Mi familia numerosa 17
Final de la fiesta de Aralia, cumpleaños nuestros y fiesta, donde encontraremos varios cambios. entregan la virginidad alguna de nuestras amigas y varias sorpresas más.
Mi familia numerosa 17
Ohhh... ya vieneee... dije mientras mi cuerpo se convulsionaba en temblores, y sentía como llegaba ese placer, dejando escapar unos chorros continuos de descargas al aire en medio de las dos. Había sido un orgasmo estupendo, y había descargado una buena cantidad de semen.
Ellas miraban embobadas aquellos chorros salir y pasar al lado de ellas, como una fuente intermitente, hasta que paro de surgir más.
¡Que pasadaaa...! exclamo Judith. ¡Si parecía un surtidor! dijo Leocadia, riendo las dos y mirando al suelo los regueros que se habían formados entre ellas.
¡Biennn...! aplaudieron todos, contentos por la situación que se les había formado, pues muchos habían sentido también ese orgasmo, masturbándose solo o acompañados.
Estuvimos jugando un buen rato, a la que no le toco salir por suerte o no, a ninguna prueba, fue a mi hermana Sabina, pero se divirtió mucho con las preguntas, pues ahí si le toco varias veces. Hubo de todo tipo de ocurrencias que fueron poniendo la gente, y los espectáculos que se nos iba dando eran entretenidos y bastante picarescos.
Las chicas se quedaron asombradas con Dani, pues al final tenía un pene bastante grande para su edad, estando todavía en pleno desarrollo. La cogieron con el, el pobre no ganaba para sustos, hasta pusieron una prueba que el chico que saliera tenía que hacerle el amor a la que estuviera al lado de el, menos mal que no se específico el lugar, y al final no le toco a el tampoco, pero ellas iban con esa intención de verlo montado en alguna, y muchas se prestaron a salir si les tocaba a el. Después de ahí, se le puso el apodo del trípode, no para menos, pues tenía calculamos un poco más de 20 cm, y todavía era muy joven y en desarrollo, y así fue, con el tiempo hizo honor a su apodo.
Quien salió más beneficiada de la fiesta, fue mi hermana Aralia, con eso de ser su cumpleaños la sacaban mucho, sobre todo las chicas para disfrute de ella. Pues llego a besarse con la mayoría, acaricio al 70% de ellas, e inclusive masturbo a varias, entre ellas a sus queridas amigas y prima. También hizo un strep test, que le salio muy bien y que le aplaudimos con bastante intensidad, la verdad que nos sorprendió a todos, parecía una profesional del espectáculo, y nos dejo a todos con la boca abierta.
Llegado la media noche, dejamos de hacer espectáculos fuertes y nos pusimos más bien a hacer tonterías, que dijeran chistes picantes, quien le gustaba más, … pero la mayoría de las veces, eran casi todos preguntas, pero con doble intención, para descubrir secretos o información que le pudiera servir a alguno para más adelante.
Entre ellas cuando le toco a Judith pasar al medio, y le teníamos que hacer tres preguntas, todos querían intervenir para formalizar esas preguntas que ellos pensaban. Al final se decidió echándolas a suerte con la botella. Pero la que llamo más la atención podríamos decir por lo que llevaba en sí, fue la de Sabina. Judith, sabemos que tienes predilección por mi hermano aquí a mi lado, dijo a la vez que me tocaba en el muslo, ¿pero nos gustaría saber con que hombre en estos momentos, te gustaría perder la virginidad, la cual me imagino que sigue intacta?
Si soy virgen todavía, y el hombre tu mismo lo has dicho, nos dice roja como un tomate y con la cabeza un poco agachada.
La siguiente en hacerle otra pregunta fue Eva, la cual siguió por el mismo camino que Sabina. Judith, me gustaría saber si serías capaz ahora mismo, ¿de perderla delante de nosotros?.
¡Nooo...! me gustaría que ese momento sea más intimo y más personal, aunque no me importaría que estuviera Sabina si quiere. Dice mirándonos a los dos y sonriendo.
La verdad que aquello me gusto mucho, yo también tenía ganas de estar con ella, de mirarme en sus ojos y poder acariciar su cuerpo. Sentir ese momento tan esperado para ella, la entrega de su virginidad. Mi hermana le sonrió y le dijo gracias en la distancia, pues todavía estaba en el medio, esperando su otra pregunta.
Esta vez le toco a Alfred (17), el cual quiso saber hasta que punto sexualmente estaba dispuesta ella. Judith, tu verías bien hacer un trío entre tu y dos chicos, ¿te atreverías a ello?
