Mi familia numerosa 24

Cessaerrrr … si todo es así, no quiero pensar como será cuando te tenga dentro de mí. Sonriendo a la vez que me lo decía. He sentido un orgasmo intenso, que me invadió todo el cuerpo, pero quisiera ahora darte placer yo a ti. Me dice con esa preciosa sonrisa, que tenía en aquellos momentos.

Sentimos que allá pasado mucho tiempo del relato anterior, pero por problemas de salud de uno de nuestros familiares más querido, no hemos podido escribir nada. Les pedimos perdón a nuestros lectores, esperando que nos sepan disculpar. Gracias.

Mi familia numerosa 24

ESCRITO POR CESSAER

Cessaerrrr … si todo es así, no quiero pensar como será cuando te tenga dentro de mí. Sonriendo a la vez que me lo decía.

He sentido un orgasmo intenso, que me invadió todo el cuerpo, pero quisiera ahora darte placer yo a ti. Me dice con esa preciosa sonrisa, que tenía en aquellos momentos.

De acuerdo cielo, en estos momentos puedes hacer conmigo lo que quieras, y lo que desees. Aunque me gustaría mucho, sentir esos labios en mi pene, y esa lengua acariciándolo. ¿Lo has hecho alguna vez?

¡Nooo … ! pero me gustaría aprender y que tu me dijeras como lo hago. Solo he visto como se hace, pero nunca lo he practicado, así que tu me dirás si lo hago bien o si lo deseas de otra forma, o como te gusta más, pues sería la primera mamada que doy.

Se puso de rodillas delante de mí, y yo de cara a las dos amantes que tenía a mi vista.

Aquella mujer me estaba dando su primera mamada, se notaba que le faltaba experiencia, pero la intensión que tenía por hacerme disfrutar, daba a ese momento más intensidad y emoción a aquel acto tan tierno y placentero, que me estaba comenzando a dar.

Julia cada vez lo iba haciendo mejor, se notaba que le estaba gustando hacerme gozar, con su primera experiencia haciéndome una mamada.

Aquella situación me estaba poniendo cada vez más caliente, notaba como mi pene cada vez estaba más a punto de descargar en su boca, pero tenía que decírselo, para que no tuviera una mala experiencia con su debut como mamadora. Miraba su cara, estaba muy excitada y sus cachetes los tenía colorados, me miraba a los ojos y a mi pene, con una gran satisfacción, pues veía que me estaba gustando lo que me hacía, por mis exclamaciones y suspiros.

¿Lo estoy haciendo bien?, fue su pregunta parando en su empeño de llevarme a un magnifico orgasmo.

¡Siii …  cielo, lo estas haciendo muy bien para ser tu primera vez, continua así!

Jugaba con su lengua en mi glande, recorriéndolo a su alrededor como si de un polo se tratara. Se la metía cada vez más en la boca, llegando a introducirse la mitad de ella sin problemas, cosa que me agrado muchísimo.

¡Acariciame los testículos, a la vez que me la mamas!, le dije sofocado por las chupadas que me estaba dando, además de las imágenes que veía de Rebecca y Assa, jugando en el estanque.

A la vez que me la mamaba, me iba haciendo una paja con su mano derecha, subiendo y bajando por mi pene a lo largo de el. Su mano izquierda jugaba con mis bolas, acariciándolas y chupándolas a ratos, cuando bajaba por todo mi pene hasta ellas.

La verdad que Julia se estaba esmerando, iba a tener una mamadora excelente dentro de poco. En esos momentos mis pensamientos se fueron a mi loquilla melliza, viendo su cara sonreír cuando ella me la chupaba. Se había hecho una profesional en eso de chupármela, sabiendo en todo momento mis más íntimos secretos de como me gustaba más, y hacer que llegara a un orgasmo que siempre me dejaba loco de contento y gozo, la verdad como ella no había ninguna, había aprendido el arte de mamar con sobresaliente.

