Mi esposa en un piso de estudiantes

Esta es la historia de cómo mi esposa y yo acabamos en un piso de estudiantes

Me llamo Diego, tengo 30 años y me case hace 5 años con María, que actualmente tiene 29 años.

Muchos familiares y amigos nos decían que por que nos casábamos tan jóvenes y siempre respondíamos los mismo nos queríamos… y nos seguimos queriendo.

Cuando nos casamos nos tuvimos que ir de alquiler a un estudio muy pequeño ya que no estábamos para tirar cohetes de dinero. Ella era la única que trabajaba, había terminado la carrera de fisioterapia y había encontrado trabajo en una consulta de una profesora suya en la misma ciudad en la que vivíamos. Yo en cambio aún seguía estudiando arquitectura.

María, a pesar de gustarle el trabajo que tenía, no ganaba mucho dinero, ya que cobraba un porcentaje de los pacientes que le derivaba su jefa. Además, tenía que trabajar muchas horas para que le quedara un sueldo aceptable. Con el paso de los meses yo veía que cada vez estaba más agotada, de peor humor y nunca tenía ganas de salir. Esto se repetía día tras día.

Un día por la noche mientras estábamos en la cama le pregunte:

Yo: ¿Qué tal el día cariño?

María: puff!! como todos los días, nada nuevo que destacar

Yo: Ya… ¿has tenido mucho lio hoy?

María: Si

Yo: El trabajo este va a acabar contigo preciosa, estas currando muchas horas y te veo triste últimamente.

María se dio la vuelta y me miro a los ojos.

María: No es que esté triste, simplemente llego muy cansada todos los días.

Yo: Lo sé preciosa

María: Cuando estaba estudiando yo me veía trabajando en un gran hospital… y mírame donde estoy, en una maldita consulta trabajando por cuatro duros.

Yo: Bueno, pero acabas de empezar, seguro que la mayoría de tus compañeros ni están trabajando, además intenta buscar algo en algún hospital a lo mejor…

María: No es así tan sencillo, hay que presentarse a unas oposiciones, estudiar mucho, aprobarlas y arrasar con la nota, porque saldrían muy pocas plazas y habría miles de personas intentando conseguir el puesto

Yo: ¿y cuál es el problema? Preséntate.

María: Por favor Diego deja de decir tonterías que es muy tarde y mañana tengo que madrugar.

Yo: Te lo estoy diciendo completamente en serio.

María: ¿Pero no ves que no tengo tiempo para nada? ¿Qué quieres que haga dejar el trabajo para estudiar? ¿Y de que vivimos?

Yo: Al lado de mi facultad hay un taller buscando a alguien que le lleve los números, podría preguntar mañana y ver si puedo trabajar por las tardes. Así podría compatibilizarlo con mis clases.

María no puedo evitar reírse

María: ¿los números de un taller?, que sabrás tú de eso.

A mí me salió también una sonrisa, nos dimos un beso y la deje que descansara.

Al día siguiente cuando salí de la facultad me pase por el taller en cuestión, a pesar de no tener muy claro cuál iba ser el trabajo le eche valor y allí que me planté. El dueño no estaba muy convencido, pero cuando acepté sus míseras condiciones no puso tantos problemas. Estaba deseando ver a María para darle la notica, esperé a que estuviéramos en la cama para decírselo.

Yo: Ya tengo mi primer trabajo, ahora te toca a ti decirle a tu jefa que te deje las tardes o las mañanas libres.

María: Que graciosillo eres

Yo: jajaja, ¿graciosillo? Te lo digo en serio María. He estado esta tarde y el dueño al principio no estaba muy convencido, pero cuando le he dicho que estaba estudiando arquitectura le cambio la cara. No es mucho dinero tampoco, pero nos vendrá bien, lo he hecho por ti, por los dos.

María se acercó y me dio un cariñoso beso en los labios.

María: Que tontito eres cielo

Comenzamos a besarnos y ella poco a poco empezó a tocarme por encima de la polla, a mí me pillo un poco fuera de juego ya que no acostumbrábamos a hacerlo entre semana, se sentó encima mía y se quitó su camiseta de una forma muy sensual dejándome al descubierto sus perfectas tetas, yo me quede embobado mirándolas.

María: ¿Te gustan? Pues a que esperas para comértelas.

Aquello me sí que me pilló desprevenido, ¿comerselas?, María siempre ha sido una persona muy educada y en la cama suele ser una persona más bien tradicional, pero cada cierto tiempo, una de cada siete u ocho veces que lo hacemos se vuelve mucho más caliente y fogosa. Parecía que esa noche era una de estas últimas.

Aprovecho para describirla, María mide 1.68 m, muy guapa, morena tanto su pelo como su piel, los ojos marrones, el pelo lo lleva por el hombro, tiene buenos pechos, pero sin duda lo mejor que tiene ese es culo perfecto que le ha dado dios. No voy a poner fotos de ella, pero para que os hagáis una idea se parece a la actriz porno Luccia Reyes (su cuerpo es exactamente igual y de cara creo que María es más guapa). Hecho este inciso continuo.

Yo no me lo pensé dos veces y me lancé a por sus pechos, comencé besándoles los pezones mientras que con mis dos manos acariciaba su precioso culito. María no parecía que tuviera ganas de perder el tiempo en preliminares, se hecho a un lado y me bajo de un tirón los calzoncillos hasta las rodillas, pero entre que lo acelerado que se había dado todo y porque no decirlo, la paja que me había hecho en la ducha, aquello no estaba ni al 50%

María: ¡Vaya!!  Parece que tu pollita no tiene las mismas ganas que yo.

María se puso de rodillas junto a mí, se agachó y de una vez se metió toda mi polla aun flácida en la boca, empezó a succionar y hacer ruido con su lengua para calentarme, en menos de treinta segundos ya la tenía erecta. María sin perder el tiempo se incorporó y se dejó caer poco a poco sobre mi polla, veía como entraba completamente en su coño hasta quedar sentada completamente sobre mí.

Comenzó a cabalgarme muy rápido y a jadear muy fuerte parecía que se iba a correr en cualquier momento, pero aflojaba el ritmo y tras unos segundos volvía a acelerarlo. Así pasamos más de diez minutos

María: ¿Venga cariño no quieres correrte? ¿no te gusta cómo te estoy follando?

Yo por más que me concentraba no había forma de correrme, maldije aquella maldita baja que me hice unas horas antes. Mientras seguíamos follando María me habló al oído.

María: ¿Sabes que cariño? esta tarde me ha pasado una cosa muy fuerte con un paciente. A última hora de la tarde mi jefa tuvo que salir y que quede con el último paciente suyo.

Yo: Si, ¿y qué?

María: Se llamaba Fermín, tendría sobre 45 años, venía con pantalones cortos y camiseta de deporte, se conservaba bastante bien. Venia porque tenía los aductores sobrecargados, ¿sabes dónde están los aductores cariño?

María extendió sus brazos por su espada y empezó a tocarme suavemente los aductores mientras con sus deditos rozaba mis huevos.

Yo: Claro que se dónde están.

María: Le dije que se tenía que quitar los pantalones y tumbarse boca arriba en la camilla, pero me dijo que no llevaba calzoncillos porque le hacían cebaduras, que Luisa, mi jefa, le ponía una toalla. Le dije que no había problema que se fuera tumbando en la camilla, fui al estante donde estaban las toallas y cuando me gire de nuevo…

Yo: ¿le vistes la polla?