Todos sonreímos, pues sabíamos por donde iba el indagando, cosa que le gusto también saberlo los demás chicos que estaban allí.
Pienso que sí, pues antes mismo cuando estábamos las tres juntas con Cessaer, me gusto. Creo que el estar con otros chicos, aunque sea diferente será de mi agrado, pero hasta que no lo haga no lo se, como tampoco si lo haría, cuando llegue ese momento se sabrá.
La verdad que fue una respuesta sensata, y dejaba las puertas abiertas, pero tenía razón nunca se sabe hasta que no llegue ese momento.
También cuando le toco a mi hermana Aralia en el centro, para las preguntas, les toco a dos chicos y una chica, los cuales aprovecharon para saber algo mas de su vida intima. Dejando abierto un campo, que pensábamos que estaba cerrado.
La pregunta fue de Javier (19), que era uno de los mayores del grupo.
Aralia, por lo que vimos antes con tu hermano Cessaer, ¿has llegado a tener relaciones con chicos anteriormente?
He estado con chicos cuando más pequeña, pero nunca llegamos a la penetración, pues me encontraba como si me faltara algo, y no me sentía satisfecha para ello.
Después le toco a Jaime (19), otro de los mayores. Antes con Cessaer, tuviste una gran pasión y se te noto excitada, ¿podría decir eso, que ahora a lo mejor podrías llegar a tener relaciones con un chico?
Se quedo pensando un poco, y al final nos dijo: Mi hermano Cessaer es muy especial para mí, siento un gran amor hacía el, pudiera darse el caso con lo que sentí antes pudiera surgir, no lo se ahora mismo, pues estoy un poco confusa, pero sería únicamente con el, con nadie más. Mirándome me sonrió, picándome un ojo.
Al final le toco a Penelope (14), que se levanto muy dispuesta y alegre. Aralia, todos sabemos que eres lesbiana, pero si te fuera muy bien con tu hermano, pongamos el caso que lo hagáis, ¿no podrías intentar probar otra vez con otro chico?
En estos momentos te diría que no, y repito mi hermano lo considero muy especial, así que no es lo mismo. Con Olga en estos momentos, nos sentimos llena las dos, nos queremos mucho, y estamos muy felices juntas. Yo podría decir lo mismo entonces con los chicos, porque no prueban si les gusta estar con un hombre.
Todos nos quedamos pensando y hablando con nuestros compañeros, la verdad tenía razón en ello, por mi parte nunca había tenido relaciones con otro chico.
Bueno así estuvimos hasta que llego mi tía Carolina, hermana de mi padre, a recoger a sus tres hijas, pues se tenían que ir ya, que al día siguiente tenían que salir temprano todos, y ya era hora de irse a descansar. Entonces recogimos todo, y nos fuimos para la casa, para que así no tuvieran que estar yendo a buscar a los demás.
Pasaron dos años se puede decir, esta vez nos tocaba a nosotros la mayoría de edad.
Hoy domingo, 15 de marzo de 1992. Cumplimos los 18 años Sabina y yo.
Mi madre como es típico en ella, quería hacer una fiesta sonada, sus queridos mellizos como ella nos decía, cumplíamos la mayoría de edad.
Nos levantaron temprano mi madre y Pino, despertándonos a las ocho y treinta de la mañana. Estábamos desnudos, pero bien dormidos en la cama de Sabina, abrazados uno a otro. Entre las dos nos empezaron a hacer cosquillas en las orejas y piernas, y claro nuestros ojos se abrieron sonriendo, pensando cada uno que era el otro, pero nuestra sorpresa fue ver a las dos riéndose, mientras nos hacían cosquillas con unos plumeros, que se usaban para limpiar los cuadros y las figuras de polvo.
¡FELIZZZZ... CUMPLEAÑOS... ! Nos dicen las dos echándose arriba de nosotros y dándonos un beso en la boca. Primero mi madre y luego Pino, y viceversa para mí. Las dos iban casi desnudas, pues solamente llevaban de vestuario podríamos decir, unas cintas rojas que les subía desde la entrepierna, cruzándose en los pechos y luego atadas al cuello, formando en este como un lazo, y en la cintura llevaban otra ancha como si fuera un cinturón, y sus extremos formaban un lazo también. La verdad que nos quedamos sorprendidos viéndolas de aquella manera, pero nos imaginábamos que eran nuestro primer regalo.
