Mi esposa en vacaciones (2)

Yo jugaba a la ruleta mientras mi mujercita se dejaba seducir por ese tipo.

Hace unos días he publicado una carta enviada por un matrimonio amigo, Rodolfo y Diana, en la que nos cuentan como Rodolfo descubrió que se excitaba muchísimo al ver a su esposa con otro hombre, luego de varias charlas telefónicas arreglamos un encuentro en casa ya que me encontraba solo, pues mi querida mujercita estaba de viaje por Brasil haciendo de las suyas con un amiguito intimo al que espero conocer cuando vuelvan.

El hecho es que Rodolfo y Diana me visitaron el sábado por la noche, luego de una suculenta cena y de varias botellas de buen vino, terminamos los tres en mi habitación, por supuesto yo cogiendo a Diana mientras Rodolfo nos miraba y se masturbaba.

Luego de estar un par de horas a puro sexo les pedí que me contaran si habían tenido otras vivencias como la de Córdoba, los dos se miraron y Rodolfo comenzó a contarme lo que a continuación les transcribo mientras Diana se quitaba de las mejillas y de la comisura de sus labios los restos de esperma derramada por mi verga:

CUENTA RODOLFO:

Hace cosa de un mes aprovechamos para hacernos una escapadita a Mar del Plata por un fin de semana, quería arreglar algunas cositas del departamento y aproveché que también Diana tenía unos días libres.

Desde que partimos tenía la idea fija de ir al casino, es algo que me apasiona y no puedo pasar por Mar del Plata sin concurrir al menos un día, así que después de pasear todo el día, fuimos a cenar y derechito al Casino, pensaba jugar un par de horas y después ir a bailar con Diana a algún boliche por lo que le pedí que se vistiera bien elegante.

Diana es mas bien bajita, anda por 1,65, aunque no es gordita es rellenita, tiene buenos pechos, cintura pequeña, cola bien redonda y grande y unas piernas espectaculares, encima se puso unos zapatos de taco aguja que la obligaban a caminar sacando cola y tetas, llevaba puesto un vestido negro, muy corto por cierto que en su parte posterior dejaba su espalda totalmente desnuda y el escote en su parte delantera dejaba escapar un buen porcentaje de sus pechos blancos y suaves, demás esta decir que ese tipo de vestido es para usar sin sostén, aunque mi esposa hace tiempo dejo de usarlos.

Estaba realmente hermosa, se había alisado su cabello rubio y se había recortado apenas el flequillo haciendo que resalten aún mas sus ojos verdes.

Como siempre, apenas entré empecé a desesperarme por cambiar plata y metérme de lleno en la ruleta, así lo hice mientras mi esposa se acomodaba en un taburete de la barra y pedía al barman que le sirviera un whisky.

Mientras jugaba compulsivamente no presté la mínima atención a mi esposa, recién lo hice cuando noté que había perdido casi la totalidad de las fichas, ella ya había tomado tres medidas de whisky y empezaba con el cuarto, a su lado se había instalado un tipo alto, totalmente calvo y con unos bigotes tipo mostachos muy tupidos, llevaba una camisa de seda blanca desabrochada hasta la mitad de su pecho, orgulloso mostraba un físico musculoso y cubierto de bellos negros.

En ese momento sentí un cosquilleo en toda mi espalda, Diana conversaba con el muy animada sin preocuparse por saber que pasaba conmigo, quise concentrarme en el juego, pero ya no podía una nueva fantasía comenzaba a apoderase de mi y el deseo de observar como mi esposa era seducida pudo mas, dejé caer las ultimas fichas en cualquier número y ni siquiera escuché cuando cantaban otro número distinto al que había jugado.

Casi escondido entre la gente observaba como el tipo hacía que le sirvieran otra copa, vi como el apoyaba su mano en el hombro desnudo de mi esposa, vi como ella aceptaba sin chistar que el, parado a su lado frotara su bulto contra su rodilla, no pude evitar empezar a tener una erección cuando noté como se miraban y aunque no sabía que se decían era evidente que la seducción de uno por el otro empezaba a gestarse.

