Mi esposa follada por su ex

Como me calentó ver a mi esposa follada por su ex.

MI ESPOSA FOLLADA POR SU EX

Soy un hombre casado hace mas de 5 años, siempre tuve deseos sexuales normales, que no salían de lo común, y ni pensar en algo voyeur, hasta que conocí a mi esposa. Ella despertó mi libido, mis deseos más profundos, con ella afloró la lujuria, y eso me gusta.

Mi esposa es delgada, bonita, con pequeños senos, buena cintura y grandes caderas, por lo tanto buen culito.

Cuando nos casamos no fue su primera experiencia, ni tampoco la mía, ya habíamos probado antes con otras personas. Me hablaba mucho de un ex novio suyo, el cual era muy posesivo, me contaba que a veces la obligaba a tener relaciones sin ser una violación, la atrincaba contra la pared o la empujaba a la cama, siempre le gustó ser el que lleve la iniciativa y el ritmo, aun que ella no estuviera dispuesta del todo terminaba cediendo.

A mi, gracias a ella y las cosas que me contaba que hizo antes de conocernos, me despertó la curiosidad de ver como se veía teniendo sexo, pero no conmigo, si no con otro hombre. Alguna vez le comenté del tema, además que también me gustaría realizar un intercambio con alguna pareja pero era medio reacia y me esquivaba la conversación, no quería saber sobre el tema porque decía que podía entorpecer nuestra relación. Es algo celosa y según ella no podría verme teniendo relaciones con otra mujer, así que dejé el tema de lado, por el momento.

Un día nos encontrábamos hablando un tema trivial, nada con importancia, pero discrepábamos en lo que ambos pensábamos, entonces salió de su boca hacer una apuesta, y peor aún: "lo que ganador pida". Yo acepté sin saber que es lo que pediría, porque estaba totalmente convencido que tenía la razón. Y efectivamente fue así. Le pedí que me dejara pensar hasta el día siguiente, entonces le daría la respuesta.

Pasé casi toda la noche pensando en el morbo que tenía de verla follar con otro tipo, entonces me decidí por cobrar la apuesta que había ganado, pero con el temor que se negara a cumplirla.

A la mañana siguiente le dije que ya lo había pensado, y teniendo en cuenta una posible respuesta negativa le dije: "Quiero verte follar con otro hombre".

Su reacción fue la que esperaba, abrió sus ojos tan grandes que parecía que se salían de sus orbitas, estaba totalmente contrariada y su cara pintaba gestos de indignación, me preguntó si era una broma, y le respondí que no. Salió de la habitación con cara de enojo y sin decir otra palabra.

Pensé que había cometido un error al decírselo, así que esperé una media hora para acercarme a pedirle perdón. Pero grande fue mi sorpresa cuando me acerqué, de sus labios salieron las palabras: "Bueno, pero tu elijes con quien y cuando". De solo pensarlo traía una excitación indescriptible.

Como me había dado carta blanca, pensé bien la jugada, pensar en amigos no me pareció buena idea, mis opciones se redujeron a gente que solo ella conocía o con la que ya se había acostado o extraños. Ambas me parecían estupendas opciones. Pero al final decidí por uno de sus ex novios, del cual les comenté mas arriba.

También sabía que "D" (así lo llamaré a su ex) continuaba comunicándose con mi esposa pese que era casado, la llamaba y le mandaba mensajes de correo, por lo que ella me contaba, le invitaba a salir, pero mi esposa nunca aceptó sus invitaciones.

Se lo propuse y se negó, con cierto grado de picardía en su rostro, lo que incentivó a insistir porque no la notaba decidida del todo. Después de dos días de insistencia dijo que no le quedaba otra. Pero me advirtió que como lo conocía iba a insistir en que no fuera la última vez, y que la buscaría cada vez que quisiera tener sexo con ella, y era algo que tendría que arriesgar.

