Mi gordo profesor de inglés (1)

No sé desde cuando, pero desde que tengo memoria siento una predilección por los hombres muy gordos. Léase bien: no dije hombres gordos, dije hombres MUY gordos. Para mi, 100 kilos es apenas gordito. 120 kilos, podría considerarse gordo, dependiendo de la altura. Mis preferidos son los hombres de 140 kilos para arriba, sin límites.

MI GORDO PROFESOR DE INGLÉS (parte I)

No sé desde cuando, pero desde que tengo memoria siento una predilección por los hombres muy gordos. Léase bien: no dije hombres gordos, dije hombres MUY gordos.

Para mi, 100 kilos es apenas gordito. 120 kilos, podría considerarse gordo, dependiendo de la altura. Mis preferidos son los hombres de 140 kilos para arriba, sin límites.

Cuando estoy en una habitación con un hombre así, la adrenalina comienza a correr por todo mi cuerpo, y la excitación va en paulatino aumento a medida que el gordo se acerca a donde yo me encuentro. No importa que en la habitación estemos solos o haya más de 30 personas. La reacción es la misma. Y cuando se produce un contacto directo, ya sea por un apretón de manos, o un roce de cuerpos, la situación es indescriptible.

Este prólogo es muy importante para entender lo que realmente sucedió en mi tercer año de la secundaria, cuando apenas tenía 15 años.

Era un placer ver a mi profesor de inglés. Una persona muy agradable, que hacía muy amenas todas y cada una de las clases que teníamos de este idioma. Toda la clase unánimemente atendía expresamente a este profesor, y nos deleitábamos con sus jocosas lecciones. Imagínense con qué atención disfrutaba yo mismo de este profesor, ya que éste era un gordote como a mi me gustan. Alrededor de 40 años, no más de 170 cms.de altura, y alrededor de 160 ks. Pelo muy corto algo canoso, siempre muy bien afeitado. Cara redonda con mucha papada, ojos chiquitos casi achinados, supongo que debido a su constante sonrisa. Además, realmente, una maravilla de persona. Siempre usaba ropa más grande de la que le cabía; e invariablemente siempre llevaba pantalones oscuros y camisa, manga corta o larga, dependiendo del clima, y cuando hacía mucho frío agregaba un saco de lana a su vestuario.

Al finalizar el primer semestre, tenía muy bajas las notas de inglés. No era muy bueno para los idiomas. Además realmente el profesor no me dejaba concentrar en clase. Tenía muchas fantasías con él, que pensaba que nunca se iban a concretar.

El día de entrega de notas, el teacher, como lo llamaba yo, me llamó al terminar la clase, y me preguntó si tenía algún problema. Yo le dije que no, que solamente no era bueno para los idiomas. Y el me dijo que había notado que yo estaba siempre algo distraído en clase, y que me faltaba concentración. Insistió en preguntarme si tenía algún problema en casa, y se ofreció para hablar con mis padres, ya que él daba clases particulares. Los ojos se me abrieron de par en par. Daría cualquier cosa para estar más tiempo con él. Ya el corazón me bombeaba a mil porque es la primera vez que estaba a solas con un gordote como él.

Cuando llegué a casa, le dije a mi madre que el profesor de inglés quería hablar con ella, por un tema de clases particulares. Al otro día ella me acompañó, y todo arreglado, esa misma tarde comenzaba mis clases particulares con mi teacher. Las clases eran de 5 a 7 de la tarde, 3 veces por semana. La verdad es que me pareció muy poco.

Esa día estuve muy excitado, y a medida que se acercaba la hora, mucho más. A las 4.30 ya estaba en la puerta de su casa. Toqué timbre, y esperé. Nada. Pensé que no había nadie. Esperé un rato, y volví a tocar el timbre. Nadie atendió. Sospeché que había llegado muy temprano y él aún no había vuelto a su casa. Decidí sentarme a esperarlo en un escalón en la entrada. Como a los 10 minutos, abrió la puerta y me pidió disculpas porque sintió el timbre pero se estaba duchando. El teacher era una persona muy pulcra. Yo cada vez que me acercaba a él, olía disimuladamente, y siempre sentía aroma de jabón, incluso los días de mucho calor. Cuando te atrae una persona, y esto no lo sabía entonces, todo lo de la persona te gusta: mirarla, tocarla, oírla, saborearla y hasta olerla. Bueno, los únicos olores que percibí de él siempre fueron de limpieza.

