Mi gran desgracia mi polla Final
Tener una polla gigante puede ser una ventaja o una desgracia
Mi gran desgracia… es mi polla. Continuación (4)
Tener una polla grande puede ser una ventaja, pero si es gigante, es una desgracia.
Durante mi estancia en un hospital se agudizó mi problema, entre todas me ayudaron a superarlo.
La rehabilitación hacía progresos todos los días iba una hora al hospital, las chicas me trataban muy bien, con mucho interés, un día me tocó con un chico, era muy buen profesional, pero no me conocía, las chicas estaban expectantes esperando la reacción del fisioterapeuta, el joven me hizo muy bien los ejercicios, trabajó hasta sudar con mi pierna, pero en un falso movimiento, se me salió la polla por el camal y le cayó sobre el brazo, el salto que dio hacia atrás fue el motivo de las risas de todos los colegas, se enfadó y le dijo a la jefa que continuara ella. La chica le siguió la broma y se me acercó, me cogió la polla con las dos manos y levantándola le dijo…
--- Mira Manuel, esta serpiente no muerde, solo pica.
La risotada fue grande hasta entre los enfermos, luego me la guardó en el pantalón.
Ya iba teniendo más seguridad en la pierna, pero aún estaba lejos de dejar la muleta, por lo que me animé y me acerqué a mi oficina en un taxi, al verme mis compañeros dejaron todo el trabajo y me abrazaron, estaban muy contentos y me preguntaron cuando volvería, yo les conté como iban mis progresos.
Entre ellos estaban Elvira y Elisa, las dos chicas más dispares de la empresa, Elisa era todo un monumento de mujer, perecía una depredadora mientras que Elvira era muy tímida y vestía muy discreta. Luego había tres chicas más y dos chicos, quedamos para cenar algún día.
Cuando llegué a casa tenía un aviso en el contestador de Elisa, que me decía que quería invitarme a cenar a su casa.
Por la tarde le llamé cuando estaba ya en su casa, me confirmó que le haría mucha ilusión que cenáramos juntos, y si no me parecía mal que estuviera Elvira también.
Quedamos para el fin de semana siguiente, Elisa era una mujer 10, tenía todo lo mejor que se pueda desear, una cara, un tipo, un cuerpo, altura, pelo, culo, piernas, todo. Además sabía lo que era y sabía lucirlo, le gustaba que los hombres le miraran y se follaba todo lo que estaba a su alcance. Elvira era todo lo contrario, no es que estuviera mal, pero como vestía tan discreta, siempre con ropas anchas, colores oscuros, pelo lacio y no se pintaba jamás, se follaba todo lo que estaba a su alcance fuera hombre o mujer.
Cuando llegué a su casa Elisa me abrazó como nadie lo había hecho en la empresa, me besó en la boca, me dijo que la perdonara por no haberle hecho casi caso en el trabajo, me hizo pasar al salón, allí estaba con cara alegre Elvira, también me abrazó y me dijo que tenía muchas ganas de estar conmigo, que era una persona que le hacía sentir algo muy especial, las dos mujeres olían maravillosamente, me gustó como me abrazaron, era un abrazo sincero, no de compromiso como se suele hacer siempre, las dos me estrecharon contra ellas, la sensación fue diferente pues mientras Elisa me apretaba contra ella y sus tetas, Elvira me estrechaba notando sus tetas cálidas sueltas bajo su leve ropa.
Me hicieron muchas preguntas sobre mi salud y mi vida, como la iba llevando, en un momento de complicidad entre los tres me preguntaron cómo llevaba la desgracia de mi polla, les dije riendo que solo ellas eran por ahora las beneficiarias de mi falo.
Después de una buena cena que habían encargado, nos sentamos en una alfombra grande en medio del salón entre unos cojines que bajaron del sofá, las chicas vestían cada una en su estilo pero con ropa cómoda y suelta, Elisa con una blusa escotada y falda y Elvira con un suéter súper ancho y una falda pantalón. Se descalzaron sobre la alfombra, yo con las dificultades propias de mis lesiones también me acomodé, estuvimos recordando tiempos pasados e inevitablemente salió el tema de la apuesta, cuando me vieron el reloj puesto.
También salió la visita de Elvira con su original idea de ganarse a Elisa.
Les pregunté si había surtido efecto y me dijeron al unísono que Siiii!, en efecto eran amantes aunque cada una tenía libertad para ir con quien quisiera, Elisa solo follaba con hombres y con Elvira, ésta con todos, era bisexual pero su amor era Elisa.
Elisa con las piernas cruzadas y la falda medio subida me dijo que tenía una espinita clavada, desde que le hice perder la apuesta siempre ha estado obsesionada en follar conmigo de verdad, y más cuando Elvira le había demostrado que ella había podido.
Yo me encogí de hombros y le dije que no era culpa mía, que si Elvira había podido, ella también lo podría hacer, como diciéndole que Elvira era más mujer que ella.
Ella lo captó enseguida y me dijo que aquella vez la había sorprendido y que no le volvería a pasar.
Elisa se levantó un poco la falda entre sus piernas cruzadas, lo suficiente para que viera que no llevaba bragas, su coño estaba depilado totalmente como siempre, como estaba con las piernas separadas sus labios estaban abiertos y enseñaba un clítoris rosado y erecto, al mirarme se mordía el labio inferior y pasaba la lengua por la boca entreabierta, la mano se puso bajo la teta derecha y se la apretó cogiéndose el pezón con dos dedos.
Elvira se puso detrás de ella y cogiéndole la blusa, la estiró por encima de su cabeza y dejó a Elisa con un sujetador de tul trasparente que dejaba ver sus pezones con la areola como galletas y el pezón como cerezas, se echo hacia atrás y se acostó sobre la alfombra, la falda se le subió hasta la cintura y sus muslos se descubrieron hasta que se juntaban y el pubis los unía con una raja brillante.
Elvira se quitó por encima de la cabeza el suéter gigante y apareció como siempre con las tetas sueltas con los pezones separados y que le nacían desde las axilas hasta el canalillo, luego despacio, sin prisa se quitó la falda pantalón y se quedó completamente desnuda, su piel parecía nieve con lo que se marcaban más los rasgos, se inclino sobre Elisa y le soltó la falda y se la sacó por los pies, el coño de Elisa era perfecto, unos labios esculpidos, sin ningún defecto, Elvira se inclinó sobre ellos y separándolos aplicó la lengua mojándolos y absorbiendo entre las rugosidades del coño, la diosa se dejaba querer, estaba con los brazos abiertos y las piernas separadas recibiendo la comida de coño de Elvira,.
A mí personalmente me gustaba más Elvira aunque no era tan perfecta, pero era más natural, por eso cuando se acercó a mi mientras le iba lamiendo a Elisa, le pasé la mano por las nalgas y el dedo entre ellas, la chica lo agradeció ofreciéndome su culo abriendo las piernas, de paso su sexo enseñaba la entrada de su vagina, estaba dilatada de tanto meter objetos demasiado grandes, mi mano fue directamente a los labios menores, deformados por los excesos y metí tres dedos a la vez, como estaba mojada por la comida que estaba dando, no le fue incómodo notar el coño invadido por una mano casi entera, mis dedos tocaban los pliegues de su vagina y mi polla empezó a elevar la cabeza imaginando que seguramente se la iba a meter aunque le doliera.
