Mi fantasia y mi marido
Teníamos una fantasia cada uno, por qué no hacerlas?
MI FANTASIA Y MI MARIDO
Aquella noche no debíamos haber bebido tanto, Carlos y yo estábamos muy cariñosos, después de tantos años juntos seguimos siendo una pareja envidiable con un sexo magnífico. Creo que uno de los secretos es guardar una noche a la semana para nosotros, sin amigos, niños , nada que nos estorbe, ya me entendéis, pero hay más, la confianza es otro pilar.
Y qué decir del sexo con Carlos, la mejor definición es magnífico, cuando le conocí yo era virgen y sin ninguna experiencia pero él no, y me enseñó todo lo que sabía, si a eso le unos mi inventiva, no nos aburrimos en la cama nunca.
No tenemos casi secretos, y el casi es que solo tenemos una, se refiere a nuestras fantasías eróticas, decidimos ya hace tiempo que esto formaría parte de algo personal e inconfesable, pero aquella noche, sentados en el sofá, con la botella de vino vacía y sus manos en mis tetas no pude dejar de contestar a la pregunta "¿cuándo te masturbas, en que piensas?"
Que ambos nos masturbamos lo sabíamos, él fue el impulsor de esta actividad, decía que de vez en cuando necesitaba "sexo egoísta", sinceramente os diré que en principio no me gustó pero nuestra relación se basa en gran parte en la libertad individual, siempre dentro de la fidelidad mutua, evidentemente, y acabé comprendiéndolo y con el tiempo añadirme a esta actividad con sumo agrado, es más, ahora necesito hacerlo por lo menos una vez a la semana.
Mi respuesta fue la siguiente:
En ti, cariño
Venga, dime la verdad, eso sabes que no lo hace nadie, la masturbación es para liberar la mente e imaginar situaciones distintas.
Realmente tenía razón, no era verdad, bueno, algunas veces sí pero mis fantasías son muy variadas claro que hay una recurrente y cuando ya me acariciaba el coño por dentro las braguitas se lo dije:
Quedo con un hombre alto, fuerte, guapo, ambos sabemos que el encuentro solo es para follar, me lleva a un hotel y allí lo hacemos.
Y te gustaría que se hiciese realidad?
Nooooo, es solo una fantasía, pero cuál es la tuya?
Jajaja. Eso es trampa, yo he sacado el tema
Claro que con su polla a punto de entrar en mi boca, difícil lo tenía para callarse
Hago un trió contigo y Marta.
Marta?, dije
Si, es muy sexy
Marta es mi mejor amiga, y desde pequeñas que hemos sido inseparables, nos vemos muy a menudo y con su marido celebramos cenas y fiestas juntos, ella es muy guapa, ya me había fijado que Carlos solía mirarla bastante pero eso nunca fue un problema en nuestro matrimonio, si yo veo a un tío que me gusta no dejo de mirarlo porque mi marido esté a mi lado, forma parte de la confianza que nos tenemos, al igual que nos comentamos si alguna mujer le echa los tejos o esto mismo me pasa a mí, riéndonos mucho de las situaciones, nuestra relación es tan fuerte que ambos sabemos que jamás nos pondremos los cuernos.
A la mañana siguiente me arrepentí de lo que había contado, mí más profundo secreto ya no lo era y visto en aquel momento, sin estar caliente ni bebida era distinto.
Me temía que Carlos usara mi fantasía de manera recurrente pero por suerte no fue así, entendió perfectamente que no quería que me hablara del tema y lo respetó igual que hacía yo con la suya.
Al cabo de dos meses de lo que os he contado tuvo que ausentarse una semana para ir a un congreso, algo bastante normal por su trabajo y al llegar le esperaba ansiosa y caliente después de tantos días sola y sin sexo, vamos, que una buenas noche estaba garantizada y así fue pero cuando me tenía a punto de mi primer orgasmo me dijo:
He conocido a un hombre que sería ideal para tu fantasía.
Lo cierto es que no le hice demasiado caso, en aquel momento solo pensaba en correrme como una loca y gritar lo más fuerte posible mi orgasmo, por lo que no respondí.
Cuando acabamos, acurrucados en la cama le dije que me contara aquello, me dijo que conoció a un hombre que coincidía con el perfil que a mí me gusta, de casi 1,90, fuerte, agradable e inteligente que sería ideal para mi fantasía, mi respuesta fue la siguiente:
Aquello solo era eso, una fantasía y que nunca te pondría los cuernos.
