Mi esposa y yo sedujimos a mi hermano (2)
Después de la seducción, planeamos para que Juan se volviera a coger a Linda. Eso nos excitaba tanto, que no podiamos apartarlo de nuestra mente y lo gozamos.
La siguiente ocasión que Linda y yo entramos en acción después de seducir a mi hermano, sucedió después de mes y medio aproximadamente, mismo tiempo en que la vida sexual de nosotros fue muy activa y explosiva porque no podíamos dejar de pensar y excitarnos con los recuerdos y comentarios de la primera vez que mi hermano Juan se había cogido a mi esposa.
Nuestras conversaciones casi en un cien por ciento, eran en torno al asunto y nuestras sesiones de sexo se tornaron altamente satisfactorias y muy frecuentes, hubo llamadas telefónicas entre ellos dos y en una ocasión Linda le dijo a Juan "aquí hay alguien que te quiere saludar" y me entregó el teléfono. Cuando yo tomé la bocina para hablar con mi hermano, lo saludé y le comenté que ella andaba muy eufórica, (mientras, Linda me acariciaba la verga y me la ponía dura y sonreía con picardía) le dije que ella se acordaba mucho de el, que ¿que le había hecho? El me dejó oír una risita algo nerviosa de su parte, y yo solo aguanté la situación y traté de guardar la compostura en la conversación con el. Después de algunos escuetos comentarios acerca de cosas triviales, nos despedimos con un "a ver cuando nos juntamos para asar una carne", (cosa que se acostumbra mucho en las reuniones de todo tipo en nuestra región, lo cual tardó mucho en realizarse) luego linda tomó el teléfono nuevamente y se despidió de el, dando un beso en la bocina del aparato.
Llamadas parecidas se dieron varias veces ya que ella le hablaba ocasionalmente a su trabajo donde mi hermano tiene un puesto relevante y siempre le contestaba la llamada o se reportaba. Después de la seducción inicial nunca le volvimos a llamar a su casa por temor a las sospechas de su esposa.
En uno de estos telefonemas, concertaron otra cita en que tendrían otras relaciones sexuales en complicidad conmigo. La idea de ir a nuestra casa para estar con los dos, no le entraba todavía a Juan. Acordamos que fueran en un motel de paso que está en el lado norte de nuestra ciudad, nosotros vivimos en la zona centro y pensamos que por aquel rumbo no nos encontraríamos con personas conocidas. Era un martes y la hora la habíamos fijado a las seis y media de la tarde en el estacionamiento de un centro comercial muy grande que está frente a un hospital y tiene un restaurante con gente todo el día.
Todo estaba muy bien planeado. Llegó la hora esperada, Linda se vistió algo provocativa y con ropa interior nueva y muy sugestiva para la ocasión. Yo la llevaría en mi pick up y la dejaría que se bajara para abordar el auto de Juan, sin que el y yo nos viéramos o saludáramos siquiera.
Nos fuimos de casa encargando a los niños al cuidado de mi suegra que vive a unas cuantas casas de nosotros, con la instrucción de que cenaran temprano y se acostaran porque al día siguiente dos de ellos irían al jardín de niños. En el trayecto, mi esposa denotaba algo de nerviosismo, y yo, estaba emocionado pues era novedad todo lo que estaba sucediendo. Llegamos al estacionamiento y yo no veía el coche de Juan, nuestro pensamiento fue que se había arrepentido o se le había olvidado la hora de la cita o tal vez que no quedó claro el lugar de reunión. La realidad fue que en nuestra ansia y nerviosismo, llegamos unos diez minutos antes de la cita y se nos hicieron eternos, nos quedamos sentados platicando acerca de lo que podría pasar ya en la cama. Yo le recomendé que no hiciera cosas que no le gustaran o que no había hecho conmigo, que lo disfrutara al máximo, mientras; yo esperaría allí en el mismo lugar hasta que volvieran, pues no queríamos que mi suegra nos viera llegar por separado.
Al fin en el retrovisor apareció su auto, se lo dije a Linda y nos dimos un beso antes de que bajara, se acercó al coche y subió, pude ver que le dio un beso en la mejilla y dije para mis adentros "que falsedad, quisiera ver lo que sucede en el cuarto del motel". Estuve un buen rato en la camioneta pensando y extremadamente excitado, mi verga estaba toda mojada a punto de estallar a causa de mis pensamientos, miré para todos lados y me bajé el cierre del pantalón y la saqué, escurría mucho líquido lubricante. Siempre vigilante, comencé a masturbarme pues no aguantaba la calentura, estaba en eso cuando advertí la presencia de un guardia de seguridad del centro comercial que se acercaba, Maldito guardia, pensé, a buena hora te apareces por aquí, me guardé la verga y decidí salir de la camioneta y me dirigí al restaurante, pedí una cerveza y luego otra y otra mas, luego volví a la pick up con mis pensamientos todavía hasta el cien.
Habían pasado dos y media horas desde que se fueron al motel, ya estaba yo desesperando, cuando logré ver el coche de Juan entrar al estacionamiento, se detuvo precisamente atrás de la camioneta y los ví besarse en la boca fugazmente como despedida, Juan dio la vuelta y se fue, linda llegó a mi lado dándome un beso muy apretado en la boca y le noté el aroma a semen, a esperma y le dije,"me trajiste lo que te encargué" y respondió, "vengo llenita".
El viaje de regreso a casa se me hizo eterno y Linda me dijo, "por donde empiezo", por el principio, respondí.
