Mi experimentada prima
Un inocente chico va a pasar las vacaciones a la finca de su tío y su prima
El autobús me dejó en una parada en medio de la nada, cogí la mochila y extendí el mapa que me había dado mi padre y que indicaba como llegar a la finca de mi tío. Por lo visto tenía que caminar todavía un kilómetro por la carretera hasta llegar a la entrada. Resignado eché a andar, estábamos en pleno mes de julio y en el sur de España, así que el camino hasta la propiedad de mi tío se hizo un infierno.
Cuando llegué a la entrada me recibió un guardia con cara de pocos amigos al que nadie le había avisado de mi llegada. Tuvo que llamar por teléfono a mi tío para que se lo confirmase y, a regañadientes, me dejó pasar. Todavía tuve que recorrer otro buen trecho hasta la casa mientras contemplaba alucinado la enormidad de la propiedad, era increíble que mi tío se hubiera hecho rico vendiendo chorizos y jamones, solía decir mi padre (su hermano) con envidia mal disimulada. En general ni mi tío Paco ni mi prima Cata caían bien en la familia. Él porque era considerado poco menos que un nuevo rico paleto y ella, al parecer, porque era una consentida y, sobre todo, bastante "ligera de cascos". Todavía me acuerdo del escándalo que se formó en mi familia cuando mi tío le regaló una operación de aumento de tetas por su 18 cumpleaños. Yo hacía muchos años que no los veía, pero de todas formas acepté su invitación a pasar con ellos unos días después de haber aprobado el examen de acceso a la universidad.
Mientras iba llegando vi como mi tío salía de casa para recibirme, acompañado por su novia actual, la que se había echado después de divorciarse de mi tía y que había supuesto un nuevo escándalo familiar, pues se trataba de una polaca a la que había contratado primero para trabajar en la finca y después la había hecho su secretaria.
Como corresponde a un hombre de campo como mi tío Paco, me recibió con un fuerte abrazo que casi me rompe varias costillas y no paró de decir lo mucho que había cambiado y tal y cual. Me presentó a su novia la polaca cuyo nombre no fui capaz de recordar y que por cierto estaba bastante buena.
-Tendrás que perdonar a tu prima Cata que está durmiendo, ayer debió de volver muy tarde y está en la
-Estoy aquí papá-dijo una voz a nuestras espaldas-Con las voces que has dado sería difícil no despertarse.
Nos dimos la vuelta en dirección a mi prima y me quedé alucinado al verla, había cambiado mucho desde la última vez que nos habíamos visto con 13 años, era un auténtico pivón, morena y con un cuerpo que parecía bastante apetecible, llevaba puesto un pijama de verano que por debajo apenas le cubría el culo, dejando ver unas piernas largas y torneadas. Por encima no pude observar gran cosa, aunque la famosa operación de aumento de pecho parecía haber salido muy bien.
Cuando me quise dar cuenta estaba pegada a mí y me dio un beso en la mejilla, por cierto que los dos sentimos un calambre, aunque esa no fue la única reacción de mi cuerpo cuando noté el suyo tan cerca.
Debo decir que a mis 18 años mi experiencia en el sexo era nula, lo máximo que había hecho era meter mano a alguna chica borracha en discotecas, pero por lo demás seguía dándole a la manivela todos los días, quizás por mi falta de experiencia el encontrarme con una maciza como mi prima me había excitado tanto.
-Bueno, voy a intentar dormir si mi padre me deja, nos vemos luego-dijo mientras me guiñaba el ojo y se metía de nuevo en la casa.
Mi tío y yo nos quedamos en silencio mientras veíamos como entraba en la casa.
-Está un poco descarriada, pero pronto la voy a poner a trabajar en la empresa y espero que se centre un poco. Pero en fin, supongo que estarás cansado después del viaje con todo este calor, deja la mochila aquí que el guardia te la subirá a tu cuarto.
Me estuvo enseñando toda su propiedad, la verdad es que a pesar de lo grande que era apenas tenía una piscina y unos cuantos caballos que utilizaban mi tío y mi prima para ir por el campo. La casa estaba decorada con una evidente falta de gusto, propia de un nuevo rico como mi tío, llena de cornamentas y trofeos de caza, aunque era muy espaciosa.
