Mi gran sueño - 4
El embarazo de Ingrid
MI GRAN SUEÑO – 4
La noticia me lleno de un gozo indescriptible, me levante de la silla y le di un beso al médico que con una sonrisa me despidió.
Salí de la consulta un poco sorprendida y me dirigí al despacho de Chu, al abrir la puerta el estaba sentado detrás de la mesa, se levanto y vino caminando hacia mí y me dijo:
- Que deseas mi pequeña Ingrid, me coges muy ocupado, pero para ti siempre tengo tiempo.
Nos sentamos y le dije con voz temblorosa que estaba embarazada cogiéndole de las manos y dándole un beso en la mejilla.
Ya lo sé, cuando saliste de la consulta el médico me llamo y me dio la noticia ahora lo que tenemos que hacer seguir con mucho cuidado ese embarazo procurando una vida tranquila y relajada pero sin olvidar tus obligaciones como supervisora, que en vez de hacerlo fuera de la casa las tendrás que hacer aquí para mayor vigilancia y control. Los análisis que tendría que hacer, las visitas periódicas al ginecólogo, las molestias que sentiría y los cambios que experimentara tu cuerpo. Sin darme cuenta posaba las manos en mi vientre como protegiendo al bebe, y acariciaba mi barriga.
Todos los días al levantarme frotaba mi barriga como dándole los buenos días a mi hijo, hacia una vida normal de una mujer gestante.
Cierto día, paseando con Estela, vimos al marido de Jennifer, nos sentamos en una cafetería y comenzamos e seducirlo mediante miradas, tratábamos de ingresarlo en la casa madre para que experimentase lo que le había hecho a Jennifer.
Se nos acerco y comenzamos a charlar nos invito a cenar luego fuimos a bailar, a mi todavía no se me notaba la barriga, por lo que podía pasar por una mujer libre sin compromiso, nuestros físicos llamaban la atención y eso fue lo que le perdió, quiso llevarnos al huerto, pero lo esquivamos, quedando para el dia siguiente, teníamos que prepara la estratagema.
Habíamos, quedado en una cafetería al día siguiente por la tarde, allí apareció el, dimos un paseo y le invitamos a nuestra casa, al llegar le invitamos a tomar una copa, Estela fue a ponerse cómoda y salió del salón, al regresar vestía un camisón blanco trasparente que hacía ver que debajo del mismo tenia puesto un conjunto del mismo color.
Se sentó a su lado y nos pusimos a beber, en la copa de Champagne yo le había puesto un somnífero que no le haría efecto de inmediato, sino al cabo de media hora, charlamos y bebimos, después de unas copas notamos que empezaba hacer efecto y sin darnos cuenta se derrumbo cayendo al suelo completamente inconsciente. Con la ayuda de uno de los vigilantes lo metimos en el coche y lo trasladamos a la casa madre.
Al llegar, avisamos a Jennifer diciendo que teníamos un regalo para ella, la acompañamos a una habitación
y le enseñamos lo que había en la cama debajo de las sabanas.
Cuando lo vio le daban ganas de lanzarse al cuello y estrangularlo, pero la detuvimos, teníamos un plan mejor para ese chulo.
Le dije:
¬Jennifer, ese hombre te maltrato cuando tu ya habías pagado tus culpas y te habías regenerado como una mujer trabajadora, te robo, te subasto, te violo e hizo que otros te violasen. El pagara por todo eso.
¬Lo vamos a someter al proceso de transformación más intenso que el nuestro, pasara por la sala de ordeño tres veces al día con dos extracciones en cada pase, hasta que el pene solo le sirva para mear, se le suministrara dosis masivas de hormonas y se le implantaran prótesis tamaño 38DD y al final se le castrara haciéndole una vagina estrecha, para que cuando se la metan le duela de verdad. Tras pasar esta fase se le enviara a un burdel de un país remoto en donde para comer tendrá que abrirse de piernas ya que su comida y estancia la pagara de esa forma. Y si no lo hace recibirá las palizas correspondientes.
Fue entonces cuando Jennifer nos dijo:
¬Es lo mínimo que se merece el va a saber ahora lo que es ser una mujer y como se le debe tratar. No quiero verlo jamás pero yo misma dirigiré la transformación para ver como sufre y no tendré piedad así como el no la tuvo con migo.
Y dicho y hecho al día siguiente comenzó la transformación.
Un día me dijo Estela:
¬Ingrid, de unos días a esta parte, te veo distinta, tu rostro a cambiado, lo veo más luminoso y alegre, además tus pechos crecieron, y me parece que estas engordando, tienes que cuidar esa figura, o te quedaras fondona.
¬Bueno creo que si tengo que ponerme un poco a régimen, voy a consultarlo a Chu, ¿me acompañas?
¬Claro, así también le pregunto si me conviene hacer régimen.
