Mi ginecólogo es una máquina
Una visita rutinaria al ginecologo se convierte en una leccion de sexo donde me dan la mejor follada de mi vida con mi pobre esposo en la sala de al lado.
Hola a todos, soy Verónica, una joven de 28 años como otras muchas, no hay nada especial en mi, mido 1.75 y peso 65 kilos, tengo el pelo moreno, rizado y bastante largo, mi culo no es nada del otro mundo y si algo puedo destacar de mi cuerpo serian mis pechos, tienen el tamaño justo y son firmes como rocas.
Llevo casada con mi esposo Luís desde hace 4 años, me case bastante joven con el novio de toda mi vida, pues llevaba con Luís desde los 19 y antes que el solo había tenido un par de medio novietes con los que ni siquiera había llegado a mayores pues ninguna de las 2 relaciones había durado mas de 6 meses, por lo tanto cuando Luís me propuso matrimonio yo acepte, pues estaba muy enamorada de el y no pensaba que pudiera querer a nadie mas que a el en toda mi vida.
Con el tiempo las cosas de ven de otro modo y aunque yo seguía enamorada de mi esposo, tras 4 años de matrimonio nuestra vida se había vuelto mucho mas monótona y rutinaria y en alguna ocasión me había planteado como hubiera sido mi vida sino me hubiera casado con Luís, si hubiera salido mas con mis amigas, conocido a otros hombres, en definitiva lo típico en lo que puede pensar cualquiera que se pregunte como hubiera sido su vida de haber tomado otra decisión a la elegida.
El día en que ocurrió lo que paso a relatarles era Miércoles, hacia bastante calor a pesar de estar a finales de Septiembre, por la tarde tenia revisión con mi ginecólogo, habían pasado 8 meses desde mi ultima revisión y en esos temas yo era muy estricta pues a mi madre le habían localizado un tumor en un pecho hacia ya 2 años y tuvieron que extirparle el pecho izquierdo, su medico le dijo a mi madre que si hubiera visitado al ginecólogo mas a menudo podrían haber detectado el tumor mucho antes y seguramente no habría sido necesario extirparle el pecho.
Debido a esto yo hacia al menos una visita a mi ginecólogo al año, aquel día mi esposo Luís me acompaño al medico, al llegar a la consulta tuvimos que esperar en la sala de espera tan solo 10 minutos, en ese tiempo llegaron otras 2 mujeres a la consulta.
Cuando me llego el turno mi esposo y yo entramos en la consulta del doctor y nada mas entrar me sorprendió ver al doctor sentado en la mesa, no era mi medico habitual.
"Buenas Tardes, usted debe ser Verónica ¿verdad?"
"Si, así es, pero debe haber habido un error, mi medico es el doctor Ochoa" dije yo.
"O bueno, me temo que no hay ningún error, el doctor Ochoa se jubilo hace 4 meses y ahora yo llevo a sus pacientes".
"¿Jubilado?, ¿pero no deberían haberme avisado? Conteste.
"así es, espere un segundo" el doctor se acerco a su mesa y llamo por el interfono a la enfermera que atendía la entrada.
"Oye Julia, perdona, ¿podrías mirarme si se aviso a la señora verónica Cifuentes acerca de la jubilación del doctor Ochoa?"
Tras 1 minuto la voz al otro lado del interfono respondió
"Si, así es doctor, yo misma lo hice, no contacte con la señora y aquí tengo apuntado que hable con su esposo, el señor Luís Sánchez"
"Gracias Julia".
Ante aquella respuesta mi esposo pareció caer en la cuenta de que en efecto habían llamado hacia meses para avisar de la jubilación del doctor Ochoa, al parecer el mismo día del derbi en que mi esposo se fue con sus amigos al estadio de fútbol, cuando volvió del fútbol ya no se acordaba de aquella llamada.
"Bueno, no hay pq preocuparse, si quiere puedo darle cita con mi compañera de la mañana, ella es una mujer y comprendo que se sienta mas cómoda con ella, aunque le advierto que tiene todo lleno hasta enero"
Ante aquello decidí quedarme allí y que fuera el nuevo doctor quien me atendiera, francamente prefería a una mujer pero no iba a espera 4 meses cuando ya estaba allí en la consulta y todo por una cagada de mi esposo.
