Mi familia Dominante (2)

Me domina primero el Amo y luego el perro de la familia.

"Mi familia Dominante - 2º parte"

A eso de las siete y media de la tarde baja al sótano donde yo seguía atado al poste, el Amo Mario. Se para frente a mi observándome, lo secundaban su mujer Sara y sus hijos Julieta y Enrique, y el perro de la familia, Niko, que se acerca a mi, me olfatea la entrepierna y le da algunas lamidas tratando de meter su lengua por debajo de mi bombacha. El Amo felicita a su familia y les pide a los chicos que me desaten del poste.

Al quedar liberado, el Amo Mario me pregunta como me sentía; le dije que bien ahora que estaba liberado, aunque me dolían las muñequas de tenerlas atadas tanto tiempo y las piernas y tobillos también por haber estado tanto tiempo atado y parado sobre un par de zapatos de taco alto. Me dice que me siente en el borde de la cama, se sienta al lado mío y me recuesta sobre la misma.

El sentado aun en el borde de la cama donde yo estaba recostado, vestido como mujer en ropa interior, me pone la mano en la entrepierna acariciándome los genitales como si estuviera haciéndolo sobre unos genitales femeninos, y me besa en la boca. Yo seguía vestido con las medias de lycra color piel, portaligas, bombachita de encaje color lavanda y corpiño haciendo conjunto, zapatos clásicos de taco alto de cuero blanco, peluca, uñas pintadas y maquillado por la Ama Julieta, la hija del Amo Mario, de 16 años.

El Amo Mario, luego de besarme en la boca, se pone de pie y me dice que me quede recostado descansando, y que si quería me podía quitar los zapatos para estar mas cómodo; que el y su familia se iban a ir arriba y que en unos diez minutos el volvería solo, y que cuando yo lo oyera bajar nuevamente al sótano, que me volviera a poner los zapatos y lo esperara de rodillas al pie de la cama. Se van todos y yo aprovecho esos preciosos minutos para descansar y recuperarme.

El Amo Mario, tal como me dijo, volvió a bajar al sótano solo, lo hizo a la media hora, y cuando yo escuche sus pasos bajando hacia el sótano, me volví a poner los zapatos inmediatamente y como me lo había ordenado, lo espere de rodillas al pie de la cama. Se paro frente a mí teniendo yo entonces, justo frente a mi cara el cierre del pantalón del Amo Mario. El pone su mano sobre mi cabeza, me acaricia la mejilla y me dice, "dale putita, chupamela". "Si Amo" le digo, y comienzo por bajarle el cierre del pantalón, desabrocharle el cinturón, bajar un poco sus calzoncillos y sacar su pija hacia fuera para chupársela. Empiezo a chupársela tomándola con la mano derecha y chupándosela con delicadeza, primero la cabeza y luego metiéndomela toda entera en la boca; mientras el Amo Mario seguía con su mano sobre mi cabeza dirigiéndome.

Luego de chupársela un poco me hace ponerme de pie frente a el, con una mano me toma del cuello y me dirige hacia un beso, y con la otra mano sobre mi culo. Entendiendo lo que el lenguaje corporal del Amo pretendía, yo lo abraze a el pasando mis brazos a la altura de su cintura y mis manos acariciándole la espalda a mi Dueño.

Ahí estábamos, abrazados y besándonos. Es decir, yo estaba como una puta dejando que el Amo Mario me tocara todo mientras estábamos abrazados, me acariciaba el culo con suavidad y con firmeza, me acariciaba la entrepierna, y mientras tanto me besaba a su antojo, y yo abría la boca en la medida en que el me hacia abrirla y dejaba que el jugara a su antojo con su lengua dentro de mi paladar. En un momento me dice que lo vaya desnudando entre beso y beso, y entonces mientras el seguía con su lengua dentro de mi boca yo debía ir quitándole la ropa. Cuando solo me quedaba sacarle los pantalones de entre sus piernas, me separa para que lo haga, pongo una rodilla en el piso y le quito los pantalones dejándolo completamente desnudo.

Me toma de un brazo y me hace sentarme al borde de la cama, me abre de piernas y se para entre ellas poniéndome su pija para que se la vuelva a chupar. Me toma de la nuca y empieza a bombear su pija dentro de mi boca violándomela, pero no se llega a excitar. Luego me dice que me acueste boca arriba y el se acuesta sobre mi para hacerme el amor. Vuelven los besos de boca y sus manoseos pero ahora acostados en la cama, yo respondo acariciándole las nalgas y tomándole la pija.

