Mi fantasía

Un hombre una mujer lenceria complicidad por la femenidad del hombre.

NATALIA

No, lo que yo quería era tener una compañera de piso, no para que limpiara, que bueno, si lo hacia pero lo que yo deseaba era un lugar para ser yo mismo, pero...yo lo que quería, lo que yo realmente buscaba era...je, je, je. Ya os imagináis, no?

Me sorprendió la suerte que tuve. Puse un anuncio en el periódico y al cabo de una semana de rechazar propuestas, me llamó la chica con la voz más profunda y sensual que he oído en mi vida. Quedamos al día siguiente en una elegante cafetería del centro de la ciudad. Yo llegué con unos minutos de antelación porque quería observar a mis anchas a la que ya consideraba mi futura compañera de piso.

Una mujer con aquella voz no podía decepcionarme.

Y no lo hizo. Justo cuando mi reloj marcaba las 5:00 de la tarde, hora taurina, aquella maravillosa becerraza entró a la cafetería.

Natalia era una mujer espectacular. Tendría entre 25 y 30 años, era bastante alta y con un cuerpo que ya quisieran muchas. Estoy seguro de que Elle McPherson se hubiera muerto de envidia ante Natalia. Lucía un pelo largísimo, como a media espalda y de un negro azabache que contrastaba sobremanera con unos enormes ojos verde claro, y su piel era tan dorada que parecía resplandecer bajo aquella luz de otoño tardío.

Y sus tetas. Tenía unas tetas que eran la excepción a la regla que rige a la fuerza de la gravedad. Y encima parecían en constante lucha por salir del escote del ajustado vestido de muselina con el que quiso celebrar nuestra cita.

Y su culo. Tenía un culo tan rico. Natalia tenía un culo de verdad, grande, redondo y bien formado, como le gusta de verdad a todo hombre que se precie de tener dos pares de cojones bien puestos.

  • Eres Eduardo, ¿verdad?...me alegra saber que eres puntual, creo que si decides quedarte conmigo, vamos a tener una fantástica convivencia - .

Si decides quedarte conmigo...ángel mío, ya estaba decidido en cuanto te vi entrar al Café...una fantástica convivencia...Natalia, con una palabra tuya bastará para hacerme tu esclavo. Hágase tu voluntad, mi diosa.

Nos tomamos unos capuchinos mientras nos hacíamos un inventario de nuestras respectivas vidas. Ella era auxiliar de vuelo, pero había dejado ese trabajo para ver cumplido su sueño de ser cantante de jazz, o algo así. A lo Ella Fiztgerald. Desde luego tenía una imagen perfecta para serlo.

Seguidamente salimos del café y nos dirigimos al piso. Era un lujoso ático en el centro de la ciudad, muy cerca del Café. En cuanto lo vi decidí considerarme un tipo con suerte. Un ático como aquel y una chica como Natalia eran demasiado para un pobre desgraciado como yo, para quien aquella canción de Gabinete Caligari, "Querida tristeza" era el himno de mi vida.

Comencé a cuestionarme la cuantía del alquiler cuando ella, adivinando mis pensamientos, me anunció que mi estancia sería gratuita, pues el ático era por entero de su propiedad y de lo que ella tenía necesidad era de "un compañero que suavizara sus largas tardes de soledad", y no el dinero de un alquiler.

Feliz y contento le comuniqué que me instalaría al día siguiente por la tarde, ya que ella debido a su trabajo nocturno, solía dormir durante toda la mañana. Para mí fueron las casi 24 horas más largas de mi vida. La espera me corroía.

Por fin al día siguiente llegué al ático de Natalia y me instalé. Me había preparado un ligero ágape, del que disfrutamos los dos y hablamos bastante. Ya inicié mi táctica y estrategia de conquista y me satisfizo ver que mi compañera me correspondió de acuerdo a mis expectativas.