CUENTA DIANA

De mala gana acepté ir al Casino, no me gusta el juego, acepté por que Rody me prometió llevarme a bailar luego de la ruleta, lo que menos me imaginaba era que mi diversión empezaría a los pocos minutos de haber entrado.

Cuando me senté en la barra y pedí un whisky, noté que ese tipo, que se hacia llamar Nito no me quitaba los ojos de encima, no puedo negar que yo también lo miré, me gustó la elegancia para vestirse pero sobre todas las cosas me atrajo su cuerpo atlético y por demás peludo, su cabeza rapada y esos bigotes enormes le hacían una cara de atorrante único.

El me había visto llegar con Rody, pero le importó poco, era de esos hombres que están acostumbrados a tomar lo que quieren y que están continuamente seduciendo, se quedó mirándome fijamente y me guiñó un ojo, yo simplemente bajé mi vista para no parecer que me estaba entregando aunque la situación empezaba a excitarme, me calienta esa situación de levantarme un tipo a pocos metros de mi marido.

Con el segundo guiño le respondí con una sonrisa tímida y nuevamente bajé la cabeza mirando al piso, de repente vi unos zapatos que se detenían a mi lado, un perfume exquisito me invadió por completo y levanté levemente mi vista, pasé por sus rodillas, luego por sus muslos y me detuve apenas en su bajo vientre, no pude evitar empezar a mojarme al ver que dentro de esa bragueta había escondido algo potente y grande; seguí subiendo y una sonrisa provocativa estaba dibujada en su rostro, levantó su copa saludándome y se instalo a mi lado.

Los temas de conversación se sucedían rápidamente, era un seductor nato, dejaba que yo hable y miraba mis labios con deseos yo sentía que mi sangré empezaba a hervir, cuando apoyó su mano sobre mi hombro me empapé por completo creí tener un orgasmo cuando sentí su bulto duro apoyarse sobre mi rodilla.

Busqué con la mirada a mi marido y lo encontré entre un tumulto de gente, mirando como yo era seducida por un desconocido y disfrutando al ver como me entregaba, eso llegó a excitarme aún mas y sentir que de mi conchita hambrienta chorreaban líquidos a litros.

CUENTA RODOLFO

Necesitaba encontrar un pretexto par acercarme y ver que estaba sucediendo, tenía ganas de correr al baño y masturbarme imaginando a mi mujercita cogiendo con el tipo, me acerqué lentamente tratando de disimular que tenía una erección total y cuando estuve a su lado le dije a mi esposa que me diera algo de dinero, ella me dijo que no tenía y que tampoco me prestaría para que juegue.

Pero sucedió algo inesperado, el pelado sacó cien pesos de su bolsillo y me los dio, me dijo que jugara y que ganara para poder devolvérselo, me fui corriendo a la ventanilla a cambiar el dinero por fichas, me cerraba todo, yo podría jugar y observar como el terminaba de levantarse a mi esposa mientras le daba tiempo a ellos a seguir calentándose.

Mi mala suerte siguió, cuando perdí la última ficha noté que el pelado me estaba mirando, le hice el gesto de un desahuciado y caminé hacia ellos, Diana me miraba despectivamente y de repente los dos empezaron a caminar hacia la puerta de salida tomados de la mano, noté que el barman y los empleados me miraba y se mofaban de mi, fue en ese momento que me percaté que era un reverendo cornudo y que todos se daban cuenta, un tipo se estaba llevando a mi esposa delante de mis narices y yo no atinaba a detenerlo, quizá por que era el momento de mi mayor excitación, me encantaba vivir esa situación.

Diana apenas se sostenía, estaba totalmente borracha y cuando el pelado la abrazó por la cintura ella pasó su brazo por sobre los hombros de el, bajaron las escaleras y se dirigieron hacia la playa, a pesar del frío invernal, los dos llevaban los abrigos en la mano, yo los seguía aproximadamente a diez metros, en la oscuridad de la noche vi como el pelado deslizaba su mano hacia abajo, acarició los glúteos de mi esposa y levantó la falda metiendo su mano por debajo, con un movimiento brusco y rápido dejó caer algo, llegué detrás y levanté lo que había tirado, era la tanguita negra de Diana, el hijo de puta se la había arrancado de un tirón y la había dejado caer para que yo viera lo que le esperaba a mi querida mujercita.