Después de comer mi tío me pidió ayuda para cargar unos trozos de madera en un camión, tarea que se me hizo infernal, en parte por el calor y en parte porque no estaba hecho para las labores del campo.
-Eres igual que tu padre, los de ciudad sois demasiado delicados para otras cosas. Te dejo en paz, puedes ir a la piscina si quieres, ya termino yo.
La verdad es que fue un alivio poder librarme de esa carga tan pesada, volví a mi habitación y me puse el bañador, de camino a la piscina me encontré a mi prima lavando el coche con una manguera, iba vestida con una camiseta vieja con algunos jirones y unos pantalones cortos que apenas le cubrían el culo, joder con la niña
-¿Adónde vas primito?
-Para empezar me llamo Miguel y no primito, y voy a la piscina, ¿sabes dónde está?
A mi prima se le iluminó la cara
-¿Cómo no voy a saberlo si vivo aquí, primito? Mira, a mí también me apetece un baño, espera que vaya a por mi bañador y vamos juntos.
Me extraño un poco su actitud pues estaba claro que no había terminado de lavar el coche y en su cara había un rastro de malicia que me inquietaba.
Cuando llegamos a la piscina nos dimos cuenta que no habíamos cogido toallas.
-Genial, ¿Cómo me tapo yo para cambiarme?-dijo en broma, aunque yo no lo capté
Era cierto, mi prima todavía no se había puesto el bikini.
-Mmmm bueno, si quieres me doy la vuelta y no miro
-Jajaja primito ¿me vas a decir ahora que no has visto a ninguna chica desnuda?
Inmediatamente me ruboricé.
-Bueno como quieras debe ser que los de pueblo no tenemos tantos remilgos, venga date la vuelta
¿Sería verdad que estaba dispuesta a desnudarse delante de mí o sólo lo había hecho para provocar? En cualquier caso no podía saberlo pues ya me había dado la vuelta, escuché como mi prima se quitaba la ropa y me excité un poco al saber que la tenía desnuda a escasos metros, pero lo mejor fue al descubrir la sombra de su silueta, no es que se viera la perfección, pero permitía ver la silueta de su cuerpazo y sobre todo el contorno de sus enormes tetas, prefería dejar de mirar pues notaba algo creciendo en mi entrepierna.
-Ya está, lista
Me di la vuelta y vi a mi prima en bikini.
Supongo que tendré que describirla, aunque en ese momento me quedé bloqueado. En fin, llevaba un bikini amarillo chillón, que apenas contenía sus tetas, las piernas largas y estilizadas, cuando se dio la vuelta lo que más morbo me dio fue ver un tatuaje tribal que tenía en la espalda, al final de la espalda, lo de los tatuajes es algo que me da mucho morbo, lo admito. Además de eso el culo se veía duro y respingón, una pena que el bañador le cubriera bastante, ¿por qué no llevaría tanga ahora?
Cogió una revista, se puso en la tumbona y la empezó a leer, yo decidí meterme lo más rápidamente posible en el agua mientras notaba a mi polla crecer por momentos, por suerte alcanzó su máxima longitud cuando ya estaba metido en el agua donde Cata no podía verme.
Necesitaba el contacto del agua fría para tranquilizarme y aclarar mi cabeza, yo que solo había visto tías así en las revistas ahora la tenía a escasos metros de mí y además bastante cachonda, comencé a hacer largos por la piscina para tranquilizarme, no podía quitármela de la cabeza pero joder, era mi puta prima, ¿en qué estaba pensando?
No sé cuanto tiempo estuve nadando y comiéndome la cabeza cuando vi que Cata dejaba la revista, se levantaba y volvía de nuevo a la casa, cuando volvió llevaba el mp3 y unas gafas de sol en la mano, yo seguía a lo mío vigilándola con el rabillo del ojo, se puso las gafas y la música a todo volumen, la escuchaba desde la piscina mientras nadaba, se recostó en la tumbona y empezó a tocarse la espalda, por el nudo del bikini, que dejó caer al suelo antes de volver a tumbarse.
