Mi esposa no quiere intercambios - X

Y empecé a caminar, ese camino que cada día construimos con cada paso. Empecé a caminar, empecé a recorrer el camino, empezó mi nueva vida sexual, recorrí todo el camino y me entregué totalmente...

CAPÍTULO FINAL

Rosalía jamás pensó que una confesión como la de Quique, hablando en nombre de nosotros dos, con un matrimonio consagrado en la Iglesia, se pudiese abrir a otra persona (nosotros tampoco lo pensamos... hasta que lo pensamos) y ese matrimonio de dos, pudiese ser un matrimonio de tres. Y que nuestras hijas Alba y Silvia pudiesen ser hermanas de Breixo, su hijo. Y que su deseo de años de tener otro hijo y no satisfecho hasta ahora, le pudiésemos proponer que lo tuviese con Quique, mi esposo, y que así, de esta manera "tan moderna", nuestro matrimonio fuese un trimatrimonio y todos nuestros hijos fuesen de los tres. Una familia moderna y unida, muy unida.

Ya sé que esto puede sonar a una locura, pero quien piense que es una locura es que, o no sale de casa, y no se entera de nada, o piensa que los demás son los que no salen de casa. Estos polimatrimonios plurisexuales suceden, y suceden en todas partes. Otra cosa es que se desconozca o no se quiera conocer, pero existir existen. Aunque como todos sabéis, una cosa es serlo y otra cosa es que sea legal. Y si veis el programa de La 4TV, First Dates, lo podréis comprobar muchas veces en los deseos de sus participantes. O en la serie S.W.A.T. entre otras.

Rosalía vendió su casa familiar y renunció a cualquier derecho económico matrimonial y por paternidad que le pudiese corresponder. Su ex-esposo (que iba a pasar años de cárcel) renuncio a las visitas de su hijo, y Rosalía concedió a los abuelos paternos del niño, las visitas que se concertasen con una simple llamada telefónica, sin más restricciones. Los dos se vinieron a vivir con nosotros. Compramos una cama más grande para los tres y nosotras las mujeres, nos pusimos mano a la obra en la reforma de la casa ¿alguien se imagina dos mujeres casadas entre ellas y con el mismo marido, deseando tener la mejor casa posible al gusto de cada una? Pues eso, como la guerra de Troya pero con ametralladoras... Casi nos divorciamos nosotras veinte veces la primera semana y sin estar legalmente casadas.

Y aunque no os lo creáis, yo estaba tan agradecida a Paco, el enfermero que me ayudó a parir, que haciendo de tripas corazón, hablé con Cris, mi prima y nuera de Paco. Y me di cuenta que sexualmente hablando, el marido de Cris, que era el hijo de Paco, la desatendía completamente. La quería, pero sus negocios internacionales eran más queridos y mejor atendidos. Así que le expresé abiertamente los deseos sexuales de Paco y para sorpresa mía, delante de mí, Cris llamó a su suegro y quedó con él para follar esta misma tarde ¡misión cumplida y otras dos personas felices!

Aunque no seamos conscientes, el tiempo pasa. Los malditos relojes no se paran ni aunque se terminen las pilas. Los tristes sucesos se fueron olvidando. Las putas seguimos trabajando, ya éramos 17 fijas y 6 a turnos prefijados, y una larga lista de candidatas a esos puestos. Y los planos para la reforma de la casa se llevaron a visar al Colegio ¡estábamos de acuerdo las dos mujeres! Quique no quiso quedarse sin ojos y ni miró los planos para no liarla con ninguna de sus dos esposas. Nos quería demasiado a las dos ¡y le atendíamos más que a un rey!

Y para sorpresa de todos, el gran salón del ático que convertimos en un club de reunión de parejas para intercambios de matrimonios, fue un éxito más rotundo del esperado, mucho más. Irene y su sobrina iban locas intentando poner un orden con tanta gente y tuvimos que acudir a Manoliño, que se había convertido en mucho más que un guardián y un amigo. De la misma manera que nos encontró un impresionante y fuerte negro que ya conocéis, Tongo, tuvimos ahora que buscar otros dos y nos trajeron otro negro y un mulato, de Costa de Marfil y de Túnez. Ambos de menos de 30 años, fuertes, educados, que hablan bastante bien español y como tantos inmigrantes, sin papeles. Pero les conseguimos alquilar en el pueblo un piso para ellos tres (Tongo tenía pareja con hijos de ella) y no veáis lo felices que eran con su piso y sus sueldos fijos ¡ya eran alguien!

