Mi esposa le dio su Bienvenida a Hugo

Nuetras relaciones han mejorado un cien por ciento. Mi esposa se convierte en mi amiga, y me platica cosas muy íntimas.

Mi esposa le dio su bienvenida a Hugo.

Nuestras vidas han cambiado en una forma maravillosa, ahora mi esposa Liz y yo somos amigos, nos confiamos cosas impensables en un matrimonio, cuando salimos a algún restaurante o lugar donde hay algún tipo bien parecido le pregunto a mi esposa; ¿Qué…. te lo coges? Ella los barre con la mirada de arriba abajo y sonriendo me contesta noo, o pues no está tan mal. Y cuando hay alguna mujer guapa ella me hace la misma pregunta, con la única diferencia que yo contesto siempre que sí. A veces para abreviar la pregunta solo nos decimos: ¿Te lo, (la)?

A mi amigo Hugo empezando el año lo mandaron tres semanas fuera de la ciudad, eso no es impedimento para que nos llame cuando menos tres veces a la semana, con la diferencia que ahora Liz habla muy sonriente con él mientras yo le acaricio las nalgas, y con vos melosa le pregunta; ¿Cuándo vienes? Te extrañamos mucho, te mando un beso.

Por fin ahora hemos podido hablar de las cogidas que se ha dado con mi amigo, esas pláticas nos dejan a los dos a mil y terminamos cogiendo como locos, sobre todo me confió cosas muy íntimas:

Tu amigo tiene su verga muy larga, me toca por dentro lugares donde me da mucho placer, siento como empuja mis entrañas cuando me la mete a fondo… uff de acordarme ya me estoy mojando, Papi me vas a tener que coger ahora.

Hugo mama riquísimo; quien sabe como me mete la lengua que te hace ver estrellas y luego con sus labios carnosos chupa mi clítoris haciéndole una paja con los labios apretados, nunca he sentido cosa igual. Me da pena con él por que siempre que me mama mi puchita acabo con un orgasmo en su boca. ¿Tú crees que le guste?

Claro que sí mi vida, tienes un sabor muy delicado y sabroso.

Nunca pensé que un día llegaría a coger con otro, cuando fantaseábamos en hacerlo me calentabas muchísimo, pero la verdad nunca pensé que se haría realidad. Tú que piensas de tu mujercita ¿Te gusta que sea así?

Me fascina mi amor; me enloquece ver a mi mujercita en acción., Nos dejaste con el ojo cuadrado con lo cachondo que bailas mientras te desnudas, parece que trabajas en un "table dance" que calentada nos diste, y cuando te está cogiendo me gusta ver tu coñito como se aferra a la verga de Hugo. La sensación de meterte la polla con tu puchita hirviendo abierta y llena de leche de él es una cosa indescriptible. Liz me confió:

¿Sabes otra cosa? en la fiesta de año nuevo me prendió ver a Pilar como se te pegaba, te restregaba sus tetas y tú no desaprovechabas nada. Pues bien que le rozabas las nalgas y la muy tonta quería ponerme celosa pero al contrario más me calentó. Me gustó verte de cabrón. Yo pensé que si un día te veía con otra me iba a morir de coraje y celos nunca pensé que me excitaría, no se que me está pasando. Ya me contagiaste lo calenturiento.

Para ese momento ya había desnudado a mi esposa, estábamos hirviendo con la plática nos besábamos profundamente, lentamente descendí a sus pechos para mamarlos con unos mordisquitos en los pezones, le metí mi lengua en su ombligo para al fin llegar a su coñito, lo abrí con mis dedos y le corría la lengua por toda su rajita, levante su pepita con la lengua para luego apretar su clítoris con mis labios estaba tan duro que realmente parecía una verguita en mi boca, lo chupaba y lo pajeaba con los labios.