Elisa se deslizó hacia mí, me soltó el cinturón y estiró el pantalón hasta sacarlo, la polla asomaba por el camal del bóxer como 10 cm. la atrapó con la mano y cogiendo la cintura bajó el calzoncillo hasta los pies, con la mano levantó la polla y se la acerco a la boca, el capullo se mostró brillante, las manos abarcaban todo el tronco y lo agitaba para que se pusiera duro, Elvira sacó de un cajón un consolador gigante que simulaba perfectamente un falo de 22 cm., le repartió crema por todo su cuerpo y se lo fue metiendo a Elisa para dilatarle la vagina.
Elisa se estremeció cuando noto de momento que un aparato tan grande entraba en su vagina, cuando se atemperó y ya no estaba frio se relajó y fue dejando que entrara bajo la presión de Elvira, cuando ya tenía la polla dura, me puse detrás de Elvira y quise premiarla por su interés por mi polla, separé sus nalgas y la pasé por la raja de su culo, restregándola y calentando su ano, cuando me notó separó las piernas y con la mano entre ellas me guió la polla hasta su vagina, parecía una ventosa, sus labios pegados a mi glande y sus jugos remojando la piel, con un leve empujón la punta estaba dentro y con un poco más de presión se había metido el glande.
Me fui girando para que Elisa viera que ya estaba la cabeza dentro, ella soplaba con el consolador por lo que le dio rabia que ella no pudiera, le quitó el consolador a Elvira, se lo fue metiendo a la vez que lo rodaba para que entrara antes.
Cuando quiso meter el consolador dentro, Elvira ya tenía mi polla hasta el cuello del útero, yo notaba como hacía tope, imagino que Elvira lo notaria más y aunque dilatara no quería lastimarla, Elisa nos veía y se desesperaba, ver a Elvira empalada tan fácilmente y ella le venía grande una polla de 22 cm. Elvira aunque la tenía clavada tampoco estaba sobrada, pues no se movía, estaba expectante de mis deseos, no se atrevía a moverse pues la polla estaba hasta la cintura por dentro yo tenía sus tetas entre mis manos y me entretenía con ellas, Elisa con el consolador quería que su coño cupiera todo de momento, no comprendía que Elvira llevaba mucho tiempo metiéndose toda clase de artículos grandes desde verduras a botellas.
Cuando vio que su amiga y compañera estaba llena de carne, quiso probar a meterse la mía, se puso a cuatro patas y debidamente lubricada me dijo…
--- Bien Quique, ya puedes metérmela, estoy segura que esta vez me cabrá toda, ya estoy dilatada.
--- Estás segura? No tienes porque sufrir, cada uno es como es, a mi me gustaría tenerla más pequeña.
--- No te preocupes, tú métela hasta que quepa.
El agujero de la vagina parecía estar engrasado como una máquina, apoyé la polla en la entrada y fui presionando, al principio la punta entró bien, Elisa se volvía ufana y me animaba…
--- Sigue, que ya está dentro.
Pero cuando el glande se abrió paso, Elisa dejaba de jalearme y empezó a soplar, el anillo del glande entró con dificultad y cuando hizo un ruido seco, Elisa ya se sintió aliviada pero el glande seguía hacia dentro y el tronco detrás de él y la iba llenando, estaba apurada pero no quería ceder y aguantaba sin respirar, yo tensaba el glande de vez en cuando y ella acusaba el hinchazón dando una encogida.
Tenía bien cogida a Elisa por las caderas y no se podía mover, mi polla recta a su vagina y centímetro a centímetro entrando, Elisa apoyaba la cabeza en el suelo o la levantaba violentamente, ya no podía aguantar tener semejante trozo de carne ardiente, pero su empeño la hacía aguantar, pensaba que siempre podría caber un poco más, Elvira la ayudaba guiándole la polla hacia dentro, le acariciaba el clítoris y le chupaba las tetas para que olvidara un poco la prueba que estaba sufriendo.
Cuando ya faltaba poco para que llegara a la medida que se había metido a Elvira, Elisa dijo…
--- Vale Quique, ya está dentro, no quiero más, fóllame fuerte ahora.
Le separé las piernas más aún y la atraje hacia mí, me apreté contra ella y le forcé la entrada un poco más, la sacaba otro poco, fui cogiendo velocidad, Elisa lloraba y gemía…
--- Quique córrete por favor, y sácala rápido.
Cuando ya estaba viniéndome la corrida, se me adelantó el orgasmo de Elisa, se cayó de bruces sobre la alfombra, casi me arrastró, con lo que me podría haberme hecho daño además de la consecuencia que podría haber tenido ella, la polla se salió de golpe y Elisa se quedo casi desmayada por el orgasmo tan violento y por la salida tan violenta de mi tranca.
Sin pensármelo dos veces busque el coño de Elvira y enterré mi polla, que con unos cuantos empujones se metió hasta dentro ella, al no esperarme sintió como se llenaba de golpe y era follada rápidamente con lo que experimentó un orgasmo inesperado que aguanto no sin esfuerzo, hasta que me corrí dentro llenándola de leche, me abracé a ella por la espalda, le cogí las tetas y estuve dentro de ella hasta que mi polla volvió a su tamaño “normal” la alfombra parecía un campo de batalla, el consolador olvidado y manchas de semen por doquier.
Cuando nos recuperamos Elvira fue en auxilio de Elisa y la abrazó, los dos le dijimos que había sido muy valiente y que se había portado como una súper coño.
Nos despedimos después de ducharnos y arreglarnos y prometimos no contar esta cena.
Cuando me acosté en mi cama, solo quería que dormir, en efecto me levanté tarde, ya más descasado salí a comer fuera, me di el gran banquete, después fui a casa con la sana intención de hacer una siesta mortal.
Ya estaba entre dos sueños cuando sonó el teléfono, era Susana, la directora del banco de semen del hospital, primero me preguntó como estaba, había llamado al hospital y le habían dado mi teléfono, después se interesó por mi movilidad y si podría salir a cenar con ella, tenía que proponerme un asunto, le dije que sí, quedamos para el día siguiente, fui a su casa, me estaba esperando vestida de calle, me desconcertó un poco pues pensé que la cena sería en su casa, me cogió del brazo y me acompaño al ascensor, según íbamos hablando me explicó que no quería decírmelo por teléfono, pero había quedado con su hija Chelo en cenar en su casa.