Nosotras, con la ayuda de las autoridades locales, les regularizamos la situación, les empleamos en el club, conseguimos las autorizaciones necesarias y así, ya tuvimos "fuerzas de seguridad" para poner algo de orden dentro y fuera del club ¡había que verlos presumir en sus uniformes! Uxia y Anxo trabajaban a tope y colocamos a otra chica y a un antiguo camarero del bar de Paca que, poco a poco, iba perdiendo gran parte de su clientela de puterío, que al fin y al cabo, son los que se gastan el dinero.

Pero pocos meses después y cuando ya estábamos preparando de forma "oficial" la triangular boda de Rosalía, Quique y yo, entró una tarde María, desencajada y gritando:

  • ¡Que viene Nuno, qué viene Nuno!

Y todos nos enteramos ¡por fin! que carallo había pasado con Nuno, tanto tiempo embarcado y sin volver a casa. Había tenido un grave accidente por consumo de alcohol, fue desembarcado en Terranova, trasladado a un hospital y guardado secreto de todo esto por órdenes personales suyas. Se operó, se curó, pasó unas pruebas psicológicas y al final se le dio nuevo permiso de embarque. Y sin volver a España se embarcó allí mismo, y ahora regresaba para los meses de descanso y ver a su familia.

Pero no organizó problemas, su carácter había cambiado al verse al borde de la muerte y solo, al revés, pidió perdón a todos, sobre todo a su esposa, hija Ximena y resto de hijos, se maravilló de todo lo que habíamos hecho y se ofreció a su familia para ayudarnos en todo lo que estábamos haciendo. Sus horas transcurrían en el bar de Paca con sus antiguos amigos y sus pocas putas baratas, a nosotras no venía a vernos. Y un día, sin avisar y cuando yo salía de trabajar en el marisqueo, me interceptó con cara seria. Pero a pesar de todo, Nuno era para mí un antiguo amigo, mi primer cliente y yo le tenía cariño. Me acerqué a él y le di un beso en la boca y él entonces sonrió y me dijo:

  • Yoli, sabes que siempre te he estimado como amiga y que te deseo como la mejor puta que he tenido entre mis manos, pero sé la amistad que hay ahora entre mi familia y tú. Me gustaría follarte y pagarte todo lo bien que te mereces y te ganas. Me gustaría que vuestro bar fuese mi bar y mi segunda casa, pero no sé si me aceptarías como cliente de las dos cosas, el bar y tu coño ¿lo harías?

Me lo quedé mirando, le sonreí, le di un estrecho y fuerte abrazo delante de todos y uno de mis mejores besos en sus labios y le dije:

  • Nuno, soy una puta. Paga mis honorarios y podrás disfrutar de mi cuerpo. Pero solo con una condición; que realmente renuncies para siempre de follarte a tu hija como puta. Si lo haces así, no solo encontrarás en mi esa puta que buscas, sino esa amiga que se entregará a ti y lo pasaremos de puta madre. Pero tienes que jurarme que nunca más te follarás a Ximena por dinero. No solo es tu hija, es mi amiga y mi socia, y la quiero como una hermana.

  • Te lo juro Yoli, nunca me follaré a mi hija por dinero ni la trataré como puta. Tenéis razón, he sido un cabrón y un mal padre, y te juro que intentaré cambiar.

Y acepté follar con él, el viernes noche. En pocos minutos hablé con su esposa y su hija y por la noche se lo expuse a Quique, y todas estuvimos de acuerdo en que había cambiado. Pero ya sabéis eso de: "genio y figura hasta la sepultura". Y en menos de dos horas, nuestro bar se llenó con Nuno y sus amigos, antiguos clientes del bar de Paca. Pobre Paca ¡quién te ha visto y quién te ve! Pero nuestro bar aumentó de clientes fijos y bebedores. Y también aumentó el trabajo de nuestras putas.

