Mi excompañero de trabajo que nunca olvidaré
Una experiencia con un compañero de trabajo que dejé de ver varios años y que nunca pensé lo que vivimos
MI EX COMPAÑERO DE TRABAJO QUE NUNCA OLVIDARE
Era un viernes como cualquier otro, me había llamado por el radio un conocido y habíamos quedado de ir a un lugar a tomar unas cervezas y charlar sobre negocios, llegué al lugar un poco anticipado, así que decidí esperar dentro del auto hasta que César llegara, tardó apenas 10 minutos y llegó, no está nada mal el hombre, 1.80 mts de estatura, complexión regular pero fuerte y robusta, barba y bigote, algo desaliñado pero por su oficio le va, llegó saludándome muy cordialmente y procedimos a sentarnos en aquel bar, estuvimos charlando de mil temas hasta llegar al que nos ocupaba, la apertura de una nueva empresa, pero no, no se confundan, el relato de mi experiencia no se trata de César y de mi cayeron ..
Después de un buen rato de estar tomando cervezas, decidimos retirarnos, cada quien tomó su auto, la verdad tanto el vino como las cervezas a mi me prenden y obviamente me sentía calientito y con ganas de algo de acción pero me resigné y me encaminé hacia mi casa, iba conduciendo por un rumbo conocido cuando mi estómago me recordó que a pesar de las cervezas y las botanitas que nos habían ofrecido, en realidad no había cenado nada y tenía hambre, miré a mi izquierda y vi una taquería donde venden unos tacos bastante buenos, detuve mi auto en la puerta y pedí mi cena, estaba en espera de que me sirvieran cuando escuché una voz que con demasiada familiaridad me decía, hey Rafa como estas? Volteé a mi derecha y vi a un tipo que muy sonriente me extendía la mano, de momento no lo reconocí pero enfrascando la mirada me pude dar cuenta de que se trataba de Misael, un ex compañero de trabajo que hacía varios años había dejado de ver solo que con algunos kilos de más y usando barba cerrada y bigote, mide como 1.75 mts., de complexión regular, cabello ondulado, mirada penetrante y varonil, atractivo en realidad aunque años atrás cuando lo trataba por cuestiones de trabajo, era un hombre delgaducho y sin chiste.
Se levantó de su asiento y me dio un gran abrazo, comenzamos a platicar y a tratar de ponernos al corriente después de tantos años, mientras cenábamos, la charla se extendía, llegamos al punto de nuestra situación en el amor, me dijo que se había divorciado y que vivía solo justo a una calle de donde estábamos cenando, yo le comenté que seguía casado pero que tenía broncas con mi mujer y que tal vez terminaríamos igual, obviamente surgió el tema sexual ya que le dije que qué hacía para satisfacer esos bajos instintos, me dijo que pues no le quedaba mas que encerrarse en su departamento, ver películas porno y masturbarse hasta eyacular y quedar algo satisfecho, aunque reconoció que nunca será lo mismo.
En ese momento, la conversación había subido de tono y nos hacíamos confidencias, debo recordarles que desde antes ya estaba algo caliente y con esos detalles, me estaba poniendo a mil, así que abusando de las confidencias le dije: no vayas a hacer lo que un amigo mío cuando se divorció, que fue tanta su decepción con las mujeres que una vez que me lo encontré me contó que se había conseguido un hombre para satisfacerse y que no tenía ningún problema con él ya que no le exigía nada a cambio como las mujeres, ni compromisos, ni le daba problemas, se veían cuando querían sexo y listo, Misael soltó una alegre carcajada y contestó: de verdad que no lo había pensado pero creo que sería una buena idea, su respuesta me calentó aún mas y vislumbré una posibilidad.
Seguimos con ese tema, pero estábamos a punto de terminar la cena así que Misael me dijo: oye, tienes tiempo como para que fuéramos al departamento? Así ya sabrás donde vivo, me puedes buscar y a ver qué hacemos, tengo películas porno muy buenas en mi computadora, le contesté de inmediato y casi saltando de mi banco que SI, caminamos apenas una calle, entramos a un edificio de departamentos, me condujo hasta el suyo, abrió la puerta, buscó el interruptor para encender las luces y entramos, era un departamento pequeño y con apenas unos muebles, así que me dijo que nos fuéramos a la recámara porque era el único lugar donde tenía más muebles, obviamente acepté, me dijo que lo esperara que iba al baño mientras yo me sentaba en su cama y mirando todo a mi alrededor, comencé a escuchar como el chorro de orina caía en el retrete, se escuchaba un chorro potente y grueso, eso me calentó aún mas, imaginándome su verga, sus huevos, su vello púbico.
Ya de regreso del baño, Misael se sentó junto a mi y seguimos con el tema de mi amigo y de las películas porno que tenía, me dijo que si quería ver alguna, que estuviera en confianza, le dije que no que porque después no me iba a aguantar la excitación, me dijo que no había problema que si quería, me podía masturbar, es más, me dijo, acuéstate aquí en mi cama, vamos a ver la película y si yo me excito también pues nos la jalamos y listo, estamos en confianza o no? Encendió la computadora y comenzó a reproducirse una película bastante buena por cierto, mientras veíamos las escenas, yo notaba que el pantalón que traía Misael se iba abultando y que de repente se tocaba el paquete con cierto grado de excitación, me preguntó que si no había problema si se masturbaba, obviamente le dije que no y me dijo: si tu también quieres hacerlo, adelante, no tengo problema.