Los recuerdos de mi hermana, hizo que me subiera más la agitación, llegando a un punto que no había vuelta atrás, pues ya mis huevos estaban lanzando el néctar que tanto le gustaba a muchas de ellas, las cuales lo devoraban con ansia y apetito, aunque había otras que no les gustaba, y llegado el momento se la sacaban de la boca y dejaban que descargara en sus pechos, cara, manos o en el suelo.

¡¡Me voyyy …, ahhh … ahhhh …!!, le dije sintiendo la agradable descarga de mi leche por todo mi pene.

¡¡Siii... correte en mi bocaaa...!! me dijo abriendo su boca más y colocando la lengua debajo de mi glande, a la vez que con las manos me masturbaba más rápido y acariciaba mis testículos.

Comencé a descargar en su boca, chorros de esperma que la iban llenando, mientras ella me miraba a los ojos con una lujuria y un deseo muy grande. Mis disparos iban saliendo unos detrás de otros, llevando mi cuerpo a convulsionarse cada vez más. Ella se lo tragaba todo, cosa que me extraño por ser la primera vez, normalmente quieren probar para saber a como sabe, pero no se la toman toda de golpe.

Julia empezó a limpiar mi glande, a la vez que iba tragando mi esperma. Al final abrió la boca enseñándome que ya no tenía nada en su interior, que como una niña buena se había tragado todo.

Le sonreí, ¡¡Bienn …  Juliaaa ..., has hecho un trabajo magnifico con tu primera mamada, como si fueras una profesional, dándome un gran placer!!

Ella sonrió, mostrando su hilera de dientes muy bien puestos y blancos como la leche, pasando su lengua por sus labios disfrutando del manjar, al probarlo por primera vez.

Rebecca y Assia, seguían dándose placer una a otra, estaban tumbadas en la pequeña playa de hierba que tenía al lado del estanque, con una pequeña pendiente que bajaba en su dirección. Se habían colocado en un 69, Rebecca estaba debajo y Assia encima, se les notaba muy excitada, comiéndose sus almejas una a la otra con bastante intensidad.

Yo las miraba mientras le acariciaba a Julia su espalda y nalgas, y ella me pasaba la mano por mi escroto, deseando que se pusiera de nuevo bien levantada, y no a media asta como estaba en aquel momento.

Entre sus caricias y los estímulos que veía por mis ojos de aquellas diosas que tenía delante, hicieron que comenzara a subirse cada vez más mi pene, haciendo que Julia sonriera y comenzara a pasarle la lengua por su tronco.

¿Te gusta lo que ves? Me pregunta ella interesada en mí.

¡¡Siii … la verdad que es una escena bastante lujuriosa, que seguro que se la levanta hasta a un muerto!! le dije riendo bajito, para que no me escucharan ellas dos.

¿Te gustaría estar ahí ahora? Fue su siguiente pregunta, mientras me miraba a los ojos y esperando mi respuesta.

Pues en parte sí, me gustaría estar con ellas y hacer un cuarteto entre todos. Pero también es morboso y voyeur el estar aquí mirándolas, me excita la situación de estar mirándolas sin que ellas lo sepan. Además de estar contigo mirándolas, mientras nosotros jugamos y disfrutamos con el placer de nuestras caricias, y el de mirarlas a ellas sin que nos vean.

Tienes razón me pone muy excitada el estar mirándolas, mientras tu me acaricias, me siento  también eufórica y nerviosa por la situación de que nos descubran.

Ven, ponte delante de mí en posición de perrito, mirándolas a ellas. Le dije en su oído susurrándole, a la vez que con la mano la ayudaba a desplazarse a la nueva posición.

¿Que me quieres hacer?, me pregunta mirándome, con una interrogación en su cara.

Tranquila, no te voy a hacer daño, sino lo contrario. Veras que te gustara mucho, y no queras que pare. Le dije sonriendo, haciéndose que se pusiera un poco colorada.