María: No cari, no le vi la polla… le vi el pollón que tenía.

Que María hablara de esa forma hacía que se pusiera como una moto. María se acercó hacia mi oído y empezó a relatarme.

María: Le puse la toalla encima de aquello y comencé con el tratamiento, Fermín estaba con los ojos cerrados relajado con la música y yo mientras me esforzaba con los aductores. Los tenía durísimos, como si llevara haciendo deporte desde que era joven. Me fui acercando cada vez más por la parte interior de los muslos y supongo que involuntariamente a Fermín se le empezó a poner la polla dura. Yo estaba muy caliente cariño y no te enfades con esto que te voy a contar.

Yo: Joder María estoy que voy a reventar, me voy a correr ya.

María: Subí mis dos manos y le cogí el pollón…

Yo: Aaaahgg, ¡¡dios María me corroooo!!

Y estallé, me corrí como hacía tiempo que no lo hacía en el interior de María.

María se levantó en dirección a la cómoda que tenemos en el cuarto y puede contemplarla completamente desnuda, vaya cuerpazo que tenía. Se encendió un cigarro y mientras le daba una calada, desnuda como estaba, me miro y me dijo.

María: Se muy bien cómo hacer que te corras, solo tengo que contarte una de mis historias ya está.

Yo: Si María, no veas como me ponen esas historias que te inventas.

María le salió una carcajada, hizo una pausa le volvió a dar una calada al cigarro y mientras iba desnuda para el cuarto de baño dijo.

María: Cariño casi todo lo que te he contado ha pasado de verdad.

Yo me quede pensando si aquello lo había dicho porque aún estaba caliente o por seguir con el juego, pero dudaba mucho que hiciera algo así. A los diez minutos salió del baño con su pijama ya puesto y se tumbó en la cama junto a mí.

Yo: ¿Oye que ha pasado hoy con el tal Fermín?

María: Nada cariño, ¿qué crees que iba hacer?

Yo: ¡Joder! No se dímelo tú, me has dicho que le cogiste la polla

María: jajaj, cari estábamos jugando. ¿Cómo le voy a coger la polla? Si es cierto que se la vi en un descuido cuando me giré, pero ya está.

Yo: ¿O sea que de pollón nada no?

María: jeje, anda duérmete ya que con tanto ajetreo se nos ha hecho demasiado tarde.

No le quise insistir más sobre la herramienta del tal Fermín. A los cinco minutos llame la atención de María con el codo.

Yo: ¡Oye, acuérdate mañana de hablar con tu jefa eh!!

María: Sii, no te preocupes que lo haré cari.

Al día siguiente, como de costumbre, María se fue al trabajo y yo a la facultad.

Empezaba a estar cansado de la maldita carrera en la que me había metido, llevaba seis años y los que me quedaban. Encima el mercado laboral estaba hecho una autentica mierda, ¿dónde iba a trabajar una vez terminara?, ¿merecía la pena perder tantos años para luego nada?, todo esto siempre me rondaba la cabeza día tras día. A todo esto, había que sumarle que en menos de una semana empezaba también a trabajar por las tardes, quizás, aquello si me vendría bien para ganar algo de dinero y sentirme realizado.

Por la tarde María me mandó un mensaje

Mensaje de María: Diegooo buenas noticias. ¡He hablado con Luisa y desde mañana me deja las tardes libres!

A los 5 minutos me volvió a mandar otro mensaje.

Mensaje de María: llegaré a casa sobre las 21:30, hazme la cena cariiiiii, Un beso.

Como me había ordenado, a las 21:30 ya tenía la cena hecha y esperaba a que apareciera María por la puerta, tras como entró, parecía otra persona. Venía sonriente, radiante y feliz. Parecía que le habían quitado una condena perpetua. Me dio un beso en los labios, se sentó a la mesa y nos pusimos a cenar.

María: Que bien cari, al fin tengo tiempo libre.

Yo: jeje, ¿cómo que tiempo libre? Ahora a estudiar para las oposiciones.

María: Por supuesto, ¿pero déjame que disfrute lo que queda de semana al menos no? – mientras decía esto ponía carita de pena—

Yo: Bueno anda, te lo mereces. ¿Oye y al final como fue la charla con tu jefa?

María: Pues va a reorganizar su agenda de manera que ella esté por la mañana todos los días y a mí me dejará a cargo de la clínica todas las tardes, así ella también dispone de las tardes para sus cosas.

Terminamos de cenar y nos quedamos en el salón viendo una peli hasta que nos quedamos los dos dormidos en el sofá

Esa semana pasamos muchas horas juntos, salimos por las tardes, fuimos al cine, quedamos con los amigos a tomarnos algo por ahí, … parecíamos una parejita que se acababa de conocer.  Llegó la noche del domingo, me encontraba muy nervioso por el cambio que habíamos hecho en nuestras vidas, María con lo de prepararse unas oposiciones y yo por empezar a currar, solo puede dormir unas horas en toda la noche. Me desperté temprano, me duche, desayune y a las 8:30 cerraba la puerta del piso camino a afrontar aquel día… Doce horas después me encontraba de nuevo ante aquella fea y vieja puerta de nuestro estudio. Cuando abrí la puerta me recibió María muy cariñosa

María: Hola guapo, ¿qué tal tu primer día de curro?

Yo: Pues muy bien, no es muy complicado lo que tengo que hacer, contabilizar las horas diarias de los trabajadores según el cliente, llevar al día el almacén, facturar las reparaciones, etc.

María: Que bien, me alegro mucho de que te haya ido todo perfecto.

Yo: ¿Y tú qué? ¿has estudiado mucho?

María: Que va, estoy súper perdida. No sé ni por dónde empezar.

Yo: Bueno no te agobies, acabas de empezar.

Pasaron varios días, en los que parecía que ya nos habíamos acomodado en nuestras nuevas tareas. El jueves por la noche me metí en el baño para ducharme, le di al agua caliente mientras me quitaba la ropa, me metí en la ducha y comencé a enjabonarme. En ese momento entro María con su móvil en la mano, venía riéndose, mientras no apartaba la vista del aparato se quitó su pantalón, el jersey y una camiseta corta que llevaba por el interior. Se quedó solo con sus braguitas y sujetador, puso el móvil en el mueble del lavabo cogió su cepillo de dientes, hecho un poco de crema y se puso a lavarse los dientes arqueándose su precioso cuerpo hacia adelante. Se esmeraba en cepillarse los dientes y eso hacía que su fabuloso culo se moviera como si estuviera bailando zamba. Que buena estaba la hija de puta pensaba, a veces no me creía como un tío como yo tan normal y corriente podía estar con una tía tan jodidamente buena.

María escupió la pasta de dientes y se enjuagó la boca, se fue dirección al inodoro se bajó sus braguitas y se sentó a orinar. A los pocos minutos me salí de la ducha y me echaba una toalla por encima cuando María de pronto llamó mi atención sin dejar de mirar su móvil.

María: ¿Oye a que no sabes quien ha pasado oficialmente a ser paciente mío?

Yo: No sé, ¿Quién?

María: ¡!Fermín!!—lo decía mientras se le escapaba una sonrisita picara—

Yo: ¿Fermín? ¿El polludo??

María: jajaja, que bruto eres. Pues resulta que solo puede algunos días por de la tarde a partir de las ocho, así que mi jefa me lo ha dejado para mí a partir de ahora

Yo en ese instante dejé caer la toalla y la puse mi polla a escasos centímetros de su cara y le dije

Yo: Aquí tienes a tu polludo

María dejo de mirar el móvil y me miro la polla

María: jeje, no cari tu eres mi pollita.

