Mi esposa no quiere intercambios - VIII

Y empecé a caminar, ese camino que cada día construimos con cada paso. Empecé a caminar, empecé a recorrer el camino, empezó mi nueva vida sexual, recorrí todo el camino y me entregué totalmente...

No hay nada que una más a un matrimonio, que una buena comida en la terraza de la propia casa, con abundante pescado y marisco recién cogido, y muy bien regada con un buen vino Ribeira Sacra bien fresquito. Y con un postre especial, muy especial. Regalo de esta puta esposa a su amado esposo Quique. Los dos compartíamos mesa con Rosalía y mi postre, fue prestarle a nuestra querida arquitecta de interiores a Quique para que se conocieran los dos muy profundamente, aunque antes adorné el coño de Rosalía con una preciosa mata de nata con caramelo, y sus amplios pezones con chocolate blanco. Cierto es que el chocolate estaba un poco más caliente de lo previsto, pero el dolor es parte del placer.

Puedo aseguraros que Quique disfrutó de la nata, del caramelo, del chocolate, y de Rosalía, pero esto último fue durante más tiempo. Y Rosalía tuvo dos maravillosas corridas antes de que la nata se terminase del todo. Estaban sus pezones tan sensibles con el calor del chocolate, que antes que Quique se diese cuenta, nuestra querida amiga tuvo un estremecimiento brutal y agradecido. Y apenas la lengua de Quique empezó con la nata de su coño, tuvo el segundo. Y es que Quique es mucho Quique con su lengua... aparte del dominio de su polla. Pero ahora hablemos de esa sobremesa.

Mientras yo disfrutaba a esas horas del primer cigarrillo del día, puesto que por mi embarazo prácticamente había dejado de fumar, disfrutaba orgullosa viendo retozar a esas dos personas tan queridas por mí. Rosalía y Quique, Quique y Rosalía se llevaron muy bien desde el primer día y los dos se deseaban con sus miradas. Y ahora, ese deseo se había hecho realidad. Aunque a decir verdad, las que realmente nos deseábamos, éramos Rosalía y yo.

Pero las obras del puticlub habían terminado, y se estaban terminando también los últimos detalles para su apertura total ese fin de semana. Los 3 dormitorios que quedaban pendientes en la primera planta, Rosalía los había ampliado a 4, ligeramente más pequeños, sin jacuzzi, pero con ducha de varias intensidades. Y el enorme ático-buhardilla superior, sería de miércoles a sábados noches, un lugar de intercambio de parejas relativamente sencillo, pero era el único en más de 50 km. Y por las tardes, incluyendo domingos, se podrían hacer orgías y gang-bangs. Nos gastamos mucho dinero, pero no os imagináis la cantidad de clientes que teníamos todos los días hasta de Portugal ¡y habían días con listas de espera por falta de habitaciones!

Y tuve que hacer de bruja, interrumpí a esos dos amantes con ganas de fastidiarles, porque me hubiese gustado estar también entre esos dos cuerpos sudados y satisfechos... aunque los dos se merecían esos minutos de sexo total "entre amigos".  Pero los negocios son los negocios y yo era la Administradora General de la sociedad y eso me lo tomaba muy en serio, sobre todo, habiéndome dejado "provisionalmente" de trabajar de mariscadora, para dedicarme el club y a mi hijo ¡o hija! porque no quería saber su sexo, ya lo sabría al nacer.

  • Vamos pareja, vamos. Dejad ya de follar y venid para lo que hemos venido, para trabajar -les dije yo entre risas-

  • ¿Y qué cojones crees que estábamos haciendo? -me dijo mi esposo riéndose también-

Rosalía se acercó a mí, me abrazó y me acarició con una ternura infinita, de terciopelo. Me besó varias veces tomándose su tiempo y me susurró al oído:

  • Gracias Yoli por compartir tu esposo conmigo. Nunca serás capaz de imaginarte cuanto placer te debo además de nuestra maravillosa amistad. Te quiero y sabes que siempre te querré. Como amiga y como amante.