¡Venga chicos arribaaaa...! que hoy tenemos un día movido, nos dice sonriendo nuestra madre. Los dos la abrazamos fuerte y le dijimos: Te quiero mucho mama. Nos sorprendió que dijéramos lo mismo y al mismo tiempo, haciéndonos reír a los cuatro.
Ay... estos dos me vuelven loca. Comenzando a besarnos a uno y otro en los cachetes, con su cabeza en medio de nosotros.
Pino estaba sentada sobre sus piernas y de rodillas en la cama, detrás de mi madre. En uno de los momentos que nos besábamos con mi madre la mire, me di cuenta como le caían unas lagrimas por sus mejillas, dejándome sorprendido.
¿Te ocurre algo Pino? Le pregunte un poco preocupado por la situación.
¡Nooo... cielo! Es que estoy emocionada, al saber que ya tenéis la mayoría de edad, pero por otra parte un poco triste, pues mi tiempo con ustedes se acaba, mi contrato era de servirles, cuidarles, … hasta que llegaran a la mayoría de edad, cosa que ocurre hoy, así que me da pena por el cariño que os he cogido, pero a su vez contenta, porque ya son ante la sociedad mayores de edad y adultos.
Tranquila Pino, no te vas a ir todavía, el contrato contemplaba hasta la mayoría de edad a los 21, pero no que fueran a cambiar esta edad a los 18, así que en principio te quedan todavía tres años más aguantando a estos polluelos, pues así lo decido yo, dijo mi madre riendo.
Pino se lanzo encima de mi madre, dándole un beso y un abrazo como una loca de alegría, pero a su vez llorando a lagrima viva. ¡Graciasss … señora! Dijo la pobre soltando las palabras como podía, entre sollozos y suspiros.
Pino, te he dicho que estando los cuatro o las dos solas, me puedes llamar por mi nombre y tutearme, ¿o te has olvidado de ello?.
¡Nooo... Isis! Nunca me podría olvidar de tu nombre, ayudo a mi familia contratándome cuando más lo necesitábamos, siendo yo pequeña e inexperta para que cuidara a estos dos tesoros, los cuales hoy en día, adoro con todo mi corazón y alma, inclusive daría mi vida por ellos, sintiéndome como si fuera una más de la familia.
Así lo eres Pino, le dije yo, además si mi madre aquí presente te despide, nosotros dos te contrataríamos con nuestro salario, aunque al principio no es mucho, pero después cuando tengamos ya nuestro trabajo, te daremos lo que te mereces, estando siempre bajo nuestro techo.
¡Eh..! yo no he dicho que la vaya a despedir. Dice mi madre poniendo sus manos en las caderas, con desafío hacía nosotros. Mira estos dos renacuajos que ahora quieren mandar, sobre las personas que tengo contratadas. Nos dice esto, tirándonos por una oreja a cada uno.
A lo que nosotros reímos, y la abrazamos dándole un beso, viéndonos en ese momento los cuatro revueltos por la cama, riéndonos y haciéndonos cosquillas unos a otros, sobre todo a Pino, por el mal momento que había pasado.
Al final con tanto revolcón entre todos, las cintas de ellas dos, fueron a tener unas a los pies de la cama, y otras al suelo.
A las cosquillas, le sucedieron las caricias y besos, para convertirse en una pasión mutua de los cuatro. Esta vez le toco primero a Sabina, pues así lo quise, diciéndoselo a ellas. Ellas se pusieron en los laterales, y yo en los pies. La acariciábamos por todo el cuerpo, dándole como masajes de un extremo al otro, por mi parte comencé con los pies, los cuales acariciaba y besaba, inclusive me metí algunos en la boca y los chupaba, cosa que le agradaba mucho a ella, pues le hacía cosquilla. Mi madre acariciaba su costado derecho, y le daba besos en los labios y en su pecho derecho. Pino acariciaba el izquierdo, dándole besos por esa zona y en su pecho izquierdo.
Mientras yo iba subiendo por sus muslos, acariciándoselos por todo sitio, pero sobre todo por su interior, donde tenía mas sensaciones de gozo. Mis labios y mi lengua, daban cuenta de cada centímetro de su piel, poniéndole la piel de gallina y asomando en sus labios, sus primeros suspiros y exclamaciones de disfrute de aquel momento.
Sabina se contorsionaba a nuestras caricias, chillando de placer cada vez más.
¡Ahh... siii... ahh... que ricooo.. me vais a matar de placer. Sonreía y con sus manos nos apretaba nuestras cabezas, sobre todo a mí pues según ella era el que más placer le estaba dando, y tiraba de mi cabeza hacía abajo, tratando de llevarme al medio de sus piernas, para que le comiera su almejita.
