Mi esposa no quiere intercambios - VI

Y empecé a caminar, ese camino que cada día construimos con cada paso. Empecé a caminar, empecé a recorrer el camino, empezó mi nueva vida sexual, recorrí todo el camino y me entregué totalmente...

Al girarme y ver a Mari, pensé que, posiblemente solo unas horas antes, mi sangre se hubiese convertido en fría horchata, pero ese polvo que pegué con mi "jefe", lo viciosa y carente de moral en que me convertí y me entregué para satisfacerle, me hizo tan puta, puta, que simplemente miré a María con frialdad, pero nada más, ni mucho menos odio o rabia. Al fin y al cabo, solo era la mujer de un cliente mío, que además era amigo de años. (1)

  • ¿Qué pasa Mari? -pregunté-

  • Tenemos que hablar. Vamos a tomarnos unos vinos en la terraza.

  • Mira Mari, ya ves que estoy de compras, debo ir a casa, preparar la comida...

  • Si, si, si  -contestó Mari- Como todas las madres y esposas. Pero tenemos que hablar de un tema importante y cuanto antes mejor.

Y sorprendentemente no vi en ella ni rabia, ni odio, ni altanería... sus ojos denotaban un deseo real de hablar conmigo, de dialogar casi como amigas. Así que un poco sorprendida, aparqué mi carro de compra en una esquina del super y salí tras ella. Nos sentamos en la terraza de la cafetería del supermercado, Mari pidió unos vinos, encendimos los consabidos cigarrillos, pero hasta que no nos fumamos casi la mitad, Mari no dijo nada y yo guardé un silencio absoluto ¿qué iba a decir yo? Y de repente, Mari cogió aire en sus pulmones y sin dudarlo me dijo:

  • Yoli, yo también he sido puta 11 años. Mi hijo Sebas no es de Nuno y no tengo ni puta idea de quién puede ser su padre, y mi hija mayor Ximena, trabaja de puta "especial" en Santiago. Así que te comprendo y no te voy a decir nada sobre las veces que puedas follar con mi marido y lo que le cobres, pero quiero hacerte una proposición. Mi hija no quiere estar más en Santiago, y no quiere seguir estudiando en la universidad en un ambiente que la ahoga. Quiere dedicarse a ser puta y hacer porno duro, tiene un cuerpazo de cojones, y como puta "especial" (orgías, gang-bangs, lluvias doradas, algo de bdsm...) es muy buena a sus recién cumplidos 19 años, y como no tiene escrúpulos, tiene muchos y muy buenos clientes... -me miró fijamente y siguió diciendo-

** Te propongo Yoli, que trabajéis las dos juntas. Os puedo dejar para vosotras dos, la antigua casa de mis padres a la entrada del pueblo, es zona muy discreta y con mucho aparcamiento, y os puedo llevar el teléfono y las citas GRATIS. De esa manera, siempre estaréis localizadas, siempre podréis pactar citas con nuevos clientes, incluso cuando estéis trabajando, porque yo estaré allí tomando notas.

Dio una larga chupada al cigarrillo, lo agotó y lo aplastó en el cenicero, encendió otro y se me quedó mirando. ¿Y qué cojones le decía yo ahora? También yo encendí un nuevo cigarrillo, dejé que el humo ascendiese y fuese desapareciendo y mirando fijamente a María, le dije:

  • Mari, como bien sabes, he empezado hace poco a ser puta y sabes que lo hago animada por mi esposo y por puro vicio, y trabajo para Paca y su sobrina. Tú me ofreces trabajar conjuntamente con tu hija y ¿qué opina ella... lo habéis hablado? Sabes de sobra que Nuno, tu marido, cuando venga querrá follar conmigo ¿qué pasará cuando tú le des cita conmigo y luego, al entrar, vea a su hija trabajar de puta a mi lado?

  • Cuando hace dos años Nuno se enteró que su hija trabajaba de puta en Santiago, fuese a Santiago, la localizó, pagó sus servicios por adelantado a la encargada del club y se la folló. Ya se la ha follado tres o cuatro veces. Como hija la respeta, como puta la usa y le paga para que sea su esclava sexual durante horas. A Ximena le caes muy bien y entre tú y yo no hay desprecios ni odios. Puta tú y puta yo. Por nuestra parte, podéis trabajar las dos juntas, en cuanto arreglemos la casa un poco.

