Mi gran amada
Un joven sufre accidente, luego de una buena noche de sexo y las secuelas lo convierten en un hombre taciturno... Hasta que...
- Relato 27
Mi gran amada
ECSagardez
Se sentía cansado Y no tenía ánimos para nada Luego del accidente sufrido en su motocicleta, tres meses atrás, la situación para él había cambiado drásticamente Aquel furor alegre que proyectaba ante sus amigos y familiares se había desvanecido con una pasmosa rapidez
Incluso su familia lo había notado Y lo comentaban entre ellos:
- Rogelio, ya no es el mismo de antes Algo le sucede, pero no lo quiere decir ¿Qué será lo que le preocupa?
Sin embargo, nadie se atrevía a enfrentarlo, porque se le había agriado el carácter y enseguida se enchilaba, cuando le recriminaban algo
Por lo que todos decidieron esperar un tiempo perentorio para enfrentarlo y así conocer cuáles eran sus preocupaciones Y poder ayudarlo
II
Rogelio se había transformado Y en su preocupación y tristeza, meditaba en saber cuál sería su futuro Al llegar a su casa, cruzó el umbral y lanzó un ligero saludo a sus familiares que se encontraban en la sala viendo la televisión y de inmediato subió a su habitación En la cama vio a su amada, pero en ningún momento hizo algo por tocarla Ella dormía plácidamente y no tenía la intención de despertarla
Si que había cambiado, Rogelio era un joven sano Pero se sentó en el sillón cercano a la cama, se quitó lentamente los zapatos, los calcetines, la playera y los pantalones. Se dirigió al baño privado para disfrutar de una reconfortante ducha
Llenó la tina de agua caliente y le echó algunas sales aromáticas, le interesaba relajarse y nada mejor que una buena ducha Luego de meter los dedos en el vital líquido para probar su temperatura Asintió en silencio con la cabeza y se fue metiendo poco a poco, hasta quedar reclinado en un extremo de la tina Encendió un cigarrillo y cerró los ojos para pensar en muchas cosas
III
Con los ojos cerrados y el cuerpo sumergido en el agua Hizo una retrospectiva de los últimos acontecimientos de su vida y dio rienda suelta a sus recuerdos En ese momento se percató que su actitud de indiferencia hacia su familia, pero en especial a su amada, su fiel compañera, le estaba conduciendo a un remolino sin fin y eso los dañaría a todos
También recordó que a partir del accidente en su motocicleta Las cosas habían cambiado para él Ya no le ilusionaba estar con una mujer y menos con su amada
Se había convertido en un ser mecánico Tenía miedo de no respoder Se sentía enclaustrado en su propia melancolía Pero no daba paso a querer cambiar
IV
Recordó brevemente, los sucesos de aquella noche llena de festejo, vino, humo de cigarro y su encuentro con Leonora Como habían disfrutado el desenfreno que sigue a la ingesta de vino, así como a tantas y pronunciadas caricias
Fue una noche de erotismo sano y puro, a pesar de lo embotado de los cerebros Ella lo invitó a su departamento y no hubo nada de que hablar, enseguida se dirigieron al dormitorio, donde él la desnudó por completo Admiró su belleza y él no tuvo más remedio que hacer sentir su virilidad, al quitarse todo y presentarse ante ella, con toda su juventud y fuerza física
Leonora sonrió con picardía al ver la grandiosidad de aquel falo que se presentaba ante ella y no tuvo más remedio que cogerlo y sopesarlo Estaba completamente admirada por la magnitud de esa verga erguida y de inmediato procedió a introducirla en su boca, para chuparlo con hondo frenesí Jugueteó con el pene de Rogelio por varios minutos y de vez en vez retiraba su boca para pasarle la lengua a todo lo largo y grueso Mientras levantaba la mirada para observar su reacción
El se sentía extasiado con la mamada que la bella joven le prodigaba Intentó retirarse al sentir que estaba por eyacular, pero Leonora no le permitió esa acción e intensificó sus lenguetazos alrededor del glande
Fue algo tan maravilloso para Rogelio que no tuvo más remedio que lanzar cinco descargas de sémen, los cuales se impactaron en el rostro de la joven, quien saboreó con placer los restos que le bajaban por las comisuras de los labios
Rogelio estaba encantado con Leonora Sentía como si la conociera de mucho tiempo atrás Pero era curioso, apenas horas antes se la habían presentado en el festejo de un aniversario más de la empresa donde ambos trabajaban. Y ya estaba en su recámara
Y lo más curioso, es que jamás había reparado en ella como mujer Por su acendrado interés en la milonga
V
El recuerdo de aquella noche siguió su curso El la besó con denodado apasionamiento, provocando que sus lenguas juguetearan por varios instantes Poco a poco las caricias fueron subiendo de tono Ella lanzaba ligeros gemidos de placer, lo cual tenía mucha significancia, porque le acariciaba el pelo y con su lengua recorrió el cuello para posarse atrás de su oreja Fue un acto reflejo que propició que Leonora arqueara su cuerpo Y tuviera su primer orgasmo
Sin embargo, Rogelio contuvo las caricias y esperó que Leonora terminara su orgasmo. Sin un minuto de reposo, comenzó a explorar con su lengua el cuerpo de la bella joven para posarse en el pezón de su seno derecho, el cual se irguió como mástil y pasó de un ligero color rosa a un intenso color azabache, lo cual demostró que la caricia no le era ajena y que la estaba disfrutando plenamente.
