Mi esposo me dejó de salir con mi suegro
Mi suegro le pide permiso a mi esposo para que lo acompañe a una reunión con sus amigos
Estaba acostada con mi esposo, estábamos por dormirnos, cuando sonó el celular de Arturo, él contestó, saludó a su papá, hablaron por algunos minutos, él le dijo que se imaginaba que no había problema, que me iba a preguntar, Arturo me preguntó si haría algo el siguiente día en la noche, le dije que no, habló algunos minutos más con él y colgó. Mi esposo me dijo que mi suegro tenía una reunión con algunos de sus amigos de la universidad, que iba a ir con mi suegra, pero que se pelearon y que no quería ir solo, que si yo lo podía acompañar, le dije que sí, me dijo que él le avisaría al siguiente día en la mañana, yo me quede pensando en que ojala solo fuéramos un rato y después mi suegro me llevara a coger, pero eso ya lo vería al siguiente día.
En la mañana me llegó un mensaje de Arturo, me dijo que ya le había avisado a Eduardo que si iría con él, que me llamaría para coordinarnos. Como media hora después de eso sonó mi teléfono, era mi suegro.
P –Hola mi amor, ¿cómo estás?
E –Bien putita, y tú.
P –Feliz de que me hablé mi macho favorito, el dueño de la verga que tanto me gusta.
E –Ya te dijeron lo de hoy.
P –Sí, preferiría estar contigo en el hotel, pero bueno, lo que sea por ti mi querido suegrito.
E –Puta realmente no hay una reunión con mis amigos, le dije eso a tu suegra y después hice que se enojará conmigo para que después tú salieras conmigo con el permiso del cornudo.
P –Por eso eres mi amante favorito, siempre piensas en como estar con tu puta.
E –Primero vamos a bailar y después ya nos vamos a un hotel.
P –Muy bien mi amor, ya quiero salir contigo, como quiero que me vista.
E –Ponte un pantalón de tela, sin bolsas sin nada, súper pegado, que sea negro y botas negras, lo demás lo escoges tú.
P –Muy bien suegrito, a qué hora pasas por mí.
E –A las 8.
P –Muy bien, te estaré esperando.
Todo el día estuve muy caliente, en ningún momento dejé de pensar en mi suegro y su enorme verga, quería ya tenerla entrando en mí. Como a las 6 me metí a bañar, para dejar todo mi cuerpo muy limpio para mi amante favorito, me vestí con una tanga negra, brassier blanco, una blusa blanca y el pantalón y las botas que me había pedido que usara mi suegro. Me puse uno de mis mejores perfumes, y por último me puse una chamarra de piel, realmente me veía muy bien.
Como a las 7 y media llegó Arturo, al verme me dijo que me veía hermosa, yo estaba sentada, me hizo pararme, dar una vuelta.
A –Que ricas se te ven las nalgas, pero no te parece mucho para acompañar a tu suegro a una reunión.
P –Si quieres me cambio, si tú crees que tu papá me mira de otra forma me cambio, es más si estás pensando mal le avisamos que no voy con él.
A –Por favor no te enojes, no lo dije por él, lo digo por los hombres que irán a esa reunión.
P –Y tú crees que tu papá no me cuida, tu papá es un caballero, siempre me ha dado mi lugar y jamás ha permitido que alguien no lo haga.
A –Perdóname mi amor, ya sabes que a veces me pongo muy celoso.
P –Yo jamás te doy motivos, además me habías prometido que ya no lo harías y lo peor de todo es que dudes de tu papá.
Él me estuvo pidiendo perdón, yo le decía que me dejará en paz, a las 8 llegó mi suegro, Arturo le abrió, cuando entró me vio muy enojada, me preguntó por qué le dije que su hijo otra vez estaba de celoso, él le preguntó que que le daban celos, Arturo le dijo que se nos hacía tarde, yo le dije que lo olvidara, le pedí a mi suegro que se adelantara al carro, él salió yo me acerque a Arturo y le dije que si quería me quedaba, él me dijo que no y se disculpó otra vez, yo le dije que no sabía porque se encelaba que solo tenía ojos para él, él me sonrió y me besó, después de un beso rápido le dije que si no lo amara tanto ya lo habría engañado para que realmente dudara de mí, él me dijo que si yo alguna vez había pensado en serle infiel, le dije que no, que lo amo demasiado, que en el tengo todo lo que necesito, salí de la casa, me subí al carro de mi suegro, nos fuimos y en el camino le platiqué lo que paso, me preguntó que si quería que él hablará con Arturo le dije que no, que él fingiera no saber nada.
Llegamos al lugar donde fuimos a bailar, al bajar del carro mi suegro pudo ver cómo se me veían las nalgas en ese pantalón, pues él no me había visto parada por atrás.
E –Que nalgas tan ricas se te ven, como me gusta este culo.
P –Esta es la ropa que escogiste para tu puta.
Entramos al lugar, nos dieron una mesa, pedimos algo de tomar, ponían todo tipo de música, él y yo nos fijamos que no hubiera nadie conocido, pero había demasiada gente, así que decidimos no confiarnos y no abrazarnos, no besarnos.