Ella se puso delante de mí, mostrándome su hermoso trasero con aquellas nalgas tan llamativas, donde se podía ver los dos orificios, libre de todo pelo menos en la parte superior de su almejita, que llevaba su vistosa corona de pelitos. La imagen que se me ofrecía era espectacular, sus labios estaban cerrados, dejando ver la grieta en todo lo largo de ella. Se veía que allí no había entrado nada, que fuera más grande de un dedo.

Ufff … iba a costar mucho entrar en ella. ¡¡Julia …!! ¿No te has metido nada en tu vagina para masturbarte?

¡¡Nooo …!!, solo me he acariciado con mi dedo indice en mi clítoris, tenía miedo a romperme mi himen.

Te va a doler un poco cielo, pues estas muy estrecha, así que tardaremos un poco más de la cuenta, teniendo que lubricarte mucho y después muy despacio ir tratando de meter primero unos dedos en la entrada sin dañar tu himen, para luego poder meterla dentro, pues al ser bastante ancha tendremos que ir tratando de introducirla poco a poco y dejando que tu vagina se vaya haciendo a su tamaño, para hacerte el menos daño posible, sino es que tu vagina es mas elástica, pero hasta no meterte algo en ella no lo se.

ESCRITO POR SABINA

Mirábamos a Cessaer y Julia, como se lo estaban montando. Me encontraba muy mojada, por las imágenes que estábamos viendo.

¡¡Pino …, has visto que mamada le acaba de pegar Julia!!

¡¡Siii … y eso que no tenía experiencia!!

Las dos reímos tapándonos la boca para que no nos escucharan, estábamos muy excitadas espiando a mi hermano y a Julia.

Las dos tumbadas una al lado de la otra, nos abrazábamos y nos acariciábamos mirando a la pareja, los cuales veíamos que miraban a alguien más adelante, pero no sabíamos quienes eran, pues no llegábamos a ver el estanque por las enredaderas y arbustos que teníamos delante, pero si escuchábamos risas y frases de excitación, que nos daban una pista de que eran dos mujeres, pero al no oírlas hablar no sabíamos de quienes se trataban.

¿Quienes serán las que están delante de ellos?

No se pero deben de estarlo pasando bien, por los suspiros y risas que se traen. Me gustaría saber de quienes se tratan, aunque de todas formas se lo sacare a mi hermano más tarde.

Mira como le acaricia la raja el muy condenado, y no me dijo nada que estaba citado con ella aquí. La esta examinando muy bien, parece como si le estuviera haciendo un reconocimiento medico. Le estuve comentando a Pino, mientras nos echamos a reír de nuevo tapando nuestras bocas.

Esa se va a enterar ahora, cuando le entre el misil de tu hermano, va a echar maldiciones al principio, o le gustara tanto que no lo soltara en una semana. Las dos reímos de nuevo, y nos tapamos la boca una a la otra corriendo, pues estábamos haciendo mucho ruido con nuestras risas.

Se van a enterar como sigamos así. Me dice Pino, poniendo un dedo en sus labios en señal de silencio.

Extendí mi mano y la puse en su espalda, mientras con la otra estaba apoyada levantando mi busto, para poder ver mejor y tratando de ver más allá de ellos.

Que caliente tienes la mano, me dice Pino sonriendo e hizo lo mismo que yo. Colocó una mano en mi espalda y con la otra se apoyo también mirando entre ellos y tratando de descubrir algo más allá, pero la distancia, los arbustos y enredaderas, con la inclinación del lugar hacía el estanque, no dejaba ver nada.