Sobre las 11:00 de la noche se marchó a trabajar y yo me quedé solo en aquel enorme piso. Supongo que lo que hice fue bastante censurable, pero quién se hubiera podido resistir a la imperiosa curiosidad de registrar la casa. Lo hice someramente. Dejé lo mejor para el final. Y la meta de mi periplo era su habitación, el templo de la diosa Natalia, en cuyo altar - una gigantesca cama redonda -, me llegué a imaginar a mí mismo, adorándola y rindiéndomele mis más profundos honores.

Todo lo que ví me dejó muy satisfecho. Incluso, he de admitirlo, me sentí muy complacido al descubrir en uno de los closets una gran variedad de ropa muy sexy y llamativa.

"¡Esta mujer tiene que ser refinada, tiene de todo!" pensé orgulloso de mi reciente hallazgo.

Fue entonces cuando decidí esperar hasta el final para revisar sus cajones y ver que podía encontrar, fue cuando decidí salir a la terraza.

No era tan grande como me esperaba pero para el caso tampoco importaba mucho. Me entregué a maravillosas fantasías sexuales donde una semidesnuda Natalia era la protagonista absoluta, en un escenario de algún pub nocturno, cantando y mastubándose al mismo tiempo mientras yo la veía fascinado.

Sobrio de alcohol y sexo imaginario, alcé la vista y me quedé paralizado.

Sobre mí se extendía una cuerda de tender la ropa, que atravesaba la terraza de un extremo a otro. Una cuerda plagada de ropa interior. TODA la cuerda. Una extensa hilera de ropa interior colgada sobre mi.

Era ropa interior de mujer. Era una extensa hilera de lencería fina . Allí habría unas 30 ropitas bien alineadas, hasta llegar a la pared donde se encontraban unos zapatos y vestidos largos que se estaban secando.

Me tranquilice y mi turbación pudo más conmigo, y mi imaginación y sentimientos se apoderaron de mi insistiendo en ir a su habitación y tocar sus prendas, esto hizo en mi un calorcito que nunca había sentido, y a la vez una excitación casi incontrolable

Salí corriendo hacia la habitación de Natalia, presa de mi satisfacción y me afané en buscar el cajón de su ropita más deseable al momento de encontrarlos saque una de sus bragas y las olí y las sentí en mis manos, fue cuando sentí un gran nudo en la garganta, más que nada de envidia y de entusiasmo, fue algo muy extraño.

Natalia tenia la mejor lencería que jamás halla visto y sentido tan de cerca, sentí como la habitación se inundaba de ese aire femenino que me dejaba a 1000. Nada podía hacer.

Había una extensa variedad de lencería de todos los colores y texturas, desde brass, pantys, medias, corsés, ligeros, cosméticos regados por cualquier lado, todo olía a ella, me sentía extasiado y no sabia que hacer.

Fue entonces cuando mi instinto pudo más que mi razón y tome un conjunto de corsé y ligero y enfrente de su buró me lo medí y fue la sensación más extraña y emocionante que haya tenido con la ropa de una mujer.

Estaba a punto de medirlo, en mi, pero me abstuve por que como se vería si mi anfitriona se diera cuenta de que me pruebo su ropa y en el primer día de estancia en el cielo.

Formando cosas en mi cabeza, me fu a mi cuarto y me introduje en la cama. Pero no me dormí, y menos con esas ropas en mi mente esperé impacientemente conciliar el sueño hasta que, alrededor de las 3:00 de la mañana, llegó mi anfitriona.

Con los ojos entornados, haciéndome el dormido, noté cómo abría la puerta de mi habitación y suspiraba maternalmente al creerme en el séptimo cielo aristotélico y en brazos de Morfeo. Seguidamente se metió en el cuarto de baño y al poco rato pude oír el agua de la ducha cayendo.