Luego Liz se giró sobre mi y quedamos en un 69 se tragaba toda mi verga mientras le besaba el culo metiendo mi lengua, Liz movía incontrolablemente sus nalgas pues tenía un orgasmo, le chupaba el coño sentía el sabor riquísimo de sus jugos corría mi lengua a su culito. Liz no podía más estaba ardiendo.

Se aventó hacia un lado retorciéndose de placer y grito; ¡cógeme Papi ya no puedo más!! Me recosté sobre ella y se la metí de un solo empujón pues su panocha estaba encharcada de sus jugos, mientras la bombeaba ella me limpiaba sus jugos con su lengua de mi boca y barba, en ese momento le digo; que me deje meterle la verga por el culo para que cuando llegue Hugo nos coja a los dos al mismo tiempo. Puso una cara de lujuria indescriptible.

Jadiando me pidió: Pero si me duele te quitas, ya ves que lo hemos hecho dos veces y nunca me ha gustado.

Pero con Hugo por un lado y yo por el otro vas a estar en la gloria, como chica de película porno.

Bueno ponme bastante gel ahí esta en el buró. Con mucho cuidado Papi.

Se acomodó boca abajo le puse unas almohadas en su vientre le abrí suavemente sus nalgas y le untaba abundante gel en el culo se lo acariciaba lentamente en círculos, luego empujaba suavemente mi dedo medio se empezó a abrir y lentamente se lo fui metiendo todo, le hacía un lento mete y saca con mis dedos uno en su culito y el otro en su coñito luego de un rato se le movían muy rico las nalgas, fui sacando el dedo para poner en la entrada la punta de mi polla bañada de gel lubricante, empuje firmemente y lentamente la fui penetrando mientras Liz gritaba; ¡suavecito!! ¡Despacio Papi que me duele!! mientras le frotaba el clítoris con una mano.

Al cabo de unos minutos note que sus nalgas se movían despachándose ella sola la cantidad de verga que necesitaba, empezó a jadiar y a darle velocidad a sus nalgas. Que culo tan rico, ahora ella era la que me cogía, que morbo ver mi verga totalmente al fondo de su culito mientras le metía un dedo en su coño, Liz gritaba:

Papi…. ¡Que ricoo!! ¡Me estoy viniendo!! Se ¡sienten cosas muy sabrosass…. ay que placer!!!........ ¡Síii haaggh, quiero que me cojan los dos al mismo tiempo!!

Al escuchar eso, mi morbo creció y me empecé a correr a chorros en su culito, Uff que forma de venirme, deseaba que Hugo estuviera por aquí para darle entre los dos una buena cogida. Esa semana me la cogí tres veces por el culito. (Lo que no hice en años)

Pasaron unos días y mi amigo regresó; inmediatamente nos fue a visitar a nuestra casa, Liz usaba un vestido casero pues no estábamos preparados para la visita de Hugo cuando llamó a la puerta mi esposa fue a abrir, y solo se oyó un grito de alegría de mi mujer ¡Hola que gusto verte!! ¿Cómo te fue? Mientras se besaban las mejillas, ¡Mira Papi quien llegó!!!

Hola que sorpresa ¿como te fue de viaje y de viejas? (nos abrazamos)

Bien, muy bien, vengo muy cansado pero me moría de ganas de verlos así que le pedí al taxi que me dejara aquí, luego me dan un aventón a mi departamento… ¿verdad?

Si hombre con todo gusto te llevamos, le respondí. Que te tomas, una cuba me contestó y tu mi amor, pues también me tomo una cubita para acompañarlos, me fui a la cocina a preparar los tragos dejándolos solos para que platicaran, al rato salí con los tragos y me senté en la sala a platicar con mi amigo de su viaje, mientras Liz traía algo de botana para picar, note como los ojos de mi amigo barrían las nalgas de mi esposa cuando ella se levantó.

En ese momento Hugo me preguntó que paso con Liz, que te ha dicho de la fiesta de año nuevo, ¿cambió su forma de pensar?