Casi me hace llorar. Yo también sentía algo muy especial por ella. Se pusieron los dos un albornoz y nos sentamos los tres para tomar decisiones. Primero los números. Los ingresos eran muy interesantes, y de la deuda... bueno, de la deuda mejor no hablar si no se está muy bien del corazón y del bolsillo. Pero si los ingresos estos seguían y añadíamos las putas que desde esta semana se añadirían al club, todo podría ir muy bien. Pero había un problema y era el salón de intercambios de parejas. Y es que cuando la gente va a un salón, a un club de estos, desean follar (que para eso van) y en el nuestro, solo podrían follar en los dos espacios preparados, unas 10-12 parejas simultáneamente, más ocho hombres mamándoles las pollas en el pasillo francés. La sala de baile y las mesas ocupaban el resto.

Pero hacía más de un año, que, desgraciadamente para la comarca, una empresa papelera había cerrado y tenía, aislado de las naves, un edificio de oficinas de 4 alturas y de unos 13-15 años de antigüedad, que estaba situado en la parcela siguiente a la nuestra y que podríamos comprar para hacerlo un hotel, que según datos provisionales de Rosalía saldrían muy buenas 28 habitaciones, que se podrían alquilar normalmente y también por horas, y a los socios de nuestro club hacerles un 25% de descuento, y eso ya garantizaba muchos clientes y unos ingresos fijos.

Quique añadió que se podría hacer entre ese hotel y nuestro club, un garaje subterráneo y un local multiusos a nivel de sótano, comunicando los dos edificios... Casi tres horas después lo dejamos y solo acordamos ver y preguntar al banco, legal propietario de ese complejo por embargos de deudas, por ese inmueble de oficinas para hacer el hotel y después... bueno, pues después... con el tiempo y los bancos... ¡Ya veríamos!

Y sin darnos cuenta llegó el viernes noche. Y si la primera fiesta de la inauguración parcial fue un exitazo como sabéis del relato anterior, esta fue un flechazo entre todos. Allí estábamos todas las putas ¡Ya éramos 11 fijas, más otras 4 a horas determinadas! El follón de coches y personas eran enormes, e incluso el teniente Ramírez, de la Guardia Civil, vino a vernos para ver de arreglar el tema del trafico porque colapsábamos la carretera y nos autorizó a aparcar en el solar de las oficinas de la fábrica.

Y en un momento determinado, alguien me abrazó por detrás y noté pegadas a mí espalda, unas tetas y una barriga ¡era Uxia! Una de las niñas más maravillosas que he conocido. Huérfana desde pequeña tuvo que luchar contra todo para sobrevivir. Con 20 años ya trabajaba en el marisqueo, y ahora con 22 estaba felizmente casada con Anxo y muy bien preñada. A los dos les debía casi mi vida porque fueron de las primeras personas que vinieron a salvarme de que el mar me tragase, y aunque Anxo había querido follar dos veces conmigo, le rechacé por ese matrimonio. Nos dimos un precioso abrazo con los besos correspondientes y les agradecí sinceramente su presencia, y para mi sorpresa, Uxia me dice:

  • Yoli, hemos querido estar a vuestro lado esta noche, pero además de participar en la fiesta, queremos Anxo y yo pedirte un favor personal.

  • Sabes Uxia que no me negaré si lo que me pides es humanamente posible -dije riéndome-

  • Como bien sabes -me dijo Uxia- Anxo ha querido follar dos veces contigo. Le gustas y desea follarte... ¡y yo también! Y no solo eso, además me gustaría que contaras conmigo como camarera, relaciones públicas, o lo que sea del club de intercambio. En tres semanas salgo de cuentas y puedo trabajar ya esa misma semana, sabes que soy fuerte y que entiendo el negocio de los bares y de socializar con la gente.

Me aparté un poco de ella y la miré detenidamente, alrededor de 172-175, delgada, fibrosa, fuerte, tetas preciosas y caderas muy bien marcadas, castaña clara y siempre con una permanente sonrisa. Acaricié su barrigón y mirándola a los ojos a ella, sin prestar atención a Anxo, le pregunté:

  • ¿Solo quieres trabajar como camarera para atender a los hombres, o algo más íntimo y carnal para atender a esos hombres y dejarles satisfechos, muy satisfechos?

