Mi esposa quiere conocer un antro...Hugo nos lleva

Estoy muy preocupado: Pues mi esposa está cada día más caliente, a partir de la noche en que fuimos al antro, la bailarina la dejó muy prendida, las cogidas y la narración de la película por parte de Hugo, la hizo sentir que podía ser tan caliente como la chica de la película porno, Liz y yo traemos la mente volando.

Mi esposa quiere conocer un antro…. Hugo nos lleva.

Por una u otra razón no hemos podido coincidir con Hugo para hacer una nueva fiesta, pues hemos estado muy ocupados socialmente los fines de semana. Mi amigo nos ha ido a visitar a la casa entre semana para tomar unos tragos y platicar con nosotros. No habíamos podido hacer ninguna travesura, pues con mis dos hijos de esas edades (19 y 17) entran y salen a todas horas con un batallón de amigos.

Anoche nos visito Hugo, le comenta a mi esposa; me tienes como perro de carnicería "solo viendo el chorizo colgado, y yo solo dándome de lengüetazos en la polla"

Nada más te veo y se me pone dura… y como no me haces caso, tengo que llegar a casa a jalarle el pescuezo al ganso. ¡No seas mala cuando hacemos un fiestita!

Ja, ja ja, Liz soltaba unas carcajadas y le contestaba con voz melosa: Pobrecito Hugo como sufre, pronto le vamos a dar su premio ¿verdad Papi? Tal vez…. si te portas bien para este fin de semana, pero acuérdense a donde quiero que me lleven. Esbozando una pícara sonrisa, y levantando coquetamente su vestido tomó asiento.

Me levanté a servir otra ronda de cubas, y a echar un ojo por donde andaban mis hijos estaban en su recamara con dos amigos jugando Nintendo. Regrese a la cocina que es donde estábamos platicando sentados a la pequeña mesa redonda, Hugo había corrido su silla a un lado de mi mujer y su mano ya le acariciaba los muslos. Mientras Hugo preguntaba; ¿deberás quieres ir a un antro lleno de putas?

Liz nos confiaba en voz baja: Sí tengo muchas ganas de verlas de cerca, como se comportan, como les llegan a los clientes, nunca he estado en un lugar así, siento que eso me excita mucho, nunca he visto a una mujer desnuda bailando en vivo con un publico de hombres viéndola, eso debe de ser muy excitante.

Los dedos de mi amigo seguramente andaban por su coño pues se le oían entrecortadas las palabras a mi esposa. Para comprobarlo baje mi mano al muslo de Liz, y palpando sentí que efectivamente tenía corridos sus pantys a un lado y un dedo de Hugo clavado en su coñito, al sentir Liz mi mano entre sus piernas me beso con fuego rozaba su lengua con la mía estaba ardiendo, con su mano derecha estrujaba y acariciaba por arriba de su pantalón la verga de mi amigo y con la izquierda la mía.

Liz nos rogaba en voz baja: Estoy muy caliente no se que me pasa, necesito que me cojan no puedo más ¡estoy a punto de venirme!

Hugo se sacaba la verga por la bragueta de su pantalón y la ocultaba bajo el mantel, mi esposa le hacia una violenta paja, entonces me puse de pie y le subí el volumen al televisor de la cocina, le dije a Liz; cógetelo rápido, mientras vigilo la entrada de la cocina y no hagan ruido.

Liz se sacó sus calzoncitos biquini, Hugo abrió sus pantalones, mi esposa paso una pierna sobre él y se sentó en la verga dándole la espalda, (y las nalgas a Hugo) con una mano guiaba la entrada de la polla y de inmediato subía y bajaba a toda velocidad, las manos de mi amigo le estrujaban las nalgas por debajo del vestido. Liz se recargaba en la mesa cuando las piernas se le convulsionaban con un orgasmo durísimo, se mordía los labios para no gritar, tenía su carita de lujuria roja encendida.

Yo seguía de vigilante en el marco de la puerta, cuando podía volteaba a ver como se cogían. Un rato después escuché Jadeos ahogados de mi esposa y un sonido ronco de la garganta de Hugo, y vi los espasmos que tenía seguro le estaba llenando de leche las entrañas a mi mujercita, tan pronto como terminó mi amigo, mi mujer se separó y corrió a nuestra habitación, Hugo limpiaba su cañón con las pantaletas de Liz y corría al baño de visitas.

