Mi falda
Mi falda estaba levantada a medio muslo, yo tendida en mi cama no alcance a ver la silueta que se erguia frente a mi ventana.
Acababa de llegar de mi trabajo, vestía una falda de tubo blanca muy pegada y una blusa azul con saco del mismo color, dejé las llaves de mi auto en la mesa y sin esperar más me tendí en la cama medio vencida ya por el sueño, el día en la oficina había estado muy agitado, mi jefe había dejado mucho trabajo y además estaba muy estresada, además de las labores lidiaba a diario con los manoseos cariñosos de mi jefe, estaba tentada a renunciar de una vez por todas pero necesitaba la plata.
Mi falda estaba levantada a medio muslo, yo tendida en mi cama no alcance a ver la silueta que se erguía frente a mi ventana. Fue hasta cuando cambie de postura a la derecha mi lado favorito para dormir cuando noté algo raro, una sombra acababa de deslizarse rumbo al patio trasero, me levante de inmediato recorrí la parte trasera de la casa sin notar gran cosa.
Cuando me servía una taza de café ( el sueño se había ido ya) sentí unas manos fuertes en mi talle, cuando intente voltear sentí también el calor de un golpe en mi cara, caí al suelo y me golpee en el muslo derecho cuando intente reaccionar el invasor me pateo en las costillas, a punto de desmayarme y con gran terror note como el tipejo subía mi falda, yo opuse una notable resistencia pero su fuerza era infinitamente mayor que la mía, sus brazos fueron 2 columnas que me tomaron por la cintura y me hicieron volar un par de metros caí de nuevo, de nuevo el dolor sordo invadió mis sentidos, mi falda fue levantada a la mitad de las nalgas y la resistencia era ya mínima,, manoseo mis senos y mis nalgas a placer, sus toscas manos se hundían en mi ano junto con mi calzón de corte francés ( nunca me gustaron mucho las tangas) me levantó después con una sola mano y me empinó contra el desayunador rompió mis pantimedias de color rosa y empezó a frotar su descomunal miembro contra mi ano, yo le repetía que no lo hiciera, por favor, por toda respuesta se hundió entre mis nalgas y bombeo duro ( creo que todavía me duele, moral y físicamente) cállate perra- me dijo, el aire me faltaba, la presión del desayunador en mi estomago casi me deja de nuevo sin sentido, el no se inmutaba, seguía y seguía y seguía, sentí como halo mi pelo y me lanzo hacia el suelo, pude ver su rostro, apenas podía ver por mi llanto y la sangre en mi rostro, era un tipo sucio alto, parecía más bien un trabajador de ferrocarril a cualquier otra cosa.
Sin perder tiempo el ferrocarrilero se abalanzo sobre mi y me bombeo la vagina a todo meter, sus testículos se pegaban en mi culo, con las pocas fuerzas que me quedaban le supliqué de nuevo y le pregunté porque hacía esto, su miembro entraba y salía yo apreté los muslos un poco, el dolor era ya insoportable, sentí como un fierro caliente, ardiente dentro de mi , de pronto su torrente de semen me inundo, fue tanto que además de llenarme me escurrió por los muslos y lleno el piso de la cocina donde me tenía tendida
Y ahí estaba, tirada semiinconsciente y semidesnuda. Vi al tipo en la puerta saliendo.
Alcancé a escuchar sus palabras, antes de irse me dijo: nada hubiera pasado si no fueras por ahí con esas faldas, de tablones, te tubo, de seda muy pegadas cortas y largas, se te ven los calzones marcados en las nalgas, vestiditos siempre faldas, siempre faldas, después se fue.
Denuncié el hecho a las autoridades, no lo han atrapado y desde entonces las pocas veces que salgo de mi nueva casa, procuro salir en pantalón, de mezclilla y no muy ajustado.
Viridianasofía.