Mi fiel hembra
Me gusta que seas tan obediente
Como dije en su día, envío la traducción a la lengua castellana de mi texto "mi fiel hembra", escrito en catalán y publicado en septiembre en esta página de relatos.
Son las once de la mañana de un cálido día de verano, puntual a la cita, como siempre, abres la puerta de mi coche. Te miro y te sonrío, como en cada encuentro, te has vestido para la ocasión. Sabes arreglarte, y sabes demasiado bien lo que me agrada. Te beso, siento la calidez de tus labios, tu lengua jugando con la mía, la respiración acelerada cuando mi mano acaricia tus piernas, bronceadas y tersas, perdiéndose entre los pliegues de tu falda lentamente hasta llegar a la fina tela del tanga que llevas puesto, acariciando tu sexo, sintiendo ya el calor y la humedad de tu coño.
Hace días que no he he usado, y se que tampoco has tenido sexo con tu marido, tu mirada suplicante me lo dice, y se que no has desobedecido la orden que recibiste en la que no te permitía que él te tocase.
Mientras pongo el motor en marcha te explico que iremos a pasar la itv de del vehículo. Después de un rato, en el que me has explicado alguna anécdota de tus hijos llegamos al destino. Me pongo en la cola y te doy la documentación del vehículo para que inicies los trámites. Me gusta mirarte, sabes que ese vestido que has elegido te sienta muy bien, no pareces una mujer de 44 años, mientras estás en el mostrador pienso en lo que te has convertido, de hecho, aún no se que calificativo merece una hembra como tu, que deja a sus hijos mirando la tele, jugando a la play, o enviándolos a casa de su suegra, mientras ella se entrega totalmente a su amo...supongo que has encontrado en mi lo que no te da tu marido, el cornudo no sabe la joya que tiene en casa, quizá es que he sido capaz de mostrarte cosas que solo eran reales en tus más íntimas fantasías, y que no creías que podrían convertirse en realidad...no te lo he preguntado nunca, y de hecho no me importa en absoluto...Vienes hacia mi, sonriendo, consciente de que en este momento eres el centro de atención, sabes que todos los hombres te están mirando, y para mi tiene un punto de morbo saber que te están observando, seguro que hoy más de uno se masturbara pensando en la mujer de la itv. Entras dentro, dejando las piernas entreabiertas. Entrego el documento que te han dado al operario, mientras él a hurtadillas observa tus largas piernas, de la manera que estás sentada, estoy seguro que ve tu sugeente tanga violeta, lo miro y él, nervioso desvía la mirada centrándose en su trabajo, estoy seguro de que desearía estar toda la mañana mirando el interior de mi coche, pero ahora le toca disfrutar del espectáculo a un compañero suyo, que me hace avanzar diciéndome que me apee del coche para hacer las comprobaciones de los niveles de CO2. Salgo y me coloco en los asientos traseros, desde allí veo como tu falda al moverte ha subido unos centímetros más, dejando casi a la vista las bragas, el chico te mira, y por el retrovisor me mira a mi. Después de unos acelerones y de mirar el ordenador me dice que todo está correcto. Salgo de la parte posterior y ocupo mi lugar tras el volante, me miras, y sonriendo me preguntas si lo has hecho bien, no puedo evitar acariciar tu mejilla y dándote un beso te digo que lo has hecho bien, muy bien.
-Señor, puede firmar aquí, su coche está perfecto, la próxima revisión tendrá que pasarla el año...Seguro que aquellos operarios de la itv de la calle Córcega nos recordaran durante mucho tiempo...
Salimos de allí, y el ágil tráfico de verano hace que muy pronto nos encontremos fuera de la ciudad, subimos por la carretera de la Rabassada en dirección a Sant Cugat, me gusta conducir por allí, a pesar de la proliferación de imbéciles con ciclomotores y motos que juegan allí a las carreras. Me dices que quieres ir al baño, que pare en la gasolinera, pero yo sigo unos kilómetros más allá hasta encontrar un camino rural, entramos en el y me paro.
