Mi familia 2

Un padre amargado obtiene un poder y decide vengarse de su familiares esclavizando, follando y torturando a todos.

Mientras su hija miraba el televisor juan la observaba por la espalda mientras pensaba que iba a hacer con ese trozo de carne que tenía por hija, finalmente llegó a la conclusión de que la dejaría para más tarde debido a que se había corrido ya un par de veces seguidas y además prefería hacerla sufrir lentamente, pero no iba a dejar que siguiera como estaba.

-Helena quiero que te apuntes a un gimnasio, me da asco el solo mirarte.

-Vale papá, luego voy.

-No bola de grasa quiero que te apuntes ahora mismo, vas a ir todos los días y vas a hacer 2 horas de ejercicio al menos y se te acabó comer toda esa mierda a partir de ahora vas a llevar una estricta dieta.

-Si papa.

Helena se levantó del sofá,  se vistió y salió pitando del piso en dirección al gimnasio.

Juan estaba encantado con el poder que tenía, aun no sabia porque lo tenia pero lo único que le importaba era que mientras lo tuviera lo iba a utilizar.

Juan cansado regresa a su habitación donde su mujer todavía está tumbada boca abajo, todavía sigue rezumando el ano su semen que se resbala lentamente por los labios de su vagina hasta dar de bruces contra las sábanas. Esta imagen enciende a Juan pero aunque tenga ese poder ya no es un chico de 20 años y sabe que aunque quiera más no va a poder en un rato.

-María vete a la cocina a prepararme la comida mientras que yo descanso un rato.

Se levanta y se gira mirando fijamente a su marido, en ese momento Juan puede ver como tiene los ojos rojos e hinchados y su cara  está manchada por culpa de que todo su maquillaje se le ha corrido debido a haber estado llorando.

-Si cariño.

María desaparece por la puerta de la habitación y Juan se tumba en la cama dispuesto a dormir el tiempo que pueda hasta que la comida esté hecha.

A eso de las tres de la tarde entra su mujer en la habitación.

-Juan la comida ya está hecha.

-De acuerdo María ahora voy.

María vuelve a la cocina y Juan tarda todavía un rato hasta que se despereza totalmente se levanta y llega a la cocina. Sin dirigirle la palabra a su mujer abre la nevera y agarra tres latas de cerveza y se sienta, la mujer coloca la mesa y les sirve a ambos. Cuando la mujer se dispone a agarrar la cuchara Juan golpea la mesa.

-Desde cuando los animales comen en la mesa.

-

¿Perdona

?

-Pon tu plato en el suelo y come con la boca, las zorras no están hechas para sentarse en la mesa con vuestros dueños.

María rápidamente recoge sus cubiertos y coloca su plato en el suelo justo al lado de Juan.

-Bien ahí comerás a partir de ahora, pero como te has portado mal  he decidido que hoy no vas a comer, así que tira esa comida.

María obedece y tira todo su plato a la basura y sin poder evitarlo se le escapan unas lágrimas de frustración.

-No llores cariño ven ponte entre mis piernas que te voy a dar un regalo.

María se pone a cuatro patas y gatea hasta colocarse justo debajo de la mesa. Juan se baja los pantalones y saca su polla restregándola por la cara de su mujer, notando lo húmeda que está debido al llanto, finalmente con sus propios dedos abre la boca e introduce su polla en ella.

-Hazme una mamada lenta quiero disfrutarla.

Maria se esfuerza todo lo que puede mientras que Juan se dedica a comer y a beber las cervezas que había sacado previamente. En ese momento llega Helena totalmente sudada, al entrar su padre puede ver como le cuesta hasta andar.

-Helena ven con papa

Su hija entra en la cocina. Desde su perspectiva no ve como su madre está debajo de la mesa haciéndole una mamada a su padre.

-Siéntate conmigo cuentame que tal tu primer día de gimnasio.

Helena avanza hasta la mesa y se sienta en una de las sillas.

-Horrible apenas me puedo mover, además  me han dado una dieta que debo de seguir y todo lo que hay en ella me dan arcadas.

Juan se queda mirándola fijamente y le dice:

-Tranquila te vas a acostumbrar, te van a dar muchas más arcadas de las que crees.

Juan ya está casi apunto de correrse cuando se dirige hacia su mujer.

-María no te tragues mi corrida guárdala en la boca hasta que yo te diga.

Helena se queda de piedra, en ese momento se da cuenta de que su madre está justo debajo de la mesa. Al cabo de unos segundos puede notar como su padre tiembla.

-Cariño prepara una ensalada a nuestra cerdita.

Helena prepara un poco de lechuga y un tomate cortado en trozos y la coloca justo delante de su hija. Su padre le pregunta.

-La quieres así o la prefieres aliñada mi amor.

-Pues claro que la prefiero aliñada, así da asco.

Juan sonríe ampliamente.

-Carino, aliña su ensalada ya sabes a qué me refiero.

Maria coloca su boca sobre el plato de su hija y la abre, precipitándose sobre la ensalada la mezcla de saliva y semen que guardaba en ella. Su hija mira estupefacta su plato.

-Mi amor te lo tienes que comer todo para recuperar fuerzas.

Helena al borde del llanto no puede evitar tener que acabarse todo. Una vez que acaba su padre la mira fijamente y le dice:

-Vete a ducharte ya que hueles a mierda.

Helena obedece y desaparece de allí.

-Y tú recoge la cocina que me voy a dormir la siesta.

Juan se tumba en el sofá pensando que haría en cuanto se despertara.

Continuará.

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