Se acercó y me dio un beso en la punta y prosiguió mirando su móvil como antes.  Yo bajé mi mano al retrete, buscando su coño y cuando lo pude tocar, con los cuatro dedos de la mano apreté hacia arriba.

María: ahhaag!! ¡Cabrón que no me lo esperaba!!

Que morbo me dio tocarle el coño así, lo tenía aún muy caliente y todavía húmedo de haber orinado hacia unos minutos, empecé a masturbarla y ella se dejaba hacer.

Apretaba y movía mis dedos entre sus labios y empecé con el dedo pulgar a acariciarle el clítoris. Ella estaba muy cachonda, como si ya se hubiera estado tocando antes de que apareciera por el baño. María por fin soltó el móvil en el suelo, se echó para adelante, puso sus dos manitas por mis rodillas y se metió mi polla entera en la boca, se la sacó y empezó con la legua a darle lengüetazos por la punta, volvió a metérsela en la boca y comenzó a moverse muy rápido mientras se trabaja mi polla, cada vez me iba creciendo más y más la polla, pero para María eso no era ningún problema.

En un momento mire hacia su móvil que yacía en el suelo y todavía tenía la pantalla encendida. Por lo poco que pude ver antes de que se apagara la pantalla parecía que era una conversación de wasap, no le preste la más mínima atención.

Yo estaba ya con la polla durísima, seguía masturbando a maría mientras que con la otra mano le cogí su cabeza para guiarle con la mamada que me estaba haciendo. María se la sacaba entera, abría su boquita durante varios segundos y se la metía completamente entera hasta que su barbilla chocaba en mis huevos, permanecía ahí varios segundos y se la volvía a sacar, este movimiento empecé a hacerlo cada vez más con más ritmo mientras empecé a masturbar a María también más rápido. María se saca mi polla de la boca y dijo

Maria: dios que gusto, me voy a correr como sigas tocándome así cabrón.

Se volvió a meter mi polla en su boca hasta la garganta y ahí se quedó quieta, yo seguía empujando y haciendo leves movimientos como queriendo seguir metiendo mi polla más adentro. Yo veía que María estaba a punto de correrse. María, mientras tenía toda mi polla en la boca, empezó a sacar su lengua por debajo y empezaba a chuparme los huevos, pensé: Dios como cojones podía hacer eso.

Yo: Te vas correr para mí a que si

María: mmmmajammm – intentaba hablar y asentía con la cabeza

Yo: Que bien la chupas, eres la mejor chupapollas de la ciudad

María: mmmiiimm

Yo seguí varios segundos más hasta que María se hecho hacia atrás, soltándome la polla.

María: aaahgghh, dios me corro!!! Ufff

Yo no dejaba de masturbarla con el mismo ímpetu con el que estaba hasta ahora.

María: aaahrra, dios cariño yaaa, aaahha dios que bueno ya esta!!!

María se recostó completamente hacia atrás. Me cogió la polla y empezó a pajearme bastante rápido para que me corriera, tras varios minutos María ya estaba cansada

María: ¡Venga carii córrete ya!!

Yo le quité su mano y me cogí la polla y empecé a pajearme bastante rápido mientras le cogía un pecho. Ella estaba de vuelta con su móvil prestándome poca atención. Minutos después estaba a punto de correrme acerque mi polla a su boca y María se percató.

María: eh, eh, ni se te ocurra, coge un papel.

Tuve que coger un papel y en varias sacudidas más ya me había corrido. Me volví a meter rápidamente en la ducha y me pegué un duchado rápido. María se quitaba la poca ropa que tenía y cuando yo salí se metía ella en la ducha. El deje allí y me fui a la cama

Cuando estaba allí tumbado a oscuras empecé a darle vueltas un poco al coco -- ¿porque estaba María tan caliente hoy?, se me vino a la mente el tal Fermín ese, las dos veces que María había coincidido con él se ponía muy caliente. No podía ser que María tuviera algo con ese tío, que coño estoy pensando, ni con ese tío ni con nadie, la conozco desde hace muchos años y no es de ese tipo de tías, serán paranoias mías. Entre María y yo siempre ha habido mucha confianza y nunca ha habido secretos entre nosotros. Hablábamos de cualquier cosa con total confianza, de sus problemas, de lo bueno que estaban los tíos o las tías que veíamos por ahí, hasta sabíamos las contraseñas del correo, de Facebook, del móvil…—

De pronto me sobresalté, ¡joder con quien coño estaba hablando por el wasap antes!?, tenía que cogerle el móvil y averiguarlo. De pronto escuché la puerta del baño abrirse e hice como que estaba dormido. María se tumbó junto a mí y me dijo.

María: Cari, no es normal que tardes tanto tiempo en correrte y a veces incluso ni llegues a ello, tenemos que buscar una solución a ese problemilla.

Yo me hice el dormido e hice como que no escuche nada. Quería averiguar lo del maldito móvil. Mi plan era levantarme mucho más temprano que ella y fisgonear en su wasap.

Eran las 6:00 de la mañana y ya estaba en planta, no quise encender la luz del cuarto para no despertar a María, aunque por su respiración se notaba que dormía profundamente. Encendí la luz del baño y me dispuse a coger su móvil de la mesita de noche, me metí en el baño y cerré el pestillo de la puerta.

Abrí la aplicación de wasap, me fui a contactos y buscaba: F,F,F, Fermín, Fermín,… allí no había ningún Fermín. Me fui a conversaciones y empecé a buscar: Ana, Mamá, Diego, Paula prima, Luisa, … pero ni rastro de ningún Fermín.

Abrí la primera conversación con su amiga Ana. Ana es la mejor amiga de María, se conocen de haber estudiado juntas la carrera, desde el primer año hicieron buenas migas y pasaron muchas horas juntas, estudiando, preparando exámenes, saliendo por ahí, etc. A lo largo de estos años se han hecho uña y carne.

Él último mensaje era de anoche, empecé a subir por la conversación para ver donde empezaba.

Ana: ¿Hola guapa que haces?

María: Hola Anita, pues aquí viendo la tele. ¿Y tú?

Ana: Nada tía, solo era para decirte que este sábado ligué, jijiji

María: Cuenta, cuenta

Ana: Pues nada lo conocí en una discoteca y me lie con él… bien liada.

María: ¡Pero que zorri eres!!

Ana: jiji

María: ¿Cómo de bien liada?

Ana: Hija tú me entiendes, … que follamos

María: ¿Sin conocerlo de nada te lo llegaste a follar??

Ana: SIIII, el tipo estaba tremendo tía.

María: jeje, que viciosilla eres

Ana: Que quieres tía, algunas todavía tenemos que buscar por ahí, tu como ya tienes al buenazo de Diego.

María: jeje, Si yo ya pillé a mi macho.

Ana: Sí y muy envidiosa que estoy… si no fuera por su pollita.

María: jajajajajaj, tia no le digas más así que te lo conté en confianza, además ya me lo has pegado… ya le he llamado así en varias ocasiones.

Ana: jajajajaj, ¿en serio?

María: Sii, cuando nos hemos calentado más de la cuenta.

Ana: jijiji, ¿está ahora ahí contigo?

María: No, se está duchando.

Ana: Se estará lavando y tocándose su pollita pensando en ti

María: Puede ser, ¿quieres que vaya a comprobarlo?

