Mi familia paga mi deseo III

Después de un día horrible, de humillaciones y sexo sin control, llegó la noche, para dormir estábamos esposados a la cama, mi padre y yo en el suelo, de la cama principal donde dormía Alfredo con mi madre, mis hermanas dormían con Jose, Felix se tuvo que marchar y no pasó la noche con nosotros, sobra decir, encima con el calor que hacía, estábamos toda mi familia desnudos.

Aprovechando que mis esposas estaban mal, pude soltarme, y entre la oscuridad pude salir de la habitación, debí aprovechar para dejar KO a Alfredo y Jose, pero mi opción fue salir a la calle y buscar ayuda para poder llamar a la policía.

Salí desnudó, al ser de noche supe que no habría mucha gente para pasar vergüenza, me dirigí rápidamente a la casa de mi vecino, se llamaba Juan Carlos, un hombre mayor de 54 años, que vivía solo, se llevaba bastante bien con mis padres, y estaba seguro que nos ayudaría.

Llamé varias veces, lógicamente estaría durmiendo, cuando me vio desnudo, se quedó muy extrañado, yo me tapaba con las manos mi polla, le expliqué todo lo sucedido y accedió en llamar a la policía.

JC: ‘’Hijo, ya les he avisado en 10 minutos me han dicho que están aquí’’

Aproveché para ir al baño, y por fin gozar de algo de intimidad, él en cambio se dispuso a llamar de nuevo, saliendo a la terraza, me resultó raro por las horas pero demasiado le había molestado para entrometerme en donde no me llamaban.

Me dejó un bañador, me senté en el sofá con él a esperar que llegara la policía.

ME preguntó lo que nos hicieron, le fui contando, me preguntaba detalles aunque tampoco quise adentrarme mucho.

Al rato llamaron a la puerta, yo respiré aliviado sabía que nuestra salvación estaba cerca, cuál fue mi sorpresa cuando vi a Alfredo y Jose aparecer por la puerta.

Intenté salir corriendo pero entre Jose y Alfredo me cogieron de los brazos, le pedí explicaciones a Juan Carlos, pero orgulloso me soltó:

JC: ‘’Hijo, me has excitado tanto, que no podía permitir perderme esto, por entregarte me van a dejar participar, sé que soy un cabrón pero cuando me coma las tetas de tu madre y de tus hermanitas, mi conciencia estará más tranquila’’

Le escupí en la ara, acto seguido me dio un guantazo.

JC: ‘’Tranquilito, guarda esa saliva que la necesitarás para tragar las pollas que ya me han dicho que tragas, por cierto no me habías contado que tu participaste en esto, así que te gusta ser sumisito eh, seguro que a tu familia le encantará oír esto, obedece y no diremos nada, no te obligo que me comas la polla ahora porque eso lo va a hacer tu puta madre, y nunca mejor dicho… (Se empezó a reír) y me dio un par de tobitas en la cara’’

Me soltaron y fuimos hacia mi casa los cuatro.

Obligaron a mis hermanas y a mi madre enseñarle todos sus encantos a Juan Carlos, se quedó entusiasmado, pidió una cama con mi madre, la cogió de la muñeca y se digirió hacia ella. Además quería que mi padre atado en una silla pudiera ver el espectáculo.

Lo prepararon todo, y mi vecino empezó a gozar.

La empezó lamiendo toda la cara, acto seguido le empezó a comer las tetas, mordisqueaba sus pezones mientras con la otra mano la dio un par de azotes en el culo y se la metió por el coño.

JC: ‘’Lo tienes grandecito, eh putita, no sabes lo que deseaba este momento, y que encima tu marido vea todo esto, mmmm me excita tanto.’’

Obligó a mi madre a quitarle la ropa, le comió la polla, le agarraba con mucha fuerza de la cabeza, hasta cuando se iba a correr que lo hizo en la cara de mi padre mientras no paraba de reírse.

Se puso a jugar con sus tetas, hasta que la polla le volvió a crecer, cuando lo hizo la encadenó las muñecas a la cama, y mientras la metía la polla con el coño, le divertía dar bofetadas a mi madre para ponerla la cara roja, y de vez en cuando se la lamía.

A sus tetas también las golpeaba, hasta que se corrió por segunda vez y se quedo con la cabeza entre sus tetas tras el bajón que le había dado.

Mi madre mientras tanto lloraba, mi padre cabizbajo no sabía dónde mirar.

En el salón, mientras tanto, Alfredo y Jose se dispusieron a darme una lección, me sacaron a la calle desnudo, y a un grupo de chicos que estaban bebiendo en un parque, le ofrecieron mis servicios a cambio de unos tragos de cerveza (Buscaban su amistad, a cambio de humillarme un poco más).

Esos tres chicos que estaban en el parque me hicieron tragarme sus pollas, me hicieron un bukkake, cuando acabaron me devolvieron con mis amos entre risas, tuve que ir a la fuente a cuatro patas y limpiarme, me tuve que comer las cascaras de las pipas que tiraban al suelo, al rato volvimos para casa.

A: ‘’Espero que hayas aprendido, que no nos puedes traicionar, ¿verdad?’’

Asentí con la cabeza, y nos fuimos de nuevo todos a dormir.

Alfredo con Laura, Jose con Ainhoa, Juan Carlos entre los pechos de mi madre, con mi padre atado en la silla, y a mí me ataron en el salón.

CONTINUARÁ

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