Entré en su casa, me dio la bienvenida, pasamos a una habitación que tenía un pupitre delante de un escritorio, y detrás un pizarrón. Me ofreció un refresco, y comenzamos con la clase. Sinceramente, yo no podía dejar de mirarlo. Era igual que todos los días en clases, cada vez que se daba vuelta para escribir en el pizarrón, yo le miraba esa hermosa cola. En este momento, era exactamente igual, pero con la leve diferencia que estábamos a solas en la misma habitación.

No sabía nada de mi teacher. Si vivía solo, si era casado, divorciado, viudo. No veía a nadie más en la casa, y no sabía qué hacer. Lo único que sabía era que mi corazón seguía latiendo a mil por segundo desde que había llegado al frente de la casa.

"Are you there? Interrumpió mis pensamientos.

No sabía qué decir, otra vez, estaba disfrutando de mi teacher, en lugar de atender la clase.

"What’s the matter with you?" preguntó.

"I don’t know" respondí.

Me puso una mano en el hombro, y sentí un calor impresionante, un traspaso de energía, o algo así. Lo mismo que siempre sentía cuando tenía algún contacto físico con un gordo.

Creo que él también sintió algo, porque nos quedamos mirando a los ojos sin emitir sonido alguno. Al cabo de un instante, aparté la mirada.

"Cuál es tu problema?" preguntó, esta vez en español.

"No tengo ninguno" mentí.

"Creo que no es verdad" dijo "Te sucede siempre en clases, estás como distraído, y no atiendes lo que yo explico"

Lo miré y no contesté.

Nos volvimos a mirar por largo rato, y ahora no aparté la vista. Me gustaba mirarlo.

"Cuéntame, que te sucede?" volvió a insistir. "Me gustaría ayudarte en lo que pueda"

Lo único que atiné a decir fue "Nada, sólo que me gusta mucho estar con usted. Realmente disfruto mucho su compañía". Esperé lo peor, que se enojara o algo. Sin embargo siguió mirándome, para nada sorprendido.

Fue detrás de su escritorio, agarro su silla, y la trajo enfrente de mi. Se sentó. Muy pocas veces lo había visto sentado, y mucho menos enfrente mío. La excitación era insostenible.

"Cuéntame, qué te sucede conmigo?"

Realmente quería decirle que me excitaba mucho, que quería tirarme encima suyo y besarlo, y acariciarlo por todos lados, chuparlo, lamerlo, olerlo. Pero no me animaba, tenía miedo que le contara a mis padres, o que me expulsaran del colegio.

No contesté, simplemente lo miré; recorrí mi vista por todo su cuerpo. Estaba sentado con las piernas muy separadas por su gordura. Estaba más lindo que nunca.

"Ven" me dijo "ven aquí, bebito"

Me quedé paralizado. Nunca me habían llamado así, y tenía una mezcla de excitación y miedo. Instintivamente, me levanté de donde estaba sentado, y me acerqué a él. Se tocó su muslo derecho, y me invitó a sentarme allí.

Apenas me senté, lo abracé. Bueno intenté abrazarlo, porque por lo tan gordo no pude llegar a su espalda. Mi cara estaba contra su pecho, y aspiré su aroma.

Sentí un beso en la cabeza.

"Cuéntame, bebito, qué te sucede conmigo?"

"Lo quiero mucho" le dije.

"Y eso por qué?"

"Porque me gustan mucho las personas gordas"

"Y eso desde cuándo?"

"No lo sé, desde que tengo memoria, desde muy chico. Por favor, no se vaya a enojar conmigo"

Me separó de su pecho, me miró a los ojos, y me dijo: "yo también te quiero mucho, sabes?" y me dio un besito en la mejilla."Y no, no me voy a enojar contigo. Quiero que seas mi mejor alumno de inglés. Por eso a partir de este momento, todo lo que hablemos será en inglés. Estoy seguro que vas a aprender mucho"

"Bueno."le dije" como quiera mi teacher"

"Give me a kiss"

Quiero aclarar que yo era medio burro en el inglés, pero empecé a aprender rápido, realmente quería aprender rápido.

Le di un beso en la mejilla.

Sonrió.

"On my lips" me dijo, y no entendí, hasta que se señaló los labios.

Lo besé por primera vez en los labios. Creí que ahí mismo me moría. Labios muy carnosos, húmedos, riquísimos.

Le toqué los labios con los dedos, y él hizo lo mismo con los míos. Le acaricié la cara, y él también lo hizo.

"What do you want to do?"

"I don’t know. Please, teach me" atiné a decir.

Él sonrió.

Esto es apenas el comienzo de esta experiencia real. Por favor escríbanme a zesna@latinmail.com diciéndome qué tanto les gustó el relato, y si quieren que continúe, ya que tengo muchas anécdotas de mis clases de inglés.