Mi esposo, mi amante y yo
Tenía ganas de cumplir un capricho, juntar a mi esposo y a mi amante
Mi esposo, mi amante y yo
Tenía tiempo que mi marido y yo fantaseábamos con una tercia muy especial, si bien me resultaba morbosa e interesante la propuesta, realmente no lo había tomado en serio, sin embargo muchas veces mientras me cogía me susurraba al oído escenarios taaaan eróticos que no pude menos que ir dándole forma a la fantasía.
Primero quiero explicar una cosa para que se entienda el contexto, desde hace unos años salgo con una persona que me coge delicioso, mi marido está enterado de esta situación y le resulta excitante la idea de saber que otro me coge, pero no lo era suficiente quería verlo con sus propios ojos, así que fue manipulándome poco a poco para que fuera yo misma quien se lo propusiera.
Una tarde mientras intercambiaba mensajes con mi chico simplemente se lo propuse, pensé que se detendría a pensarlo pues a final de cuentas me parece que no es tan fácil hacer una tercia con el marido de la mujer a quien te estás cogiendo, sin embargo le gustó la idea y entre los dos planeamos y fantaseamos lo que haríamos.
Fue complicado arreglar la fecha ya que ambos tienen un horario complicado de trabajo y de alguna manera también fue muy difícil para mi vencer la última barrera de cordura que me quedaba y es que si me detengo a pensar fríamente las cosas no es tan sencillo juntar al marido y al “amigo”, anteriormente habíamos interactuado con otras personas, pero el hecho de tener a alguien por quien se tienen sentimientos o una relación mas firme es completamente distinto, sin embargo cada que imaginaba tenerlos a ambos para mi sola me mojaba de una forma escandalosa, carajo los deseaba tanto!!!
El día que acordamos estuve inquieta todo el día pensando en lo que me pondría, buscaba un atuendo que pudiera gustarles a ambos y en medio de eso no podía dejar de pensar: si uno de ellos no llegaba? Y si a la mera hora alguno se arrepentía? Y si algo salía mal? Pfff, mejor me tranquilizaba.
Por la tarde noche llegó mi esposo, se metió a dar un baño, le ayudé a preparar su ropa intentando no pensar en cosas que me hicieran poner más nerviosa, fué cuando llegó el mensaje de confirmación de él que comencé con ese conocido cosquilleo en el estómago tan característico de cuando lo veo nos veríamos en un par de horas en el lugar acordado, no me pareció correcto invitarlo a casa, nos veríamos en un hotel discreto, me puse un vestido que sabía que a ambos les gustaba, un par de zapatos altos y un jueguito de lencería a tono.
Mi esposo y yo salimos con tiempo pasaríamos a comprar algunas cosas que nos hacían falta, después de todo el plan era pasar una noche divertida y cachonda,al llegar al hotel mi entre pierna ya estaba chorreante, caliente e hinchada, respiraba a jadeos ,había soñado tanto tiempo con ese momento que la verdad es que ya me urgía tenerlo entre mis piernas, un rapidito para entretener la panocha antes de que el llegará, apenas entramos a la habitación y comencé a desnudarlo, llenando su cuerpo de besos y saliva, bajé poco a poco hasta su entrepierna abrí la boca lo mas que pude y la metí hasta el fondo, sentí como su deliciosa verga chocaba contra mi garganta pero eso no me importó, pude ver su cara de sorpresa al verme completamente desbordada de ganas, la mamé con gusto, chupando, succionando, lengüeteando, y es que disfruto tanto tener mi boca llena.
De la punta comenzaron a escurrir gotitas saladas que sabían a gloria, me acomodé en la orilla de la cama abriendo mis nalgas con mis propias manos, no había invitación mas clara que esa, comencé a mover el culo haciendo círculos sobre su verga embarrándola completamente entre mis nalgas, lo sentía temblar, estaba caliente y descontrolada, con su verga chorreante intentando entrar en mi culito, pues si eso quería por mi era perfecto, poco a poco fue abriéndose camino, pero no teníamos mucho tiempo así que de un empujoncito terminé metiéndola toda, moví mis caderas adelante y atrás ensartándome sola, algo de la situación me ponía muy caliente, tal vez el pensar que mi marido y mi amante me cogerían entre los dos.
