Mi gran sueño - 10

Tras la conversación con Arturo. Estela ayuda a Kevin durante la fase de ordeño

MI GRAN SUEÑO – 10

La conversación con Arturo, mi hijo, había roto todas mis esperanzas de una reconciliación, de conocernos mutuamente, estaba desecha y no paraba de llorar, creí que me iba a dar algo, pensé en lo que llevaba dentro de mi ser y temí por él, no quería perderlo, pues si pasaba algo, serian dos hijos que perdería.

Mi secretaria se dio cuenta de que algo me estaba pasando y sin decirme nada, llamo a James indicándole de que algo me pasaba y no me encontraba bien.

No pasaron dos minutos cuando precipitadamente entro James en mi despacho y se acerco corriendo a mi lado me cogió y en ese momento me desmalle.

Sin perder tiempo me llevo a la clínica y llamo al médico, que acudió con prontitud, estaba en una habitación sola, la única persona que me acompañaba era James a la cabecera de la cama, muy nervioso y con los ojos vidriosos.

El médico me tomo la tensión, me reconoció, tanto a mí como a mi hijo comprobando sus latidos, el niño tenía los latidos un poco acelerados, pero me dijo que era motivado al shock, que yo había tenido, me puso un tranquilizante y poco a poco se normalizaron las cosas,

con James a mi lado que me cogía de la mano, me quede dormida.

No sé el tiempo que paso, pero cuando desperté, James seguía a mi lado agarrándome la mano, en cuanto abrí los ojos

se acerco más y me dio un beso, y me dijo:

¬Cariño, ya paso todo, no te preocupes, tranquilízate. ¿Quieres que vengan los niños a verte?

Le dije que no, se podían asustar cuando regrese a casa ya los vería, hoy me quedaría todo el día en la clínica y por la noche regresaría. Le indique que me dejase sola, que estaba bien y el tenía que atender a su trabajo. Se marcho a regañadientes, no quería soltar mi mano, al salir le dio orden a la enfermera que estuviese constantemente pendiente de mí y que si había alguna anomalía le llamase.

Eran las 8 de la tarde cuando regreso del trabajo, al entrar en la habitación, lo vi cambiado, estaba más sereno, y esbozaba en su rostro una sonrisa de tranquilidad. Al acercarse le tendí la mano, el la recibió y acaricio, al mismo tiempo que se inclinaba para darme un beso, fue entonces cuando le dije:

¬James, te quiero mucho, pero te dije que ya estaba bien y que no te preocupases, no hacía falta que estuvieses llamando cada hora preguntando como estaba, de todas maneras, gracias por preocuparte de mí.

El se puso de rodillas ante la cama y sin soltar mi mano me dijo.

¬Cariño, es que creí que te perdía, y no puedo vivir sin ti.

Unas lagrimas de amor, se deslizaban por su rostro, abrazándome y llenándome de besos, en esos momentos, vi que tenía un corazón de un niño grande y lo acaricie como a nuestros hijos.

Durante varios días no acudí al despacho, quedándome en casa, más tranquila y de esa manera el suceso que había desencadenado todo ese problema se estaba olvidando.

Un día paseando por los jardines, vi a Estela hablando con Kevin, me pareció normal, ya que ella era la supervisora de las preparaciones de los donantes. Por la tarde, la invite a casa a tomar un café y así nos contábamos nuestras cosas. Fue entonces que le dije:

¬Estela, hoy en la mañana, te vi paseando con Kevin, parecía que la conversación era muy amena por vuestra manera de caminar y el trato que Kevin te mostraba.

¬Si, fue una conversación interesante, me conto que había sido militar y que había participado en varios enfrentamientos bélicos en los que se mete su país. Me explico el porqué ingreso en la casa. Parece ser que en uno de los enfrentamientos, uno de sus compañeros cayó herido, cuando se repuso lo visto en el hospital. Al parecer, las heridas que tenía habían producido que perdiese todo su aparato reproductor, pene y testículos.

Le hizo prometer a Kevin que cuidaría de su esposa y de sus hijos, y que si en un futuro su mujer desease tener más hijos, fuese su esperma el que la fecundara. Por lo visto Kevin y su compañero, eran amigos desde niños, se habían criado juntos eran como hermanos. Kevin acepto pero con la condición de que el no tendría relaciones sexuales con la mujer de su amigo, ya que la respetaba y quería como una hermana. Él le donaría las veces que quisiese su esperma para fecundarla. Kevin respeta mucho el compañerismo y cumple las promesas por duras que sean, ese fue el motivo de su ingreso en la casa.

¬Además es muy simpático y gracioso, me cae bien.

Estela, sonrió y yo vi en sus ojos como unas chispitas de alegría.