Estaba algo nerviosa, el doctor Ochoa era un hombre, pero había sido mi medico de toda la vida, desde que tenia 16 años siempre que había acudido a alguna revisión me había atendido el, además cuando empezó a tratarme el ya era algo mayor y nunca le vi como un hombre sino como mi medico, en cambio aquel doctor era distinto.
"Bueno, pues entonces seré yo quien la atienda, puede llamarme Nico, soy italiano y espero ser tan buen medico para usted como lo fuera mi compañero el doctor Ochoa"
El nuevo doctor era un hombre encantador como casi todos los italianos y aquello termino por decidirme a que fuera mi nuevo medico.
"Puede pasar tras el biombo para desvestirse y ponerse la bata, usted señor deberá esperar fuera"
Mi esposo se negó, le dijo a Nico que el doctor Ochoa siempre le permitía quedarse acompañando a su esposa durante las revisiones pero el nuevo doctor le dijo que no era cosa suya sino de la clínica, era una norma y no podía haber nadie mas durante la consulta ginecológica a excepción de el medico y su paciente.
Yo sabia que aquello era cierto pq mis amigas siempre se habían sorprendido cuando en alguna ocasión hablábamos de nuestras revisiones, a ellas sus médicos nunca les habían permitido que sus novios o esposos estuvieran presentes durante la revisión y yo imaginaba que el doctor Ochoa hacia una excepción pq nos conocíamos desde hacia muchos años.
Mi esposo no estaba del todo convencido pero yo termine por convencerle
"Venga Luís, encima que ha sido culpa tuya el que no me avisaras de la jubilación del doctor Ochoa ahora te vas a poner pesadito con el nuevo doctor"
Ante aquello mi esposo no tuvo nada que decir y salio de la consulta a esperar en la salita a que yo terminara.
Cuando me puse la bata salí de detrás del biombo, estaba muy nerviosa por encontrarme totalmente desnuda a excepción de la bata delante de aquel hombre, me senté en la mesa de exploraciones mientras esperaba a que el doctor se ajustara los guantes de látex y se acercara a mi.
"Verónica ya he visto en tu informe que se trata de una visita rutinaria así que voy a proceder a la exploración habitual, si tienes algún problema o algo que consultarme no tengas ningún problema en hacerlo".
El doctor subió mi bata hasta mas allá de mis rodillas y abrió con delicadeza mis labios vaginales que se encontraban totalmente expuestos ante el, mientras exploraba mi vagina unos extraños pensamientos se agolparon en mi cabeza de repente, Nico no tenia nada que ver con mi antiguo doctor, Nico debía tener menos de 35 años, era un hombre increíblemente alto, al menos 1.90 y tenia una complexión muy fuerte, se notaba que era asiduo al gimnasio pues la bata de medico le quedaba algo estrecha de hombros y se ajustaba mucho a su pecho.
además no pude evitar pensar que era muy guapo, tenia una media melena rubio recogida en una coleta y una barbita de 3 días, además tenia unos profundos ojos azules, mientras yo tenia estos pensamientos el doctor no dejaba de explorar mi vagina por lo que muy a mi pesar note como comenzaba a humedecerme, debí ponerme muy roja y trate de disimular lo máximo que pude tratando de pensar en otra cosa.
Note como apoyaba 2 dedos en mi clítoris y los introducía de golpe como buscando algo en mi interior, ante aquello no pude reprimir un gemido ante el cual el doctor se detuvo y me miro sonriente, yo no pude hacer mas que mirar hacia el techo completamente avergonzada.
"No pasa nada Verónica, es totalmente normal lo que te acaba de pasar, no eres de piedra mujer"
Trate de morderme la lengua pero cuando Nico volvió a introducir sus dedos en mi vagina no pude frenar que otro gemido escapara de mi boca a pesar de que me aferre con mucha fuerza a los bordes de la mesa de exploración como tratando de hacer fuerza para evitar que aquel gemido se escapara de entre mis labios.
En esta ocasión el doctor no dijo nada, cuando termino se quito los guantes y se puso otros.
"Muy bien, estas perfectamente, ahora voy a mirar tus pechos"
Yo no dije nada, el doctor se acerco a mi y me abrió la bata con delicadeza dejando mis pechos expuestos ante la visión de aquellos dos ojazos azules.
Nico volvió a sonreír y yo no tarde en darme cuenta del motivo, al igual que mi coño, mis pechos habían reaccionado ante los tocamientos del doctor y mis pezones erectos apuntaban al techo.