No me pareció mal, salimos desde el garaje con su coche, conducía ágilmente y después de callejear un poco salimos de la ciudad hacia una urbanización de cierto nivel, en la puerta de un chalet tocó el pito y una puerta se abrió al momento, el jardín bien cuidado nos condujo a un garaje que abrió su puerta plegable, entramos a la casa por una puerta interior, nos recibió Chelo la hija de Susana, yo ya tenía el gusto de conocerla y ella también a mí, por lo que nos dimos dos besos en las mejillas, como ya sabrán la chica era totalmente distinta a su madre, estaba lisa como una puerta, con poco culo y nada de teta, los muslos delgaditos aunque era bonita de cara. Nos invitó a pasar al salón y nos dijo que la cena ya estaba preparada.
Con la cena me estuvieron explicando cómo funciona un banco de semen, pero ella quería probar un sistema rápido, para casos específicos, de inseminación con problemas de semen con pocos espermatozoides.
También me contaron que Chelo trabajaba en el banco de semen en la administración, era soltera y vivía bastante bien gracias al empleo que le había proporcionado su madre, su padre se dedicaba a la representación de una farmacéutica.
Cuando terminamos de cenar estuvimos tomando café en el salón, Chelo y yo nos sentamos en el sofá y Susana frente a nosotros.
La conversación derivó a lo ideal que sería yo para la inseminación, pues con mi polla, sobre todo la cantidad y la calidad de mi semen, sería muy productivo.
Susana que iba vestida con un traje estampado que se abría por detrás con una serie de botones, era corto, sobre la rodilla, zapatos de tacón altísimos, estaba maquillada con mucho gusto y sus labios rojos le daban a su cara un aspecto muy sensual.
Chelo, vestía una camisa casi trasparente con dos bolsillos y pantalón campana, bajo no llevaba nada por supuesto pues no tenía nada de pecho, solo dos pezones negros, que los escondía con los dos bolsillos, se marcaban enseñando sus puntas.
Cuando estábamos hablando de Susana, nos explicó que había comentado con su hija su problema, y que le había convencido al enseñarle unas imágines que le borraron toda duda.
Su problema es que su marido tenía una mini polla, no llegaba a los 10 cm. por lo que las relaciones sexuales eran muy difíciles, Susana había sufrido desde hace muchos años la falta de polla y encima tenía que fingir, cuando follaban haciendo y gritando como si la fuera a reventar.
Chelo me confirmó que una vez que sus padres estaban en la habitación oyó gritos, preocupada se asomó un poco y vio como su madre le estaba chupando la pollita a su padre como si fuera un purito, con dos dedos, y después su padre se separó, con lo cual se la vio bien iluminada y la metió en el coño de su madre apenas dos dedos.
Susana se sentó a mi lado y mirando seriamente me dijo…
--- Quique necesito imperiosamente que me metas esa maravilla de polla, tengo el coño mojado desde que te conocí en el hospital, no he tenido un polvo verdadero desde hace muchos años, el día que mandé a Chelo al hospital era para que te viera y que comprobara lo que le había contado, está dispuesta en ayudarme, sobre todo cuando te conoció, eres muy buen chico y la polla también le impresionó.
Chelo se levantó y se puso detrás de su madre y le despasó el vestido por detrás, cuando el escote iba separándose, podía adivinar las dos tetas que tenía, tenía por ella y por su hija, sería de una talla 100, le sacó las mangas por delante, dejó al descubierto las dos tetas redondas y hinchadas embutidas en un sujetador de encaje azul marino, los pezones se marcaban como dos sombras y por las puntas que sobresalían.
Chelo me preguntó si me gustaba lo que veía, me encantó y al levantarse Susana el vestido se soltó hasta el suelo, las braguitas que llevaba eran como un culote, y enseñaban todas las nalgas, tenía unas piernas bien torneadas y los zapatos las realzaban, se acercó a mí y me puso las tetas delante de la cara, el encaje del sujetador rozaba mi nariz, Chelo le soltó los cierres y saltó sobre mi cara dejando las dos tetas sobre mis mejillas, mi nariz dentro del canalillo, con las manos apresé las dos tetas desde los lados y hundí más la cara entre ellos, olían a perfume suave y a carne de hembra, Chelo cogió mi mano y la puso al lado de la cadera de su madre sobre las bragas, luego la otra, yo solo tuve que estirar hacia abajo para que su ombligo se pegara a mi boca y su leve vientre me rozara el pecho, de su sexo subía un olor especial, tibio y embriagador, rodee mis manos por sus nalgas y la atraje hacia mí, su pubis depilado me presionaba mi pecho, estuve chupando sus tetas hasta que ya tenía los pezones hinchados y duros, le lamí bajo sus pechos que caían un poco por la gravedad, estaba salado pero olían sensuales.
Chelo se agacho entre su madre y yo, me soltó el cinturón y me bajó la cremallera, ya sabía lo que se iba a encontrar, mi polla estaba semidura estirada hacia arriba cruzada hacia la izquierda sobre mi pierna, solo tuvo que levantar la goma de mi bóxer cuando asomó la cabeza llorosa de liquido pre seminal, Chelo lo cogió suavemente y lo estiró haciendo un gesto de aprobación, aunque pensó que una cosa era un mini pene y otra una maxi polla, pensaba en su madre, era el mayor deseo de su vida pero le iba a costar realizarlo.
Cuando me levanté a la altura de Susana mi polla iba rozando desde sus rodillas hasta su entrepierna, el pubis estaba pegado a él y separó las piernas un poco para sentirlo, lo pasé bajo sus labios y le salía por detrás un poco, Chelo cuando vio mi glande saliendo entre las nalgas, apretó su cara en las carnes blancas de su madre y metió la punta del glande entre sus labios, pronto su madre notó el cambio, pues el tronco se fue desarrollando entre sus labios separándolos, Susana se deslizaba por encima de mi polla poniéndola dura y rozándola con su clítoris, su hija pasaba la mano bajo mi polla entre las piernas de su madre, me cogió los huevos acariciándolos, la polla crecía por momentos.
Hicieron que me tumbara en el sofá y Susana me cogió la polla, hasta ahora no la tenía a su disposición y le bajó el glande moviéndola son suavidad, Chelo la pasaba la mano por entre sus nalgas y le acariciaba la vagina.
A mí Chelo me cayó bien desde el primer día, la mamada que me había hecho y la cubana sin tetas me sorprendió, ahora estaba a mi lado ocupada en darle a su madre una alegría, por eso cuando metí la mano bajo la camisa de Chelo y le pellizque un pezón dio un respingo, no esperaba nada para ella, aquí la artista principal era su madre, a mi en cambio me gustaba Chelo, su madre se afanaba por ponérmela dura al máximo para probar a metérsela en el coño, pero para eso hacía falta algo más que voluntad.
Chelo cuando notó como me empeñaba en poner duros sus mini pezones, se quitó la camisa y dejó que sus tetas imaginarias cayeran sobre mi boca, tetas no habían pero pezones si y salían muy sensibles y duros como garbanzos.