Bailamos un rato, pero yo tenía muchas ganar de que nos abrazáramos, que nos besáramos, pero no me sentía segura con tanta gente. En un momento en el que estábamos bailando pusieron música para que las mujeres movieran las nalgas enfrente de los hombres, yo quería restregarle todo mi culo a mi suegro, pero no podíamos, nos sentamos otro rato, terminamos lo que estábamos tomando, se acercó el mesero, mi suegro iba a pedir algo, yo le dije al mesero que esperara, que regresara un rato después.
P –Eduardo, no estoy a gusto aquí, no te puedo besar o acariciar, demostrarte que esta puta quiere que te la cojas, que no vivo sin tu deliciosa verga.
E –Tienes razón, yo también tengo ganas de tocarte.
Llamamos al mesero y pedimos la cuenta, salimos del lugar, cuando nos subimos al carro, avanzamos como unas 10 cuadras, mi suegro se estacionó y me besó, una de sus manos la llevó a mis tetas, nos estuvimos besando por un rato.
P –Ya llévame al hotel, quiero que me des verga hasta que me canse, suegro me fascina ser tu puta.
Llegamos al Monarca, el lugar al que tantas veces había ido con varios amantes, con mi suegro iba poco porque él prefería tenerme en donde normalmente no lo hacía con mis otros amantes.
En el cuarto, me abrazó, me besó y en ese beso tan rico me acarició las nalgas. Yo estaba muy caliente, si hay algo que me gusta demasiado es que mi suegro me agarré las nalgas, me gusta saber que le gustan tanto que es capaz de agarrárselas a la mujer de su hijo.
Me hizo ponerme de perrito en la cama, paré lo más que pude mi culo, él se puso atrás de mí, me tomó de la cadera y empezó a darme besos en las nalgas, después pasó su lengua por mi culo.
P –Así papi, disfruta mi culo, estás nalgas son tuyas.
E –Sí, pero se las das a todos.
P –Es que soy bien puta, pero contigo es con quien soy más puta.
Mi suegro siguió chupándome, cuando sintió que la lengua se le estaba secando, para dejarlo descansar le saque la verga y se la empecé a chupar, mi lengua iba por todos lados, pero lo que más me gusta es su cabeza, así que mi lengua le dio el mejor trato posible, estuve así un rato, cuando pensé que mi suegro se iba a venir me la sacó, me pidió que nos desnudáramos. Cuando ya estábamos desnudos, me acostó en la cama, me abrió las piernas y me chupó la concha, su lengua iba por todos lados, yo gemía, sentía como su lengua quería entrar en mi vagina, cuando su lengua pasaba por mi clítoris mi cuerpo se movía por todos lados, las sensaciones que tenía eran deliciosas, yo no dejaba de gemir, tomaba de la cabeza a mi suegro y le pedía que me siguiera chupando, él lo hacía, yo llegué al orgasmo.
P –Me vengo, sí que rico.
Él me siguió chupando, prolongo mi placer, después me dio la vuelta y me empezó a chupar el ano, yo sentía muy rico, me metió los dedos por el culo, cuando me lo dejó bien abierto, me hizo ponerme en cuatro, no sabía si me la iba a meter por la vagina o por el ano, pero yo ya la quería adentro.
Eduardo agarró su pene, me lo pasaba por el ano y por la vagina, lo hizo varias veces, yo ya quería que me cogiera.
P –Quiero que ya me metas tu vergota suegrito.
E –Espera putita, me gusta ver cómo te pones cuando no te la meto.
P –Ya métemela, no seas así, que no te das cuenta que no soporto tener tu verga tan cerca y no tenerla dentro, vamos macho, dámela ya.
Mi suegro se rió, puso su verga en la entrada de mi ano y me la metió toda.
P –Por fin suegro, ya no aguantaba más sin tu pito adentro.
E –Que buenas nalgas tienes.
Antes de movernos, mi suegro me dio algunas nalgadas.
E -¿Quién es tu macho puta?
P –Tú papi, tú eres mi macho.
Empezamos a movernos, sentía como mi ano se abría, sentía lo caliente de su hermosa verga, él me agarraba por mi cintura, que rico era que estuviéramos así, yo gemía, él me decía puta, culona, nalga fácil, me excita mucho que mi suegro me trate como a una puta.
Nuestros cuerpos ya estaban muy calientes, nuestros gemidos se estaban convirtiendo en gritos, sentí como mi suegro respiraba más rápido, me dio una nalgada muy fuerte, me jaló del cabello hizo que mi cabeza se hiciera para atrás.
E –Eres una puta, te gusta la verga, pues toma.
P –Sí mi amor soy una puta, dame tu verga.
Mi suegro me la sacó, yo me desesperé.
P –Méteme la verga cabrón, no me dejes así.
Él se sentó en la cama, me dio una fuerte nalgada y me grito.