Al día siguiente, como todos los lunes y miércoles (ese día era miércoles), comimos juntas todas las socias fundadoras del club más Rosalía que ya era "de la familia", y esta, desde hacía años, tenía la costumbre de jugar todos los viernes a La Primitiva y esta semana, había además, un bote de un montón de millones de euros y nos traía mogollón de papeletas para rellenar de números. Así que mientras nos tomábamos el café, copitas de licor, y nos fumábamos un cigarrillo... Si, ya sé que está prohibido fumar dentro de los bares, pero nosotras somos putas ¿no?

Pues eso, cada una hizo lo que quiso, pero Ximena y yo, que realmente nos llevábamos muy bien, decidimos hacer la misma combinación de números ¡nos gustaban esos números raros y tan juntitos! Y con todos los líos de las papeletas sueltas, la cachonda reunión femenina y todo eso, mi boleto desapareció. Cogí un nuevo papel, copié los números de Ximena, que ella misma me los fue dictando, y yo misma estuve por la tarde en el estanco y los deposité, entregándole a Ximena su boleto y quedándome con el mío... boleto que ella pasó por mis lechosas tetas "a ver si eso nos traía suerte" ¡Ay eso de las Meigas!

Once veces follé hasta el viernes noche y esa tarde me preparé para Nuno. Nunca se me ha olvidado ni se me olvidará la primera follada que nos pegamos los dos. Algo salvaje y eternamente placentero y en el fondo de mí, lo deseaba como mujer ¡cuántas veces me corrí! Una buena ducha, algo de pinturas de guerra aunque eso de maquillarme no es lo mío, alguna ropa sugerente... deseaba que me desease. Y antes de la hora fijada, las 9 de la noche, apareció en el bar, le invité a un chupìto de orujo, le cogí de la mano y cuando María ¡su esposa!, fue a entregarme la llave de la habitación, le puso la otra mano para que pagase mis servicios y Nuno no pidió una hora, sino DOS. Y delante de todos le abracé, le besé profundamente en la boca, y le juré que se lo pasaría de muerte. Y subimos.

Si yo deseaba ser follada por él, a él le pasaba lo mismo conmigo ¡Casi no me dejó desnudarme! El muy bestia me empujó contra la cama, nos caímos los dos riendo sobre la misma y nos desnudamos como pudimos. Mi tanga me lo arrancó de dos tirones y antes de darme cuenta, no dos sino tres brazos, acariciaban mi cuerpo, porque su polla era un enorme tercer brazo y no parábamos de movernos. Yo misma cogí su enorme pollón y me lo metí en la puerta de entrada. Solo tuvo que empujar unas pocas veces para meterme todo eso en lo más profundo de mi coño.

Mis piernas rodearon el cuerpo de mi Nuno. Y no es que me gustase o me volviese loca de amor, es que aquellas mujeres que han sido folladas por enormes y gruesas pollas que te llenan extraordinariamente el coño hasta límites increíbles, y además, el dueño de esa polla es un salvaje machista que solo desea complacerse y no te deja ni respirar, saben lo que digo porque lo han sentido en sus carnes ¡y en su coño! Nuno me bombeaba una y otra vez, ladeaba mi cuerpo y ya sabéis que yo no soy fácil de llevar. Los dos estábamos disfrutando de un polvo muchos meses esperado, los dos éramos pasionales, ninguno de los dos teníamos complejos, y los dos teníamos ganas.

Y mis orgasmos empezaron a llegar. Y desde el primer orgasmo, mi coño facilitó a esa gruesísima polla su penetración y su movimiento dentro de mi cueva. Y eso facilitó nuevos orgasmos. Pero Nuno había llegado para follarme de verdad y su boca mordió mis pezones, y en una de sus mordidas, un poco más intensa que las anteriores, notó el sabor de mi leche y casi se olvidó de follarme para empezar a beber la leche de mis tetas. Y yo me volvía loca. Estaba clavada desde mi coño por el mástil de un barco pirata y desde mis tetas, por una potente boca succionadora que me estaba sacando leche con una intensidad nunca conocida. Y me volví a correr... y otra vez... y otra...

