Mi esposo me entrego a otro hombre.
A principio lo dude,pero con su insistencia me convenció y acepte.ahora yo le enseño lo que mi amante me enseña en cada encuentro.
Un escalofrío recorría mi cuerpo por completo, las palmas de mis manos sudaban, sentía como mis piernas temblaban, y mi estomago sentía un gran vacío, los minutos se me hicieron toda una eternidad…pero de pronto escuche sus pasos subiendo las escaleras, mire como se abría la puerta y entraba, ahí frente de mi se detuvo, me miro y se dio cuenta como me temblaban las piernas, escuche su voz y me dio un poco de tranquilidad lo que me dijo.
-hola, veo que tu esposo cumplió su palabra, estas temblando pequeña, y no deberías de hacerlo, yo soy un caballero y no haré nada que no quieras, ahora bien, estoy seguro que en un par de horas tu misma suplicaras que no me detenga…y serás tu, quien ruegue por sentir mi pene dentro de tu vulva.
-en ese momento se aproximó hasta quedar justo pegado a mi cuerpo, sus manos me tomaron por la cintura y busco mi boca con la suya, sus labios probaron los míos, yo solo me deje llevar por el momento, no me di cuenta cuando el temblor abandono mi cuerpo.
Se apartó y tomándome de la mano me hizo seguirlo, bajamos a la sala, donde se sentó en el sofá, solo así el sentado y yo de pie, podíamos quedar frente a frente…vaya que es alto pensé en silencio, ahora me puso las manos en mis nalgas y me atrajo hacia él, sentí que un bulto crecía en su entrepierna, mi vulva estaba pegada a él, los besos y las caricias, terminaron por doblegar cualquier signo de resistencia.
Con movimientos suaves, me sentó en sus piernas, sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, cuando encontró los botones del vestido, los fue desabotonando uno a uno, por fin mi vestido se abrió de par en par, se apartó y miro mi cuerpo, mientras me observaba termino por separar mi vestido totalmente…ahora las caricias eran sobre mi piel, nuevamente sentí un temblor por todo mi cuerpo, beso mi cuello y esa caricia me enloqueció, un suspiro escapo de mi garganta, soltó mi sostén y este cayó al piso, ahora solo quedaba una prenda sobre mi cuerpo, dirigió su boca a mis tetas, su lengua recorrió la aureola y se detenía en mis pezones…estos se irguieron desafiantes, parecían estar a punto de explotar, jamás los había sentido tan duros como ese momento, las yemas de sus manos se apresuraron a dar un suave masaje en mis nalgas, me puso de pie frente a el…y con una calma que me ponía mas excitada tomo las pantaletas de los costados y la bajo hasta que esta cayó a mis pies, la moví a un lado y en verdad en ese momento me estaba entregando a el…sin importarme nada.
-separa tus piernas ¡quiero tocar tu vulva!
-separe las piernas y su mano hizo un recorrido desde mis nalgas hasta mis labios vaginales, tan solo sentir esos dedos pasar por mi vulva, me hizo perder la cordura, y mas cuando miro sus dedos mojados, y los llevo a su boca para chuparlos…sin dejar de mirar mis ojos.
-Sonia, ¿te han hecho sexo oral alguna ves?
-no, jamás.
-¿y tu, lo has hecho?
-no.
Perfecto, eso me agrada, por que seré yo quien despierte en ti esas sensaciones de placer…y mas aun, cuando te de un beso negro.
-en ese momento no sabia a que se refería con beso negro, pero antes de continuar con mi relato, me gustaría mencionar como es que había llegado a esa situación, y por qué mi esposo me había puesto ahí en la casa de aquel desconocido.
Usare el nombre de Sonia, tengo 19 años de edad, soy casada, y tengo un bebé de 6 meses…soy de complexión delgada, cabello negro, estatura regular, 1.60, mi cuerpo es normal, quizá lo único que ha cambiado un poco son mis tetas, debido a la lactancia, se ven mas grandes que antes de ser mamá, y mis pezones se han crecido casi al doble de lo que los tenia.
