Mi esposa se frustro, mi amigo la animó

La fiesta con los jovencitos fué un fracaso, mi esposa quedó frustrada. Pero mi amigo Hugo la animó.

Mi esposa se frustro, mi amigo la animó.

Hace mucho que no les platicamos nuestras aventuras, resulta que la famosa orgía de mi esposa Liz y los jovencitos fue un total fracaso. Los citamos en un bar para luego ir al departamento de Hugo. En el bar nos esperaban los dos jovencitos, al vernos Fredy codeaba a su amigo se quedaron con la boca abierta pues mi esposa portaba un vestidito corto muy escotado con medias de red negras, Fredy la recibió con un beso en los labios mi mujer se giró un poco y quedo el beso en su mejilla. Liz se sentó muy sexy en medio de los dos. Ellos ya habían estado bebiendo. Pedimos una ronda de copas para ver si mi esposa rompía el hielo con Beto el amigo de Fredy antes de ir a coger con ellos.

Pero Fredy para lucirse con su amigo le comentó:

¿Apoco no esta súper buena la vieja?... mira que buenas nalgas tiene, empezó a manosear a mi esposa sin ningún recato mientras le decía a su amigo:

No te apenes cabrón, métele mano que con su esposo no hay pedo…. Para eso la trae.

Yo brinqué molesto pero no quise decir nada para no echar a perder la velada.

Beto con una sonrisa maliciosa le metía las manos por debajo de la falda estrujándole los muslos con fuerza queriendo dedear su panocha.

Liz les susurraba; con calma, me están lastimando ¡esperen así no me gusta! Despacito ¿que no se fijan que hay gente que nos ve?........ Sean discretos.

Beto le preguntaba en voz alta a mi esposa:

¿Es cierto que te gusta coger con dos al mismo tiempo?.... ¿Por que no me agarras la verga? ya la tengo bien parada.... ¡Que chichotas tienes! Y le pellizcaba un pezón.

Los jovencitos estaban en un plan bastante estúpido tratando a mi mujer como si fuera una callejera corriente. Yo les pedí que se calmaran, que pronto la estaríamos pasando muy bien los tres.

Liz les comentaba en voz muy baja y sexy; Van a ver lo rico que se los voy a hacer… Ellos se pusieron frenéticos con las palabras de mi mujer. Pero esténse quietos no me lastimen ¡ya quiten sus manos!!

Los muchachitos medio entonados por las copas, le mostraban los bultos en sus pantalones y le tomaban las manos a mi esposa y se la ponían en sus vergas. Mi esposa retiraba sus manos disimuladamente con una sonrisa, Beto le decía:

No seas tan rejega si bien que te gusta la verga…. déjate meter mano, Fredy me platicó que eres putísima.

Como si fuera una competencia entre ellos de que tan patanes podían ser Fredy le metía la mano en los pechos y la quería besar en la boca, mi mujer se quitaba y molesta se puso rápidamente de pie, en eso Beto le metía la mano por debajo del vestido y le estrujaba fuertemente las nalgas, la reacción de mi esposa no se hizo esperar, le plantó una sonora cachetada que volteo todo el mundo a nuestra mesa, Liz salio muy molesta y nos fuimos del bar ella estaba llorando, estaba muy mal se sentía sucia me pedía que la llevara a casa.

Le explicaba no hagas caso de esos mozalbetes, eres mucha mujer para ellos, lo que pasa es que Fredy se sintió dueño y se quiso lucir delante de su pendéjo amigo y la regaron. Liz se calmaba y respiraba profundamente me pedía que la llevara a casa. Le respondí que antes fuéramos al departamento de Hugo pues nos estaba esperando con todo preparado para la fiesta no lo podemos dejar plantado.

Ya más tranquila llegamos al departamento de Hugo y nos preguntó; ¿y los chavos donde están? Y Liz que se suelta llorando en el hombro de mi amigo, le conté lo ocurrido él consolaba a mi esposa diciéndole; mejor que esto haya pasado, esos patanes no te merecían.

Mamacita no te sientas mal, mejor vamos a tomar una copa, mientras servía unas copas de champaña, mi amigo la abrazaba y le besaba sus mejillas. Hicimos un brindis por nosotros y tomamos la copa a fondo, Liz y yo la necesitábamos luego servimos otra comentando lo estúpidos y pendejos que están estos muchachitos.