Si ahora es otra mujer está muy desatada, cogemos a cada rato y siempre estás presente en nuestras cogidas. Creo que ya supero totalmente sus crudas morales, nos llevamos de maravilla, estoy feliz con ella es una gran compañera.

En eso regresaba mi mujer con una charola con carnes frías y queso, agachándose de más con sus piernas rectas le dio una buena vista a mi amigo de sus piernas y culo, mientras le sonreía.

Hugo de inmediato le decía que la veía más guapa, que la había extrañado mucho y le traía un regalito, que si permitía que se lo diera. Hugo se puso de pie abrió su maleta y sacó un fino perfume Francés, y le dijo ojala que te guste.

Mi mujer le daba las gracias mientras abría la caja, luego destapaba el frasco y se ponía unas gotas en sus oídos y le exclamaba; huele delicioso muchas gracias que detallazo.

Hugo se acercaba a sus oídos para olfatear el perfume, aprovechando para rozarle las nalgas con su paquete y besarle las orejas. Mi esposa sonreía feliz y se dejaba hacer, como mi amigo sintió que no había ninguna resistencia por parte de ella, subió sus manos y le empezó lentamente a ¡acariciar las tetas!! por arriba del vestido. A Liz sus mejillas rojas la estaban delatando que su calentura estaba subiendo, y noté como embarraba sus nalgas en la polla de Hugo.

Liz giró hacia él, y lo besó en la boca, luego se separo y se fue a sentar junto a mi, tomo su cuba y brindo con nosotros, mientras nos decía:

Miren como se les ve el pantalón… je, je, je ¿a poco los excito tanto?.... Si estoy en unas fachas tremendas, con este vestidito viejo sin medias y sin maquillaje.

Hugo le dijo: Estás guapísima, lástima que tu vestido está un poco largo, pero si lo subes un poco se te vería mejor, ¿verdad Toño? Yo asentí con la cabeza mientras servía otra ronda de tragos.

Así les gusta; subiendo un poco el vestido con cara de pícara traviesa.

Noo, replicaba mi amigo…. súbelo más para que se te vean esos muslos preciosos que tienes o mejor quítatelo para admirarte bien.

Seguimos tomando los tres mientras mi mujer nos daba una buena vista de sus muslos, Hugo puso una mano y los acariciaba, cuando la mano subía a su coñito Liz le quitaba la mano y le decía solo puedes ver por que de un momento a otro pueden llegar nuestros hijos y no quiero estar súper caliente.

Entonces Hugo respingó; que a poco me vas a dejar así, señalando su tienda de campaña en los pantalones. No la friegues si tengo tres semanas pensando en ti a todas horas, estoy que reviento si solo de ver tus piernas siento que estoy a punto de correrme.

Les comenté; creo que los tres estamos muy calientes; por qué… cuando llevemos a Hugo a su departamento hacemos una pequeña fiesta. Para que le des su bienvenida en los dos sentidos de la palabra. Ja, ja, ja…. Por que nuestros hijos no deben de tardar.

Los dos sonrieron de oreja a oreja con mi propuesta. Pero para que no decaiga el animo danos un show mi amor mantéenos calientitos. Entonces ella se sentó en el sillón de enfrente se subía su vestido arriba de medio muslo y cruzaba las piernas, luego las cruzaba para el otro lado mostrándonos los calzoncitos azules bikini que usaba mientras brindaba con nosotros. Luego nos preguntaba:

¿Así les gusta? O quieren que les enseñe otro poquito.

¡Enséñanos tu papayita! exclamaba Hugo.

Bueno les voy a dar una vista rápida.

Corriendo a un lado sus pantaletas separando sus piernas nos mostraba su panocha, corriendo dos dedos por su raja nos preguntaba:

¿Les gusta? esta muy jugosa, miren que caras de calientes tienen, Ja, ja, ja. Quiero que me hagan un show ustedes, haber Hugo tócale la verga a mi maridito y me dices que tan dura la tiene.