Nuno no paraba de follarme a pesar de todo esto. Lo hacía lentamente, pero ese pollón era demasiado pollón y yo lo pasaba divinamente. Pero donde no lo pasaba nada bien era con mis tetas. No solo se estaba bebiendo la leche de mi hija, sino que el dolor en mis pezones por su brutal succión, sus manazas apretando mis tetas sacando mi leche por el pezón que succionaba y por el otro a chorro, me volvían loca de dolor y del placer. Si, del placer, porque hasta entonces nadie me había exprimido como lo hacia este bestia... y el placer que me daba era irrenunciable. Jamás me había corrido tantas veces, con tanto dolor, y al mismo tiempo, con ese placer al que nunca me negaría.

Y al final, cuando casi me dejó sin leche en las tetas, su leche, la lefa de su polla, salió impetuosamente y me llenó el coño, las piernas y las sábanas. Era increíble la cantidad de semen de sus huevos. Noté como su cuerpo empezaba a pesar, me ladeé un poco y le dejé caer a mi lado. Y mientras alargaba mi mano para coger de la mesita una botella de agua porque estaba totalmente seca, un pensamiento cruzó por mi mente ¡aquella oferta de cuánto dinero pediría por dejarme preñar por un cliente! Y con una diabólica sonrisa en mi interior, me juré que si Nuno me pedía preñarme, me dejaría preñar por él y tendría su hijo. Y no me importó lo que pensarían su esposa, su hija, o mi esposo ¡Este bestia podría darme un hijo o hija realmente especial!

Los dos estábamos extraordinariamente sudados, pero mientras yo me bebía una botella de agua, Nuno se bebió media botella de coñac. Nos fumamos un cigarrillo y me fui encontrando un Nuno muy distinto. Sus manos acariciaban mi cuerpo con cariño, con mimo. Sus labios me besaban cálidamente, como si me aplicase una pequeña ventosa con cada beso ¡y me volví a correr! Me abracé a él, le besé en la boca y le dije:

  • Y ahora Nuno, no te olvides que soy una puta y trátame como puta. Has pagado muy bien por mí y además le has dado el dinero a tu propia mujer ¿Acaso no sabes follar mejor de como lo has hecho hace unos minutos?

Y si, os juro que sabía hacerlo mejor. Lo que yo pretendía era sacar todo lo que de irracional, de salvaje, de hombre primitivo había en él y hacer que su mente y su cuerpo fuesen solo una enorme polla deseosa de romperme todos los agujeros. Y como estábamos frente a frente, su primer agujero a usar fue mi coño nuevamente. Tantas veces me había corrido yo que no tuvo problemas para meterme su pollón a tope y me folló como un loco. Nada le importaron mis tetas casi vacías de leche por su culpa. Las apretaba y jugaba con ellas mientras su polla entraba y salía por mi vagina.

Me dio la vuelta y mientras una de sus manos me levantaba un poco el culo a través de las caderas, su otra mano ayudaba a su polla a encontrar el ojete de mi culo que penetró ¡el muy salvaje! hasta los mismos cojones. Y ahí sí me dolía. A pesar de que mi culo era frecuentemente usado, una polla como la suya de más de 5 cm de grosor, no era precisamente infantil.

Y del culo pasaba otra vez al coño. Y desde el coño pasaba nuevamente al culo. De vez en cuando descansábamos, nos fumábamos un cigarrillo y bebíamos de las botellas de coñac, e incluso dos fresquitas botellas de Ribeira ¡y volvíamos a follar! Y nos corríamos los dos una y otra vez. Y ni una sola vez miramos el reloj.

Sí, soy una puta y me gusta mi profesión tardíamente iniciada y voluntariamente elegida. Pero esta follada con Nuno la necesitábamos los dos, y los dos nos entregamos a pasarlo de puta madre sin importarnos nada más.

