Mi fantasía con mi esposo y mi niñera.
Era una noche tibia, cuando encontré al amor de mi vida con la niñera de nuestras pequeñas...
Era una noche tibia, mi esposo y yo habíamos salido con amigos a cenar, para lo cual contratamos a una linda jovencita de aproximadamente 20 años, cara bonita, pelirroja, tal vez media 1.60, cintura pequeña, caderas anchas y hermosos y redondos senos.
La salida fue programada a las 7 de la tarde, por lo cual decidimos dejar a las niñas con Ximena alrededor de las 6, teniendo cómo límite las 12:00 hrs.
Pasamos una excelente velada, buena comida y buena compañía, sin embargo mis amigas alargaron un poco la conversación, con tertulias sin importancia. Por ese motivo decidimos que mi esposo iría a despedir a la niñera y quedar al cuidado de nuestras hijas.
La tertulia termino alrededor de las 11:45, por lo que me dirigí a la casa en un Uber.
Al llegar me llamo llamó la atención que Ximena continuará en la casa. Al entrar escuché leves quejidos, pensé que mis niñas se sentían mal, así que decidí ir a verlas, estaban dormidas, así, que decidí continuar al origen de aquel peculiar sonido.
Mi sorpresa fue enorme al ver a través de la puerta entreabierta a mi marido atrayendo a su cuerpo a nuestra niñera, en ese momento sentí ganas de asesinarlo, por engañarme con aquella bella señorita.
Sin embargo no pude evitar excitarme ante aquella imagen de esa hermosa chica tocando a mi marido, comencé a ver cómo la tocaba y como ella torpemente intentaba despojarlo de su ropa.Ella aún con un sujetador semitransparente lila y un cachetero a juego, lucía increíble. Decidí ver un poco más, mientras mi ropa interior se humedecía y mi sexo pedía a gritos ser atendido y no precisamente por mi esposo.
Me excito a sobre manera ver cómo despojaba a esa chica de su sostén dejando a la vista un par de hermosos y blancos senos con unos pezones rosados erectos y solicitantes de placer.
Mientras él comenzaba a tocar esos pechos, yo hacía lo propio con los míos, redondos y más grandes que los de aquella chica, mientras observaba deslice lentamente por mi cintura una de mis manos, sintiendo mi cuerpo, acariciando la curvatura de mi cintura a mis caderas, debo admitir que cada roce de mis manos en mi cuerpo era equivalente al roce que mi esposo proporcionaba a Ximena.
Fue inevitable comenzar a tocarme mientras veía como el seguía atendiendo aquellos pechos y yo quería, necesitaba chupar esos rozados tirlos pezones, sentirlos tibios en mi boca.
Seguí observando los ella gemía con cada lenguetazo de mi esposo, cada succión hacía que soltara un leve gemido que me excitaba aún más, veía el rostro de mi marido, estaba embelesado y disfrutando está experiencia.
Me pregunté entonces si yo quería detenerlos, me pregunté que era lo que deseaba más...Fue entonces cuando lo decidí.
Abrí de golpe la puerta y me abalance sobre ella, la cara de él fue de un susto terrible, sin embargo cambio cuando comencé a besarla.
Nunca había tenido una experiencia con una mujer y me encantó, me devolvió el beso y levanto mi falda tocando suavemente mi trasero.
Continue besándola, era sinceramente espectacular, descendi por su cuello lo bese y succione levemente, baje suave y lentamente a sus pechos, era increíble la sensación, suave y cálida, pasé mi lengua por el contorno de sus pechos , pase mi lengua en zigzag hacía sus pezones, sentí su estremecimiento y mi cuerpo respondió con la misma intensidad.
Comencé a succionar sus pezones, a sentir su excitación, de la nada mi esposo ya repuesto de la sorpresa, beso mi cuello en la parte trasera mientras tiraba de mi falda dejando al descubierto una bikini de encaje negro.
Estaba tan excitada y quería seguir tocando a esa mujer, retire su lindo cachetero, y la aventé sobre nuestra cama, bese su vientre y comencé a bajar levemente , mientras mi esposo decidió depre duerme de la blusa y sujetador
Verla ahí desnuda y con esa pequeña hilera de vello pelirrojo me invitó a lamer su pelvis, sentía su excitación y sus gemidos mientras mi esposo comenzaba a masturbarme mientras se retiraba la ropa que aún tenía.
Lamí sus labios mayores, pase mi lengua suave llegando a sus labios menores, sentía sus gemidos , su estremecimiento, aunado a los dedos de mi esposo entrando y saliendo de mi, haciéndome gemir mientras mi lengua comenzaba a entrar a Ximena, aumentando la intensidad de sus gemidos y estremecimientos
Decidí hacer lo que me encantaba me hiciera mi esposo, comenzé a lamer su clítoris, soltó un fuerte gemido de sorpresa y tomo mi cabello acercándome a su sexo, mientas mi esposo me penetraba, sentía las embestidas de mi hombre, mientras veía el estremecimiento de Ximena cada vez que mi lengua pasaba por su clítoris.
Ximena y yo casi terminamos al momento.
Decidi ahora cobrarle a ambos exigí a Ximena comenzará a masturbarme mientras mi esposo mamaba mis pechos, fue increíble , sentirlos atendiendo me, y haciéndome sentir un placer indescriptible.
Mi marido ordenó a Ximena que comenzará a hacerme sexo oral mientras el comenzaba a penetrarme, cada embestida me hacía gritar de placer, mientras Ximena lamía mi clítoris y en ocasiones lo succionaba , no pude más y termine en su boca.
Ximena al verme exhausta comenzó a mamar el miembro de mi marido que se veía enorme y delicioso, admire su trasero blanco mi marido disfrutaba de esa mamada.
Me acerco y lo bese, mordí si espalda y le pedí que la penetrara por detrás.
La tomo violentamente del cabello y la volteo poniendola en 4 sobre nuestra cama, penetró su ano, a lo que ella emitió un grito de dolor que fue rápidamente cambiado por gemidos de placer.
Me pareció injusto que hubiera padecido ese dolor así es que me acomode bajo su cuerpo, lamiendo nuevamente su clítoris y penetrando su vagina con mi lengua, ella solo gemía de placer así, de repente sentí como ella comenzaba a lamer mi clítoris haciéndome caer en un éxtasis de placer.
De la nada sentí el semen de mi marido sobre mi cara y el trasero de Ximena
Cansados y extasiados descansamos un momento mientras mi esposo me abrazaba.