No serían cuernos si lo sé
Ya, quizás no, pero no voy a follar con otro hombre.
Si es tu deseo, a mi no me importa, lo que quiero es que seas feliz.
Que te hace pensar que él quiera?
Porque se lo he dicho y me ha contestado que estaría encantado
Le has contado mi secreto?, dije indignada
No directamente, con sutilezas y nunca diciendo que eres tú, le he dicho que era la fantasía de una amiga.
Uf, y que te ha dicho?
Que también era su fantasía, quedar con una mujer solo para follar, y no verse jamás, me ha suplicado en que me ponga en contacto con ella para hacerlo, no paraba de decírmelo, me ha dado fotos suyas, quieres verlas?
Si, enséñamelas
El hombre estaba bien, mejor dicho, muy bien, tendría unos 45 años, pelo canoso, alto, fuerte, me fue enseñando las fotos, cada vez en menos ropa y la última desnudo con la polla apuntando hacia arriba, estaba muy bien equipado.
Pero vi que a pesar de acabarse de correr, la polla de Carlos iba poniéndose dura por lo que aparté las fotos de la cama y me lancé sobre él para repetir con mas pasión lo que habíamos hecho hacía poco rato, no sé en que estaba pensando él pero las imágenes de aquel hombre que buscaba lo mismo que yo y que me guastaba pasaron todo el rato por mi cabeza y me hicieron tener unos orgasmos increíbles, tanto que al acabar Carlos me dijo:
No sé si tu mente estaba follando con migo o con Fermín.
Simplemente reí, no podía engañarle pero tampoco pensaba confesarlo.
A la mañana siguiente estaba muy caliente, me pasé todo el día en el trabajo con las bragas encharcadas y mis pezones erectos, estuve a punto de encerrarme en el lavabo para masturbarme pero al final no me atreví por miedo que alguien me oyera, pero cuando llegué a casa, aprovechando que estaba sola me estiré en la cama y sin ni siquiera desnudarme entre mis manos en los pantalones y acaricié mi coño, al girarme vi que las fotos de Fermín seguían en la mesita, las cogí y mirando aquel cuerpo desnudo y especialmente la gran polla, mientras me imaginaba como me follaba me corrí.
A partir de aquel día, mi fantasía tenía nombre y cara, Carlos no sabía nada de eso, es más, ni tan solo comentó nada, pero hacía que casi cada día me masturbara a solas pensando en él, incluso algunos polvos con Carlos mi mente follaba con el maravilloso hombre, claro, sin que mi marido lo supiera.
No volvimos a hablar de Fermín hasta pasadas tres semanas, Carlos me comentó después de follar que le había llamado y le dijo que venía a nuestra ciudad y quería saber si le había hablado a su amiga de él y que le parecía, su respuesta fue decirle que se lo había dicho y dado las fotos per que, a pesar que sabía que tenía ganas, no estaba decidida, yo le dije:
Que te hace pensar que tengo ganas?
Jajaja, solo hay que ver como estas siempre de caliente desde que te lo conté, y las fotos están en tu cajón, te crees que no me entero de nada?
Y te sabe mal?
No, ¿por qué?,
No sé, celos quizás
No tengo celos, sé que me quieres solo a mí y esto es una fantasía, nada más.
Pero si lo hiciera, dejaría de serlo
Una fantasía realizada no estaría mal, no crees?
Pero no quiero follar con nadie más que contigo, ya lo sabes
Lo que quieras cariño, eso solo depende de ti
Y dejarías que follara con él?
Si lo quieres, es solo un polvo, nada más.
Te quiero mucho, no lo haré pero explícame esto, dije señalando su polla otra vez dura, te excita que tu mujer se folle a otro?
Parece que sí, no sé, pero me pasa.
Aprovechémoslo dije
Mientras me sentaba sobre su polla y lentamente la introducía en el coño su polla y cabalgaba con ímpetu, me dijo:
Fóllame imaginándote que soy Fermín
Oh, siiiiiii, dije gritando casi inconsciente de mi respuesta.
El que me lo pidiera mi marido liberó mi mente e incluso susurré "Fermín, Fermín " más de una vez, y justo antes de correrme le dije: "dile que si quiero, dile que este sábado . agagag", en este momento ambos nos corrimos a la vez, su chorro de leche llenó mi coño más que nunca, disparó con tal potencia que notaba los impactos de la corrida en cada disparo.