Me deslicé fuera de la cama y abrí cautelosamente la puerta de su alcoba. Ya que efectivamente no se salía de mi la visón de aquella lencería que me revolcó mi sentir por la vida de mujer en la intimidad, allí estaba Natalia, mi ángel, mi diosa...con aquellos refulgentes y exuberantes pechos y su magnífico culo...detrás de la puerta semitransparente donde yo si podía ver pero ella no, así que me escabullí hasta su buró y saque el delicioso conjuntito. Al tocarlo y sentirlo me excite y me quede mirando el espejo mientras me lo veía yo, con el puesto fue cuando

Se abre la puerta rápidamente del baño y ella me mira contrariada y con una mirada de dudas, yo pidiéndole disculpas y no sin antes vislumbrar una maliciosa sonrisa en su angelical rostro, lo suelto e intento salir de ahí lo más rápido posible, pero yo no lo pude hacer ya que mi desnudes y mi pena ante la situación no me dejo reaccionar, pero si a ella.

Fue cuando la expresión de de Natalia cambio, diciéndome con voz calma y sensual,- no te queda tan mal, además el tono de tu piel es muy bonito -, me quede petrificado, después ella lanza elogios a mis formas que son un tanto afeminadas, ella dice – además mírate al espejo tiene cuerpo de niña, pero bien formadita -, quería irme pero no podía solo atine a decir lo siento, soltando la prenda sobre su cama.

Ella se a cerco y me dijo – si quieres te lo presto, luego me lo das, o que te da pena – estaba que no me la acababa, hasta que me dice otra vez mientras caminaba hacia a mi – además mírate, te quedaría de lujo mi ropa, solo déjate llevar yo no voy a juzgarte, es de lo más normal que te guste la ropa de mujer – ella se acerco y me fue quitando mi boxer, mientras me decía lo bonito que era, y al ver mi culo sin nada que lo cubriera me toco muy suavemente y saco de su cajón una panty muy linda y me dijo que me la pusiera, yo atónito y sin decir algo , me dice - creo que hasta eres de mi talla – fuera de sentirme humillado me sentí alagado y viniendo de ella me sentí en el cielo. Fue cuando me la coloque y me mire al espejo, no daba crédito a lo que miraban mis ojos no sabía que hacer. Solo atine a modelar frente al espejo y frente a ella no sabia que me ocurría, ese no era yo además de que mi cuerpo si era el de una chica, yo nunca lo había notado hasta ese momento. Fue maravilloso.

Mi mete empezó a viajar sin limite alguno hasta que me dice Natalia – entonces que te lo pruebas o que – me voy caminando a mi habitación con una ropa intima de una mujer que me lo había prestado para dormir, no podía creerlo.

Al llegar a mi habitación me lo fui colocando en eso escucho un grito fuera de la puerta – si quieres te ayudo con el ligero y las medias – respondí cuales medias, fue cuando abre la puerta y me lanza un par de medias blancas y un velo blanco casi transparente a mi cara y me dice – esto es lo que te vas a poner con mucho cuidado en esas piernas tuyas, nos vemos mañanita ¡duermes bien! – me dice picaramente y se va; mientras me ponía las medias sentía como el mundo cambiaba para mi, todo sería diferente desde hoy al verme en el espejo

Miraba a una mujer sumamente delicada y bien formada aunque sin bubis, me excite demasiado y no me contuve y tuve un grandioso orgasmo como nunca lo había tenido. Me mire una ultima vez y me fui a dormir con las ropas que me habían prestado fue fabuloso.

Todo era algo extraño, pero a la vez excitante, traer sus ropas, su aroma, su sexo entre mi piernas; el sueño que tuve fue que estábamos los dos en su habitación prestándonos ropa y maquillándonos una a el otro y después terminábamos besándonos hasta que yo no me contenía y me corría tan fuerte que ella lo sentía y lo veía y se empezaba a tocar sus partecita como ella solo podía hacerlo, mientras me decía lo bella que yo era, y lo hermosa y buenona que le parecía; sentía como mi cuerpo me abandonaba y me veía vestida como una chica hermosa y delicada como Natalia, prendada de ropas tan exquisitas como solo ella podría tener y que ahora eran mías o de menos de las había prestado como las que traía en este momento, me tocaba y no dejaba de sentir las telas y los pliegues que me estremecían y me hacían caer en esa feminidad que antes era ajena a mi hasta este momento.

