Mi excuñadita y yo
Alguien a quien durante mucho tiempo vi como niña ya era toda una señorita... y encima de eso le gustaba yo.
Bien, este es el primer relato que publico y es real, me pasó hace algunos meses con mi excuñadita.
Y no es por miedo o algo así pero pienso omitir los nombres, la verdad no tienen importancia únicamente los hechos.
Tengo ahorita 23 años y hace poco mas de tres años comencé una relación con una chica de 20 con la cual duré un buen tiempo, pero tuvimos un sinfín de problemas y después de varios meses de noviazgo dimos por terminada la relación. A pesar de todo eso quedamos en muy buenos términos y seguido los visitaba a su casa ya que sus padres me estiman mucho. Ella es la mayor de tres hermanos, le siguen su hermana (la protagonista de esta historia) y un hermano más.
"M", como le pienso llamar, es una niña que actualmente tiene 15 años pero aparenta fácilmente los 17 o 18 (cuando pasó esto ella aun tenía los 14); es una niña hermosa la condenada: güerita, de piel blanca, con un rostro angelical, no es del tipo delgadita ya que tiene algunos 7 u 8 kilos de mas pero ese hecho la hace ver mas natural, muy alta para su edad (como 1.65), unos pechos pequeños pero bien formados y un trasero grandísimo y bien formado. Esto se debe a que su madre es de caderas grandísimas y mi exnovia anda por las mismas, así que esta niña corrió con la misma suerte.
Todo sucedió el año pasado. En una ocasión me llamó mi su madre al trabajo para invitarme a cenar, a lo cual yo gustoso accedí; la verdad son personas muy agradables y como no había ningún inconveniente por estar en la misma mesa con mi ex pues estaba bien, le dije que aceptaba su invitación y saliendo del trabajo a las 7 pm me encaminé a su casa no sin antes pasar a comprar unas botanas, refrescos y una caja de cigarrillos. Al llegar a su casa, M me abrió la puerta y al verme esbozó una sonrisa y un "hola" pero al verla yo a ella me quedé sin aliento: traía puesto un camisón blanco con rosa y unos ositos bordados al frente el cual le llegaba poco mas debajo de los glúteos y traía el cabello húmedo ya que acababa de salir de la ducha. La verdad nunca la había visto en tales prendas y eso me llamó mucho la atención ya que no era la misma niña que había conocido años antes, todo su conjunto armonizaba casi perfectamente. Al ver todo eso me impresioné a tal grado que no hice caso a su primer saludo:
¡Holaaaaaa!
¡Hey hola! ¿como estás? Le respondí el saludo con un beso en la mejilla y saliendo ya de mi trance
Pasa
Al entrar no vi a nadie en la casa a lo cual ella me dijo que su papá estaba fuera de la ciudad por cuestiones de trabajo, que su hermano mas chico jugando en casa de un vecino y que su hermana mayor le había llamado para decir que llegaría mas tarde con su madre y las cosas para la cena. No lo vi extraño ya que muchas veces así ocurría, llegaba yo y esperaba a los señores para platicar con ellos y pues me senté en un sofá a esperarlos y a platicar con M.
A pesar de llevarle yo casi nueve años la niña tenía muy buena plática y como ya llevábamos más de tres años tratándonos no se nos dificultaba platicar. Platicábamos sobre la escuela, sus amigas, sus aventuras de niña de secundaria, mis cosas del trabajo, etc. En eso se me antojó encender un cigarrillo y ella al verme me pidió uno:
Oye tú estas todavía muy chica para fumar Le dije yo
¡Ay hombre, ya pareces mi mamá! Ya tengo mas de un año fumando
Si pero si tu mamá llega y te ve fumando te va a ir muy mal, además tampoco quiero que se enoje conmigo por haberte dado cigarros
Yaaaaaa no seas así y andale dame uno
Pues con muchos reparos le di uno y se lo encendí. Y pues así seguimos platicando, fumando y bebiendo refresco cuando le pregunté si tenia novio, ella se rió y me dijo:
No que va, ahorita me da flojera pensar en traer novio, además mi escuela está llena de puros escuincles babosos.
Jajajaja! eso si te lo creo, pero no creo que nunca hayas tenido novio, eres muy bonita como para que no se fijen en ti los "escuincles" de tu escuela.
Lo que pasa es que a mi me gustan los chicos mayores pero no se me ha hecho con ninguno.