  • Como comprenderás Mari, tengo que hablar con mi marido. Dejar a Paca no es un problema, pero esto lo quiero hablar con mi esposo y alguna amiga y amigos. Tendría que dedicar más horas, meterme en gastos porque si es con tu hija y en tu casa, quiero hacer una sociedad, quiero pagar mi parte para tener algún derecho. Y posiblemente me tendría que dedicar mucho a esto. Tengo una hija y sabes que estoy preñada.

  • De acuerdo, sabes mi teléfono y donde vivo. Te paso el número de mi hija Ximena para que la llames si quieres. Así os iréis conociendo y confiando. Y una cosa, mi hija es bisexual y le gustas, así que si cuando te vea te besa o acaricia, ya lo sabes.

Se levantó Mari y sin más despedidas se marchó, cosa normal en nuestro carácter gallego algo huraño a veces. Acabé el cigarrillo, acabé con el vino, cogí el ticket de las bebidas para pagarlas y entré en el super. Recogí el carro que dejé aparcado y ese día di las gracias al cielo por hacerme siempre en casa una lista de la compra, porque tal y como tenía la cabeza no se qué hubiese comprado... Al salir llamé a Paca y le dije que me anulase la cita de la tarde, que no me encontraba bien.

Pero se puso histérica porque el cliente era "muy especial" y había expectación. Solo me anuló el encuentro sexual entre las dos mujeres, ella y yo. A las 17 horas, allí estaba yo después de un corto paseo, puntual como siempre, para follar con mi cliente. Pero algo llamó mi atención al entrar.

El bar estaba extraordinariamente lleno y animado ¿alguien ha visto un bar de puerto lleno a las 5 de la tarde de un día laborable? Y además, al entrar yo, se hizo un pequeño silencio, con risas y comentarios en voz baja... y eso no me gustó. Decenas de ojos me siguieron hasta que llegué a la altura de la muy sonriente Paca, con su sobrina en la esquina de la barra. Me dio un beso en todos los morros para que la gente supiese que no me importaba ser exhibida como viciosa, y la sobrina entró en la cocina y salió de ella con una persona conocida en el trabajo portuario: Manoliño, cuyo verdadero nombre era impronunciable y adoptó este para ser "uno de los nuestros", cuando apareció por esas tierras emigrando del África subsahariana.

Era un negro de casi dos metros, unos 40 años, delgado pero fibroso y fuerte, y se decía de él que muchas putas de toda la comarca no querían follar con él porque no tenía polla humana, lo suyo era de caballo percherón o de elefante. Y delante de él y en voz alta para que se enteraran todos, me dijo:

  • Yoli, han quedado todas estas personas tan encantadas del "trabajo" que has hecho esta mañana y de las otras folladas "agotadoramente especiales", que han juntado entre todos 1.000€ para que le hagas lo mismo al Manoliño. Solo serán dos horas... si las aguantas. Mamadas, penetraciones vaginales y anales. Y si no aguantas esas dos horas, solo te daré 500€... pero yo estoy segura que aguantarás porque eres la puta más viciosa ¿no creéis chicos que le podrá aguantar?

  • ¡Noooooooooo....! -fue el grito unánime de la clientela-

Y la sobrina empezó a hacer pujas para que los clientes, que cada vez eran más, apostasen por lo que Manoliño sería capaz de hacerme y yo de aguantar. Esta situación me puso los nervios fuera del sistema solar, me bebí el orujo que me había puesto y sin esperar a nadie, subí la escalera entre aplausos, pitos y gritos de ánimo.

Me sentía traicionada por Paca. Eso que yo le dijese que los precios los iba a poner yo y las condiciones de cada cliente también, le había sentado fatal y estaba claro que quería demostrarme a mí que ella era quien mandaba, y demostrar a los demás, que por mucho que algunos clientes hablaban muy bien de mí, yo no sería capaz de aguantar a ese fuerte negro de potente polla. Para ella, yo solo era una puta, otra más de las que subían y bajaban todo el día esa misma escalera, aunque a mí me exigía más "atenciones" para sus beneficios con mis clientes. Pero Paca no contaba con mi rabia y mis deseos de marcar territorio eterno. Por supuesto, Manoliño subía muy sonriente tras de mí, jaleado por el rebaño.