El color rojo intenso de sus mejillas y de sus orejas, el mirar hacia el suelo en lugar de mirarme a mí, y las contenidas risas de Anxo, me lo dijeron todo ¡Uxia quería ser una puta pero perdiendo poco a poco la vergüenza de serlo! ¡O perder su santa inocencia! Y Anxo quería ser tan cornudo como Quique. Aproveché que María pasaba cerca de nosotros y le dije que me reservase de 10 a 11 de la noche para follar con mis amigos. Les miró, sonrió y lo anotó.

Y a las 21:30 horas, tal y como estaba previsto, tres explosiones pirotécnicas hicieron vibrar los cristales y que la gente se arremolinase frente a la fachada del edificio, porque ¡por fin!, se iba a levantar el secreto del nombre definitivo del club. Ximena y Roxana, felices y sonrientes, cortaron las cuerdas que sujetaban la tela que tapaba el letrero luminoso. Al hacerlo, los globos de gas se quedaron libres, subieron al cielo nocturno llevándose el tejido y se encendieron las luces del letrero:

= CLUB  LA  FRATERNIDAD

Porque queridos amigos y amigas ¿hay algo más fraterno que un club de putas? ¿Dónde se pueden encontrar tantos hombres y mujeres confraternizando, más que allí? Entre risas, abrazos, besos, fuegos artificiales, aplausos y mucho cava, la fiesta aumentó su intensidad, pero a las 22 horas, vi en la puerta de entrada a Anxo y Uxía sonrientes. Tal y como les prometí me fui hacía ellos, y al entrar me dice María dándome una llave:

  • La habitación 2

Y entramos en la 2, ninguno de los tres perdió el tiempo y rápidamente nos quedamos desnudos, pero al mirarnos Uxia y yo, empezamos a reírnos y no os podéis imaginar como se movían nuestras tetas lechosas y nuestros barrigones. Uxía a 3 semanas de parir y yo a 4 semanas ¿Os imagináis una follada así de gordas? Pobre Anxo ¡y en un día de animada fiesta!

De Anxo, deciros que la tenía más que dura ¡ansiosa! Pero Uxía estaba divina. Y no sé si por vicio o por maternidad, cada día me gustaban más las mujeres. Sus pechos eran en ligera forma de pera, llenos a rebosar. Sus areolas y pezones grandes y oscuros. El coño perfectamente afeitado y su barrigón... como el mío, escandalosamente hinchado. Agarré su rostro con mis dos manos y empecé a besarla sin saber que yo era su primera mujer. Eran sus primeros besos lésbicos. Y poco a poco empezó a devolverme los besos. Una de mis manos dejó su mejilla y se metió entre sus piernas. Cierto es que su coño estaba tan abierto como el mío, pero mi mano disfrutó dándole placer... y mojándose rápidamente.

Estaba muy excitada y era normal que se corriese tan rápido. Éramos amigas, yo era su primera mujer, delante de su esposo que se estaba masturbando lentamente y solo una hora antes se había ofrecido como "casi puta". Y a mí esa niña me gustaba, no tanto como Rosalía o Roxana, pero la muy puta me gustaba. Y empecé a masturbarla con ansias, con deseos de hacerla feliz, con ganas de demostrarle lo bien que se lo podía pasar follando conmigo o por dinero. Pero antes de hacerla correr de nuevo, noté su mano jugar en mi gran coño y en poco tiempo nos corrimos las dos.

La cogí de la mano y me la llevé a la cama. Nos tumbamos las dos juntas y mi pierna la pasé por encima de su cuerpo para que oliese el penetrante perfume de mi coño recién regado por su mano. Le hice una señal a Anxo para que se uniese a nosotras, y cuando estuvo entre las dos, les abracé y les pregunté:

  • Uxia, Anxo, sois muy jóvenes, somos amigos, y nos conocemos hace años ¿Estáis seguros que queréis entrar en esta dinámica sexual? Si os metéis en ella, todo el mundo lo sabrá enseguida y ya no os podréis quitar eso de encima por mucho que os duchéis.

Los dos se rieron y los dos asintieron. Le ofrecí mis agujeros a Anxo para que los utilizase a su gusto ¡y joder si los utilizó! No se lo pensó dos veces y desde atrás, tal y como estaba yo girada, me penetró en mi dilatada vagina. Ladeé un poco mi culo para que notase más mi presión vaginal, y mientras él me follaba a mí, yo me dedicaba a follar a su esposa y convertirle en cornudo para siempre.