Cuando llegamos al despacho de Chu, nos pusimos a charlar, yo con una mirada le di a entender a Chu, que era hora de decírselo.
Chu tomo la dirección de la conversación diciendo:
¬ Si es verdad que Ingrid parece que se ha descuidado un poco con las comidas, pero eso no tiene importancia ya que en estos momentos lo necesita.
Estela dijo:
¬Como que lo necesita, a este paso se va aponer como una foca.
¬No, Estela, es que Ingrid esta engordando porque está embarazada, de 4 meses
¬¡Cómo! Que está embarazada, eso no es posible, no puede estarlo ya que no tiene ni útero ni ovarios.
¬Ahora si los tiene, le dijo Chu, fue sometida al primer trasplante en el mundo del aparato reproductor de una mujer, y los resultados han sido positivos como puedes comprobar, no hemos querido decírselo a nadie hasta que el tiempo nos dijese que era el momento. Si ella no hubiese querido ser la primera había otra candidata para ofrecérselo y ahora te lo estoy ofreciéndotelo a ti Estela, quieres ser la siguiente.
Se quedo de una pieza, en shock, como me había quedado yo, le cogí de las manos para que reaccionase y nos quedamos solas las dos, le di una copa de Brandy y le fui explicando todo el proceso que tuve que pasar.
¬Estela, no es necesario que contestes ahora, piénsalo, tomate el tiempo que necesites para esta decisión y cuando este segura venimos a ver a Chu y se lo decimos, no habrá represalias si dices que no, es una decisión tuya. Si en algo te puedo ayudar me tienes a tu lado.
Salimos del despacho de Chu en silencio y nos dirigimos a los jardines a pasear, en un principio, Estela iba muy callada, yo no quería forzar a una decisión, por eso respetaba su silencio, entonces me dijo.
¬Ingrid, ¿tu que sentiste cuando Chu te lo propuso, cual fue tu reacción? , ¿Qué sientes ahora?
Le conteste:
Estela, mi reacción, fue igual a la tuya, en un principio me quede en shock , no sabía reaccionar, le pedí que me diese unos días para pensarlo con calma por eso me ausente durante un tiempo, sin saber nadie donde estaba, visite centros de maternidad, asistí a partos, hable con futuras madres, las veía ilusionadas comprando ropa para sus hijos y para ellas y vi en sus rostros la alegría de estar dando vida en sus vientres al fruto de un amor que no se puede explicar hasta que no pasas por ello.
Se quedo callada y pensativa al mismo tiempo que me cogía de la mano y unas lagrimas recorrían su rostro.
¬ Ingrid, gracias por ser mi amiga y por enseñarme a soportar todo lo que hemos pasado, te aseguro que pronto tendrás noticias mías, y diciendo esto se alejo de mi lado.
Al seguir paseando sola, se me acero Jennifer, me pregunto pos Estela y le dije que tenía que salir de viaje que estaría un tiempo ausente, ella también noto algo en mi, y me dijo:
¬A ti te pasa algo, algo escondes, de un tiempo a hoy te veo distinta ¿Qué ocurre?
Nada, le dije ya te informare más adelante. Para salir del apuro, le pregunte como iba la transformación de su marido, en que etapa esta.
Me indico que estaba en la etapa del ordeño y que las hormonas que que le aplicábamos aun no habían comenzado a hacer efecto pero que pronto los tendría, que le gustaba que le ordeñaran, que para él era como si le estuviesen haciendo unas pajas las chicas, lo que no sabía era que cuando el pene se redijera y viera que los pechos le crecían no le iba a hacer tanta gracia.
Habían, pasado dos meses, mi vientre ya no podía ocultarlo, todas las mañanas le daba los buenos días a mi hij@ diciéndole que deseaba tenerlo en mis brazos, los pechos me habían crecido bastante, y cuando los masajeaba dándome una crema, comenzaban a salir pequeñas gotas de calostro por mis pezones, eso me llenaba de alegría, fue cuando Jennifer me ataco un día diciéndome:
¬ Ingrid, tu estas preñada, como puede ser eso, cuéntame.
Le dije toda la verdad, que era un experimento que de momento estaba saliendo bien, me pregunto si ella podría someterse a el trasplante,
y le dije que de momento no ya que la falta que había cometido de casarse sin el visto bueno de Chu, le había quitado muchos puntos de valorización, que no obstante más adelante hablaría con el haber que podíamos hacer.
Le pregunte por la transformación de su ex y me dijo, que se había enfadado mucho cuando vio que su pene había disminuido de tamaño y que le estaban creciendo los pechos que eso no lo quería que él era un hombre y le gustaba follar, que siempre tenía que follarse a alguna puta todos los días.