Busqué el cierre de la falda y lo solté, cayó de un golpe y la chica se sacó las piernas de la falda pantalón, llevaba unas braguitas muy delgadas en sus estrechas caderas, no costó mucho quitárselas y pasar la mano entre el arco de sus piernas con el dedo abriendo los labios hasta tocar el clítoris abultado, era curioso, tan poca carne y un botón tan hinchado, le toque un poco la pierna indicándole que la subiera al sofá por encima de mi boca, Chelo lo comprendió enseguida y se sentó prácticamente sobre mi boca, la lengua le recorrió sus labios de norte a sur y en el botón se detenía y relamía aspirando con los labios y mordiéndolo con los dientes a la vez que lo lamía con la lengua, la chica se apretaba mas a mí y dejaba a su madre un poco de lado. La polla Susana me la tenía roja de tanto pajearla, por lo que sacó su arma secreta, un especulo que le había pedido a una amiga ginecóloga para abrir la vagina en las exploraciones, se tumbó en el sofá cuando me levanté y abriendo las piernas la dijo a Chelo que untara con una crema que le había dado su amiga y que fuera dilatando su vagina.
La chica solicita se colocó entre las piernas de su madre y metiéndole el aparato engrasado lo fue abriendo hasta que su madre le dijo basta, respiró profundamente y al minuto le dijo que siguiera, Chelo estaba atenta de ir abriendo el aparato, yo poniéndome detrás le pasé la polla entre sus muslos hasta sus nalgas, nada más sentirlo abrió sus piernas y me cobije entre sus labios, la vagina mojaba mi glande, yo empujaba suavemente intentando entrar, cada vez se abría más de piernas y mi polla pasaba hacia delante hasta sus labios mayores y retrocedía calentando el clítoris a cada pasada.
En el coño de Susana ya se podía meter la mano, ella suspiraba, se veía al fondo el cuello del útero, parecía un pez boqueando fuera del agua, pensé que pronto tendría mucho para beber, seguro que se atragantaba.
Chelo hacía bien el trabajo, poco a poco el coño de su madre se ensanchaba hasta lo impensable, por curiosidad metió dos dedos, pero cabía mucho más, hasta que metió su delgada mano y le entró hasta la muñeca, Susana le preguntaba sofocada…
--- Chelo cariño, como está ya, puede caber?
--- Un poco más mamá, ya falta poco, te va a llenar del todo.
--- Ya tengo ganas de tener esa polla dentro, siempre pensaré con ella cuando esté follando.
Chelo por un momento tuvo que dejar el aparato y apoyándose en los muslos abiertos de su madre recibir un orgasmo de lo más excitante que había tenido nunca, a ella también le gustaría recibir mi polla, lastima del tamaño.
Cuando parecía que el coño de Susana se iba a desgarrar, Chelo paró y le dijo a su madre…
--- Mamá ya tienes muy abierto el coño, probamos ya?
--- Como tú veas, ya no aguanto mucho más.
Susana estaba expectante con su coño dilatado al máximo, mi polla dura después de sacarla de entre las piernas de Chelo.
Me acerque a Susana, le dije a su hija que engrasara mi polla y el coño de su madre, lo hizo al instante, mi miembro parecía un brazo recién salido de un cubo de grasa y su coño apenas se veía bajo la capa de crema.
Susana estaba con las piernas abiertas, las tetas pegadas a su pecho separadas a cada lado y sus labios separados enrojecidos esperaban el gran regalo.
Chelo estaba atenta a mi polla y cuando la iba a meter en el coño materno quiso que estuviera al máximo por lo que lo guió hacia su boca y me lo chupó todo, especialmente el glande.
Ya estaba morado de tanta sangre acumulada cuando lo encaró hacia el agujero de la vagina, presioné un poco y de momento se metió casi todo el glande, yo me sorprendí por el éxito del aparato, pero cuando intenté meter más, Susana ya suspiraba y respiraba entrecortada.
Entre sus tetas empezaron a aparecer gotas de sudor, yo seguía intentándolo y el coño se resistía, después de intentarlo varias veces Susana estaba a punto de desistir y conformarse con la mini polla, di un empujón y pude meter el glande, Susana chilló, pero ya estaba dentro, pero la alegría duró poco pues estaba atascado no entraba más y lo peor tampoco salía, yo empujaba pero la polla se llevaba los labios hacia dentro pero no entraba nada, cuando Susana ya se quejaba mucho Chelo, cogió una botella de aceite corporal y nos roció la polla y el coño, fue milagroso, al siguiente empujón la polla se metió más de 5 cm. y al siguiente otros 5, con lo que Susana ya estaba llena de carne y notaba como tocaba el cuello del útero, me dijo que la follara enseguida, obedecí y la fui metiendo y sacando despacio, mientras Chelo estaba a mi lado y me acariciaba los huevos y el clítoris a su madre, yo acerque las manos a sus tetas y cogiendo los pezones las levante hacia arriba, mis movimientos fueron más rápidos y Susana gritó…
--- Quique, Chelo, que maravilla, me voy a correr, que polla más grande, ha valido la pena, me corro, me corro ya.
Sus manos y piernas hacían movimientos espasmódicos y ponía los ojos en blanco, se pellizcaba las tetas y se frotaba el clítoris desesperadamente, después se calmó hasta notar que yo seguía empujando y mi polla palpitaba como nunca, cuando quiso darse cuenta notó un chorro a presión de leche que llenaron lo poco que quedaba de vagina y el cuello del útero parecía una fuente aspirando tanto semen.
Cuando la saqué, Chelo la estaba esperando y se la metió en la boca hasta limpiarla con esmero.
Me gustó como la hija se había sacrificado por su madre, yo habría preferido metérsela a Chelo y ella lo sabía también, le dije que no me quería ir sin probar el aparato con ella, su madre estaba casi desmayada con el coño expulsando un reguero de leche entre sus muslos, desnuda y con las piernas abiertas.
Me cogió de la mano y me llevó a su cama, yo cogí el aparato y el aceite y nos tumbamos en la cama, sus pezones me atraían locamente, no hacía falta las tetas, eran tan agradecidos que con leve beso se ponían rabiosos, me comí su coño un rato y mientras ella me comía la polla a mi le coloque el aparato y fui abriendo poco a poco, cuando se veía el útero metí la lengua todo lo que podía lamiendo los pliegues de su vagina, no quise forzarla mucho, ya cabía la mano cuando lo quité, ella aguantaba a gusto el tormento, sabía que tendría recompensa, cuando estuvo libre del aparato me tumbé en la cama Chelo se subió encima de mi polla con las piernas a los lados de mis caderas, se fue bajando hasta que su vagina se apoyo sobre mi obelisco, al abrazar sus labios mi glande se paró y suspiró, empezó a bajar y poco a poco entró la mitad del glande ya no pasaba de ahí, pero con la botella rocié de aceite de niños y la punta se deslizó dentro, no dejé de mojar con aceite hasta que se metió más de 5 cm., Chelo estaba encantada apenas le dolía y tenía la polla más grande dentro, le daba un placer indescriptible, me abrazó del cuello y se apretó a mí, todavía le entró algún centímetro más y se corrió violentamente, le pregunté…
--- Chelo me encantas, eres una chica excepcional, me has hecho muy feliz, donde quieres que me corra?