Y cuando se quitó los pantalones (no llevaba calzoncillos) tuve unas ganas inmensas de echar a correr y no parar en varios días. Su polla no era grande, era inmensa. Él me dijo, mientras se reía y se la agitaba, que medía 36 cm y aún me lo creo, pero su grosor... ya quisieran muchos caballos sementales tener esa polla ¡menuda polla y menudos huevos le colgaban!

Y sin llamar a la puerta, entró Paca con una botella de sidra y dos vasos como "regalo de la casa". Ya veis, una botella de sidra de 5€ y dos vasos de mierda. Pero estuvo un buen rato observando la polla de Manoliño, mientras este abrió la botella y se metió la botella entre sus labios bebiendo directamente de ella. En ese instante, me di cuenta de lo poco delicado y lo muy bruto, que iba a ser conmigo. Se fue Paca y cerré la puerta con pestillo, no quería más molestias.

Empecé a desnudarme muy tranquilamente, sonriéndole y mojando mis labios con la lengua, fui acariciando mi cuerpo muy detenidamente. Quería excitarle y al mismo tiempo comprobar como era esa polla totalmente dura, para imaginarme lo que abriría mis agujeros y qué haría dentro de ellos... si entraba, y cómo podría dilatar mis músculos... o romperlos. Lo que tenía muy claro es que el dolor iba a ser increíble, sobre todo por el ano. Inconscientemente, recé mucho a la Virgen para que me ayudase.

Pero... me llevé una sorpresa, para mí agradable ¡su polla no se endurecía totalmente! Se quedaba bastante dura, pero no dura, no tiesa, no como un palo. Más dura que semirígida, pero no más de eso. Eso me dio ánimos y por dentro de mí fue creciendo una enorme sonrisa, más que sonrisa, una enorme carcajada ¿este negrazo musculoso iba a destrozarme a mí? Ja!

Me acerqué a él y mientras mi mano izquierda masajeaba lentamente ese pollón, mi mano derecha acariciaba su pecho, jugaba con sus músculos, sus pezones, acaricié su cuello, le miré fijamente a sus ojos y lentamente, muy lentamente le fui bajando su cabeza y en cuanto él notó que iba a besarle en la boca, su respiración y excitación aumento considerablemente... pero su polla, en mi mano, seguía estando semirígida. Y fui cabrona, muy cabrona y muy puta con él.

Mientras nos besábamos y su enorme y gruesa lengua penetraba hasta lo más profundo de mi boca llenándola totalmente, yo seguía jugando con su polla. Pero mi mano ya no la acariciaba, sin que él se diese cuenta, lo estaba masturbando y excitando. Su falta de experiencia sexual con mujeres, posiblemente por el miedo a su polla, era palpable. Mi mano agarrada de su cuello para aplastar sus labios contra los míos, y nuestras lenguas jugando como locas dentro de mi boca, sumados a la mano que agitaba sin parar su polla, consiguieron en pocos minutos lo que yo deseaba ¡¡¡ QUE SE CORRIESE !!!

Impresionantes cascadas de semen salpicaron mi cuerpo y la sábana que estaba detrás de mi. El cuerpo de Manoliño se estremecía convulsivamente, y de repente, instantes después me soltó. Aunque creo que más que soltarme me empujó y se apartó... y se puso a llorar tapando su boca con sus manos y mirándome con una cara rara. Me acerqué a él como una hermana mayor o una madre, y me apartó mientras me decía:

  • ¡Ya puedes bajar al bar y decirles que yo me he corrido sin haberte follado! Ya nadie creerá que soy un hombre de verdad, nadie me dará trabajos para hacer, o me contratará de vigilante de obras, porque no he sido hombre ni para follarte a ti. Querían que yo rompiese tu coño y tu culo y los hiciese sangrar y llenarte de dolores y de mi leche, y ya ves, con unos besos y tu mano ¡me has ganado! Has sido más mujer que yo hombre.

  • No Manoliño, sabes que no ha sido así. Yo soy puta desde hace poco, pero todas las mujeres sabemos que cuando más grandes son las pollas, más sangre necesitan para hacerse duras, y me he dado cuenta que tú no tienes esa capacidad de llenar tu polla de tanta sangre. Solo he jugado un poco contigo, pero no tienes por qué ponerte así. Ya verás dentro de un ratito como follarás mi coño, lo haremos entre los dos, quiero saber que se siente teniendo eso dentro de mí, y el culo lo dejaremos para otra ocasión y solo entre nosotros dos, sin apuestas y gratis. Ya verás como si vamos a follar.

