Mi esposa no quiere intercambios - V

Y empecé a caminar, ese camino que cada día construimos con cada paso. Empecé a caminar, empecé a recorrer el camino, empezó mi nueva vida sexual, recorrí todo el camino y me entregué totalmente...

Las manos de Quique agarraron fuertemente mi rostro y con emoción y un enorme deseo pasional, sus labios aplastaron los míos, su lengua penetró con fuerza en mi boca y nos dimos un besazo fuerte, con pasión y con enorme cariño. Unos minutos después de empezar este beso salvaje y seguir nuestra follada, noté como su polla descargaba de nuevo todo su semen en mi vagina que lo recibió encantada, y yo, agarrando con mis manos su culo, lo empujé hacia arriba, para metérmelo más en mi coño y hacerle saber que yo también estaba a punto. Y unos segundos más tarde, me corrí otra vez.

Se dejó caer a mi lado y los dos nos quedamos mirando el techo verdaderamente cansados, sudados, respirando con fuerza, pero muy satisfechos de ese polvo. Por vez primera desde que nos casamos, yo me había corrido tres veces. Dos veces lo había conseguido bastantes veces, pero tres ¡nunca hasta hoy! Un par de horas antes, le había contado a mi esposo que estaba preñada y le había dado todas las explicaciones que demostraban que ese hijo que iba a tener era suyo, a pesar de todas mis folladas con mis amantes y clientes.

Pero Quique, a pesar de la sorpresa de saberme preñada, tan sorprendido como yo cuando me di cuenta, solo se preocupó por mi salud, por cómo me encontraba y también por lo que eso podía suponer en mi trabajo duro del marisqueo. Incluso me dijo que si el niño no fuese suyo, lo aceptaría como suyo por ser él el inductor de mi "atrevida" vida sexual. Pero yo estaba segura que el feto era suyo y completamente suyo.

Sus abrazos, besos, alegría y preocupación por mí, me demostraron una vez más, que realmente Quique me amaba y no solo me amaba, sino que realmente yo le importaba. Como también estaba seguro que yo le amaba a él. Y cambiando un poco de posición mi cuerpo, me di cuenta que su polla aún no estaba rebajada del todo ¡en qué coño estaría pensando este cabrón, para tenerla así después de correrse dos veces seguidas!

Y mi cuerpo y mi mente, a pesar de que no soy una mujer "sexualmente divertida" (1) , quise jugar con esa polla. Mi mano la acarició por encima y me di cuenta que respondía a mis caricias, así que aún me ladeé más y mi boca abrió las mandíbulas y me la fui tragando poco a poco, y eso que su polla era de unos 20 cm y nada delgada.

Poco a poco fue creciendo en el interior de la boca y yo misma la fui introduciendo lo más profundo posible hasta el interior de mi garganta. Pero el cabrón y cornudo de mi esposo, sabía de sobra como agradarme y noté como su mano agarraba mi pubis y lo iba estrujando. Y fui notando como salía aún su leche de mi interior. Y empezamos a jugar. Él con mi coño y yo con su polla. Y en esos largos minutos, pasé de ser esposa para convertirme en su puta. Un rato después, yo me corrí estremeciéndome como una bruta y poco después Quique, mi amado esposo, se corrió profundamente en mi garganta.

Nos abrazamos estrechamente y nos quedamos profundamente dormidos.

Cuando me desperté (esa mañana libraba yo de mi trabajo en la playa), me di una buena ducha y apenas entré yo en la cocina, me di cuenta que Quique ya había preparado mi desayuno y parte del de nuestra hija antes de irse al trabajo. Terminé de hacerlo todo y después de un buen y reconfortante desayuno, llevé a mi hija al cole. Y esta vez, cuando Catuxa me ofreció públicamente sus labios, no los rechacé. Y cuando volvía a casa, recibí una sorpresiva llamada de Paca:

  • Hola Yoli ¿te encuentras bien y tienes la mañana libre?

Un poco sorprendida por lo temprano de la llamada, le dije que si, que tenía la mañana libre y que físicamente a pesar de mi embarazo, me encontraba de cine, y de repente me dice:

  • Pues arréglate bien que a las 10:30 tienes tu primer cliente de verdad. Pagará 150€, lo que te ofreció Nuno y que por el momento, será tu precio oficial. Te follará por el coño y por el culo, y ya sabes que el 65% de ese dinero es tuyo. Como mucho será entre una hora y hora y media. Y las veces que él pueda correrse. Ya sabes que aquí más que el tiempo, cuentan las veces que el cliente desee correrse dentro de un plazo de tiempo relativamente flexible. Siempre deben terminar contentos.