Cuando me tranquilicé no estaba nada convencida de lo que la pasión me había hecho decir pero mi marido estaba loco de alegría, decidí no decir nada más y esperar al día siguiente para tomar una decisión más pausada, aquella noche la pasé muy agitada llena de sueños húmedos en que estaba constantemente Fermín y durante el día no me lo sacaba de la cabeza.
Esperaba por la noche hablarlo tranquilamente con Carlos, pero cuando inicié la conversación me dijo que ya lo había preparado todo, había quedado con él el sábado por la tarde en un bar, tal como le conté mi fantasía, yo insistí en decirle que no estaba convencida y que no haría nada que pusiera en peligro el matrimonio pero me dijo que siempre, en cualquier momento, podía echarme atrás sin problemas, incluso después de tomar un café con él, cosa que me tranquilizó.
Era miércoles, quedaban tres días, aquella noche follamos otra vez y reconozco que cuando cerraba los ojos solo estaba con Fermín pero cuando se me pasaba la calentura no lo tenía nada claro.
El jueves y viernes fueron una tortura, por una parte estaba muy caliente y contenta, pero por otra pensaba que aquello no estaba bien, Carlos era mi marido y no podía hacérselo, pero algo me empujaba a seguir adelante, yo le contaba mis contradicciones a Carlos y él me animaba a hacerlo, y cierto es que se excitaba tanto como yo ya que el sexo era lo más constante estos días, cuando me desperté el sábado por la mañana Carlos seguía dormido, le desperté y le dije:
Lo haré
No dijimos nada más, él intentó tener sexo conmigo pero no le dejé, solo le dije:
No, hoy no, hoy solo con Fermín
Me pasé toda la mañana muy caliente, me arreglé, tomé un baño relajante, me depilé, Carlos me ayudó a preparar la ropa, no dábamos pié con bola, estaba tan nerviosa que cuando comimos no podía ni tragar.
Faltaba una hora y estaba por vestirme, tenía la ropa ya preparada, un precioso conjunto de tanga y sujetador negro, una falda corta blanca que me realza el culo y las piernas, medias, liguero, por cierto, el que usé en mi boda y que no me había puesto desde aquel día, una blusa roja que a Carlos le encantaba porque decía que realzaba mi pecho y zapatos de tacón, fue Carlos quien me abrochó los corchetes del sujetador porque no podía con los nervios, mi marido me dijo que recordara que solo era una amiga suya que tenía esta fantasía que coincidía con la de Fermín.
Me coloqué delante del espejo para maquillarme lo justo, me sentía deseable y contenta, mi marido llamó a un taxi, nuestra despedida no hubo casi palabras, eso sí, un gran beso y un abrazo cómplice, solo le dije:
Dentro de poco ya no serás el único hombre que he follado.
Espero que así sea y que te lo pases bien.
Ni lo dudes, estoy decidida.
En el taxi estaba nerviosa, pensé que si aquel hombre supiera a que iba no se lo creería.
Legaba 15 minutos tarde, lo sabía, el taxi me dejó justo delante del bar, cuando bajé le vi enseguida y no me defraudó, era tal como me imaginaba, me reconoció enseguida supongo que por algún detalle que le dijo mi marido, se levantó para recibirme, nos presentamos y nos dimos un par de besos en las mejilla invitándome a beber lo que quisiera, aquella hora algo distinto a un café era poco apropiado, iniciamos una conversación de circunstancias sin que en ningún momento mencionáramos lo que realmente motivaba aquel encuentro, yo estaba muy caliente pensando que en poco rato aquel pedazo de hombre pondría su polla en mi agujero.
Al cabo de media hora me dice:
¿Qué te parece si vamos a un sitio más tranquilo?
Sí, creo que será lo ideal.
Vamos a mi hotel?
Ok, dije, vamos
Mientras él buscaba un taxi llamé a mi marido para decirle que todo iba bien y nos íbamos al hotel a follar, me deseó que me lo pasara muy bien.
Por el camino en el taxi empezamos a juntarnos, puso su mano encima de mi pierna y no me quedé atrás, le imité, al salir me cogió de la mano y así entramos en el hotel, pensé que alguien conocido me podía ver entrar en un hotel cogida de la mano con alguien que no era mi marido pero ya no me importaba nada, estaba yendo a follar con un hombre que lo único que nos unía era las ganas locas de follar con un desconocido.