Hasta que unos golpes fuertes en la puerta y unos gritos de varias personas, nos hicieron parar el follaje y recobrar el sentido que éramos puta y cliente follando. Miré el reloj y casi me caigo de la impresión ¡llevábamos más de dos horas follando! ¡Y nadie nos había interrumpido! Y antes de darnos cuenta, María, la propia esposa de Nuno, con la llave maestra había abierto la puerta y un tropel de gente entró gritando en la habitación con gran cantidad de botellas de vino blanco y de cava:

  • ¡Yoli, Yoli, eres millonaria... te ha salido La Primitiva, y son una enorme cantidad de millones de euros!

Comprenderéis que tardé en reaccionar. Primero, porque nos habían interrumpido un polvo salvaje, y segundo, porque no me acordaba de La Primitiva, ni del boleto, ni del día del sorteo. A quién le gustaban los juegos de azar eran a Sabela, Ximena y Rosalía. Pero allí estaban, mogollón de putas y algunos clientes del bar, viéndonos desnudos a Nuno y a mí, mientras brindaban por mis millones y los de Ximena, que jugábamos los mismos números acertados. Y allí estaba, la puta y millonaria Ximena, delante del desnudo cuerpo de su padre, que varias veces se la había follado pagando para humillarla como puta, junto a su orgullosa madre María, llorando a moco tendido.

Yo estaba tan nerviosa por todo esto junto, que no acertaba ni a vestirme. Poco más tarde entró Rosalía llorando de alegría con el boleto premiado en la mano, y al mirarlo, me di cuenta que la tinta del bolígrafo era azul intenso y yo hice el boleto con el boli de Ximena, de tinta negra. Y entonces, para sorpresa de todos si me vestí, o casi me vestí, y me fui como loca a casa conduciendo más rápido que Alonso en Indianápolis. Fui a mi mesita de noche y justo allí, estaba mi boleto en tinta negra ¡dos boletos, no uno solo, de la lotería Primitiva eran míos!

Casi nos morimos de la impresión. Resulta que Rosalía había cogido de la mesa el boleto que yo no encontré, y yo había hecho otro, tal y como os he contado anteriormente. Por eso, dos de los boletos premiados en toda Europa, eran míos y uno de Ximena. La lluvia de millones era enorme. Y toda lluvia deja rastro, sobre todo si es intensa, y esta ¡era muy intensa, intensísima!

Así que hice lo que debía hacer. Llamé al día siguiente a un notario, me fui con él (y con Quique y Rosalía) al banco, deposité los boletos y a continuación, con mi usado coche y mi más usada tarjeta de crédito, me fui de viaje sin decirles a dónde, porque ni siquiera yo sabía a dónde ir, pero necesitaba tranquilizarme, relajarme, y soledad para pensar. Demasiadas cosas en solo dos años, demasiados cambios en mi vida, demasiados acontecimientos...

Cinco días después, ya no pude más y llamé a mis amados Quique y Rosalía, y con su coche bajaron ellos con los niños hasta las cercanías de Lisboa. Estuvimos varios días juntos (a Quique le amenazaron con hacerle un expediente si no se presentaba a trabajar  Jajaja ¡si era rico!) y nos pusimos de acuerdo en cómo enfocar desde ese momento nuestra "trimonial" vida futura:

a) Tal y como estaba previsto, a fines de verano celebraríamos nuestra boda especial a tres bandas. Nosotros tres, nos casaríamos con los tres. Y Quique elegiría las nuevas alianzas matrimoniales para los tres.

b) Rosalía y Quique, cuando se acabasen las obras de nuestra vivienda, que sería nuestro hogar fijo definitivo, mantendrían relaciones sexuales tendentes a que Rosalía se quedase embarazada de Quique y tuviese el hijo que tanto deseaba tener. Nuestro cuarto hijo.

c) Compraríamos el edificio de las cerradas oficinas de la cerrada papelera y montaríamos un hotel. Un hotel, como todos los hoteles, para toda clase de huéspedes y también para alquilar por horas a las parejas de intercambios de nuestro club. Y a quién las desease.

d) Naturalmente cancelaríamos todas nuestras deudas. Ximena, que no quería meterse en más líos, sería la directora del complejo y ella y yo, que somos las dueñas al 50%,  estudiaríamos cómo ampliarlo con nuevas dotaciones, como por ejemplo, un Pub, o una sala de bailes sin intercambios, para matrimonios y parejas normales.