Uxia era divina. Me miraba y se sonrojaba. Nuestras barrigas estaban fuertemente apretadas la una con la otra. Nuestros besos eran constantes, cálidos, húmedos, llenos de deseos. Pero mi boca también atacaba sus pezones. Los sorbía como si me pudiese beber su leche, apretaba sus tetas para sacar toda la leche que pudiese de ellas, y realmente empecé a notar un líquido dulzón que me excitó de tal manera que me corrí. Y el pobre Anxo creyó que era él, el causante de mi orgasmo. De repente, me dice Uxía:

  • Me haces daño en los pezones, pero no lo dejes ahora que me voy a correr.

Y se corrió. De una manera brutal, salvaje, estremeciéndose todo el cuerpo. Se abrazó a mi todo lo que pudo y me comió a besos mientras me decía:

  • Si, si, si, Yoli, seré puta, pero más que puta quiero ser un objeto de uso. Anxo y yo henos pensado que si pagan bien, hagan con mi cuerpo lo que quieran. No nos importa que hablen mal de mí, de nosotros, que me pueda quedar preñada de no se sabe quien en el futuro. Deseamos vivir una vida de vicio.

  • No te preocupes por eso cariño, ya verás cómo te gusta esta vida. Disfrutarás de los placeres sexuales y de una cartera llena de euros. Y con esas tetas tan maravillosas que tienes, yo misma mamaré de ellas y se las daremos a mamar a mucha gente que pagará por nuestra leche. Yo mamaré de tus tetas y tú mamarás de las mías. Y aquellos que paguen muy bien, podrán disfrutar de nuestra leche durante meses o años. Somos putas y todo nuestro cuerpo está en alquiler. No te olvides que este es un club "fraternal". -Y las dos nos reímos-

Pero mientras nosotras nos dedicábamos a amarnos, más que a follarnos, Anxo no perdía el tiempo. Mientras nos oía hablar, se excitó sobremanera y cambió su polla de agujero y penetró en mi culo. Cierto que su polla era buena pero no inmensa, pero tal y como estaba tumbado detrás de mí, el culo fue un agujero perfecto para sus intereses. Yo tenía los glúteos cruzados y así el ano lo tenía más estrecho. Penetró dentro de mí toda su polla y su excitación se me contagió y mis manos volvieron a jugar con el coño de mi amiga y desde ahora amante. Anxo me cogió de mis gordas y rebosantes tetas, las apretó de forma intensa, unas gotitas se formaron en mis pezones y mientras Uxía las lamía por primera vez, Anxo se corrió en mi interior y al poco nos corríamos Uxía y yo.

Descansamos un poco los tres, nos fumamos unos cigarrillos, el primero mío en todo el día, y por el teléfono interior llamé a María que subió poco después y le dije:

  • María, como bien sabes, esta parejita ha querido follarme como puta y por tanto tienen que pagar, pero el dinero que nos deben al Club y a mí, se lo apuntas en la cuenta de Uxía que, cuando se reponga de su parto, vendrá a trabajar con nosotras como camarera y como puta. Ya te lo explicaré. No les cobres ahora, cada semana o en cada servicio que haga le restarás 100€ y así sabrá por sí misma, que las putas siempre cobramos por nuestros trabajos ¿Os parece bien?

Los dos asintieron riéndose y nos separamos. Esa misma noche tuve otros dos clientes y tuvimos que cerrar la puerta porque a las tres de la madrugada, seguía habiendo gente y coches entrando y saliendo ¡menos mal que esa casona estaba en las afueras del puerto y de la población! Todas nos fuimos a casa plenamente satisfechas por nuestro trabajo y por el éxito del nombre del club del que todos nos reíamos de él, pero que a todos les gustó: La Fraternidad.

Este éxito nos dio pie, unos días más tarde, para en una pequeña reunión con el director de nuestro banco principal, insinuarle Quique, en presencia de María, Ximena y yo, nuestra idea de comprar el edificio de oficinas de la papelera y que era del propio banco por impagos antiguos. Se quedó sorprendido el director, y al explicarle Quique las posibilidades del edificio y de los terrenos, lo meditó unos instantes y nos dijo que le parecía una gran idea y que por él de acuerdo, siempre que se modificase un poco la titularidad de la propiedad social, solo María y yo, o su hija Ximena y yo, podríamos ser las propietarias, al 50% de responsabilidad de la sociedad.

