Mi Familia (1)

Una joven descubre la intimidad en que vive su familia.

¡Hola! Mi nombre es Verónica y tengo 20 años de edad. Soy la última de tres hijas de un matrimonio. El mayor es mi hermano Eduardo, que tiene ahora 28 años. Mi hermana mayor es Julieta, de 24, luego le sigue Susana de 21; y por ultimo yo, de 20, como ya lo había dicho.

Primero déjenme decirle como soy. Soy una joven muy hiperactiva. Me gusta ir de un lugar a otro. Estudiar, jugar, leer, etc. En fin, necesito hacer algo para no desesperarme. En casa me dicen "veloz", por "vero" de Verónica, y por veloz. ¡Que ridículo! ¿No creen? Bueno, la cosas es que todo en casa es normal, como en toda familia, excepto en algo, nos conocemos muy íntimamente cada miembro de la familia, y cuando digo "íntimamente" es a lo sexual. Como vieron, mi familia es un poco grande, contando a mis papas, pero a la vez es más grande si contamos a Laura, la esposa de Eduardo; José, el esposo de Julieta; y Xavier, el prometido de Susana (yo soy la única sola). Todos ellos son muy "íntimos" con nosotros también

Todo comenzó hace cinco años, cuando tenía 15. Los acababa de cumplir cuando tuve mi experiencia. En ese tiempo mi hermano ya estaba casado y viví en otra casa con su esposa, Laura. Solo vivíamos mis hermanas, mis papás y yo en casa. Fue una noche en que estaba dormida y de repente escuche unos ruidos. Mi hermana Susana, que ese tiempo dormía conmigo en el mismo cuarto, no estaba en su cama. Yo pensé que se había ido al baño, pero tardaba y los ruidos seguían.

Entonces decidí levantarme y saber que era. Me imagine que Susana se había levantado para hacer lo mismo. Salí de mi habitación y supe que los ruidos provenían de la habitación de mis papás. Me acerque a ella y vi la puerta media abierta y decidí checar. Los ruidos eran mas bien gemidos, pero de varias personas. Al observar hacia dentro de la habitación, me lleve la sorpresa de mi vida. En la cama estaban papá, mamá, y Susana, los tres totalmente desnudos. Mamá estaba acostada y Susana sobre ella, besándola. Papá estaba detrás de Susana, introduciéndole su pene. Quisiera decier que esto me dejo pasmada porque nunca había visto un pene.

Susana gemía con cada metida que le hacia papá. Me preguntaba si Julieta sabia de esto, ya que no estaba ahí. Yo me sentía extraña, con un cosquilleo en mi vientre. Entonces supe que estaba totalmente excitada por la escena. Introduje una mano en mi pantaleta y empecé a tocarme mi vagina de la manera en que había visto a Susana hacerlo muchas veces en su cama, sin que ella lo supiera, eso creo. Susana seguía gimiendo mas fuerte hasta que se convertían en gritos, y como no, con tamaña palote. Papá la cogia con más fuerza. Mamá se había acomodado de manera que su cara estaba debajo de la vagina de Susana. Con sus manos le habría más sus nalgas para que la verga pudiera entrar con más facilidad. "Así, papito, cógeme así", oía decir a Susana entre sus gemidos. Entonces mi papá saco su palo y lo introdujo en la boca de mamá. Ella lo chupaba, metiéndoselo hasta al fondo. Después de una chupada la dirigió de nuevo a la panocha de su hija.

Ella lamía la vagína de Susana mientras veía el pene entrar y salir. Yo estaba muy clavada en eso, que no me di cuenta que Julieta esta al lado mío. Cuando la ví ella solo hizo que una señal de que no hiciera ruido y me guiño un ojo. Juntas vimos la cogida que se estaban echando en aquella cama. Entonces papá empezó a gemir y mamá se levanto y le saco el pene de la panocha de Susana. Le dijo a Susana que se lo introdujera en la boca y ella lo hizo así. Papá le tomo la cabeza y empezó y acogerla por la boca. En eso papá grito y algo blanco empezó a salir de la boca de Susana. En ese momento no sabia que era eso, solo que habían salido del pene de papá dentro de la boca de mi hermana, creo para que se los comiera.

Pero era demasiado que le chorreaba. Julieta, que estaba de lado mío, me dijo que eso era semen y que era delicioso. Entonces me di cuenta que ella también lo hacia con mis papás. Eso me calentó más. Entonces me dijo que la acompañara a mi habitación. Y así lo hice. Ahí me explico que ella había sido introducida a la vida sexual cuando tenía 16 años, y que ahora era el turno de Susana. Me excito saber que dentro de un año yo también iba a ser introducida a ese tema. Julieta noto mi calentura y se encargo de aliviarla. Esa noche y varias más fue de maravilla la experiencia de pasar en la cama con mis hermanas. Pero eso es otra historia.