Diosss... siiii... cometela de una vezzz... que me tienes locaaa...
Ellas rieron, al ver como yo la estaba haciendo sufrir, pues pasaba por los lados de rajita, pero no le hacía nada a ella. Mientras Sabina ya con sus dos manos, trataba de llevarme al centro. Se le notaba desesperada y tenía sus piernas abiertas completamente, cerrándolas de golpe sobre mi cabeza, como una tenaza atrapa un objeto entre sus pinzas, o un cangrejo entre sus muelas. Por la rapidez del momento y la fuerza con que lo hizo, indiscutiblemente llevo mi boca a su almejita, que solo con el contacto de ella, dio unos gritos desgarradores, como si la estuvieran matando.
Siiii.... ahhh... ahhh... sus convulsiones eran grandes, estaba teniendo un orgasmo si llegar a la penetración, y sin casi tocarle su rajita.
Para que continuara con ella, me puse a pasarle la lengua por su clítoris, tirando de el con los labios, besándolo, comiéndomelo, … de todo le hice en aquel pequeño momento, llevándola a un gran placer, pues todo su cuerpo temblaba y se doblaba, subiendo la pelvis fuertemente hacía mí y cerrando las piernas sobre mi cabeza. Que si me descuido, me la estruja como una manzana, pues tenía con mis manos apoyadas en sus muslos, abrirle las piernas para que no me aprisionara tanto mi cabeza.
Ellas dos, viendo que había llegado a su punto máximo, se pusieron las dos a la vez a chuparle los pezones, los cuales los tenía duros como piedras, y salientes como montañas en sus pechos, a la vez que la acariciaban por todo el costado.
Yaaa... siiii... ahhh... me estáis matandoooo... diosss... eran los gritos que ella pegaba, como si le fuera la vida en ello.
Al poco se quedo quieta como desvanecida, y nosotros paramos, mirándonos unos a otros y riéndonos, por el placer que le habíamos dado.
Ellas se acercaron a mí, comenzando a acariciarme por todo el cuerpo, mientras Sabina a nuestro lado, estaba cogiendo resuello, mirándonos con alegría, al ver que ya habían comenzado conmigo. Pino se había apropiado de mi boca, me besaba con pasión, jugando con su lengua metiéndola y sacándola de mi boca, como si me estuviera poseyendo la misma. Sus caricias se concentraban en mi cabeza y cuello, mientras mi madre se ocupaba de la parte baja de mi cuerpo, desde la cintura a mis testículos. Me besaba por encima de mi pene, sin agarrar ni tocar a este, el cual había subido de tamaño, colocándose como un misil para ser disparado.
Entre las dos me tumbaron en la cama, incorporándose a ellas mi hermana Sabina, la cual se había recuperado ya de su orgasmo. Esta rápidamente se puso encima de mí, antes de que alguna le quitara el puesto, y muy decidida se puso mi pene en la boca de su vagina, dejándose caer encima de ella, mientras esta entraba con fuerza, clavándose en su interior.
Ufff... que rica esta. La necesitaba dentro de mi, dice ella toda orgullosa, por lo que había logrado antes que ellas, como si de un triunfo se tratara. Mi primera cabalgada en mi mayoría de edad, dice riendo Sabina. A la que nos unimos nosotros, por sus expresiones. Hoy me tenéis que hacer de todo, quiero llegar completa en todos los aspectos, en este día tan importante para nosotros. Así que espabila hermanito, que te quiero escurrir hasta la ultima gota, antes de que estas vampiras se la chupen.
Nos dio un ataque de risa, con las ocurrencias de Sabina.
Niñaaa... no seas egoísta y deja un poco para nosotras, le dice mi madre riéndose, para subirse a mi cara con las piernas abiertas y de rodillas, pasando una pierna por cada lado de mi cabeza. Yo presto a ella, le comienzo a comer el coño, el cual estaba ya dejando salir fluidos, los cuales caían en mi boca.
No pierdes el tiempo eh Isis, le dice Pino con carita de picara. No me dejáis nada a mí, mira que sois malas.
Tranquila cielo, le digo yo dejando de chupar la almeja de mi madre, que escurría gran cantidad. Ponte sobre mi mano, sentadita como una chica buena. A la vez que estiraba mi mano y colocaba la palma hacía arriba, como si fuera un asiento.
Pino guasona dice: Ya encontré mi silla de montar especial, espero que haga su función bien.
Todos nos reímos, y yo estuve a punto de ahogarme con los flujos de mi madre.