Esa respuesta me dejó algo pensativo, yo la verdad no le creía en lo absoluto el hecho que nunca hubiera tenido novio. Su hermana mayor por lo que me había contado ya a los 16 cogía con su novio y a estas alturas las chicas de menor edad son todas unas fichitas, además ella imitaba en muchos aspectos a su hermana mayor. Recuerdo que una vez nos sorprendió en tremendo faje a su hermana y a mi, yo tenía a su hermana encima de mi a horcajadas y le chupaba los pezones mientras ella se arqueaba hacia atrás y jadeaba, fue ella quien notó la presencia de M y rápidamente se tapó con una toalla. Después de ese incidente cada que M nos veía juntos soltaba una sonrisita o me lanzaba una mirada cargada de picardía.
Seguimos con la plática alusiva a los novios, que si había o tenido novio, que si le gustaban los chicos altos o bajitos, etc. y ahí fue donde salió a relucir todo, me dijo que le gustaban altos y de complexión grande. Yo le dije jugando y riéndome que yo cumplía con los requisitos que ella buscaba ya que no soy nada bajito, mido 1.86 y peso cerca de los 100 kilos. Fue ahí donde me dijo con el mismo tono risueño y alegre con el que estábamos platicando que cuando fui novio de su hermana se había fijado en mí, que siempre le había gustado y que se le hacía injusto que su hermana no supiera aprovecharme. Ahí si de plano me quedé helado, también me dijo que si un día tuviera la oportunidad se salir conmigo no me arrepentiría. Para esto ella seguía con su bata de ositos y sentada en el sofá y de la manera en que estaba se podían apreciar perfectamente sus blancas piernas, dignas de ser recorridas hasta arriba y encontrar algo más delicioso ahí. Yo le dije que me halagaba con todo eso, pero que yo la veía algo chica para mi edad, además de que hacer algo con ella sería como traicionar la confianza que sus padres habían depositado en mí. Me dijo que sus papás y mucho menos su hermana tenían por que enterarse. Todo eso me dejó confundido pero a la vez excitadísimo a lo cual ella se dio cuenta al ver un bulto en mi entrepierna.
Se paró de su sofá y se sentó a un lado mío, me preguntó si me gustaba y le dije que si, que estaba hermosísima y que ya no estaba tan chica después de todo, que ya era toda una jovencita y que su apariencia dejaba mucho a la imaginación. Acto seguido se acercó a mí y me besó, sentí esos delgados labios sobre los míos y no pude evitar dejarme llevar y abrazarla. Tenía una boca y una lengua deliciosas, simplemente deliciosas y tal como lo pensaba, ya tenía algo de experiencia porque su manera de besar no demostraba a ninguna colegiala ebria que se le lanza al primer tonto que le gusta.
Así seguimos besándonos un rato, no podía y no quería dejar ir esos suculentos labios cuando en eso le toqué los senos por encima de la batita, a lo cual ella dio un respingo y soltó un pequeño gemido, eso me excitó aún más y comencé a darle un suave masaje con una mano en ambos senos y mientras hacía eso le besaba el cuello, ella no hacía mas que gemir y retorcerse de placer, me decía "Mmm me gustas mucho" , pero justo en ese momento me llevé uno de los mayores sustos de mi vida: escuché el coche de su mamá llegar y a su hermana bajándose de él para abrir la cochera. Rápidamente ella se incorporó y se metió a su habitación mientras yo recogía su vaso e imploraba que se me bajara lo caliente ya que se notaba el bulto de mi pene sobre mi pantalón. Ya en eso entraron y las saludé a ambas, me preguntaron cuánto tiempo llevaba esperándolas y les dije que cerca de diez minutos, obvio era mentira. Luego le hablaron a M y ella respondió desde su habitación que se estaba vistiendo porque acababa de salir de la ducha.
Pues después del incidente prepararon la cena, nos sentamos en la mesa y estuvimos platicando los cuatro muy a gusto pero yo no dejaba de sentir las miradas que M me lanzaba. Ya después de un rato decidí irme agradeciéndoles por la cena y al estarme despidiendo de ellas M se las ingenió para darme un pequeño sobre sin que se dieran cuenta los demás. Al subir a mi coche desesperado abrí el sobre y en la carta que venia dentro, la cual ella había perfumado, decía que me esperaba en otra ocasión, que se había quedado excitadísima y que quería repetir lo de esa noche. Yo llegué a mi casa con un dolor de huevos tremendo y después de ducharme y antes de dormirme le dediqué una paja con la cual al terminar me corrí de manera descomunal.
Pasaron cuatro días después de ese incidente y yo seguía pensando en lo que había pasado con M y si su familia habría sospechado algo; fue en ese preciso momento cuando sonó el teléfono en mi casa y contestó mi madre "Es para ti, es una chica" me dijo, tomé la llamada en mi habitación y era M, me decía que su papá otra vez había salido fuera de la ciudad, que su hermana mayor se había ido a la playa y que regresaba hasta el día siguiente y que su madre seguía en el trabajo y que llegaría tarde. Obviamente capté el mensaje y después de una ducha me fui a su casa.