En la mañana al levantarme me mire y supe que no era un sueño realmente había ocurrido, desperté y supuse que no debería traerlas y me las quite, menos la braguita, al estar solo en ellas me mira al espejo y aun así vislumbre a una chica sin bubis, mi cuerpo en realidad era de una damita, cielos fue increíble la sensación

Entonces fue cuando ella me llama para desayunar yo bajo sin pensarlo y fue cuando ella me ve y me dice – oye por que andas así por la casa a caso no te da pena – me quede frío, entonces me dije fue todo un sueño, nada fue real; ella se me queda viendo y va hacia su cuarto, yo me quedo perplejo y sin aliento; entonces llega y me lanza un camisón blanco, diciéndome – pontéelo, hace frío aquí y no queremos enfermarnos – salto un palpite rapito e intenso, como en de la madrugada al verla ofreciéndome sus ropas, pero ahora era real y a plena luz del día y de frente mirándome ella sin prejuicio alguno, solo diciéndome- vamos a desayunar en la sala te parece mami- me quede estupefacto, solo me fui poniendo el camisón, que al ir sintiendo la tela me estremeció y casi me vengo, pero esta vez si me contuve; nos sentamos en el sillón y al estar desayunando me dice - siéntate como yo, para que te sientas mejor y más cómoda – ella me estaba hablando como a una chica, eso me excitaba mucho, al sentarme sentí como mis piernas temblaban y mi cosita se endurecía al sentir el roce de la tela con mi piel mientras me movía, no sabía como contenerme hasta que me vine otra vez, fue fabulosa la sensación el camisón, casi desnudo frente a una mujer que aprobaba que yo usará su ropa, solo me le quede viento y no pude decir nada, ella se levanto, limpio y siguió desayunando como sui no hubiera pasado nada.

Mientras desayunábamos me decía lo bonita que era y que todo lo que pasara aquí se quedaba aquí, y que me sintiera libre de usar lo que fuera, solo tenia que lavarlo después, me quede impresionado de cómo lo estaba tomando, entonces me dice – hoy no voy a trabajar, espero que te sientas bien mientras te acostumbras a mi, al lugar y a tu ya sabes…, nos arreglamos y vamos de compras para que sientas lo lindo de sentirse bien cuando vas de compras.

Ella estaba vestida con un atuendo sobrio pero contundente azul metálico, todo el conjunto, sentía una admiración inmensa por ella, por su belleza, por como era ella conmigo. Me sentía excitado solo de verla; me dice – me acompañas a vestirme y así te presto ropa para que salgamos no mana, además con unos retoques será una muchachita muy bonita –. La acompañe a su cuarto y me dijo – como que te gustaría ponerte, escoge lo que quieras, yo te ayudo, va – escogí un brassiere blanco, uno de sus pantalones ajustados y una blusa azul sin mangas, fue cuando me fijo -

bueno, después de que me vista te ayudo y te maquillo para que pases desapercibida, te parece – yo sin decir algo, me dispuse a mirar como cualquier voyerista; se puso primero los zapatos, unos negros de tiritas, luego un vestido azul holgado y se puso algo de maquillaje en los ojos y en su delicada boca, se daba unos retoques, cuando me dice – ahora tu mamí – me quede sin que decir, me excito de nuevo, sentí consquillitas por todo mi cuerpo, era la primera vez que me vestía de mujer, ay y además ayudado por una mujer hermosa .

Me dice - me voy a quitar el vestido para que veas como me coloco el sostén y luego tu lo haces va – yo sin reclamo dije que si, lo hizo sin reparo y luego me tocaba a mi, fue sumamente sugestivo y tempestuoso, no podía con la situación, y le pedí ayuda y lo hizo con una delicadeza y entusiasmo sin igual, lo desabrocho rápidamente y me dijo – ya viste y sentiste ahora tú, vale-

Bueno ahora que sigue, le pregunto, dice ella - tus rellenitos y un poco de maquillaje – me vi en el espejo y no lo podía creerlo era una dama como ella; me fui poniendo el pantalón muy delicadamente, ya que estaba muy apretado, era de mi anfitriona

que más podía hacer que dejarme llevar, al terminar mi transformación me dice – solo falta un nuevo nombre para ti, no te parece – después me dice lo escoges o yo lo escojo – accedí a yo escogerlo, atine en mencionar Melissa; ella se me quedo viendo, se abalanza sobre mi y me dice – bienvenida Melissa a tu nueva casa –

Ya tenemos que irnos, tenemos todo el día para las compras y para enseñarte lo que es ser una mujer llena de vida y hermosura como yo y tu próximamente.