** Yo no voy a decir nada en el bar, a nadie le importa porque esto es un secreto entre amigos. Cuando bajemos los dos, tú les dices la cantidad de veces que me has penetrado en la boca, el coño y el culo y que para sorpresa tuya, aunque tú tienes una polla tan grande, tu polla entraba con bastante facilidad en mis agujeros, lo que quiere decir que estoy muy follada y con pollas muy grandes. O sea, que soy una puta de lo más alto de primera división, de la Champions Europutera.

** Y yo diré de ti que eres un semental incansable, inagotable, que tienes una cantidad de leche que ni una ballena y que no volvería a follar contigo porque me has destrozado, me has reventado, me has dejado totalmente agotada. Ya ves, tú me alabas a mí, y yo te alabo a ti. Y podemos ser amigos para siempre y tomarnos algo alguna vez.

  • Pero tendrás que pagar tu Yoli  -dijo riéndose-  porque yo sin papeles solo tengo lo que me dan por los trabajos sueltos que hago. Ya ves, a pesar de mi fuerza, mi corazón tiene problemas y no puede llenar mi polla. Pero las mujeres no lo saben, porque cuando me desnudo y ven el tamaño, se van y me dejan.

Le cogí de la mano, cogí la botella de sidra que aún fresca estaba en el suelo y nos tumbamos en la cama. Y nos fuimos pasando la botella del uno al otro. Me ladeé hacia él y mis sentimientos de mujer prevalecieron sobre los de puta. Sus ojos húmedos y aún vidriosos por los lloros, llegaron muy dentro de mí y agarré su decaída polla y quise saber qué podría mi boca hacer con ella. Aún tenía semen y lo fui bebiendo, y noté como su respiración volvía a agitarse y esa serpiente boa empezaba a revivir lentamente. Su capullo llenaba mi boca y me dispuse a disfrutar de ese tamaño.

Realmente era enorme. Es la mayor polla con la que yo "he jugado", pero desgraciadamente para él y posiblemente para mí, nunca he podido disfrutar de ella "dura-dura" (ni con Viagra). Incluso una vez pensé en mis estudios de Química. para hacer un mal cálculo de cuantos litros de sangre harían falta para poner verdaderamente dura y deseable, esa monstruosa polla.

Aunque debo reconocer, que esa masa en mi boca y también en mis manos, me estaba poniendo a 1000. No acertaba a pensar como se podía tener ese pollón. Ni tampoco en lo que podría pasarme si ese pollón, intensamente sólido, intentaba entrar en mi coño o en mi culo. Sobre todo en mi culo. Una penetración anal con ese monstruo debería ser algo irrazonablemente destructivo. Su longitud haría que penetrase profundamente en mis intestinos, pero... ¿y la anchura, el grosor? Porque lo que mis manos abarcaban no debería tener menos de unos 9-10 cm de diámetro. Y tanto pensé y me excité en todas esas posibilidades de la polla que mamaba y que mis manos tenían, que me corrí.

Me estremecí nerviosamente, como si me hubiesen cogido en falta, como esas cosas que haces y luego niegas haber hecho. Manoliño sonrió. Noté su mano sobre mi pubis chorreante ¡y me puse roja de vergüenza! Nos miramos fijamente a los ojos y "algo" nos pasó. Sacó su polla de mi boca y empezamos a comernos a besos. Yo deseé a ese hombre y necesitaba su polla. Solo nos conocíamos de vernos por el pueblo y el puerto, a veces, cómo nos miraba en la playa mientras marisqueábamos. Pero nos estábamos entregando el uno al otro y no como puta-cliente-cliente-puta, sino como dos personas adultas que desean encontrar todos los placeres que el sexo tiene.

Sus manazas agarraban mis tetas y las aplastaban como esponjas. Agarraban mis caderas y me aplastaba sobre él. Nuestras piernas se cruzaban y entrecruzaban y llegué a desear tanto esa polla que me ofrecí dispuesta a ser sacrificada, y apartándome un poco de él y dejando de besarle, le dije entrecortadamente:

  • Manoliño ¡fóllame!