Sabina cabalgaba como buen amazona, se le había desarrollado unas caderas hermosas, además del buen busto que tenía, que era ya, una talla 100. Las tenía bien duras, y con unos grandes pezones, que se le habían desarrollado mucho, creo que de tanto que se los chupaba, jajaaa, pues eran mis biberones preferidos, en cualquier momento me pegaban a ellos, como si fuera un bebe a buscar su comida, cosa que a ella le gustaba y sino lo hacia yo, ella me buscaba.
Sus movimientos eran rápidos, como si de una carrera se tratara, mirando quien llegaba primero, a ese orgasmo deseado. Momentos me acariciaba mi pecho, y otros los pechos de Pino, jugando con ellos y pellizcando sus pezones.
Pino sentada en mi mano, sentía mis dedos jugar con ella, unas veces entraba en la vagina y otras acariciaba su clítoris, donde casi siempre se encontraba y jugaba con los de ella, que se masturbaba.
Las tres sudaban a gusto, sintiendo el placer y las caricias de los otros, cada una en su sitio, sentían la pasión que nos embargaba, la lujuria que nos invadía y el gozo de estar los cuatro juntos dándonos placer los unos a los otros.
Fueron llegando al orgasmo una detrás de la otra, primero fue mi madre, con unos chillidos sorprendente, quedando abrazada a Sabina, mientras esta sentía que le llegaba a ella, abrazada a su madre con pasión y amor.
Levantándose las dos, dejaron que Pino se subiera encima de mí, taladrándose su vagina con mi pene, el cual también estaba a punto de descargar, toda la pasión que tenía en aquellos momentos. Entre las dos nos acariciaban mutuamente y nos besaban, por todo el cuerpo, haciendo que aquel momento, se convirtiera en una ola de placer, que nos llevo a los dos al final a nuestros orgasmos, con temblores, chillidos y convulsiones, derramando en su interior mi semen, con gran placer y orgullo, de sentirme bien querido y amado.
Estuvimos un rato tumbados los cuatro en la cama, enlazados unos con otros, como si fuéramos una enredadera con nuestros cuerpos.
Este primer regalo que les hemos hecho, es para tener un bonito despertar, pues os esperan hoy muchas cosas para disfrutar, sentir y gozar, pues varias sorpresas vendrán. Nos dice nuestra madre, toda orgullosa de la fiesta que había preparado, para nuestros cumpleaños.
Primero tenéis que bajar a desayunar, y seguro que la familia os esperara abajo ya, dice Pino también sonriente, pues entre las dos nos imaginábamos que hicieron todos los preparativos y la organización.
Nos fuimos al baño a asearnos, donde el juego siguió por un rato, entre enjabonar y quitarnos este, las caricias y los besos.
Mientras nosotros nos vestíamos, ellas se fueron también para lo mismo, pues su vestimenta anterior, estaba por todos sitios rotas y desperdigadas, si le pudiéramos decir vestimenta a aquello.
Nos vestimos los dos con unos vaqueros azules. Por parte de Sabina, se puso una blusa de manga corta, de fondo azul y dibujos de color verde con pastel, escote en forma de V, dejando ver parte de sus pechos dentro de un sujetador celeste, y un hermoso canal que los separaba. Unas andalias de medio tacón, haciendo juego con el cinturón, ambas cosas de color negro. Por mi parte un polo de color amarillo, con cuatro finas rallas de color negras en sentido horizontal. Mocasines y cinturón de color negro.
Los dos después de habernos peinados juntos en el baño, y hablando de las posibles sorpresas que nos podían caer, nos fuimos hacía la puerta, para bajar al comedor a desayunar. El camino lo hicimos bastante ligero, pues íbamos con ancas de ver que nos aguardaba abajo.
La puerta la encontramos cerrada, cosa que nos extraños y mirándonos, decidimos entre los dos empujarla para pasar.
¡Felizzzzzz... cumpleañosssssss...! Nos chillaron todos de pie dentro del comedor, estaban nuestros hermanos sin faltar ninguno, nuestros padres, Pino, Mercedes y su hija Judith, Lucia y su hija Adelina, Carmen y su hija Julia, Xitama y Rebecca, también estaba Olga, la compañera de Aralia y Rosalva, nuestra amiga intima. Nos cantaron cumpleaños feliz, y al final una buena cantidad de aplausos entre todos. Fueron acercándose a nosotros, dándonos un beso y un abrazo a cada uno.