Ana: Mmmm… interesante, venga ve

María: Se está duchando y no se está tocando cochina, jijij

Ana: Ooooh que pena, quería que lo pillaras en plena faena.

María: Pues te quedas con las ganas

Ana: ¿Y cómo la tiene ahora?

María: pequeñita, jijij ¿quieres que le haga una foto y te la mando?

Ana: ¿Queee? Tú no eres capaz

María: Si, espera a ver si puedo sin que me pille

Tras varios minutos, le mando la foto, cuando la abría ahí aparecía yo, la foto estaba tomada desde un lateral, se veía que la había echado mientras estaba sentada en el inodoro. En la foto no se veía mi cara porque tenía los brazos levantados, había aprovechado mientras me lavaba la cabeza, se veía algo borroso por el vapor de agua, pero aun así se podía ver mi polla, que efectivamente en su estado de reposo no se veía muy grande.

Ana: Ohhhh, que mona es.

María: ¡Oye, ahora la borras ehh!

Ana: Sii tía no te preocupes.

María: ok, confió en ti

Ana: pues no sabes lo que te pierdes por casarte tan pronto, si vieras las pollas que hay por ahí en medio…

María: ¿Que te crees que yo solo he visto la de Diego?

Ana: jeje, la de Diego y poco más

María: Pues no, últimamente ya he visto varias y bien bonitas.

Ana: ¿Queee? Cuenta, Cuenta

María: No, ahora te quedas con las ganas, Adiós guarrilla

Ana: Venga no me dejes así

Ana: Dime algo al menos

Ahí termino la conversación. Aquello me sentó muy mal, una humillación en toda regla por parte de María, que pensara aquello de mi polla, que se lo hubiera contado a su amiga y hablaran sin tapujos sobre el tema, a pesar de eso tenía la polla durísima. Realmente no sabía cuánto me medía la polla, nunca me la había medido, entre otras cosas porque no creía que tuviera ningún problema con el tamaño, quizás este sería buen momento para comprobarlo. Salí del baño, cogí el escalímetro de mi maletín, me bajé el pantalón, los calzoncillos y puse el escalímetro junto a mi polla: algo más de 13 cm. Busqué en internet que era lo normal y la media en España estaba sobre 14 cm…

Ahí estaba yo rozando la media, no quise hacer un drama de todo aquello y tampoco echárselo en cara a María, entre otras cosas porque sabría que había leído sus conversaciones. Simplemente lo deje pasar.

Fueron pasando las semanas sin nada nuevo ni morboso que destacar, cada uno con sus cosas. Yo iba con mi rutina diaria: facultad-trabajo-casa, facultad-trabajo-casa,… y María también estaba ya más motivada y no tan perdida con sus estudios, en cuanto al sexo parecía que volvíamos a la normalidad, sin muchas excentricidades. Un día tal cual mientras estábamos haciendo la compra de la semana en el supermercado me dijo.

María: Oye pues el que me da pena es el pobre de Fermín.

Yo: ¿Fermín, Tu paciente? ¿Y eso?

María: Si me da pena, porque es un buenazo y el pobre lo ha pasado mal con la separación de su mujer.

Yo: ahh, ¿que está separado?

María: Si, su mujer se fue con otro y ahora encima no le deja ver a sus hijas

Yo: Pues vaya putada no.

María: Si, es una hija de puta, ¿Cómo se le puede hacer eso a un padre?

Yo: ¿Siendo mala persona?

María: Si, menudo bicho debe ser la tía.

Ahí quedo aquella charla, tras esta se sucedieron otras muchas a lo largo de las posteriores semanas, al parecer María veía a Fermín todos los miércoles a las 19:00 de la tarde en una sesión de cuarenta y cinco minutos. Así que todos los jueves o viernes me contaba algo de Fermín, siempre eran historias poco trascendentales, me fui entrenando que era profesor de matemáticas en un instituto, le gustaba practicar muchos tipos de deportes, corría todas las tardes una hora, jugaba al pádel, natación, … tener tanto tiempo libre por las tardes es lo que tenía. Yo empecé con frecuencia a revisar su móvil a ver si encontraba algo raro, pero no tenía ni su número guardado.

Ya estaba llegando el verano, cuando a mitad de semana me dijo María que iría a visitar a sus padres a su pueblo, ella quería que me fuera con ella, pero yo tenía a la semana siguiente un proyecto que presentar en la facultad y tenía bastante trabajo para el sábado y domingo. Se lo hice saber a María, no le hico mucha gracia ir sola, pero lo comprendió.

El viernes por la tarde cuando terminé en el taller fui con Paco a tomarnos unas cervezas. Paco era un operario del taller con el que había congeniado bastante bien. Debería rondar mi edad y físicamente era un tío que se cuidaba, hacía mucho deporte y eso se notaba en su cuerpo.

Estábamos en el típico bar/pub que se pone hasta arriba de gente a partir de las siete u ocho de la tarde, cuando la gente sale de sus trabajos y de hacer sus cosas. Estábamos en la barra apoyados en el único hueco que había libre cuando de repente Paco dejó de prestarme atención.

Paco: ¡Coño Fermín, que pasa tío!

Fermín: ¡hombre Paquito tú por aquí! – se estrecharon fuertemente sus manos

Paco: Si aquí tomándome unas cañas, ¿y tú? ¿de cacería?

Fermín: jajaja, ssshhhh! No lo digas muy alto que me las espantas – Fermín seguía andando como si no se quisiera entretener mucho.

Paco: jajaj, venga Fermín a ver si echamos otro partido un día de estos – Fermín levantó su mano a modo de despedida, en ese momento me miró por primera vez durante unos segundos y se fue.

Paco volvió a dirigirse a mi preguntándome que de que estábamos hablando.

Yo: ¿Quién es ese?

Paco: Es Fermín, lo conozco desde hace mucho tiempo del club deportivo, de vez en cuando hemos jugado algún partido de pádel juntos… menuda pieza esta hecho este.

Yo: ¿y eso?

Paco: A este lo pilló su mujer con otra en su casa, y desde entonces el tío va de rompe-bragas por la vida. después de los cuernos que le puso cogió y se fue a un piso él solo, como un jovenzuelo, jajaja

Yo en ese momento me quede sin palabras, el corazón se me iba a salir del pecho.

Paco: Lo más cómico de la situación es que su mujer esta enchochada con él y lo ha perdonado, el tío sigue en su piso llevándose allí a quien quiera y cuando se le antoja va y se folla su mujer.

Yo seguía sin creerme todo aquello, es más no tenía ni puñetera idea si ese era el famoso Fermín, pero con ese nombre y que la ciudad tampoco era tan grande… no estaba seguro, dejé de prestarle atención a Paco mientras mi cabeza no paraba de dar vueltas. No puede ser él, demasiada coincidencia encontrármelo por ahí pensé, además del Fermín que me han hablado estaba separado y peleado con su mujer, ¡joder, inocente de mi pensé! Me levanté de allí y fui al baño, no me apetecía seguir allí, cuando volví tras cinco minutos más hablando con Paco le dije que me tenía que ir.

Pasé un fin de semana horroroso, muy nervioso y sin poder concentrarme, cuando él domingo llegó María ya me tranquilicé un poco más. Estaba decido a averiguar de una vez la identidad de Fermín, ponerle cara y ver si era este tío.  El martes fui yo quien saqué el tema de Fermín con María, tras dar varios rodeos en la charla para no parecer tan directo le pregunté si ese miércoles tenía que ver a Fermín y la hora. Su respuesta ya la conocía a las 19:00.