Me tumbé de misionero (o de misionera, que con lo del feminismo de ahora nunca se sabe), Manoliño se puso entre mis piernas muy abiertas y cogiendo entre sus dos manos su polla, empezó a meterla por el coño mientras mis manos separaban mis labios ¡y me asusté! Deseaba esa polla, deseaba ser follada por algo tan enorme como eso, pero Dios ¿cómo era posible que "eso" entrase dentro de mí y encima no terminaba de ponerse dura? Pero el mismo deseo que yo de recibirla, creo que tenía el negro de metérmela. Y poco a poco, aquello empezó a entrar, a dilatarme como jamás me imaginé los músculos vaginales. Y muy poco a poco, siguió entrando.

Yo abría tanto las piernas que me hacían daño, pero psicológicamente, mi cerebro me obligaba a abrirme para dejar entrar tanta carne, y un rato después, al menos 15-18 cm de esa polla los tenía dentro de lo que antes era mi coño, y ahora debía ser una cueva de inmensos dragones. Mi cerebro detectaba toda esa masa dentro de mí que me lo aplastaba todo y parecía querer abrir mi cuerpo en dos mitades. Y me volví a correr con un orgasmo brutal, tan brutal, que Manoliño se contagio y empezó a mover su polla con sus manos empujándola para meterla del todo, y estaba tan lubrificada mi cueva por mi orgasmo que casi fue una follada "normal". Aunque a mano. Y con esa enorme polla.

Nos comíamos a besos, nos acariciábamos con lujuria, nos deseábamos. Y cuando un hombre y una mujer se follan y se desean, pasa lo que pasa. Primero me corrí yo nuevamente, y poco después se corrió Manoliño con múltiples descargas de semen ¡qué enorme cantidad de semen tenía ese hombre en sus huevos! Vi que se iba a dejar caer a mi lado y agarré su polla para que no se saliese de mi dilatadísimo coño. La quería seguir teniendo dentro, la deseaba dentro, para que hasta el feto que tenía en mi útero, supiese qué pollón me había follado.

Francamente acabé destrozada y no por las penetraciones, sino por el enorme cansancio de mis propios orgasmos, y posiblemente por los nervios y la situación generada entre nosotros dos. Mis manos acariciaban su cuerpo y de repente me dice:

  • Yoli, ya han pasado las dos horas. A ver si entran y nos preguntan ¿no dirás nada de lo mío verdad?

Joder ¡si aún tenía yo un trozo de su polla dentro de mí!, para eso estábamos y para eso me iban a pagar 1.000€. Y en realidad, aunque fuese casi a mano, habíamos follado y me había dilatado como nunca, aunque por supuesto, no me metió más allá de media polla. Pero esa interrupción desconectó mi cerebro y volví a mi triste realidad. Efectivamente, según el reloj, llevábamos 2 horas y 12 minutos. Y aún estaba mirando el reloj, cuando tocaron a la puerta y Paca nos dijo en voz alta, que ya habían pasado las dos horas. Y se armó el follón en el bar.

Yo estaba realmente cansada y le dije que ya íbamos, pero mi agotada voz, lo exhibió ella para presumir, en voz alta, que Manoliño me había destrozado y que casi no podía ni hablar. Nos miramos los dos y yo, dándole un beso, le recordé todo lo que antes habíamos hablado, nadie sabría nada. Él podría presumir de haberme destrozado.

Me di una ducha rápida y al salir para secarme, me encontré con Paca que miraba la cama y me hablaba de la cantidad de semen que había en ella y de lo que costaría lavarla, y me preguntaba que si yo había sangrado mucho por culpa de su polla. Mientras me vestía, sacó ella los 1.000€ para contarlos y antes de que hiciese nada, se los quité de las manos. Se me quedó mitrando con mala leche y yo solo le dije:

  • Todo es mío. Me lo he ganado. Y desde hoy mismo dejo de trabajar para ti. Me has traicionado, me has querido humillar, y desde ahora, la que perderás serás tú porque no volveré a trabajar con vosotras. No sois serias y no me respetáis. Seguiré siendo puta, pondré mis precios y condiciones, pero no con vosotras.