Cuando se acerco y me beso Aralia, me dijo que me tenía una sorpresa, y que ya buscaríamos la forma de dármela entre Olga y ella, durante el día.
Adelina me abrazo y me dio un beso, diciéndome al oído que tenía que hablar conmigo en privado, que le avisara cuando podía.
Judith me beso una de las últimas, diciéndome lo mismo que Aralia y Adelina. Tengo una sorpresa que darte, y necesito una hora de tu tiempo, antes de que acabe el día. Fueron sus palabras.
Me veía que el día se me iba a hacer muy corto, con tanta cita que me estaba surgiendo. Nos sentamos a desayunar todos, pues la mesa ya estaba preparada y no tenía nadie que servir, cosa que nos agrado el que estuviéramos todos juntos, como una gran familia. Nos fuimos pasando las cosas de unos a otros, mientras nos servíamos. Al principio fue una odisea, pues varias quisieron sentarse al lado mio, pero no era posible, pues uno de los lugares ya estaba ocupado por Sabina, que siempre se poníamos juntos. La lucha fue por el otro puesto, cosa que le llamo la atención a nuestra madre, decidiendo ella al final ponerse para no dejar en mal lugar a ninguna diciendo: Hoy es un día muy especial para mí, como todos ustedes saben, por ello quiero ponerme al lado de mi hijo Cessaer, en este día tan señalado para el, como su madre que soy, su amiga con la que puede contar en cualquier momento, cualquier duda o problema que tenga, sea del tipo que sea, que siempre tratare de ayudarlo, pues para mi es como mi alma, que no me podría separar de el. Mi hija Sabina que es su melliza, también podríamos decir que es su amor, son los seres que más quiero en este mundo, por ello, lo siento por todas estas chicas guapas que se han reunido aquí, pues les voy a quitar el puesto a ellas y ponerme yo a su lado, pues lo deseo y con ello soy ahora, la mujer más feliz del mundo.
Todas la miraron con envidia pero sana podríamos decir, pues sabían en parte por lo que lo había hecho, para no tener ningún problema con nadie aquel día, por la lucha de un puesto en la mesa. Al final nos sentamos de la siguiente forma: Mi madre a mi izquierda, Sabina a mi derecha, y por la otra banda de Sabina, o sea a la derecha de ella, mi padre.
Estuvimos comiendo y charlando un buen rato, todos contentos por como se había desarrollado las cosas. Según acabamos de comer mi madre se levanto, dando unas palmadas para llamar la atención de todos, una vez logrado el silencio y toda la atención de los presentes, comenzó a decir lo que tenía previsto para el día de hoy. No todo, sino algunas de las cosas, entre ellas dijo:
Primero: Los regalos tanto de nosotros, como de la familia, se comenzarán a repartir ahora en el salón principal, los cuales ya están colocados allí.
Segundo: La presentación del proyecto de la nueva casa, destinada para ellos dos en la finca, nos dijo mirando para nosotros, podremos ver la maqueta en el salón principal, junto a los regalos que se encuentran allí, al cual vamos ahora. Esta fue diseñada por mi, y esta previsto comenzar su construcción en breve, si están de acuerdo ellos dos con el proyecto, y les gustas.
Cosa que nos asombro, pues no sabíamos nada de ello. La verdad que fue una gran sorpresa, y un bonito regalo por parte de nuestros padres, a los cuales se los agradecimos mucho.
Fuimos al salón principal, presididos por nuestra madre y nosotros detrás, siguiéndonos el resto. Vimos en un lateral, dos cajas grandes adornadas con un lazo cada una, distintivos del genero, a su lado varias cajas más y paquetes de diferentes tamaños.
Primero que nada quiero que vean el proyecto que tenemos pensado hacer, para mis dos mellizos, puedan disfrutar y tener una vida más intima, pero al lado de nosotros, pero todo depende de ellos que empiecen las obras, si están de acuerdo en el proyecto, y si les gusta lo que les he diseñado para ellos.
Todos nos acercamos y nos pusimos alrededor de la maqueta, la cual estaba muy detallada y con bastante minuciosidad en todo. La verdad que nos gusto mucho la maqueta, y la familia nos daba guante blanco, para vivir juntos todo el tiempo que quisiéramos, como hasta ahora llevábamos haciendo. Les dimos un beso y un abrazo a nuestros padres, contentos por lo que habían hecho.
Al poco nuestra madre nos dijo: Comenzar primero con los regalos más grandes, para así despejar un poco el salón.