Llegue el miércoles veinte minutos antes a la puerta de la consulta y esperé a que apareciera por allí, me puse como a treinta metros y hacía tiempo mirando un escaparate de una tienda. Sobre las 18:55 vi llegar a un tipo, se paró en la puerta y llamo al timbre. Mientras esperaba que le abrieran la puerta lo escaneé de arriba abajo, iba con unos pantalones cortos, camiseta de tirantes, zapatillas de correr, llevaba una gorra y gafas de sol. Entre la gorra y las gafas no se podía adivinar practicante la identidad de aquel tipo. En pocos segundos le abrieron la puerta y entró.

Estaba allí todavía cuando a los pocos minutos se volvió a abrir la puerta y salió una señora mayor de unos sesenta años junto a María la despidió y se volvió a cerrar la puerta.

Decidí que la mejor idea era esperar a que terminar la sesión para ver si le podía poner cara a aquel tío, me fui a un bar que había cerca e hice tiempo hasta que terminaran. Llevaba allí bastante rato cuando miré el reloj, marcaba ya las 20:06, me empezaba a poner nervioso… volví a mirar el reloj y eran las 20:24, joder empezaba a impacientarme como nunca. Llevaba ya una hora y media cuando las sesiones son de cuarenta y cinco minutos, ¿Por qué coño tardaban tanto? ¿Qué estaban haciendo?

Finalmente, a las 20:36 se abrió la puerta y salió primero María y después el hombre misterioso, ya no llevaba la gorra y tampoco las gafas. Me acerqué a ellos, pero sin que pudieran verme, al fin pude verle la cara al dichoso Fermín y si era el mismo Fermín que vi en el bar varios días antes.

María estaba de espaldas a mí y él estaba mirando de frente en mi dirección, pero prestándole atención solo a la conversación que mantenía con ella. Se pegaron casi diez minutos hablando y riendo en la puerta cuando ya parecían que iban a despedirse Fermín pasó su mano por detrás del cuerpo de ella, se acercó y le dio dos besos en sus mejillas mientras su mano se posaba en la parte baja de su espalda, tras varios segundos con su mano ahí la bajo varios centímetros por su culo y la apartó, todo esto muy sutilmente.

¿Pero qué cojones acaba de ver? ¿le había tocado el culo a María o me lo había parecido solo a mí?

No me apetecía formar un espectáculo allí, prefería hablar con María de todo esto más tarde, me fui directo a mi coche y puse rumbo al piso, María iba en autobús por lo que tardaría bastante más que yo en llegar, iba con el volante en mis manos y con un cabreo considerable, habían estado los dos juntos una hora y media y encima él le había tocado el culo… pensaba que era un pardillo al que se la estaban pegando

Estaba yo ya en el piso cuando llego María, muy sonriente vino y me dio un beso, le pregunte Yo: ¿qué tal el día?

María: muy bien, me he entretenido un poco más de la cuenta porque Fermín venía con un dolor en la muñeca y le he estado examinando.

Que me dijera aquello me descolocaba de la revelación que le iba a hacer en breves segundos sobre lo que había visto, es más al decirme aquello me acorde del brazo lleno de vendajes de colores hasta el codo, que me lo contará ella sin yo preguntarle sobre eso en concreto me hizo ver que quizás había sido un poco paranoico, pero lo que si estaba seguro de haber visto era como Fermín le había tocado el culo.

Cenamos y una vez habíamos recogido la mesa nos tumbamos en el sofá a ver la tele, me arme de valor y le pregunte.

Yo: Oye te voy a contar una cosa y quiero que seas sincera conmigo --María me miro extrañada—esta tarde he estado en tu consulta, sobre las 19:00, quería ver quién era el Fermín ese. Últimamente me hablas mucho de él y no me fio… no le puede ver la cara cuando llegó y decidí esperar los cuarenta y cinco minutos de la sesión a que terminara, lo que no sabía era que ibas a estar con más de una hora y media.

María: Pero Diego, ¿Qué me estas espiando? – preguntó alzando la voz--

Yo: No, bueno es que, no sé, veras yo tenía dudas, solo que, no sé cómo explicarte.

María se giró, sin previo aviso y sin que yo me lo esperara dirigió una bofetada con todas sus fuerzas a mi cara --- plasss –

María: Eres un cabrón -- se levantó como un resorte, se fue al cuarto y pego un portazo que escucharía todo el bloque.

Yo me quedé allí con la cara como un tomate, dolorido pensando en que así precisamente no era como tenía previsto plantear el asunto con María, tras media hora allí sentado fui al cuarto a hablar con María, abrí la puerta y estaba recostada de lado, me tumbe a su lado y me acerque a ella.

Yo: María, estas despierta

María se dio la vuelta, puso su mano donde me había dado aquella bofetada y me acaricio el cachete.

María: Perdóname cari, no debería haberte dado ese tortazo, solo que me enfadé porque desconfiaras de mí.

Yo: Claro que te perdono – le di un beso en los labios—solo que no me has dejado terminar lo que te iba a contar… como te estaba contando, después de estar una hora y media esperando salisteis de la consulta y vi como Fermín te tocaba el culo.

María se quedó muda, no decía nada, me miraba, pero permanecía callada, pasaban los segundos y yo esperaba a que dijera algo, cualquier excusa me valía, pero de su preciosa boquita no salía ninguna palabra. Allí permanecíamos los dos callados, María sin decir nada extendió su mano, la metió por dentro de mis calzoncillos y comenzó a acariciarme la polla.

María: Me pone muchísimo que estés un poco celosillo, además quizás tengas motivos para estarlo.

Yo: venga coño María vamos a dejarnos de jueguecitos que estamos hablando en serio.

María: Te estoy hablando en serio, tú mismo lo has visto hoy como me tocaba el culo y no es la primera vez, Fermín es un poco tocón

Yo: ¿Qué? Explícate

María: Uff, no veas como tienes la polla cariño –-me decía mientras me tocaba—Pues como ya te he dicho desde hace un tiempo para acá me he dado cuenta que aprovecha cualquier excusa, al despedirnos y cuando lo recibo para acercarse, me coge por la cintura para darme dos besos, y si, más de una vez me ha tocado el culo… intentando disimular, pero lo ha hecho.

Yo le metí la mano por dentro de sus braguitas y tenía el coño encharcado…

Yo: uff, joder María que cachonda estas, y ¿por qué no me has contado esto? Creí que teníamos confianza.

María: Perdóname cari, …. Hmmmm, ……no volverá a pasar, aaaghhh…. te lo contare todo.

Yo: bueno cuénteme, que le has hecho hoy en todo el rato que os estaba esperando fuera.

María me miro a los ojos, le salió una sonrisa cómplice y comenzó a narrarme mientras nos masturbábamos.

María: Lo de hoy ha sido muy bestia cari, creo que nos hemos pasado. Estaba boca arriba tumbado en la camilla dándole el masaje por los cuádriceps, con su correspondiente toallita cubriéndole sus partes, yo estaba especialmente caliente, cuando había entrado no se había cortado un pelo me había dado dos besos como de costumbre y bajo su mano hacía mi culo, lo toco y me dijo que hoy estaba especialmente guapa, entre eso y que él venía tan atractivo hoy, con sus gafas, tan guapo… allí estaba yo manchando mis braguitas mientras tocaba sus fuertes piernas de arriba abajo untadas en aceite de aloe vera.