No fui por la escalera privada, bajé por la escalera del bar a la vista de todos. Y todos se quedaron extrañados de verme andar con tanta facilidad porque consideraban mi culo y mi coño destrozados por Manoliño, casi paralitica, pero ya a la altura del mostrador, oí una voz que decía:

  • Ostias, pues Manoliño tiene razón, está tan dilatada que le cabe lo que le metas ¡menuda puta más buena tenemos!

Y yo, sonriente, abandoné el bar y el puticlub de Paca.

Lamenté no haber ido con el coche. Muchos de los hombres y mujeres que me encontraba de camino a mi casa, me sonreían y hacían cuchicheos y comentarios entre ellos ¿qué puñetas pasó en el puticlub de Paca y por qué Paca hizo correr esos comentarios, que en días sucesivos llegaron a mis oídos? Al llegar a casa estaba vacía, mi esposo había dado la merienda-cena a la niña y salido con ella al parque, y yo me dispuse a hacer lo que cualquier esposa y ama de casa hace a esas horas: la cena.

Mi marido no me comentó nada al volver, cenamos tranquilamente, acostamos a la niña y me dispuse a contarle todo lo sucedido esa tarde, tal y como tenía por costumbre (2) , pero al irme a sentar en el sofá, mi esposo se adelantó:

  • Joder Yoli la que has armado esta tarde con el Manoliño. Si es verdad, solo la décima parte de lo que cuentan, has estado follando con un elefante o un balleno, y has resistido como una jabata ¿tanta polla tiene ese negro y tanto has aguantado tú? ¿Tan puta eres? Porque yo te veo andar y sentarte con toda normalidad, como si no te hubiese follado una polla de ese tamaño que dicen.

Y claro. Me reí y nos reímos estrechamente abrazados. Y se lo fui contando todo con todo lujo de detalles y con su promesa de no hablar del pequeño problema sanguíneo de la gran polla. Y le comenté también que le había dicho "adiós" a Paca. Que esto no era en realidad, un adiós permanente, sino, por mi parte, un hasta cuando sea. Si yo quería ser una buena puta, yo siempre iría donde me ofreciesen el mejor trabajo y el mejor precio posible. Es decir, yo entregaba mi cuerpo y yo marcaba las condiciones.

Pero como no nos habíamos visto en todo el día, le conté con todo lujo de detalles el encuentro con María en el super y su doble oferta, follar junto su hija y usar la gran y preciosa casa de sus padres junto a la preciosa ría y en la entrada del pueblo. No le oculté nada, incluso que el padre de Ximena, mi adorado Nuno, se follaba a su propia hija por dinero, solo con dinero por delante ¡y yo solo creía que era un pervertido macho-semental! La verdad es que pervertido sí era, follarse a su hija por dinero... y la tranquilidad de su hija de follar con el padre ¡también por dinero! Bonita familia.

Y como la conversación se alargó y yo estaba francamente cansada de esos dos grandes polvos del día, dije de irnos a la cama... a dormir. Pero antes le solté otra bomba:

  • Por cierto Quique, esta tarde mientras preparaba la cena he estado pensando que la casa de los padres de María es muy grande y no solo podríamos llegar a un acuerdo para follar las dos juntas, sino que podría hablar con Catuxa y Roxana y podríamos ser tres putas casi fijas (Roxana, Ximena y yo) y una alterna y mujer madura, Catuxa, la directora-propietaria de la guardería y de 52 años estupendos, y más viciosa de lo que se podría pensar ¿te imaginas la dueña y directora de la guardería, con tantas niñas, trabajando de puta superviciosa?

Mi pobre marido me miró con real cara de sorpresa y yo, mientras le daba la espalda y me iba a dormir, sonreí intensamente ¿no quería mi esposo que yo fuese una mujer muy liberal y puta? Pues toma puta! Pero tendría que cuidarle mucho para que estas noticias y otras, no le hiciesen fallar el corazón a la hora de llenar su polla de sangre para darme gusto a mí.

Y como al día siguiente libraba yo por la mañana y también Roxana, la llamé bien temprano y quedamos en vernos al mediodía y tomar unos vinos. Llevé a mi hija a la guardería y me cité igualmente con Catuxa, que a esos vinos le añadió el comer juntas para poder hablar extensamente. Y a las 13h., estábamos las tres cómodamente sentadas en un pequeño reservado de la zona acristalada del restaurante, mirando a la ría y al puerto. De donde saldrían, no los bancos pesqueros, sino nuestros bancos de euros.

