Mi experiencia (4: Don Jesús, mi dentista)
Ya perdí mi virginidad con el abuelo de mi amiga. Pero seguía deseando que me cogiera mi dentista.
Vuelvo a ser yo, Denisse. Si leeis el resto de relatos de mi serie "mi experiencia". Vereis que el echo de que conociera a sombrero, hizo dar un vuelco en mi vida. Y si no es por él, yo sería una persona totálmente diferente con unas experiencias totálmente diferentes.
En la primera experiencia erótica que tuve, la del señor de la obra, sombrero no tuvo nada que ver, pues aún no me conocía. Se la conté a sombrero y ambos nos emocionamos mucho, porque teníamos a nuestra disposición, un ámplio abanico de posibilidades para "jugar" al sexo.
Mi segunda experiencia no tardó en llegar. Lo hablamos mucho con sombrero pues lo que quería yo es dejar de ser virgen y al tener yo 13 años, claro tenía muchos candidatos a hacerme ese favor. Platicamos bastante sobre que tipo de persona tendría que ser la afortunada. Y acabamos precisando que iba a ser un hombre grande. El afortunado fue el abuelo de mi amiga Coco y lo podeis leer bien en el relato anteriormente publicado: El abuelo de mi amiga lety (Mi experiencia 2).
Después de este que se hizo historico encuentro con mi abuelito. Tuve un par de encuentros más con él. Un segundo en que me pasé 4 horas en su estudio e hicimos de todo. Y un tercero en que hicimos una orgia con él, un amigo suyo y la nieta de este amigo suyo. Fue fenomenal y como me pasa a veces, termino llorando mientras me cogen.
Al principio, el encargado de desvirgarme tenía que ser don Jesus, mi dentista. Pero como faltaba tiempo para mi próxima cita odontologa con él. Me dicidí por el abuelo de mi amiga y bueno, no hace falta que os lo cuente porque lo podéis leer bien, en el relato anteriormente publicado. Pero ese querido dentista mio no cesaba de ser un capricho mio y tenía que cogerme para sentirme yo más llena.
Al final terminó por llegar la hora que tenía pedida para mi revisión dental. Resulté ser la última paciente del día a entrar en su consulta. Antes de entrar en ella platiqué un rato con él y le coqueteé un tantito. Él captó el mensaje porque al entrar al consultorio, me repegó su cosa en mi brazo y me ayudó a acostarme en el sillón. Platicamos un rato y me hizo muchas preguntas muy subidas de tono hasta que me saco sopa sobre mi experiencia en el sexo. Le confesé que ya no era virgen pero que no tenía aun mucha experiencia, y muy amable se ofreció a ayudarme.
Dijo: primero debes saber hacer muy bien el sexo oral. Así que si tu quieres te ayudo. Me quedé pensando y le dije que aceptaba. Me quitó la blusa y comenzó a chuparme los pechitos. Me dejó mi falda porque dijo que lo excitaba. Me bajó los calzones y me dio una chupada bastante rica. Me sentía bien, tal vez porque él huele muy rico y me sentía más limpia en ese consultorio.
Estaba boca abajo en un escritorio, se montó practicamente arriba en el sillón quedando con las piernas abiertas sobre mi. Y sus bolas colgandole estaban bastante grandes. Su pito era mas chico que los otros que he visto pero si era grueso y muy blanco. Me dijo: tomalo con cuidado solo con tu boca, y con tus manos sobame las bolas. Y así lo hice, sabía bien rico este hombre. De repente me sujetó la cabeza y me dijo que no me moviera y el comenzó a metermela como si me estuviera cogiendo la boca. Hasta que me vació todo su esperma en la boca, era bastante hasta que me atraganté algo, pero no me di por vencida.
Con la respiración agitada continué mamandole hasta que se le paró de nuevo. Luego me levantó las piernas y las pasó sobre sus hombros y me dijo: ahora relajate. Me la metió despacio y luego comenzó a moverse más y más rapido, y me mordía los labios despacio, me dolía pero me gustaba. Ahora te voy a poner de perrrito (me dijo). Y me volteó y subiendo una pierna al sillón, continuó metiéndomela hasta que se vino dentro de mi.
Me dijo: no te muevas, aún no terminamos. Me penetró de golpe por el ano y no sé de donde saco fuerzas pero también por ahí me lo pudo hacer. Se vino 2 veces más dentro de mi y me dijo: bien denisse, creo que para hoy para ser tu primera lección te portaste muy bien y me dio una paleta de su consultorio.
Me dijo que si me interesaba podía ponerse en contacto con un amigo que le gustaban las chicas así de mi edad y llevarlo al consultorio. Le dije que lo pensaría. Pero sí me interesa. Aunque no quiero que pase lo mismo que con el amigo del abuelo de coco.