Del seno derecho pasó al izquierdo, Rogelio estaba admirado de presentarse ante ella como un buen amante Jamás había dudado de su virilidad Pero se sorprendía de lo que estaba provocando en Leonora, cuando los pezones de ella parecieron tener vida propia y se movían como semejando al mar, cuando las olas se agitan
Rogelio siguió su recorrido, bajo por la cintura y con la mano derecha, jaló ligeramente el muslo izquierdo de la joven y al introducir uno de sus dedos, no pudo menos que advertir la intensa humedad provocada por sus caricias
Era señal de que la joven estaba preparada para ser introducida por el falo que tanto la había impresionado Pero Rogelio no quería desperdiciar el momento en que tenía el control del acto Y se dispuso a besarle las rodillas y detrás de ellas La joven respondió de inmediato a esa caricia Parecía que ahí estaba, uno de sus puntos débiles Porque el gemido que exhaló no fue para menos Había tenido un leve orgasmo
VI
El muchacho llegó a su punto favorito Los talones de la joven y por un instante se detuvo para admirar sus pies No pudo menos que sorprenderse, la muchacha tenía unos hermosos pies Sus uñas bien recortaditas y con un ligero color rosa, rematadas con una línea blanca Que semejaban tenerlas largas, pero sólo era un efecto visual
Tomó el dedo gordo del pie derecho y se lo introdujo a la boca, lo chupó con fruicción y pasó su lengua por entre todos los dedos Aspiró el aroma agridulce de sus plantas y las lamió con gran entusiasmo
La respuesta de ella no se hizo esperar Leonora iba de sorpresa en sorpresa Jamás se imaginó que ese muchacho al que veía con indiferencia en la compañía, era un tremendo fetichista de los pies Pero no dejaba de reconocer que la estaba conduciendo a un estado fébril de excitación
La humedad de su vagina iba en aumento y era la prueba palpable de lo que estaba disfrutando Sus líquidos salían en forma acelerada Pero las caricias en sus pies y la forma en que los masajeaba, besaba y lamía sus plantas, así como pasar la lengua por entre sus dedos, estaban a punto de hacerla explotar. Por lo que musitó:
- Rogelio sigueeeeeeeeeeee sigueeeeeeeeeeeeee Ya no puedo más me voy a veniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Y no pudo más Sintió desfallecerse, por lo que aflojó el cuerpo y sus líquidos vaginales salieron y se juntaron con la redondez de su ano Había tenido un espectacular orgasmo
Era curioso Su joven amante, le había mostrado una faceta más de su vida personal Además de su alegría connotada Resultó un buen prospecto amatorio
VI
Pero la noche siguió su curso Ambos eran muy jóvenes y no daban muestras de fatiga Ella nuevamente tomó el tremebundo falo de Rogelio y lo introdujo en su boca para darle lamidas y relamidas Sintió la reacción de él, porque enseguida su verga se puso tiesa y fue la mejor señal para que viniera lo mejor
Ahora le tocó a él recostarse en la cama, boca arriba y ella se hincó y con la mano cogió la gruesa verga y se la fue introduciendo, lenta, lenta, lenta, pero lentamente, hasta que dejó caer todo el cuerpo y un ligero grito le salió inconscientemente, cuando sintió que sus nalgas chocaban contra los testículos de Rogelio
Ella no pudo más y comenzó a moverse rítmicamente, siguiendo los compases de una canción de jazz que se escuchaba ligeramente en el estereo de la sala El quiso acompañarla. Pero con la mano lo contuvo y no le permitió tal acción
Leonora siguió bajando y subiendo Sus movimientos eran ligeros, pero se notaba que sabía lo que hacía De pronto cambió a circulares y eso era algo nuevo para Rogelio, quien sentía como la joven le aprisionaba el falo con sus músculos vaginales La experiencia era tan sorprendente como agrabable
En su desesperación por participar en el acto, Rogelio intentó acompañarla Pero nuevamente fueron contenidos sus impulsos, incluso Leonora le preguntó:
- ¿Acaso no lo estás disfrutando?