¬Me alegro, en qué fase están de entrenamiento.

¬Mañana comienzan las extracciones, y yo quería…

¬Estela, tú querías sustituir a su monitora en las extracciones verdad?

¬Bueno, si se puede y tu lo autorizas me gustaría hacerlo.

¬Dile a la monitora que venga a hablar conmigo quiero darle unas pautas.

¬Gracias Ingrid, eres un sol, me comprendes y no te vas arrepentir.

Cambiamos de tema y le conté mi conversación con mi hijo, el dolor que tuve y la ayuda de James, demostrándome lo que me quiere, le dije que lo daba por perdido y en lo más profundo de mi corazón siempre lo tendría y lo seguiría queriendo y lo había perdonado por todo lo que me había dicho con razón. Pasamos un buen rato, ella se marcho, ya que su hijo estaba a punto de regresar del colegio y quería atenderlo personalmente.

Al cabo de una hora me visito la entrenadora de Kevin, le esplique lo que quería, Estela la sustituiría en las extracciones, ella los recibiría en la sala de ordeño, lo prepararía sobre la mesa, le quitaría el cinturón y lo ataría, después se ausentaría, como si fuese a ponerse debajo de la mesa, sería entonces que Estela la sustituiría, masajeándolo y haciendo sus labores hasta el descanso, durante el mismo, seria la monitora la que le enseñaría los pechos y demás actos. Estela no debería ser vista en ningún momento ni por él ni por los demás donantes.

La monitora asigno con la cabeza que había entendido las instrucciones y que serian cumplidas como ya había dispuesto.

Después llame a Estela y le indique que contactase con la monitora de Kevin, que ella le explicaría las instrucciones que le había dado, que no se lo podía decir por teléfono ya que los niños estaban a mi lado.

¬Ingrid, eres un sol, gracias, no te preocupes no lo sabrá nadie más que aquellas personas que tú quieras y Kevin sin saberlo ya te está dando las gracias, en su día se lo comunicare. Ya te contare como fue mañana cuando termine me paso por tu casa y te lo cuento. Adiós cariño.

Eran las 8 de la tarde y James entraba en casa con los niños, los había recogido en el colegio, nos dimos un beso de bienvenida y de bien hallada, nos sentamos en el sofá y comenzamos a contarnos como habíamos pasado el día, mientras los niños corrían por la casa jugando. Éramos felices.

Después de cenar y ya en la cama seguimos charlando, le conté el asunto de Estela y se puso a reír, diciendo que cuando se entere Kevin le va a dar un infarto, le dije a James:

¬Cariño, creo que encontré un ayudante ideal para ti, tendrás que adiestrarlo en las costumbres de la casa, pero seguro que con el aras buenas migas.

¬Kevin es un ex militar, curtido en combates, con honor y responsabilidad, una persona comprometida con lo que se propone y promete, cuando termine la fase de ordeño, hablare con él con el fin de convencerlo de que se quede entre nosotros en el equipo de seguridad y si acepta, tu serás su jefe inmediato superior, con el propósito de hacerle tu mano derecha, que te parece?

De esta forma a ti te descargo un poco el trabajo y a Estela le entrego una pareja para convivir como nosotros, por lo que he visto en ella le gusta, cuando hablamos de él se le iluminan los ojos y estoy segura que cuando llegue a su casa tiene todas las bragas mojadas de la excitación solo de hablar de él,

suponte a partir de mañana que ella será la que le haga las mamadas de la extracción y el no lo sabe, si lo supiese, seguro que rompe las correas y se la tira allí mismo.

En eso James se hecho a reír de tal forma que los niños se despertaron y aparecieron en el dormitorio preguntando porque se reía tanto papá, les dije porque estaba feliz por lo buena que había sido mamá con sus amigas. Les indique que cuando una persona es feliz, esa felicidad se trasmite de una forma mágica a sus amigos con risas y alegrías para que compartan su felicidad. Entonces los niños se pusieron a reír con su padre de tal manera que a los pocos minutos estábamos los cuatro riendo.

Cansados de la risa y con dolor en la cintura por la misma, nos acostamos llevamos a los niños a su dormitorio les dimos un beso y se durmieron.

Nosotros nos retiramos al nuestro y al acostarnos, James me dijo:

¬Cariño, eres un ángel donde estas das felicidad, te quiero.

Me abrazo como de costumbre y nos dormimos.

Al día siguiente, mientras preparaba el desayuno, para la familia, llame a Estela para preguntarle cómo estaba y me dijo:

¬Ingrid, estoy tan nerviosa que las bragas se me caen, voy a ver a Kevin en pelotas y coger en mis manos toda su documentación, me siento como una chiquilla que conoce a su ídolo de la juventud y él le da un beso inocente, me tiemblan las piernas.