Sumergí la cabeza y empecé a bucear antes de verlo. Mejor dicho, de verlas. Mi prima se había puesto en top less delante de mí. Buceé y buceé, no quería salir a superficie, pues sabía que irremediablemente iba a mirarlas. Salí a coger aire y nadé, solo se oía la música de su mp3 y el agua de la piscina. Llegué al otro extremo de la piscina, ya no podía seguir nadando, me apoyé en el bordillo y giré la cabeza hacia ella, intenté engañarme a mi mismo pensando que como estaba tomando el sol no me podría ver, pero le miré las tetas.
Eran grandes, decididamente. Grandes pero no enormes, en su tamaño justo, los que si eran grandes eran sus pezones y las areolas que los rodeaban. Lo mejor fue lo del piercing en el pezón derecho, una lástima que no pudiera distinguir la forma desde la piscina. Me quedé mirándolas un buen rato, me daba todo igual, ella se recostó un poco en la tumbona y vi como se agitaban.
Me di la vuelta y miré en otra dirección. Instintivamente me empecé a tocar la polla, al principio solo la manoseaba, luego me metí la mano por el bañador, por suerte la locura sólo duró unos segundos, logré entrar en razón, la erección tardó en bajar pero bajó, salí de la piscina y volví a mi habitación sin ni siquiera mirar a mi prima.
En ese momento pensé que no me había visto, y cuando ella se metió en el agua juzgué que lo mejor era que yo saliera para evitar más situaciones imprevistas, me tumbé de espaldas sobre la hierba mientras la erección bajaba lentamente. Más tarde estuvimos hablando un buen rato de lo divino y de lo humano, al parecer la fama de calientapollas de mi prima parecía estar bastante justificada, por lo que dejó caer a lo largo de la conversación "conocía" a muchos chicos de la zona. Tristemente mi currículum amoroso no era tan largo como el suyo y ella esbozó una sonrisa maliciosa cuando confesé que no había estado con ninguna chica.
La cena transcurrió con normalidad, por suerte por la configuración de la mesa mi tío tapaba la mayor parte del cuerpo de mi prima y acaparó toda la conversación, así que no se repitieron escenas como la de la piscina. Después de cenar cada uno se retiró a su habitación. Mi prima me ofreció bañarme en la piscina otra vez pero decliné la invitación con la excusa de que estaba cansado por el viaje.
Eran las dos de la madrugada, yo estaba leyendo en la cama con insomnio, intentándome convencer de que no conciliaba el sueño por el calor y no por haber visto a mi prima medio desnuda en la piscina. En eso estaba cuando escuché pisadas fuera y algo escabullándose cerca de la ventana. -Psss! primito! ¿Estás ahí? Me di un susto bien grande cuando me encontré a mi prima en camisón en la ventana -¿Qué pasa? ¿No ves las horas que son? -Déjate de chorradas y ven conmigo, sal por la ventana y no por la puerta, que nos pueden oír -¿Pero se puede saber qué coño pasa? -Ven aquí imbécil y te lo explico, pero no hagas ruido que vas a despertar a todo el mundo Como pude salí por la ventana -Mi padre se está follando a su novia, vamos a verlo -Estás loca o qué -¿No decías que nunca habías visto a nadie follar, que no sabes nada de sexo? -¿Y si nos pillan? -No seas tonto, la habitación de al lado tiene un pequeño agujero desde el que podemos mirar, y ellos no nos van a ver, estarán atentos a otras cosas Sin esperar mi respuesta me agarró de la mano y fuimos hacia el otro extremo de la casa, donde estaba la habitación de mi tío. Mi prima abrió la puerta de la habitación de al lado cuidadosamente para no hacer ruido, era un cuarto que no se utilizaba y solo tenía una mesa con un par de sillas. La luz del cuarto de mi tío se filtraba por un pequeño agujero en la pared. -Cata estamos haciendo una locura, como nos descubra estamos muertos -Sólo un poquito, esto lo hago casi todos los días, fue Guillermo el guardián el que me ayudó a hacer el agujerito en la pared, aunque él no se puede imaginar para lo que es jajaja Yo estaba un poco asustado pero en el fondo me moría de curiosidad por ver a dos personas follando en vivo y en directo y no en video como solía hacer. Con mucho cuidado se puso de rodillas y miró por el boquete, sonrió y volvió hacia donde yo estaba y me susurró al oído. -Hemos tenido suerte, acaban de empezar, compruébalo tú mismo Fui de puntillas hacia la pared y antes de poder mirar escuché la voz de