A lo que Rogelio repuso:
- Si, amor, pero sigue, por favor Que bien lo haces Nadie me lo había hecho así
El comentario satisfizo a la joven y bella mujer, quien sólo se limitó a sonreir y le guiñó un ojo
Y entre movimientos de sube-baja y otros circulares Poco a poco ella se hizo cargo del control Pero ya no pudo más y echó todo su cuerpo hacia delante, para reposar en el pecho de Rogelio, quien sintió como los músculos de la vagina de la muchacha se contraían y le proporcionaban un placer extra
Ambos amantes no pusieron más obstáculos y se dejaron llevar por el acto de penetración más profundo, con movimientos súper sensuales de parte de ella y de él, la potencia de su grandiosa verga Cuando de pronto Leonora lanzó un grito que bien pudo oirse a varias cuadras a la redonda:
- Ya Ya Ya Ya Ya Me veeeeeengo Me veeennngoooooooooooooooooooooo Y me vine amor
Rogelio no dijo nada Pero de su tremendo falo, salieron siete descargas de esperma que inundaron el útero de Leonora
Poco a poco, los cuerpos que se habían fundido en uno solo en el momento de las eyaculaciones, se fueron aflojando y por unos instantes así continuaron, ante el lógico desvanecimiento de los cuerpos La verga comenzó a ponerse flácida Mientras ella sentía como sus fluidos y los restos del esperma del muchacho escurrían entre sus piernas
VII
El muchacho, al recordar eso sintió que su líbido se depertaba Pero lo caliente del agua no le permitió tener una erección Y eso le preocupó, sobremanera:
- ¿Qué me pasa? ¿Esto no me había pasado nunca?
Y se culpaba de todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, porque sentía que su familia era la menos culpable y ante todo, su amada
Su fiel y única compañera de muchos años Había tenido muchas aventuras amorosas Pero nadie la superaba ni le había sido fiel como ella, que llegaba incluso a acompañarlo en las tertulias de los amigos A quien más admiraban por su belleza y su hermoso cuerpo de mujer de cintura estrecha
Era indudable que estaba orgulloso de su amada
VIII
Con el correr de los minutos El agua se fue tornando tibia y de la tibieza pasó a la frialdad, lo cual le provocó una ligera tos
Fue el momento exacto para salir de la tina y tomó una toalla para secar su cuerpo Se agarró la verga con la mano derecha y se jaló el prepucio Pronto notó que podía tener una erección, que todo había sido una falsa alarma por la temperatura del agua y recordó a su Leonora, con quien no había cruzado palabra después de ese crucial encuentro en que ambos disfrutaron plenamente del acto sexual más espectacular, donde ambos habían tenido unos tremendos polvos Que ya no se habían repetido, por su accidente de esa noche
IX
Rogelio, también recordó que luego de salir del departamento de Leonora, enfiló hacia una tienda de las que trabajan las 24 horas y compró un six-pack de cervezas
El acto sexual le había provocado mucha sed, además de que ya comenzaba a sentir los efectos de la resaca, tras el vino consumido en el festejo de la noche anterior
Eran cerca de las cinco de la mañana Afuera en el estacionamiento de la tienda, se bebió dos cervezas, tomó su casco y subió a su motocicleta, para enfilar hacia su domicilio que estaba al otro extremo de la ciudad Para ello tenía que agarrar la via rápida
Cuando estaba por entrar al circuito rápido no se percató que un automóvil conducido a exceso de velocidad, circulaba por el carril de entrada y el impacto no se hizo esperar
El golpe fue tremendo De inmediato perdió el conocimiento y cuando lo recobró, ya se encontraba en el quirófano de una clínica de emergencias, donde los doctores le indicaban que tuviera calma y no se moviera Había sufrido una distensión de ligamentos y tuvieron la necesidad de reacomodarle el hombro izquierdo, por lo que era necesario que lo tuviera inmovilizado algunas semanas
La primera pregunta de Rogelio a los doctores y enfermeras:
- ¿Disculpen, dónde está mi fiel compañera?