Antes de salir me peino y me dio un beso en la boca…, salimos y no dirigimos a su auto, nos fuimos a la plaza al llegar me dice – estas lista Melissa, para ser otro persona diferente y más hermosa y delicada como lo somos las mujeres – solo asentí con un diminuto sí demasiado afeminado y sensual para mi gusto; al salir de carro he ir hacia los escaparates nos lanzaban piropos y chiflidos a la(o)s dos me ruborice, fue cuando me dice

  • "vamos Melissa , acostúmbrate a todo esto, con una cola como la tuya es imposible no pasar por piropos en la calle, así que debes hacerte lucir porque a mi me gusta exhibir mucho a mis niñas, me hace sentir la más bella ",

Me llevó primero a una tienda de lencería muy sexy, llegamos y se acerca una de las empleadas para preguntarnos en que nos podía ayudar, Natalia le dice que vienen a comprarme ropa a mi pero que no sabe que medida soy así que si no puede ayudarnos en eso, la señora se acerca con migo y me dice, "porque estas tan avergonzada pareces un chico que acaba de entrar a un a tienda de lencería ", a lo que solo alcanzo a lanzar una pequeña risa y ella procede a sacarme las medidas de mis caderas pechos y piernas, luego me dice que tengo una cintura perfecta y que tiene una gran cantidad de ropa que me puede quedar muy bien en ese cuerpo. Hay mucha ropa interior y babydolls para mi, también muchos camisones semitransparentes, tangas y algunos sostenes muy sexys, luego me acompañan al probador y se me meten ambas conmigo dentro para poder desvestirme y probarme cada una de las prendas, haciéndome sentir muy sexy cuando Natalia me decía "que rica te ves con eso" o cuando me nalgueaba y decía "Esto usaras para mi", Natalia me decía también "Esto te queda mejor a ti que a mi" o "mira como se te marcan las caderas y tu cola, pareces una modelo".

Tardamos mucho tiempo en el probador, al salir compramos casi todo lo que llevaron para mi, luego nos dirigimos a una tienda de ropa en donde escogimos muchas minifaldas y pantalones muy apretados y sexys para mi, luego nos dirigimos a una zapatería en donde me escogió unos zapatos de todo tipo desde botas hasta sandalias con cintas para amarar en los tobillos, salimos ya casi anocheciendo de el centro comercial claro que para todo esto ya no estaba vestida de la misma manera, ahora me había transformado en una chica que tenia puesta una falda pequeña negra con unos zapatos de tacón y una blusa pegada a mi ya que me había comprado unos rellenos parecía que poseía unas tetas copa "C" ,

no fuimos a cenar, ya para este entonces mi confianza había aumentado mucho y ya no sentía pena de ver a alguien, en la cena ella me dio un pequeño beso y me digo, que debía tomar un tratamiento hormonal para hacer mis rasgos mas femeninos y para tener unas bubis bien formaditas y delicadas para lucir cada mañana.

Al otro día todo iba de maravilla yo estaba que no me la creia, todo había pasado tan rápido y en forma tan intensa que no sabia como comportarme de hoy en adelante, hasta que ella me dice

  • Hoy es el día, espero no equivocarme, será el inicio de lo que me gustaría fuera una nueva vida para ti - . Natalia me miraba con cara de celestina y bondadosa mujer. Quiero que vayas al dormitorio. Todo lo que veas allí es tuyo. Fui rápidamente, abrí la puerta del dormitorio y lancé un chillido de sorpresa y alegría. Tome mi tiempo, sin duda que había dado en el clavo. Al cabo de un rato ella entro al dormitorio, Y ahí estaba yo tendido en medio de la cama rodeado de toda la lencería que jamás me hubiera imaginado y abrazaba un vestido contra mi pecho. - Parece que te gustaron los regalos – ella dijo. "Preciosos mi amor, preciosos. Es difícil no amar a alguien como tú" - . Y me dio un beso.

