Mi familia Dominante

Un hombre que consigue trabajo de mucamo con una familia dominante.

Mi familia Dominante

Conseguí un trabajo como mucamo. Firme un contrato que primero era por una semana, si las partes estábamos de acuerdo al termino de la semana renovaríamos el contrato por tres semanas mas, y si al final del mes seguíamos de acuerdo en todos los términos seguiríamos renovando mensualmente. El contrato del que hablo me ligaba a mi, trabajando como mucamo para una familia integrada por el Señor Mario, su mujer la Señora Sara, sus hijos Enrique y Julieta, y la mascota de la familia, un ovejero alemán manto negro de nombre Niko. En realidad mi relación laboral seria algo más que el mucamo de la familia, tendría que hacer todas las labores domesticas pero también seria el esclavo de toda la familia y tendría que obedecer todas las órdenes que me dieran cualquier integrante de la familia. Les cuento que yo soy un hombre de 38 años, bien parecido, rubio, alto y de ojos azules; el Amo Mario un hombre bien parecido, morocho, de 45 años; la Ama Sara una fina Señora de 39 años, esbelta, de pelo rojizo claro y ojos verdes; el Amo Enrique un joven de casi 18 años, cuerpo atlético, pelo oscuro y ojos verdes; y la Ama Julieta una joven ama de 16 años, figura juvenil, flaca, pelo castaño oscuro y ojos verdes.

Mi primer día de trabajo fue el de la presentación, el Amo Mario me presento a todos y luego su mujer, la Ama Sara, me indico que la siguiera. Me llevo hacia el sótano, me mostró una cama en un extremo del mismo y me dijo que ahí es donde yo dormiría, luego abrió un ropero, me pregunto cuanto calzaba y saco unas botas de cuero negro, taco alto y ancho y altas hasta debajo de la rodillas, medias de lycra color piel brillantes, un short corto negro de cuero y un top de lycra elastizada color rojo para arriba. Dejo todo sobre la cama, me ordeno desnudarme por completo y que me pusiera la ropa que me había elegido. Ya vestido como ella me ordeno, me lleva hasta la cocina, me da un delantal de mucama y me da las directivas de cómo asear la casa. Me sentía extraño, pero bien, me gustaba estar vestido así, y encima yo soy alto, de 1,90 mts., y con esas botas que tendrían un taco de unos 7 cm. estaba muy alto. Pero me encantaba estar así de alto, vestido con esas botas y esas medias y el mini short, haciendo las tareas domesticas en la casa de mis dueños. Mientras estaba haciendo la cama en la habitación matrimonial, veo que el hijo, el Amo Enrique entra y me observa.

Le pregunto si necesitaba algo y me dice que me calle y siga trabajando, entonces yo sigo haciendo la cama y aseando la habitación. Después se va, y yo sigo con mis tareas. Aseo la habitación de la Ama Julieta, y al terminar, cuando estoy en el pasillo que conduce a las distintas habitaciones, del cuarto del Amo Enrique escucho el me llama diciéndome: "che, puta de mierda, veni para acá, te ordeno que vengas". Me asomo a su habitación y pregunto: "Me llamo Usted Amo Enrique?". Me contesta: "Si puta de mierda, entra, cerra la puerta y veni a chuparme la pija". Cierro la puerta, me arrodillo frente al Amo Enrique, la bajo el cierre del pantalón y saco su pija afuera para empezar a chupársela. Al ratito el se sienta en el borde de su cama mientras yo sigo de rodillas entre sus piernas chupándosela, y un ratito mas adelante el se excita y me toma de los pelos haciéndome tragar toda su leche. Luego me ordena lamerle los restos de leche que le quedaban en sus genitales, se levanta y se acomoda el pantalón, y me ordena seguir con mis tareas domesticas mientras se retira. El se va, yo me levanto y voy al baño a higienizarme y secarme, luego sigo con mis tareas.

Ya era el mediodía y debía servir la comida. El Amo Mario no estaba, porque estaba en su oficina, así que les debía servir el almuerzo a la Ama Sara, Ama Julieta y Amo Enrique. Mientras ellos comían mirando la televisión, yo debía permanecer en un rincón de la cocina paradito bien derecho y mirando hacia el piso. Al terminar de comer junte los restos de los tres platos en uno solo, y la Ama Sara me ordeno poner ese plato en el piso debajo de la mesa, que me ponga en cuatro patas y que comiera de el sin usar las manos. En un momento la Ama Julieta mira por debajo de la mesa, me mira comer y su mama Sara le dice: "Dale Juli, divertite", y entonces la hija me corre un poco la cara del plato con su zapato, y pisa mi comida con su zapato, luego me ordena lamer los restos de comida de su calzado.

