Mi extraña vida 1
Como un error al enviar un mensaje hizo que terminara haciéndolo con mi hermano.
CAPÍTULO 1
Somos cinco hermanos en mi casa. Yo, la única chica, comparto mi hogar de Barcelona con mis cuatro hermanos mayores. Vivimos solos ya que mis padres murieron cuando yo tenía doce años. Os presentaré a mi familia:
Mi hermano mayor, Jorge, tiene veintiséis años y trabaja como pediatra en una clínica privada. Suele llevar su pelo rubio hacia atrás, lo cual hace que cuando lleva sus gafas en la punta de la nariz junto con su bata blanca, todas las enfermeras de la clínica babeen por él.
El segundo hijo es Luis. También es rubio, pero de un rubio mas oscuro. Es el típico fanático del surf y del skate, aunque se lo toma muy en serio. Siempre está sonriendo, contando chistes y haciendo bromas. Pero pese a que no lo parezca, es un genio del piano y es solista de la orquesta sinfónica nacional. Tiene veintitrés años.
El tercero es Gorka y tiene veinte años. Casi nunca está en casa. Ya sea por una fiesta, por una chica nueva o por estudiar. Está estudiando arquitectura. Tiene el pelo larguito negro y oscuro y unos ojazos verde agua por los que cualquier chica se rinde a sus pies. Incluso yo. Cuando pone cara triste, ya sea por conseguir de mi cualquier pavada, siempre cedo sin querer, aunque siempre termina por salvarme Jorge.
El cuarto hijo, y el hermano más pequeño, es Víctor Vicente, apodado Vivi (no me pregunten, fue mi madre la que eligió el nombre, y la verdad, en vida era muy excéntrica). Tiene dieciocho años, y está repitiendo segundo de bachillerato en mi mismo instituto, aunque no estamos en la misma clase. Tiene el pelo largo y rubio, el cual siempre lleva engominado. Al igual que Luis, es un fanático del skate, además de un genio del video.
Por último, y cómo única hermana, estoy yo, Alexandra, de diecisiete años, aunque todos me llaman Alex o Lexis. Tengo el pelo largo, liso y rubio oscuro. Mi piel es blanquísima, aunque me paso todo el verano tomando el Sol. Aunque mi familia es de genios, soy la única sin un talento especial. Excepto volverles locos.
Todo comenzó por error una tarde de verano. Había un chico con el que llevaba tonteando un par de meses, así que un día me decidí y le conteste un SMS de forma confesionaria:
“Ya no puedo vivir más sin ti. No paro de soñar contigo, que nos fundimos en uno
todas las noches. Me gustas mucho”
Y muchas cosas más picantes.
Pero al enviarlo, sin querer se lo mandé a Gorka, el cual estaba al otro lado del sofá. Cuando escuché el politono de los mensajes que yo le enviaba, me quedé petrificada. Estábamos solos en casa, por lo que aumentó la inquietud. Me miró de reojo y noté cómo me comía con la mirada. Hacía algún tiempo que no paraba de mirarme a cada momento. Esta vez yo solo llevaba una camiseta de tirantitas blancas y unos shorts muy cortos.
- ¿Puedes explicarme que pasa con este mensaje?
-Mmm, esto...yo...me he confundido, lo siento. No era para ti.
-Ah, ¿y para quién era?- dijo mientras se iba acercando a mí con esa carita suya triste- Ya que me has decepcionado, al menos dime con quién- ¿decepcionado? Se sentó a mi lado de rodillas y puso un brazo al otro lado de mi cintura. Su cara estaba muy cerca mía.- Venga...
-Ok ok , se llama Juan, lo conocí en un Chat y hemos estado hablando por mails y sms durante un par de meses, pero no se lo digas a Jorge, se cabrearía un montón- era verdad, era muy protector conmigo.
-Bueno... creo que podría hacerte el favor a cambio de algo de tu parte...- dijo metiendo su mano entre mi culo y el sofá y atrayéndome hacia él.
Bajó la cabeza suavemente hacia mí y me besó. Fue un beso suave y que apenas duró unos segundos. Un simple roce. Se alejó un poco y me miró. Sus ojos me tragaban. Volvió a besarme, esta vez con más pasión. Fue uno de esos besos cargados de deseo y desenfreno, en los que crees estar a mil metros sobre el cielo. Metió la mano por mi espalda y comenzó a quitarme la camiseta.
-¡Noo! – dije empujándole- ¡¿es que te has vuelto loco o qué?! ¡Joder Gorka que somos hermanos!
-Ah, ya veo, ya. ¿Acaso quieres que les enseñe ese mensaje tan obsceno a los otros?
-No...es que yo...-no sabía que decir. Me miraba con esos ojos verdes tan llenos de ternura y lujuria a la vez, que no supe cómo acepté.
-Mira Lexis, llevo demasiado tiempo pensando en ti. Sé que esto no se nos está permitido, pero eso es cosa de los seres humanos actuales. En las monarquías europeas se casaban entre primos y en el Antiguo Egipto entre hermanos. Pero no nos desviemos del tema, el caso es...que yo te amo. No cómo hermana, sino como mujer.
-Eso es mentira... ¿y las chicas con las que sales?- dije deseando que con eso me dejase.