Pero los doctores y las enfermeras, no supieron responderle en ese momento
Al poco rato, lo pasaron a un cuarto del hospital y recibió la visita de sus padres y sus hermanos, quienes le daban ánimo para seguir adelante, ante el rostro taciturno de Rogelio
Rubén, uno de los hermanos mayores, le inquirió:
- ¿Estás preocupado por algo, dime qué necesitas?
Rogelio respondió:
- ¿Y mi amada?
Su hermano, quien ya sabía el secreto de Rogelio, le dijo:
- No te preocupes, por ella, ya está en casa La llevó la policía en una patrulla
X
Los días y semanas pasaron, Rogelio, quien por cierto era zurdo, sólo veía junto a su cama a su amada, pero no hacía intenciones de tocarla ni acariciarla Sentía remordimiento por lo sucedido
De Leonora sólo había recibido unas cuantas llamadas telefónicas, pero las contestaba su familia. Esto le dio la impresión de que el polvo aquel sólo fue un encuentro casual, derivado del ligero embotamiento que sigue a la ingesta del alcohol Y ya ni caso tenía el recordarlo
Ensimismado en sus pensamientos estaba, cuando alguien tocó a su puerta Y al preguntar, quién era, le respondió:
Soy yo hijo Tu amigo Enrique está en la sala y desea platicar contigo
Gracias mamá Enseguida bajo
La respuesta fue del agrado de la señora, cuyo sexto sentido le indicaba que a partir de esa noche las cosas cambiarían con su hijo, el más alegre y festivo de la familia
Rogelio se puso un pants y bajó de inmediato Saludó a su amigo Enrique, quien no tardó mucho para decirle cuál era el motivo de su visita
XI
- ¿Qué te parece ir a dar una serenata a alguien muy especial?
La respuesta de Rogelio no se hizo esperar:
- ¿Por favor dime de quién se trata?
Enrique dijo:
- Si te lo digo, deja de ser sorpresa para ti y esa persona Mañana es su cumpleaños y no ha dejado de preguntar por ti
Así que vístete y viste a tu amada, para que ambos me acompañen y los presente
Rogelio subió a su recámara y buscó en el clóset algo que ponerse y sacó un suéter, porque necesitaba cubrirse la garganta Para lo que se ofreciera y no tener problemas
Tomó a su amada de un brazo y le acarició su grácil y leve cintura, le sugirió ponerse el mejor de sus vestidos y salió de la habitación para reunirse con su amigo Enrique
Ambos subieron al automóvil del visitante y enfilaron a su destino Por el camino que andaban, reconoció de inmediato hacia donde se dirigían Y en la planta baja del edificio ya se encontraban otros amigos en común, quienes al verlos, aplaudieron la llegada de Rogelio
Rogelio no se hizo del rogar Y sacó a su fiel y amada guitarra de su estuche, poco a poco la fue afinando, ya que tenía varios meses sin tocarla y comenzó a rasgar las cuerdas, de la cual salían bellas armonías
Todos se dirigieron a la entrada del departamento 125 Frente a la puerta, los dedos de la mano izquierda de Rogelio, se acoplaron de inmediato y su guitarra, dejó escapar las primeras melodías para acompañar las tradicionales mañanitas a Leonora, quien no vaciló en abrir la puerta y escuchó en silencio la entonada voz del muchacho y su habilidad para tocar el instrumento.
Al término de la canción Leonora se arrojó en sus brazos y lo besó apasionadamente Mientras sus amigos se fueron retirando para dejar solos a la feliz pareja que en ese momento destilaba miel
Leonora y Rogelio entraron al departamento y ella justificó sus escasas llamadas y su nula presencia, al decirle:
- Tenía celos de tu amada Porque en el hospital, cuando llegamos, preguntabas mucho por ella, pero en ningún momento te referías a mi Y eso me dolió un poco
Y agregó:
- Debes agradecerle a tu amigo Enrique, quien sabe tus secretos El me convenció de que tu gran amada, es tu guitarra Vaya chasco que me llevé ¿Me perdonas amor?
Al escuchar esa explicación, Rogelio, sólo le contestó:
- Eres una tontita Sin embargo ahora tengo mis dos amadas Leonora y mi guitarra
Ambos rieron y se dirigieron a la recámara El tiempo seguía su marcha y había que aprovecharlo al máximo