Mi vagina comenzó a contraerse y un hilillo de fluidos fue resbalando por mis piernas, antes de que pudiera pedirle su leche en mi culito se salió diciéndome que me apurara a lavarme ya que pronto llegaría él, miré mi reloj y tenía razón pronto llegaría así que me levanté acercándome para darle un beso húmedo de agradecimiento, me metí a darme un rápido baño y a arreglarme el maquillaje un poco.
Pasados unos minutos tocaron la puerta del cuarto, mi corazón dio un brinco y mi rajita volvió a mojarse, ya había llegado!!!mi esposo se adelantó a abrir y al verlos juntos me di cuenta de que eran bien diferentes uno era de tez clara mientras que el otro era moreno, uno era más alto ,el otro más delgado, fui observándolos y no pude evitar hacer algunas comparaciones, al igual las haría más adelante cuando los tuviera a ambos entre mis piernas.
Un apretón de manos cerró un saludo muy cordial, lo invitó a pasar y a ponerse más cómodo, lo saludé muy formal, un beso en la mejilla y un –como estas? Se quedó extrañado ya que siempre he sido algo efusiva con el , lo jalé de una mano al interior y le quité la mochila que traía cargando a la espalda, a pesar de desearlo tanto no supe como actuar o que hacer, mi esposo intervino quitando un poco de tensión al momento al preguntarle algo tan trivial- saliste temprano de trabajar?, mi chico agradeció la pregunta con una sonrisa muda ya que también se sentía algo tenso-Pues a la misma hora y tu? No trabajaste hoy?, un intercambio de trivialidades se siguió a eso, aproveché el momento para mojarme un poco la cara y pensar bien si lo que estábamos a punto de hacer no nos traería una ruptura completa.
Mi esposo se acercó por mi espalda y comenzó a besarme los hombros, sus manos sobre mis pechos, comenzaban a calentarme una vez mas, yo repegaba mi trasero a su verga ya erecta, mi chico seguía de pie completamente vestido sin saber exactamente si intervenir o simplemente ser espectador, era la primer vez que interactuábamos los tres, la situación nos generaba morbo pero al mismo tiempo nos ponía algo nerviosos, unas palabras a mi oído me bastaron para dar rienda suelta a mis ganas, me acuclillé frente a el y desabotoné su pantalón dejando libre su deliciosa verga que tan loca me traía, abrí la boca lo mas que pude para saborearla.
Unos minutos me duró el placer ya que eran tantas las ganas que tenía de sentirme llena de nuevo le pedí que me la metiera, mi esposo recostado sobre la cama me ofrecía su verga para mamar mientras él me cogía la panocha y es que la que no ha tenido dos vergas al mismo tiempo no sabe lo que se pierde.
Quería mas, deseaba sentirme llena por mis dos orificios así me levanté a buscar en mi bolso un tubo de lubricante, me puse un poco en mis dedos y me aseguré de lubricarme bien, mi chico dándose cuenta de lo que se trataba se ofreció a ayudarme metiendo un dedo hasta el fondo de mi culito haciendo círculos en el interior, mi esposo con su cabeza debajo de mis piernas se dedicaba a lamer las gotas de jugo que escurrían-delicia de lengua!!!!
Un segundo dedo me sobresaltó sentía mi culo lleno y se escuchaba un sonido excitante al rozar sus dedos en mis paredes, la cara de mi esposo completamente batida con mis jugos, me tomó de la cadera acercándome a la orilla de la cama, se tendió de espaldas pidiéndome que me sentara encima de el, ahh ya entendía de que se trataba, me ensarté y jalando a mi chico detrás de mí le pedí que me penetrara, se puso un poco de lubricante aprovechando para masturbarse observando como rebotaba encima de mi marido.