¬Estela, tienes que tranquilizarte si no lo haces él se dará cuenta y todo nuestro plan fracasara y tu sufrirás por ello, cálmate y vete a tu trabajo, ya te avisaran cuando este todo preparado.

Al cabo de tres horas aparece en mi despacho, Estela, parecía un zombi caminando, daba la sensación de que salía de ver una visión especial tenía todo el rostro iluminado de felicidad, se sentó de golpe en una de las butacas y me dijo:

¬Ingrid dame algo de beber, es maravilloso.

Me dice, cuando llegue a la sala, ellos no habían llegado, me puse debajo de la mesa que Kevin tenía designada, y espere a su aparición. Lo desnudaron, no pude ver su cuerpo completamente, pero me lo imaginaba, le quitaron el cinturón, hubiese querido ser yo el que se lo quitaba, para masajeárselo y lavárselo, pero me aguante.

Cuando se tumbo, y metió su ENORME pene en el lugar indicado, me asuste, no podía tocarlo hasta que no estuviese atado y su monitora no estuviese a mi lado, las bragas se empezaron a mojar. Cuando apareció la monitora, me calme ella me dio la señal y con mucho cuidado y suavidad, lo agarre entre mis manos, lo volví a lavar, y ya limpio, fue cuando empecé a besarlo tímidamente, note como poco a poco empezaba a crecer y fue entonces que me lo metí en la boca, dos veces, es tan grande que solo

podía hasta la mitad, por mi todavía lo tendría en mi boca, pero me pasaron el terminal, se lo acerque al glande y de un solo golpe lo succiono y , desapareció de mi vista.

Así estuvo el tiempo necesario para sacarle todo su jugo, cuando termino, se lo saque y se lo limpie con mi boca, masajeándole los testículos para que se recuperasen, fue entonces que la chica salió para mostrarles sus pechos y que él los mamase, al parecer lo hizo con suavidad sin hacerle daño acariciando con su lengua los pezones.

Cuando llego el momento de la segunda extracción, su pene estaba nuevamente vigoroso, su glande, de un rosa pálido, destacaba sobre el negro de su prepucio, en cuanto pude lo volvi a sujetar entre mis manos y lo bese varias veces, sus testículos estaban duros a estallar los frote y bese, le puse la terminal y comenzamos la segunda fase del bombeo. Fue estupendo, al salir me dijo la monitora que a Kevin se le veía una cara de satisfacción, cuando se marcharon Sali de mi escondite y los seguí a distancia hasta su cuarto, caminaba con soltura, me hubiese gustado seguirle para bañarlo yo misma y masajear todo su cuerpo. Y aquí estoy, con todas la bragas mojadas, que me voy a casa a cambiarme.

Le dije:

¬Espera un momento, disfrutaste con lo que hiciste, pero quiero saber porque disfrutaste, solo por lo sexual o por algo más.

¬Fue por algo más, sentí que algo me decía en mi interior que yo necesitaba a Kevin, no por el sexo, sino por un sentimiento de protección y bienestar que sentía cuando estaba a mi lado, que teniéndolo cerca me encontraba feliz y que el mundo era maravilloso, los pocos ratos que hemos estado hablando a las horas de descanso, siempre me a tratado con una educación exquisita, una cortesía que me atrevería a decir caballero de finales del siglo XIX. ¿Qué me pasa Ingrid?

¬Estela, lo que te pasa es que realmente estas enamorada, me parece que es un buen hombre y seria el ideal para ti, cuando termine la etapa de ordeño hablare con el y tratare de convencerlo para que ingrese en el cuerpo de seguridad, ya hable con James, y si el acepta, James lo pondrá bajo su custodia, y será su mano derecha en unos meses, ¿Qué te parece?

¬Ingrid, sería maravilloso, te quiero, ¿podre seguir como hoy toda la etapa de ordeño?

¬Bueno creo que mejor sería en días alternos, los otros días hablaras con el, le preguntaras si siente alguna molestia, cual fue el mejor día, y así sabremos si prefiere que lo prepares tu u otra de las chicas, ¿Comprendes?, de esa forma tu también descansas que tu boca no es tan grande como su documentación, ¿Verdad?

¬Qué razón tienes, ya tendré tiempo de metérmela toda, jajajaja.

Salió del despacho, contenta directamente a su casa, ya que las bragas estaban chorreando se había corrido brutalmente, con solo mamársela.

Al salir le dije:

¬El próximo día tráete unas de repuesto para no perder tiempo cambiándote en casa.

Le guiñe un ojo y se echo a reír cerrando la puerta.