El doctor agarro mis tetas entre sus manos, las alzo de arriba abajo, me las magreo a conciencia y pellizco mis pezones, estaba tan cerca de mi que podía notar su cuerpo contra el mió y como había estimado al verle, tenia un cuerpo fibroso y duro, pero su pecho no era lo único que tenia duro, una de las veces se puso tan cerca de mi que mi mano que descansaba en el borde de la camilla toco su paquete y pude notar perfectamente como lo que allí se ocultaba estaba en pie de guerra, por un momento me asuste, incluso pensé en parar la revisión, no me parecía normal que un doctor se empalmara mientras le hacia una revisión rutinaria a una paciente, pero como anteriormente, nuevos pensamientos se agolparon otra vez en mi cabeza, que aquel hombre, joven y con ese cuerpo pudiera excitarse al verme y tocarme me halagaba, es mas, me encantaba que así fuera, tras 4 años de matrimonio pensaba que ya no existiría para los demás hombres y que incluso habría perdido todo el atractivo que en alguna ocasión pudiera haber tenido.
Mis pezones seguían erectos y mi coño húmedo cuando el doctor volvió a meterme uno de sus dedos en mi coño.
"Disculpa, pero creo que ha quedado algo por comprobar Verónica"
No puse ningún impedimento, ni tampoco cuando metió un segundo dedo en mi coño y empezaba a moverlos mas y mas rápido, yo no sabia que estaba pasando pero comencé a notar un extraño calor que me subía desde ahí abajo, no pasaron ni 5 segundos cuando comencé a jadear con fuerza y note como una energía contenida dentro de mi estallaba en ese mismo instante, iba a gritar presa del placer pero Nico me tapo rápidamente la boca.
"Que, ¿que me ha ocurrido doctor?"
"¿Cómo?, no sabes lo que te ha pasado, joder, estas mas necesitada de lo que yo pensaba, acabas de tener un orgasmo cielo"
Cuando Nico me dijo eso me dejo desconcertada, yo creía que sabia lo que era un orgasmo, sentía placer cuando follaba con mi esposo, pero no era como lo que había sentido, jamás había sentido algo así.
"Bueno, ya he terminado, lo acabas de confirmar, tu tienes un pequeño problema pero yo ahora mismo lo voy a solucionar"
"¿Un problema? ¿a que se refiere doctor?"
"No es nada hombre, solo que necesitas que te follen bien follada"
Aquello me dejo helada, como se atrevía aquel cerdo a hablarme así, me incorpore, iba a coger mi ropa y largarme de allí montando un escándalo cuando vi que el doctor se había quitado la bata y bajado la bragueta del pantalón, dejando libre a un monstruo, aquella polla era grande, venosa y muy gruesa, solo había visto la polla de Luís en toda mi vida por lo que no podía comparar mucho mas, pero aquel instrumento era el doble de largo que el de mi esposo y algo mas gruesa.
"Déjate de tonterías"
Nico se acerco a mi, me quito mi ropa de las manos y me saco la bata por encima de los hombros sin que yo se lo impidiera, me dejo desnuda, completamente desnuda ante el, con mis pezones erectos apuntando hacia el, me puso la mano sobre la cabeza y sin decir palabra me empujo hacia abajo hasta hacerme arrodillar ante su polla.
Yo no pude hacer nada mas que mirarla, como aquellos que miran algo sorprendente y maravilloso que no han visto jamás.
Yo tampoco dije nada, la tomé con la mano, estaba muy dura, como una tubería de acero, empecé a lamerla suavemente como si se tratase de un helado, yo estaba empeñada en ir metiéndome poco a poco esa polla en la boca.
"así me gusta, veo que la quieres tragar enterita, jaja" Esas palabras me ponían cachonda, yo miraba hacía arriba para verlo, tenía una cara de placer increíble al verme como me comía toda su polla como una puta, cada vez que lamía su polla mi coño se ponía mas y mas húmedo y al palpar sus cojones podía notar como estaban llenos y expectantes.
Me hizo lamerle la polla un buen rato, me tomaba de la cabeza y me daba empujones hacia su polla erecta, me la metía hasta el fondo de mi garganta, en eso estaba cuando comencé a sentir como su polla escupía y lanzaba semen dentro de mi boca, yo jamás le había permitido hacerlo a Luís pero en aquel instante estaba mas cachonda de lo que jamás hubiera estado, saboreaba aquella polla como si fuera un bollo relleno con crema, fue tanto el semen que descargo en mi boca que pronto se empezó a salir por las comisuras de mis labios.