mi tío. -Chúpamela puta Me quedé alucinado del lenguaje que usaba, me agaché y al principio el reflejo de la luz me cegó, pero la escena que vi no se me quitará nunca de la cabeza, mi tío estaba sentado al borde de la cama mientras su novia, la polaca, de rodillas, agarraba su polla dispuesta a mamársela. Con la mano izquierda empezó a acariciar sus testículos mientras que su lengua comenzaba a chupar la punta de la polla de mi tío. Él la sujetaba por el pelo hasta que su novia se metió toda su polla de una vez en su boca y comenzó la mamada. -Así me gusta, la sigues chupando igual de bien que cuando te conocí en aquel puticlub Vaya, así que la historia de que había conocido a la chica esa en el trabajo no era más que una excusa, ahora me enteraba de que en realidad había sido puta. La polaca seguía chupando con dedicación, yo miré alucinado a mi prima, con una mano me pedía silencio pero con la otra pude ver que se empezaba a tocar por encima del camisón -¿Quieres mi leche? ¿Quieres tragarte mi leche? Su novia movió la cabeza en señal de afirmación mientras saboreaba el rabo de mi tío -La tendrás, pero deberás esperar un poco. Termino con la mamada y la tumbó sobre la cama, al mismo tiempo mi prima se puso en cuclillas detrás de mi, me agarró del hombro y mi susurró al oído -Ahora viene lo mejor, mira y aprende Mi tío se puso encima de ella y poco a poco fue metiendo su pene en el coño de su novia -¡Dios! Me encanta! sigue metiéndomela no pares-dijo la polaca Empezaron a follar a un ritmo bastante fuerte, parecía una peli porno, mi tío debía de ser un follador bastante experto porque su novia no hacía más que correrse, o al menos gemía de una forma escandalosa. A estas alturas yo estaba completamente empalmado, con la polla como un asta de bandera, por un lado viendo poco menos que una peli porno y por otro sintiendo a mi prima pegada a mí e igual de caliente que yo. Pasado el tiempo ella se puso a cuatro patas y mi tío la siguió follando en esa posición. De repente noté la mano de mi prima moviéndose por mis calzoncillos, traté de girarme para ver que hacía pero con la otra mano me agarró con fuerza y me susurró que no me preocupara y siguiera mirando la escena. Mientras mi tío y su novia seguían a lo suyo la ágil mano de mi prima se metió por mis calzoncillos hasta tocar mi polla. -Cata que cojones estás haciendo -Tranquilo, vamos a jugar un poquito, no tiene nada de malo Sus dedos recorrían mi polla como si midieran su longitud y su grosor
-No está mal primito, no está mal Acto seguido comenzó a masturbarme, yo casi grito al sentir sus dedos pajeándome pero por suerte me contuve, lo cierto es que no quería que parara, lo hacía muy bien, se notaba que tenía experiencia. -Shhh, relájate y disfruta, ya te hubiera gustado que te hiciera esto mientras me mirabas las tetas en la piscina ¿verdad? ¿O te crees que no te vi?-susurraba a mi oído mientras me pajeaba. Mientras tanto me tío parecía dar muestra de estar a punto de correrse. -¿No querías leche? Pon la carita que la vas a tener toda Sacó su rabo del castigado coño de su novia y lo se lo puso en la cara, se masturbó y a los pocos segundos se vació por completo en el rostro de su novia. Yo no podía más, mi prima me estaba pajeando mientras me decía guarradas al oído y me mordía la oreja, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo y tuve la mayor corrida de mi vida, lancé hasta cinco enormes chorros de lefa que impactaron contra la pared o resbalaron por la mano de Cata. El orgasmo había sido tan intenso que me caí de rodillas, mi prima tuvo que aguantarse la risa y salió a toda velocidad con su mano llena de mi lefa y lo que es peor con los pantalones de mi pijama dejándome a mí en el suelo recuperándome y medio desnudo. Permanecí así un rato mientras mi tío se dormía y su novia se daba una ducha para limpiarse el abundante esperma que cubría su cuerpo. Como pude salí con el rabo al aire y aturdido por la ventana hasta mi cuarto, anda que si me encontraba al guardia y me veía así... Cuando iba hacia mi cuarto pasé por la habitación de mi prima, intenté abrir la puerta para pedirla explicaciones pero había echado el pestillo y no se oía nada al otro lado. Conseguí llegar a mi cuarto y nada más tumbarme en la cama me quedé dormido. Mañana habría tiempo de aclarar algunas cosas.