Mientras miraba a los dos tórtolos que tenía delante, fui bajando la mano por la espalda de Pino hasta llegar a sus nalgas, las cuales me puse a acariciar con mucho cariño, pues la quería mucho, era una de las personas que más queríamos, pues casi siempre estaba con nosotros y es una de nuestras mejores amigas, podríamos decir, tanto para Cessaer como para mí, aunque al principio se contrato como asistenta nuestra, luego aparte de ese trabajo que hacía que se ganara la vida, pues en su casa tenían problemas económicos, se convirtió con el tiempo en algo mucho mayor. Sobre todo como profesora y orientadora sexual nuestra, como le dijo un día nuestra madre.

Pino iba haciendo lo mismo que yo, así que al final las dos teníamos nuestras nalgas entre los dedos, los cuales los íbamos llevando hacía nuestra entrepierna. Sentíamos cada vez más calor, aunque la zona era fresca, nuestros cuerpos los teníamos cada vez más animoso.

Al final teníamos nuestras manos entre los dos cachetes de nuestras nalgas, pasando los dedos por nuestros agujeros de arriba abajo, y luego a la inversa. Nuestras vaginas estaban muy húmedas, echaban sus líquidos fuera, oíamos un chapoteo al pase de nuestros dedos.

¡¡Ufff … me estoy poniendo demasiado caliente, méteme los dedos dentro de mi vagina!!, le dije a Pino, mirándola a los ojos con la cara bastante ardiente. Al mirarla vi que ella estaba igual, pues yo le había metido los dedos ya dentro, y jugaba con ella en su cuevita.

Me metió dos dedos dentro, sintiendo como me encharcaba más, y que dentro de poco iba a llegar, pero en ese momento no me importaba que llegara pues nadie me reclamaba nada, teníamos tiempo para nosotras hacernos disfrutar, pues creo que ellos iban a tardar mucho, por la expresión de preocupación que vi en mi hermano, cuando le puso unos dedos en su vagina, debería de estar muy cerrada.

Creo que tu hermano va a tener mucho trabajo, me dice Pino confirmando lo que yo pensaba en esos momentos.

Esperemos que no chille mucho, para no asustar a la otra pareja. Le dije a Pino sonriendo.

Pino río, creo que esta va a chillar como cuando atrapamos a un conejo para matar.

Nos echamos a reír, y nos cerrábamos la boca una a la otra, tumbadas en nuestras camisas y pegando nuestras bocas a ellas, para tratar de hacer menos ruido.

Vas a ver como nos van a oír, le digo a Pino y levantándome otra vez para mirar a la pareja por si se habían enterado.

Pino para fastidiarme me metió los dedos lo más fuerte que pudo, hasta lo más hondo que le alcanzo, haciéndome saltar las nalgas hacía arriba tratando de huir de su acometida.

Riendo me dice en la oreja, ¡¡No huyas cobardee … !!

No me hagas esas cosas ahora, que no puedo chillar. Le dije mordiéndome los labios, para no hacer ningún gemido con lo que me estaba haciendo. Podría hacer que nos escucharan, cosa que en aquel momento no quería.

ESCRITO POR CESSAER

Me puse con los dedos a jugar con Julia, tratando de excitarla más para que lubricara mucho con sus flujos, pues lo iba a necesitar para poder entrar en ella.

Julia estaba mirándome con interrogación en su cara, no sabía hasta que punto era complicado el ser tan estrecha, pues costaría más esfuerzo y dolor por parte de ambos, pues sabía que a mi también me iba a doler, el tratar de abrirme camino en un cuello y vagina tan estrechos.

Le di un beso en los labios con mucho cariño, tratando de animarla y que no pensara en ello, pues era importante que estuviera lo más relajada posible. Le pase mi lengua por su boca, jugando con la de ella, sintiendo como se dejaba querer poniendo cada vez más empeño en ello, quería que me sintiera bien a gusto con ella, no me quería defraudar.

Mientras la estaba besando y jugaba con mis dedos en la entrada de su vagina, trataba de valorar la elasticidad de la misma, si se adaptaba pronto a mis dedos. Al principio tardó bastante, hasta que ya estuvo bien lubricada, después fue un poco más fácil.