  • ¿Y quién es?

  • Un hombre que, como muchísimos, te conoce y te desea. Simplemente un cliente ¿hay algo mejor que seas deseada por un cliente? Pues eso. Ya sabes que nunca te diré nombres, ya los verás aquí. Eres una puta, no lo olvides y follarás con quién te pague.

Y siendo sincera con vosotros, eso que me dijera de "ser una puta" por primera vez en mi vida, NO me gustó. Pero realmente ya lo era. Llegué a mi casa, me arreglé, miré el reloj para no llegar ni tarde ni temprano, y unos 10 minutos antes de la hora y por la puerta principal del bar de la Cofradía, entré, nos dimos Paca y yo un beso lésbico delante de todos con algunos aplausos. Y mientras me ponía una cazalla ¡a esas horas! entró alguien en el bar a quien no veía porque estaba de espaldas a la puerta y oí como Paca, en voz alta que todos oyeron, dijo:

  • Toño ¡aquí tienes a tu puta esperándote ansiosa!

Y esa vez, aunque os parezca extraño, SI me sentí orgullosa de ser llamada puta en público, delante de todos, me giré y tal y como había pensado en décimas de segundo, era Toño ¡el controlador de mi equipo de mariscadoras en la Lonja! Se me había insinuado muchas veces, pero ahora lo tenía delante de mí y dispuesto a pagar por usar mi cuerpo, por poseerme, por follarme...

Cogió el vaso de cazalla que me había puesto Paca y se lo bebió. Me cogió de la mano y en voz alta para que todos le oyeran, le preguntó a Paca:

  • ¿Te pago a ti ahora, o le pago a ella después de follarla?

  • No te preocupes Toño, eres un buen cliente y amigo, ya le pagarás a ella arriba. Ahora divertíos y fóllatela como quieras, es tu puta.

Como podéis ver, Toño y también la cabrona de Paca, intentaron humillarme frente a todos los muchos clientes (es la hora del bocadillo mañanero) que allí había a esas horas. Pero mi carácter es fuerte y no hay hombre que nunca me haya "achantado", así que le dije a Paca:

  • Mejor que le cobres ahora tú, porque como bien saben mis clientes, cuando acabo con ellos no pueden ni con sus almas. No sea cosa que luego esté tan débil, que no se encuentre ni la polla ni la billetera.

  • Venga, largaos los dos arriba -dijo Paca riéndose-

La gente que nos estaba oyendo y disfrutando de la conversación-espectáculo, se rieron y se metieron con él para que me demostrase quien mandaba en la cama, y yo, con una mala leche impresionante en esos momento machistas, acaricié su polla por encima del pantalón, noté que ya la tenía tiesa y me impresioné de su tamaño, pero riéndome un poco, dije prepotente:

  • ¿Con este rabito queréis que me destroce? Pobre Toño...

Las risas inundaron el local y vi que Paca se reía abiertamente. El rostro de Toño era de una rabia increíble y no aguantó más. Me apretó la mano y me arrastró hacia la escalera. Y en esos momentos, al ver el rostro de Toño, la sonrisa abierta de Paca que se alegraba de verme "tan profesional", y el ver los rostros de tantos hombres y unas pocas mujeres que se reían abiertamente y nos decían insultos procaces a los dos, me di cuenta que realmente me estaba convirtiendo en una verdadera puta.

Fui consciente que no había marcha atrás, ya no sería una "señora" decente, mi esposo ya no sería un hombre normal, sino un cornudo constante y diario. Mi familia sentiría en sus carnes mi vicio y también mis hijos, mi hija y lo que venía ahora en mi vientre, serían siempre considerados unos hijos de puta. Y un ligero mareo alteró mi mente. En esos momentos, Paca abrió la puerta de la habitación, entró Toño delante y al entrar yo, Paca me dio una palmada en mi culo y me dijo, riéndose, que satisfaciese sus deseos.