Una vez en la arena se metieron dentro de una carpa, sus cuerpos se estrecharon uno contra otro y cerré los ojos disfrutando el hermoso panorama, cuando los abrí, Diana ya estaba arrodillada, sus manos intrépidas buscaban desabrochar el pantalón de su macho buscando ansiosa el miembro que la haría disfrutar.

Vi como se la chupaba enardecida, furiosa, loca de calentura, su boca se tragaba entera esa pija gorda y cabezona, luego la soltaba y usaba su lengua para recorrer cada centímetro de su tronco hasta succionar los huevos con fuerza.

Los gemidos del tipo anunciaban que estaba a punto de presenciar como mi mujercita era capaz de tragarse toda la esperma hirviente de un desconocido y así fue, la muy puta no dejó caer una sola gota, vi como con su boca llena de semen se relamía y lo saboreaba gustosa para luego dejarlo deslizar por su garganta

CUENTA DIANA

Nito le dio el dinero para sacárselo de encima, ya habíamos hablado de dejar a Rody en el Casino o en el departamento e irnos a pasar la noche juntos, yo ardía de deseos de tener ese enorme bulto entre mis piernas, pero mi marido estaba mas pesado que nunca y encima perdió todo al instante.

Nito no aguantó mas y me dijo que nos fuéramos sin prestar atención lo que hacia mi cornudito, yo lo seguía ansiosa por vivir algo nuevo y además no tenía mucho poder de decisión, pues apenas me mantenía en pie y no podía coordinar mis palabras, de manera que me aferré de la mano de Nito y me dejé llevar.

El me abrazó por la cintura y me apretó con fuerza contra su cuerpo, yo pasé mi brazo por sobre sus hombros y así me mantenía mas erguida, con placer sentí su mano bajar por mis caderas y luego posarse en mi culo, mayor placer me produjo cuando sentí que sus dedos levantaban mi falda para dejar que su mano se metiera por debajo, fue excitante sentir que ese macho hambriento de sexo me arrancaba de un tirón la tanga y la dejaba caer para que el cornudo de mi marido la recoja y se pajee excitado.

Seguimos caminando, yo disfrutando como los dedos de Nito se deslizaban entre mis glúteos frotando mi orificio anal, de repente sentí como su dedo mayor empujaba y se metía hasta la mitad dentro de mi ano, era hermoso sentir como me cogía con su dedo a tal punto que le pedí que usara otro dedo mas, el lo hizo y acabé por primera vez en esa noche.

Miré por sobre mis hombros y noté que Rody nos seguía, quería asegurarme que viera como se iban a coger a su esposa y como yo iba a disfrutar probando una verga nueva.

Nos metimos dentro de una carpa y empezamos a besarnos, mi mano ansiosa fue directamente a su bulto duro, caliente y prominente, desesperada por la calentura me dejé caer de rodillas y desabroché su pantalón con furiosa calentura, de repente encontré frente a mi ojos una verga hermosa, bien gorda y cabezona, totalmente parada con sus venas hinchadas que la recorrían desde sus testículos hasta el glande, simplemente abrí mi boca y me la tragué completa, fue tan brusco que casi vomito al sentir su cabezota presionar en mi campanilla, estaba desesperada por hacerlo, deseaba como nunca chupar esa verga que apenas cabía en mi boca, su sabor era exquisito y no pude detener mi mano que se instaló entre mis piernas para que mis dedos empiecen a jugar sobre mi clítoris.

A escasos metros se había parado Rody, no trataba de ocultarse, simplemente miraba jadeante y se frotaba la entrepierna extasiado, me gustaba saber que estaba ahí, me gustaba que me viera mamando otra verga, era algo que me sacaba de mi notablemente a tal punto que empecé a autopenetrarme con mis dedos.

Sentí que la verga de Nito empezaba a latir y sus venas se hincharon aún mas, el aferró mis cabellos con fuerza y me apretó contra su vientre, sentí su glande llegar hasta lo mas profundo de mi garganta, hice fuerza y la fui soltando quedándome únicamente con su cabezota dentro de mi boca, la chupeteaba rápidamente y con fuerza, su leche comenzó a salir a borbotones, me inundaba la boca y yo me tragaba todo, no sin antes saborear y disfrutar ese manjar exquisito.

