Mi ex, mi amiga y yo

Después de cuatro años encuentro por casualidad a mi ex novio y se une a nosotros una amiga mía, también ex novia de Antonio.

Aquel sábado desperté más temprano de lo habitual, me bañé y arreglé tan rápido como pude, quería llegar lo más temprano posible al Palacio de Hierro, no todos los días hay ventas especiales y por acercarse la Navidad, era imposible dejar pasar ofertas así.

Tan pronto llegué a Centro Santa Fe estacioné mi auto, entré a PH y caminé por las secciones de damas, seleccioné las prendas, unos jeans, zapatos, bolsa de Carolina Herrera, los regalos para mi familia, después de 4 horas en la tienda pensé que había terminado cuando recordé que no había comprado regalo para mi jefe. En realidad no me sentía obligada a comprarle un regalo, pero desde que entré a trabajar a la compañía se había portado bien conmigo, así que me dirigí al área de caballeros pensando cuál sería el regalo perfecto para mi jefe, al final, me decidí por un portafolio negro de piel, mientras esperaba en la fila, pude ver que se acercaba a mí, Antonio, a quien no había visto desde el día en que terminamos nuestro noviazgo cuatro años atrás.

¡Paulina! ¡Qué sorpresa encontrarte aquí!

Hola Antonio, ¿Cómo estás? – aún estaba sorprendida de verlo y comencé a recordar lo mal que la pasé después de que terminamos – Tanto tiempo sin vernos.

Te ves muy bien, ¿qué te parece si vamos a comer y nos ponemos al tanto de lo que ha pasado en nuestras vidas?

Me parece bien, sólo tengo que dejar todas estas bolsas en el auto.

Vamos, te acompaño y platicamos camino al estacionamiento.

No podía creer que hubiera aceptado esa invitación, después de todo habíamos quedado bastante mal, sobre todo porque después de andar conmigo el muy idiota comenzó a salir con Alicia, una de mis mejores amigas de toda la vida.

Antonio seguía igual a como le recordaba, alto, con los ojos verdes, con ese cuerpo atlético que tanto me gustaba, y como siempre vestía impecablemente. Por mi parte, estaba más delgada, los últimos años había empezado a cuidarme más e ir al gimnasio, para ser mexicana, puedo decir que no soy muy baja, mido 1.68m y peso 58kg, tez clara, cabello castaño, busto y pompas de buen tamaño y firmes.

Así pues, llevamos las bolsas al auto y nos dirigimos a un restaurante argentino en Centro Santa Fe, "El Rincón de Santa Fe" mientras comíamos carne y ensalada platicamos sobre su trabajo en una empresa de construcción y el mío, en una firma de consultores; su familia, la mía; los viajes que habíamos realizado y finalmente llegamos a mi tema menos preferido… ¿por qué terminamos? Después de discutir su versión y la mía concluimos que no tenía sentido hablar de ese tema.

La conversación siguió fluyendo y cuando le conté que ya vivía sola, en un departamento (cortesía de mi abuelo) me dijo que no podía creerlo, porque mis padres siempre me habían tenido muy controlada y no creía que a mis 25 años mis padres me dejaran vivir sola. Y como siempre, quise demostrar que era verdad que vivo sola. Por lo tanto, le invité a comer el postre en mi departamento, a lo cual aceptó sin dudarlo. Pagó la cuenta y quedamos en vernos a la salida del Centro Comercial, para que me siguiera. En realidad, no vivo lejos de allí, vivo en Bosques de las Lomas, en uno de los nuevos edificios. Pero el trayecto a casa me pareció más corto de lo habitual, no podía asimilar que estuviera "emocionada" por haber visto a Antonio otra vez.

En cuanto llegamos, me ayudó a bajar las bolsas y tomamos el ascensor directo a mi departamento, entramos y puse la cafetera, mientras que él se sentaba en un sillón y prendía la TV. Seguimos platicando mientras sacaba los postres y estaba listo el café. Nos sentamos y comimos el postre. Mientras eso sucedía empecé a recordar los besos y fajes que tuvimos Antonio y yo, en el cine, su auto, mi auto, en su casa, en aquel entonces yo tenía 19 años, nunca llegamos a algo más que fajes.

