Mi experiencia con una trans
Un viaje a otra ciudad y descubro la mejor trans que hubiera conocido en mi vida.
Había llegado a la ciudad a primera hora de la mañana y en el Hotel todavía no tenían la habitación disponible. Estuve ojeando el periódico con la intención de hacer una visita a una trans esa misma tarde, puesto que hasta el día siguiente no tenía mucho que hacer. No iba a ser la primera, ya había tenido muchas experiencias, algunas buenas, otras regulares y algunas pésimas.
De pronto vi. un anuncio en el que una chica muy dotada de nombre Kathy, aseguraba una experiencia única. Era ella activa-pasiva, cariñosa, implicada y hacia referencia al efecto amante. Tome nota de su número de teléfono y espere paciente hasta tener mi habitación y poder llamarla.
Era muy cariñosa al hablar con ella. Le dije que parecía un poco aburrida y ella me dijo que llevaba dos días sin salir y además sin clientes, pero como tenia que pagar sus facturas, no tenía más remedio que continuar allí. Tras un poco de charla, se animo y me dio muy buen rollo. Tome nota de su dirección y me dijo que cuando llegar a esa calle que la volviera a llamar y me confirmaría el numero y el piso.
Me duche y arregle con una velocidad ajena a mi costumbre, baje a recepción y pedí un taxi. El taxi me dejo mas o menos donde ella me había informado y con celeridad efectué la llamada. Me contesto enseguida y me facilito la dirección exacta.
La finca era una de esas que hay cientos en cada ciudad, sin ningún rasgo especial. Tampoco estaba muy cuidada la escalera ni el ascensor, con infinidad de pintadas y rayas hechas posiblemente con alguna llave.
Baje en el segundo piso y me dirigí a la puerta en el mismo instante en que ella me abría la puerta. La impresión fue alucinante. Era preciosa, con ese pelo oscuro largo y sus ojos verdes con mirada triste. Su boca era una flor y parecía natural. Nos dimos un pico y pasamos al salón. Llevaba puesto únicamente un ligero vestido rojo. Nada más. Me sorprendió que fuera descalza pues en general no recordaba haberle visto los pies a ninguna trans con la que había estado.
Su culo me encandilo y me obligue a mi mismo a tranquilizarme para que pudiera durar más tiempo nuestro encuentro. Hablamos de un montón de cosas mientras nos tomábamos una cerveza y al final llego el momento de concretar la tarifa. Me dijo que cobraba 60 euros media hora y 100 una hora entera y que en esta ultima tarifa entraba todo lo que se me ocurriera.
Como me sentía tan bien y deseaba que fuera todo perfecto y sin prisas, le di 200 euros y me dijo que con eso no habría ninguna prisa. Me invitó a la ducha, cosa que accedí con gusto sobre todo para bajar el calentón. Salí desnudo y me senté en la gran cama de una habitación perfecta, con la luz adecuada, con una pequeña barra de bar y una televisión de 50 pulgadas como mínimo, que ofrecía una película de travestis solos masturbándose.
Ella pasó a la ducha mientras yo esperaba, ya empalmado, a que volviera. Cuando lo hizo me quede con la boca abierta. Tenia un cuerpo esplendido, quizás el mejor que había visto en una trans, pero lo que me dejo completamente ido, fue el verle aquella polla que si de largo tendría mas de 20 cms, era gorda y con mucha masa, a pesar de estar todavía en estado de reposo. Sus pechos no eran muy grandes, pero no parecía que hubiera silicona por ninguna parte.
Se sentó al lado mió en la cama y me beso como solo una novia haría, mientras mis manos se posaban en sus pechos y sus pezones se ponían erectos con el contacto. Lentamente baje hasta su herramienta. Todavía estaba en semi reposo, pero en cuanto mis labios se pusieron en contacto con ella, la erección se hizo brutal. Era perfecta, recta, suave, con el glande no demasiado grande, pero con una base que apenas se podía abarcar con una mano.
Tras un rato mamando como podía, y tengo que decir que no soy demasiado bueno en eso, su excitación parecía real y su pene acabo siendo majestuoso. En ese momento y como mis quijadas estaban empezando a dolerme, le levante las piernas arqueándoselas para que las sujetara a la altura de su cabeza y exponiéndome su ano, que ahora lo digo, invitaba a una penetración brutal y en ese mismo momento, pero en cambio me dedique a lo que se me daba mucho mejor y es hacerle un beso negro bien profundo.