Me dijo. - Quiero ayudarte a que aflores la mujer que hay en ti, y asumas verdaderamente tu verdadero rol. Me miró entusiasmada, la verdad dije, - siempre ansié algo así, pero ahora que me ofreces esa posibilidad me dejas atónito, no sé qué decir - . Y guardó silencio, pensando intensamente. Melissa, me dijo - tienes que decidirte, si lo deseas realmente tengo los medios y recursos necesarios para ayudarte -. Es más, si quieres mañana vendrá una maquilladora para que te enseñe algunas cosas, y te deje como debe ser, como una mujer linda y primorosa. - Si no puedes contestar ahora no te preocupes - . ¿Te parece? Además si aceptas seremos unas "amigas" muy unidas además aquí nada te faltará. Entonces me quedo pensando –"Pero.. si yo te acepto eso ¿qué pasará con la Universidad?" – pregunta. – Bueno, me dice - ese es problema tuyo como lo solucionas es tu decisión, yo te pago los estudios que desees realizar. Me has dicho antes que no te gusta lo que estás estudiando, a lo mejor podría ser algo más acorde a tu nueva condición. Además si aceptas, quiero que tu seas feliz aquí a mi lado.

El día siguiente nos levantamos tarde, la maquilladora llegó como a eso de las 7 de la tarde. Yo estaba muy nervioso. La señora no se inmutó por lo que se le pedía, además ya habíamos fijado los honorarios y sabía muy bien lo que yo deseaba: que me convirtiera en una verdadera mujer. Nos ubicaron en el dormitorio, sacó todos sus útiles necesarios. Natalia se fue al dormitorio a ver TV, a la sala para dejarla trabajar tranquila.

Como a eso de las 9 salió la señora sonriente, - "Ya va a salir. Esta terminando de vestirse". Le agradecí, extendí el cheque por sus honorarios y se marchó. No se oía absolutamente nada. Natalia se acerco a la puerta y me llamo. Me pidió que apagara la luz. No se podía ver absolutamente nada. Cuando lo hice me senté mirando hacia la puerta del dormitorio. Sólo se podía distinguir sombras. Sentí que la puerta se abría. –"¿Estás lista? – Me dijo. –Asentí. Prendió la luz y su cara dejaba ver un gran asombro, no podía creer lo que veía. Una mujer hermosísima esta frente a Otra igual de bella y hermosa El maquillaje resaltaba primorosamente la belleza de mi rostro. Mis labios perfectamente delineados invitaban a ser besados. Me había puesto el vestido negro que resaltaba muy bien la forma de mi cuerpo. La forma de mi culo era divina y apenas se distinguían los elásticos de su tanga.

"Melissa" me dijo – "Estás preciosa  –"Gracias le dijo -. Gracias porque sin ti esto no seria posible. Estoy dichosa. Y partí a mirarme en el espejo una vez más. "Vanidosa como todas las mujeres" – le dije. "Me da pena tocarme. No quiero estropear tanta belleza". Yo, sonreía, mostrándome la blancura de sus dientes. Bueno mi amor, ahora que estás lista tenemos que salir a cenar y después a bailar. Tenemos un cumpleaños y un nacimiento que celebrar. Me arregle rápidamente, me tomó de la mano y nos fuimos al restaurante más elegante que había. Quería que ella sintiera todo el galanteo que le agrada tanto a las mujeres. Abrirle la puerta del auto. Acomodarle la silla. En fin toda esa serie de detallitos en que las mujeres se fijan tanto. Mis piernas estaban maravillosas. Era una chica que no pasaría inadvertida en la calle.