Me levanté tarde, ya era casi la hora de comer y estaba bastante confuso, la enorme erección con la que desperté me recordó lo que había pasado la noche anterior.
Mi prima se comportó como si nada hubiera pasado a lo largo del día y apenas me dirigió la palabra. Terminamos de cenar y me metí en la habitación para leer. Así llevaba un buen rato cuando se me ocurre levantar la vista y mirar por la ventana. El susto que me di fue de campeonato, allí estaba una vez mi prima apoyada en el alfeizar como la noche anterior.
-¿Se puede saber qué coño haces? ¿Siempre espías a la gente así?
-Jajaja tranqui Miguel te recuerdo que no soy la única a la que le da por espiar en esta casa, ¿o es que ya no te acuerdas de lo de anoche? De todas formas sólo quería decirte que te vayas arreglando porque vamos a bajar al pueblo a salir un poco ¿o pretendes quedarte un viernes por la noche en casita? Te espero en la salida en 20 minutos.
Con 10 minutos de retraso mi prima apareció con un vestido con tirantes muy ajustado que hacía que sus tetas pareciesen a punto de desbordarse, en cuanto se dio la vuelta para abrir el coche pude observar un poco del tanga granate que se había puesto, mientras íbamos en el coche ella agarraba muy fuerte la palanca de cambios y la manoseaba con una sonrisa pícara.
Cuando llegamos a la discoteca me di cuenta de que estábamos en un pueblo de bakalas y canis, y yo, el niñito de la capital, desentonaba un poco. Tampoco me pasó desapercibido que mi prima parecía conocer a la mayoría de los chicos del pueblo.
La noche se me hizo bastante larga, mi prima anduvo tonteando con un montón de tíos, yo la observaba y me ponía como una moto ver como los entraba, los calentaba, con algunos se ponía a bailar, incluso a más de uno le pasó el culo por la polla. Les dejaba a todos bastante calientes pero no se enrollaba con ninguno, como mucho algún pico, de hecho podía observar como algunas chicas la tachaban de puta y la miraban con envidia por levantar tantas pasiones entre los tíos de la discoteca.
A las cinco de la mañana la discoteca cerró, varios chicos intentaron aprovechar la ocasión para entrar a mi prima, ella se hizo la tonta.
Volvimos al coche, mi prima estaba un poco bebida así que decidimos que fuera yo el que lo llevase hasta la finca. Por el camino me prima no paraba de abanicarse con la mano.
-¿Hace mucho calor no? Creo que voy a tener que refrescarme un poco
Acto seguido se bajó los tirantes del vestido mientras me miraba. La verdad es que me estaba cansando un poco de su juego ¿quería follar conmigo o no? Si quería que lo dijese claramente porque esto de estar todo el día con la polla dura como una piedra ya me estaba agotando.
Llegamos a la finca, mi prima iba tan borracha que se iba tropezando y no paraba de reírse, y yo mientras sujetándola y rezando para no despertar a mi tío o alertar al guardia.