--- Gracia Quique a mí también me ha gustado follar contigo, córrete dentro de mí, mañana me tomaré la píldora del día siguiente.
Desde la puerta de la habitación de Chelo se oyó…
--- Vaya con la juventud, yo hecha polvo y vosotros habéis follado a gusto y sin problemas, yo no me quejo, he follado con la mejor polla.
Nos sentamos en el sofá después de cubrir con una sabana el asiento, estaba mojado de semen y jugos vaginales.
Susana me contó su proyecto, era que para las mujeres que querían quedarse preñadas, había pensado hacer con una camilla y una cortinilla donde la mujer estaría tapada hasta la cintura, en ningún momento nos veríamos, de todas formas iría con un antifaz, la pareja de la mujer la calentaría, les dejaríamos intimar tranquilos, cuando se fuera a correr entrabas tú y le aplicabas la polla en el coño y la llenabas de leche.
--- Que os parece la idea?
--- Está bien, si se avienen a que le meta la polla yo.
--- No, si no se la meterás, no le cabria, solamente le enchufarás la polla metiéndole la leche a presión, con la cantidad de bichitos que tienes seguro que se queda preñada y con muy pocos gastos, y barato para la mujer.
Quedamos para madurar la idea más adelante, me dieron dos besos y me fui a casa pensando lo buena hija que era Chelo.
Mi gran desgracia… es mi polla. Continuación(5)
La rutina de la rehabilitación, era compensada por la evidencia de mi mejoría, todos ellos eran unos grandes profesionales.
Ya casi andaba sin muleta, solo la cogía para salir a la calle, cuando llegué a casa después de mi sesión en el hospital, recibí una llamada de mis compañeros del trabajo, eran los dos chicos, no me habían visto desde el accidente, tenía ganas de verlos y que me contaran todo lo que había pasado en mi ausencia, me propusieron ir a tomar unas copas, por supuesto que acepté, pasaron a por mí, estuvimos recorriendo varios bares y tomamos de todo, empezamos con bebidas suaves hasta ir subiendo mucho el listón.
En uno de los bares, cuando ya estábamos algo tocados, nos encontramos a las tres compañeras de la oficina, estaban también de copas y lo llevaban más o menos igual que nosotros, decidimos seguir la noche juntos, cuando estábamos más que bebidos una chica preguntó...
--- Por qué no seguimos la noche en casa de Quique?
La respuesta fue unánime, al rato estábamos en mi casa, yo como no esperaba visitas y menos de tanta gente, no estaba preparado para una fiesta así, pero ellas al pasar por una tienda de 24 h. les di dinero, compraron bebidas y algo de picar, pronto se repartieron por los sillones y sofá, se llenó la mesa de botellas, hielo y vasos, los chicos sirvieron rápidamente a cada uno lo que le apetecía, la primera ronda desapareció de los vasos al momento, se repitió el relleno de vasos y la alegría reinaba en mi casa, parecía una pandilla de borrachos, las chicas se lanzaron, alguna se quitó la ropa quedándose en sujetador y bragas, otra hasta el sujetador, las tetas se movían sueltas mientras que nosotros no acertábamos a agarrar ninguna, en un momento de relax, se reunieron la chicas y se estuvieron diciendo algo en secreto, la reacción se vio enseguida, se abalanzaron sobre mí, me bajaron los pantalones primero y el bóxer después, se habían enterado pero uno de los chicos del tamaño de polla que tenía yo, y querían como poco vérmela, cuando la tuvieron cerca se quedaron unos segundos como hechizadas, pero pronto se lanzaron sobre ella e intentaron ser las primeras en acariciarla, una la pasaba la mano sobre ella, otra la sopesaba y la más atrevida le despejaba el capullo, los sujetadores y bragas que quedaban puestos desaparecieron y pronto estaban desnudas, los chicos se animaron y se unieron a la fiesta, mientras ellas estaban ocupadas con mi polla, ellos magreaban a las chicas y les metían mano por donde podían, las pollas de ellos también salieron a escena y alguna chica que no podía atender a la mía se ocupaba de las de los chicos, les mamaron las pollas y no tardaron nada en meterlas en caliente, a mi me la pajeaban y la lamían sin compasión, era una locura, quisieron hacer un concurso, se pusieron las tres apoyadas en el asiento del sofá con el culo frente a nosotros, tenían que adivinar qué mano las tocaban, era muy divertido pues casi nadie lo hacía, ni tenían interés de adivinarlo, por lo que estuvimos un buen rato tocando sus coños abiertos y sus culos rellenos, yo me apoye sobre una chica, en esos momentos me era igual quién era, le puse la polla entre las piernas pegada a sus nalgas, ella separó las piernas y me cogió la polla por delante, a mi lado mi compañero se la metía en el coño follándola y el otro intentaba sin éxito metérsela por el culo,
Todo eran risas, suspiros y gemidos, yo no estaba muy pendiente de nadie, de vez en cuando nos cambiábamos y las pollas iban de coño en coño, pero hubo un momento cuando más caldeada estaba la reunión, que un chico consiguió meterla en el culo de una chica, esta estaba con el culo levantado, él se la metió directa, ella chilló pero inmediatamente dijo…
--- Huuuum, ya era hora que alguien me la metiera en el culoooo!.
La escena era ideal, la chica ofreciendo su culo y el agachado sobre ella, se le veía solo sus huevos pegados a sus nalgas y su culo también abierto.
Fue algo insospechado, el chico que estaba dentro de la otra chica la sacó y mojada como estaba su polla de jugos del coño, se puso pegado al compañero y se la metió por el culo, el se paró en seco, pero cuando notó los huevos del compañero junto a los suyos se volvió y le dio un beso en la boca, nos quedamos helados, pero la fiebre que nos salía de los sexos pasaron por alto el detalle y seguimos con lo nuestro, los dos compañeros sin sacarse la polla dejaron a la chica y se fueron a otra habitación.
Nadie los echó en falta, las tres se lanzaron sobre mí y me tuve que multiplicar metiendo dedos, boca y polla donde podía.
Entonces me fijé en mis compañeras, Pili era la más inquieta, siempre estaba en marcha, desde que entré en la oficina me fijé en ella, tiene un escote muy atractivo, además de cantidad le salen las tetas por arriba, me intrigaba el que no se le veía canalillo, por lo que cuando la vi sin sujetador, lo comprendí todo, tiene unas tetas grandes una talla 100 pero las tiene un poco caídas por lo que cuando se las sube el sujetador, le hace un escote bonito, sin sujetador tiene mucho morbo, pues aunque le caen las tetas, le bambolean con cada movimiento, con los pezones tan grandes que tiene, es todo un espectáculo, son muy sensibles y creo que se le ponen duros nada más sentir que están libres, era la que gritó cuando el compañero le metió la polla en el culo.