Su reacción fue espectacular. No quitaba ojo de su cara y de los gestos de placer que hacia mientras mi lengua le taladraba el ojete. En estos momentos, su erección era increíble y me pidió que la follara. Deshicimos la postura y me puso un preservativo. Enseguida se lubrico un poco y volvimos a esa postura ya relatada. Le enfile toda la polla de una, aunque muy despacio. Note mis huevos chocar con su ano y empecé a taladrarla literalmente. No se cuanto tiempo estuve así, sin dejar de mirarla a los ojos, pero en ese momento me vino el orgasmo de forma imparable y mientras me corría me regalo con un detalle que tampoco antes había tenido y es que se corrió sin tocarse la polla.
Fue una corrida, no liquido seminal. Esto lo digo por los suspicaces que también los hay. Sin sacarla empecé a besarla. Nuestras lenguas se juntaban y ambos queríamos aspirar por completo el aliento del otro. Fueron unos cinco minutos y entonces me salí de su culo. Entonces hice algo que tampoco había hecho nunca y es bajarme a su pene y metérmelo en la boca, lamiendo hasta la ultima gota de su semen.
Mi siguiente paso fue volver a su ano. Me encanta hacer el beso negro a un ano ya abierto por una buena follada. Me pone cantidad. Aquello solo llevo a ponerla otra vez en trance erótico y mientras mi lengua estaba casi toda metida en su entrada posterior, ella se puso un condón. La verdad es que me preocupé un poco, puesto que al haberme corrido no estaba tan excitado como para desear que me taladrase con aquel enorme trozo de carne.
Me puso en la misma posición que la había follado yo a ella. Me lubricó la zona con mucho cuidado, primero con su lengua (maravillosa) y después con algún gel. Cuando empezó a penetrarme sentí algo de dolor, pero fue con mucho cuidado y solo al cabo de mucho tiempo me susurro que ya la tenía dentro. Empezó el bombeo, primero muy suavemente, para pasar a un ritmo mas acelerado. En ese momento, tenia tanto placer que por nada del mundo le hubiera dicho que la sacara.
Estuvo casi 15 minutos bombeando en esa postura cuando me dijo que quería que me pusiera en cuatro para darme bien fuerte. Ni que decir tiene que lo hice y sentí como su polla volvía a entrar hasta el fondo y empezó la follada más salvaje y constante que ser humano hubiera probado antes. Fueron otros 15 minutos como mínimo y note como se corría por segunda vez esa tarde. Tardo un rato en salirse, mientras yo creía que estaba muerto y había llegado al cielo.
Se tumbo a mi lado todavía con el preservativo puesto. Se lo quite y me puse, también por segunda vez, a lamerle el pene y comerme todo el semen que cubría toda la superficie de ese pollón. Le lamí también el ano y le dije que la quería penetrar estando ella de pie contra la pared. Se levanto con un ligero temblor de piernas y se apoyo contra la pared la habitación.
Me puse detrás de ellas y la dirigí hacia aquel agujero maravilloso y de una embestida se la clave hasta el fondo. Me quede quieto unos segundos pues note que le había hecho algo de daño y en cuanto note que ya estaba bien, la sujete de los pechos y la folle tan violentamente como pude. Fue un buen rato, ella gimiendo de placer y yo destrozándole el ojete.
Poco antes de venirme la corrida, pude notar en mi mano, que en esos momentos sujetaba su pene, una nueva dosis de leche y eso ya acabo con todo mi aguante y acto seguido descargue mi lefa durante bastante tiempo.
Nos separamos y fuimos como pudimos hasta la ducha. La vi agachada y mostrándome su culo mientras preparaba la bañera. Me dijo que un baño seria mejor que una ducha. Nos enjabonamos mutuamente y nos relajamos un rato en silencio pero sin dejar de mirarnos.
Una vez vestido, nos dimos otro beso de esos de efecto amante y juro que me hubiera quedado a dormir con ella, pero pensé que no seria lo correcto.
He viajado 5 veces mas a esa ciudad y las 5 la he visitado. Tengo que decir, que a pesar de que siempre estuvo bien y me fui satisfecho, ninguna vez fue como aquella primera y que después de haber visitado el paraíso ya no puedo volver a intentar otra relación con ninguna trans, puesto que no podría evitar comparaciones. La semana que viene vuelvo y la llamé la otra tarde para quedar con ella, pero me dio largas y eso me dio mala espina. Kathy, si alguna vez lees este relato, acuérdate de que ya nada en el mundo puede ser tan placentero como estar contigo y que para mi el sexo eres tu.