-Baja y mea.
Bajas del coche y te quitas las bragas para no mojarlas, te subes la falda, oigo el ruido del líquido al regar el suelo, te observo, con el tiempo me he dado cuenta de que tengo un punto de voyeur, cuando acabas te digo que sigas en esa posición y te masturbes para mi...abres las piernas y tus dedos juegan con tu coño mojado de orines, tus labios húmedos hinchados y rojos me excitan, te estás acariciando el clítoris, erecto ya, quizá tanto como mi polla, que me cojo por encima del pantalón, durante un rato estás jugando con tu sexo, mirándome con esa mirada de zorra que tienes cuando estás excitada, mientras te observo, cuando siento los gemidos que preceden al orgasmo, te ordeno que te detengas, me excita ver tu rostro de frustración cuando no dejo que te corras, estoy seguro que me odias en esos momentos. Ven, guarra, que me la mamaras. Con esa delicadeza, propia de la mejor de las sumisas me desabrochas los botones del pantalón, con cuidado metes la mano por debajo de los calzoncillos hasta agarrarme la polla, te agrada sentirla entre tus manos, acariciándola, besándola, saboreandola lentamente, la punta de tu lengua recorre la punta de mi sexo, cálido, húmedo, recorriéndolo todo, hasta tenerla dentro de tu boca, con mis manos marco el ritmo de la mamada, quiero que me calientes, como solo lo hace una perra como tu. Me miras a los ojos, y hago que pares para besarte, me excta sentir el gusto de mi polla en tu boca, mientras juego y te pellizco tus pezones erectos. Te digo que te quites el vestido, y te quedas completamente desnuda ante mi, te ordeno que cojas la bolsa que hay en el maletero, cierro y nos adentramos entre los árboles. El lugar es tranquilo, pero siempre puede aparecer alguien, con lo que la situación se vuelve más excitante. Nos acercamos a un árbol, diría que és un roble, pero la botánica y yo estamos reñidos, con una mirada me basta y me abres la bolsa, saco un suave pañuelo de seda rojo que tapará tus ojos, con una cuerda te ato al árbol, sientes la corteza en la espalda, tus tobillos atados, de manera que tus piernas queden abiertas, estás preciosa, como siempre que te ofreces a mi...el lugar, la situación, hacen que no pueda evitar tocarme la entrepierna.Cojo la cámara que llevo dentro de la bolsa, no quiero que este momento se pierda,el ruido que hace al empezar a grabar hace que tenses el cuerpo, supongo que te has puesto nerviosa, pero pasados unos minutos veo como vuelves a relajarte, te toco los labios del coño, calientes, enrojecidos, muy mojados, mis dedos entran con total facilidad, la excitación, o la suave brisa, hacen que tus pezones esten completamente erectos. Tengo sed, voy a buscar una pepsi que tengo en el coche, con total tranquilidad y sin prisas hago una llamada que tengo pendiente, durante un rato me he olvidado de mi perrita, aunque para ti esos minutos han sido inacabables. Vuelvo, y puedo ver como empiezas a formar parte de la naturaleza, los pájaros cantan, unas hormigas suben por por tus piernas, una mosca revolotea cerca de ti. En silencio te miro, estás completamente quieta, quizá has oido el crijir de una rama e inconscientemente imaginas a un jabalí. Me ecerco para acariciarte, siento como te relajas, sabes que tu amo está contigo. Te quito la venda de los ojos, el sol te molesta, mientras mis labios buscan los tuyos. Te enseño lo que he grabado, y te pregunto, aunque no tenga por que hacerlo que hago de la grabación, y tu, tu, me contestas lo que deseo oir,- haz lo que desees con ella, mi amo...es lo que pensaba hacer.
Esta mañana me he conectado a internet para ver tu video, desde hace unas semanas eso se ha convertido casi en un ritual para mi, quizá ahora mismo, miles de personas esten mirando a mi perrita...