Mi amigo dudó un momento pero puso su mano en mi polla y me dio un fuerte apretón de verga, le grito; está como piedra.

Yo ni se la agarro por que está a punto de venirse el cabrón este, mira que bultote se le ve…. mejor tócasela tu mi amor.

Liz se puso de pie se acercó a mi amigo y le frotaba su polla, mientras la mano de Hugo desaparecía bajo el vestido, los dos estaban a punto de reventar de la calentada que se daban, en eso se oyó el motor de la carcacha de mis hijos, Liz corrió a nuestra recámara mientras Hugo corrió al baño de visitas.

Permanecí sentado en la sala un momento; mis hijos entraban por la puerta de la cocina. Hola Papá ¿Qué haces? Aquí esperando a Hugo que entró al baño, le vamos a dar un aventón a su casa por que apenas llego de viaje, pero antes nos va a invitar a cenar a un restaurante, déjame ver si su Mamá ya se cambió de ropa. En eso Hugo salía del baño saludando y jugando con mis hijos, siempre se han llevado muy bien.

Entré a la recámara y Liz se estaba maquillando, le comente; cámbiate rápido de ropa por que les dije a tus hijos que Hugo nos invito a cenar a un restaurante, OK en seguida estoy con ustedes.

Le serví otra cuba a Hugo y le dije; tan pronto como llegue Liz nos vamos, brindamos y nos volteamos a ver con picardía, soltamos una risita nerviosa tomamos nuestras cubas a fondo. En eso llegó mi esposa radiante; vestida para matar con un vestidito corto en color azul marino muy pegado a su cuerpo, un generoso escote y con voz muy sexy nos susurró nos vamos. Nos despedimos de los hijos y le contestaron que guapa estas mami.

Subimos al auto, Hugo venia con su maleta en el asiento posterior, pero eso no era impedimento para venir sobando las piernas y nalgas de mi mujer. Por fin llegamos a su departamento, Hugo abrió la puerta encendió las luces y de inmediato beso a Liz trenzando sus lenguas le acariciaba sus nalgas, mientras yo preparaba unas palomas (tequila con refresco de toronja) que calentón me dio ver a mi esposa en brazos de mi amigo, como se deseaban.

Le desabroche el vestido y Hugo se lo sacó de un jalón, quedó solo con un mini sostén y una tanguita negra con sus medias de las que se ajustan solas a sus piernas. Tomamos nuestros tragos y nos fuimos a la recámara, mi esposa caminaba como modelo moviendo sus nalgas de un lado al otro mientras sus tetas desbordaban el micro sujetador.

Liz tomó la iniciativa y desabrochaba la camisa, le besaba los pezones mientras le abría los pantalones, luego acariciaba la polla por arriba de sus boxers. Mi amigo no perdía el tiempo pues le había sacado el sujetador y se comía sus pezones le apretaba las chichis con todo, empujo a mi esposa a la cama y le sacaba la tanga.

Liz abría sus piernas y nos daba una vista de su panocha que lucía una tirita de pelos cortitos arriba de su rajita, mi esposa abría sus piernas al máximo y le decía a Hugo; ven dame una mamadita me gusta mucho como lo haces.

Mi amigo se prendió de la puchita de mi mujer con una mamada riquísima que le daba, corriendo su lengua desde su culito hasta sacarle con su lengua el clítoris bien parado y mamarlo como si fuera una pollita.

Mi esposa jadiando le pedía que quisiera hacer un 69 con él, mi amigo se acostó de espaldas y mi mujer se subió encima de él. La escena era propia de la mejor película porno, con que deseo se mamaban los dos.

Puse atención a los comentarios de mi esposa; y la verdad, Hugo le mamaba riquísimo su panocha hundía la lengua en su coñito y luego la corría hasta su culito, para regresar a mordisquearle el clítoris, mientras sus manos se aferraban y abrían las nalgas de mi mujer, las piernas y nalgas de Liz temblaban tenía un orgasmo muy fuerte en la boca de Hugo.