"Veo que sabes como ordeñar a un hombre pequeña putilla, ahora vamos a comenzar con la lección 2, luego se la tendrás que explicar a tu esposo, jajaja".
Me agarro de la cintura y me levanto en volandas, no le supuso ningún problema pues era bastante mas alta que yo y también mucho mas fuerte, me subió nuevamente a la mesa de exploraciones y me coloco las piernas a cada lado como en una exploración corriente.
Acerco su cara a mi coño y no tarde en empecé a gemir como una loca
Nico se quito la camiseta dejando me ver su cuerpo fibroso y musculazo, me dio la camiseta y me dijo.
"Muérdela, tus jadeos se van a oír fuera y el cornudo de tu maridito va a entrar y te va a pillar aquí despatarrada"
Yo obedecí y mordí la camiseta para ahogar mis gritos, primero eran suaves lametadas que recorrían mi coño, luego eran rápidos movimientos en mi clítoris y más tarde era toda la lengua dentro de mi coño como una polla.
Sus manos recorrían mis tetas, mis dedos se metían en mi boca, estaba como loca, empezó a besar suavemente mis labios vaginales superiores, haciendo movimientos verticales como lamiendo un caramelo de abajo hacia arriba, eso me provocó sensaciones que hacían que mi coño pidiera mas.
Yo jadeaba como una perra en celo y no pude evitar empezar a decirle guarradas como: quiero que me folles, quiero tu polla dentro de mí y cosas así.
Entonces se incorporó, saco un preservativo de su cartera y me dijo que me acercara, entonces me dijo:
"Quiero ver como me chupas la polla como tú sabes, entonces miré su instrumento de cerca, me arrodille lo agarré y empecé a frotarlo, le miraba a los ojos y me relamía.
"Vaya cara de zorra tienes, creo que tengo que hacer pasar a tu esposo, el tiene mucho que aprender de cómo tratar a una zorra como tu"
Al decir eso no aguanté más y me la metí de golpe, o al menos eso intenté, porque no me cabía, mientras se la chupaba vi como Nico llamaba por el interfono.
"Julia, todo bien por ahí fuera"
"Si doctor, pero el marido de la paciente esta algo inquieto, no hace mas que dar vueltas por la sala de espera, creo que será mejor que pase a la consulta"
Aquellas palabras me sacaron de mi ensoñación y detuve mi mamada, con la polla todavía enterrada en mi boca mire a Nico.
"Creo que la señora no quiere que entre su esposo, pero será mejor que ella misma te lo diga"
Aquel cabron no hacia mas que jugar conmigo, me saque su polla de mi boca y dije por el interfono:
"No, mejor que no pase, no tardare mucho"
"Todo bien señora, ¿pasa algo? Pq no quiere que pase su esposo, Que esta haciendo usted?"
"Vamos Vero, díselo a Julia, dile que estas haciendo"
Comprendí que la enfermera era parte de todo aquello y que sabia perfectamente lo que el doctor estaba haciendo conmigo en la consulta, yo presa de la lujuria no tuve ningún inconveniente en responderle.
"Pues estoy comiéndome su descomunal polla mientras le masajeo las pelotas, por eso no quiero que pase mi marido"
"Vaya, no se preocupe señora, disfrute del tratamiento, yo me ocupare de que su marido no la moleste mientras "
"¿Pasa algo?" Pude escuchar la voz de mi esposo por el interfono mientras Nico sonriente volvía a bajar mi cabeza hasta la altura de su polla y me la metía hasta la campanilla.
"No, nada, nada señor" solo hablaba con el doctor, su mujer esta perfectamente, no tardara mucho en salir"
Antes de que Nico cortara el interfono aun pude escuchar como mi esposo le daba las gracias a la enfermera mientras Nico conseguía meterme su polla hasta que su vello pubico rozaba con mi nariz.
Pobre idiota pensé para mi, si supiera que la enfermera estaba colaborando para que el doctor me diera una follada de antología seguro que no le daba las gracias.
Cojio el preservativo que había sacado de su cartera y tras sacarme la polla de la boca se lo puso, luego me agarro de la mano y me sentó en el borde de la mesa en la cual prácticamente no había nada a parte de la pantalla del ordenador y una libreta.