En el ascensor se acercó, cuando su boca estaba a pocos centímetros de la mía cerré los ojos y entreabrí los labios dejando que se tocaran y su lengua pugnara con la mía, fue tan intenso que ni nos dimos cuenta cuando se paró el ascensor.
Besaba por primera vez a un hombre distinto a Carlos, pero no me unía ningún sentimiento, agarrados por la cintura recorrimos el pasillo hasta la habitación, cuando se cerró la puerta ya no habían excusas ni palabras, estábamos marreándonos y su mano tardó poco en recorrer mi culo sobándolo firmemente pero a la vez cariñosamente, mi pubis se pegó a su polla solo separados por la ropa y pude notar su excitación, seguro que igual a la mía, supongo que notaba mi nerviosismo y me dijo:
Estate tranquila, si lo deseas no tenemos que hacer nada y puedes irte.
Ni loca me voy, dije, hace mucho que sueño en esto.
Lo comprendió enseguida que aquel nerviosismo no era debido a que no quisiera, todo lo contrario, le saqué la camisa para acariciar su firme cuerpo directamente, él, mientras ya no prestaba atención a mi culo, estaba tocándome las tetas por encima la ropa, evidentemente tardó poco en sacar la blusa y mi sujetador quedó ante sus ojos, era evidente mi excitación, mis pezones se marcaban claramente, nos volvimos a abrazar y besar, lentamente me llevó a la cama donde caímos sin separarnos. Al final si lo hicimos y fue para sacarme la falda, quedé solo con mi tanga, sujetador, medias, liguero y zapatos, me miró de arriba abajo y me dijo:
Eres preciosa
Reí un momento y procedí a sacarle los pantalones, el bulto en sus calzoncillos era impresionante, así en ropa interior volvimos a fundirnos en otro abrazo y besos, sin separamos me desabrochó el sujetador que hacía escasamente una hora mi marido había abrochado sabiendo que sería otro hombre quien lo sacaría, y sí fue, inmediatamente cayó, se separó lo justo para mirar mis desnudas tetas y acto seguido acercar sus labios a los pezones para comérselos con pasión, realmente parecía que alguien le había explicado mis gustos porque lo hacía con la presión justa, pero no quise quedarme atrás, bajé una mano hasta llegar a sus calzoncillos y acaricié su polla, casi me asusto al nota por encima de la prenda las descomunales dimensiones de aquello, incluso temí que pudiera hacerme daño pero en aquel estado solo deseaba que me follaran y entre la comida de tetas y aquel contacto lancé mis primeros gemidos, Fermín enseguida dedicó una mano a bajar por mi vientre, cuando más cerca estaba del coño mas gemía, al alcanzarlo por encima del tanga mis gemidos se hicieron más fuertes y tardé poco en correrme por primera vez sin que ni tan solo me hubiese tocado el coño directamente ni yo su polla, es más, no estábamos ni desnudos del todo.
En aquel momento pensé en Carlos y lo contenta que estaba de que me hubiese permitido y preparado aquello, pero no estaba allí para pensar en él, Fermín cogió las tiras del tanga y lo bajó acabando de sacarlo y tirándolo por la habitación. A continuación me abrió las piernas y se puso de rodillas entre ellas acercando su boca a mi coño, realmente aquel hombre sabía trabajar un clítoris mientras que con las manos tocaba mis pechos, me corrí dejando su cara llena de mis flujos, incluso la cama quedó como si me hubiese meado.
Era consciente que tenía que actuar, hice que se estirara y le bajé los calzoncillos, vi lo que antes casi me asustó, aquella inmensa polla, no me lo pensé mucho, cogiendo con la mano la segunda polla de mi vida abrí tanto como pude la boca y me la tragué, me costaba que entrara a pesar de que no tengo una boca pequeña, la chupaba con pasión y al parecer le gustaba porque me pidió que lo dejara para evitar correrse antes de tiempo.
