimos a reír, me cogió de las manos y me dijo.

¬Gracias Ingrid, me has dado los consejos que una madre le da a una hija adolescente cuando va a tener su primera regla, con esta charla te has convertido en mi madre, y cuando necesite algún consejo ya se a quien acudir, gracias.

Me abrazo y me dio un beso de hija.

Pasaron los días con toda normalidad, los aspirantes a donantes hacía varios días que habían llegado, y tras las primeras charlas las revisiones pertinentes, y las colocaciones de los cinturones de castidad, habían comenzado con sus ejercicios físicos, era un grupo muy heterogéneo, entre ellos había varios aspirantes de raza negra, era la primera vez que teníamos donantes negros, pensé que tendríamos problemas con ellos por el tamaño de sus penes, ya se sabe que los negros tienen fama de tener penes demasiado grandes, y tal vez los cinturones de castidad que teníamos eran pequeños para ellos.

Pregunte a las monitoras si habíamos tenido algún problema en ese aspecto y me contestaron que había dos aspirantes que si pene era muy grande en erección, pero que lo habían resuelto aplicándoles una buena cantidad de hielo, que con el frio se les quedo como el de un niño de 8 años, aprovechando ese momento para ponérselo, riéndose y con ojos de picardía, lo malo, será cuando se exciten un poco que entonces si les va a doler.

Una de las chicas me insinuó, que se ofrecía voluntaria para la etapa del ordeño, pero tenía un poco de miedo, pues no le cabria en la boca, y nos echamos a reír, pensando a quien le tocaría.

Por la tarde, fui a visitarles para averiguar si tenían algún problema, me fije en los susodichos negros, y de verdad, que tenían un buen físico, tanto para donantes como para transformaciones, para estas serian unas bellezas de ébano extraordinarias, pero ya llegaría su momento.

Por la noche en casa, James me dijo que había localizado a mi hijo, que le llamaría a él para concretar una entrevista y en base a la misma, solicitaría cita para hablar con migo.

Quede más tranquila en ese aspecto y con la esperanza de que nuestra conversación

fuese fructífera para ambos. Esa noche al acostarnos me encontraba feliz, el día había sido fructífero y le dije a James que quería que me amase, como solo él lo sabía hacer, me sonrió sin decir nada, el se preocupo de atender a los niños, los baño, les dio la cena y los acostó, después de leerles un cuento, cuando se retiraba de la habitación le dijeron:

¬Papá, tu quieres mucho a mamá, verdad.

¬Claro que si, la quiero tanto como vosotros la queréis.

¬Bueno, entonces dile que venga a darnos un beso los dos juntos uno de cada lado, y como la quieres mucho, después también le cuentas un cuento cuando vais a dormir, ¿verdad?

¬Claro, todas las noches le cuento un cuento a mama para que el hermanito que tiene en la tripa lo oiga, y sepa que también lo quiero.

Yo, estaba detrás de la puerta escuchando la conversación, espere un momento a limpiarme las lágrimas que habían comenzado a humedecer mis ojos y entre, como si no supiese nada.

¬Haber, esos niños ya están en la cama, mama está cansada y quiere ir a dormir también, vengo a darles un besito a mis tesoros, los dos se pusieron contentos sentándose en la cama y llamando a James para que se acercara.

Los dos al unisonó, nos acercamos a sus caritas y uno de cada lado les dimos un beso de buenas noches deseándoles que tuviesen dulces y bonitos sueños.

Nos retiramos de la habitación apagándoles la luz y cerrando la puerta. Entonces, me di la vuelta y cogiendo a James lo abrace, dándole un beso lleno de mi amor, y le dije, “Espero que el cuento que me tienes que contar me guste, porque yo te voy a contar otro, mi amor “. Nos retiramos procurando no hacer ruido para que se tranquilizasen y durmiesen pronto.

Mientras yo me duchaba, James preparo una cena fría para los dos, teníamos que hacer un poco de tiempo para que los pequeños entrasen en un sueño reparados y no se despertasen. Al terminar mientras yo recogía la mesa, James se fue a duchar, cuando salió, me encontró en el dormitorio con un camisón transparentes, se podía ver perfectamente mi tripa de 5 meses, con una mini braga que únicamente me tapaba lo imprescindible y un sujetador a juego en el que apenas me cabían los pechos que ya habían comenzado a cambiar de tamaño, poniéndose más turgentes, y los pezones y aureolas un poco más oscuros, me agarro de las manos y me dijo.

¬Cariño, eres maravillosa, te quiero y no concibo mi vida si no es atulado.

Paso su mano sobre mi espalda bajándola hasta la cintura y aproximándose lo más que podía me dio un beso de amor, su mano se deslizo hacia mis glúteos, que sobo con cariño, luego me dio la vuelta y agachándose los beso, mordisqueo y como final, me dio una palmadita en ellos, al sentirla me sonroje como una colegiala y le dije, “eres un atrevido, dándome ese azote”

¬Mis azotes son de amor, como puedes pensar que yo te azotaría o golpearía.