Con esto, defendería una nueva hipoteca o crédito ante sus superiores. Nosotras lo aceptamos y en una reunión colectiva al día siguiente, las otras socias nos permitieron cambiar las titularidades sociales y vendernos sus pocas acciones. Con eso asegurábamos la posibilidad de las nuevas inversiones que además de hacernos hoteleros, podría hacernos ampliar la cantidad de putas y del servicio de intercambios.

Dos semanas más tarde, estando yo comiéndome una cena ligera después de haber follado con tres clientes, vi entrar a Paco, un amigo de siempre y suegro de mi prima Cris, enfermero veterano del hospital comarcal. Me levanté alegre para darle dos besos y como me lo encontré muy serio le pregunté:

  • Paco ¿qué carallo te pasa?

Me miró un poco serio y me dijo:

  • Mira Yoli, con la verdad por delante. Bien sabes que a ti y a Cris os quiero con toda mi alma como amiga y familia, pero como mujeres os deseo y deseo follaros siempre. Si tu le hablaras un poco de mí a Cris, seguro que me la podría follar, solo le falta un empujón, pero a mí me faltan cojones para ese empujón. Y en cuanto a ti, quiero follarte. Anteayer te vi en la consulta del Centro de Salud ¡tan guapa y tan hermosa que no aguanto más! Estoy loco por ti y más ahora que estás tan buena a punto de parir. Quiero follarte como puta, no como amiga ¿me querrías hacer ese favor de follar conmigo por dinero, o me voy a tener que ir al baño y pelármela yo solito?

Me lo quedé mirando entre sorprendida y alegre ¿a qué mujer no le gusta ser tan deseada, sobre todo cuando te consideras tan gorda, tan deforme y tan horrible con esa barriga enorme? Pero...

  • Paco, sabes que en este local nunca decimos NO a un cliente, sea quien sea el que venga a follarnos, aunque sea nuestro padre y que pague por nuestros servicios, a no ser que sea un cliente borracho o de los pendencieros de la lista negra. Quieres follar conmigo y lo acepto. Seré tu puta durante una hora previo pago. Pero ahora me estoy comiendo un lenguado con esta ensalada y esos tomatitos y cebollitas al horno, y supongo que no querrás que luego te la mame y me trague el semen ¿verdad?

Paco se rio a gusto y aceptó. Solo quería estar conmigo, disfrutar de mi cuerpo y sentirme entre sus brazos, acariciarme con sus manos, una sola hora, hoy mismo. Le invité a un vino, charlamos mientras terminaba mi comida y nos subimos cuando María nos lo indicó, porque todas las habitaciones estaban ocupadas y había gente y putas esperando turno.

Paco era alto, deportista, le gustaba el buceo y la fotografía submarina, era pues un hombre fuerte. Y no andaba nada mal de polla que ya la tenía más que dura. Me acerqué a él y agarrando su polla y masajeándola un poco, le dije:

  • Nunca pensé Paco que podríamos estar tú y yo es una situación como estamos ahora. Como puta, tengo que cerrar los ojos y otras cosas. Pero lo de Cris es distinto. Tú quieres follarte a la mujer de tu hijo ¿lo sabe él? O solo serán unos cuernos más de los que se ponen todos los días en el puerto.

  • Estoy seguro que Cris también lo desea, es más, admira lo que tú haces aquí. Los dos hemos jugado a un tira y afloja y estoy seguro que desea ser mi amante y mucho más, pero no me atrevo porque está en medio mi hijo. Solo quiero que hables con ella. Si ella te dice que le gusto, atacaré, y si no le gusto, lo dejaré correr. Pero creo que los dos nos deseamos.

Dejé esa polla con hambre de hembra y besándole en la boca le dije:

  • Bien. Ya sabes que desde ahora y siempre que pagues me podrás follar y no te preocupes por Quique, que ya sabe de sobra en lo que trabajo. Y de Cris ¿qué decirte?, es mi prima, nos queremos y sé que tu hijo la desatiende un poco. No haré nada más que hablar con ella. Y ahora vamos a follar.