Preparé mi plan para hacer realidad mi deseo, y se lo comuniqué. La idea era que lo invitara como un compañero de oficina a mi casa (la ventaja era que yo no lo conocía, pero el a mi si) para realizar un trabajo que dejaron pendiente, yo me haría al desentendido creyendo lo que me dijeran. Para no levantar sospechas le dije que se pusiera una vestido azul con flores que no es ni muy atrevido ni muy conservador, pero sin ropa interior. Simular que estábamos llegando de algún acontecimiento social y que yo después de un momento de compartir los tres me retiraría a descansar. Esa era la idea a grandes rasgos, el resto ya dependía de ella. Claro que también le dije que si le hiciera algo que ella no quería me gritara e inmediatamente aparecería de mi escondite.

Y así quedaron, un jueves por la noche. Quedaron a una hora, pero nosotros tendríamos que retrasarnos para hacer mas creíble la historia. Para cuando llegamos el ya se encontraba esperando en la puerta de mi domicilio (claro que no se movería sabiendo que tendría semejante oportunidad, pese que le dije a mis esposa que no pasaría nada mas que solo una conversación). Bajamos del auto y se acercó a saludarnos, un poco tímido por mi presencia pero le di un poco de confianza al ingresar.

Le ofrecí un trago el cual me aceptó, me serví otro yo y le pasé otro vaso a mi esposa. Pasamos una hora conversando, y luego de 4 vasos de whisky les dije que me retiraba a descansar porque mañana era día laboral y que ellos deberían empezar a trabajar porque no les alcanzaría la noche, y con lo que tenían encima tampoco podrían pensar bien en 15 minutos. Besé a mi esposa, me despedí del caballero y me retiré.

Entre la sala y la cocina hay un pequeño ventanal para pasar la comida, lo abrí apenas para poder ver y escuchar lo que ocurría, fue ahí desde donde observé todo el espectáculo.

Mi esposa se encontraba frente mío, y "D" me daba la espalda, por lo tanto vería la misma perspectiva de su ex. Siguieron hablando por un momento mas, claro todavía temeroso que apareciera en escena, y no comenzó a insinuarse hasta que estuvieron totalmente seguros que yo ya no los molestaría.

D le preguntó: "¿Cual fue tu verdadero motivo para invitarme a tu casa?, si tu ya no querías ni verme". Mi esposa le dijo que solo quería charlar, de recordar lo que habían pasado. Empezaron a hablar de las travesurillas que hicieron, obviamente con el motivo de calentar a mi esposa para tenerla en bandeja de plata, y la verdad no fueron muy excitantes como pensaba porque mi esposa le echaba en cara las cosas que hizo mal en cada ocasión. Se notaba que ella estaba un poco retraída porque no sabía que hacer ni como comportarse hasta que las cosas empezaron a tomar rumbo. Ella le ofreció una copa mas, el aceptó, y al momento de moverse del sillón abrió las piernas sin querer, lo suficiente para dejar ver su rajita en la entrepierna, algo que "D" tampoco se lo perdió. Fue recién cuando el decidió tomar la iniciativa. Le dijo: "Acabo de ver que no traes calzón". Con lo que ella se asombró y sonrojó un poco, respondiendo que no porque a mi me gustaba así. "D" le pidió a mi esposa que abriera sus piernas para poder verla mejor, como ella ya se había delatado simplemente las abrió, dejó ver todo su sexo bajo la falda, teníamos una vista privilegiada del panorama. Entonces "D" se levantó de donde estaba y se sentó a su lado, ahora los dos estaban frente mío. Le dijo que la deseaba mucho, que hace tiempo la quería tener así, mientras iba subiendo su mano de la cintura a uno de sus senos, ella trató de quitar su mano, haciendo que sea algo un poco mas difícil, pero el no cedió. Le estrujaba el pecho con fuerza, como le gustaba a mi esposa. Veía como abría la boca en señal de excitación. Se dio cuenta de esto y lo hacia en ambos senos, intercalando de un lado para otro. Con la otra mano empezó a recorrer su muslo, fue subiendo hasta llegar a su concha, ella abría mas las piernas, se notaba que le gustaba.

Estuvieron un buen tiempo así, a tiempo que el la besaba y ella cada vez iba bajando mas del sillón, se chorreaba para darle mas espacio a los dedos que le iba metiendo.