Liz le devolvía el "favor" a mi amigo con una mamada tremenda, se tragaba casi toda la polla (y miren que estaba imponente) jadiaba y gemía con la boca llena de verga, en eso Hugo soltó un grito de placer y se tensaba todo su cuerpo ¡se estaba corriendo en la garganta de mi esposa!!

La verga le brincaba con unos espasmos tremendos, Liz hacía todo lo posible para tragar su leche, pero le escurría por sus labios y mejillas llegando hasta los huevos de Hugo. Mi amigo seguía pegado al coño de mi esposa amasándole las nalgas con sus manotas.

Liz me volteo a ver con una cara de lujuria escurriendo leche de su boca y jadeando me pidió: ¡Cógeme Papi estoy muy caliente!! ¡Cojéeme ya, no puedo más!!!

Y así como estaba me hinque atrás de ella, y se la metí de un solo empujón pues estaba empapada, de jugos y saliva. Hugo se mantenía en su lugar, mis huevos rozaban su cara, mi esposa le seguía reanimando la polla con besos y caricias, yo estaba tan caliente que sentía mi verga dura como si fuera de acero pero no quería terminar tan rápido.

Por ahí de vez en cuando sentía la lengua de Hugo que le daba de lengüetazos en el clítoris y de paso algo me tocaba en la polla, mi mujer bramaba de placer pues la verga de mi amigo estaba poniéndose dura de nuevo y que se me viene a la mente la idea de la doble penetración.

Me separe de mi mujer y Hugo de inmediato le chupaba el coño, le dije a mi amigo mámale el culito vamos a prepararla para cogérnosla al mismo tiempo, él puso sus ojos de plato y asintió con una sonrisa de oreja a oreja, y le daba a toda lengua en el culo, mi mujer le daba los últimos toques a la verga de Hugo para dejarla bien parada.

Liz le pedía con la respiración entre cortada a Hugo; ¡no te muevas mi amor! te voy a coger bien rico, se monto sobre él y con desesperación se centraba el glande en su coño y se dejaba caer, logrando meterse media verga al primer sentón, se reacomodo y se la metió toda en el siguiente sentón, lo cabalgaba con todas sus ganas subía y bajaba ondulando sus nalgas mientras mi amigo le apretaba los pezones, Liz tenía otro orgasmo se recostó sobre Hugo y se besaban rozando sus lenguas.

Tomé el tubo de gel y le puse bastante en su culito, le acariciaba con mi dedo abriendo su agujerito, puse la punta de mi verga y Liz levanto un poco sus nalgas sacando casi toda la polla de mi amigo le hice un poco de presión y ¡se empezó a introducir mi glande! Empuje lentamente otro poco, y se fue deslizando toda mi verga a fondo, nos quedamos quietos un momento. Mi esposa bufaba y jadiaba de placer:

¡Haaaggh que rico, no te muevas Papi!! Uff…. Déjala así, encajada a fondo, ¡huyyy!! A ver Huguito; ahora tu métela despacio, ¡aaayy que rico me estoy viniendo!! Que me están haciendo par de cabrones ¡me van a matar de placer!!! ¡Haaagg!!

Yo sentía como la verga de Hugo se encajaba al fondo del coñito y se rozaba con la mía por dentro de mi esposa, entonces sacaba mi polla, y luego cuando él retrocedía yo se la empujaba a fondo ¡que sensación¡¡¡ el culito bien apretado, más el roce con la polla de mi amigo era lo máximo, ¡que morbo tan chingón!!!