E –Ven aquí puta, siéntate en mi verga,
Tomé su verga, dándole la espalda la apunte a mi ano, me senté en ella, sentí como iba entrando, cuando ya estaba toda en mí, me quede quieta esperaba alguna orden de mi suegro. Él no habló, yo me moví casi sacándomela toda para metérmela otra vez, mi suegro me dio otra fuerte nalgada.
E –Puta quiero que te des varios sentones en mi verga, pero hazlo rápido.
Yo obedecí, me daba varios sentones lo hacía muy rápido, yo gemía me gustaba mucho estar brincando sobre la verga de mi suegro, me encantaba ser su puta.
P –Papi cógete a la puta esposa de tu hijo.
E –Toma verga puta.
Seguimos moviéndonos, yo gritaba, subía y bajaba sobre su verga, estaba apoyada en sus rodillas, para ayudarme a bajar y subir, el me besaba la espalda.
P –Dame duro, soy tu putita.
Yo apretaba mi ano, quería que me dejara la leche en el culo, él gemía cada vez más.
P –Suegrito lléname mi culito con tu deliciosa leche.
Él hizo gemidos más fuertes y sentí como mi ano era llenado por su crema de macho, se vino de una forma abundante, yo sentía como su semen caliente tocaba cada parte de adentro de mis nalgas, él se recargó sobre mi espalda.
E –Que rico te mueves nuera, como me sacaste la leche.
P -¿Te gusta como muevo las nalgas suegro? Todos dicen que las muevo rico, pero siento que contigo siempre es mejor.
Me sacó la verga, nos acostamos para descansar un ratito, yo me recargué sobre su pecho, él jugaba con mi cabello.
E –Como me gusta que seas tan puta.
P –Me fascina la verga, ser la puta de los hombres me gusta mucho.
E –A veces pienso que mi hijo no se merece esto, pero después me acuerdo de tus nalgas y me excito tanto que te busco.
P –Tu hijo, es una excelente persona, un gran esposo, pero en la cama no sabe satisfacerme, creo que soy mucha hembra para él.
E –Mira lo que pasa es que eres muy puta para cualquiera.
Me agaché y le volví a mamar la verga, quería que se le parara pues quería seguir cogiendo, cuando estuvo muy parada, me puse sobre él la agarré y me senté en ella.
P –Aaaahhhh que verga, lléname toda.
E –Te dije que eres una puta, muévete perra, quiero ver esas tetas brincando.
Yo me movía muy rápido, gemía, mis tetas brincaban, él me tomaba de la cintura, mis manos estaban sobre su pecho, nuestros gemidos se debían de escuchar por todo el hotel. Yo disfrutaba mucho verlo debajo de mí con esa cara de satisfacción, la cara que ponen los hombres al cogerse a sus nueras, cada que había cogido con un suegro me di cuenta de cómo sus expresiones de gozo y placer son diferentes a las que ponen otros macho que me cogen, y es que para un hombre cogerse a su nuera debe de ser una de las cosas más satisfactorias que hay.
E –Quiero darte en cuatro.
P –Claro mi amor tus deseos son órdenes para mí.
Me saque su pene de la concha, me puse en cuatro.
P –Estoy lista para recibirte suegrito.
Él tomó su verga y me la clavó toda en la concha, yo no me moví, él me dio una fuerte nalgada y me dijo.
E –Muévete puta.
Yo empecé a mover, él no se movía para nada.
E –Cógete tu sola.
Yo obedecí y empecé a meterme y sacarme muy rápido su verga de la concha, mi cuerpo iba y venía, cuando me separaba él aprovechaba para darme fuertes nalgadas, yo gemía, me sentía muy feliz de ser la puta de mi suegro.
P –Que rica me coges macho hermoso.
Después de un rato, mi suegro me agarró de la cadera, y se movió conmigo, se escuchaban como se golpeaban nuestros cuerpos, yo empecé a gritar.
P –Así cabrón cógeme duro, dame verga.
E –Toma puta.
Sentía un enorme placer, mi vagina cada vez estaba más mojada, él entraba y salía de mí, yo no paraba de gemir, no aguanté más, tuve un orgasmo.
P –Me vengo mi amor, me vengo, te amo mi macho, soy tu puta.
Él me siguió cogiendo, después de un rato, me agarró muy fuerte la cadera, me jaló hacía él y se vino en mi coño, no era mucho el semen pues ya me había dejado mucho en el culo, me sacó la verga, sabía que esa noche ya no tendríamos más sexo, así que le dije que nos bañáramos juntos, él me dijo que no que quería que quedara con todo su semen adentro, que me vistiera y que quería que durmiera así con mi marido, yo obedecí y me vestí, él se bañó, cuando ya estuvo listo me llevó a mi casa.
Al entrar en la recamara mi esposo estaba completamente dormido, me puse mi pijama, mucho del semen de mi amado suegro ya había salido de mí y estaba en mis piernas, secándose, me acosté y me puse muy feliz pues me encantaba estar durmiendo con la leche de mi suegro, era delicioso dormir con mi esposo cuando venía de coger con mi suegro, saber que para mi esposo era el amor de su vida y para mi suegro una simple puta, me gusta mucho eso.