Le volví a coger la polla y me lo llevé hasta la gran cama. Me tumbé sobre ella y de repente, noté un tirón en el bajo vientre. Joder con el puterío ¡tres clientes esa tarde... siete penetraciones... una cena mal comida por los nervios y con prisas para follar con un amigo que además quiere follarse a su nuera... ! Lo que digo, que el puterío no es una vida relajada.

Le pregunté como quería follarme porque con ese barrigón lo mejor sería que él mismo eligiese la posición preferida. Y prefirió tenerme de lado y el detrás mío. Al principio solo me abrazaba, me agarraba de las tetas y me las masajeaba constantemente y a mí me dolían la ostia. Pero siendo enfermero tantos años, sabía por donde cogerme y de qué manera cogerme y también me daba placer, aunque esa noche todo me dolía y todo me molestaba. Y no dejaba de hablar y de decirme cosas:

  • ¡Joder Yoli qué buena estás... y cuantas ganas tenía de abrazar este cuerpo... de sentir esas tetazas... acariciar este barrigón inmenso y prieto... voy a follarte como nunca lo he hecho!

Y yo por dentro me moría de risa. Paco seguro que tenía razón. Nunca se habría follado, incluyendo a su mujer que tanto conocía yo, una hembra a solo dos semanas de parir, con unas tetas hinchadísimas como las que yo tenía, y con un barrigón que aunque el médico me decía que era de un solo hijo, yo casi estaba segura que tendría gemelos, porque a pesar del deporte que hacía ¡había engordado más de 10 kilos!

Paco no me penetraba. Notaba su pollón bien tieso entre mis glúteos como si acariciase el culo y parte del coño. Besaba constantemente toda mi espalda, cuello, brazos... y sus manos jugaban con fuerza en mis tetas, pezones y a veces se dirigían a mi bajo vientre y mi propio coño ¡y me corrí! Y con mi corrida y un pequeño estremecimiento, aumentó mi dolor que yo corregí cambiando un poco mi posición en la cama. Cosa que aprovechó el cabrón de Paco para apoyar su glande en la entrada de mi ano, agarrar con sus manos mi barrigón y empujar.

No hizo falta mucha fuerza. Ya estaba mi culo agrandado de las penetraciones anteriores de mis tres clientes, y pensé que esa tarde-noche me había corrido ya 8 veces ¡cómo no me iba a doler la barriga con todas estas folladas y corridas! Y aún tenía otro cliente para las 12 de la noche ¡la hora de las brujas!

Así de lado notaba como esa polla se clavaba profundamente y como sus huevos chocaban contra mi ya dilatado coño. Y me gustaba como lo hacía Paco. Y de vez en cuando yo retrasaba mi culo para que profundizase su enculada todo lo que quisiese. Y hablábamos los dos, nos decíamos cosas, nos insultábamos. Y en una de esas, le deseé que se follase a mi prima Cris, su nuera, y la dejase preñada. Que Cris tuviese un hijo de su suegro en lugar de su esposo y que la hiciese puta. Y aquí Paco no pudo más con su excitación y se comportó como un cavernícola ¡como cualquier otro hombre que le pinches mientras te folla!

Sacó su polla de mi culo, me ladeo de verdad y me puso panza arriba. Me abrió de piernas y mientras yo me reía de la expresión de dureza de su cara, se arrojó sobre mí sin pensar que el barrigón que yo tenía no era el Monte Santa Tecla, sino la pobre y temporal casa de mi aún non nato hijo (o hija). Su peso nos aplastó a madre e hijo, metió su polla en mi coño aunque yo casi no noté nada y empezó a follarme al estilo de siempre, mete-saca, saca-mete. Pero su cuerpo, aunque no grueso sino fibroso de deportista, era fuerte y los movimientos a que sometía mi cuerpo aplastándolo con el suyo, me estaban proporcionando un placer realmente desconocido hasta ese momento. Eran unas raras sensaciones desconocidas que recogía gratamente mi cerebro y que me hicieron, pocos minutos después, tener uno de los orgasmos mejores de mi existencia, y casi al mismo tiempo, Paco se corrió dentro de mi ampliado coño.

Pero no había manera de que mis fluidos parasen. Pensé que estaba teniendo el mejor y más salvaje squirt de mi vida, pero Paco al mirarme, me dijo casi gritando:

  • Joder Yoli ¡estás rompiendo aguas... vas a parir!

Y parí

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