Mi mujer estaba como hilacho con un orgasmo continuo, tenía punzadas en su coño y culo, jadeaba y gemía abrazada de mi amigo era un concierto de jadeos de los tres, estuvimos un rato bombeando los dos, mientras mi esposa ondulaba sus nalgas muy rico para mi fue demasiado y gritaba como loco ¡que ricoo, que culo tan sabroso tienes!!! Y la llenaba de leche como adolescente no paraba mi corrida. Hugo exclamaba:

¡Que venidota te estas echando compadre, la siento en mi verga!! Que rico coges Liz, eres lo máximo, ¡déjame darte unos piquetes rápidos!! por que ya me voy a correr. (Hugo le ponía una violenta y rápida cogida) ¡Aaayy que sabroso te mueves!!! ¡Me estoy viniendo!!! ¡Haaaggh que mujer tan rica eres!! (Le metía la lengua hasta la campanilla mientras le estrujaba las nalgas)

Nos quedamos un rato noqueados después de la cogida tan tremenda que le metimos a mi mujer, luego me senté en la cama a ver como le salía leche de sus dos hoyitos, que morbo entonces Liz se levanto y se fue al baño.

Fuimos por nuestras bebidas, las tomamos a fondo pues estábamos muy sedientos y rellenamos los vasos de nuevo. En eso salía mi esposa del baño medio vestida. Nos confiaba en voz baja:

Que bárbaros son; que cogida me dieron, me dejaron con las piernas flojas y mi colita adolorida. Es hora de irnos gordo, por que ya es tarde y mañana tengo que madrugar.

Hugo nos decía esperen otro poco no se vallan tan rápido, tengo ganas de de echarte otro palito.

No Hugo ya no; apenas es miércoles y tenemos muchas cosas que hacer, mejor para otra ocasión: Quiero que me lleven a un antro con putas, tengo muchas ganas de conocer un lugar así donde bailen desnudas, para aprender algo ¿no les parece?

Liz se despedía de mi amigo con un besote de lengua, mientras él muy cabrón le estrujaba las nalgas por debajo del vestidito, me decía; no seas ojetee, déjamela toda la noche, está buenísima.

Salimos apresuradamente del departamento de Hugo, pues Liz y él ya se estaban prendiendo con la despedida tan cachonda que se dieron.

Nos enfilamos a una taquería para cenar algo pues nos moríamos de hambre.

Cuando llegamos al lugar estaban un par de jóvenes en la mesa de enfrente que no le quitaban los ojos a mi mujer: Le pregunté a Liz te fijas como te voltean a ver.

Sí Papi; ya me estoy poniendo nerviosa, es que con este vestido parezco puta.

Por que no les das algo de entrada para ver hasta donde llegan, en lo que voy al baño y me levanté.

Me tardé; y cuando regresé a la mesa uno de ellos le entregaba algo a mi esposa y regresaba a su mesa, note que el vestido de Liz dejaba ver buena parte de sus muslos, les regalaba una gran sonrisa.

Que le pregunto ¿te lo…? Y que me va contestando emocionada. Síii esta guapísimo el muchachito.

Me quedé pendéjo con la respuesta. Y me confió:

Me dio un papelito con su nombre y número de celular. Me comentó barriendo mi cuerpo con sus ojos; estás muy guapa, ¿Cómo te llamas? me gustaría invitarte a bailar. Le respondí; que podría ser su madre, y el muy cabrón me contestó: Mamacita, estás para comerte, llámame pronto. Insistía en que le diera mi número de teléfono.

Mi esposa comía sus tacos en una forma muy sexy, cruzaba y descruzaba las piernas, inflaba sus tetas, para ese momento habíamos tomado tres cervezas cada uno, mi mujer estaba feliz dándoles un muy buen show de pierna, o tal vez de tanga, pues su vestido estaba muy arriba de sus muslos. Ellos aprovechaban cuando yo volteaba para otro lado para brindar con mi esposa y sonreírle.

Salimos de la taquería con mi mujer sonriéndoles, caminando muy erguida con sus tetas levantadas contoneando sus nalgas.

Que pegue traes este año, los dejaste babeando pero por los dos lados, Estás muy buena y eres muy sexy.

Agradecemos sus valiosos comentarios, por que según Liz estamos muy locos.