El permanecía con los ojos cerrados mientras yo subía poco a poco por sus piernas, introduciendo mis manos por la toalla buscando su pelvis, la toalla ya la tenía muy mal puesta, seguía subiendo y le toqué por los abdominales, valla si los tenia duros y marcados, empecé a bajar la mano nuevamente por el mismo recorrido que había hecho, por la pelvis a los cuádriceps, y vuelta a empezar, pero cada vez me iba más para el centro, casi rozando su polla.

El ya sabía que aquello no era normal, se le estaba subiendo la polla y se marcaba por la toalla, en un movimiento que hizo la toalla se le fue completamente a un lado y se quedó libre para mi vista su preciosa polla, Fermín se reincorporó un poco, apoyo una mano en la camilla extendió su otra mano buscando la mía y me dijo -- Vamos cógela, que no te de corte—y me llevo con su mano a su polla, empezó a moverla mientras yo se le acariciaba, quitó su mano y yo seguí allí durante un rato, se la cogí bien firme con mi mano y empecé a pajearlo, yo veía como aquello iba cada vez más y más grande, mucho más que la tuya cari, yo acercaba mi cabeza a su polla, quería verla de cerca, quería ver como olía. Fermín dijo –dale un beso en la punta— y eso hize, le di un besito en la punta de su polla –saca la lengua— saque mi lengua y Fermín me insistió –venga más, saca la lengua todo lo que puedas— hice un esfuerzo y saque todo lo que puede la lengua. Fermín me cogió por la cabeza y me fue guiando para que le repasara con la lengua toda su polla, de arriba abajo, estaba muy salada como si viniera de hacer deporte… cuando se cansó me dijo --- vamos abre la boca y chúpamela--- no me lo pensé ni dos segundos y allí estaba yo chupando su pedazo de polla, subía y bajaba mi cabeza, me pegue no mucho más de cuarenta segundos.

Se levantó de la camilla, dejando caer ya por completo la toalla al suelo, se puso detrás mía, se agachó y me bajo de un tirón los pantalones y mis braguitas dejándomelas por los tobillos, me pego hacia la camilla, estando los dos de pie y con sus fuertes brazos inclino mi cuerpo hacia delante hasta que mi cara quedó pegada al cuero de la camilla, Fermín dijo – vamos ábrete con tus dos manitas ese precioso culo que tienes y muéstrame tu coñito --  estiré mis brazos hacia atrás, puse cada mano en mis cachetes del culo e hice como me había ordenado, me abrí para él.

Fermín dijo –-uff, dios no veas como estas, te brilla mucho el coñito--- Se colocó de pie tras de mí y con su polla apuntando al techo se pegó todo lo que pudo, encajó su polla entre mi coñito sin meterla y comenzó a moverse de arriba abajo. Estuvo así un rato y Fermín decía --- uff, vaya visión tengo aquí arriba María, entre tu coño tan abierto abrazando mi polla, parece un perrito caliente, jaaja--- Yo ya no podía más y le dije que me metiera la polla ya. Se echó un poco para atrás puso la punta a la entrada de mi coño y la introdujo muy despacio, a los diez segundos empezó a moverse mucho más deprisa, con un ímpetu que creía que me partía en dos. El cabrón no sé cómo, pero sabía perfectamente cuando estaba a punto de correrme, segundos antes aflojaba el ritmo o la sacaba, me la restregaba por el coño y por el culo y volvía a meterla. Yo quería correrme ya, pero el cabrón parecía que quería estar follandome hasta mañana.

En una de estas sacó su polla bien lubricada, me pego una cachetada en el culo y dijo ---quién te ha dicho que dejes de abrirte el culito---, puso sus manos encima de las mías que todavía estaban apoyadas en cada uno de mis cachetes del culo y apretó hacia adelante. – así ves, mantente hay--- cogió su polla y la puso en la entrada de mi culo. Le dije –- ¿Qué haces? --- me volvió a pegar otra cachetada en el culo y me dijo ---¿Quién te ha dicho que hables? --- tenía la polla allí y presionaba contra mi culo, estuvo así como treinta segundos, yo no le decía nada, él se separaba un poco y volvía a hacer presión con su polla en mi culo. Le dije --- Por dios Fermín, nunca lo he hecho por ahí, ¿cómo pretendes que entre tu polla? ---

Fermín se separó de mí y se desplazó por la consulta, no sabía dónde iba ni que buscaba y yo mientras ahí seguía expuesta completamente como él me había ordenado. Se volvió a poner por detrás, escuche el sonido del tapón de un bote al abrirse, sentía como se derramaba un líquido desde la parte alta de mi culo, resbalando por mi coño y cayendo al suelo, el olor me era familiar. Tapó el bote hecho su cuerpo hacia delante y soltó el bote en la camilla cerca de mi cabeza, leí: aceite de aloe vera. Fermín volvió a introducir su polla en mi coño mientras puso un dedo en mi culo, con un movimiento pausado pero con firmeza fue introduciendo su dedo en mi culo. Seguía follándome el coño y jugaba ya con su dedo en mi culo, lo sacaba y metía como si fuera una polla, yo le decía --- ufff, por favor Fermín para, ni mi marido me lo ha hecho por ahí--- pero él no me hacía caso en nada de lo que le decía, me saco el dedo del culo y me dijo --- Ya un dedo se ha quedado pequeño, tu culito pide a gritos otro dedo más--- mientras decía esto puso sus dedos índice y medio en mi culo y con pocos miramientos los introdujo todo lo que pudo, sacó sus dedos de mi culo extendió su brazo en busca del bote de aceite, escuche como apretaba el bote de aceite y como fluía el líquido de su interior, supongo que se estaría echando en la polla, dejó caer el bote al suelo y dijo --- vamos ábrete bien para mi--- yo le dije mientras le hacia caso --- ¿esta bien así?--- Fermín apunto con su polla nuevamente a mi culo y dijo --- si, ahora prepárate que te voy a follar ese culazo que tines--- y fue presionando, yo sentía como poco a poco se me abría el culito le decía --- ufff, despacito, uff, duele---  y me decía --- venga solo un poco más, ya ha entrado la puntita--- yo le volví a replicar --- ahhh, dios no metas más joder---- Pero él no hacía caso y seguía metiéndome su polla por el culo….

Yo ya no pude seguir con aquella historia y me corrí con lo que me contaba María, ni la avisé de mi corrida, de mi polla salían chorros y chorros de semen como nunca me había pasado, ambos seguíamos masturbándonos y yo estaba por todos lados manchado de semen, María me pedía que la masturbara más y más rápido. María puso de pie en la cama, puso sus piernas a cada lado y se agacho hasta que puso su coño a la altura de mi boca

María: venga cómeme el coño, chupale el coño a la puta de tu esposa.

Saqué mi lengua y empecé a darle lametones, pero María estaba fuera de si, me cogió la cabeza y me apretaba contra su coño, me restregaba su coño por toda la boca, se veía que estaba a punto de correrse.

María: ahhh dios, siii sigue cabrón chúpame el coño recién follado por otro, vamos no pares, mhhh….. ya has visto le hacen a tu mujercita por ahí, ahhhhhh, me corroo, diooosss…..

María se había corrido, pero siguió durante veinte segundos presionando su coño contra mi boca, hasta que se echó a un lado de la cama.

María: Dios, que bestia

Yo me fui al baño a limpiarme todo, estaba hasta arriba de mi propia corrida, me metí en la ducha y en menos de un minuto estaba de vuelta al lado de María.