Con dos dedos jugaba por los bordes de su cuello, dando vueltas en circulo y metiéndolos un poco para lubricarlos y volver a jugar con su cuello. Ella se había pegado a mí completamente, notaba como iba subiendo su sensualidad, oía cada vez más gemidos cuando separábamos nuestras bocas.

Tenía que hacerle creer que no iba sentir ningún dolor, que pensara que su desvirgamiento sería un gozo, y un disfrute para más adelante seguir haciéndolo. Tenía que sentir mucho placer en estos momentos, una satisfacción que la hiciera sentirse deseada, ansiosa e insaciable con las ganas de sentir placer.

Con una mano ella me agarro mi pene, acariciándolo y dándole suaves apretones, sintiendo su grosor y calor, mientras con la otra me acariciaba la espalda y el pecho, pasaba de un lugar a otro, a la vez que nos besábamos, aunque la posición no era la adecuada para ello, pero las ansias que tenía no la dejaban pensar mucho.

Metía cada vez más los dedos dentro de ella, con cuidado de no hacerle daño, pero para llegar a su himen para tocarlo suavemente y comprobar su dureza. Lo toque con la yema del dedo, pasándolo suavemente y apretando un poco, notando que no tenía dureza, que era muy flexible y elástico, cosa muy buena ya que no sería tan dura su rotura, pues ya tenía bastante complicación con la estrechez de ella. tanto era así que temí que hasta con el mismo dedo se le rompiera de lo frágil que lo note.

Julia estaba muy excitada, cosa que me agrado mucho pues era mejor para la penetración, por la cantidad de flujos que estaba teniendo. Ella había cerrado los ojos en ese momento, sintiendo mis caricias por todos sus labios y vagina. Parecía que esta al final, iba cediendo a los estímulos, abriéndose más a mis dedos, dejándolos pasar más fácilmente.

Mire mis dedos, los cuales estaban todos mojados de sus flujos dejando unos hilos de enlace entre ellos y su vagina, que al final cayeron encima de la manta que Julia había traído. La verdad que se iba a hacer una porquería entre los flujos y la tierra del suelo, y todo lo que cayera en ella.

Ella suspiraba, soltando más exclamaciones de gozo. Se movía cada vez más, inclusive echaba su cuerpo hacía atrás para que la penetrara más con mis dedos, cosa que intentaba que eso no sucediera, pues quería desvirgarla con mi pene.

Según la acariciaba con una mano, con la otra le pellizcaba los pezones, los cuales se habían puesto más de pico, se notaba que le estaba gustando lo que le hacía. Después de un rato, estándole jugando con mis dedos en su puerta, y lo lubricada que la veía, tomé la decisión de ir a romperle el himen de una vez.

Julia, ahora relajate lo más posible y piensa solo en el gozo, tratare de hacerlo con mucho cuidado, por ello te he estado excitando al máximo posible, para que lubricaras mucho y así hacer de la penetración más fácil.

De acuerdo Cessaer, confió mucho en ti y se que trataras de hacerme el menor daño posible.

Agarre mi pene y con cuidado lo puse en su abertura, no lo metí sino que estuve con el subiéndolo y bajándolo por toda su raja. Ella se estaba excitando más, se ve que estaba concentrada en su gozo como le dije, sin pensar en el dolor que podría venir.

Con mi mano izquierda acariciaba su clítoris, el cual había salido bastante poniéndose muy duro, me mojaba los dedos indice y corazón en sus flujos, para luego llevarlos de nuevo a su clítoris, dejándole en esos momentos que soltara exclamaciones de gozo, de lo excitada que estaba.

Eso sí como siguiera así las otras dos se iban a enterar de que las estábamos viendo, por ello aproxime mi cabeza a su oído y le dije que nos besáramos para que no hiciera tanto ruido.