Yo me quedé mirando como Toño, bufando como un toro, se desnudaba con una rapidez increíble. Era alto, casi 190, fuerte como todos los que nos dedicamos a estas tareas marinas, velludo y como todos los de su edad, algo barrigoncete de las miles de cervezas y de la ingesta del buen marisco. Y su polla era enorme. No tan gruesa como la de Nuno, pero seguro era de 25 cm o más. Y yo empecé a desnudarme para poder ofrecerle el mejor marisco que había comido jamás, el de mi entrepierna.

Me acerqué a él y mis manos empezaron a acariciarle lentamente, suavemente, y acercando mis labios a su oreja le dije en voz baja y cálida:

  • No tenemos prisa ¿verdad Toño? Ya ves, por fin voy a ser tuya, aunque sea pagando por mí. Voy a hacerte muy feliz y espero que vuelvas muchas veces a follarme y me recomiendes a tus amigos ¿lo harás cariño?

Pero eso de "cariño" y encima teniéndome que pagar, a Toño le sentó como un tiro en el mismo culo. Me tiró sobre la cama, se tiró encima mío, me apartó un poco las piernas... y yo me dejaba hacer ¡al fin y al cabo, además de mi cliente era mi jefe de trabajo! Notaba como su polla recorría la parte baja de mi cuerpo y eso también mi excitaba a mí. No le puse ningún reparo en nada, deseaba satisfacerle en todo lo que me pidiese. Mi mente estaba cada día más abierta a que mis relaciones sexuales no tuviesen límites. Deseaba satisfacer todos los caprichos de mis clientes. Es como si desease ser recordada como la mayor puta que jamás había tenido ese puerto y su costa y no me importaba el precio a pagar como mujer.

No nos comíamos a besos, no nos acariciábamos... Las manos y dedos de Toño eran garras que destrozaban mis tetas o agarraban mis caderas como tenazas. No había deseo en él, sino mucha rabia y violencia física desatada, muchos deseos de humillarme y presumir luego con sus amigos. Su polla encontró mi coño y sin miramiento alguno, empezó a penetrarme dolorosamente, mientras su cuerpo empezó a subir y bajar con fuerza.

Y yo me sentí una puta barriobajera y luché contra él. Si él quería presumir ante sus amigos de haberme poseído y humillado, yo quería presumir ante mi esposo, Catuxa, Roxana y todo el puerto, de haberle vaciado sus huevos y haberle destrozado todo su machismo ibérico. Si Toño quería ser el toro que me destrozase, yo sería la leona que protegería mi honra y mi orgullo de mariscadora. Todas sentíamos deseos de ahogarle por su orgulloso carácter de jefecillo dictadorzuelo. Esto no iba a ser una simple follada, sino una lucha de caracteres contrarios y al mismo tiempo, de grandes vicios sexuales.

Y le provoqué, le provoqué, le provoqué... ¡Y quise humillarle para desatar aún más sus pasiones más duras!

  • Vamos Toño, demuéstrame quién manda. Tú eres el semental y yo una simple puta ¿no vas a poder conmigo? ¿No has deseado siempre ponerle cuernos a mi marido?

Él deseando dominarme y humillarme, y yo, no dejándome dominar ni mucho menos humillar. El frotamiento de su pollón en mi vagina y clítoris, hizo su efecto a pesar del dolor que me producía. Toño estaba excitado al máximo, me follaba con mucha fuerza, con dureza, clavándome su enorme pollón hasta el fondo sin dejarme separar mis piernas, procurando hacerme daño, hacerme sufrir, pero esa fuerza folladora, el dolor que yo sentía y al mismo tiempo el calor que me inundaba y abrasaba, provocó mi primera corrida, que no solo no le oculté, sino que además la exageré, y tal y como pensé, él lanzó su primer alarido que se oyó en todo el bar que estaba bajo nosotros.

Pero también como pensé, apenas unos minutos después él se corrió de forma aún más salvaje con otro alarido que debió oirse hasta en Portugal. Sus ojos brillaban intensamente, su boca estaba abierta y un pequeño hilillo de saliva salía de ella y caía sobre mi pecho. Y siguió follándome con más rabia, como si me odiase y me quisiera destrozar. Mis labios vaginales, mi vagina entera, estaba ardiendo de lo frenético de sus penetraciones con mis piernas tan cerradas con sus manos.

