Mi feminización (3)

Continua la aventura sexual de este sumiso feminizado.

MI FEMINIZACION CAPITULO TERCERO

Allí estaba yo, el macho, maquillado como una puta, con una peluca que me llegaba a los hombros, con unos pendientes, con un vestido cortito por el que casi asomaban unas bragas sexys, con medias y unas botas altas hasta la rodilla, y lo mejor es que me encantaba.

Mi ama me miraba de arriba abajo, se ve que disfrutaba con su obra. Notaba su excitación mientras pasaba su mano por mis pechos anillados o por mis muslos.

Bien perrita, ahora es cuando vas a empezar a demostrar si realmente eres capaz de hacerme disfrutar.

A continuación me amarro de pies y manos en una barra, dejando mi ano totalmente a su merced.

Me sentía totalmente humillado, y listo para ser penetrado, pero curiosamente me excitaba estar en esa posición totalmente entregado a mi ama y vestido como una puta.

Mi ano era virgen, y yo gemia de dolor pensando en lo que me esperaba, pero mi ama, tan concienzuda no habia dejado esto al azar

Primero preparó mi ano con una crema que fue extendiendo, al hacerlo introducía sus dedos uno a uno en mi ano hasta que llegó a meter la mano entera.

Luego, cuando consideró que mi ano ya estaba bastante lubricado, trajo una extraña máquina que me era desconocida,

Ahora conectaré esta máquina a tu ano, y ella se encargará de follarte durante una hora, después cuando considere que ya estás suficientemente dilatada, me daré el placer de follarte yo.

A continuación puso en marcha esa máquina que llevaba un dildo en la punta y que me daba bastante miedo

Básicamente consistía en una brazo mecánico al cual le habían añadido un dildo, que era capaz de entrar y salir de mi ano durante toda la eternidad si fuera preciso.

Me tuvo conectado a la máquina durante una hora, al principio la puso a una velocidad lenta, pero al final la tenía conectada a la máxima velocidad.

Al mismo tiempo que recibía la penetración de la máquina en mi ano, mi ama se sentó frente a mí y abriendo las piernas puso su coño en mi cara para que lo fuera chupando.

Una vez más, besé su coño, lamí su clitoris, penetré hasta el fondo de su vagina con mi lengua, una y otra vez, hasta que se corrió en mi cara y hube de beber sus jugos.

Yo, mientras tanto seguía recibiendo la tremenda follada que me estaban dando, poco a poco, mi cuerpo se fue acostumbrando, y lo que en un principio me parecía insoportable, al final me estaba gustando y mucho, empecé a sentir un extasis que subía del fondo de mi cuerpo recorriendo toda mi columna vertebral, pero cuando pensé que iba a correrme, mi ama paró la máquina.

Bien perrita, vamos a probar si tu vagina ya tienes las medidas apropiadas que deseo para ti.

Dicho esto, se puso un arnes de cuero con un tremendo dildo en la punta, al verlo me asusté, pensé que eso jamaás podría entrar en mi culo.

Pero me equivoqué, y de que manera, entró a la primera, de un tirón y sin molestarme casi, de tan abierta que me tenía mi ama.

Empezó a follarme rítmicamente, dandole un duro castigo a mi ya castigado culo, descubrí que la misma sensación que estaba sintiendo antes de para volvía a mí, pero mejor. Comencé a mover mis nalgas para favorecer la pentración y noté que me encantaba, como me gustaba, mmmm. De repente, algo empezó a crecer dentro de mi, algo que me subía por el estómago y ocupaba toda mi cavidad torácica, hasta que de golpe me corrí. Me corrí como nunca me había corrido en mi vida, con rios y rios de semen, de forma que pensé que no iba a parar, me corrí de una forma maravillosa como no pensé que fuera posible correrse, y en es momento mi ama se ganó mi lealtad incondicional y mi sumisión plena a sus gustos

Fin del tercer capitulo