-me case cuando cumplí 17 años, mi esposo tiene un año menos que yo, y el inicio de esta situación fue, por culpa de una película, me faltaban 2 meses para dar a luz, y mi esposo y yo fuimos a un cine donde se exhibía una película de sexo…no recuerdo bien el nombre pero en si, se trataba de parejas que hacían intercambios entre ellos, de ahí le nació a mi esposo el deseo de que yo tuviera un amante…a principio me opuse, pero después de tanto insistir termino por convencerme…por medio de Internet el contacto con Roberto, acordaron el día, lugar y ahí estaba, la fecha llego. Ahora continuare con mi relato.
-salió de la habitación, regresando casi enseguida, en la mano llevaba una camisa suya, me la dio y me dijo lo siguiente.
-póntela, y abróchala saldremos a un lugar, dónde estarás mas a gusto. Quiero que jamás olvides nuestro encuentro.
-¡pero! ¿Solo llevare la camisa encima de mi cuerpo?
-si linda, y créelo, lo ideal seria que fueras sin nada, solo con tus zapatillas, pero es mejor cubrirte un poco.
-me puse la camisa, afortunadamente cubría un poco arriba de mis rodillas, sin embargo la tela delgada permitía que mis tetas y todo lo demás se traslucieran, con mucho pudor y tan rápido como pude Salí y subí al auto de Roberto, me acomode en el lado del copiloto y el tomo la avenida, se perdió en las calles de la ciudad, hasta que llegamos a un parque, estaciono el auto y me miro a la cara y al decirme lo siguiente quería ver mi reacción.
-Sonia, quiero que bajemos y caminemos un poco por el parque, después regresaremos y nos marcharemos a una casita de campo que me han prestado, donde te enseñare a gozar tanto que enloquecerás de placer.
-por favor Roberto, no puedo salir así, todavía hay gente y me sentiría incomoda… ¡por favor!
-no te preocupes, esperaremos un poco mas a que obscurezca, pero saldremos, veras que no pasa nada.
-ya estaba obscuro cuando se bajo y abrió la puerta de mi lado, sentía mucha vergüenza, de estar en esa situación, sin embargo me indico me tomara de su brazo y caminamos de lo mas normal posible, algunos hombres se detenían y no disimulaban su cara de morbo, yo me aferraba a su brazo y seguí caminando, quizá fueron unos 20 minutos de caminar, pero para mi fue una eternidad…regresamos al auto y antes de encenderlo me miro y me pregunto.
-¿Cómo te sientes Sonia?
-estoy temblando de miedo, no sabes lo que sufrí.
-pero dime que sentiste al caminar solo con mi camisa encima de ese delicioso cuerpecito que posees.
-¡sentía como el viento acariciaba mi cuerpo! Tengo que reconocer que estoy excitada y que me ha gustado, pero no se si me atreva a volver a hacerlo.
-cuando caminábamos, varios hombres te miraban el culito desnudo, y esas tetas que me tienen súper excitado, de verdad Sonia, estos momentos son algo verdaderamente deliciosos…tienes que aprender a disfrutarlos, sin ningún pudor.
-ahora vamos a la cabaña, es el momento de iniciarte en lo que pronto serás…un juguete sexual.
-al momento que arranco el auto, metió sus dedos en mi vulva, ya estaba muy mojada, nuevamente chupo los dedos y eso me excito mas todavía, llegamos a una zona un tanto boscosa, pasamos por una caseta de seguridad, nos abrieron la reja y pasamos, había muchas cabañas se notaba que era un lugar de descanso. Al final estaba la cabaña donde pasaríamos la noche, bajamos y caminamos al interior, encendió la chimenea y tomo asiento en una silla rustica frente de la chimenea.
Me llamo a su lado, y me sentó en sus piernas, la camisa cayo al piso, esta ves su mano busco mi vulva, acaricio mis labios vaginales…y por momentos tocaba delicadamente con las yemas de sus dedos mi pequeño botoncito rosado, poco a poco fue logrando su objetivo, llevarme al clímax del placer, me levanto en brazos y me llevo a la cama, me recostó boca arriba y busco mis tetas con desesperación.
