Mi fantasia recurrente

Esta es la fantasía con la que supe que me gustaba el mundo del bdsm y la dominación (relato corto)

Me siento expuesta. Escucho el carraspeo de las personas que me contemplan y algún susurro. Mis ojos están vendados y no puedo verlos, solo percibirlos. Mis pezones están duros por el frio y por la sensación de sentirse tan expuestos. También siento ese aire en mi coño, cómo el frio me dice que es el objeto de visión de un grupo grande de personas.

En forma de X pero de rodillas estoy inmovilizada y mi coño late solo de pensar en cómo debo ser vista por mi público. Con un corpiño que ciñe mi cintura pero que deja mis pechos encima a la vista de todos y una medias a medio muslo con tacones de aguja, todo en conjunto negro, en contraposición a mi melena rubia, la cual siento como me roza la espalda cuando intento moverme un poco. Otra cosa tan sutil como la exposición de mi coño y tetas, que hace que sienta tanta excitación que podría correrme con tan poco…

De repente siento como alguien se acerca y me empieza a acariciar. Me acaricia el pelo y lo va meciendo en sus manos mientras provoca escalofríos en mi espalda. Lo agarra alrededor de su mano y me hace echar para atrás la cabeza mientras me da un beso, primero suave en los labios y luego profundo, introduciendo su lengua dentro de mi boca. Mientras siento como una mano empieza a acariciar mis tetas, pasa por encima de mis pezones haciendo que una corriente eléctrica me invada. Se demora acariciándolas con malicia para luego empezar a cogerlas con fuerza. Llenando su mano con ellas, pellizcándome y estirándome los pezones a ratos. Cuando lleva así un tiempo, siento como me deja de besar y suelta mi pelo.

Silencio.

Alguna tos y carraspeo.

Y entonces siento el dolor en mi pezón. Una oleada de dolor me invade e intento respirar fuerte. Me están poniendo unas pinzas, lo sé, asique espero el otro pezón con miedo. No tarda en llegar. Siento un dolor intenso que recorre como una víbora hasta mi coño pero que a medida que va pasando el tiempo va convirtiéndose en algo más llevadero pero intenso. Siento como me acarician el cuello para mitigar un poco la dulce agonía hasta que un dedo empieza a moverse en mi coño, en mi clítoris. Comienza a hacer círculos lentos. El dolor va desvaneciéndose para quedarse en un pequeño letargo de intensa sensación en los pezones. Mi atención está puesta en mi clítoris. Intento mover mis caderas porque siento como un orgasmo va empezando a llegar, intenso y firme. Quiero que me follen con ese dedo mientras intento moverme para metérmelo pero no me dejan. El sufrimiento por no poder terminar me está haciendo volverme loca hasta que siento que me sueltan la venda de los ojos.

Un haz de luz me ciega, está enfocándome. Mientras siento como el dedo sigue jugando conmigo mis ojos se van aclimatando a la luz y veo como estoy encima de una cama, de rodillas, atada en cruz a un marco que tiene en la parte de los pies. Estoy sobre un escenario y veo tras la luz blanca mesas con hombres. Algunos están tocando sus pollas y otros solo me miran.

Esa exposición hace que sienta como quiero explotar en un orgasmo feroz, mi dominante me mete los dedos y comienza a moverlos con fuerza hasta me corro soltando un gran chorro y un orgasmo me invade de tal forma que empiezo a temblar. Lentamente siento como los dedos van acariciándome de nuevo el clítoris hasta que pasa el orgasmo y mi cuerpo reacciona de forma que tan bien conozco, queriendo más. Lo que sea por tener otro orgasmo como ese…

¿A quién le gustaría que continuase?