Al llegar a su casa toqué la puerta pero no recibí respuesta, volví a tocar y no salía nadie, comencé a pensar que sería una mala jugada de ella para solo hacerme ir a lo tonto cuando en eso vi que iba llegando, había ido a comprar unos refrescos. Nos saludamos como siempre y entramos a su casa.
Me volví a sentar en el mismo sofá y ella también, platicamos algunas cosas y después así y sin ningún preludio me preguntó que si me había gustado su manera de besar, la verdad le dije que si, que me había encantado. Ella sonrió y acto seguido se acercó a mí y nos comenzamos a besar de nuevo. Fue como otra vez y de nueva cuenta pude probar esos suaves y delicados labios y sentir ese dulce aliento en mi rostro. Le levanté la blusa y en ese momento se puso a horcajadas sobre mí diciéndome que desde que nos había visto a su hermana y a mí se le había quedado grabada esa imagen y quería que estuviéramos así. Eso a mi me facilitó las cosas ya que tenía fácil acceso a sus pechos, así que me puse a lamerlos y besarlos, a morder sus pezones y a acariciar cada centímetro de su blanca y suave piel, justo ahí decidí acercar mi mano a su entrepierna y frotarla contra su chocho. Eso la puso más caliente todavía y se quitó por completo la blusa y el bra, tenerla sobre mí a horcajadas y en topless se me hizo de lo más excitante. Yo insisto, si algo disfruté con M fue su manera de besar, jamás había probado unos labios así de exquisitos, nos besábamos y jugueteábamos con nuestras lenguas pero después de un rato de estar así no aguanté más la excitación y la quité de encima de mí, me desabroché el pantalón y me saqué la tranca del boxer. Ella al verla captó el mensaje y después de un beso comenzó a bajar lentamente besándome el torso y el abdomen hasta llegar a la punta de mi verga. Comenzó a darle pequeños besos y unas lamiditas en la punta hasta que empezó su labor. ¡Qué niña Dios mío! Nunca pensé que una niña de 14 años supiera dar ese tipo de mamadas, yo estaba bien seguro que no era ninguna novata. Después de un rato de estar chupando y lamiendo se puso a lamer mis pelotas lo cual hizo que casi me viniera pero le dije que se detuviera, que ahora me tocaba a mí. Le quité el short y las braguitas las cuales ya se veían bastante húmedas y la recosté sobre el sofá. Comencé a besarle los pechos y a lamérselos, bajando lentamente hasta que llegué a su monte de Venus, tenía poco vello lo cual hizo mi labor de cunnilingus más deliciosa todavía. Al sentir ella las primeras tres o cuatro pasadas de mi lengua sobre su clítoris se arqueó totalmente y soltó un enorme gemido Yo no daba crédito, no podía creer que hubiera tenido un orgasmo después de casi no haber tenido contacto con su chocho. Me dijo jadeando que nunca había sentido algo similar y que le había encantado. Le callé la boca con un beso largo y volví a su chocho donde me había quedado. Ya después de ese primer orgasmo que tuvo no se me dificultó volver a excitarla y así fue, yo seguía metiendo y sacando la lengua de su vagina, lamiendo y mordiendo si clítoris primero delicadamente después con frenesí, nunca había comido un chocho así de rico en toda mi vida y eso hizo que me ganara la emoción. Quise meter un dedo en su vagina pero me tomó la mano y me dijo que no, que ella aun era virgen y que no quería sentir dolor al sentir mis dedos dentro de ella. Yo le dije que no había ningún problema pero esas palabras que me dijo me dieron una idea más loca todavía.
Le dije que no pasaba nada y seguí con lo que estaba haciendo, no quería perderla ni un solo instante. Seguía yo lamiendo su clítoris cuando en eso la tomé de las caderas y le di un giro completo para que terminara boca abajo sobre el sofá. Acto seguido me puse a besar su espalda hasta llegar a sus nalgas, mordiéndolas y besándolas a lo cual ella no ponía ninguna resistencia; estuve jugando así hasta que llegué a la raja de su culo. Era un culo hermoso, suave, blanco. Al ver que no me decía nada abrí sus nalgas y metí mi lengua en su ano, al escuchar que volvió a gemir pensé con algo de malicia "¡eres mía!". Y de plano me dediqué de lleno a su trasero, lamía y besaba su ojete mientras ella respiraba agitadamente y gemía como loca. Chupaba enérgicamente y metía mi lengua dentro de él y eso la ponía como loca, justo ahí decidí meter mi dedo índice en su ojete y volvió a arquearse soltando un pequeño grito indicio de que le había gustado, comencé a meterlo y sacarlo muy despacio hasta de ya no era un dedo sino dos, después fueron tres y ya después de un rato su ano estaba algo dilatado, pidiendo a gritos ser fornicado. Después le dije que se pusiera en cuatro y obedeció sin decirme nada, le di otra serie de lamidas a su ano y escupí en el. Acto seguido puse la punta de mi verga en la entrada y empujé, fue en ese momento cuando ella me dijo que le habían dicho que por ahí dolía y que no quería hacerlo, la tranquilicé diciéndole que iba a ser sutil y que si comenzaba a dolerle me saldría. Con algo de reparo me dijo que estaba bien y que si lo iba a hacer que lo hiciera ya porque que estaba excitadísima.