Mientras avanzábamos por la casa Cata apoyaba su cuerpo contra el mío, y podía notar el tacto de sus tetas contra mis brazos. Con dificultad llegamos a nuestras habitaciones, yo no sabía muy bien qué hacer. Cuando me disponía a entrar en el mío mi prima me habló desde la puerta del suyo.
-Primito ¿puedes venir un momento? Creo que el aire acondicionado no funciona.
Entré a su cuarto y cogí el mando a distancia, lo pulsé pero no parecía funcionar.
-¿Con el calor que hace no pretenderás que duerma sin aire no?
Comencé a examinar el aparato mientras a mis espaldas escuché como mi prima se quitaba el vestido. Mi corazón se puso a mil por hora ¿habría llegado el momento?
-Ya sé lo que pasa, se te había olvidado enchufarlo
Como ella no contestaba me di la vuelta y me la encontré enfrente a escasos centímetros de mi, en ropa interior. Llevaba un sujetador negro que apenas contenía sus tetas y el tanga granate que había visto antes.
Hubo varios segundos de tensión hasta que mi prima me agarró una mano y la colocó sobre sus tetas. Yo me quedé petrificado. En verdad era un panoli, tenía un pivón enfrente de mi y no sabía como reaccionar
-Vamos Miguel bésame no te quedes ahí parado.
Un poco nervioso le planté un beso en la boca, no tenía mucha experiencia tampoco pero en cuanto nuestros labios se tocaron ella abrió la boca y me metió la lengua hasta la campanilla.
Mi corazón se desboco, ella empezó a acariciarme la polla, que ya estaba dura como una piedra, sentir sus tetas estrujándose contra mi casi me hace perder el control, yo estaba temblando de los nervios, imaginarios que vuestra primera vez os ponen delante a una de esas chicas perfectas que se hacen fotos con la webcam mostrando sus tetas y su culo, pues así estaba yo.
Viendo mi falta de experiencia se desnudó, me quitó la ropa y me tumbó sobre la cama mientras ella se recostaba sobre mí para tomar el control de la situación. Agarró mi polla y la masturbó un poco para que lograse tener su máxima erección, a continuación se echó el pelo hacia atrás, me lanzó una mirada pícara y se metió lentamente mi polla en la boca. Cuando noté su boca caliente ensalivando mi rabo estuve a punto de explotar, ella me la chupaba lentamente mientras que con sus manos me acariciaban los testículos. Cerré los ojos y me dejé llevar, sabiendo que no aguantaría mucho sin correrme, no había pasado ni un minuto cuando noté que no aguantaba más.
-Voy a correrme... ¡joder!
Antes de poder acabar la frase mi polla explotó en la boca de mi prima que, sorprendida, logró sacar mi pene solo para conseguir que los últimos chorros de mi abundante corrida impactaran en su cara, cubriendo de leche sus labios y su nariz.
-¡Vaya corrida! ¿Tenías muchas ganas, no?
Yo estaba un poco avergonzado por haberme corrido tan pronto y no dije nada. Cata se levantó y fue al baño a lavarse la cara y escupir el semen que llenaba su boca. Volvió a la cama y se tumbó a mi lado, acariciando mi pecho.
-Tranquilo, la primera vez siempre es así-dijo intentando tranquilizarme-de hecho he tenidos rollos de una noche que iban de muy machitos y expertos y luego no aguantaban ni un asalto. Pero por lo que veo tu ya te has recuperado.
Era verdad, miré a mi polla y ya estaba otra vez empalmada, mi prima la estrujó un rato y luego se incorporó sobre mí y poco a poco fue encajando mi polla en su coño. Cuando noté como mi miembro se iba introduciendo en su agujero cálido y húmedo estuve a punto de explotar otra vez pero por suerte logré contenerme.
Cuando tuvo dentro de ella mi pene puso mis manos sobre mi pecho y comenzó a cabalgarme
-Sí, sí, clávamela hasta el fondo-dijo mientras empezaba a gemir
Esto sólo logró calentarme más y me incorporé un poco para lamer sus tetas y sus pezones mientras ella seguí follándome, me agarró la cabeza para que no la dejara de lamer mientras sus gemidos se hacían cada vez más profundos.
