Mi gran Amiga
Casi no se habla de encuentros Travesti-Mujer. Eso es de lo que hablo hoy.
-¡Hola!-Me dice una voz femenina apenas audible
-¡Hola!. ¿Qué tal?-Respondo sonriendo mientras volteo para ver quien es. Cuando logro ver a la persona de tan dulce voz quedo impresionada de su belleza a pesar de la sencillez de su arreglo.
Sin darme tiempo a nada me dice extendiendo su mano: -¿Sabes? Estoy sola, de pasada por esta ciudad, y la persona que había quedado conmigo para mostrarme muchos lugares tuvo un imprevisto del que no pudo deshacerse. ¿Puedo hacerte compañía? Es que no conozco a nadie y veo que tú igual estás sola o ¿esperas a alguien?-
-No, no espero a nadie y por supuesto que puedes hacerme compañía-Digo con mucho asombro. Es una mujer de aproximadamente 35 años, blanca y de cabello rubio y largo hasta los hombros. Lleva un vestido corto y ajustado de color azul cielo, sin medias, con sandalias blancas y una pañoleta en el cuello. El vestido dibuja una imagen con curvas voluptuosas: piernas torneadas, un trasero redondo y unos senos enormes y firmes. Lleva muy poco maquillaje.
Hago señas a un mesero que de inmediato se acerca para ayudar con la silla de mi acompañante. Ella acepta gustosa pero antes de sentarse se voltea quedando de espaldas hacia mí y acomoda su bolso en el respaldo, ese momento me permite ver como se dibuja el triangulito de la tanga de hilo dental que lleva puesta.
-Ay, muchas gracias. Pensé que no ibas a aceptar mi compañía-
-De nada. Estoy tomando un respiro después de un día emocionante. Voy a estar aquí un rato más.-
-Me llamo Ericka, me dedico a la compra-venta de...-
Mientras habla no dejo de sorprenderme por la libertad con que lo hace. Es una de esas personas segura de sí, con mucha facilidad de palabra.
-Mucho gusto Ericka. Yo soy Valeria y me dedico al Análisis y Desarrollo de Sistemas de Información.-
-El gusto es mío Valeria. Me comentabas hace un momento que ha sido un día emocionante. ¿Porqué?-
No puedo decirle que soy Travestido, que ese día precisamente logré perfeccionar aún más mi transformación en un lugar especializado para ello.
-Prefiero comentarlo después, ¿te parece?-
-No hay problema-
Decidí vestirme con una tanga, mis senos postizos y un sostén en color rojo, no llevo medias, minifalda negra y blusa corta que se ajusta a mi cuerpo en color rojo. Mi peluca se ve impecable también en color negro. Decidí no ponerme mucho maquillaje.
Después de un rato y una conversación más que agradable me dice:
-Me alegra que la persona que te comenté no haya podido reunirse conmigo, no me habría sido posible conocerte-Me dice esto mientras me mira de una forma especial, siento un ligero rubor en mis mejillas.
-No sé que voy a hacer más tarde. No me gusta estar sola. No quiero ir a recluirme a mi hotel-Me dice en tono triste.
-Si gustas puedo hacerte compañía-Le digo recuperando el aplomo y sintiendo que está por llegar una situación más que agradable, emocionante.
-Pues si no tienes problemas estoy de acuerdo en que me acompañes a mi habitación. Podemos seguir conversando allí. Compramos algunas cosas para comer y nos vamos, ¿qué te parece?-
-Por mí encantada. ¡Vamos pues!-
Pedimos la cuenta, retocamos nuestro sencillo arreglo y salimos del lugar emocionadas y gustosas de estar juntas. Al salir a la calle somos el blanco de todas las miradas masculinas que nos encontramos en el camino, escuchamos uno que otro piropo; ambas nos miramos y sonreímos impresionadas del ingenio con que dicen esas frases.
-Mira, viene un taxi, el hotel en el que me encuentro está a unos 15 minutos de aquí.-
-Ok, deja hago la señal para que se detenga-
Cuando el auto se detiene ella es la primera en abordarlo, no puedo evitar la excitación cuando veo cómo se levanta su vestido por la acción de sentarse en el asiento, me fascinan sus piernas. Enseguida entro en el auto y también mis piernas quedan más descubiertas al sentarme. Le indicamos al chofer hacia dónde nos dirigimos.
-Tienes un cuerpo fabuloso-Me dice en un susurro acercándose a mi oído. Su aliento provoca un hormigueo en mi cuerpo.