Fermín me hizo poner en posición perro, ¿como sabía que era mi posición favorita?, apuntó la polla en el coño y despacito hizo que entrara aquel monstruoso aparato, estaba tan excitada y notar aquello tan grande que antes de que llegara al fondo ya me había corrido, es muy difícil explicar lo que sentía y lo que pasó, mi coño, solo acostumbrado a una polla se dilató lo suficiente para dar cabida a la segunda que era mucho más grande, es difícil que os cuente detalles porque me dediqué a sentir placer y olvidarme del mundo, solo sé que me folló en varias posiciones, misionero, desde atrás estirados ., mis orgasmos no sé si fueron muchos o uno continuado, solo recuerdo que cuando estaba a punto de correrse me preguntó si podía hacerlo dentro y le dije que si la sacaba lo mataba, quería sentir la leche como chocaba con las paredes del coño y realmente lo sentí, el choque más fuerte y prolongado que había sentido en mi vida se unía al mejor orgasmo de mi vida.
Quedamos extendidos y abrazados en la cama, se me ocurrió mirar el reloj, hacia dos horas que habíamos entrado y a mí me parecía un momento, me fijé en mi aspecto, estaba solo en liguero y medias, aquel liguero que me acompañó el día de mi boda ahora también era testigo de la mejor follada de mi vida, los dos días más felices de mi vida.
Fermín propuso darnos un baño, llenó la bañera que era lo suficientemente grande para que cupiéramos los dos, por mis piernas bajaba la leche que había depositado en mi coño, me saqué las medias y el liguero, él entró e hizo que me sentara entre sus piernas dándole la espalda, me alegré de que no solo fuera un gran y experimentado amante, también era muy cariñoso, se pasó el rato acariciándome y diciéndome lo guapa que era, notaba que en mi espalda estaba creciendo de nuevo su polla, me gustó porque significaba unas repetición y así fue, nos íbamos recalentando mientras juagaba con mis tetas y mi coño bajo el agua y me propuso algo que me dio un poco de miedo:
Quieres que te folle por el culo?
Cada vez estaba más convencido de que alguien le había explicado mis gustos, y evidentemente solo podía ser Carlos, pero dudaba que aquello entrara y se lo dije, no se dio por vencido, salimos de la bañera y me puse extendida sobre la cama con los pies en el suelo, Fermín muy hábilmente jugó con la lengua en mi segundo agujero mientras que los dedos se dedicaron al clítoris, haciendo que me pusiera más caliente, después dedicó sus dedos a introducirlos en este agujero, primero uno, después dos y al fin apuntó la polla allí untada en un lubricante, me costó y dolió pero por nada iba a ceder, poco a poco iba consiguiendo que desapareciera dentro del culo, cuando sus huevos hicieron tope en él me notaba literalmente empalada pero con mucho placer, empezó el entra sale muy despacio consciente de que mi culo le costaba absorber aquello y en poco rato empezaron mis orgasmos continuados acrecentados por las caricias que le daba al clítoris y pechos.
Todo esto no soy consciente de cuanto duró, se que se acabó cuando Fermín disparó la leche en el culo, momento en que caí desmayada por el placer recibido, la "dulce muerte", como le llaman pero jamás me había pasado. Según me contó estuve casi dos minutos inconsciente pero con cara de placer.
Se hacía tarde, Fermín propuso que nos ducháramos juntos y accedí encantada, mientras nos enjabonábamos su polla volvía a estar en acción, aquel hombre era insaciable y yo no quería que se quedara así, me arrodillé y la introduje como pude en la boca haciendo una perfecta mamada y dejando que se corriera dentro de mi boca, tragando todo lo que de ella salía, su sabor era distinto al de Carlos, no sabía que los hombres tuvieran distinto gusto.
Me vestí, volví a ponerme el liguero de mi boda, el sujetador que antes abrochó Carlos y desabrochó Fermín, las medias, cuando busqué el tanga me pidió que se lo regalara, con una sonrisa en mis labios se lo entregué, me puse la falda, blusa y zapatos, Fermín seguía desnudo con mi tanga en la mano y me dijo:
Estas tan guapa vestida como desnuda, ven aquí un momento
A pesar de ser tarde no podía negar nada a un hombre que acababa de hacerme sentir aquello, hizo que me sentara y estirara en la cama, me subió la falda y con la lengua en mi coño me arrancó un último orgasmo.
Nos despedimos con un fuerte y apasionado beso, justo en la puerta le dije:
Que sepas que Carlos no es mi amigo, es mi marido
Ya lo sabía.
Y te ha dicho mis gustos?
Si.
Con una sonrisa de oreja a oreja me fui a casa, al notar la que la puerta se abría, Carlos saltó del sofá y vino, me abrazó, mi cara lo decía todo, me levantó la falda mientras me besaba, notó que no tenía nada debajo, le conté que le había regalado el tanga para que me recordase, introdujo un dedo en el coño que notó encharcado, le dije:
Si, aquí dentro ha estado la polla de Fermín y ha descargado la leche.