-Roberto, espera por favor, tengo que decirte algo, antes de que continúes.
-que sucede pequeña, ¿te molesta algo?
-¡no, pero es que! Bueno me da pena decírtelo pero tengo que hacerlo…mis pechos me duele mucho, por que a esta hora es cuando mi bebé toma la leche, y ahora están tan duros que me duele un poco.
-ha es eso, no te preocupes en poco el dolor pasara.
-inicio a dar un masaje en mis tetas, con mucha suavidad, y después apretaba mis pezones, la leche empezó a salir en hilos delgados, no pensé que los llevaría a su boca, pero si lo hizo, empezó a succionar mi leche, poco a poco la hinchazón cedió, dando paso a una sensación de placer que jamás había sentido, tomo la leche de ambas tetas, y un buen rato después se apartó, me miro y me dijo.
-Ahora prepárate para llegar al cielo mi linda Sonia.
-se arrodillo en el piso dejando su rostro frente de mi vulva, su lengua resbalo, por mis labios vaginales, me sacudí violentamente con la caricia, repitió una y otra ves, hasta que yo misma abría mas mis piernas y gemía sin parar…mire su lengua como escurría de un liquido parecido a la leche, el disfrutaba de cada gemido que me arrancaba.
-sus manos alcanzaron mis tetas y tomando mis pezones con las yemas apretó sin lastimar, era una locura lo que estaba sintiendo, no se si por el calor de la chimenea, o por el calor de mi cuerpo, pero estaba sudando, se apartó y esta ves dio la siguiente indicación.
-date la vuelta, pero ahora ponte en cuatro patas, eleva las nalgas y sepáralas tanto como puedas.
-me di la vuelta y me puse en cuatro patas, separe las piernas y él se aproximó…ahora su lengua toco mi ano, me estremecí y le suplique no lo hiciera.
-¡por favor Roberto ahí no! Nunca lo e echo por ese lugar. Lejos de escucharme siguió con la caricia, primero yo misma contraía mi ano…después yo misma lo abría sin oponer resistencia.
-mientras chupaba mi ano, sus manos acariciaban las tetas, mi vulva escurría liquido vaginal, recordé sus palabras y era cierto, ya no podía mas, con un poco de pudor le implore, le suplique…no me importaba humillarme, ahora era yo quien deseaba ser penetrada.
-¡Roberto, dámela! Te lo suplico, estire mi mano tratando de tocar el bulto sobre su pantalón, pero no lo permitió, me dio una palmada en mi nalga al tiempo que me decía.
-espera un poco mas Sonia, todavía no…déjame seguir chupando tu culo, esta delicioso, y es mio solo mio pues nadie lo ha tocado.
-se acomodó nuevamente y siguió chupando, los gemidos se hicieron mas frecuentes, se apartó y ahora se tiro en el piso me llamo y esta ves quede sentada en su cara…su lengua parecía de fuego, yo misma me movía para seguir sintiendo placer, me tomo por la cintura y me ayudo a moverme mas rápido, me arranco un orgasmo, quede sin fuerzas sentada sobre su cara.
Me ayudo a incorporarme, me senté en la silla y ahora él se desnudo frente de mi, al quitar su bóxer me estremecí de mirar tan delicioso pene, no había comparación con el de mi esposo, Roberto lo tiene grueso, sus venas hinchadas, y quizá el doble de largo, se paro frente de mi y guio mi cabeza hacia el pene, sentí nauseas, y me aparte, el me miro y me dijo ven llevándome a la cama.
-separa las piernas, y ponte floja.
Puso el pene en la entrada y lo metió con suavidad…todo estaba dentro de mi vulva, la cual se contraía y el parecía sentir placer, dio un jalón y lo saco por completo, mire como salía totalmente blanco, y lubricado por mis jugos vaginales.
-mira Sonia, esto es prueba de que estas tan excitada como yo, ¿dime algo, lo estas disfrutando?
-si Roberto, pero por favor métela nuevamente, no puedo soportar mas necesito tenerla dentro.