Otra compañera era Emilia, muy morena, pelo rizado, ensortijado diría yo, ojos oscuros y labios carnosos y grandes, siempre se los pintaba rojos fuego, era preciosa, las tetas no muy grandes pero tenía las caderas anchas y siempre llevaba faldas, tiene el pubis carnoso y los labios rosa oscuros, no se depila, el vello negro brillante rizado le sale por las bragas escuetas, tiene pelo alrededor de los labios vaginales hasta el ano, ah! Y los pezones también negros, con algún pelillo que le hace diferente, más salvaje.
Carmen era la otra compañera, era delgada, alta, rubia con melena lacia por los hombros, casi siempre vestía pantalones estrechos, a mi me gustaba mucho cuando llevaba legins, estrechos y elásticos, marcaba sus caderas, sus nalgas y sobre todo su coño que se calcaba señalando los labios carnosos y su clítoris, siempre pensé que usaba tanga, pero me equivocaba, nunca llevaba bragas, y lo que marcaba el pantalón era lo que tenía, la cintura estrecha y el cuerpo también delgado con una tetitas pequeñas pero puntiagudas, sus prioridades eran montar las pollas sin metérselas, tenía al clítoris hipersensible y disfrutaba frotarlo con cualquier cosa sobre todo con una polla, y más como la mía, creo que era la que más se alegró de tenerla a su disposición.
Yo era el único objetivo al autoexcluirse mis compañeros, dándose por el culo en la otra habitación.
Las chicas se lanzaron sobre mí, cada una con sus apetencias, Carmen por supuesto fue la que me montó cabalgando a lo largo de mi polla, sus labios tenían la maestría de colocarse a los lados de mi polla cubriéndola casi toda, el clítoris me peinaba a lo largo desde los huevos hasta el glande, notaba como se paseaba tranquilamente saltando sobre cada vena y pliegue.
Las tetas era pequeñas pero estaban mirando al cielo y tersas y duras, los pezones separados y puntiagudos, era un placer apretarlos y amasarlos juntos o por separado, no hacía falta acariciar el clítoris, pues tenía completo dominio de él y lo pasaba por donde le daba más gusto, me estuvo cabalgando hasta que tuvo dos orgasmos.
Las otras dos compañeras… Pili se sentó sobre mi cara, le estuve lamiendo el coño, se lo puse rojo de tanto repasar sus pliegues y labios, pero cuando reaccionó de verdad fue cuando le metí la punta de la lengua en el culo, creí que me habría rechazo, pero al revés, se abrió el esfínter, era muy suave y sensible, nada más tocarlo con la lengua palpitaba y se abría como una flor, las tetas me caían sobre mis manos, me las llenaban, los pezones de salían entre mis dedos.
Emilia estaba a mi lado, estaba lamiendo el glande cuando Carmen le dejaba salir bajo sus labios, arrodillada a mi lado dejaba los labios a mi alcance y era una gozada rebuscar entre su melena donde estaban sus labios, el clítoris y la vagina, sabía que un poco mas de pelo rizado y encontraría el negro agujero arrugado entre sus nalgas, mis dedos se perdieron en la maraña negra y rizada, parece que le producía un placer especial notar el pelo sobre su piel, porque no tardó en correrse, me empapó la mano de flujo que se quedaba pegado entre su melena, el siguiente lo tuvo al notar como mi dedo entraba hasta dentro en su culo, se empeñó en seguir lamiendo mi polla cuando salía de entre los labios de Carmen, estaba toda mojada de jugo del coño de Carmen, pero no le importaba, solo esperaba estar allí cuando me corriera yo, para acelerar la eyaculación, Emilia le lamió a Carmen el botón hipersensible y empezó a moverse rápido sobre la polla engrasada, después de correrse, se levantó y Emilia me cogió la polla y lamiendo el glande no paró hasta llenarse la boca de leche caliente, le salía el sobrante por sus labios rojo fuego y pasando la mano por la polla volcánica, repartió toda la espuma entre su vello negro.
La polla me ardía después de la cabalgada de Carmen, y aunque me había corrido tenía los huevos duros y llenos, Pili como tenía el culo dilatado y mojado se sentó sobre mi polla y se la puso entre los labios resbalando hasta llegar a su culo, suspiró cuando notó el glande caliente en su ano áspero, Carmen y Emilia, colaboraban a su lado meneando la polla de arriba abajo, poniéndola cada vez más dura, las nalgas de Pili se acoplaban para que mi polla entrara lo más posible, estaba bastante dilatado y frente a mi polla ya no se veía el ano, se iba metiendo parte de la nalga hacia dentro con la polla, Carmen se las separaba para que no impidieran el roce, Pili movía las caderas cadenciosamente y pronto entró la punta, Pili cogió aire en sus pulmones y lo retuvo hasta sentir que todo el glande había entrado, Emilia engrasaba con crema el tronco para que siguiera resbalando hacia dentro, solo pudo ser unos 5 cm. pero cuando mi polla empezó a refrescar por dentro el recto de Pili con una corrida fenomenal, aún entraron otros 2 cm. Pili respiró aliviada cuando se corrió y se levantó sacándose la barra que la tenía empalada.
Cuando las chicas habían recibido varios orgasmos de mi parte y de alguna boca y mano femenina, nos dejamos caer en el sofá, al poco salieron los compañeros cogidos por la cintura y con las pollas colgando, se sentaron en el suelo frente a nosotros, nos dijeron…
--- Perdonad, pero hemos descubierto que nos gustábamos sin saberlo hasta ahora, somos bisexuales aunque un poco más gay, cuando vemos un culo de tío nos perdemos, gracias a vosotros nos hemos descubierto, tan cerca y sin habernos dado cuenta.
--- Tranquilos, por mi no hay problema, es cosa vuestra.
--- Cuando te vi la polla en el gimnasio no sé cómo pude contenerme, y casi no pude mantener el secreto aunque algo me salió. Jajaja.
Dando bandazos fueron buscando sus prendas respectivamente y se marcharon, cuando salían una de las chicas me dijo…
--- Lástima que Elisa y Elvira no estuvieran aquí también, les abría gustado tu polla.
Yo le sonreí y le dije adiós con la mano.
Mi gran desgracia… es mi polla. Continuación (6)
Un día que salí pronto de la rehabilitación, compré enfrente un gran ramo de flores y dos botellas de champagne, volví a entrar y subí a la planta donde estuve yo, las enfermeras que estaban de turno saltaban de alegría al verme, el ramo les encantó y las botellas prometieron compartirlas con las chicas de los otros turnos, me pasaron al cuarto de guardia y me preguntaron cómo me iba, yo también le pregunté cómo llevaban el trabajo, me dijeron que me extrañaban mucho, sobre todo a mi polla, nos reímos todos, en ese momento entró una médica nueva y me presentaron, ya le habían hablado de mí y se interesó sobre mi polla, bajo la coacción de las enfermeras tuve que bajarme los pantalones, las enfermeras no me dejaron más, ellas me cogieron el bóxer y de un tirón lo bajaron hasta los tobillos, la polla saltó un poco dura, la médica se arrodilló a mirarla de cerca, una enfermera me cogió la polla y la puso horizontal a la vez que me descubría el glande y le dijo.
