Mi fantasía del metro

Finalmente realizada mi fantasía y manoseada en el metro me chorrean de semen las pantimedias.

Hola amigos lectores; hoy quiero platicarles lo que me sucedió el día que finalmente me animé para realizar una de mis tantas fantasías eróticas que he tenido, el ser manoseada frente a mi marido en un lugar público, específicamente en el metro de la ciudad de México.

Hace un tiempo, probablemente tendrá como dos meses, lancé una convocatoria por medio de un relato, invitando a los caballero que tienen las mismas inclinaciones que mi esposo y que yo, que se nos unieran en una de mis fantasías. Hablo de las inclinaciones del voyerismo y la exhibición.

Pero de todas las personas que se comunicaron con nosotros, solamente me llamaron fuertemente la atención de tres tipos; por cierto, todos ellos casados, aunque no muy grandes. Uno de 36 años, otro de 41 años y el último de 38 años.

Todo comenzó con la selección vía Internet de todos los candidatos. Cuando ya estaban previamente seleccionados y mediante unas preguntas de rutina, entablamos una cita en un restaurante de una cadena importante en el centro de la ciudad, mejor conocida como " La casa de los azulejos ". Ya que nos conocimos salimos a comer como dos o tres veces todos juntos para conocernos un poco mejor al mismo lugar, y fue en esas comidas que poco a poco nos fuimos poniendo de acuerdo para que todo saliera de manera correcta, ya que es un poco difícil y peligroso lo que queríamos hacer. Ahí fue también donde nosotros pusimos nuestras condiciones y todos estuvieron de acuerdo. Simplemente manoseo y faje, sin penetración.

Después fue la selección de la ropa a utilizar ese día y aunque fue muy sencilla la vestimenta, no así la selección de la misma.

Llegó el día esperado, me vestí con una blusita semitransparente de color café y sin sostén, la faldita que era del tipo de las modelos o edecanes de empresas que comercializan productos en tiendas de autoservicio, pero tan corta que me quedaba a media nalga, unas pantimedias de color natural y súper brillantes y con encaje y unas sandalias de tacón alto. Ese día no use nada debajo de las pantimedias, ni bikini, ni tanga, ni nada.

La cita fue en el metro taxqueña, cerca de las 7 de la mañana; a esa hora es difícil que el metro vaya vacío, de hecho nos fuimos todos al último vagón.

La idea de mi fantasía sería hasta que el metro fura lleno, así es que iba gente, pero no tanta como para hacer lo que pensábamos. Llegamos a la estación del metro Pino Suárez en dirección hasta pantitlan. Como es en esa estación donde dividen los vagones para hombres y mujeres, decidimos no buscar problema alguno y nos dividimos todos, para llegar a pantitlán y partir todos juntos de esa estación. Así lo hicimos.

Ya estando en pantitlán, nos ubicamos mi esposo y yo en cuarto vagón, casi a la mitad del metro. A tras de nosotros nuestros amigos. Conforme pasábamos las estaciones, el vagón se llenaba más y más hasta quedar pegados todos. Y fue ahí donde se comenzó todo. Durante el transcurso del recorrido ni mi esposo ni yo hablamos absolutamente nada. Cualquiera diría que éramos dos extraños más. Por cierto José Luis quedó pegado a uno de los barandales dando la espalda a un asiento. Uno de ellos quedó de espaldas a la puerta que no se abre pero frente a mi, ya que el metro solo tiene una sola dirección con respecto a las salidas; otro de ellos quedó detrás de mi y el último quedó en el costado contrario al que se encontraba mi esposo. Estaba yo rodeada por cuatro vergas, y dos de ellas más la de mi esposo bastante grandes.

El tipo que estaba delante de mi fue el que comenzó tomándome por la cintura y me pegó a su vientre, pero no tardó mucho el de atrás de sujetarme de las caderas. Los dos me estaban apretando como si fuera un sándwich; una de mis manos estaba apoyada en el barandal cerca de mi esposo, la otro la traía al aire, y el chico de enfrente me la bajó para sujetarle su pito, que ya lo traía afuera del pants, el tercero solo se dedicó a acariciarme la pierna que quedaba de su lado subiendo y bajando desde donde termina la pantimedia y comienza la piel.

Duré como dos o tres estaciones masajeando aquel hermoso pedazo de carne que tenía en mi mano, hasta que termino sobre ella, mientras el tipo de atrás no dejaba de metérme sus dedos, no solo en la vagina, sino también en mi estrecho culo. Después de que el tipo que estaba frente a mi se vino, tomo un poco de sus mocos y me los embarró en la entrada de mi vagina, que por cierto estaba súper mojada por las venidas que me había ya provocado estos cabrones. Era delicioso sentir todo aquello que sentí en ese momento, estaba prácticamente temblando de tanta excitación, tenía dedos en mis dos agujeros, sus vergas pegadas a mi cuerpo, mocos embarrados no solo en mi mano, sino también escurriendo por mis pantimedias y manoseando y masajeando mis piernas por otras manos.

Me sorprendió algo, mi esposo nunca participó en esta aventura, solo me cubría parte de mi cuerpo, pero para ser sincera con ustedes, debo decirles que no eran las únicas manos que acariciaban a mis piernas, de repente sentí otras manos acariciando mis nalgas, nunca supe de quien fueron ya que en el momento en que intenté voltearme para tratar de ver quien era, el tipo de enfrente se acercó a mi cara y me besó en los labios.

También debo decirles que conforme la gente se iba bajando del metro y desocupaban el vagón, era más evidente las condiciones en las que me había dejado mis amigos. Una señora como de unos 52 años que entro en una estación se ubicó junto al tipo que estaba frente a mi y no perdía ninguno de mis movimientos ni de mis acciones. No dejaba de ver hacia abajo. Lo único que atinó a hacer cuando vio que chorreaba semen por mis piernas y mi mano, saco un poco de papel de baño de su bolso y me lo trató de dar disimuladamente.

Cuando el vagón quedó casi vacío y antes de llegar al metro observatorio, nos salimos del metro y tomamos un taxi para que nos llevara a casa. Cuando llegamos y hasta el medio día, nos la pasamos cogiendo mi esposo y yo recordando lo que habíamos vivido en el metro.

No tratamos de engañara nadie, este relato es completamente real, y estamos seguros de que no somos los únicos a quienes no ha sucedido algo igual. Si alguien ha pasado algo igual y quisiera compartirlo con nosotros, con gusto recibiremos sus correos y trataremos de darles contestación.

Nuevamente mi correo es lovelygirl3x@yahoo.com.mx

Mi album fotográfico es http://mx.photos.yahoo.com/lovelygirl3x .

Espero que nos visiten y si quieren compartir fotografías con nosotros, con gusto lo haremos.