-antes tienes que ganarte el premio, mira tienes que mamar mi verga, no tengas asco, esta leche que tiene es tuya, y solo tienes que abrir tu boquita y chupar, dame ese placer que yo te e dado y será tuya, hasta que estés satisfecha.
-cerré los ojos y abrí mi boca tanto como pude. Sentí cuando la punta entro, y después ya estaba dentro, cerré los labios tratando de acostumbrarme al sabor, no sabía tan mal era agridulce, poco a poco le tome gusto, chupe y chupe, cuando me acostumbre abrí los ojos, trate de meterla por completo y lo logre…él se arqueo y me tomo del cabello apretándolo, lo saco y me dijo con una sonrisa.
-lo ves amor, no pasa nada, deja que la moje nuevamente con tu leche.
Me lo metió nuevamente y volvió a salir escurriendo, lo chupe más y esta vez como si fuera toda una experta.
Por fin después de un rato, se apartó de mi, se sentó en la cama y me ayudo a subir quede de espaldas a él, me sentó y yo misma me fui penetrando, el placer era intenso…separo mis piernas con las suyas y comenzó a meter y sacar en un vaivén delicioso.
-se quedo quieto y sin pensarlo yo me moví levantándome y sentándome, no quería dejar de sentir ese placer. Mi vulva estaba hirviendo, me tomo de la cintura y me movió en círculos, mi vulva palpitaba y se contraía, el disfrutaba de cada apretón de mi vulva.
-al mismo tiempo explotamos en un torrente de leche, en ese momento agradecí haber dado a luz a mi hijo por la vía de la cesárea. Mi vulva estaba intacta, y aquel formidable pene me estaba haciendo gozar como nunca.
-nos pusimos de pie, y me tomo de la cintura con una facilidad extraordinaria me subió a su cintura, me ensarto de un solo empujón, parecía que yo estaba sentado en el, me tome de su cuello y el paso sus fuertes brazos por mis piernas las elevo, y quedaron sobre sus hombros…sus manos atraparon mis nalgas y me subía y bajaba de forma rápida.
-esta ves el termino primero dentro de mi, su leche corrió como lava hirviendo por mi vulva, poco después yo me estremecí al tiempo que tenia un orgasmo mas…en ese momento estaba fuera de la realidad, solo deseaba seguir disfrutando de aquel pene.
Por fin terminamos exhaustos, nos recostamos en la cama, descansamos un rato y después me llevo a casa, en silencio lo miraba conducir…sabia que jamás podría vivir sin el, ahora solo era saber que opinaba mi esposo.
Llegamos a casa, en una colonia popular, mi esposo salió y me miro bajar del auto, con la camisa puesta, yo entre a casa mientras él se quedo hablando con Roberto.
Cuando entro me sorprendió mirarlo tan alegre, me miro y me dijo.
-Sonia mi amor, Roberto esta contento contigo, quiere verte la próxima semana, a y me dijo que tu ropa la pasara a dejar el lunes, pero dime, ¿tu deseas verlo nuevamente?
-si mi amor, creo que ya no podre vivir sin el, me ha dado tanto placer, y todo gracias a ti.
-bueno Sonia, ya ves que todo a sido fácil, ahora a descansar que mañana me toca a mi.
Me quede dormida abrazada a mi esposo, soñé con cada momento vivido esa noche, el lunes llego por la mañana, cuando mi esposo se había ido al trabajo, solo me dio la ropa en una bolsa y me dijo dentro hay un papel, léelo y me avisas que opinas…se despidió y yo entre a la casa.
Aquel papel decía, Sonia, la semana próxima pasaremos juntos 2 días tu esposo ya lo sabe, pero antes quiero preguntarte algo, y de tu respuesta depende que nos veamos o no…me gustaría estrenar tu culito, seria mi mayor deseo, si aceptas llámame a este numero y solo di si, si no llamas no te buscare mas.
Lo pensé con cuidado, y después de recordar como me chupo el ano, decidí aceptar lo llame y le dije si. Estas ves aquí termina mi relato, en días próximos escribiré como me fue esa segunda noche donde le entregue mi ano, llevamos un par de meses viéndonos y ha sido lo más delicioso que nos ha pasado a mi esposo y a mí.