CUENTA RODOLFO

Estaba viviendo algo emocionante, era la segunda vez que veía a mi esposa con otra verga en la boca y no dejaba de asombrarme, era tan puta, tan viciosa y a la vez tan angelical y hermosa que a veces creía que estaba poseída.

El tipo seguía con su verga completamente parada, la sostenía con su mano y golpeteaba la cara de mi esposa con su glande enorme, ella sin dejar de masturbarse trataba de atraparla nuevamente con su boca abierta.

El la levantó y dándola vueltas la hizo inclinar hacia delante, Diana apoyó sus manos sobre el espaldar de una silla de mimbre, el tipo se colocó detrás y empezó a jugar con la pija entre las piernas de mi mujercita, de repente empujó hacia delante y escuché a mi esposa como lanzaba exclamaciones de placer.

¡¡¡¡¡¡ aaaaahhhhhhhgggggggg, que cosa tan hermosa ¡!!!! –

¡¡¡¡¡¡ Te gusta puta, como te calienta mi verga ¡!!!!!!- gritaba el tipo mientras la cogía.

¡¡¡¡¡¡ damela toda ¡!!!!!!- gritaba Diana.

Cada vez que el embestía con su verga dura ella se tiraba hacia atrás de manera que la poronga sea enterrada hasta lo mas profundo de su cavidad, los gritos y jadeos inundaban la noche tranquila. De repente un ruido que no provenía de ellos hizo que agudizara mi vista, a escasos metros de ellos, un borracho que bebía de una botella de vodka los miraba excitado, había sacado su verga y comenzaba a masturbarse, Diana ya lo había divisado y no parecía molestarle la presencia del vagabundo.

Mientras mi mujercita recibía dichosa y gustosa la verga del pelado, no aguanté mas y saqué mi pija, sin importarme lo que pensaran ellos empecé a hacerme la paja, miraba el rostro de Diana, una sonrisa placentera se había dibujado en ella, me encantaba y me excitaba verla gozar de esa manera.

Nito gruñía como un salvaje, sus embestidas eran violentas y los gemidos de mi esposa se transformaron en gritos de excitación, el pelado aferraba los cabellos de Diana con su mano izquierda haciendo que ella mantenga la cabeza en alto y su espalda arqueada, levantó su mano derecha y llamó al borracho que sin dejar de masturbarse se acercaba a ellos.

¡¡vení borracho de mierda, metele la vega en la boca!!! – le grito con furia.

Mmmmmmssssssssiiiiiiiiiiiiiiii – dijo el borracho balbuceando.

¡¡¡ NOOOOOO, POR FAVOR !!! –grito Diana, no muy convencida.

¡¡ CALLATE PUTA Y CHUPATE ESA PIJA SUCIA !! Gritaba el pelado.

Diana lucho por evitar que el maloliente borracho le metiera la pija en la boca, estaba a punto de intervenir y salvarla de tal abuso, veía a mi mujercita siendo sometida a tal bajeza que por un momento estuve a punto de golpear al borracho, pero también vi que ella ya no ofrecía resistencia, a pesar que gritaba que le daba asco y que el olor era insoportable, le mamaba la verga al linyera sin parar, gemía como cuando me la chupa a mi y le aferraba su tronco con fuerza como si quisiera evitar que se le escape.

CUENTA DIANA

Pensé que luego de tragarme toda la leche de Nito, terminaría todo ahí, ya me veía cogiendo aburridamente de nuevo con mi marido, sentía como por mis piernas bajaban y bajaban líquidos, necesitaba urgente una buena porción de pija, por suerte Nito era de esos machos de los que hay pocos, a pesar de haberlo exprimido, su poronga seguía erecta, dura y caliente.

Me hizo dar vueltas y apoyarme en el espaldar de una silla, abrió mis piernas y de un solo envión me la metió hasta el fondo, ¡que placer tan hermoso fue sentir ese pedazo de tripa gorda que me penetraba entera, empecé a acompañar sus movimientos bruscos con ganas, mas me excitaba ver a Rody que se pajeaba enloquecido, había sacado su lengua por el costado de la boca y su mano iba y venía con una rapidez espantosa.