Metí una bolsa de palomitas de maíz (pop corn) al horno de micro ondas para disfrazar los aromas de panocha y leche, corrí a la recamara, cuando apenas mi esposa se levantaba del excusado le grite empínate que ya no aguanto. Ella se apoyó sobre la taza, le levante el vestido y me abrí los pantalones, brincó mi verga como resorte estaba muy caliente física y sicológicamente.

Liz se la centró en su coñito y se la empuje hasta que reboté en sus nalgas, su panocha estaba bien resbalosa por la leche de mi amigo ¡que delicia!!! Me hacia un cosquilleo en la verga, el morbo subía más cuando le veía las nalgas respingonas rojas con los dedos marcados de las estrujadas que le puso Hugo, le daba a toda velocidad mi esposa gemía en voz baja, en eso ella se empezó a venir con un violento orgasmo le punzaba su panocha y le temblaban las nalgas y las piernas.

Eso fue demasiado para mi y le llenaba de leche su coñito nos separamos, Liz levantó rápidamente la tapa del wc. y se sentó para que saliera toda la leche acumulada, mientras me limpiaba la verga con una mamada riquísima, ordeñando con su mano los últimos restos de leche que depositaba en su lengua, mientras me comentaba:

Que cogida tan rica me dieron ¡huumm!, con la emoción de que nuestros hijos no nos oyeran, uff, esta si que fue toda una travesura bien caliente pero muy tonta, no lo volvemos a hacer es muy peligroso, lo que me pasa es que los veo a ustedes dos y me dan cosquillas en la panocha me calientan mucho.

Regresamos a la cocina y encontramos a Hugo comiendo palomitas (pop corn), con las cubas servidas, y nos preguntaba: ¿se echaron un palito? Liz asentía con la cabeza.

Me asomé a la recámara de mis hijos y seguían con sus juegos electrónicos a todo volumen me voltearon a ver y me preguntaron ¿están comiendo palomitas? Sí les respondí quieren, ahora les traemos unas, gracias Papi. Me respondieron.

Entre a la cocina y puse otra bolsa de palomitas en el horno, me senté a la mesa a tomar un trago con ellos, mientras le preguntaba a Hugo; ¿Qué tal estuvo el rapidín?

Uff, riquísimo; tu esposa es una maravilla, es la mejor mujer que he probado en mi vida, tiene unas cualidades sexuales insuperables, es multi orgásmica, está súper apretada del coñito, tiene unas nalgas y piernas de ensueño, una cinturita muy breve, unas tetas duritas con unos pezones rosados como fresas, y que carita de inocencia.

¡Ya párale!! le grito Liz; que me estas poniendo muy nerviosa con tus comentarios. Y, a todo esto…….. alguien sabe ¿donde quedaron mis pantaletas?

Hugo soltaba una carcajada; yo las tengo, ja, ja, ja…. y no pienso devolverlas, me las vas a regalar ¿verdad?

¡Que cabrón eres pinche Hugo!! Me estas dejando sin calzones, siempre acabas quedándote con ellos, me vas a tener que comprar cuando menos unos seis.

Mi esposa se levantó para llevar las palomitas a mis hijos. Seguimos tomando nuestros tragos, mientras Hugo me comentaba; a que antro será bueno llevar a Liz para que vea a muchas putas en acción. Pues no se, la verdad es que estoy muy desconectado de esos lugares pero te lo dejamos de tarea para que lo investigues.

Regresó Liz a la cocina, y nos comentó; bueno ya acabaron de hablar de calenturas, pues parece que con ustedes no hay otro tema, por eso me tuve que ir un rato para enfriarme, con los dos no se puede estar un minuto sin mojar las pantaletas.

¡Pero que hipócrita es esta mujer!!!, exclamaba Hugo; si tu eres la que nos pones la corneta bien tiesa con solo verte, dime… de que otro tema se puede hablar con una mujer tan sensual si no es de sexo, y de lo sabrosa que se ve y lo rica que está…. Mamacita no habrá chancecito de otro tirito (Le acariciaba las piernas)

¡No claro que no!!..... que te pasa, si fue una locura lo que hicimos.

