Mi Ex-Cuñada

Como hago el amor con mi excuñada en una relacion que aun hoy continua.

Yo conocía a Silvia desde pequeños. Ella tiene mi misma edad y en la urbanización de chalets donde veraneábamos jugábamos juntos. Según fuimos creciendo a mi Silvia me atraía cada vez más, pero le veía tal belleza que nunca pensé que yo le pudiera atraer. Entre nosotros existía una gran complicidad y poco a poco los "juegos" de niños empezaban a tener su picardía en la adolescencia. Pasado el tiempo empezó a salir con un chico, su actual novio, y al año siguiente yo empecé a salir con su hermana, que era dos años menor que nosotros. Su hermana y ella son como amigas y las salidas de las dos parejas eran continuas. Y yo cada vez más soñaba con poder tener una aventurilla con mi cuñada. Seguía habiendo mucha complicidad entre los dos, y por ejemplo, aprovechando los juegos en su piscina aprovechábamos para, "inocentemente", tocarnos.

Pero mi relación con su hermana acabó. Desde entonces ya no nos veíamos tanto como antes. Como era tan buena la relación entre las dos hermanas, yo tampoco quise llamar a Silvia muy a menudo para evitar que malos rollos entre ellas. Alguna vez quedamos a tomar café, charlábamos por teléfono, pero por pura cortesía.

Un buen día sonó mi móvil. Era Silvia y me pedía que me pasara por su casa para ver si podía instalar un escáner en el ordenador que no le funcionaba. Me daba mucho corte ir a su casa después de haberlo dejado con su hermana, pero me contestó que sus padres estaban de viaje, y su hermana en un viaje de la universidad que le llevaría unos días fuera. Quedé con ella esa misma tarde.

Ex-cuñadito, como estás ??

Nos dimos un par de besos. A sus 27 años es una preciosidad. Tiene una media melena castaña, unos ojos marrones que tiran para atrás, una pequeñita boca con labios sensuales y los dientes delanteros con una pequeñas imperfecciones que la hacen más atractiva. En sus 165 cts. esta su figura, con un culito precioso y unos pechos pequeñitos pero adorables. Vi que llevaba puestos unos pantalones vaqueros, y una bata de estar por casa rosa.

Estuvimos conversando un rato de nuestras cosas, preguntándonos sobre nuestras obligaciones, etc. Al rato conseguí poner en marcha el escáner que me había llevado hasta allí y cuando me fui a despedir me insistió en que me quedara a cenar. Ella iba a estar sola ya que ni sus padres ni su hermana volverían, y su novio, al que por cierto nunca soporté, tampoco iría esa noche a verla.

Nos pusimos a preparar la cena y cada vez más me imaginaba a Silvia en mis brazos. La situación me daba mucho morbo. En el chalet donde tantas veces había hecho el amor con su hermana, estábamos ahora ella y yo solos si la posibilidad de que nadie nos molestara. Mientras preparábamos la cena descorché una botella de vino, brindamos, nos mirábamos, sonreíamos, y el vino hizo el resto.

Nos sentamos en la mesa. Descorchamos otra botella de vino, serví dos copas y brindó

Por nosotros Víctor.

Nuestras miradas se cruzaron una vez más, pero esos segundo se me hicieron eternos, hasta que de pronto se acercó a mi y nos besamos. Fue un beso que los dos habíamos deseado durante mucho tiempo. El beso fue subiendo de intensidad. Nos levantamos y nuestras manos empezaron a recorrer nuestras espaldas. Desabroché la bata que llevaba puesta y apareció ante mi un bonito jersey. Comencé a acariciar su espalda por debajo del jersey, no dejábamos de besarnos.

Víctor, dijo ella, quiero que me hagas el amor en mi habitación.

Nos dirigimos a su habitación. No me lo podía creer, estaba en ese lugar prohibido con el que tantas veces había fantaseado con mi ex cuñada. Caímos en su cama, y mis manos ya recorría todo su cuerpo. Me recreaba en su culo pero aún por encima de los vaqueros. Me quito la camiseta, yo quise hacer lo mismo con su ropa pero me detuvo.

Primero quiero disfrutar yo, ten paciencia.

Tenía la poya que me iba a reventar. Al quitarme los pantalones mis slips no pudieron apenas contener la erección de mi verga que luchaba por evadirse. Bajo lentamente mis calzoncillos quedando mi poya liberada. Con sus pequeñas manos la cogió y se la introdujo suavemente en su boca. Casi no le cabía todo. Lentamente y desde los huevos subía. Estuvo saboreándola, jugando con ella, disfrutando como una cría. Continuó por mi torso que estaba desnudo y caliente. Lamía mis pezones que ya estaban duros, mientras con su mano seguía jugando con mi verga. Se sentó sobre mi pecho, nos volvimos a besar y se acercó a mi oído.

Quiero que sepas que has sido el primero, que nunca me he comido una poya, ni siquiera la de mi chico.

Pues sabes que cuando quieras puedes seguir practicando con la mía. Le contesté

Esa afirmación consiguió ponerme mas a cien si cabe. Lentamente se quitó el jersey y el sujetador. No me resistí a acariciar su pechos. Serían una 85, con unos pezones oscuritos. Se mantenían muy firmes. Ahora fui yo quien la acostó en la cama, y empecé a saborear su pechos. Sus pezones estaban muy duros y yo los mordisqueaba suavemente. Se le notaba excitadísima, sus manos arañaban suavemente mi espalda mientras me contaba que se había masturbado en muchas ocasiones pensando en esta situación.

Nunca mas deberás hacerlo porque me tendrás cuando desees. Le dije.

Bajé lentamente sus vaqueros y uno olor me confirmó lo excitadísima que estaba. Se había corrido ya en un par de ocasiones y su braquitas estaban completamente empapadas. Apartando las braguitas empecé a buscar su clítoris. Separé suavemente sus labios vaginales y estuve un buen rato jugando con mi lengua. Le introducía mi lengua en su empapado coñito y por fin apareció su clítoris. Era la primera vez que caía en una boca y se le notó. Silvia disfrutaba como nunca antes lo había hecho. Tuvo un par de orgasmo mientras jugaba con mi boca. Mis dedos buscaban su culito, pero preferí dejarlo. Si todo iba como yo quería esta no sería la única vez.

Me incorporé e introduje mi pene en su vagina. Entró suavemente por lo lubricada que estaba. Abrazados hicimos el amor un par de veces.

Que sepas que has hecho realidad una de mis fantasías, me dijo.

Cuando quieras seguimos por las otras, bromeé, Siento que la cena se haya quedado.

Esa noche me marché a casa habiendo tenido una de las mas satisfactorias relaciones. Ese día comenzó una relación especial que ha día de hoy seguimos manteniendo.

CON TODO MI CARIÑO, PARA TI, SILVIA. MUAK ¡¡¡¡¡¡