Y ese dolor que me quería provocar se hizo placer, un placer inmenso que solo alcancé con mi fantástica follada con Nuno. Y yo le abracé, le besé, le excité de tal manera que poco después, se volvió a correr intensamente. Pero lo que no pensé es que él se quedó tan agotado, que se dejó caer encima mío. Demasiada tensión, demasiada rabia contenida, demasiados deseos de follarme y humillarme, y eso le sobrepasó y extenuó.

Su respiración era agitada, fuerte, me miró y me dijo que esperase solo unos segundos que me iba a destrozar. Pero "algo" brotó dentro de mí y quise hundirle, hacerle saber que siempre haría lo que él me pidiese, pero por dinero. Le satisfaría, pero siempre que me lo pagase y nunca sería barata. Yo deseaba marcar mi territorio, demostrarle que la Yoli del marisqueo y la Yoli puta, no eran la misma Yoli. Y me porté como puta viciosa, que para eso me iba a pagar y para eso me estaba follando.

Me ladeé y agarré su rebajada polla y sin pensarlo dos veces me la metí en la boca. Y mientras mi lengua jugaba con ella, mis manos empezaron a jugar con sus huevos. Y no tardé nada en notar los efectos que en él provocaba yo. Muy pronto su polla no cupo en mi boca. La saqué, la masturbé un poco y ya casi dura del todo me la volví a meter poco a poco. Era consciente de lo larga que era, la más larga jamás mamada, pero deseaba impresionarle y a la vez, deseaba saber hasta dónde me la podría meter.

Pero no solo hice eso, mis manos jugaron con sus huevos y cada vez se los apretaba más, notaba que le hacía daño por su forma de respirar y moverse. Y quise ir más lejos, y le metí un dedo en su culo al mismo tiempo que dejaba penetrar a su polla en mi garganta. Todas esas cosas al mismo tiempo, el aplastamiento de sus huevos, mi dedo jugando dentro de su culo y su grueso capullo penetrando en mi estrecha garganta, fueron más, mucho más de lo que él pensaba sacar de mí. Su cuerpo se estremecía, se agitaba, se movía constantemente, y su polla salía y entraba en mi garganta por la imposibilidad de quedarse quieto del placer que le estaba dando.

Y fue en esos momentos cuando realmente me di cuenta del inmenso poder que las mujeres, y sobre todo las putas, tenemos sobre los hombres. Con Nuno, el efecto que me produjo el querer pagar nuestra follada como si fuese una puta... que aún no lo era, me hizo entregarme apasionadamente y conseguir el mejor polvo de toda mi vida, pero ahora... Toño era un auténtico cabrón, un mal jefe, siempre amenazante, siempre con ganas de follarse a alguna mujer, preferiblemente casada y dejarla preñada, abusando de su poder y de la posibilidad de despido y de sus necesidades familiares.

Ahora era yo quién le tenía entre mis fuertes brazos, y a menos que me diese de bofetadas o puñetazos, iba a ser yo quien abusase de él. Mi dedo en su culo no dejó de estarse quieto y un ratito después le metí otro rozando adrede su anillo anal con mi uña. Del dolor me cogió del pelo y me dijo algo que no recuerdo, pero no le saqué los dedos. Sus huevos se los retorcía y apretaba, se los recogía y estiraba mientras con otro dedo le producía ligeras cosquillas en la base de su pene. Sus risas nerviosas enmascaraban el placer y el dolor, que su respiración denotaba.

Pero por encima de todo y al igual que me pasó con Nuno, me di cuenta del enorme placer que los hombres sienten al penetrar sus pollas en el interior de las gargantas. Gargantas húmedas, cálidas, estrechas, bien preparadas para acoger esas preciosas pollas y darles ese entorno tan cálido y ceñido, como el mejor guante de piel para su glande. Y Toño estuvo tan de acuerdo conmigo, que se corrió de una forma brutal.

Sus manos agarraron mi cabeza y la aplastaron sobre su polla. Una descarga abundante de leche a presión... y otra... y otra... cuatro descargas en total inundaron de leche las paredes de mi garganta descendiendo lenta y pegajosamente hacia mi estomago. Mis labios besaron una vez más la base de su pollón y mi mente dio, una vez más, las gracias al Cielo por poder aguantar tanto mi respiración o me hubiese ahogado. Mi trabajo de mariscadora y mi lucha constante con las olas, me hacía contener la respiración muchas veces para no beber agua indeseada, y poco a poco, mi apnea iba creciendo y ahora aprovechaba esos entrenamientos para una buena mamada..