Así hicimos, nos acercamos a las dos grandes cajas, las cuales estaban adornadas con un lazo rosa y otro azul, indiscutiblemente fuimos cada uno al color que nos correspondía por nuestro genero, Sabina al rosa y yo al azul. Quitamos los lazos, y procedimos a abrir las cajas, pues le habían hecho como una puerta en la parte frontal, la cual abrimos. Nuestras caras eran de asombro, mirando lo que teníamos delante, corriendo con alegría cada uno se metió en la caja, agarrando y mirando con jubilo una moto Derbi Star 50, de color roja para mi hermana y azul para mi. Eran preciosas y muy ilusionados nos fuimos corriendo a nuestra madre y la abrazamos.
Todos los chicos estaban mirándola con envidia, pues muchas veces lo habíamos comentado de que nos gustaría mucho una, para ir a clase sobre todo y de paseo cuando salíamos.
Un señor se acerco a nosotros, y nos dijo como teníamos que ponerla en marcha, explicándonos con detalle todo, mientras todos escuchábamos. Las pusimos en marcha y con ella salimos hacía el exterior, seguido por todos que iban chillando detrás. Dimos una vuelta delante de la casa, y las aparcamos una al lado de la otra en el gran garaje de la casa. Salimos corriendo como eufóricos, íbamos privados con aquel regalo, que nos gusto mucho.
Volvimos hacía nuestra casa, cada uno agarrado de la mano de nuestra madre, que se le caía la baba mirándonos, como estábamos todos ilusionados. La gente reía con nuestra alegría, y nos decían que habíamos tenido suerte con nuestro regalo, que menuda sorpresa más guapa, sobre todo nuestros amigos. Nuestro padre, miraba desde la entrada de la casa a todos, riendo por nuestro alboroto y felicidad. Fuimos corriendo hacía el, dándole un gran beso cada uno por un lado, y estrechándonos en un abrazo los tres. Nuestra madre vino también hacía nosotros, abrazándonos los cuatro juntos.
Bueno, dice nuestra madre, sigamos abriendo esos regalos que os esperan dentro. Todos volvimos a entrar en la casa, dirigiéndonos hacía el gran salón.
Comenzando a entregar el resto de los regalos, por parte de todos los presentes, además de comenzar a llegar más gente del grupo de invitados, que faltaban por venir.
Al final se reunió un gran grupo de gente, calculaba que allí dentro había más de cien personas, entre familiares, amigos y el servicio. Ese día mi madre le había dado libre al personal, para que asistieran todos como invitados, contratando a una empresa para el servicio de comida y limpieza, por ello estaban todos privados, y se consideraban algo más de la familia, sobre todo Pino, que no paraba de elogiar a mi madre, por lo buena que era con todos y más que con nadie, a ella misma. Más después de haberse enterado que continuaba con ellos, hasta que ella quisiera. Aunque oficialmente le había dicho de cara a los demás, hasta que cumpliéramos los 21.
Las chicas estaban todas muy elegantes, parecían que iban de bodas. Cosa que nos llamo la atención, por el vestuario que llevábamos nosotros, y el que tenían el resto de la gente, pues hasta los chicos estaban con sus mejores galas.
Me acerque a Sabina y le dije en el oído: Oye tenemos que vestirnos mejor, están todos muy bien arreglados para la fiesta, y nosotros en vaquero.
Si ya me he dado cuenta de ello, pero no nos dijo nada ni mama, ni Pino, que iban a estar todos muy bien arreglados.
Terminamos de abrir los regalos y dar las gracias, y nos vamos a cambiar. Le dije yo sonriendo.
Mi madre y Pino, que no nos quitaban ojo de encima, se dieron cuenta de la movida, y sonriendo nos dice Pino: Entre los regalos, vais a encontrar la ropa para poneros, pues así lo hemos previsto, nos dijo riéndose.
Los dos comenzamos a abrir regalos, uno de cada banda, dejando los del medio que eran para ambos, al final.
El primero que abrimos, eran unos polos de lacoste de color rosa y celeste, los cuales nos lo pusimos aparte, pues nos gustaba los colores y luego ponérmelos, nos lo dio nuestro hermano Arturo.
Después un pantalón de color azul marino, de pana fina muy bonito, para cada uno, de nuestra hermana Tilandsia.
El siguiente regalo era de las gemelas Violeta y Verónica, y así nos lo hicieron saber. Eran unos mocasines muy bonitos de color azul marino, haciendo juego con el pantalón que nos había regalado Tilandsia.
Lo siguiente fue un juego de ropa interior para Sabina, era de encaje bastante transparente, de color celeste, muy bonito. Para mí, unos jim del mismo color.