Bueno pues como no hay más, me despido de ustedes, mañana tengo que madrugar. Mientras se ponía de pie se le notaba un considerable bulto en sus pantalones, y volteando a verlo le comentaba a Liz mira como me tienes…. Liz lo volteaba a ver con ojos de plato a unos centímetros de su cara, y lo palpaba con su mano.

Liz se puso de pie y le dio un beso en la boca, mientras yo me dirigí al marco de la puerta para vigilar el paso de nuestros hijos. Entonces él le daba el clásico estrujón de nalgas y le embarraba la polla en su panocha mientras trenzaban sus lenguas.

En eso Liz lo separaba y le decía; anda ya vete pinche Hugo, bueno entonces nos vemos el sábado, nos ponemos de acuerdo en la hora no me vallan a fallar. Gracias por todo me decía mi amigo guiñando un ojo.

Tan pronto como se fue Hugo nos despedimos de los hijos y nos fuimos a nuestra recámara, Liz seguía muy caliente, me tiró en la cama y me dio una mamada tremenda se desvistió y me cabalgo sin descanso ¡ella sola se pellizcaba los pezones!, hasta que terminamos los dos en un orgasmo simultaneo, pero ella seguía cabalgando mi verga hasta que se le salió de su vagina, seguía tan caliente que sus dedos bañados de leche acariciaban su clítoris, me dejo el vientre hecho un batidillo de las restregadas de coño que se dio.

Llego el sábado; mi amigo nos llamo por teléfono desde temprano, hola como están; paso por ustedes como a las ocho y media ¿de acuerdo?

Midiendo el terreno Liz le preguntó ¿A donde nos vas a llevar? para saber como vestirme.

A tomar muchos tragos con las putas, así que vístete a la altura, nada de joyas finas ponte un vestidito cortito para que luzcas esos mussslos que tienes. Sabes una cosa, tan solo de imaginarme lo buena que estás ya se me paro la verga.

A las ocho treinta llego mi amigo; feliz con una sonrisa de oreja a oreja y una caja envuelta para regalo, donde está Liz me preguntó. En la recamara se está arreglando, mientras vamos a la cocina a tomar un trago, estábamos terminando nuestro trago cuando entró Liz con un abrigo puesto muy maquillada, con un perfume delicioso.

¡Waaooow!!! Gritó Hugo; que guapa estás, besando sus mejillas, a ver quítate el abrigo para ver tu vestido.

Mi mujer abrió su abrigo y luego se lo quito; en la madre… traía un mini vestidito tejido en color morado, pegado a su cuerpo, con unos tirantitos que dejaban ver sus tetas casi hasta los pezones, unas medias de red en color negro de las que se ajustan solas, con unos zapatos muy altos de tacón de aguja, pero cuando giró se le veían unas nalgas impresionantes muy levantadas. Nos quedamos Hugo y yo con las quijadas abiertas.

¿Les parece bien mi vestuario?

Hugo estaba hipnotizado, con ojos de plato, y yo muy sorprendido de ver a mi esposa convertida en una bellísima puta. ¡Estás preciosa!! Le exclamaba mi amigo. Te traigo un regalito para complementar tu vestuario, y le entrego la caja. Mi esposa arrancaba el papel, abrió la caja y exclamó a todo pulmón: ¡Pinche Hugo cabrón!!! Me compraste tangas y pantys: Mira Papi me trajo una con abierta por abajo y es de color lila.

Sí para que ya no tengas que quitártelas para coger, son para emergencias como la de la otra noche y ¡así no las pierdes, ja, ja, ja!!!

Haber pruébatela a ver como te queda, por que esta noche pude haber muchas "emergencias" bueno voy al baño a cambiarme ahora regreso, mientras llenamos los vasos de nuevo, unos minutos después salía mi señora del baño caminando muy sexy giraba modelando su vestido, luego gira levantando su vestido, se agacha con las piernas rectas y separadas, nos da una vista espléndida de sus braguitas abiertas de en medio se le veían sus labios exteriores de su puchita muy hinchados pues los elásticos de la prenda los realzaba más.