Me pellizcaba los pezones y lo jineteaba, mi esposo conteniéndose para terminar marcaba un ritmo leve tomándome de la cadera impidiéndome acelerar la cogida y mi chico a un lado de mi me preguntaba si me gustaba sentirme llena, cuando estaba por terminar lo sentí acomodarse detrás de mi y poco a poco fue metiéndomela, la diferencia entre sus vergas era considerable ya que el la tenía un poco mas gruesa, me dolía e intenté sacarla, pero el me tenía sujeta fuertemente y mi esposo debajo de mi tampoco me permitía moverme, así que lo único que me quedo fue quedarme quieta mientras me acostumbraba a su tamaño, cuando la tuve toda dentro comenzó a moverse suavemente ya que teníamos que acoplarnos los tres, los sentía a ambos, los escuchaba, los olía, sus pieles rozándome me tenían loca uno besaba mi espalda y el otro mis pechos, dos pares de manos me acariciaban, sin duda era la mejor experiencia.
Cuando por fin logramos descifrar que mi chico era quien marcaba el ritmo nos dejamos llevar, cada que el metía y sacaba sentía como se rozaban yo estaba mojada y gemía sin parar, estaba a punto de estallar y ellos lo sabían, mi chico me tomó del cabello, sabe cuánto me gusta eso, la palma de su mano se estrelló en mis nalgas-te gusta puta? Lo estas disfrutando verdad?
-mmm si me encanta!!!
-te gusta ser nuestra puta?
-siii, me gusta, soy suya!!!
De verdad que me tenían a mil, mi vagina comenzó a contraerse soltando pequeños chorritos de fluido, la verga de mi marido también vibraba y sus gemidos me indicaron que lo estaba disfrutando.
Mi chico comenzó a acelerar sus empujes, iba a terminar y lo sabía me gustaba mucho sentirlo perdido de placer, era delicioso saber que le daba placer, mi esposo viendo mi cara de gozo me propinaba unas buenas cachetadas diciéndome lo puta que me veía y eso me encantaba, estaba perdida de placer, mi vagina chorreaba flujos y no podía parar de gemir, lo sentía hasta el fondo y ese sonido que hacía su pelvis al chocar con mi culo me extasiaba.
Tomándome del cabello me obligaba a arquear mi espalda es una posición medio incomoda, aventando mis pechos hacía el frente, mi esposo me mordía los pezones y aprovechaba verme inmovilizada para estimular mi clítoris.
No podía mas sentía que un gran orgasmo estaba por llegar y mi piel comenzaba a erizarse, de pronto un corrientazo paso por mi cuerpo, gemí como nunca y una sensación de calor me inundó, tomándome fuertemente la cadera dio los últimos empujones llenándome completamente con su rica y deliciosa leche, me dejé caer sobre el pecho de mi esposo, buscando reposo.
Recostados sobre la cama con los ojos cerrados asimilábamos lo que había pasado, la experiencia no era nueva pero si diferente ya que tenía sentimientos muy fuertes hacía ambos, me gustaba sentirlos junto a mí.
Después de un rato y de pasear mis dedos por le pecho de mi chico y de dejar u beso por aquí y otro por halla fui bajando poco a poco hasta llegar a su deliciosa verga, la tomé suavemente entre mis labios chupando, lengüeteando y dejando un reguero de saliva por su abdomen, había logrado despertarla, me monté encima de el que aún estaba adormilado, lo besé para despertarlo pasando mi lengua por sus el contorno de sus labios y me moví suavemente.
Con el movimiento mi esposo se despertó sin embargo se limito a mirarnos desde su lugar, su verga comenzaba a despabilarse ,así que la frotaba entre su mano, subiendo y bajando lento, disfrutaba la vista, me estiré hasta donde el estaba para besarlo, me sentía tan bien que no quería que terminara, pero mi chico estaba agotado, una segunda venida no se hizo esperar, estaba llena de leche por mis dos orificios, cansada, sudorosa pero feliz en medio de mis dos machos, mi esposo a punto de terminar me jaló hasta ponerme su verga entre mis labios, recibí su semen en mi garganta, era lo último, después de dejarlo bien limpio me acomodé con uno de ellos a cada lado y dormí feliz de haber compartido un momento tan rico.