A escasos metros nuestro, un linyera borracho se pajeaba, también me gustaba y me excitaba verlo, me sentía la mas puta, la mas morbosa y mis orgasmos se sucedían uno tras otro como una metralleta.

No me di cuenta que Nito llamaba al borracho, cuando lo vi acercarse pija en mano apuntando hacia mi, sentí miedo por lo que vendría, vi que mi marido no atinaba a nada, solo miraba y seguía con la paja, sin darme cuenta empecé a moverme con mas fuerza, la pija del linyera estaba a escasos centímetros de mi cara y pude sentir un olor nauseabundo a orina de varios días.

Nito me aferraba de mi cabello con fuerza manteniendo mi cara al frente, no podía apartar mi cabeza que estaba bien levantada y sentí como la cabeza de la verga del borracho me rozaba los labios, un gusto agrio y amargo invadió mi boca, sentí verdaderas arcadas del asco que me daba al tener una verga tan sucia cerca de mi boca, el borracho apoyó su pija en mis labios con mas fuerza y su glande entro en mi boca, trate en vano usando mi lengua empujarla fuera de mis fauces, pero no hice mas que lamer la ranura de su poronga, otro empujón mas y la mitad de su chota entró ocupando mi boca.

Lentamente dejé de resistir y empecé a mamarla con gusto, el gusto agrio y asqueroso se transformó en algo exquisito y excitante, empezaba a volverme loca, estaba siendo sometida a lo mas vil, a lo mas sucio, sin embargo estaba gozando como una verdear puta, me encantaba ver a mi esposo como miraba y disfrutaba a pesar de sus ojos desorbitados de rabia por verme gozar de esa manera.

Primero fue el linyera, me llenó la boca de su leche caliente, luego fue Nito que acabó gritando y gimiendo como un salvaje, yo había acabado una infinidad de veces, no se cuantas, pero estaba satisfecha, mi amante se levantó los pantalones y se alejó, al pasar por al lado de Rody lo palmeó en el hombro y lo felicitó por su mujercita, pensé que estaba todo terminado, pero el borracho quería seguir disfrutando de mi, se colocó detrás de mí y me obligó a inclinarme nuevamente, Rody que se acercaba se detuvo abriendo los ojos asombrados.

No dije nada, mi argolla estaba bien abierta y no me dolería la penetración del linyera, estaba dispuesta a dejarlo disfrutar un rato mas, empezó a frotar su verga por mi concha inundada de leche, pero de repente sentí que su pija hacía una fuerte presión sobre mi ano, quise resistirme pero el linyera había aprendido de Nito y me aferró de nuevo por el pelo evitando que pueda moverme, miré a mi esposo con un gesto de súplica para que viniera a mi auxilio, pero creo que el estaba mas ansioso en ver como el borracho me partía el culo que en salvarme.

Bruto, cruel, desalmado y salvaje, el linyera me penetró de un solo envión, mis gritos de dolor invadieron la playa, empezó a bombear con fuerza y violencia, mi orificio anal se fue dilatando y de repente empecé a sentir placer, ya no era tan malo y mis gemidos indicaron que ya recibía gustosa la pija del tipo.

Rody se acercó respirando agitadamente y con sus dos manos aferró mi rostro, su boca se pegó a la mía y su lengua se encontró con mi legua, no le importó que aún tenga restos de semen del borracho, los compartió conmigo y también se trago su parte, me hizo hervir de calentura al ver que mi esposo gozaba tanto como yo de mis cogidas, entre gritos y sacudones el linyera me llenó el culo de leche, sacó su verga y la froto contra mis glúteos limpiándola, luego volvió a su rincón original y dejándose caer se quedó dormido.

Rody no dejaba de besarme, nuevamente sacó su verga y volviendo a hacerse la paja se colocó detrás de mí, se arrodilló y comenzó a lamerme la concha, luego me penetró con su lengua por el culo y así estuvo casi cinco minutos, limpiándome de todo vestigio de leche, me encantaba ver como mi maridito se tragaba la leche de los machos que recién me habían cogido.

Una vez limpia, me acomodé mi vestidito negro y lentamente nos fuimos caminando abrazaditos como dos enamorados.

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