Las expresiones de Hugo no se hicieron esperar: Huuy, te ves muy trompudita de abajo, que riquísima se te ve la panochita. ¿Te puedo dar un beso en la trompita? Y te lo doy de lengüita anda dame chancee.

¡No, ni madres!!...... aunque mamas muy rico, mejor nos vamos por que mis hijos no tardan en llegar, les dije que íbamos a una boda, no quiero que me encuentren aquí disfrazada de puta.

Nos subimos al coche de mi amigo, Liz sentada en el asiento trasero pues no quería que algún vecino la viera adelante, Hugo la quería convencer que mejor nos fuéramos a su casa, pues estaba muy caliente con el show de bragas que nos hizo Liz.

Mi esposa dio su más rotundo No…... si me quieren encerrar mejor déjenme en mi casa, yo quiero conocer los antros de putas.

Nos fuimos a una zona donde hay muchos antros de ese tipo, había varias prostitutas en la calle, Liz las miraba con atención sus vestuarios, sus cuerpos, mientras caminábamos por la calle Liz nos decía; me hacen falta mis calzones siento muy raro andar con la panocha al aire.

Entramos a un lugar donde había un escenario con varios tubos donde bailaban desnudas varias chicas, luego que terminaban su show se paseaban desnudas entre las mesas ofreciendo bailes eróticos con morreo a los caballeros.

Liz no sabía para donde voltear pues por todos lados había chicas rozando las nalgas en los bultos de los parroquianos, Liz se veía muy divertida y me decía escoge una para que te haga un bailecito, tomaba copa tras copa.

Más tarde en el escenario apareció una chica pelirroja muy bella, se desnudó lentamente con mucha sensualidad, pero a diferencia de las demás que siempre tienen la panocha bien depilada ella lucía un abundante plumero rojo, que resaltaba con la luz de los reflectores.

Los aplausos y gritos de Hugo no se hicieron esperar, pero lo increíble era que ¡mi esposa también le gritara y le aplaudiera, le silbaba!! para disimular la emoción de mi señora yo también le gritaba y le aplaudía con todo, tanto alboroto de nuestra mesa, hacía que la joven volteara y sonriera todo el tiempo con nosotros.

Obviamente cuando terminó su presentación así desnuda se fue derechito a nuestra mesa, se paró enfrente de nosotros con una gran sonrisa se presentó, Hola soy Tania nos preguntó con acento extranjero; ¿les gustó mi baile? Sí mucho, respondió Liz entusiasmada; pero nos podrías hacer un baile aquí para el señor señalándome a mí.

Sí con todo gusto, ahora que empiece la siguiente canción se lo hago para que disfrute más tiempo ¿me invitan una copa? Claro que sí le respondía Liz.

Tania se sentó en mis piernas totalmente desnuda que morbo tenía yo, pues a mi lado me miraba mi esposa con ojos de lujuria, tenía la verga que me reventaba el pantalón. Hugo le preguntaba si sus pelambres rojos eran naturales, claro que sí contestaba ella jalando una madejita de pelos se los entrego a mi amigo que de inmediato los guardó en una cajita de cerillos, llegó la chica que vende los boletos para el baile en la mesa, Hugo de inmediato le pagó dos.

Empezó la música, y Tania se movía lentamente ondulando sus hermosas nalgas que por cierto le quedaban a centímetros de la cara de mi mujer, me recostó en la silla, me pasaba las tetas rozando mi cara, los aplausos y gritos de mi esposa y Hugo no se hacían esperar, ¡eres la reina que buena estás waaooow!!

Ella le sonreía a mi esposa, y en cada cambio de posición le bailaba a Liz, luego regresaba conmigo, abriendo sus piernas se recostaba sobre mi, yo me abría la camisa para que sus pezones me rozaran el pecho de arriba abajo, ella tomaba mis manos para que le tocara los pechos y las nalgas.