Y sin decir más, se quitó el pantalón que traía, dejando al descubierto una verga de mediano tamaño, al menos por el grado de erección que tenía en ese momento así se veía, unos huevos de buen tamaño y todo cubierto por un fino vello que me agradó y comenzó a jalársela, eso me puso a mil como se podrán imaginar y refiriéndose a mi me dijo: anda, haz lo mismo, no me dejes solo, ten confianza, me decidí y me quité el pantalón, ahí estábamos los dos, dos hombres que sin saber uno del otro, estábamos a punto de disfrutar una experiencia que por lo menos yo, nunca olvidaré.
Pasaron los minutos, seguíamos jalándonos la verga sin dejar de ver la película, aunque yo desviaba mi mirada hacia su sexo, el cual crecía cada vez mas y de repente él también veía m sexo hasta que llegó un momento en que me dijo: acércate un poco más, estas muy lejos y quedamos pegados por la cadera y masturbándonos, así que me decidí y estiré mi mano hasta alcanzar su verga, estaba dura como el acero y palpitante, comencé a masturbarlo lentamente, suspiró, y para mayor sorpresa, él hizo lo mismo conmigo y ahí estábamos, masturbándonos mutuamente, así que sin pensarlo dos veces le solté la verga y me incliné para llevármela a la boca, no dijo nada, sentí como vibró su cuerpo dejándose llevar por el calor del momento, se la estuve chupando por varios minutos y cual va siendo mi sorpresa que moviendo su cuerpo quedamos de lado de tal forma que mi verga estaba muy cerca de su boca y la suya en la mía y sin más, se metió mi pene en la boca en el 69 mas delicioso de mi vida y ahí estábamos los dos hombres, mamándonos la verga.
Así estuvimos un buen rato hasta que de pronto se levantó, giró mi cuerpo y quedé boca abajo, sentí como empezó a acariciarme las nalgas, intentado torpemente de separarlas hasta encontrar mi ano, me comenzó a acariciar el ano, me besaba las nalgas, me las acariciaba con su barba, su bigote, sus manos, yo estaba enloquecido de placer, sentí que con sus dedos me untaba algo de saliva, sabía lo que intentaba hacer pero no dije nada, me acomodé para facilitar un poco las cosas, sentí el peso de su cuerpo sobre mi y la punta de su ahora enorme y gorda verga en la entrada de mi culo, NO LO PODIA CREER, yo cogiendo con ese hombre.
Comenzó a mover sus caderas tratando de penetrarme, no resultaba nada fácil ya que soy extremadamente estrecho del culo, pero ayudando un poco, sentí como la punta de ese mástil logró entrar, gemí, él suspiró de placer y comenzó a moverse más rítmicamente tratando de ensartarme por completo, batallaba por la estrechez de mi culo pero escuchaba que lo estaba gozando como nunca, mientras con sus manos me acariciaba la espalda, las nalgas, yo sentía dentro de mi es carne viril, la sentía hirviendo y también movía mi cuerpo para excitarlo aún más y así estuvimos por un buen rato.
De repente se detuvo, me giró y quedé boca arriba, me levantó las piernas, las puso en sus hombros y se perfiló a ensartarme una vez más, debo reconocer que en ese momento me dolió aún mas pero no me importó, era más excitante la experiencia que el dolor que podía sentir así que me dejé, con la ventaja de que ahora podía sus gestos de placer y sus expresiones, comenzó a bombearme el culo, QUE DELICIA pensaba yo mientras gemía de placer y escuchaba su respiración agitada y a veces entrecortada por palabras de placer.
Comencé a sentir que su verga estaba aun más dura, como avisándome que estaba a punto de estallar dentro de mí, yo lo animaba para que me regalara su néctar de hombre, en realidad quería sentir su semen dentro de mí y quedarme con él aunque fuera unos minutos, sentí que sus movimientos pélvicos eran más intensos cada vez y su gesto de placer era casi de locura hasta comenzar a sentir que su verga explotaba dentro de mi arrojándome intensos chorros de leche de hombre en mi culo mientras jadeaba y decía palabras de placer, de excitación, de agradecimiento por todo, hasta que terminó, se dejó caer sobre mí sudoroso, cansado, pero satisfecho.
Su verga tomaba su tamaño en flacidez y se fue saliendo de mi cuerpo, sentí un vacío pero con la enorme satisfacción de haberla tenido adentro, se levantó de la cama, fue al baño, orinó, se escuchó que se lavó la verga y regresó, se sentó junto a mí y cuando le pedí que me ayudara para eyacular yo también, me preguntó que qué hacía, le dije que simplemente me abrazara por detrás de mí para sentir el calor de su cuerpo, que con sus manos me acariciara las tetas mientras yo me masturbaba, así lo hizo y en pocos minutos, exploté yo también, nos quedamos los dos tendidos en la cama por unos minutos.
Cuando volví a la realidad, eran casi las dos de la mañana, así que me vestí rápidamente, él también lo hizo, me acompañó a la entrada del edificio, nos despedimos con la promesa de vernos más seguido, pero lamentablemente no se ha repetido la experiencia, espero les guste mi relato tanto o más que yo que lo viví.