Mi esposo desea verme con otro
Un día a mi esposo se le ocurrió comprarme un vestido escotado y corto para salir a bailar, aquella noche no bailamos él y yo solo yo con otros hombres y el veía, al pasar la noche me dijo al oído que bailara más rico con los demás a lo cual yo accedí
Hola mi nombre es Catalina soy casada hace ya más de un año tengo 23 años actualmente soy asistente contable en Bogotá, con mi esposo tenemos más de 7 años de relación de la cual llevamos ya 2 años conviviendo, él es joven también de 25 años pero el gusto en la cama ha bajado mucho, hemos tratado de charlarlo pero ha sido muy complejo.
Un día a mi esposo se le ocurrió comprarme un vestido escotado y corto para salir a bailar, aquella noche no bailamos él y yo solo yo con otros hombres y el veía, al pasar la noche me dijo al oído que bailara más rico con los demás a lo cual yo accedí baile frecuentemente con dos hombres uno alto moreno maduro y otro más joven de unos 30 atlético, las canciones de reggaetón las bailábamos bastante cachondas, hasta el punto de sentir sus miembros erectos y sus manos en ocasiones en mis nalgas.
Fue mucha la excitación que aquella noche salimos con mi esposo directo a la cama, fue una noche de sexo muy placentera. Al terminar la relación platicamos un poco, le pedí disculpas por lo sucedido culpando al licor, pero mi esposo no puso problema por el contrario me dijo que le había parecido fantástico verme en esas escenas. Palabras que me dejaron muy sorprendida.
Es más deberíamos repetirlo otra vez me dijo seriamente.
Yo quede pensativa y le dije que yo era su esposa y que lo sucedido fue por el alcohol, pero él volvió a decírmelo, -Mi amor me gusto verte con otros hombres bailar y me gustaría que disfrutaras con otro o con otros de tu cuerpo como fielmente lo has hecho hasta ahora.
Le pregunte si era enserio y él respondió que sí.
Después de esa noche pasaron varios días sin tocar el tema, y en mi mente se me pasaban muchas ideas entre esas si lo que mi esposo me decía esa noche era real, y el porqué de sus pensamientos.
Semanas después acostados en la habitación, dijo abiertamente que si ya había pensado acerca de la propuesta de la otra vez, le expuse que estaba algo confundida y que no era sencillo, me dijo que me daba permiso para tener sexo con otro hombre, ya fuera enfrente de él o que yo le contara absolutamente todo de con quien seria.
Paso la noche y no respondí nada, la verdad que esa noche pensé de todo, incluso que mi matrimonio estaba a portas del final.
Al día siguiente en mi oficina le escribí por Whatsapp que estaba dispuesta a satisfacer el capricho de él y que al llegar a la casa hablaríamos al respecto, el me respondió con una cara feliz y escribiendo que será estupendo.
Llego la noche y la hora de hablar, fui directa con él y le dije que la primera vez seria yo sola con la otra persona y que después iríamos avanzando según como nos sintiéramos, y que la persona la escogeríamos entre los dos, él se conectó conmigo y me dijo que tendrá que ser un hombre que no cause problemas posteriormente, es decir no podría ser un inmaduro, por el contrario alguien con familia que no se pusiera a hablar de más.
Y así empezó la búsqueda.
Esa misma noche buscamos por Internet hombres, y yo les escribía por whatsapp pero eran hombres promiscuos con desespero de sexo pero muy grotescos algo que no me gustaba ni a él tampoco.
Cambiamos la estrategia, a él se le ocurrió la idea de que fuera un desconocido y volver al bar sería muy bueno, y probamos, con tan mala suerte que los hombres que me cotejaron en aquel bar si eran lindos pero no me sentía segura de ellos y de este modo cambiamos el rumbo de la búsqueda.
Recordé que durante el mundial de Rusia conocimos a un hombre del conjunto en el cual vivimos que conduce con la aplicación de Uber y de este modo lo habíamos conocido ya que nos hizo el favor de llevarnos a varias diligencias fuera de la aplicación y se volvió amigo de nosotros hasta el punto de ver partidos de futbol en nuestro apartamento, se me vino a la mente Cristian así se llama él, ya que a veces me decía palabras insinuantes y sus miradas lo decían todo, no es un hombre físicamente atractivo pero es maduro y tiene familia, algo que no nos pondría en peligro tiene 35 años 12 más que yo pero yo no le vi problema.
Le comente a mi esposo y él accedió, y así fue como cachonie a mi esposo y único hombre en mi vida con la autorización de él.
Fue cuestión de horas, el pasado jueves 5 de julio ya hace dos meses, le escribí desde mi celular con presencia de mi esposo, le pedí el favor que me recogiera de una reunión al otro día viernes 6 ya que tendríamos una salida en la oficina y mi esposo estaría trabajando hasta muy tarde.
Él accedió, el plan era que me recogiera de aquella reunión yo iría algo sexy, y lo invitaría a pasar a mi apto y con mis encantos tendríamos algo ya fuera un beso o lo que sucediera.
Mi esposo estaría en casa de la mamá mientras todo pasaba.
Llego la hora y el momento, el llego muy puntual 8 pm y tenía que llevarme al conjunto el cual está al sur de Bogotá, el plan funciono lo hice pasar, le di una cerveza para que se relajara mientras yo me quite mis tacones. Lo hice seguir a mi cuarto en donde le pedí que me ayudara a bajar el cierre de mi vestido para ponerme cómoda le dije, se puso nervioso y yo no desaproveche dejando voluntariamente caer mi vestido quedando en mi ropa íntima, él me miro pero se voltio a mirar a la pared, yo me reí y me subí el vestido medio tapada, pero mi risa de verlo a él asustado no paraba, me dijo que no me burlara, respondí entre risas como si nunca hubieras visto una mujer con poca ropa, a lo cual él respondió si pero no tan bella y joven como tú. Le pregunte que si le había gusto lo que vio, me respondió que sí.
A esa altura ya no tenía salida, nos besamos y el con sus manos me tocaba con deseo, yo masajeaba su pene por encima del pantalón, hasta que logre sacarlo.
Se quedó de pie mientras yo baje a realizarle sexo oral, dure quizás unos 5 minutos disfrutando de una verga ajena, cuando él se vino en mi boca y parte de mi cara, dejando escurrir por mis labios. Quizás sería el cargo de conciencia o no sé qué paso, pero él se subió el pantalón, y me pidió perdón saliendo casi que corriendo de mi apartamento.
Comprende que sería más difícil de lo que mi esposo y yo suponíamos.
Desde allí no he realizado más que fantasear igual que mi esposo.