A la siguiente copa Liz estaba sonriente, Hugo la consentía besándole sus orejitas y bailando con ella. Mientras mi esposa bajo los efectos de las burbujas riendo exclamaba:

Niños pendejos mira de lo que se perdieron, mientras giraba bailando levantaba su vestidito y nos mostraba sus muslos enfundados en las medias de red y se veía la parte baja de sus deliciosas nalgas.

Bailábamos los tres juntos la hacíamos un sándwich entre mi amigo y yo, ella giraba en medio de los dos intercambiando besos con fuego, mientras rozábamos nuestras vergas en su puchita y nalgas, parábamos unos momentos para tomar nuestras copas y seguíamos flotando con las burbujas de la champaña en un idilio maravilloso, cuando mi esposa giró hacia Hugo yo le empecé a desabrochar su vestido y pronto se lo saqué por arriba de su cabeza, seguimos bailando acariciando muy suavemente esas hermosas nalgas que se movían en forma cadenciosa.

Mi mujer gemía, movía sus nalgas que Hugo acariciaba rozando suavemente su culito pues es cordelito de la tanga quedaba por arriba de la mano de mi amigo, mientras yo le desabrochaba su brassier jalándolo para un lado, sus tetas aparecían con los pezones súper parados, mi amigo no perdía el tiempo y se los mamaba con ternura mientras Liz le acariciaba la nuca, yo me aparté para llenar las copas y contemplaba el espectáculo mi esposa se veía como una reina porno con sus medias negras de red y su tanguita transparente en color negro con unos zapatos muy altos.

Hugo no le soltaba las nalgas y no dejaba de mamar sus tetas, cuando le acerque la copa se separo de los pechos tomo un sorbo y se volvió a pegar a los pezones me dijo; están riquísimos y le ponía unas gotas de champaña fría en el pezón y la mamaba con ganas, a mi esposa le enloquecía la champaña fría en sus tetas con la lengua caliente de Hugo. La tanguita estaba desapareciendo pues mi amigo se hincó por delante de Liz y la bajaba por sus piernas mientras le lengüeteaba la puchita, ella le daba total acceso separando sus piernas al máximo mientras yo la sostenía por atrás y le acariciaba las tetas, los bigotes de Hugo desaparecían en el coño de mi mujer le mamaba con todo y le mordisqueaba el clítoris, Liz jadeaba y tenía un orgasmo muy fuerte.

Hugo se puso de pie y trenzo su lengua con la de mi esposa se besaban con lujuria, nos empezamos a desvestir mi amigo y yo mientras Liz tomaba a fondo su copa de champaña, las mejillas las tenía rojas como tomates, la verga de Hugo estaba impresionante muy grande mojada de líquidos con punzadas le brincaba en forma incontrolable, Liz se la chaqueteaba lentamente, lo sentó en un sillón y le empezó a dar una mamada de campeonato mientras sus nalgas se le movían de un lado al otro, me acomodé atrás de Liz y se la dejé caer al fondo de su panochita pues estaba muy bien lubricada con la mamada que le puso mi amigo.

Liz movía sus nalgas con todo, jadeaba con la boca llena de verga, la puñeteaba sin sacarla de su boca, yo se la empujaba dejándola totalmente encajada, su coño se deslizaba de lado a lado ¡uff que sensaciones!! Hugo me preguntó: ¿Cambiamos? Me separé de mi mujer para dejarla que se cogiera a mi amigo, ella se hincó sobre mi amigo y guiaba su verga a la entrada de su puchita me asomaba a centímetros para ver como le empezaba a entrar el glande de la pinga de Hugo. (Lo he visto penetrar el coño de mi esposa varias veces; pero siempre es una emoción indescriptible volver a ver como le entra una verga ajena a tu amada esposa…. Se los recomiendo)

El glande empezó a abrirse paso y una vez que entró, la mitad de la pinga se le fue de un solo golpe, Liz sube se asoma la mitad del glande y se deja caer jadeando y gritando, se penetra casi toda la verga de mi amigo, solo le quedan de fuera como cinco centímetros pues no le entraba toda. Hugo está demasiado vergudo las nalgas de mi esposa se retuercen sobre la verga de un lado al otro, mientras mi amigo le abre las nalgas y se la deja ir con un violento mete saca, trenzan sus lenguas las tetas le bailan de un lado al otro Liz jadea y grita con todo:

¡Aaay que rico me estás cogiendo!!! ¡Que vergota tan sabrosa tienes haaaggh me llena todaaa!!! ¡Me estoy vinieeendo!!!