e) Y yo me retiraría de mi trabajo del marisqueo y del trabajo diario de puta. Pero eso no me impediría follar en el mismo club y cobrando, con quien quisiera de mis buenos clientes y amigos, follarme y usarme a su gusto. Me hice puta voluntariamente y me gusta ese oficio, como las demás trabajadoras sexuales del club. Solo determinadas horas y determinados clientes. Solo por placer, solo por vicio.

f) Rosalía seguiría con su negocio de decoración de interiores y también trabajaría de puta como yo, a determinadas horas y clientes. Le había "picado el gusanillo".

g) Pero las dos nos dedicaríamos poco a poco, a lo que más realmente nos gustaba, cuidar de nuestro hogar y de nuestros hijos. Ser unas buenas madres, un poco putas, pero buenas madres.

h) Y Quique ¿qué hacemos con Quique? Pues dejaría su trabajo de funcionario con una excedencia y se dedicaría, primero a preñar a Rosalía y después, a dirigir todos los trabajos que durante más de un año nos volverían locos. Y luego sería el coordinador general. Y siempre, nuestro marido y el padre de familia.

Y llegó Septiembre. Y tal y como estaba previsto se celebró la "triboda" que celebró un abogado amigo de Quique. Como Quique y yo ya estábamos casados, Quique se casó con Rosalía y Rosalía se casó conmigo. Y ya os podéis imaginar que era una boda "de amiguetes" que no es legal. Pero firmamos una serie de papeles legales, para que los tres tuviésemos los mismos derechos "matrimoniales". Y después del banquete con más de 150 personas, un reducido grupo de unas 70 personas, subimos al ático, donde está el salón y las instalaciones de los intercambios, para mi despedida oficial de puta diaria.

Rosalía y María, ayudadas por Roxana, me desnudaron totalmente de mi vestido de bodas en una pequeña habitación, me colocaron los dos gruesos piercing de los labios genitales, y me pusieron una capa roja con capucha. Yo no tenía ni puta idea de lo que habían planeado pero sabía que nada decente. Con los ojos vendados me llevaron hasta el centro de la habitación donde había una enorme cama que vi al quitarme la venda. Sobre la cama estaba Nuno totalmente desnudo con su enorme polla siendo lentamente agitada por su hija Ximena para mantenerla tiesa.

Me quitaron la capa entre aplausos y yo misma me subí a la cama. Ximena y yo nos dimos un beso en la boca y la polla cambio de manos. Y yo misma ayudé a Nuno a poner esa polla en la entrada de mi nido de placer para cabalgarle sin descanso...

Y durante más de cinco horas, la más divertida y sexual de las orgias se desató sin limitaciones terrenales. Barra libre total.

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Reflexiones:

No sé si debería haber puesto este apéndice o no, pero algunos de los comentarios a mis relatos y algunas cartas que he recibido, son de "ombres (sin H)" que ponen a las prostitutas a parir. E incluso a mí, sin conocerme, ni mis estudios, ni mi trabajo, me tachan de puta.  Y sinceramente no me ofenden, porque en esta vida no ofende el que quiere, sino el que puede.

Y utilizo el apelativo de "ombres (sin H)", porque cualquier parecido con los verdaderos hombres, no es ni coincidencia.

Y hago una pregunta para que reflexionemos todos (yo también) ¿habrían tantas prostitutas si no hubiesen hombres (y ombres sin H) capaces de pagar a una mujer para hacer lo mismo que puedes hacer gratis con la esposa? ¿O necesitas pagar, si no tienes esposa a una meretriz, porque no eres capaz de ligar como un hombre con una mujer?

Y otra pregunta: ¿Por qué siempre os metéis con la prostitución femenina y no con la masculina? ¿Para no ofender a conocidos actores y políticos, y sus negocios de saunas masculinas? Porque las hay y todos las conocemos. Como también hay muchas mujeres y no todas mayores de 30 años, que pagan a hombres para ser folladas "discretamente".