--- Doctora, porqué no le hace una exploración rápida a ésta maravilla.
No hubo que insistir, la médica me lamió el glande hasta ponérmelo duro, las enfermeras me pajeaban hasta que me corrí manchando la bata de la médica, la chica se relamió de las salpicaduras, diciendo…
--- Me gustaría tener este enfermo para hacer prácticas en mi casa.
Las chicas me abrazaron jubilosas y después de limpiarme la polla con sus lenguas, me dejaron vestir.
Me informaron que mi vecino de cama se había marchado la semana anterior, les pidió el teléfono y se lo dieron.
Pasados cuatro días, Fernando me llamó, se intereso por mis progresos y yo le correspondí, me dijo que Irene su mujer le había recordado el proyecto que teníamos pendiente, por eso me había llamado, él aún no estaba perfecto pero se podía valer.
Le dije que yo estaba disponible, aún no trabajaba, dijo que me llamaría.
Pronto cumplió su palabra, quedamos en ir a cenar, me guardaba una sorpresa que no quiso darme pistas, cuando me dio la dirección acudí, llevando varias cosas para la cena.
Me abrió Irene, estaba radiante, una sonrisa de oreja a oreja y me dio un beso lento en la boca, mi polla acuso el primer golpe.
Cuando pasé al salón me enseñaron la sorpresa, era que también habían invitado a su tía Paqui, tendría unos 50 años y estaba muy bien, se notaba que se mantenía bien, las manos muy arregladas y el cuerpo muy cuidado, el pelo de peluquería reciente y con un tipo muy escultural, los pechos altos y el culo relleno, la cintura ya no era de joven pero los muslos estaban muy duros.
Mientras cenábamos me contaron muchas historias, Fernando se había criado con su tía y sus primos, tenía dos primas y una primo, su madre había muerto en un accidente, su tía Paqui había hecho de madre y lo había hecho muy bien, con su marido le habían tratado como a un hijo propio, lástima que se quedó viuda pronto y le tocó criarlos ella sola.
--- Cuando fueron críos, vivieron muy felices jugando juntos, cuando empezamos a crecer y las hormonas empezaron a hacer de las suyas, Fernando se fijó en su tía, a veces se acostaba con ella con cualquier excusa, le tocaba las tetas y los muslos mientras dormía, la tía no se enteró hasta que un día se dio cuenta que tenía una mancha en el estómago de semen, fue la señal de que tenía un hombrecito en casa, las siguientes veces que se acostaron juntos, la tía ya no dormía y procuraba que su sobrino tuviera mejores vistas y se ponía ropa más sexi y en posturas más fáciles de tocar.
Fernando demostró ser un alumno aventajado y aprovechaba el “profundo” sueño de su tía para ir aventurándose más en su magreos y pajas, las tetas ya las manejaba como quería, se las sacaba nada más se dormía su tía, las mordía y le sacaba los pezones hasta ponerlos duros, el vientre de su tía era pan comido y un día se atrevió a meter la mano bajo los pantalones holgados de Paqui, el calor que le recibió no era nada para la humedad que encontró entre sus labios, la tía abrió las piernas y Fernando no pudo reprimirse, le puso la polla entre sus labios y la empujó hasta correrse sobre el coño
La tía Paqui me miraba mientras Fernando me contaba la historia, sonreía, le quitó la palabra a su sobrino y me dijo…
---Me calentaba mucho cuando las manos de mi sobrino me recorrían las tetas, me las levantaba para ver como pesaban, el coño empezaba a mojarse nada más empezaba a tocarme, tenía que cerrar las piernas pues su mano era de lo más atrevida. Una noche me acosté sin bragas, Fernando se puso detrás y me levanto una pierna, puso la polla entre mis labios, hasta que hizo la tijera quedándonos con las piernas trabadas, hubo un momento que su polla estaba justo en la entrada de mi vagina incluso se metió un poco, pero él en su nerviosismo no se dio cuenta, yo me corrí en ese momento.
Cuando se durmió le saqué su polla y la lamí hasta hice que se corriera, él creyó que estaba soñando, pues se despertó manchado de leche.
Fernando contó que mientras pasaba esto, espiaba a su prima Remedios, era de su edad y tenía un cuerpo muy desarrollado.
Inventó un sistema para ver a su prima cuando se duchaba, se hacía unas pajas tremendas, iba todo el día con la polla en la mano, más de una vez había entrado en la habitación de sus primas y le había tocado las tetas a su prima mayor y le había controlado cuando le salió el pelo en el coño, a la pequeña mientras dormía le ponía la polla en la mano y se movía hasta correrse. La tía sonreía.
Paqui contó cuando un día estaba dormida boca arriba con las piernas abiertas, había ido de boda y había bailado y bebido bastante, se quedo dormida agotada, por eso no notó que Fernando le separaba las piernas y le abría los labios hasta meterle la polla hasta dentro, ni los empujones la despertaron, solo que a la mañana se notó mojada, el coño estaba lleno de leche.
Ella necesitaba una polla, ya hacía mucho tiempo que no follaba y Fernando solo la calentaba, hasta que decidió que se tenía que follar a su sobrino, lo preparó para que pareciera un accidente, figuró como si se hubiera caído en la cocina y lo llamó, cuando vino estaba en el suelo con una fuente de palomitas por el suelo, pero con las piernas abiertas y sin bragas, el coño abierto hacía un olor embriagador, estaba abierto y se notaba el clítoris brillante, le dijo a Fernando que se había hecho daño en el muslo, se quedó paralizado cuando vio de día el coño de su tía a un palmo de distancia, solo que le cogió las rodillas, las separó al máximo y le metió la boca en el coño lamiéndolo hasta que le vino un orgasmo largo, con espasmos, Fernando no sabía que le pasaba, ella lo cogió con las manos, se lo subió encima de ella, se quitó la camisa que llevaba, se quedó en sujetador, cuando llegó Fernando su boca se quedó pegada a su teta ya dura, solo tuvo que bajarle los pantalones a Fernando y su polla buscó a su coño como un imán.
No tardó en encontrar el agujero ideal y la metió de un golpe, la Tía suspiró aliviada, la estaban follando y una polla joven. A partir de ese día estuvieron follando todas las noches, aunque Fernando cuando se metía en la cama de noche, ya venía de la habitación de su prima Remedios y la había follado en silencio para no despertar a su otra prima, que pronto sería objeto de sus atenciones.