Así estuvieron un buen rato, Hugo empezó a resoplar y a jadear le hundió su verga al fondo, Liz lo apretaba con todo y le empezó a ordeñar la pinga se notaba como le punzaba la base de la verga pues le estaba inyectando borbotones de leche.

Un momento después mi esposa se desmontaba de la verga de mi amigo tenia su puchita repleta de leche me exclamó mi esposa:

¡Ven Papi!! Está como te gusta caliente y muy llena de lechita, ¡cógeme Papito!!

La recosté en la alfombra y se la hundí de golpe tenía su papayita roja abierta y repleta de leche. ¡Que forma de aventar leche! Mi amigo le dejó repleta su panochita ¡Uff que rico!! La leche de Hugo me hacia unas cosquillitas increíbles en mi verga, la sensación del coño abierto por otra verga es la locura (lo tienen que probar) nos besábamos con fuego, las nalgas de mi mujer se movían con todo, la leche de mi amigo mojaba el culo y los muslos de Liz, me hacía cosquillas y el coñito me apretaba, cerraba los ojos y veía las imágenes de mi esposa cogiendo con Hugo, sentí que la pinga se me quemaba y empecé a venirme con un calambre increíble que sacudía todo mi cuerpo, mi esposa y yo nos convulsionábamos con un tremendo orgasmo.

Nos quedamos un rato descansando tendidos en la alfombra, Hugo nos acercaba unas copas de champaña y acariciaba las mejillas de mi esposa diciéndole los quiero mucho, mi esposa le daba la mano y él le ayudó a ponerse de pie, mi mujer le plantó un beso y salió corriendo al baño pues el semen de los dos le llegaba a las rodillas sus medias estaban muy mojadas. Le confié a Hugo: Que bueno que venimos a tu departamento, pues no se que hubiera pasado con Liz si se queda en casa con el coraje que le hicieron pasar los pendejos esos.

Por cierto; ¿que te comiste pinche Hugo? Que le dejaste inundada de leche la papaya a mi señora.

Ha bueno ¿se nota?.... unas pastillitas muy buenas que me recomendó el encargado de la farmacia, están buenísimas te tomas una capsula con los alimentos, pero a la tercera ya la tienes bien dura y como que te adelgaza la lechita se hace más aguada pero avientas litros y se te pone muy dura la verga, ya tengo varios días tomándolas y están muy buenas si quieres tómate una son como vitaminas.

Salió mi esposa del baño diciendo:

No me podía parar del excusado, pues no dejaba de salir leche que forma de venirse están tremendos, tuve que lavar las medias y ¡mira nada más que charco dejamos en la alfombra!! …. Déjame traer una jerga para limpiarla.

Hugo se oponía, pero mi mujer es demasiado limpia regresó con una cubeta con detergente y una jerga. Mi esposa estaba en cuatro patas tallando la mancha, sus nalgas y tetas se le movían bien rico con los movimientos de su mano. Hugo y yo la contemplábamos murmurando entre nosotros ¡mira nada más que nalgas! y su puchita pelona se le ve divina. Seguíamos tomando una copa de champaña pues mi amigo tubo a bien comprar cuatro botellas y unos deliciosos bocadillos.

Una vez que terminó mi mujer de sus labores de limpieza y guardó todo, se acercó a nosotros para tomar su copa, le acariciábamos sus nalgas mientras platicábamos y comíamos los bocadillos, de repente Liz bajaba sus manos y acariciaba la verga de mi amigo comentándole parece manguera que mojada me dio. Ja, ja, ja. Llenamos de nuevo las copas Liz estaba flotando con las burbujas de la champaña se veía muy sexy desnuda platicando con dos encuerados.

Nos fuimos a la recámara con una cubeta de hielo con la champaña, y Hugo puso una película porno y le pedía un favor a mi señora:

Espero que no te molestes, pero una vez que fui a su casa, ustedes se habían echado un palito y me comentaron lo de la llamada al muchachito que Liz lo calentó tanto que se hizo una puñeta en un centro comercial, y que Liz estaba tan caliente que además de cogerte a ti, también se tiró a "tranquilino" su consolador.

Lo interrumpí; y a ti también te plancho ¿verdad?

Pues sí después me tocó a mi, me respondió; pero a mi no se me ha quitado de la cabeza eso que me platicaron, y le compré uno para ver si nos haces un show. ¿No te molesta verdad?