Sentada en aquella mesa, desnuda por completo abrí mis piernas deseosas de que el taladro que Nico tenia entre su piernas comenzara a taladrar mi coñito, sentí la punta como se habría camino en los labios de mi coñito lubricado, sentí como entraban los primeros centímetros, me tumbe por completo en la mesa, agarrándome de los bordes
"Este coñito esta muy apretado, pero no te preocupes, yo te lo voy a dejar bien abierto"
Yo seguía sintiendo como aquel miembro se abría paso dentro de mi, rozaba mis paredes vaginales, sentía como me apretaba con sus manos mis nalgas, sentí una vez más como de una sola estocada me la hundió con fuerza, topando hasta mis entrañas, comenzó un mete saca frenético, su polla entraba completamente dentro de mi, podía sentir como aquel trozo de carne me llenaba por dentro, me sentía como un pavo en navidad cada vez que aquella barra de carne se enterraba centímetro a centímetro en mi coño. De improvisto me la saco y se sentó en su enorme sillón delante del escritorio
"lección numero 3, es hora de cabalgar" Me puse delante de el, sujete mi polla con la mano sin poder apartar mis ojos de ella, me relamía al pensar que aquel trozo de carne volvería a estar dentro de mi en breves segundos.
"Venga niña, no tenemos todo el día, súbete y clávatela, voy a dejar que seas tu misma quien se ensarte en mi polla"
Puse mis rodillas en el borde del sillón y me alce sobre su polla, la cual tomé con la mano para dirigirla en la entrada de mi coño.
"Joder que gorda la tienes" le dije al sentir como entraba la cabeza de aquel monstruo.
Según iba bajando mi cuerpo notaba como la polla del doctor empezaba a resbalar dentro de mi, abriéndose paso nuevamente, gozaba con cada centímetro que se ensartaba dentro de mi, mientras él jugaba con mis tetas, yo iba descendiendo poco a poco hasta que el puso sus manos sobre mi cabeza y empujo hacia abajo con fuerza haciendo que me ensartara su polla hasta los cojones.
Yo gemí de dolor al sentir como todo aquel instrumento se clavaba de golpe pero pronto el dolor paso y aun con su polla clavada hasta la empuñadura, el doctor comenzó a chupar mis pezones.
"Ahora a cabalgar" me ordeno
Empecé a levantarme poco a poco para luego bajar lentamente, deleitándome al sentir como esa daga penetraba en mi carne centímetro a centímetro
"Veo q aprendes rápido la lección, te gusta ¿verdad putilla?"
Sus groserías no hacían sino ponerme mucho mas caliente y alentarme en mi propósito de ordeñarle por completo, le puse mis manos en el pecho para apoyarme he inicié a moverme hacía delante y hacía atrás, frotándome sobre su polla, sintiéndola dentro de mi.
Me tomó de la cintura y empezó alzar mi cuerpo, impulsándolo hacia arriba, y dejando caer mi cuerpo de golpe sobre su polla, cada vez lo hacía más rápido, yo solo gemía del placer mientras mis pechos brincaban de un lado al otro al sentir cada clavada, mi cuerpo sudaba, mi excitación aumentaba cada momento entres gemidos fuertes de ambos.
Me agarro del culo y se levanto, levantándome a mi al mismo tiempo con su polla enterrada en mis entrañas, aquellos fuertes brazos me sujetaban en el aire mientras yo literalmente cabalgaba a ese hombre totalmente abierta de piernas y sostenida por sus manos en mis nalgas, saltaba decididamente en busca de su herramienta y me restregaba alrededor de esa polla que me daba tantísimo placer.
Me dejo luego en el suelo y me dijo:
"Apóyate en la mesa, que te voy a enseñar la ultima lección, te voy a dar por el culo".
"¿Que?, no, por favor, por el culo me duele, lo he intentado alguna vez con mi esposo y es imposible".
"Cállate y apóyate en la mesa"
Acabe por obedecerle y me apoye contra el escritorio, dejándole mi culo a su entera disposición.
Cojio un bote de crema y me puso un poco alrededor de mi agujerito, apunto su polla y comenzó a empujar lentamente, la metía poco a poco pero a mi me dolía demasiado.
"Para, para ya, te he dicho que mi marido lo ha intentado alguna vez y es imposible"
Me golpeo fuertemente en el culo y me grito:
"Te he dicho que te calles la boca, no me vuelvas a comparar con el cornudo de tu marido, si yo te digo que entra, es que entra".