-Favor que me haces. Tú también eres atractiva. ¿Tienes pareja?, ¿Esposo?, ¿Novio?-
-Tenía novio-Me dice cambiando la expresión de su rostro de alegre a triste.
-Perdón, no quise hacerte sentir mal-Le digo en un gesto apenado.
-No te preocupes, ¿qué ibas tú a saber de mi situación? Apenas nos estamos conociendo.-
Por fin llegamos al hotel en que se hospeda mi reciente amiga. Nos dirigimos a su habitación y en el trayecto seguimos conversando alegremente.
-Esta es mi habitación. ¿Segura que deseas acompañarme? No quisiera perturbar los planes que posiblemente ya tenías.-
-No te preocupes, te juro que no tengo nada planeado-
-Adelante entonces-Me dice abriendo la puerta.-Pónte comoda. Permíteme hacer una llamada y enseguida estoy contigo-
-Cláro que sí, adelante, te espero-Me siento en un pequeño sillón que forma parte del mobiliario de la habitación. Frente a él hay una mesa y una silla igual pequeños.
Después de unos minutos Ericka aparece sonriente.-Ya no voy a salir el día de hoy. Hasta mañana me presentó en la oficina. Tenemos lo que resta del día para estar juntas. ¿Te agrada la idea?-
-Fantástico, entonces veamos que se nos ocurre para pasarla bien-
Se sienta en la silla, y por lo corto de su vestido no puedo evitar la visión de su entrepierna, la tela de su tanga, eso me excita. Cruzo mi pierna para evitar algo similar.
-¿Recuerdas que en el taxi te dije que tienes un cuerpo fabuloso?-
-Si, lo recuerdo-
-Pues vuelvo a repetirlo, me encanta tu cuerpo-
-¿No me digas que...-
-Sí, soy bisexual. No te molesta, ¿verdad?-
-No, no es molesto. A mi pereces una mujer 100% deseable. Igual tengo que confesarte algo.-
Se levanta de la silla, se acerca contoneando su cuerpo de manera muy sensual. Estoy muy excitada y siento como mi tanga aprisiona mi pene, siento algo de molestia por lo apretado que se encuentra.
-¿Tu tienes la misma inclinación sexual? ¿es eso lo que vas a confesarme?-
-No, algo mejor para ti. Soy Travesti-
Se ve sorprendida ante mi confesión. Enseguida su semblante cambia de sorpresa a satisfacción.
-Eres una tramposa. Tienes un cuerpo fenomenal, mejor que el mío, y resulta que no eres mujer-Me dice en tono de broma. Me agrada que seas así. Tengo algo de tiempo sin estar con un hombre y la verdad en este momento siento la necesidad de estar con uno, pero si se trata de ti, me parece más excitante, algo completamente nuevo.-
-Gracias por entender. Tú desde el primer momento me impactaste y la verdad estoy en espera de poseerte-
Terminando de decir esto me levanté y tomando sus manos me fui acercando a ella, las dos temblamos de la emoción; entreabre sus labios, yo hago lo mismo, nos fundimos en un beso, muerdo su labio inferior, me fascina el sabor de su lápiz labial que se confunde con el mío. Suelto sus manos y llevo las mías hacia su cintura, no resisto la tentación y pasándolas más hacia atrás las pongo encima de sus nalgas, las recorro lentamente; estamos tan juntas que mi pene se amolda perfectamente en su sexo, siento un ligero calorcito que me excita aún más.
De mi pene escapa una generosa cantidad de líquido seminal. Sigo acariciando sus nalgas, levanto lentamente el vestido, sus nalgas quedan al descubierto, recorro mis manos hasta encontrar la parte superior de la tanga, levanto la tela con dos de mis dedos y comienzo a descender mi mano. ¡Qué rica sensación! Siento como la tela que está incrustada entre sus nalgas queda encima de mis dedos. Ahora son ellos los que ocupan el lugar de la tirita de la tanga. Ella gime dulcemente, seguimos fundidas en el beso. Retiro mi mano y acomodo nuevamente su tanga en donde corresponde. Deja de besarme y me empuja suavemente hacia atrás. Mientras levanta mi falda me mira de una manera excitante mientras va hincándose lentamente. Su rostro queda exactamente frente a mi pene, lo acerca y comienza a restregar sus labios y sus mejillas encima de éste. Es tanta la erección que la tanga comienza a molestarme, ella se da cuenta y con una de sus manos aparta la tela de la tanga con lo que mi pene queda completamente libre. Lo toma con la otra mano y comienza a masajearlo suave y lento, se alcanza a notar restos de mis líquidos seminales. Acerca sus labios y deposita esos restos de líquido sobre ellos utilizando mi pene como si fuera un bilé. ¡Qué escena tan excitante! ¡Mi pene se engrandece un poco más!.