Así debí comer debajo de la mesa como perro, del plato, del piso y de la suela del zapato de Ama Julieta. Luego terminar de levantar la mesa y limpiar todo, lavarme la cara y escuchar a la mama Sara decirles a sus chicos que fueran a jugar un ratito abajo, que después ella iba. Los chicos van al sótano para jugar y me ordenan seguirlos. Ama Julieta y Amo Enrique y yo detrás de ellos camino al sótano, a donde jugarían un rato, obviamente yo iba a ser el juguete.

Una vez en el sótano de la casa con mis dos jóvenes Amos, Julieta y Enrique, me hacen quitar el short de cuero y el top blanco, dejándome solo con las medias y las botas puestas. Me colocan muñequeras y tobilleras, me paran entre dos postes y me atan de tobilleras y muñequeras a los postes, pierna y brazo derecho a un poste, izquierdos al otro, dejándome de pie en medio del sótano, piernas y brazos abiertos.

El joven Amo me baja las medias de lycra hasta media pierna y la Ama Julieta toma un látigo de varias puntas para comenzar a flagelarme la cola y espalda. El Amo Enrique mientras tanto toma una fusta y me castiga por delante, pegándome con la fusta las tetillas, mejillas, genitales y entrepierna. Después mi joven Ama cambia el látigo por la fusta que estaba utilizando su hermano, y su hermano me pega varias veces con su puño en el abdomen. Luego de este castigo físico deciden torturarme un poco más, para lo cual el Amo Enrique se acerca a mí con una bolsa llena de broches de ropa, y comienzan a colocarme entre los dos broches por todas partes. Entre Ama Julieta y Amo Enrique me colocan broches en mis pezones, axilas, brazos, cara, lengua, genitales y entrepierna. Estaba sumido en un terrible dolor mientras ellos observaban su obra terminada, llamaban a su madre para que viera como me habían dejado, y tocaban suavemente los broches para hacérmelos sentir aun mas. La madre bajo, vio como estaba, se rió y felicito a los hijos y les pregunto si hacia mucho que estaba así. Le dijeron que no, pero ella igual les dijo que me los fueran quitando despacito.

Una vez libre de broches, me sueltan, me ordenan que me quitara todo y que me diera una breve ducha en una ducha que tenían colocada también en el sótano, al lado de un inodoro. Me meto bajo el agua fría, y trato de relajar la piel castigada por los broches y latigazos, mientras la madre y sus dos hijos me observaban sentados en la cama. Luego, mientras la Ama Sara se colocaba un arnés con prótesis en su entrepierna, me ordena cerrar la canilla del la ducha y que me coloque ahí mismo en cuatro patas. Se pone de rodillas detrás de mí y me viola con la prótesis. Mientras la mama me violaba los hijos se acercaban y me obligaban a lamerles los zapatos. No me tuvo mucho tiempo ahí, solo quería jugar un ratito con mi ano. Luego me ponen de pie, me sientan en una silla y van al ropero a elegir lo que me tenía que poner.

La Ama Julieta se acerca a mi, se sienta frente a mi, y abre un bolso con cosméticos, y comienza a maquillarme como si fuera una mujer, con rubor, pintándome los labios y uñas, y colocándome una peluca. Luego me hacen vestir con la ropa elegida. Zapatos clásicos cerrados de cuero blanco y taco alto, medias de lycra hasta entrepiernas para portaligas blancas, portaligas, bombachita de encaje color lavanda, un corset también color lavanda que me colocaron apretando bastante para lo cual yo tenia que tomar aire, pero que una vez colocado me tomaba todo el abdomen marcándome bien la cintura, y también me pusieron unas tetas falsas de silicona. Una vez todo vestido así y maquillado parecía una travestí pero que estaba bastante buena. Deciden luego colocarme una falda que me llegaba hasta las rodillas y una blusa blanca que transparentaba el corset que tenia puesto debajo. Vestido así me hacen caminar por toda la casa, luego me dejan sentarme con ellos, siempre vestido como mujer, para ver un rato la televisión y tomar algo, como si fuera una amiga de la familia.

Así unas dos o tres horas, y a eso de la cinco de la tarde me llevan nuevamente al sótano, me hacen quitarme la blusa y la falda, dejándome nuevamente vestido con la ropa interior, tacos altos, medias, bombacha y corset. Me obligan a poner mi espalda contra uno de los postes, ponen mis manos juntas detrás del poste y me las atan con sogas, luego atan mis tobillos juntos y me los atan contra el poste, hacen lo mismo atándome las piernas por debajo de mis rodillas, por encima de ellas, a la altura de mi cintura, a la altura de mi diafragma y de mi pecho, por debajo y por arriba de mis falsas tetas, y también atándome el cuello al poste. Quede semivestido de mujer, maquillado y con peluca y tetas falsas incluidas, atado de pie derechito contra el poste, y me hicieron saber que quedaría así hasta que llegara el Amo Mario del trabajo, que seria en un hora media aproximadamente.

(Si les gusta seguirá…)