Me estiró hacia la cama y allí follamos toda la noche, acabamos tan tarde y estaba tan cansada que a pesar de su insistencia no podía explicarle mas cosas de lo que pasó, pero por la mañana le di todo tipo de explicaciones sin dejar ningún detalle lo que provocó un recalentamiento mutuo que hizo que nos pasáramos el domingo follando.
Visto con el tiempo he de reconocer que todo lo que pasó sirvió como motor a nuestra relación.
Pero de todo ello mi amiga Marta estaba al corriente, le tenía tanta confianza como ella lo tiene conmigo, lo único que no le había contado es la fantasía de mi marido, yo quería de algún modo compensarle pero lo tenía difícil, sabía perfectamente que Marta nunca había engañado a su marido ni estaba dispuesta a hacerlo, además, nunca me había dicho que le gustara Carlos a pesar de ser consciente de que algunas veces le miraba con unos ojitos ..
Pero tenía que intentarlo, quiero mucho a Carlos y debía complacerle, un día que habíamos quedado para comer hice que bebiera mas de lo normal y le conté la fantasía secreta de mi marido, ella estaba encantada y se lo tomó como un cumplido interrogándome de distintos aspectos a los que yo respondía con gran dosis de imaginación, pero no encontraba el momento de preguntarle: "Quieres hacerlo?", eso sí, estaba muy intrigada, me preguntó:
Tu harías un trío con tu marido y otra mujer?
Mi respuesta sonó muy clara
Si, después de lo que ha hecho por mí, sin duda.
No sé, dijo, es muy fuerte
No más que lo que me ha permitido hacer
Tienes razón, seguro que Ramón no me lo hubiese permitido, es muy celoso
Y tú, te atreverías a hacer un trío con Ramón?
Ramón es guapo y me cae muy bien, pero me da mucho corte que me vea desnuda y hacer eso con él, con qué cara nos miraríamos después cuando estuviéramos juntos si me ha follado?, demás, no pondría los cuernos a Ramón.
Pero el tono de su voz me dio a entender que el "no" era poco convencido, mas arrastrada por las convenciones y el miedo a su marido que por los deseos, por lo que opté por insistir, al final le arranque un "me lo pensaré"
Y no tuve que esperar mucho, al día siguiente me llamó para volver a quedar, curiosamente al principio no me decía nada del tema, fui yo quien habló de esto y me dice:
Sabes, me gustaría hacerlo, no se, algo nuevo, picante, sentirme deseada, ya me entiendes, pero no me atrevo, me da miedo que Ramón se entere.
Si lo hacemos bien no tiene que enterarse.
Y Carlos?
Él encantado, y seguro que no se irá de la lengua.
No sé, y no creas que no lo desee.
Pues lo hacemos y ya está.
Bien, lo hacemos, dijo decidida.
Pero como?, dije
Eso es lo más fácil, yo me invento una cena contigo y ya está
Quiero que sea una sorpresa para Carlos, te parece que le diga que vendréis los dos a cenar y te presentas sola?
Muy buena idea
Pero tienes que vestirte sexy, vamos a hacerle una sorpresa, la mas grande de su vida
Ya sabes que para mí esto nunca ha sido un problema.
Así que cuadramos el día, lo mejor un viernes por la noche, le dije a Carlos que Ramón y Marta vendrían a cenar, algo normal y sin darle ninguna importancia, ella ya me había descrito como se vestiría así que busqué algo parecido que incluía el liguero, ya considerada la prenda de los mejores días de mi vida, Mi marido se extrañó un poco al verme tan sexy pero mi respuesta fue simple, si Marta siempre iba así, porque yo no.
Cuando llamaron a la puerta fuimos a abrir, y la sorpresa para mi marido fue mayúscula por dos cosas, la primera es que vino sola "porque Ramón había recibido una llamada urgente y tuvo que ir al trabajo", pero la segunda era la vestimenta, mucho más sexy que de costumbre, cuando se sacó el abrigo apareció con una blusa negra transparente que enseñaba el sujetador del mismo color abrochada justo hasta el canalillo dejando un gran escote y una minifalda de escándalo.