Volteaba a ver a mi esposa y estaba feliz con una cara de calentura, ¿pues como no?, si tenía una mano de Hugo por debajo de su vestidito, Tania me embarraba su coño en mi verga pues estaba despatarrada sobre mi tallando su panocha en mi polla simulando que estábamos cogiendo. Por ahí de repente llegué a ver que mi esposa ¡le acariciaba una nalga!! Y Tania le devolvía una sonrisa de a millón, se nota que disfruta mucho las caricias de Liz.

En eso terminó la música, Tania se puso de pie y nos preguntó que si podía sentarse con nosotros, Liz fue la primera en decirle que sí, acuérdate que todavía tenemos un boletito para que nos bailes de nuevo. Le acercamos una silla junto a Liz.

Mientras Hugo ordenaba otra botella de cava. Liz y Tania platicaban como buenas amigas, (de donde eres, cuantos años tienes) como el lugar estaba bastante oscuro Hugo le pasó su brazo sobre el cuello a mi mujer y metía una mano por sus tetas, mientras yo jugaba con los pelos de la panocha de Tania, mientras ella apoyaba una mano en los muslos de Liz, en un momento que Tania estaba más relajada y Liz más caliente le pasé mis dedos por su raja metiendo la falange de mi dedo en su coñito que estaba bastante húmedo.

Parecía que Liz nos estaba fichando pues brindaba y brindaba con Tania. En eso empezó una pieza y Tania se puso de pie y nos dijo esta pieza es muy larga así que les puedo bailar a los tres.

Se lanzó sobre Hugo que de inmediato estaba de avorazado sobándole las nalgas, ella le restregaba la panocha en la tienda de campaña, Hugo le daba unos chupetes a los pezones, noté una mano de Liz por debajo de su vestidito, mientras con la otra ¡le rozaba una nalga a Tania!!

Me cambié a la silla de Tania junto a mi mujer, para ver mas de cerca el show, entonces Tania se levanta y se para frente a Liz moviendo sus nalgas de un lado a otro gira y pasa una pierna sobre Liz quedando de espaldas se agacha hasta el piso ¡mostrando todo su culo y coño en todo su esplendor en la cara de mi esposa!!! Poco a poco descendiendo se sienta en sus piernas y toma las manos de Liz y las corre por sus tetas, las baja por su cintura hasta llevarlas a sus nalgas y terminar en su coño.

Luego restregó sus nalgas en las piernas de mi esposa, mientras Liz le oprimía las chichis, se levantó giró de nuevo se inclino sobre Liz y le metió su mano por debajo de su vestido acariciando el coño desnudo de mi mujer, (según me platicó Liz) mientras ¡besaba a mi esposa en la boca de lengüita!!! con su otra mano me estrujaba la verga, estuve a punto de correrme con lo que veía, pero Liz si se corrió pues se le movían involuntariamente las nalgas con una cara de lujuria.

Cuando abrí bien los ojos estábamos rodeados de varios hombres que se sobaban sus erecciones del show que les hacía Tania y Liz, todo el mundo quería contratar a Tania, pero le decían también tráete a tu amiga para que lo hagan en nuestra mesa.

Tania le dijo a mi esposa; bueno negocios son negocios voy a bailar para los caballeros y llamó a otra chica del antro para hacerles un show, se despidió de nosotros y nos dijo me gustaría volverlos a ver.

Los tres estábamos ardiendo nos tomamos lo poco que quedaba en la botella y pedimos la cuenta que por cierto fue enorme y Hugo no me dejó pagar un centavo. Subimos al coche de Hugo me pidió que manejara, se subía con Liz al asiento trasero, tan pronto como arranque el coche mi amigo se abrió los pantalones y se sacó la verga, exclamando que calentón tan salvaje me diste con la tal Tania. Mi esposa se avalancha sobre la polla, dándole unas sonoras mamadas y diciéndonos que estaba muy caliente que no podía más, que necesitaba como nunca una verga.

Unas cuadras más adelante con su vestido en la cintura Liz lo cabalgaba, jadiando y riendo nos decía; pues sí…. las braguitas funcionan muy bien en las emergencias. ¡Mmmhh, que rica verga!!! Es lo que necesitaba, no te muevas déjala así encajada que el coche hace el trabajo de maravilla, ¡que ricoo!!