Fue entonces cuando Jennifer se dejo ver y le dijo:
¬ Ahora vas a saber lo que es follar pero no follar tu, sino que te follen a ti, yo me case contigo porque estaba enamorada, pero tú lo único que querías era follarme, me robaste el dinero y me subastaste, me convertiste en una puta. Te voy a decir lo que voy a hacer contigo.
Te vamos a operar, cortarte los testículos y tu asqueroso pene, que ahora solo te sirve para mear, te vamos a convertir en una mujer con unos grandes pechos y te mandaremos a un prostíbulo del tercer mundo, donde para comer tendrás que abrirte de piernas varias veces al día , te la meterán también por el culo, no podrás decir nada porque no sabrás quien eres ya que te borraremos la memoria y te daremos otra identidad, que te parece , DIANA, si porque a partir de hoy ese será tu nombre, Diana, que te convertirá en la diana donde muchos hombres afinaran la puntería de sus penes, bien por el coño, bien por el culo.
El hombre, se quedo pálido y comenzó a llorar, pidiendo por favor que no le hiciésemos nada que lo dejásemos marchar como estaba, pero Jennifer le dijo:
¬ Ahora vas a saber lo que sufren las mujeres explotadas por macarras como tu, lo vas a saber en tu propia carne, y ya puedes dar gracias que esto es solo una pequeña parte de lo que podríamos hacer contigo, y sin decir nada más se marcho.
A la semana siguiente apareció Estela, me busco en la casa madre y cuando nos vimos nos dimos un abrazo ya no podía ser muy fuerte ya que mi avanzado estado de gestación no le permitía acercarse mucho, me acaricio la tripa y me pregunto cómo encontraba.
Le dije que pesada, los riñones me dolían un poco, pero era por la posición que me producía el embarazo, ya que tenía que echar los hombros hacia atrás para compensar el punto de gravedad de mi cuerpo, que había cambiado por la tripa.
Fuimos a ver a Chu, cuando la vio llegar la abrazo y pasamos al despacho, se puso cómoda y dijo:
¬ Dr. Chu, he pensado mucho todo esto y he tomado una decisión, quiero tener descendencia, me pongo en sus manos para someterme al trasplante y en un futuro estar como Ingrid, embarazada.
Chu le dijo:
Estela, pronto tendrás descendencia, ya que Ingrid te dará un hijo, si, el esperma que utilizamos para fecundarla era el tuyo, que era de muy buena calidad, por lo tanto vais a tener un parentesco, tu como padre e Ingrid como madre.
Yo no sabía eso y me lleve una alegría.
Desde entonces Estela y yo estamos más unidas y nos cuidamos mutuamente, ella ahora ha comenzado con los preparativos para el trasplante, en espera de una donante compatible. Salimos de compras de ropa para la criatura y para mi faja, sujetadores de lactantes
y de vez en cuando, retozábamos juntas comiéndonos el coño mutuamente y teniendo orgasmos lésbicos.
Ya estaba de 7 meses, mi barriga me pesaba, los pechos me crecieron y el calostro salía con apenas acariciar los pechos al bañarme, me ponía de pie y no podía ver mis pies, a cada momento tenía que ir a orinar, ya que el bebe oprimía mi vejiga y no podía retener la orina, todos los análisis siempre habían dado normales, el bebe comenzaba a moverse, lo notaba a cada momento, me daba patadas y me hacían reír.
Todos mis sueños se relacionaban con mi embarazo estaba deseando que llegase el momento.
Un día, Jennifer me comunico que la transformación de Diana
había concluido y me invito a verla.
Cuando entre en la habitación, me encontré a una mujer, de 1,80 pelo negro ojos negros y con unas medidas de 105 – 60 -95 con unas tetas que necesitaban una copa D el pubis completamente limpio de pelo había tenido una depilación definitiva. Me dirigí a ella y le dije:
¬Diana, el tiempo que conviviste con Jennifer ha sido traumático para ella, le robaste su dinero, la violaste, si digo que la violaste, porque las relaciones que tuviste con ella no fueron consentidas, analmente y vaginalmente, la golpeaste y la denigraste a lo más bajo que puede llegar una mujer.
Tú vas a sentir para el resto de tu vida, lo que es vivir como ella vivió mientras estuvo a tu lado.
Se te enviara a un prostíbulo, en un país, donde la mujer es un objeto de deseo, se la considera como una máquina de tener hijos. En ese prostíbulo, trabajaras como esclava sexual, tendrás que hacer todo aquello que los clientes quieran, serás penetrada, vaginal y analmente orinaran sobre ti y tendrás que beber las orines de los clientes si te lo piden, si alguna vez no cumples lo que el cliente quiere estarás sin comer. En una palabra te hemos convertido en la puta más baja que te puedas imaginar. Y de lo que te hemos hecho no te recordaras de nada, ya que cuando salgas de esta casa te borraremos la memoria y solo sabrás que te llamas Diana y eres una trabajadora del sexo.