Antes de que terminara la frase apretó con todas sus fuerzas y gracias a la crema toda su polla se enterró por completo en mi culo, el dolor fue inmenso y hubiera dado un grito impresionante sino fuera pq Nico desde atrás me tapo la boca con su mano.
Me dio una fuerte cachetada en el culo con su mano libre y empezó el vaivén de caderas sobre mi, me montaba como un caballo en las doma, yo sentía el culo totalmente partido, sentía fuego y dolor.
Me daba despiadadamente por el culo y me azotaba las nalgas al mismo tiempo, me estrujaba las tetas y me obligaba a decir cosas.
"Pídeme que te parta el culo hasta el fondo guarra, dime que opinas de la polla de tu esposo después de haber probado la mía, dímelo o te rompo el culo hasta que llores de dolor".
"Párteme el culo, mi culo es tuyo, te pertenece, mi esposo es un cornudo y su polla no puede compararse con tu pedazo de tranca"
Mire hacia atrás y vi como salió de mi interior su preciosa herramienta, toda húmeda, toda gruesa, llena de venas, finalmente la enculada me había echo descubrir nuevos caminos para el placer y fui yo misma quien se echo hacia atrás para que su enorme polla volviera a perforar mi culito como una tuneladora.
Vi como me tragué nuevamente su polla y lo gocé lentamente, ahora era yo la que se movía adelante y atrás facilitando la enculada, Nico me agarraba las tetas con fuerza desde atrás dejando que fuera yo la que con mis movimientos de cadera me metiera su polla hasta lo mas hondo de mi culito.
Pero él no tardo en volver a tomar el control, sacó lentamente otra vez su polla y la tomó de la base, con su miembro me comenzó a dar pequeños golpeteos en mis nalgas como si fueran latigazos, yo me sentí toda suya, era mi hombre y podía follarme a su antojo, no pensaba en mi esposo el cual debía estar esperando fuera muy nervioso y preocupado por su mujercita la cual estaba siendo follada por el culo en ese mismo instante en la habitación de al lado.
Apenas tardo unos segundos, me la saco del culo y me grito
"Ponte de rodillas y abre la boca"
Yo obedecí a sabiendas de lo que estaba por venir, jamás había probado el semen de mi esposo y ahora estaba allí, en la consulta del medico, sudada y de rodillas con la boca todo lo abierta que podía deseosa de recibir directamente del biberón mi segunda ración de leche de aquella tarde.
Nico agito furiosamente su polla frente a mi cara y en apenas unos segundos la carga de sus pelotas comenzó a salir con fuerza directa a mi cara, un primer chorro fue directo a mi garganta, fue tan fuerte y abundante que me dio una arcada, un segundo chorro cayo en mi lengua, me relamí como una gatita, un tercero y un cuarto ya apenas sin fuerza impactaron en mi cara y mi frente.
volvió a sentarse desnudo sobre el sofá de la consulta, me tiro un paquete de clinex y me dijo.
"Límpiate la cara, tu esposo tiene pinta de ser mas bien corto de entendederas pero si te ve salir de la consulta con la cara llena de semen lo mismo le da por pensar, jaja, vístete y vuelve dentro de 6 meses para tu próxima revisión".
No dijo nada mas, yo me limpie la cara de los restos de su leche y me vestí rápidamente, me sentía sucia, estaba sudada y recién follada, solo deseaba que mi esposo no se diera cuenta de nada.
No mire al doctor al salir, cuando lo hice mi esposo estaba sentado en la sala de espera, se levanto y me dio un beso justo donde había impactado unos de los chorros de semen de Nico.
"Que tal cariño, ¿todo bien?"
"Si cariño, todo esta bien, el doctor ha sido muy amable y me ha dado cita para dentro de 6 meses"
"Si no estas convencida podemos cambiar de doctor, cuando hemos entrado no te he visto muy convencida"
"No te preocupes, este doctor es fantástico y estoy encantada de que sea el quien me explore nuevamente"
Dije aquello sin pensar, pero estaba claro que deseaba volver allí, deseaba volver a sentir aquella dura y enorme polla en todos mis agujeros que mi esposo no sabia llenar tan bien como el doctor.
Cuando salimos de la consulta no pude dejar de fijarme en las otras 2 mujeres que estaban esperando, me pareció que me sonreían al pasar, de una forma un tanto extraña, como si supieran lo que había ocurrido en la consulta, como como si ellas también recibieran el mismo tratamiento por parte del doctor.