Aguanté más de un minuto esas fuertes manos sobre mi cabeza, y cuando noté que iban perdiendo fuerza, yo misma se las aparté y poco a poco, fui levantando la cabeza y dejando salir su agotada y vacía polla. Sus ojos estaban vidriosos y él se notaba agotado. A pesar de que también yo estaba agotada por la dura follada y mis varias corridas, me tumbé encima suyo y le hice lo que nunca hace una puta profesional ¡comérmelo a besos!

Mis labios besaron su cuello, su rostro, sus ojos, su nariz, su mentón... Bajaron luego hasta sus pezones que no solo besé sino que mordí. Y fui más allá. Porque yo quería dejarle totalmente agotado y extenuado, para que todos viesen quien había ganado ese combate de sexos. Y lo muy puta que era la Yoli. Quería demostrar a quién se enfrentaban los que quisieran follarme, porque mis vicios y deseos depravados aumentaban en mí constantemente. Y todos mis clientes lo iban a disfrutar.

Bajé hasta su culo, se lo levanté un poco y metí mi lengua dentro de él. Y mientras mis labios besaban la entrada de su negra cueva, mi lengua penetraba y jugaba con su interior. Y antes de darme cuenta, tan absorta estaba en darle placer anal ¡no incluido en el precio del polvo!, que una pequeña descarga de semen inundó mi pelo ¡se había vuelto a correr!

Miré discretamente el reloj que había en el rincón para nuestro control del tiempo con los clientes y vi que solo habían pasado 52 minutos, y como vi que el pobre Toño estaba deshecho, intenté recuperarlo un poco para que tardase más en bajar y presumir con sus amigos. Como él no se movía, yo me tumbé a su lado y fui acariciándole, jugando con sus pezones, también con su vacía polla y noté como, a pesar de estar totalmente seca de semen, tomaba algo de vida, y entonces le dije suavemente en su oído:

  • Toño, no me has follado el culo ¿no te apetece rompérmelo con ese pollón que gastas?

Y el pobre y cansado Toño, el dictador de mi jefe de la Lonja, el terror de las mariscadoras, asintió. Con las manos y mi boca fui levantando poco a poco aquella pollita tan orgullosa minutos antes y ahora tan lánguida y apagada. Le ayudé en lo que pude porque  tal y como empezó a follarme en plan "machote", quise demostrarle quien mandaba en la cama y lo puta que yo podía ser si lo deseaba de verdad. No me preguntéis como, pero conseguí que, al menos 5 cm de su polla penetrasen en mi culo, y fue tanta la presión que hizo para meterla, que se agotó y sin correrse, la sacó y me dijo:

  • Joder Yoli. Hacía años que no había estado con una puta tan activa y pervertida como tú. Eres buena joder, eres muy buena y ya no puedo más.

  • Pues es una lástima Toño, porque lo creas o no, soy mucho más puta de lo que tú y nadie piensa. Ya ves, te he dado un beso negro gratis total, solo por ser mi jefe, solo para que te des cuenta de las cosas que puedo hacer "siempre que las pagues". Soy puta por vicio y quiero clientes viciosos ¿no te apetece follarme el culo mil veces y cada una de ellas dejarme que te limpie con mi boca la polla tal y como salga de mi culo? ¿No has pensado en llenar mi boca y mi estómago de tus meados? ¿No has pensado en que cada vez que vayas a defecar al vater, luego sea mi lengua y no el papel higiénico quien limpie tu culo y se coma las sobras...? Puedo hacerte eso y mucho más...

Y no pude seguir. Se levantó corriendo y se fue al vater pero no para cagar, sino para vomitar. Por lo visto, mi jefe era un gran especialista en mariscos, pero mariscos de mar, no de mujer, y se pasaba de fino y solo pensar en lo que le decía, le ponía nervioso y le daba asco ¡hombres! ¡tanto machista y para eso...!

Salió del baño y me miró fíjamente a la cara diciéndome:

  • ¿De veras Yoli serías tan puta, guarra y pervertida, como acabas de decir?

  • Págame lo que yo te pida y dime qué quieres que te haga.

  • ¿Y te gustaría que estuviese yo con un amigo ó máximo dos? Ya sabes, dos o tres hombres para ti sola. Tres o cuatro horas. Y mejor en otro sitio, no aquí para tener más tiempo y una buena intimidad, pero en este mismo pueblo, sin salir de él tengo un sitio.