Así estuvimos sacando varias prendas más, que al final podíamos escoger entre dos juegos de ropa, para ponernos. Por parte de Sabina, estaba el pantalón y los mocasines de azul marino y su polo, o un vestido corto, de color esmeralda, ceñido en la parte superior, con un escote cuadrado, y en la parte inferior desde medía cintura para abajo, es amplio y vaporoso, la verdad que muy bonito. También le regalaron unas sandalias de color verde, haciendo juego con el traje, se ve que estaba todo preparado y de acuerdo entre todos. Para mí tenía el conjunto de pantalón y mocasines azul marino con el polo celeste o, un pantalón beige claro, con una camisa a rallas de varios tonos de azul combinado con blanco, formando cuadros.
Recogí un sobre, con una felicitación que me decía: Felicidades Cessaer, queremos que este cumpleaños sea inolvidable para nosotros, por ello te regalamos la primicia de estar con nosotras, pudiendo decir que te entregamos nuestra virginidad, aunque realmente no somos vírgenes, pues los consoladores hacen milagros, pero si serías el primer hombre que nos harías el amor a las dos. Te queremos muchooo... Aralia y Olga.
La verdad me esperaba algo así de ellas, pero no en el día de hoy, pero con lo que me dijo al oído cuando me felicito, ya me picaba el gusanillo de que algo, se traían entre manos.
También encontramos un sobre que era para los dos, nos regalaban matricula y clases, para sacar el carnet de conducir. Cosa que nos gusto, pues habíamos pensado en ello.
Hubo varias cajas de pinceles de pelo natural, pinturas y dos paletas nuevas más grandes.
Dos cajas grandes de madera de 72 lapices de colores para pintar, Faber Castel, muy práctica para nosotros.
Dos cajas de madera con gran cantidad de lapices, carbones, difuminadores, … para el dibujo.
Al final fueron muchos detalles, uno detrás de otro, prácticos, los cuales los usábamos mucho sobre todo en nuestra práctica de arquitectura y bellas artes.
Después nuestra madre pidió de nuevo atención a todos, diciendo que tenía una sorpresa fuera, en la explanada delante de la casa. Salimos todos viendo como habían colocado un escenario sencillo, con tarimas para tocar música, pues encima de ellas habían varios instrumentos, entre guitarras, batería, … que suelen usar los grupos musicales.
Mi madre se subió al escenario, estaba muy bonita con aquel trajito de color crema. Cogiendo un micrófono comunico que íbamos a tener dos grupos musicales, que amenizarían la fiesta, se turnarían entre ellos, para que siempre tuviéramos música, hasta la hora que queramos, pues estaban a disposición nuestra hasta la seis de la madrugada. Cuando salieron los dos grupos, de la especie de vestidor que habían colocado allí, para descanso de ellos, nos dimos cuenta enseguida que eran los dos grupos, que estaban de moda en la comunidad autonómica. Me imagino cuanto les habría costado aquello a nuestros padres, aunque seguro que había sido cosa de nuestra madre, la cual no paraba de sonreír y mirarnos muy contenta.
Presentados los dos grupos, se quedo uno de ellos tocando, mientras el otro se retiro a la parte trasera, saliendo luego por una pequeña escalera de madera, que habían puesto por detrás. Ellos salieron dirigiéndose hacía donde estábamos nosotros, nos felicitaron y pidieron unas copas mientras esperaban su turno. La vocalista que tenían, la verdad que cantaba muy bien, y más adelante se separo del grupo, cantando ella en solitario, y sigue cantando con buen éxito.
Después de esto, nos fuimos hacía dentro, para recoger la ropa y ponernos una de ellas para la fiesta. En eso se nos acerco Judith, dándonos un beso de nuevo a cada uno. Iba vestida con una falda amarilla pequeña, que le quedaba muy bien, dejando ver sus bonitas piernas, enfundadas en unas sandalias de color crema, una camisa blanca de botones y encaje. Dejando ver debajo, un sujetador blanco de encaje también. ¿Os importa, si voy con ustedes arriba, y puedo darte tu regalo? Me pregunto mirándome a mí primero a los ojos, de los cuales quede prendado, y luego a Sabina sonriendo. No nos importa, y lo deseamos que vengas con nosotros. Me coloque en medio de las dos y cargados con los regalos subimos la escalera, riendo entre nosotros y diciendo bromas.
Queremos darles las gracias a todos los que nos han apoyado, felicitado y valorado, esperando que les guste este episodio, el cual continuaremos en breve.