-Las usaba para intentar olvidar el hecho de que te amo. Pero si me aceptas no las volveré a ver jamás
Y acto seguido volvió a besarme. Intenté liberarme pero ese beso era tan intenso...
Sentía cada beso mientras bajaba por mi cuerpo como llamaradas de fuego. Fue bajando por el cuello y al llegar al borde de mi camiseta, me la quitó. Yo ya había besado a otros chicos e incluso me quedé en ropa interior, pero con Gorka era distinto. Me sentía avergonzada. Finalmente consiguió quitarme el sujetador. Me quedé con la mirada aun lado y los brazos en ambos costados. Se alejó y me contempló.
-Eres tan hermosa..., dime, ¿hasta donde has llegado con un chico?- dijo volviendo a acercarse y a comenzar a chupar mis pezones. Solo con un roce de sus labios se me pusieron duros.
-Yo...solo enrollarnos, quedarnos en ropa interior y eso, pero nada más.
De repente se quedó quieto. Levantó la cabeza y me miró con furia.
-Haré que te olvides de ellos.
Se abalanzó sobre mí y me beso haciendo que se nos desbordasen las babas, se quitó la camiseta y los pantalones mientras yo recuperaba el aliento.
-Gorka, esto está mal. Además, yo... aún soy virgen,
-Por ello no te preocupes, no te haré daño. Cierto que te dolerá un poco, pero luego te haré sentir muy bien.
Bajó a mi ingle y me lamió con la lengua por fuera de las bragas. Al cabo de un rato me las quitó y mi chochito quedó al aire. Lo contempló en toda su magnificencia, ya que estaba completamente depilado para poder usar bañador sin problemas. Pasó un dedo con suavidad y abrió los labios. Comenzó a pasar su lengua por mi rajita lentamente. Sentía un cosquilleo extraño y a la vez impaciente. Comenzó a meterme un dedo por el agujero de la vagina, que al principio me dolió, pero luego me gustó.
-Con que ahí estaba. Hay que ver que bien tenías escondido tu tesoro Lexis.
Con toda la boca comenzó a comerme el coño y lamiéndome especialmente el clítoris.
Al poco tiempo sentía que me meaba, o eso creía. Cerré los ojos. Mis amigas me habían dicho que eso era correrse, peo que no era pis, sino algo distinto que derramábamos cuando llegamos al orgasmo. Es decir que eso fue mi primer orgasmo
Gorka continuó sorbiendo mis jugos. Hacía rato que había sacado su polla y estaba masturbándose. Mientras me recuperaba e intentaba recobrar el aliento, me fijé en ella. Estaba enormemente erecta apuntando hacia el ombligo.
-¿Impresionada? Mide cómo veinte centímetros. Las chicas con las que he estado dicen que es más grande de lo normal.
Al escucharle hablar de otras chicas no se lo que me entró y me abalancé sobre él besándole y cayéndonos ambos a la alfombra, quedando yo encima. La lujuria se había apoderado de mí. Bajé chupando y besando por todo su pecho y parándome para morderle los pezones. Solo una mordida y me giró, quedando yo boca arriba.
-¿Qué fue eso? ¿Te pusiste celosa?- dijo con esa sonrisa torcida suya que me cortaba el aliento.
-No...yo solo...-me calló volviendo a besarme.
Poco a poco fue rozando con su glande mi rajita, haciéndome rabiar. Entonces la metió. Me comenzó a penetrar lentamente. Yo sentía un placer increíble. Hasta que llegó a la prueba de mi virginidad. Sentí un dolor intenso, con el que solté dos lágrimas.
-Tranquila, solo será un momento. Ya no te volverá a doler nunca más- dijo mientras sorbía mis lágrimas delicadamente.
Entonces comenzó a penetrarme lentamente, de adentro a afuera. La sacó un momento. ¿Porque la sacaba? Dios, me estaba muriendo.
-¿Por qué la sacas?
-Ah, ¿con que ahora si quieres, en? Tranquila enseguida sigo, solo me estaba poniendo el condón, ¿o es que quieres quedarte embarazada con solo diecisiete años?
-No...- y antes de que pudiera hablar me la metió de una embestida impresionante.
-Lo siento no pude esperar- y acto seguido me besó y volvió a follarme lentamente.
Yo estaba en el punto de la desesperación. Mi cuerpo, pese a ser mi primera vez, pedía a gritos que lo hiciera rápido.
-Aaah...por favoooor....más rápido...-dije de forma casi inaudible. Pero el me oyó.
Comenzó a follarme más y más rápido, sin detenerse. Volví a sentir esa sensación otra vez. Y otra. Y otra más. Con cada una un gemido de placer.
-Aaah... ¡me voy correr otra vez!
-Espérame...-nunca antes había visto a mi hermano con esa cara. No paraba de besarme en los labios y el cuello.
-¡Aaaaaaah!
Finalmente nos vinimos a la vez. Sentía como los líquidos que emanaban de mi interior se escurrian po mis piernas. Él se desplomó sobre mí y se quedó ahí tumbado, jadeando durante un rato. Se tumbó a mi lado y me rodeó con los brazos. Lo último que recuerdo antes de despertarme en mi habitación es un suave beso en los labios y un susurro:
- Te amo.
Continuará....