Mi esposa lo volteaba a ver con cara de sorpresa, mientras él se dirigía a su closet y sacaba una verga de hule muy bien detallada en su empaque, más grande que mi pinga pero más pequeño que el de él, mi esposa exclamaba que se veía muy rico, lo desempacaron, y el cabrón de Hugo estaba preparado hasta con las pilas que usaba, se las ponía al juguete estaba tan excitado que se le paró la verga en una forma monumental. "Casualmente" en la película porno estaba una muchacha clavándose una verga de hule con todo, mi esposa volteo a ver a Hugo con cara de lujuria y le dijo dale una mamadita para que me lo dejes bien lubricadito en lo que ella empinaba su copa.

Hugo lo mamaba con desesperación ensalivándolo todo y le comenté que cuando terminara se siguiera con este señalando mi pija. Liz acostada en la cama reía se le movían las nalgas de la excitación que tenía, Hugo se lo pasó a mi señora ella le daba una buena mamada y lo rozaba por toda su rajita con una cara de traviesa tremenda, luego se centraba la punta en su coñito Hugo la veía con ojos de plato sin perder detalle de cómo desaparecía lentamente el glande del juguete en el coño de Liz, lentamente se pajeaba su vergota, mi esposa lo sacaba lentamente abría sus piernas completamente dándonos un show maravilloso de cómo lentamente se iba metiendo casi todo el juguete, sus nalgas se le ondulaban de un lado al otro jadeando y gimiendo mi señora nos decía que estaba muy rico es muy suave mmmhh, Hugo ponía su mano arriba de la mano de mi mujer ayudándole a mover el aparato.

El consolador se veía mojado por los jugos de Liz, y corría suavemente por todo el coño Hugo lo manipulaba y le encendió el vibrador, a mi esposa le arranco un gemido bastante fuerte se levantaba apoyando sus pies en el colchón y se arqueaba hacia atrás pellizcándose los pezones mi amigo se lo metía casi todo mi esposa gritaba:

Dame tu verga déjame mamarla está enorme.

Hugo se acomodó a un lado de mi esposa ella se tragaba lo más que podía la verga de mi amigo jadeaba ¡haaggh… Mmmhh!!! Sonaban los chupetes que le daba en la polla, se la puñeteaba a toda velocidad ¡se le convulsionaban las nalgas con un orgasmo!! Mientras se tragaba casi toda la verga rebasaba sus anginas, Hugo estaba feliz con una cara de calentura disfrutando la mamada y guiando las embestidas del consolador que entraba y salía a cien por hora.

Yo estaba fascinado viendo la escena, tomando mi copa y jalándome la pinga, en eso las piernas de Hugo empezaron a temblar, se le convulsionaba todo el cuerpo ¡se estaba corriendo con unos jadeos tremendos en la boca de mi mujer!!! Le hundía el consolador hasta la empuñadura, mi esposa sacaba la verga de su boca pues se estaba ahogando por la cantidad de leche que le estaba aventando los chorros le pegaban en la nariz, ojos y mejillas no paraba de aventar leche mi esposa le seguía pajeando a ciegas y la verga seguía escurriendo semen sobre sus tetas.

Mi esposa seguía con el "tranquilino" clavado en su puchita en lo que se limpiaba los ojos con un pañuelo desechable que le pasó Hugo. Le comente que estaba muy caliente con el show y que me dejara a hacer mi fantasía.

No te limpies la cara, límpiala con mi verga entonces mi mujer me dio una mamada riquísima y empezó a correr mi palo por su cara bañando mi verga totalmente con la abundante leche de mi amigo, juntaba lo más que podía de la leche de Hugo y la repartía por toda mi verga pajeándola al mismo tiempo mientras yo le movía el consolador en su puchita, una vez que mi pija estaba bien bañada con la leche de Hugo retire el juguete y se la fui metiendo ¡uff que rico que sensación pues la leche de mi amigo me hacía un riquísimo cosquilleo en la verga el coñito estaba abierto y ardiendo.

Hugo por primera vez nos pedía que le diéramos un buen show, entonces me gire en la cama para que mi esposa me cabalgara y Hugo tuviera una vista en primer plano de las nalgas de Liz y de mi pija como entraba hasta los huevos, mi amigo se acercaba a centímetros para ver como mi esposa sacaba mi verga y se la volvía a clavar toda de un sentón, nos acariciaba al mismo tiempo la panocha y mi verga ¡Uff que sensación tan cabrona que tu amigo te haga eso!!!