-Métemela más, cabrón, más al fondo
La agarré de la cintura y acompañaba sus movimientos, intentando que mi pene llegara hasta lo más profundo de ella, mientras sus fluidos bajaban por mi polla hasta las sábanas.
De pronto noté que clavaba sus uñas en la espalda y se estremecía, corriéndose entre gritos. Yo estaba alucinado, ¡había logrado que mi experta prima se corriera en mis brazos!
Ella no se había cansado ni mucho menos, sacó mi polla de su encharcado coño y se puso a cuatro patas sobre la cama, enseñándome el camino
-¡Métemela, no pares!
Yo agarré su cintura con un poco de nerviosismo y de un golpe le volví a clavar la polla ayudado por la lubricación de su vagina, comencé a penetrarla de nuevo, al principio había veces que se me salía la polla o no lograba meterla bien en esa nueva postura pero pronto le cogí el truco y follamos violentamente, lo que más me excitaba de ella eran sus insultos, sus gritos, sus jadeos, se corrió otra vez más entre gritos y aferrándose a las sábanas yo no aguanté más y a pesar de que durante el polvo me había avisado que no me corriera dentro pues no tomaba la píldora, sentí mi polla hincharse y eyaculé hasta la última gota de semen dentro de mi prima, dando un fuerte grito mientras la llenaba por completo.
Caímos rendidos y sudados en la cama uno encima del otro, agotados por el increíble polvo que habíamos echado.
Permanecimos así durante unos minutos, con nuestros cuerpos entrelazados, ella se levantó y me dio un beso en la boca antes de ir al baño a lavarse, yo observé como mi semen resbalaba por sus piernas hasta llegar casi al suelo, mi eyaculación tenía que haber sido muy abundante.
Pero ya no era el niño inocente que había llegado hace unos días a esa finca, me levanté y entré en el baño cuando mi prima se estaba lavando, ella se sorprendió cuando me vio aparecer por detrás, yo la agarré por la cintura y luego por las tetas, la tenía contra la pila del baño, ella estaba de espaldas a mi y yo veía reflejadas sus tetas y su preciosa cara en el espejo del baño. Estrujé sus tetas mientras mi polla crecía hasta volver a estar lista.
Sin más dilación, mientras mi prima todavía no se había recuperado de la sorpresa, introduje mi polla en su coño de una vez, notando mi semen que le había dejado en nuestro primer polvo.
Pasada la sorpresa inicial ella se excitó muchísima al sentirse follada tan violentamente y empezó a mojarse de nuevo, follamos de pie, ella de espaldas a mi y contra el espejo del baño, agarrada al lavabo, mientras yo la estrujaba las tetas y volvía a vaciarme entre gritos dentro de ella pocos minutos después. Estábamos los dos sudados y llenos de semen, así que nada mejor que darnos una duchita en la que después de enjabonarnos los cuerpos mutuamente mi prima fue capaz de arrancarme otra corrida esta vez haciéndome una paja antes de volver a la cama a dormir.
Por la mañana nada más levantarnos volvimos a las andadas y follamos como locos, fue un anticipo de los polvos que seguimos echando hasta que tuve que volver a Madrid. Follábamos en todas partes, a veces lo hacíamos al aire libre en mitad del campo (mi prima decía que le daba morbo que nos pudiera ver el guarda), en la habitación de al lado de mi tío, mientras él se follaba a su novia, o en la piscina.
Lo cierto es que cuando volví a casa me costó mucho olvidar a mi prima, no paraba de enviarla mensajes e intentar hablar con ella, al principio me contestaba pero poco a poco se fue olvidando de mí, seguramente yo había sido otro rollo más y ahora estaría con otro tío. Aunque me costó aceptarlo y pasé por una mala temporada en la universidad empecé a salir con otra chica y poco a poco se me pasó, ahora coincido con mi prima en muchas reuniones familiares y aunque nunca hemos hablado de lo que hicimos ese verano cuando nuestras miradas se cruzan se nota que los recuerdos de esos días permanecen frescos en nuestras mentes.