En eso apareció una patrulla atrás de nosotros, no le quedo más a mi esposa que separarse y Hugo a recomponer su ropa, nos acompaño por muchas cuadras ya nos tenía nerviosos, hasta que ya muy cerca del departamento de Hugo se desvió cuando vio a un auto a exceso de velocidad.

Entramos al departamento, y Hugo tenía preparada una botella de champaña Moet, la abrimos tomamos la primera copa de cruzadito, mientras le metíamos mano a Liz por su coñito desnudo. Nos cayó de maravilla, las burbujas nos prendieron de nuevo, nos bebimos la segunda copa muy rápido. Liz media mareadita nos confiaba:

Esa Tania, y la bola de cabrones que nos veían sobando sus bultos, me dejaron muy caliente, pero ¡Quieren ver a un buen show! pues se los voy a hacer par de cabrones; haber pinche Hugo, pon música adecuada para que les baile, para que vean a la puta más jariosa del mundo.

Yo estaba sorprendido de la conducta de Liz, pero bueno todo lo que pasaba me calentaba mucho, mis boxers estaban para exprimirse de la cantidad de líquido preseminal que había soltado toda la noche.

La música empezó y Liz nos ordenó: primero se desnudan y se sientan en sus sillas. (Acomodó una al lado de la otra) De inmediato le dimos gusto.

Liz empezó a bailar imitando los pasos de Tania, con su mini vestidito enseñando casi la parte baja de sus nalgas, en un giro se lo sacó, sus nalgas no paraban de moverse se agachaba hasta el piso sin doblar las rodillas, exponiendo su coñito a través de la abertura de sus braguitas, con unas miradas lascivas a la polla de Hugo corría su lengua por sus labios, luego con movimientos rápidos restregaba su coño en la polla.

Giró de nuevo y se quitó el sujetador se acerco a mi, y besando mis pezones me recostó en la silla, abrió sus piernas y moviendo muy rápido sus nalgas y sin meter las manos, centró la punta de mi polla que se deslizaba en un segundo por su panocha, ella se levantaba el pelo con sus manos mientras yo le comía los pezones, Liz le preguntaba a Hugo… ¿¡viste como me lo ensarté!!? Y con todo y calzones… he; ven asómate para que lo veas de cerca.

Se daba unos sentones tremendos en mi verga jadiaba, en eso se levanto siguió bailando y se quitó las braguitas y corriendo su lengua por sus labios, de nuevo sentó a Hugo en la silla pero esta vez ella le llegaba de reversa, le rozaba las nalgas por su estómago y cuando sintió la punta de la verga de mi amigo en la entrada, movía para todos lados sus nalgas hasta que fue desapareciendo la polla completa, para ese momento ella sola se pellizcaba los pezones subía y bajaba a toda velocidad; me gritaba; jadeando ¡ven a ver de cerca como me lo estoy cogiendo!!, ¡que ricoo!! Uff Papi soy muy puta.

Me hinque a unos centímetros de su coño para ver como se deslizaba toda la polla de mi amigo, Liz gritaba ¡me estoy viniendo haaggh!!! Papi, mi amor ¡chúpame el clítoris!!! Que siento que me muero de placer, dejo caer su espalda sobre Hugo, que le estrujaba las tetas y le daba unos violentos vergazos en el coño.

Sin más le empecé a pasar la lengua por su inflamado clítoris ¡se le salía como cinco centímetros! tenía una serie de punzadas, pronto me valió madres la verga de mi amigo, y le chupaba con todo rozando mi labio inferior a la verga de Hugo, Liz se recuperaba del tremendo orgasmo y sus nalgas se empezaban a mover de nuevo, yo seguía prendido a su clítoris pues su sabor estaba más rico que nunca.

Mi amigo le daba unos piquetes profundos, yo le seguía lengüeteando con todo, sentía como se deslizaba la verga de mi amigo por mi labio inferior, en eso Hugo se tensó jadiaba y bufaba como nunca, sentía en mi boca los espasmos tan fuertes que tenía su polla, pronto empezó a escurrir una gran cantidad de leche, cuando la sentí en mi boca me retiré de la fiesta.