El se detuvo y mi esposa ya gemía, se arrodilló a sus pies, levantó lo poco que quedaba de falda sobre sus muslos y comenzó a lamer su concha, ella le pasaba la mano por la cabeza, apretándolo contra ella, lo estaba gozando y ya no le importaba para nada el ruido que hacía.

Cuando se detuvo, mi esposa tenía una cara de excitación que me hacía recuerdo a las veces que teníamos relaciones en lugares públicos. No pude contener las ganas de sacar mi polla que ya estaba a punto de reventar en mi pantalón y darle un pequeño masaje.

Estando él parado frente a ella empezó a desvestirse y mi esposa le dijo que no lo hiciera porque cualquier momento yo podría salir. En ese momento le bajo el pantalón hasta los muslos junto con su ropa interior y empezó a chuparle la pija, lo hacía rápido y con fuerza. Ambos estaba muy excitados, a el tampoco ya le importaba el ruido que hacía durante la faena.

Cuando mi esposa se repuso lo primero que hizo antes que el reaccione fue darse la vuelta, se arrodillo en el sofá donde "D" estaba sentado a un principio dándome la espalda, quería que viera la cara que pondría, levantó su vestido hasta la cintura invitando a su ex a que la penetrara por atrás, invitación que entendió muy rápidamente y actuó en el instante. Las envestidas que le deba eran fuertes mientras le sobaba las tetas, ella no aguantaba la excitación que tenía encima, de rato en rato levantaba un poco la vista y fijaba la mirada en la rendija que había abierto para poderlos ver, tenía cara de perra y sabía que yo estaba disfrutando el espectáculo, y no se equivocaba, estaba con todas las ganas de unirme al show. Mientras, yo no podía evitar hacerme la paja, tenía el miembro tan duro, pero me faltaba donde meterlo. Nunca pensé que mi esposa se comportaría así sabiendo que la observaba.

El estaba alcanzando un orgasmo, pero decidió retirarse, le dijo que todavía no quería eyacular, porque quería seguir disfrutando a mi mujer. La hizo levantarse y darse vuelta con lo que el vestido volvió a cubrir su cintura y ella se acomodó lo desarreglado de su pecho. La cogió de su cintura y la llevó hasta la mesa del comedor, la levantó para que se sentara, ella se recorrió hasta el borde y levanto nuevamente su vestido, le agarró la verga a "D" y la puso en puertas de su concha, que ya se veía bien abierta y brillaba por todos los fluidos que estaba botando. Volvió a bombearla con fuerza, sus manos estaban bajo su vestido frotándole las tetas, ella no hacía mas que disfrutar la envestida. Al mismo tiempo yo llegaba al punto de eyacular en mi mano, era la paja mas deliciosa que jamás me había hecho.

Cuando "D" ya estaba por acabar sacó su pene de la concha de mi mujer y le llenó de semen la pierna, ella solo estaba esperando que terminara para levantarse de la mesa. Se bajo, arregló el mantel que estaba encima, se arregló ella, "D" se vestía con cara de satisfacción y con la seguridad total que nadie mas que ellos dos sabrían lo de ese día.

Se terminó de vestir y mi esposa le dijo que se fuera, que quería descansar, al momento de despedirse el le dijo que ya que lo hicieron una vez tendría que volverse a repetir, a lo que ella le contestó que era poco probable.

Le dio un beso en la mejilla porque mi esposa lo esquivó y salió. Al cerrar la puerta inmediatamente salí de la cocina, a pesar de la corrida que me di adentro tenía la verga dura y fuera del pantalón, cuando mi esposa se dio cuenta se acercó a mi, me abrazó y me dijo que si lo había disfrutado y que se sentía sucia, que no debería haber aceptado mi proposición, quise tranquilizarla, le dije que yo se lo había pedido, le agradecí por ceder y le pedí que no se sintiera mal, pero ella no quería que esto se quede así, me dijo que pensaría la forma de recompensarme lo de aquella noche.

Lo que paso luego fue uno de los mejores capítulos sexuales de mi vida, ella se dio cuenta y me dijo que realmente se notaba que me había gustado, fue desde entonces que hacemos cosas parecidas, las cuales ya les estaré contando en otros capítulos.