¬Lo sé, cariño es una broma.

Y poniéndose de pie a mi altura, me cogió en sus fornidos brazos y me deposito en la cama, como a una niña que se ha dormido en sus brazos.

Luego, poniéndose a mi lado, me comenzó a besar por todo el cuerpo, los labios, los ojos, la nariz, las orejas, cuando me beso en el cuello creí que me daba algo, una corriente sacudió todo mi cuerpo y me puso a cien. Con la suavidad de una pluma me quito el camisón sin apenas darme cuenta, quedo ante sus ojos, mi vientre abultado con los 5 meses de embarazo, lo beso, acaricio, mis pechos estaban duros, los pezones si los tocabas te pinchaban en las manos, su mano se deslizo sobre mi espalda y desabrocho mi sujetados con una maestría que daba la sensación de que era él el que estaba, acostumbrado a llevarlo, mis pechos al encontrarse libres de esa cárcel saltaron como de alegría, el los recibió en sus manos, los beso, acaricio, paso su lengua por las aureolas color café con leche

se metió en su boca el pezón y con su lengua lo acariciaba, comenzó a succionarlo, muy suavemente, lo que produjo que unas gotas de calostro saliesen de él,

lo mismo hizo con el otro pecho.

Mientras, con una de sus manos que había deslizado por todo mi vientre abombado, llegaba a la altura de mi braguita, metió su mano por debajo de ella, acariciándome el pubis limpio de cualquier bello, frotaba su palma de la mano sobre mis labios mayores, y uno de sus dedos se abría paso entre ellos buscando mi clítoris, cuando lo toco, instintivamente cerré las piernas, pero era tanto el placer que ellas solas se fueron separando recibiendo la orden que mi cerebro les emitía. Sus labios no dejaban de besarme, me mordían mis labios y su lengua exploraba el interior de mi boca, buscando la mía, al encontrarse se unieron en un beso de autentica pasión carnal.

Se separo, y bajo de la cama, agarrándome de las piernas, me hizo girar un cuarto de vuelta, quedando mi espalda apoyada en la cama y mis piernas al borde de ella, agarrándola por los tobillos me las flexiono poniéndolas en la cama asi con las piernas abiertas, mi coño quedaba a su entera disposición, se acerco a él y comenzó a darle lengüetadas como si fuese un perro, lamiendo un helado, note que mis jugos vaginales comenzaban a mojar mis labios mayores, con las manos, separe los labios, para que él me lamiese mejor la entrada de mi vagina, con su boca, alcanzo mi clítoris que con tal excitación se había puesto duro e hinchado, comenzó a succionarlo muy lentamente, yo comencé a dar pequeños gritos de placer, pidiendo que no parase, que me estaba llevando a más intenso de los clímax, sin parar de besármelo, comenzó a meter un dedo en la vagina, lo notaba pero sentía que era pequeño

le pedía más gordo y poco a poco fue introduciendo dos, tres me llegaba al punto G grite y le dije:

¬Cariño, por favor penétrame ya,

hazme tuya,

derrama tu fuente de vida dentro de mí.

Fue entonces cuando sin dejarme de acariciar se puso de pie y mi coño quedo a la altura de su pene, ya erecto y apuntando al centro de mi vagina, lo coloco a la puerta y cuando estaba comenzando a penetrarme, yo lo enganche con mis piernas a la altura de su cadera y con un fuerte golpe lo atraje hacia mi haciendo que su pene entrara de golpe en mi vagina, comenzó entonces un movimiento de mete y saca lentamente, sentía un placer que me llegaba hasta la punta de mi cabeza, gritaba de gozo diciéndole que no parase y que siguiera.

El comenzó los movimientos cada vez con mayor rapidez yo le decía que así lo estaba haciendo muy bien, que no parase, que estaba a punto de llegar al orgasmo, el apuraba la velocidad de los movimientos, fue entonces que los dos al unisonó dimos un pequeño grito en el momento que ambos llegamos al orgasmo mas tremendo que sentí, su pene descargaba en mi vagina con

fuerza su gran carga de esperma una y otra vez, yo comencé a llorar de placer dándole gracias por esa situación y llenándolo de besos, le pedía que no la sacase quería mantenerla dentro de mi siempre, pero la naturaleza

manda y su pene agotado bajo la erección, yo lo cogi entre mis manos y lo metí en mi boca, limpiándoselo con mi lengua y dándole un millón de besos, cuando termine de besárselo me puse a su lado, y apoyando mi cabeza en su pecho le di un beso y le dije.

¬Cariño, no te apartes nunca de mi, eres el amor de mi vida y estaré siempre contigo.

Quiso decirme algo, pero yo le puse mi dedo índice en sus labios indicándole que se callase y en esa postura nos quedamos dormidos.