Con Remedios hizo algo que era muy arriesgado, ya le había tocado muchas veces las tetas, las tenía muy desarrolladas para lo cría que era, al principio cuando dormía, pero una vez se despertó y lo pilló con las manos es sus tetas, Remedios no comprendió lo que hacía hasta que vio que no llevaba calzoncillos y entre las piernas le salía la polla que casi le tocaba el ombligo, la tocó con el dedo bajándola, se levantó como un resorte, no había visto nunca ninguna, ni la de su hermano pequeño, le intrigó la piel que cubría el glande y lo bajó hasta que salió todo rojo, él se había quedado esperando un bofetón pero con las manos aún en las tetas, Remedios no parecía ver nada más que la polla dura apuntándole a ella, la cogió primero con dos dedos el tronco, luego la abrazo con la mano cerrada y la subió hasta el glande, al salir un poco de liquido pre seminal lo tocó y vio como se hacía una hebrita pegajosa, la olió, lamió el dedo, le gusto y con la lengua tocó primero, después lamió la polla de Fernando, él aún no había soltados las tetas de Remedios, las tenía duras y grandes para su edad, los pezones rosados estaban erizados con el contacto de las manos del primo, cuando Reme estiró la polla de Fernando para metérsela en la boca, lo arrastró hasta la cama, ella se tumbó sin soltar la polla y Fernando no tuvo más opción que acostarse pegado a ella en dirección contraria, cayó entre las piernas de ella con el camisón subido, tuvo que soltar las tetas para no darse un golpe, pero quedó frente a las braguitas de Remedios, sus muslos estaban calientes, abiertos, al pegar su boca sobre el tejido que tapaba el coño de su prima, olió a mujer y le hizo perder la razón, porque le levantó un lado de la braga y le lamió los labios, Remedios estiró las piernas separándolas y siguió comiéndole la polla, solo la soltó cuando se encogió y empezó a temblar, gemía como un animal herido, tampoco sabía lo que le pasaba pero le gustaba, siguió chupando la polla con desesperación cuando se le pasó el orgasmo, no sabía aún porqué pero le gustaba chupar, por eso cuando Fernando se abrazó a sus piernas y se le llenó la boca de un liquido caliente y salado, no lo dejó salir y se lo tragó, no le dejó nada en el miembro, cuando se recuperó de la mamada se abrazó a su prima y le pidió que se quitara el camisón, la chica lo hizo y por instinto abrió las piernas, nadie se lo había enseñado pero sabía que esa polla tenía que meterse en su coño, tan convencida estaba que cuando entró y le hizo daño pensó que era lo lógico al entrar aquel trozo de carne caliente, pero cuando estuvo dentro no se arrepintió y le pidió que la metiera dentro de ella una y otra vez hasta que volvió a sentir la sensación de intensos calambres que le hicieron cobijarse en los brazos de Fernando, que también sufrió el mismo espasmo y se vació dentro, el calor de la leche dentro de ella le hizo dormirse enseguida, ya nunca más le negaría nada a Fernando.
Pasaron los años, cuando apagaban la luz en las habitaciones de sus primos, Fernando saltaba corriendo a la cama de Paqui, cuando sus primos se independizaron, ya directamente se acostaba en la cama de su tía o follaban en cualquier lugar de la casa.
La historia me había gustado, Irene se había puesto detrás de mí y me acariciaba la cabeza y los hombros.
Fernando le había metido la mano por el escote a su tía y le había sacado una teta, ella le abrió la bragueta y le sacó la polla y se la puso dura, Irene me abría la camisa lentamente y me la sacaba de los brazos, yo le cogía el culo y la apretaba contra mi cara, sus tetas de pera me presionaban la boca, pasé la mano bajo el suéter y le solté el sujetador, que cayó bajo su ropa, sus tetas quedaron sueltas bajo el suéter, no me costó morderlas sobre el tejido, estaban como mandarinas y duras como nueces, se sentó sobre mis piernas y se arrellanó notando mi polla en su culo.
La tía se había quitado el sujetador y estaba con las tetas en las manos de Fernando, las tenía grandes pero no muy caídas, el sobrino sabía el terreno que se movía pues la tía pronto gimió y se corrió abrazando a Fernando. La tía también conocía la polla del sobrino y la tenía al máximo, lo había desnudado y le acariciaba los huevos y le lamía la polla.
Irene me quitó el pantalón y yo el suéter, pasé la mano por la espalda desnuda de la chica y sacó las tetas adelante con lo que las pude coger enteras, cuando me quitó el bóxer la polla salto bajo Irene y la cogió enseñándosela a Paqui, abrió la boca extasiada, era un pollón, ni en sueños habría visto nada igual, la quiso coger enseguida, se agacho para cogerla, Fernando aprovechó para cogerla de las cadera y clavársela, Paqui solo gimió dos veces, Irene me besaba y me dejaba a mi alcance las tetas y se quitaba la falda, mi mano subió entre sus muslos, cuando llegué al coño noté que lo tenía totalmente depilado, la miré, me sonrió, se lo había depilado para mí, separó las piernas y recorrí los labios por fuera estaba completamente depilada como el culito de un bebé, al volver la mano hacia delante lo hice pero abriendo los labios mojándome la mano y presionando el clítoris, Irene se encogió al notarme, Paqui, quería ver hasta donde llegaba la polla se salió de Fernando y se sentó sobre mis piernas dándome la espalda, la polla salía entre sus piernas y le llegaba al ombligo, parecía que era suya, la cogió como haciéndose una paja, parecía un travesti, dos buenas tetas y una buena polla, Hasta Fernando le habría apetecido agacharse y comerle las tetas y la polla, pero Irene llegó primero y arrodillándose frente a la tía me cogió la polla y se la metió en la boca hasta lo que cupo, la tía le acariciaba la cabeza y yo le apretaba las tetas por bajo de los brazos, no me cabían en las manos, por lo que me centre en los pezones.
Fernando se puso detrás de su chica y se la metió hasta dentro en dos golpes, a la chica le gustó pues relamió mi polla. Paqui estaba recostada sobre mí con las manos levantadas tocándome la cara, mi mano bajó a su clítoris y mi boca a su cuello, el orgasmo no tardo nada en llegar, se movía sobre mi polla y no dejaba a Irene alcanzarla con la boca, Fernando llenó el coño de la chica y siguió hasta que se le bajó saliendo un reguero de leche, entonces se dio cuenta que estaba depilada totalmente.
Puri quería que se la metiera, quería quedarse con el recuerdo de tener una polla así de grande, se mentalizó del tamaño pero olvidando el dolor me dijo que la follara tumbándose en el sofá, me tumbé sobre ella, Irene me guió la polla al coño de la tía, tenía todos los números de la lotería, estaba mojada de más, la postura ideal para no poder huir si le dolía, la vagina dilatada de los tres partos y una edad, ella lo tenía bien calculado cuando mi polla apuntada por Irene se fue metiendo hasta la tercera parte aún así la abrió en canal, su boca estaba como gritando pero sin fuerzas para hacerlo, pero aguantó mis envestidas hasta me corrí dentro de ella favorecido por los masajes de Irene en mis huevos, Fernando estaba mirando en un sillón sonriendo y pajeándose. Mi mano estuvo acariciando el clítoris a Irene hasta que abrazándose a mí se corrió mordiéndome el lóbulo de la oreja.
Fin del relato.
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