Pero Carlos sabe ser discreto y a pesar de que cuando Marta no miraba la repasaba de arriba a abajo, ella aparentemente no se daba cuenta, bueno, cuando estábamos las dos solas en la cocina se lo deje, claro.
Mientras preparábamos la mesa Carlos estaba en el sofá "leyendo", pero creo que lo único que hacía es mirar a nuestra amiga, así que la cogí por los hombros y le dije a Carlos:
Es guapa Marta
No, es preciosa, dijo, y hoy más que nunca
Gracias, dijo ella.
Cenamos y yo procuré que el vino nunca faltara, en los postres decidí avanzar poco a poco, con signos le indiqué a Marta que se desabrochara un botón, no sé como lo hizo pero sin darme cuenta ya lo estaba, Carlos miraba lo que podía y le dije:
Carlos, se te saldrán los ojos
Uf, se me ha desabrochado, dijo Marta, pero si te gusta lo dejo así.
Con las tetas que tienes, no me extraña que mire, dije
Sí, me siento orgullosa.
No sé, nunca las he visto, dijo al fin Carlos
Jajaja, no pretenderás que te las enseñe, dijo Marta
No me importaría, respondió mi marido.
Solo reímos, dejamos por un rato la conversación aquí para ir calentando el ambiente poco a poco y seguir pensando como avanzar, después de una conversación "normal" le dije que tenía una blusa como aquella pero nunca me atrevía a ponérmela sin un top, era verdad, ella insistió que lo hiciera, "total, estábamos con tu marido y yo", dijo.
Fui a la habitación y en poco rato regresé con la blusa transparente puesta, por desgracia la medida de mis tetas no era la de Marta pero no me quedaba mal, entonces es cuando Carlos dijo:
Te quedaría mejor sin sujetador
Ah, pues me lo saco, dije
Puse las manos en los corchetes y por el escote lo saqué, mis tetas quedaron claramente visibles y le dije a Marta:
Por qué no haces lo mismo?
Vale
Y ante lña incredulidad de Carlos se sacó el sujetador, mi marido veía las tetas de nuestra amiga, firmes y desafiantes, solo ocultadas por aquella prenda casi transparente, se le salían los ojos y no se atrevía a decir nada, tuve que intervenir:
Vaya tetas tiene Marta.
Si, son preciosas
Porque no se las enseñamos las dos sin nada de ropa?, dije
Me parece bien, dijo Marta ente el estupor de mi marido,
Nos levantamos y nos sacamos la blusa, miraba todo aquello como si estuviera en un sueño, nos pusimos de lado y le dije:
Que tetas te gustan más?
No me preguntes esto, ambas son preciosas
Porque no las valoras como se debe hacer?, dije
Que?????, que quieres que haga?
Que nos las cojas a las dos y las valores, dijo Marta.
Muy cortado se acercó a nosotras y con las manos extendidas muy despacio colocó una en mi pecho derecho y la otra en le izquierdo de Marta, así de pié vimos que estaba empalmado, sabíamos que había llegado el momento, acerqué mi boca a la suya y le di un morreo, él no paraba de tocarnos las tetas, nos abrazamos todos, cuando aparté mi boca la de Marta estaba esperándola y se fundieron en otro morreo, yo mientras desabrochaba la camisa de mi marido y a duras penas pude sacársela, él no tenía las manos quietas y nos seguía acariciando ya por todas partes, tenía las manos en nuestros culos. Dejó de besar a nuestra amiga para hacérmelo a mí, ella aprovechó para desabrocharle el pantalón y se lo sacó, pero después noto que me está desabrochando la falda, cuando cayó al suelo Carlos cambió de boca y yo le hice lo mismo a Marta.
Solo en braguitas y calzoncillos Carlos nos cogió una a cada lado y nos llevó a la habitación estirándonos en la cama, Marta le dijo:
Podrás con las dos?
Ni lo dudes, es el sueño de mi vida.
Entre las dos le bajamos los calzoncillos, Marta miró la polla de mi marido con cara de agrado y en un momento ya estaba besándola y chupándola, no quise retrasarme así que hice lo mismo, nuestras bocas muchas veces chocaban sin que le diésemos importancia pero hubo un momento en que ambas le estábamos chupando el glande y nuestros labios se tocaban, poco a poco nos levantamos y aquello se convirtió en un morreo con mi amiga, no lo rechacé, todo lo contrario, Carlos nos acariciaba a ambas, tímidamente acerqué una mano a las tetas de Marta, ella hizo lo mismo.