Mi esposa me delataba ante de Hugo: ¡Papi cojéeme mi puchita!! Está como te gusta Papacito, muy caliente y llena de leche de tu amigo, ¡métemela toda Papi que sigo muy caliente!! De inmediato acosté a mi esposa en la alfombra y entre de un solo empujón, ella levantaba sus piernas hasta arriba, ¡Haaaggh que ricoo me estas cogiendo!!

Que morbo; pues Hugo nos observaba a centímetros, mi esposa me abrazaba con sus piernas, luego las abría hacia arriba y me volvía a abrazar, yo sentía cosas deliciosas dentro de su coño pues Liz tenía otro orgasmo, la leche de mi amigo me mataba de placer me corrí a borbotones, luego de un rato me separe de Liz que quedó noqueada en la alfombra con su panocha escurriendo leche de los dos bañando su culito.

Me comentaba mi amigo en el baño, (pues un Mexicano nunca orina solo) que buena parranda nos estamos pasando, Liz quedó muy prendida con las caricias de Tania ¿verdad?

Pues parece que sí, han sido muchas cosas nuevas para ella. Pero has notado ¿que cada día es más caliente?

Pues sí lo he notado: Entre las cosas nuevas tu crees que Liz quiera que se la meta por su culito para cerrar la noche con broche de oro.

Pues es cosa que la calientes mucho y tengas preparado algo de lubricante, por mi no hay problema, es más yo te ayudo a convencerla por que hoy anda muy caliente.

Regresamos a la sala; y Liz seguía acostada en la alfombra con una sonrisa de oreja a oreja, con las piernas separadas sobando sus pezones, una enorme cantidad de leche bañaba su culito y nalgas, le llenamos otra copa de champaña y brindamos con ella se levantó y nos dijo:

Miren como me dejaron de batida, pero que sabroso estuvo, ¿les gustó el show que les hice?

Estuvo cien veces mejor que el de Tania le exclamaba Hugo…. bueno cuando Tania metió su mano debajo de tu vestido y se besaron fue muy caliente, cuéntanos ¿que te hizo?

Pues me puso un calentón tremendo, sabes que después de mi esposo, solo tu y ahora Tania me han acariciado ahí… ella pasó su mano por mi panocha y al sentir que usaba unas braguitas abiertas me guiñó un ojo, estaba tan mojada que su dedito se deslizó como la mitad y me hizo una serie de movimientos circulares por dentro de mi panochita, sentí como si me cayera un rayo, ¡me corrí de inmediato, no me podía controlar! en ese momento me besaba metiendo su lengua en mi boca, es una mujer tan sensual que no me quedó más que regresarle el beso con la misma pasión que me lo dio, nos rozamos las lenguas ¡uff! que práctica tiene esa mujer, me calentó mucho me dejó en shock.

¿Te gustaría que la invitáramos? Para que jugara contigo, y nos hicieran un show.

Uff, no lo se, tal vez sí, por que cuando le bailaba a mi maridito me calentó mucho, no sentí nada de celos, me gustaría verla coger contigo, (sentí un tiiingg en mi polla) de acordarme como te bailaba ya me estoy calentando.

Pues como no; si Hugo no le soltaba las nalgas, le untaba la leche que tenía embarrada en su culito y nalgas. El muy cabrón estaba logrando su cometido le estaba dando un súper calentón con los recuerdos de la dulce Tania.

Hugo le insinuaba bueno vamos a la recámara pues parece que ya estamos listos los tres.

Denme un minuto, voy a hacer pipi y a poner en orden esto ahora los alcanzo.

Hugo tenía preparada su TV. Con el video que tanto calentó a mi esposa, cuando entró Liz a la recámara estábamos con las vergas bien duras, con una copa de champaña en la mano, ella se acostó entre los dos para ver la escena que tanto le había gustado, mientras tomaba su copa pajeaba lentamente la polla de Hugo, mientras rozaba sus nalgas en mi verga.