Yo: Oye y esa historia que me has contado

María: ¿Te ha gustado?

Yo: Si, pero no has pensado ni dos segundos que decir, lo contabas todo tan seguido, sin tener que pensar nada, me da la impresión que no te la ibas inventando sobre la marcha como otras veces la historia, como si algo de eso hubiera pasado o que la historia ya la tenías preparada, no sé

María: Mira, te he dicho que iba a ser sincera contigo y lo seré a partir de ahora, es cierto que Fermín últimamente me ha estado tocado el culo “involuntariamente”, al principio no me percataba, pero, empecé a ver cómo me miraba, tantos besos al despedirse, que se quiera pegar media hora a la salida hablando conmigo… pues todo esto me agrada, no porque te vaya a engañar, pero no sé, un tío así tan guapo, que se fije así en mi… siempre gusta.

Yo: Eso vale, aclarado, pero no me has contestado a lo de antes, ¿y esa historia que has contado?

María: ufff, es que me da un poco de vergüenza decírtelo… pero esa historia me la imagine hace como un mes cuando estaba en la ducha y de vez en cuando de solo volver a imaginármela hace me que corra en seguida cuando me masturbo, pero es solo eso, una fantasía.

Yo: Vaya… no sabía que te masturbabas sin mi

María: Jejeje, si --- me dijo María un poco colorada---

Seguimos dándonos besos y mimos hasta que nos dormimos, aquel día había sido muy revelador en nuestra relación, María me había contado cosas que desconocía completamente de ella.

Esa semana estábamos muy cariñosos los dos, lo hicimos casi todas las noches, pero estas veces de forma cariñosa y con pocas guarradas de por medio.

Pasaron tres semanas y ya estábamos en pleno verano cuando María me llamó un día llorando para darme la mala noticia. Luisa, su jefa, la había llamado diciendo que los pacientes habían bajado, que era verano y no había tanto trabajo para las dos, que lo sentía mucho pero que la tenía que dejar parada, María le preguntó si sería unos meses, pero ella lamentablemente dijo que no, que lo sentía mucho de veras pero que cuando empezara la época fuerte de nuevo buscaría a varias niñas que estuvieran en prácticas.

María se pegó dos semanas fatal de ánimos, no era para menos. Habíamos pasado de la noche al día de estar bien y tranquilos a una gran incertidumbre sobre nuestro futuro.

Yo llame al casero, le conté nuestro problema y le dije que nos dejara al menos los meses de verano el estudio más barato hasta que encontráramos una solución a nuestros problemas económicos, de primeras me dijo que no, me reuní con él en persona y le explique, además le decía que en la ciudad donde vivíamos en verano se queda casi muerta debido al calor y que no hay universitarios, así que tampoco iba a encontrar ahora gente que se lo alquilara… al final pude convencerlo y nos bajó durante un mes el alquiler. Teníamos hasta finales de agosto para averiguar que íbamos a hacer.

Tras mucho hablarlo con María la única opción que veíamos viable con los poquísimos ingresos que teníamos era irnos a un piso compartido, para así dividir gastos, no nos gustaba para nada la idea, pero no había otra solución, al menos de momento, hasta que María pudiera encontrar algo.

Ella buscaba por internet donde echar su currículo, fue a varias consultas, se estuvo moviendo por la ciudad, mientras seguía con sus estudios, en fin, parecía algo más animada.

Una noche de agosto, estando ya los dos en el piso, sonó el móvil de María era un número que no tenía apuntado, descolgó y dijo

María: ¿Si?, ¿quién es? Hola Fermín, que alegría escucharte, ¿Cómo has conseguido mi numero?

Yo pegué un salto del sofá y puse mi odio pegado al móvil para poder escuchar la conversación.

Fermín: Me lo ha dado hoy Luisa, ya me contó lo tuyo, lo siento María.

María: Ya, bueno, ha sido una putada y la verdad que no me lo esperaba.

Fermín: Bueno te cuento, el motivo de mi llamada es que en el club deportivo donde estoy buscan a un fisio, son muy pocas horas, porque sería solo los sábados por la mañana, pero me acordé de que quizás te podía interesar.

María: Wuuo, claro que me interesa, ahora mismo cualquier cosa me interesa y si es de lo mi pues todavía mas, muchas gracias Fermín eres un cielo.

Fermín: Vaaah, no tienes que agradecerme nada mujer, solo vi el anuncio y me acorde de ti. Yo conozco muy bien al presidente del club, si quieres te acompaño este jueves por la tarde a ver si te puedo echar un cable.

María: ¿En serio harías eso?, pues te lo agradecería muchísimo, de veras.

Fermín: Ok, Pues si quieres te recojo el jueves a las ocho de la tarde donde tú me digas, te lo digo para que no te pierdas al ser la primera vez que vas.

María: vale, vale perfecto.

Fermín: Pues el jueves no vemos, Un beso.

María: vale, un beso y gracias nuevamente.

María colgó el teléfono y saltaba de alegría, se puso hasta a bailar… yo ya no sabía si lo hacía por lo del trabajo o porque Fermín la había llamado, durante esos días de espera María estaba especialmente feliz y juguetona, de vez en cuando me soltaba algún comentario más guarrete sobre Fermín, más medio en broma que otra cosa.

Llego el jueves, y a mí me hubiera gustado verla como iba vestida, pero yo viendo que estaba demasiado liado en el curro y no iba a llegar a verla le puse un wasap.

Wassap mío: Oye, mándame una foto tuya antes de salir de casa que quiero ver a mi preciosa mujer

Wassaap de María: ¿para qué quieres una foto morbosillo? …Espera anda que te la mando.

Me mando una foto, en nuestro baño, iba tremenda, llevaba un pantaloncito corto ajustado a sus piernas que terminaba muy por encima de sus rodillas, unas sandalias con algo de tacón y luego arriba llevaba una blusa con escote, iba maquillada con sus labios pintados en rojo… uff vaya como se había puesto, espectacular.

Terminé el trabajo e iba de vuelta a casa en el coche cuando escuché un pitido del wasap. Cuando aparque el coche, los mire.

Wassap de María: Hola cari, creo que todo bien, lo más seguro es que empiece a partir de septiembre que es cuando empieza la época fuerte. Voy a tomarme algo con Fermín, luego nos vemos.

Miré el móvil y eran las 21:10 cuando había recibido aquel mensaje, que estuviera tomándose algo por ahí con él me ponía la polla durísima, le escribí un wasap a María

Wassap mío: Ok, no te portes mal

Wassap de María: mmmhhh…. Ya veremos. Muack

Yo puse el móvil en silencio y lo dejé boca abajo para olvidarme de él hasta que llegara María. Decidí matar el tiempo haciendo la comida para cuando llegara ella ya estuviera echa, terminé y me puse a ver la tele, ya me estaba entrando hambre y empecé a cenar sin ella, terminé y me quedé otro buen rato viendo la tele, recogí y me fui a duchar… no quería mirar ningún reloj porque estaba jodidamente nervioso y excitado. Salid de la ducha, me vestí y volví a ir al salón y puse otra película que estaban echando…. ya no puede más cogí el móvil y lo desbloqueé, ---joder las 23:36 ya--- y tenía un wassap de María de hacia quince minutos.

Wassap de María: Fermín quiere que nos tomemos la última en su casa… ¿puedo ir?