"Bueno" dijo mi esposa, "tu hermanito resultó ser todo un semental, cuando íbamos al motel, me acercó hacia el y comenzó a meter su mano derecha entre mis piernas, me hizo mi calzoncito a un lado y me acariciaba mi panochita, metía sus dedos y me tocaba el clítoris mientras que con su brazo me tocaba las tetas, yo le cogí la verga sobre la tela del pantalón y la traía durísima, así entramos al motel y nos dieron un cuarto, en el interior me abrazó y me apretaba las nalgas y las chiches con mucha desesperación, me besó mucho en la boca y el cuello y los hombros mientras me quitaba la ropa, yo sin dejar de acariciar su verga, le solté el cinturón y desabotoné el pantalón y lo dejé caer al piso y detrás del pantalón me fui yo, solo que derecho a mamarle la verga que tanto me gusta". Mientras me narraba lo sucedido, me sacó la verga y la comenzó a masturbar muy lentamente, diciendo, "hoy se la observé y están mucho muy parecidas solo que la de el es un poca mas blanquita y gruesa" luego se inclinó y la mamó un rato para luego a insistencia mía, continuar el relato.
"Fuimos a la cama y me acosté y el se fue encima de mi, sin dejar de acariciarme y besarme, me separó mas las piernas, y comenzó a metérmela, para entonces, dijo, yo ya estaba súper caliente y lo recibí con las piernas bien abiertas, luego me las levantó hasta sus hombros mirando por un buen rato, como su verga desaparecía en mi vagina" dijo que eso la excitó mucho y que tuvo su primer orgasmo, "en seguida me pidió que estando el acostado de espaldas, yo le mamara la verga pero con mis senos apretados contra su verga a ambos lados". Eso le excitaba a mucho a él, ver a su cuñada abrazándole la verga con sus lindas chiches y mamándosela con mucho furor al mismo tiempo. (Mi esposa es una gran mamadora, pero esa manera no la conocíamos)
Dijo que le descargó todo el semen en la boca y que algo le escurrió por las comisuras de sus labios, tomaron un respiro, besos, caricias, comentarios y otra vez. Ahora la acomodó en cuatro (como de a perrito) sobre la cama y se hincó detrás de ella, le besó las nalgas y acarició su raja peludita con sus dedos y enseguida le acomodó la verga entre los labios de su panocha para penetrarla desde atrás, dice Linda que se la introdujo muy adentro, que sentía su grosor como algo nuevo para ella y que sus nalgas estaban pegadas al vientre de mi hermano y que tomándola de sus amplias caderas le daba unas embestidas profundas y gemía de placer al observarse en el espejo de la pared, viendo como estaba penetrando a su caliente cuñada, ella también se miró en el espejo y sus miradas se encontraron, y en corto tiempo, me dijo, que lo observó cuando juntándola lo mas que podía con sus manos temblorosas aferradas a ella, le descargaba toda la leche en su interior, se levantó al baño y solo se limpió con algo de agua y con papel higiénico por su exterior, y dijo, "aunque no lo creas me acordaba de ti".
Después de otro descanso, ella volvió a mamarle su verga hasta ponerla como roca y decidió cabalgarlo de nuevo, clavándose en aquella verga que parecía una estaca (así la describe Linda, aquí está a mi lado) haciéndolo eyacular nuevamente en su interior, porque las imágenes que reflejaba el espejo aumentaban su excitación. Dijo que el se duchó después para no despertar sospechas en su casa pero que ella no lo hizo, comentándole que ella no tenía nada que ocultarme a mi y que me excitaba mucho verle la vagina llena de semen. Nuevamente el me agradeció por medio de mi esposa, la apertura mía para el asunto y que todavía no podía asimilarlo y que se ponía muy nervioso al hablar conmigo. Yo dije ¿Cómo no se pone nervioso cuando te está metiendo la vergota? Y nos reímos mucho por el comentario.
Llegamos a casa y apenas despedimos a mi suegra y mi esposa dijo, "se me hace que mamá te observó tu verga dura, se te nota sobre el pantalón. Pues ni modo, comenté sonriendo, quien le mandó tener una hija tan buenota y tan caliente. Enseguida nos desvestimos y la besé largamente en la boca, encontrándole aroma y sabor a semen, comencé a revisar su panocha, a ver sus labios de color rosado rojizo a causa de tantas metidas de verga y por supuesto, metiendo mis dedos para palpar la leche de la verga de mi hermano, Linda me observaba excitada, mientras yo "cuantificaba los daños" de aquella tormenta de leche. Acto seguido, como un recién nacido, comencé a mamarle su panochita mientras ella me decía, "¿te gusta lo que te traje mi amor? vengo bien cargada de la leche de tu hermano para ti, mete la lengua y saboréala, está muy rica", mientras me agarraba fuertemente por la nuca para que no me apartara de su panocha inundada de semen.
Luego de mamar todo el jugo de mi hermano, Linda, con susurros y palabras al oído acerca de lo acontecido, me impulsó para que la penetrara mas profundo. Me dijo, "cogimos y cogimos y cogimos no recuerdo cuantas veces en todas las posiciones, tu hermano es un comelón". Tan calientes estábamos que hicimos las mismas posiciones que ellos habían hecho en el motel, mientras ella me decía "así me cogió tu hrmano Juan, así me metió su vergota, así me llenó de leche" y cogimos muchas veces y acabamos exhaustos quedando dormidos, desnudos hasta ya entrada la mañana. Solo por orgullo me levanté me bañé y me fui a mi trabajo dejando a mi esposa en la cama para un merecido descanso.
Me hice adicto al semen de mi hermano e igual que mi esposa, después de esta cogida hubo otras en las mismas circunstancias y gran mejoría en las relaciones entre Juan y yo. Posteriormente Linda nos juntó para platicar y planear una carnita asada en nuestra casa que les platicaré mas adelante.
Esto es verídico cien por ciento. No son fantasías, mi Linda está enterada de estos relatos y nos excitamos mucho al hacerlo saber a otras personas.