De pronto nos quedamos en silencio y en un instante ya estábamos besándonos como cuando éramos novios, su lengua jugando con la mía, y sus manos en mi cintura, subiendo poco a poco hasta llegar a mis senos. Yo estaba poniéndome a mil, nos separamos sólo para que él pudiera quitarme el polo y el bra, comenzó a chupar mi seno derecho y tocar el izquierdo. Mi mano buscó su bragueta y él sólo me dijo – Vamos a tu cuarto –

Lo llevé de la mano hasta mi cuarto y al llegar comenzamos a desvestirnos, cuando vi su pene me quedé sorprendida, era más grande que las que había visto y tenido dentro. Comenzamos con un 69 y mientras yo intentaba tragarme toda su verga, su lengua jugaba con mi clítoris y mis labios, después incorporó un dedo y yo sentía que estaba chorreando, su verga no cabía completa en mi boca.

Necesitaba tener su verga dentro de mí, me incorporé y me senté en él, comencé a cabalgar mientras él me agarraba las nalgas y me decía que siempre le habían gustado y me daba nalgadas, cambiamos de posición, él encima de mí, "perrito", tuve dos orgasmos increíbles, después se salió y me llenó las bubis de su semen. Prendió un cigarro y nos acostamos en mi cama, abrazandome me dijo que se había quedado con las ganas de cogerme cuando fuimos novios y hoy había cumplido una de sus fantasías.

¿Qué otra fantasía tienes Toño? – le pregunté –

Hacerlo con dos chavas y tú Pau?

A mí también me gustaría hacerlo con otra chava.

Pues ya que estamos en esto, qué te parece si buscamos a alguien?

Jajaja pues yo si tengo ganas, pero quién? – no tenía idea de lo que estaba por pasar –

Antonio tomó su celular y marcó a una "amiga" y le dio mi dirección, seguimos besándonos y fajando, no sabía la sorpresa que me tenía preparada. Una hora más tarde sonó el timbre y al abrir cuál sería mi sorpresa, Alicia mi amiga y también ex novia de Antonio estaba allí. Más alta que yo, rubia, con bubis enormes, más llenita de lo que le recordaba.

Hola Pau, ¿sorprendida?

Hola Alicia… un poco - ¿qué se pensaba? Que iba a estar como si nada de saber que era con ella con quien iba a compartir a Antonio?? – Pasa, estás en tu casa.

Para romper un poco la tensión, Antonio sirvió unos tragos, vodka para mi, tequila para Alicia y whisky para él, a la segunda ronda ya más relajada y con la música me desinhibí totalmente, Antonio comenzó a besarme y Alicia se unió a las caricias, sin ropa una vez más sentía 4 manos recorriendo todo mi cuerpo, nos fuimos a mi cuarto y ya tenía yo a Antonio prendido de un seno y a Alicia del otro, mientras que un dedo se metía en mi hoyito. Alicia iba preparada para la ocasión, había llevado unos juguetes y después de lubricarme, me metió un dildo y ella se metió la otra punta, quedamos unidas por el dildo mientras Antonio nos veía y se acercaba para que chuparamos su verga.

Al llegar el primer orgasmo, Alicia y yo nos quitamos el dildo y fuimos hacia Antonio, entre las dos chupamos su verga hasta que se vino y repartimos el semen entre las dos con un beso, fue la primera vez que besé a una mujer, comenzamos a tocarnos y me gustó tocar sus bubis, enormes, no resistí las ganas y comencé a mamarlas, ella estaba recostada y yo sobre ella, Antonio se puso detrás de mi y me metió de un solo empujón su palo, lo metía, lo sacaba y después en Alicia, se lo metía a una, lo sacaba y a la otra, los gemidos eran incontrolables.

Alicia estaba como loca y yo también, mientras yo montaba a Antonio, ella puso su concha sobre la cara de él para que siguiera chupándola, intercambiamos posición, yo me sentía tan puta, que no podía creer lo bien que la estaba pasando.

Cuando Antonio terminó, nos metimos a bañar los tres, y nos enjabonamos y tallamos unos a otros, nos secamos y descansamos un rato, Antonio se quedó dormido pero Alicia y yo aún teníamos ganas, por lo que seguimos con nuestra reunión, nos cogimos una a otra con los consoladores, al despertar Antonio, Alicia tenía un Arnés y me estaba penetrando, yo gemía como nunca, y para callarme, Antonio me dio su verga para que la mamara mientras Alicia me penetraba la concha, Antonio la boca.

Así seguimos jugando los tres toda la noche y el día siguiente sólo paramos para bañarnos y comer algo, sin duda esta experiencia ha sido la mejor que he tenido. De vez en cuando nos juntamos para jugar