Mi amigo le narraba la escena: Mira como disfruta la mujer con cuatro vergas al mismo tiempo, ¿tú crees que podrías hacer lo mismo?... mira que rico se la meten por el culo, y como le van recorriendo sus hoyitos los cuatro, mi esposa se bajo sin perder detalle de la pantalla a mamar la verga de mi amigo, mientras yo le acariciaba el culo, se hincó y seguía mamando sin perder detalle de la pantalla, yo me fui de inmediato a chupar su culito, sus nalgas cada vez se le movían más rápido pues yo recorría su coño y culo con mi lengua en eso grito:

¡Cójanme no puedo más, estoy muy caliente! No se que me pasa, entonces Hugo aprovechó y le untaba plastas de vaselina en el culito deslizando un dedo dentro, mi esposa aullaba de placer y le decía sollozando; no me va a entrar lo tienes enorme.

Tranquila; te lo voy a hacer muy suavecito, y en posición de perrito pude ver muy de cerca como le abría las nalgas a mi mujer, hacía presión con el glande y lentamente desaparecía; Liz dejaba sus uñas encajadas en el colchón, Hugo esperó un momento y cuando las nalgas de Liz se empezaron a mover, Hugo se la dejó caer hasta la mitad, mi esposa jadiaba y gemía muy fuerte, mi amigo nuevamente se la empujó y se la dejó caer toda.

¡Uff cabrón me vas a partir!! ¡Que vergota tienes, la siento hasta mi garganta!! Pareces uno de los vergudos de la película, (no despegaba los ojos de la pantalla) ¡aaayy que me estas haciendo, que sabroso!! Le hacia un mete y saca pero de punta hasta los huevos, yo me arrancaba la polla de la paja que me estaba haciendo, me volteo a ver Hugo y se compadeció de mi, entonces se giraron a un lado y luego acomodo a mi mujer sobre él y me dijo dale por el coñito por que ahora ella es la chica de la película.

Inmediatamente me acomode sobre Liz y lentamente le fui metiendo toda mi polla, por el momento yo era el único que se movía, poco a poco se empezó a mover Hugo que le susurraba al oído a Liz; que delicioso culo tienes está apretadísimo, toma mama un dedo como si fuera otra verga, mi esposa le daba ¡unos chupetones y lengüetazos al dedo de Hugo!

Empezaron una cadena de punzadas en el coño y culo de mi esposa, tenía una cadena de orgasmos mientras le hacíamos un movimiento alterno de vergas, le metí un dedo en su boca y lo mamaba con desesperación alternando las mamadas con el dedo de Hugo, yo sentía que las mamadas en mi de dedo me las daba en mi verga, para mi fue demasiado y me corrí con mucha fuerza, inmediatamente me levanté pues me moría de morbo de ver a mi esposa tan caliente, escurriendo leche de su panocha y penetrada por el culo con la verga de mi cuate.

Entones mi esposa le dijo a Hugo déjame cabalgarte, se giró y se acomodó la verga en su coñito y se dejó caer de un solo sentón se despachó toda la verga de mi amigo, yo le veía el culo muy abierto y de color morado, él le pellizcaba los pezones y aullaba de placer mientras mi esposa subía y bajaba.

Hugo me decía que razón tienes; tu leche me hace muchas cosquillas siento que me revienta la polla, ¡haaggh me estoy corriendo huyyy…. que venida me estoy echando!! ¡Que me haces Liz!!!.... Me estas ordeñandooo ¡haaggh!

Mi esposa seguía moviéndose como posesa sobre Hugo; le exclamaba ¡Que caliente está tu leche me quema por dentro, aaayy que ricoo!! Le embarraba de semen todo el vientre a Hugo hurgándose con sus manos su clítoris empapado de leche, resoplaba y jadeaba como loca, no paraba de moverse de adelante hacia atrás, nunca la había visto así de caliente, ni su clítoris tan parado.

Después de descansar un rato, mi esposa buscaba su ropa y se vestía, Hugo estaba muerto y me decía llévate mi coche, mañana paso por el. Nos despedimos y nos fuimos a casa, eran las seis de la mañana.

¿Como ven nuestras locas aventuras?... Me estoy empezando a arrepentir de lo ocurrido, pues Liz cada vez es más y más caliente. Ahora tiene tendencias bisexuales.

Agradecemos mucho sus comentarios anteriores, Esperamos sus nuevos comentarios.