Estuvimos un rato así, haciendo el amor en la cama del sótano, el todo desnudo y yo con mi ropa interior y mis tacos altos. Luego mi Amo me ordena darme vuelta, recostándome boca abajo, y una vez en esa posición el Amo Mario me quita la bombachita. Luego se pone de pie, toma una fusta y comienza a castigarme las nalgas, pegándome reiteradamente en el culo hasta dejarme las nalgas bien coloradas y calentitas. Luego se pone de rodillas en la cama detrás mío, entre mis piernas, y me ordena levantar un poco el culo para dejar mi ano a la altura de su miembro.

Desde luego, acto seguido me comenzó a cojer, a violarme como a una puta barata, metiéndome y sacándome con fuerza su miembro viril de mi ano una y otra vez. Luego, sin sacarme su pija de dentro de mi culo, nos acomodo a los dos de manera que el se sentó al borde de la cama, y yo sentado sobre el, siempre con su pedazo dentro mío. Me hizo subir y bajar estando en esta posición, hasta que estuvo a punto de acabar; momento en el cual me hizo salir inmediatamente, ponerme de rodillas en el piso entre sus piernas, abrir mi boca y meterme su pija dentro, obligándome a chupársela metiéndomela y sacándomela de la boca en forma continua hasta que acabo dentro de mi boca. Acabo dentro de mi boca y en ese momento me puso la mano sobre la nuca teniendo su pija bien hasta dentro de la boca y haciéndome tragar toda su leche.

Luego me soltó la nuca y me ordeno a que le lamiera toda la pija y genitales retirando con mi lengua todo rastro de su semen. Luego me dio un beso en los labios, se puso de pie frente a mí, poniéndome su culo en la cara, abrió sus nalgas con sus manos y me ordeno lamerle la raja del culo y el ano. Me tuvo un ratito así nomás, luego me dijo que había estado bastante bien, me ordeno que me quitara todo quedando completamente desnudo, me hizo colocarme muñequeras y tobilleras, me recostó sobre la cama boca abajo sujetándome brazos y piernas a cada extremo de la cama, me coloco una bola de goma con sujetador como mordaza en la boca, y se fue.

Así quede en el sótano, atado y desnudo sobre la cama del sótano, hasta la noche; cuando llego la Ama Sara, mujer del Amo Mario, y su hijo Enrique de 18 años, juntos con el perro de la familia, un ovejero alemán de nombre Niko.

La Señora se acerco hasta mi, me quito la mordaza de la boca y puso la punta de su bota para que se la lamiera, mientras el hijo, Amo Enrique llevaba con una correa a Niko hasta la cama, lo hizo subirse a la misma y el perro me comenzó a husmear con su hocico la entrepierna y el resto del cuerpo, pero luego se quedo husmeando y lamiéndome la pija, bolas y en especial mi ano. Luego quitan al perro de encima mío, me sueltan muñequas y tobillos y me ordenan ponerme de rodillas frente a la cama y luego recostar mi tronco sobre ella. Quedo de rodillas en el piso y mi tronco y cara recostados sobre la cama, me dicen que me abra un poco de piernas, y acercan al perro nuevamente a mi, y este comienza a lamerme genitales y el ano una vez mas.

Un ratito así y el Amo Enrique tira de la correa del perro, y este monta sus dos patas delanteras sobre la cama una a cada lado mío, y con su pija canina roja intensa busca un lugar donde introducirla. La Ama Sara lo ayuda apuntándosela hacia mi ano. Una vez que Niko, el perro, encontró la punta de su pija en la boca de mi ano, empujo con gran fuerza introduciendo su miembro hasta el fondo de mi orto haciéndome gritar del dolor. El Amo Enrique me tapo la boca para que no se escuchara tanto mi grito, y luego me puso un trapo dentro de mi boca para no escuchar más mis gritos al ser desgarrado y violado de esa manera por el perro. El perro bombeaba con fuerza y sin importarle un bledo si a mi me dolía o si me gustaba como me estaba violando.

La Ama Sara y su hijo disfrutaban del espectáculo y se reían viéndome al servicio del Amo Niko, el perro de mi familia dominante. Fue un ratito nada mas, afortunadamente, no querían entregarme por completo al perro, al menos no en ese momento, solo lo dejaron probarme. En realidad no se si así era mejor, porque tal vez, dejándolo que me coja un poco nada mas, el perro se quedaba mas caliente y la próxima vez seria peor, mas duro. Igual, yo ya no daba mas, no creo que hubiera soportado quedarme abrochado al can con su bulbo inflamado.

Quitaron a Niko de encima mío, me indicaron que me tenía que bañar y me tenía que poner para más tarde. Mas tarde era dentro de una hora y no seria para otra cosa que cenar en la mesa con el resto de la familia, esta vez no debía servirlos, me sentaría como un integrante mas de la familia y luego haríamos sobremesa y veríamos una película en la televisión. Ese día no me esperaban mas servicios de esclavo ni servicios de domestico, lo que quedaba del día, o de la noche, era simplemente compartirla con la familia para la que trabajaba.