Comienza a devorar mi pene centímetro a centímetro, sus labios succionan y su lengua acaricia. Mi pene ha desaparecido por completo dentro de su boca, comienza a retirarse repitiendo la succión y la caricia, no lleva prisas, realiza este movimiento infinidad de veces. Cuando estoy a punto de la eyaculación detengo su movimiento tomándola de la cabeza, controlo mi respiración hasta que nuevamente soy yo quien inicia el movimiento.
-¡Qué delicia!, tienes una boca deliciosa, sigue, sigue, no te detengas, házlo suave.-
Comienza a realizar un movimiento que me excita aún más: Saca mi pene de su boca y comienza a deslizar su lengua sobre toda la extensión del mismo, se ve delicioso ya que está totalmente cubierto de su saliva; se detiene en la punta y gira su lengua sobre ella.
Comienza a empujarme hacia atrás de manera que termino sentada en el sillón. Me relajo completamente y ella pasa sus brazos hacia delante. Sus pechos descansan sobre mis piernas abiertas. Está completamente entregada a succionar mi pene, los saca de su boca y lo pasea por todo su rostro.
-Quita tu vestido y tu sostén-Le pido entre suspiros. Cuando termina de hacerlo nuevamente dirige su boca hacia mi pene, lo ensaliva por completo y retirándose toma uno de sus pechos comienza a pasear su pezón sobre la punta del mismo. ¡Qué escena tan cachonda!. Repite la misma operación con su otro pecho y finalmente coloca mi pene en medio de ellos comenzando a subir y a bajar. Su piel es suave, deliciosa. De vez en cuando deposita un beso en la punta.
-Ven amor-Le pido ayudándola a ponerse en pié. Retiro la tela de la tanga que cubre su sexo y la invito a ensartarse en mi pene que para esos momentos tiene un tamaño descomunal. Va ensartándose poco a poco, disfrutando cada centímetro que la penetra. Cuando termina la ayudo a subir sus rodillas en el sillón de manera que la penetración es completa y profunda. La tomo de las nalgas y comienza el movimiento de sube y baja. Escondo mi rostro en su pecho, muerdo y beso ambos pezones minetras ella comienza a cabalgarme de forma cada vez más rápida. Disfrutamos un buen rato la penetración en ésta posición.
De repente realiza un movimiento que permite que mi pene salga de su vagina, veo cómo está bañado por sus fluidos.
-Penétrame por detrás, por favor-
-Si amor, lo que tú me pidas-
Me levanto del sillón y dejo que ella se suba de frente al respaldo, su enorme trasero queda delante de mí, me hinco detrás de ella, no resisto la tentación y comienzo a mordisquear sus nalgas, las beso una y mil veces. Saco mi lengua y la dirijo a su ano, la paseo dando círculos encima de él. Con mis manos abro sus nalgas de manera que puedo penetrar su ano con mi lengua, ella gime de placer.
-¡Penétrame, penétrame, quiero sentirte!-
Me pongo en pie tomo mi pene y lo coloco encima de su ano, ella pasa sus manos hacia atrás y abre sus nalgas. Comienzo a deslizar mi pene, la punta va desapareciendo poco a poco, sin impedimentos, está perfectamente lubricado, empujo más y más, despacio, suave. Al fín ha desaparecido todo mi pene, mi pubis toca sus nalgas, me quedo quieta, disfruto la presión de su ano, ella suelta sus nalgas, es mía al fín.
-¡Qué delicia!, ¡Comienza a moverte!-
Voy retirándome poco a poco, saco mi pene completamente, veo como su ano ha quedado abierto, dilatado. Coloco nuevamente mi pene encima de él, la penetro nuevamente con facilidad, realizo la acción infinidad de veces.