Nunca hubiese pensado hacer aquello, no me sentía bisexual y menos lesbiana, pero me gustaba y no me importaba, Carlos se puso detrás de Marta y le sacó el tanga, después de mí e hizo lo mismo, quedé con las medias y el fabuloso liguero de mi boda y de Fermín. Marta me puso la mano en el coño y me masturbaba, yo hice lo mismo, y que bien lo hacía!!!!!, y he de suponer que a ella también le gustaba porque nos corrimos a la vez, que curioso, pensé, aquello debía de ser un gran acontecimiento solo para Carlos y también lo era para mí.
Pero no estábamos allí para montárnoslo nosotras, a pesar de que a Carlos le encantaba. Hice estirar a mi amiga y mi marido se puso entre las piernas abiertas acercando la boca le comió el coño, estaba gimiendo de placer y se me ocurrió ponerme encima de su cara, me abrí de piernas y ella alargó la lengua para llegar a mi clítoris, fue curioso, nos volvimos a correr juntas.
Inmediatamente invertimos las posiciones y Carlos comía mi coño y yo el de Marta, aquello era un desenfreno de orgasmos de las mujeres, para que no fuera tan desequilibrado decidimos comerle simultáneamente la polla hasta conseguir que descargara la leche entre espasmos violentos, nos la repartimos y acabamos con las bocas juntas y nuestras lenguas mezclaban el maravilloso elixir de Carlos.
Estábamos algo cansados los tres y decidimos darnos un respiro, fui a por bebidas pero cuando llegué los encontré abrazados y la polla de Ramón ya dura otra vez a punto de penetrar el coño de Marta, dejé los vasos y me puse a ayudarlos, le cogí el aparato y lo apunté al coño de Marta, ella cuando la sintió que entraba empezó a gemir de nuevo, Carlos nos acariciaba a las dos y yo me dedicaba a besarlos alternativamente y acariciar sus cuerpos hasta que me dediqué a lamer el clítoris y la polla que entraba y salía, esto le arrancó el más fuerte orgasmo de los que había visto a nuestra amiga, estaba orgullosa del aguante de mi marido, no tenía que ser fácil estar con dos hembras ardientes follando y aguantar correrte. Carlos quiso dar por el culo a Marta, esta primero dijo que no, que nunca lo había hecho ya que le daba miedo, pero con cariño la convencí, le hicimos poner en posición perro y le lamí su ano, ella le gustaba y más cuando Carlos hizo lo mismo en el coño. Cuando intuí que estaba preparada, le dije a Carlos que la penetrara, muy despacio apuntó la polla lubricada al único agujero virgen de Marta y poco a poco la introdujo, le acababa de desvirgar el culo, algo que ni a su marido le había permitido, yo me dediqué a lamer el coño alternando con los huevos de mi marido, obviamente le arrancamos varios orgasmos. Yo no quería acabar la noche sin que me penetrara así que repetimos lo mismo pero esta vez era yo la protagonista y Marta la ayudante, me corrí un montón de veces, tanto cuando me follaba el coño como el culo, pero después de todo esto mi marido seguía sin correrse, Marta dijo:
Quiero la leche de Carlos en mi coño
Y por qué hacerla esperar?, Carlos se estiró, Marta se puso encima y apunté la polla al coño de nuestra amiga y bombeó entre orgasmos casi inmediatos ayudada por mis caricias, lamidas en el culo y tetas, como conocía perfectamente que Carlos no aguantaría mucho mas, hice lo que supuse más le gustaría, me puse entre sus piernas y lamía los huevos y el culo de ella y evidentemente empezó a disparar leche en aquel agujero con escalofríos de placer de Marta.
Quedamos tumbados en la cama con cara de estar muy contentos, Marta dijo:
A eso puedo engancharme, espero que nunca se entere mi marido lo del culo, su fantasía es verme con otra mujer.
Y porque no lo hacéis delante suyo?, nos dijo mi marido.
Tengo que confesaros algo, mi marido sabe que estoy aquí y porque, me dejó venir con la condición de que intentara montármelo contigo y después repetirlo mientras él mira
Me parece perfecto, dije, así también me follaré a tu marido.
No sé, la condición solo era esta, pero no creo que te cueste convencerlo.
Y yo que hago, no podré verlo?
No, dijimos las dos a la vez, tú te quedas en casa, jajajaja