Mi fiesta de cumpleaños.
Continuación de"La reunión", como se inicia dulce historia de amor con Luis.
Este es la continuación de mi relato "La reunión", hasta ahora que he retomado mis relatos me he dado cuenta que deje en suspenso esta historia. Esto se debio a mis compromisos escolares y laborales. También en que junto con el protagonista pasaron muchas cosas hasta el momento en que tuvo que marcharse a Chile.
Mientras dejo esta segunda parte, espero les agrade así como comentarios, un beso.
Como yo seguía indecisa sobre si festejar o no, mis amigos decidieron prepararme una fiesta sorpresa en un bar, yo no tenía ni la menor idea de esto y se suponía que iba a festejar con unos cuantos el viernes. Respecto a Luis solo nos vimos una vez mas y fue para aclarar que las cosas no iban a pasar de esa noche.
Llego el día de mi cumple y muchos me decían que no fuera amargada y que hiciera fiesta, les decía que el siguiente año, pero llego el viernes (mi cumple fue en jueves) y como es mi costumbre se me hizo tarde y llegue tarde a mi propia fiesta jajaja. Cuando llegue ya estaban muchos de mis amigos de toda la vida, yo no sabía que sucedía hasta que en el bar llegaron y dijeron: ¡Feliz fiesta sorpresa! Y de regalo me dieron unos tragos de cortesía a mi y a mis amigos, después todos pasaron a abrazarme, para mi sorpresa llego Luis acompañado de una chica, que al parecer era su novia, cosa a lo cual no le tome importancia porque pues equis lo nuestro no paso de una noche y ya.
La chica muy amablemente me felicito y yo solo recibí el abrazo indiferente, pero Luis me abrazo mas y me dio un beso en la mejilla como si fuéramos los grandes amigos, ahí si me sentí bastante incómoda, pero con el pretexto de saludar a mis demás amigos me fui, durante el transcurso de la noche me di cuenta de que ellos discutían y de pronto la chica me dijo que ya se tenían que ir, se despidieron y nuevamente Luis fue muy cariñoso. Yo me la estaba pasando muy bien, después de una hora que se había ido Luis, regreso y le dijo a nuestros amigos en común que ya habían terminado, esto lo medio escuche yo me hice la que estaba en otras cosas, hasta que unos amigos optaron por salir del bar y seguirla en el depa de uno de ellos.
Ya eramos pocos los que quedamos, la gran mayoría éramos los mismos del relato pasado. La noche realmente era joven y en el departamento de mi amigo comenzaron los juegos, el clásico juego de la botella fue con lo que comenzamos y pues ya tenían planeado todo, hacerme caer nuevamente con Luis. Antes debo decir que el juego era solo de reto o trago, así que me toco reto precisamente con Luis y consistía en darnos un beso, cosa con lo que yo me rehusaba un poco, pero ante la insistencia acepte y fue un beso rápido. Después de esto los retos eran aburridos y los cambiaban por trago, por lo que muchos ya estaban ebrios o dormidos.
Cabe mencionar que para dicho momento yo me encontraba en mi sexy ropa interior de encaje, estúpidos retos. Ya me iba a marchar hasta que llego Luis y me dijo que quería darme mi regalo, yo le dije que no se preocupara que otro día me lo daba y dijo que no era posible, que no iba a ser igual y le pregunte: ¿Pues qué es? Y me dijo es sorpresa, lo tengo en el coche. Le dije que me diera dos minutos, fuí al baño me puse el vestido y maquille un poco, al sair me tapo los ojos. Bajamos al estacionamiento me subió al coche y me dijo: Vamos a hacer un pequeño recorrido. Aquel recorrido no duro mucho, me bajo del coche, me beso el cuello y me susurro:” Ya casi”. Yo ya me quería quitar la bufanda que cubría mis ojos, y se lo dije y me dijo “aguarda un poco” y en ese momento me tomo de la cintura me beso nuevamente en el cuello y me quito la bufanda. Pude ver que era un departamento (su departamento) decorado un tanto romantico y en la mesita de la sala había una cajita de regalo y me la dio, cuando la abri vi que era una pulsera muy bonita. Le agradecí el detalle y le di un beso cerca de la boca, eso hizo que Luis tomara mi cara y me besara bien, yo acepte pero me quite rápidamente y le dije: ¡Tienes novia! Él dijo que no era así, que quería darme celos, pero que al parecer no lo había conseguido, yo comencé a reír y le dije que era un tonto.
Luis: ¡Soy el más grande de los tontos, pero por ti! Te quiero, y quiero que pases esta noche conmigo, como mi novia, como dos enamorados.
Sus dulces besos, el ambiente romántico del depa hicieron que no pudiera resistirme. Realmente era un detalle muy bonito el que había conseguido, puso música de fondo, nada más y nada menos que Apocaliptica, de mis bandas favoritas. Los dulces besos recorrían mi cara, cuello y el comienzo de mis senos. Luis estaba realmente caliente, normalmente parece alguien serio, pero en ese instante lo único que mandaba en él era el instinto de tenerme. Bajó la cremallera de mi vestido que, al abrirse, dejó a la vista mi cuerpo solo cubierto por un delicado sujetador de encaje y unas braguitas a juego. Bajó los tirantes con una ansiedad que no había sentido jamás.
Acarició mis pezones que sobresalían de mis preciosos y grandes pechos, unos pezones que pedían a gritos que los besara...
Me levantó en brazos con delicadeza y me llevó hasta la cama, desde donde pude observar asombrada cómo se despojaba de la poca ropa que le quedaba. Era un placer ver cómo me miraba, en mis ojos lo único que se podía reflejar era su evidente excitación.
Luis: No sabes cómo me haces sentir… dijo casi sin aliento mientras se acercaba.
Me tocaba y acariciaba hasta el último rincón de mi cuerpo. Sentí la dulce humedad entre mis piernas, me acariciaba con los dedos que en ese momento ya no eran suficientes y se lo hice notar. Se situó sobre mí, con las piernas abiertas, esperando recibir ese duro pene que entro con una suave embestida, espero un poco de tiempo para que mi vagina se acostumbrara al extraño intruso, después comenzó el vaivén de sus caderas contra mi cuerpo, lentas y profundas, sin tardar mucho en ese ritmo sentí un próximo orgasmo, poco después él termino también.
Aquello era amor con un hombre que no era mío, bueno que no sabía que era mío. Después de eso permanecimos acostados, había sido muy satisfactorio estar con él.
Nos quedamos mirando a los ojos unos momentos, entrelazamos las piernas y nuestras manos, supe en ese momento que realmente quería a Luis a mi lado.
Luis ¿Y bien? –me pregunto con una sonrisa en la cara mientras retiraba un mechón de pelo de mi cara.
Yo: ¿No creerás que voy a decirte que ha sido fantástico para que así te sientas aún mejor? –bromee y cuando vi la sonrisa en el rostro de Luis, fue como si intercambiáramos palabras de amor.