Nos pusimos a besarnos, jugando con nuestras lenguas, estábamos ambos muy excitados por la situación que estábamos viviendo en esos momentos. Con las manos seguí con las tareas, una con mi pene jugando por su rajita y clítoris, y la otra con sus firmes y duros pechos.

Ella se había echado un poco para atrás su tronco, levantándolo para llegar mejor a mi boca y así poder besarnos con más pasión. Mientras trataba de echar su culo hacía atrás, tratando de que entrara mi pene en ella, pero que yo no la dejaba de esa forma, pues seguro que se haría bastante daño, aunque estaba muy lubricada, pero sería mejor que tuviera un orgasmo primero para que terminara de dejar bien a punto su vagina y fuera más fácil la penetración en ella.

Seguí con mis caricias y besos, viendo que ella ya no podía quedarse quieta, tenía unas vibraciones en su cuerpo cada vez mayores, y seguro que estaba a punto de tener un magnifico orgasmo.

¡¡Mee...e vo...yyy …!! trata de decir con fuerza, mientras yo le daba besos en la boca haciendo que no gritara.

Su orgasmo fue fuerte, mientras yo le acariciaba con mi pene su clítoris, y ella sabiendo que era de esa forma, le hizo que lo sintiera con una pasión y unas convulsiones como nunca lo había sentido, entre la situación por espiar a ellas, las ganas que tenía ya por descargar su lujuria que en aquellos momentos era demasiado intensa y no se podía comparar a hacérselo sola. Muchas cosas la llevaron a esa intensidad, que para mí era fundamental por lo que queríamos llevar a cabo.

La tuve que sujetar para que no se fuera al piso rápido, se había quedado como traspuesta en aquel momento, aprovechando la situación de semidormida que se había quedado, le puse el pene en su puerta y comencé a introducirlo en ella, costaba un poco, pero iba entrando por la lubricación que tenía.

Ella hizo una exclamación como de dolor al principio, pero se volvió a quedar quieta, haciendo lo mismo yo, dejándole la cabeza dentro para que se adaptara su entrada al grosor de la misma y del tronco que venía detrás. Después de un minuto comencé a empujar de nuevo poco a poco, notando la estrechez en el avance, hasta que tope con su himen, volví a parar de nuevo pero ella no me daba señales, de fuertes dolores.

Julia tenía los ojos cerrados, su respiración todavía estaba agitada. ¡¡Cessaer, termina ya de meterla, aunque me duela un poco, necesito sentirla toda dentro de una vez!! Lo dijo con un ansia, como si le fuera la vida en ello.

Sin pensarlo dos veces, comencé de nuevo a empujar. Vi que ella llevaba la mano izquierda a la manta y comenzó a estrujarla con fuerza, mientras con la derecha agarraba mi muslo por la parte trasera y trataba de empujarme más hacía ella. Para que no gritara la seguía besando, notando como en un momento mi pene entro un buen tramo en ella, la había desvirgado. Ella clavo sus uñas en mi muslo, notando en todo su cuerpo la tensión de aquel momento, abrió la boca y trataba de tomar aire, a la vez que yo trataba de besarla y cerrarle la boca, pues no quería que gritara y las otras se enteraran.

¡¡A...hh...hh!! trataba de gritar, pero yo no la dejaba. ¡¡A..hh...hhh...!!

Estuve quieto durante un rato, para que se le pasara el dolor y su vagina se acostumbrara un poco, a aquel nuevo intruso que estaba entrando en ella.

Sentía el calor de su vagina, con los flujos y la sangre caliente alrededor de mi pene.

Ella respiraba agitadamente, con muestra de un poco de dolor, pero no parecía tan grave como en un principio pensé, pues su himen era muy delgado y frágil, que se rompió muy fácil. Fue más difícil tratar de entrar más en ella, por la estrechez de la misma. Sentía mi pene estrujado, lo notaba muy apretado, inclusive con los flujos que echaba.