Comencé a meter mi verga poco a poco y la dejé ahí unos instantes para que su cuerpo y sobre todo esa parte se acostumbraran al nuevo intruso, fue ahí cuando comencé a hacer el movimiento de vaivén. Era una sensación increíble estar penetrando el ano de una niña de 14 años, en una ocasión anterior ya lo había hecho por ahí con una chica de mi edad pero no fue lo mismo, esta niña apretaba mi pene mucho mas y eso me ponía cada vez más a mil. Le pregunté si le dolía y me dijo que un poco pero que a la vez le estaba gustando. Con esas palabras ya no decidí hacer otra cosa más que seguir metiéndosela. Comencé a penetrarla con movimientos lentos, después los comencé a hacer mas fuertes y con movimientos circulares a tal grado que ella se daba de azotes contra mi humanidad, gemía más y más y se enderezó, ahí la abracé y me puse a acariciar sus pechos y morder su cuello mientras yo seguía penetrándola, parecíamos bestias.
¡No pares, por favor no pares! ¡Ahhhhh que rico, sigue metiendomela!
Si bebé, tu déjate llevar
¡Ahhhhh sígueme dando que me encantaaaa!
¡Si mi bebé, apriétalo mas!
¡Mmmm que rico!
Eso me excitó todavía más, a pesar de ser una chiquilla en ese momento ya había aprendido que apretando el ojete podía darme más placer y en efecto, al apretarlo sentía como ahorcaba mi pene haciéndome jadear de gusto.
Cambiamos de posición y se puso encima de mi otra vez, era una posición algo difícil para el sexo anal ya que batallamos al principio pero después de un rato lo pudimos llevar a cabo. En esa posición los 2 estábamos locos de placer, ella me besaba mientras yo acariciaba sus pechos con mis manos mordiendo sus pezones y la masturbaba frotándole el clítoris frenéticamente, estábamos poseídos por la lujuria. Ella se dejaba caer a sentones sobre mi pija enardecida y ya no gemía sino que gritaba "¡Siii! ¡Más! Viene otro orgasmo, ¡me vengo!" Esas palabras resonaron en la sala cuando ella tuvo otro orgasmo y segundos después ya no pude aguantar más y terminé dentro de ella, inundé sus entrañas con mi semen y pude sentir como chorreaba ligeramente hacia fuera de su ano corriendo por mi pija. Nos quedamos así unos instantes y después de eso nos tumbamos jadeantes en la alfombra de la sala, ahí me dijo que sentía su culo abierto, me cercioré y era verdad, lo tenía algo grande y dilatado al grado que había chorreado casi todo el semen que salía de él sobre la alfombra. Así estuvimos tumbados un rato abrazados y besándonos hasta que nos levantamos y nos comenzamos a vestir. Limpiamos el desorden que habíamos dejado y el semen tirado en la alfombra; después de eso nos sentamos en el mismo sofá y bebimos algo de refresco mientras platicábamos
Eso estuvo increíble, me encantó. Me gustaría repetirlo Me dijo ella
A mi también me encantaría preciosa, pero hay que tener cuidado. Si nos llegan a descubrir arderá Troya y nos meteremos en líos enormes.
Tu descuida, nadie tiene por que enterarse Esto último me lo dijo dándome un beso y acostándose en mi regazo
Seguimos besándonos al grado de excitarnos otra vez pero ella me dijo que se había cansado, que mejor lo dejáramos para otra ocasión. Después de un rato me despedí de ella y me fui a mi casa.
Debo decirles que lamentablemente no se pudo repetir la experiencia dado que se le dificultaba a ella poner alguna excusa para salir de su casa y llegar tarde o para poder quedarse sola. Ya han pasado cerca de 7 meses después de esa experiencia y a pesar de que nos vemos seguido nos saludamos como si nada hubiera pasado, aunque a veces al saludarnos me da el beso muy cerca de la comisura de la boca o de repente no deja de lanzarme esas pícaras miraditas que solo ella sabe hacer. La verdad fue una experiencia riquísima que no voy a olvidar fácilmente y mientras pasa el tiempo estaré en espera de que M me llame para poder repetirla .