Yo no se que le pasaba a Hugo estaba muy caliente le pedía a mi esposa que mamara el consolador, el se lo sostenía en la boca mientras con la otra mano sobaba las nalgas y el culito de mi esposa. Liz tenía un orgasmo muy fuerte jadeaba con la boca llena, Hugo le había metido un dedo en el culo yo lo sentía en mi verga como entraba y salía, mi esposa estaba en otra dimensión dándole unas mamadotas al juguete que lo tenía en sus manos mientras mi amigo bañaba de gel lubricante su verga en seguida acostó a mi esposa arriba de mi.

Sabiendo lo que venía yo saque casi toda mi pinga, Liz gritaba y jadeaba de placer estaba súper prendida, mi amigo le corría su verga entre las nalgas para luego recargar su glande en el culo y se dejaba caer, mi mujer lloraba de placer el le empezó a dar embestidas cortas que luego fueron más profundas las nalgas de mi esposa se movían con todo, mi verga regresaba al fondo de su coñito Liz gritaba mil cosas:

¡Aaayy que rico soy su puta!!! ¡Me estás rompiendo el culo pinche Hugo!! ¡Que vergota tan rica tienes cabrón!!

Los dos se movían con todo yo le acomodaba de nuevo el consolador en su boca ella lo metía hasta su garganta lo chupaba con fuerza para mí fue demasiado morbo ver a mi esposa con sus tres hoyos ocupados y me corría con todas mis fuerzas le bañaba su coñito de leche mientras Hugo gritaba:

¡Que rico te estas viniendo cabrón!! ¡lo siento en mi verga!!

Hugo le daba muy fuerte a mi esposa que estaba desmayada de placer. Mi pija se salio del coño de Liz, entonces Hugo cambió su verga a la puchita, entro sin problemas pues estaba muy lubricada con mi leche, mi esposa se hincaba y yo me salía de debajo de ellos para correr al baño, pues me estaba meando me apure lo más que pude pues oía unos jadeos tremendos de mi esposa, cuando salí mi amigo le estaba metiendo una súper cogida de perrito le estrujaba, le abría las nalgas se arqueaba hacia atrás y se la dejaba toda clavada en sus entrañas, al mismo tiempo estaba llenando de saliva la punta del consolador y se lo ponía en su culito, tomé el gel y se lo embarré en el la entrada, Hugo se lo empujó con fuerza y la cabeza del consolador traspaso el culo. Liz enterraba sus uñas en las sábanas, y gritaba ahogando su voz con la almohada:

¡Haaggh que me haces!!! ¡Aaay que me estás haciendo!!! ¡No puedo parar de venirme!!!

Las nalgas le brincaban tenia una convulsión en todo el cuerpo. Hugo se movía lentamente alternando el metisaca con "tranquilino" La cara de lujuria de Hugo era impresionante, pero más la cara de mi esposa, era de puta de película porno, las vergas se deslizaban sin parar dentro de mi esposa, mi amigo prende el vibrador del consolador y los dos jadeaban y gritaban con todo, Hugo aceleró sus movimientos dejando quieto el consolador estaba resoplando como toro, mi esposa estaba ronca de los quejidos y gritos de placer ahora el que se convulsionaba era Hugo se estaba corriendo al fondo de las entrañas de mi mujercita que le gritaba:

¡Síii que caliente esta tu lechitaaa me quema muy ricooo haaggh!!!

Las nalgas de mi mujer le exprimían toda la leche, las piernas de Hugo no lo sostenían y se desplomó a un lado y mi esposa al otro seguían con la respiración muy agitada los dos, un rato después mi mujer como pudo se puso de pie para ir al baño, no podía ni caminar. Hugo me comentaba:

Que viejota tan rica y complaciente tienes, está bellísima y que forma de coger es una máquina de placer, te juro que nunca he cogido en esa forma, los quiero mucho ustedes son mi única familia gracias por darme estos momentos tan especiales.

Un rato después salía Liz del baño caminando lentamente, quejándose:

Uff, que cogida me dieron; me dejaron como para el arrastre, todo el cuerpo me duele. ¿Alguien sabe donde quedó mi ropa? ¡Miren como quedaron las sábanas!! Pásame un juego limpio y te tiendo tu cama están muy mojadas solo déjame vestirme.

Nos fuimos a vestir a la sala pues ahí estaba toda la ropa regada, Liz y Hugo se fueron a la recámara a tender la cama en lo que yo calentaba la cena, un rato después regresaban con sus brazos entrelazados les serví otra copa de champaña pues la tercera botella estaba casi llena y no se iba a desperdiciar ¿verdad? La siguiente copa nos cayó de maravilla pues estábamos totalmente satisfechos flotando con las burbujitas.