Nos besábamos con pasión, haciéndole que ese momento fuera más suave. Sus pechos estaban muy duros y sus pezones como agujas entre mis dedos. Duros y grandes, habían llegado a un tamaño respetable, eso me gusto mucho y dedique una parte del tiempo a jugar con ellos, notando en ella cada vez más la agitación de nuevo, después de aquel dolor de romper su himen y la entrada en su vagina, que fue lo que más daño le hizo.

¡¡Ohh … diosss … ya paso!! pudo decir al final después de haberse serenado un poco, la respiración tan agitada y el dolor de su cara, al haberme quedado quieto y estimularla con sus pechos. Eso la hizo olvidarse por un momento de todo y comenzar a gozar de nuevo con las caricias. Aunque se notaba un poco rara por tener mi pene en su interior que trataba de hacerse un hueco en el.

Julia, comenzó a moverse un poco, iba despacio llevando su cuerpo hacía atrás, tratando de meterse más mi pene en ella. ¡¡Ohh... ufff … duele un poco todavía!!

Lo siento, es que eres muy estrecha, no me imagine que fueras así, con las caderas que tienes, pensé que fuera más fácil entrar en ti.

¿Te duele a ti? Me pregunto poniéndose un poco colorada.

Si me duele un poco, pero lo aguanto, pienso que para ti es peor y eso me da más animo a seguir.

Gracias Cessaer, por ser tan amable conmigo, me siento muy contenta de dejar que seas tu el primero, aunque sea un pequeño sufrimiento para ti, y no como a lo mejor pensabas, que iba a hacer todo goce.

Tranquila, es para mi un goce también, el ser el primero que esta contigo, pues siempre me has gustado mucho, y eres una chica muy atractiva, que a todo hombre le gustaría estrenar.

Después de aquel pequeño dialogo, que sirvió para relajarnos un poco y olvidarnos del dolor que habíamos sentido. Julia volvió a empujar con su cuerpo hacía atrás, clavándose un poco más mi pene en ella.

Veía su mano estrujando la manta, pero seguía valiente ella sola clavándosela cada vez más. Yo la deje hacer, quería que ella misma llevara su penetración, pues mejor que ella nadie sabía el dolor que sentía para dejar entrar cada cierto tiempo una parte más de mi en ella.

Mi pene lo notaba un molesto por la fricción tan fuerte que estaba teniendo, por la estrechez de aquella vagina donde trataba de entrar con los esfuerzos de Julia.

Poco a poco fue entrando, hasta que llego el momento que estaba toda dentro.

Ya esta toda dentro. Le dije a Julia en su oído.

Ella soltó un suspiro, estaba sudando y con los cachetes colorados, el esfuerzo que había hecho era considerable.

Estuvimos un rato besándonos y acariciándonos, con ella dentro del todo. Mis piernas las notaba con pequeños calambres, y pensé como estaría ella en aquel momento con todo lo que le había pasado.

Julia, la voy a sacar para descansar, puesto que llevamos mucho tiempo en esta posición y las piernas a mi se me esta durmiendo y dándome calambres.

Si, a mi también, además de tener las rodillas y mi almeja echando fuego del dolor que tienen ambas.

Nos separamos sacando el pene de dentro de ella, saliendo un poco rojo de la sangre mezclado con flujos, además estaba un poco colorado de la fricción, el dolor, y la presión a la que había estado.

Ella suspiro, y aliviada respiro más tranquila.

¿Ahora sera más fácil? Me pregunto mirándome a los ojos, mientras los dos nos tumbábamos en la manta uno al lado del otro, mirándonos a la cara.

La verdad que nos habíamos olvidado de las otras dos, cuando oímos gritos de placer.

Los dos a la vez miramos hacía la pareja, que estaban en un 69 muy animadas y posiblemente por lo que decían habían llegado a sus orgasmos, pues cuando callo una, comenzó la otra a chillar.

CONTINUARA

cessaerd@yahoo.es y sabinadrdc@yahoo.es