Como podéis suponer, los primeros minutos fueron de cachondeo por mi follada con Manoliño, que por lo visto, se había hecho viral y con mil versiones distintas. Les expliqué como Manoliño me hubiese destrozado de no estar yo tan dilatada, les dije que era un semental terrible y les aconsejé que no se dejasen follar por él, pero Catuxa dijo que ese tipo de sementales se los recetaba el médico... ¡y que ya veríamos en el futuro! Y pasé a exponerles la conversación con María y su propuesta. Y una vez se les pasó la sorpresa a ellas ¡ACEPTARON! formar parte de la sociedad de putas, con algunas pequeñas condiciones. Desde allí mismo llamé a María para hablar seriamente el tema y me encontré con la sorpresa que estaba comiendo con su hija. Una hora más tarde estábamos ellas dos y yo, reunidas en su casa.

Ximena, a sus 19 años era un auténtico cuerpazo con 178 cm de altura y 102 cm de contorno de tetas "solo suyas", sin silicona, totalmente naturales, duras y con unas areolas y pezones de auténtico milagro por lo perfectas. Precisamente su madre la había llamado el día anterior, para explicarle la oferta que me hizo. Yo les expuse mi conversación con Roxana y con Catuxa, y cuando ya teníamos muy adelantado el tema de cómo hacerlo todo posible, me llamó Roxana y nos dio otra vuelta al tema.

Roxana, que además de conmigo también habló unos minutos con Mari, resulta que al llegar a su casa se acordó de su prima Sabela, una madre soltera de 21 años, que muchas veces aceptaba prostituirse en el bar de Paca y en algunas fiestas privadas depravadas. Por supuesto era bisexual también y deseaba formar parte de nuestro pequeño y pervertido grupo a plena jornada. Ximena había coincidido con ella unas veces en esas orgías y aceptó de inmediato. Y con ella quedaba cerrado el círculo.

Haríamos todas una pequeña sociedad, arreglaríamos conjuntamente la gran casona, con sus amplias habitaciones cada una con su baño en el primer piso, y dos pequeñas salitas de espera en la planta baja, que en medio y separándolas, tendrían un pequeño bar. Y en la zona superior abuhardillada, haríamos un gran salón para orgías y gans-bangs. Así procuraríamos que algunos clientes no se cruzasen con otros. Con la gente del puerto no habrían problemas, pero con algunos conocidos y desconocidos... mejor separarles. Y en el futuro, esperábamos poder comprar esa casa para la sociedad, es decir, para todas nosotras. Y así se acordó.

Y en la tarde-noche del día siguiente, entre Mari, Ximena y yo, preparamos una apetitosa cena a la que también asistieron Roxana, Catuxa y Sabela. Nos comimos la cena entre gritos, alegrías y felicitaciones por nuestra decisión que, estábamos seguras, alborotaría toda nuestra comarca y más. Y luego dedicamos más de dos horas a tomar decisiones y ponerlas por escrito, escrito que todas firmamos con gran alegría y una firme decisión: ¡Todas para una y una para todas!

Y Mari, mientras nos levantábamos, ligeramente mareadas por las bebidas y tantos cigarros para irnos a casa, nos dijo que, en su opinión, haría falta alguien para vigilar los coches y para vigilar que nada nos pasara a nosotras. Y la elección fue unánime:

¡¡¡ MANOLIÑO !!!

Y así empezamos nuestra nueva vida. Empezamos a andar, a abrir camino. A preparar un futuro desconocido para todas, pero rentable y placentero.

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Y a vosotros/as que tanto os quiero, pediros perdón porque por razones profesionales, tengo que interrumpir esta serie de relatos hasta Septiembre. A finales de verano nos volveremos a encontrar. Muchas gracias por vuestra amistad y cariño.

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(1) Como sabéis todos los que seguís mis relatos, el principio de cada uno es una continuación del anterior. Así que si alguien no se aclara, os ruego leáis el final del anterior. Como en un libro por capítulos.

(2) Algunos lectores dicen que yo no le cuento nada a mi esposo, que actúo a sus espaldas y solo le pongo unos vergonzosos cuernos. Os ruego leáis todos los relatos para poder opinar "adecuadamente". Y leer, es saber entender lo que se lee. Me gustan las críticas porque siempre aprendo de ellas, pero no las mentiras.