Me acerqué a Toño. Con mi brazo izquierdo abracé su cuello y con mi mano derecha en su polla, mi cuerpo se aplastó contra él. Empecé a besarle con vicio, con pasión, con lujuria. Mi lengua penetraba profundamente en su boca. Yo le dominaba, me daba cuenta que estaba entregado a mí... y mucho antes de lo previsto, su pobre y ya agotada pollita se derramó en mi mano. Nada importante, ya estaban sus huevos vacios un rato antes. Apenas se estremeció. Simplemente me miró, sonrió cansinamente y dijo:

  • Volveremos a follar Yoli, no tardaremos mucho. Y ya que quieres ser viciosa te usaré como la mierda que quieres ser.

  • Ya sabes Toño que será un placer para mí hacer TODO lo que tú y tus amigos me pidáis, tú paga y exige. Pero paga. Y no se te olvide que este polvo aún no lo has pagado -dije sonriendo y tendiendo la mano-

Y Toño sacó de su pantalón 4 billetes de 50€, 200€ en total y me los dio. Yo le recordé que la follada eran solo 150€, y él me dijo que los otros 50€ eran propina ¡me los había ganado! Terminó de vestirse y se fue. Yo me quedé pensativa y en ese silencio oí como había un aplauso en el bar, supuse que fue al verle aparecer. Me fui a la ducha y me di una de las largas duchas de mi vida. Me sentía sucia, tremendamente sucia y no por el semen en mi pelo.

Pensé que no siendo consciente de lo que le decía, y por mi orgullo y mi fuerte carácter, me había pasado de puta con Toño. Me había declarado ante él como una puta viciosa y sin moral alguna. Y lo peor, es que esos pensamientos me habían excitado y aún seguía excitada ¡jamás me había sentido tan pervertidamente puta y al mismo tiempo, satisfecha de serlo!

Mi mano pasó a acariciar mi aún hermosa mata de pelo en mi coño, y no solo me prometí afeitármelo totalmente y no como hasta ahora, sino que además, me masturbé con fuerza y deseo animal. Y me corrí otra vez mientras el agua tibia acariciaba mi cuerpo. Y con el ruido del agua de la ducha, oí también un aplauso. Cerré la ducha y seguí oyendo el aplauso. Era Paca desde la puerta del baño.

Contempló detenidamente mi desnudo cuerpo. Me dio la toalla para que me secase y empezó a hablar:

  • Yoli, no sé que le has hecho a Toño, pero si solo la mitad de lo que cuenta que habéis hecho es cierto, y su agotamiento lo demuestra, la cola de tus clientes va a ser impresionante. Ya tengo 5 para follarte esta tarde, pero solo he aceptado a uno tal y como quedamos. A las 5, pero tú ven a las 4 que deseo follarte yo a ti tranquilamente. Bajo están Ágata y Carmiña oyéndolo todo y van a tener que bajar sus precios, porque si tú con 150€ haces todo eso, ellas quedan lejos, muy lejos de ti.

  • No te preocupes Paca, ya he dicho a Toño que subo los precios. Ya te daré mañana mis nuevos precios que pactaré con Quique, y estos serán por objetivos y por tiempo. Cobraré hasta por minutos y por cada uno de los servicios que me pidan. Seré una puta pervertida, pero seré la más cara, y como te he dicho siempre, solo unos días y solo determinadas horas. No me importa el dinero, solo el poder ser usada como cada cliente quiera... siempre que él cliente pague lo que yo le pida. Todos sabrán lo que vale mi culo, mi coño, o beberme sus meados. Y si lo pagan, lo haré. Y esta tarde a las 4 me tendrás aquí, yo también deseo follarte. Y ahora me voy al super y a hacer la comida, como cualquier esposa y madre.

Pero a veces la vida te da sorpresas y estando cogiendo unos paquetes de cereales para mi hija, noté una mano fuerte apoyada, más que apoyada clavada en mi hombro, y al girarme vi quien era ¡la mujer de Nuno!

Mi primer y maravilloso "cliente-amante".

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(1) Acordaros que, precisamente el no ser una mujer sexualmente divertida, sino muy clásica, demasiado clásica, fue el detonante que hizo que me esposo, después de años de pedirme que me abriese, me convenciera para hacer intercambios, tener amantes, y ser puta. Ser más apasionada y menos clásica. Y ahora lo soy...