-¡Quiero que te vengas dentro de mí!, ¡No lo retires, deja todo adentro¡-
-¡Sí amor, sí amor, me voy a venir y los voy a dejar en tu ano!, ¡qué delicia!-
Incremento el movimiento dentro de su ano, nuestra respiración se torna más agitada, afirmo mis manos en sus caderas, empujo con más fuerza. Al fin llega el momento. Comienzo a descargar mi semen mientras sigo bombeando, sin pensarlo aprieto sus nalgas con las manos. Siento como resbala mi pene en su ano de manera más fácil gracias a mi eyaculación. Nos quedamos quietas un rato.
-Me ha gustado mucho la forma en que me has poseído, tanto que tengo una sorpresita para tí-Me dice de forma maliciosa.
Se levanta y se dirige hacia su maleta; después de un minuto de búsqueda se levanta y camina hacia mí pasando sus manos hacia atrás como escondiendo algo.
-¡Cierra los ojos!-Me dice en forma divertida.
Hago lo que me pide. Estoy intrigada. De repente siento que posa algo sobre mis labios, abro mi boca instintivamente y percibo un sabor como a plástico. Me imagino lo que es.
-Ahora sí, ¡Ábrelos!-
Al hacerlo veo un pene de latex de tamaño mediano, ancho y cubierto de protuberancias que simulan las venas de uno real. ¡Es una delicia!.
-¡Pero qué hermoso juguete!-
-Es mi compañero de viaje. Lo traje para estos días de soledad. Lo voy a compartir contigo-
Al decir esto veo que el juguetito viene acompañado de un arnes, se lo coloca de manera que es una mujer con un pene completamente erecto, es una visión enloquecedora y excitante.
-Ahora sí amor, haz lo que yo te hice a tí-
De forma inmediata me pongo de rodillas delante de ella y comienzo a realizar los mismo movimientos que ella realizó en mi pene. Disfruto un buen rato mamando ese rico juguete.
-¡Ya amor, levantate! ¡Muéstrame tu lindo trasero-
Me levanto y subo mis rodillas en el sillón, mi trasero aún con la tanga está a la vista de ella. Se acerca y comienza a golpearme con el juguete en las nalgas, lo pasa de arriba a abajo y viceversa sobre la mitad de ellas. Enseguida se agacha y comienza a besarlas, a morderlas, las acaricia. Retira la tanga y deja mi ano descubierto. Acerca su rostro y comienza a picotearlo con la lengua, abro mis nalgas con mis manos para que tenga más facilidad al hacerlo, logra introducir su lengua y la gira en círculos sobre mi ano, me gusta lo que hace.
-Ahora sí reina, voy a penetrarte-
Y diciendo esto me muestra un condón lubricado, lo extrae y lo coloca en el juguete. Afianza mis caderas, yo abro completamente mis nalgas, apunta el juguete sobre mi ano, comienza a empujar suavemente; la punta logra introducirse, siento un poco de dolor, lo retira y vuelve a repetir el movimiento. Esta vez logra introducirlo un poco más, me relajo y eso permite que se vaya introduciendo de manera más sencilla. Por fin, lo tengo todo adentro. Comienza a retirarlo. Aprieto mi ano y no permito que lo saque más. Se da cuenta de mi apretón sobre el juguete y decide introducirlo nuevamente por completo. Jugamos a esto un buen rato. Finalmente comienza a bombearme el ano de manera más rápida. Yo estoy completamente entregada, disfruto mucho la penetración. Se agacha un poco y toma mi pene. Mientras me bombea me mansturba. Ya no puedo más.
-¡Ay, ay, qué rico siento! Mmmmmm ¡ay ya no puedo más!-
Empuja el juguete por completo, siento enormes cosquillas en mi ano, mueve más rápido su mano en mi pene. Y por fin llega el momento, comienzo a eyacular, pone su mano y la descarga es sobre ella, de repente saca el juguete, unta el semen de su mano sobre él y vuelve a penetrarme. ¡Mi propio semen en mi ano!. Retira el juguete me ayuda a voltearme y a sentarme, se pone de rodillas y mete mi pene en su boca, extrae el resto del semen de mi venida. Eso impide que llegue a la flacidez, por el contrario, estoy lista para un nuevo embate, se da cuenta y me succiona de manera fuerte y deliciosa. Nuevamente disfruto de las caricias de boca, de su lengua hasta venirme nuevamente en ella.
-¡Caray amiga! ¡Sí que me has dado una gran sorpresa!-Me dice emocionada.
-¡Y tú a mí cielo!-
Así pasamos un buen rato más, platicando, conociéndonos más. Nos vemos cada vez que viene al Estado en el que vivo y obviamente nuestros encuentros son cada día mejor.