Al ver aquel wasap me quede paralizado, no creía que fuera a llegar tan lejos con sus jueguecitos, no sabía qué hacer, si responderle o no y si le respondía qué coño le iba a poner… me estaba empezando a poner muy nervioso.

Empecé a escribir: haz lo que quieres… -borrar-, tú veras lo que haces… -borrar-, tu misma… -borrar-, Ve… -enviar-

Espere a que me contestara, pero no lo hacía, seguro que lo había leído, pero no me contestaba, empezaba a arrepentirme de todo, de haberla dejado ir con el puto Fermín, de que empezara en el maldito club ese, del wasap que acaba de mandarle.

Volví a coger el móvil y le mandé otro wasap.

Wassap mío: No María, no quiero que vayas.

Wassap de María: Lo siento cari ya estamos llegando a su casa, como tardabas tanto en contestar…

Wassap mío: Joder María, pues dile que te vas y punto. Yo te recojo. ¿Dónde estás?

Wassap de María:  Venga cari no te preocupes que no voy a hacer nada malo, solo estaré un ratito y le digo que me lleve.

Wassap mío: Por favor, no me hagas esto, así no.

Wassap de María: ¿a si no? ¿a qué te refieres?

Wassap mío: Joder, ¿pues a que va a ser? A que te líes con él así, de esta forma

Wassap de María: Venga cariiii, no me voy a liar con él.

Wassap de María: Además si lo hiciera no creo que fuera nada del otro mundo, llevamos muchísimos años con la historia de que me lo monto con otro, ¿ahora te vas a echar atrás?

Wassap mío: Coño María, pero esos son fantasías nuestras y además estas cosas se hablan, se piensan, no así de repente.

Wassap de María: Bueno cari que ya hemos llegado a su casa, en una hora como mucho estoy de vuelta, un beso.

Wassap mío: No por favor María, si quieres otro día, pero hoy no por favor…

Wassap de María: ¿otro día me vas a dejar venir con Fermín a su casa?

Wassap mío: Si, te dejo, pero no entres con él ahora

Wassap de María: ¿y me dejarías que me enrollara con él?

Wassap mío: Si, pero no hoy

Wassap de María: ¿y vas a dejar que me sobe bien el culo entonces?

Wassap mío: Si

Wassap de María: ¿y le podría chupar la polla cari?

Wassap mío: Si

Wassap de María: ¿y pasar la noche entera con él follando?

Wassap mío: Si

Wassap de María: ¿me das tu palabra?

Wassap mío: Si, pero vente ya.

Estaba sentado en ese momento en el sofá con aquella conversación por el wasap con María cuando de pronto oí como entraba una llave en la cerradura de la puerta y como giraba dentro del bombín, se abría la puerta y aparecía María con una sonrisa de oreja a oreja, conforme se acercaba a mí más se le habría su preciosa boquita, enseñándome sus preciosos dientes blancos, hasta que no pudo contenerse y empezó a reírse a carcajadas. Se acercó a la mesa del saloncito, se sacó de sus bolsillos su móvil, una cartera pequeña y el paquete de tabaco y lo soltó todo encima de la mesa, se acercó, se agachó un poco, puso su mano encima de mi polla y dijo.

María: jjejeejjej, Tengo tu palabra… no hace falta que digas nada, por como tienes la polla veo que no te parece mal la idea de que haga alguna travesura

Yo: ¿Pero que estabas en la puerta?

María: Si, llevo más de media hora… quería jugar un poco contigo.

Yo: Ufff, María a veces haces cosas que no me explico

María: jajaja, ¿pensabas que por fin se iban a follar a tu mujercita eh?

Yo: No sabía ya ni que pensar, no sé, cuéntame cómo ha ido todo, porque estoy un poco perdido de lo que ha pasado de verdad

María: Pues una vez hemos salido del club, tras mucho insistirme en que fuéramos a tomarnos algo acepté, creo que se lo debía después de haberme buscado el trabajo. Eso ya te lo puse en un wasap.

Yo: Si, ¿y solo habéis estado en el pub ese? ¿no has ido a su casa?

María: Si solo hemos estado allí, charlando sin parar durante más de hora y media. A las 11 le dije que me tenía que ir y cuando me traía en el coche me invitó a su casa a tomarnos la última.

Yo: ¡Joder!! Pues sí que va el tío directo, ¿entonces es verdad que te ha invitado a su casa?

María: Si, y no solo eso, ha estado toda la noche piropeándome; que si era muy profesional, la mejor fisio que había tenido, que era guapísima, que deporte hacía yo para tener este cuerpo, hasta llegó a decirme que lástima que le sacara tantos años…

Yo: Vaya, no pierde el tiempo el puto Fermín eh.

María: jajaja, No.

Yo: ¿Que le contestaste sobre su invitación?

María: ¿a lo de su casa?... que se había hecho muy tarde y tú me estabas esperando, que quizás otro día.

Yo: Encima tu calentándolo, ya te vale.

María: jejeje, calla que todavía no he terminado.

Yo: Dime

María: Pues cuando hemos llegado ya por fin a nuestra calle no me ha soltado directamente si no que ha buscado un hueco y ha aparcado el coche, hemos estado un rato más charlando y el diciendo que se ha divertido mucho conmigo que a ver si volvemos a quedar otro día, y que si eso me supondría un problema con mi marido, o sea contigo, el quedar con él. Yo le he dicho que problema ninguno, ¿porque iba a haberlo? Que ya estábamos en contacto. Cuando me salí del coche, él se bajó también y me acompaño hasta el portal de abajo. Me iba a despedir de él como siempre, con dos besos, pero esta vez se ha acercado mucho más a mí, me ha puesto sus dos manos directamente sobre mi culo y atrayéndome hacia él, ¡me ha dado un pico! me he quedado en shock.

Yo: Venga va, eso es mentira tuya

En ese momento me acordé de la foto que me mandó por wasap antes de salir de casa, donde se veía como llevaba los labios pintados en un rojo muy brillante… ahora solo se veía el rojo natural de ella.

María: Coño Diego te juro que es verdad, pero espera que termine porque me ha hecho muchísima gracia lo que ha pasado después, aunque a ti a lo mejor no te hará tanta gracia.

Yo: ¿Qué?

María: Pues que Fermín ha aprovechado que yo no he hecho nada para acercarse nuevamente, me ha vuelto a dar otro pico y ha ido abriendo su boca… hasta que hemos empezado a darnos un beso con lengua mientras me apretaba el culo con sus manos, no sé cuánto hemos estado hasta que alguien ha llamado nuestra atención porque quería entrar al portal, gire mi cabeza para ver quién era y ¡dios!, era Antonio, el hijo del vecino, que vergüenza… me ha saludó y ha entrado sonriendo.

Yo: ¿Joder María y eso te hace gracia? ¿te morreas con él y encima en nuestra puerta? Para qué se pongan a decir en el bloque que estas liada con otro y a mí de cornudo.

María: ajjajaja, venga cari no te preocupes por eso… para lo que nos queda en este piso. Bueno pues tras la pillada por Antonio, Fermín se ha despedido de mí con un adiós y ya he entrado yo al portal. Ya luego es cuando te he mandado los mensajes por wasap, llevo aguantando más de media hora fuera y créeme que estoy muy caliente cari.

María empezó a desabrocharse el botón de su pantaloncito, se bajó la cremallera y dejo caer su pantalón hasta el suelo. Se agachó y de un tirón me bajo mis pantalones y mis calzoncillos dejándomelos en los tobillos, yo aún seguía sentado en el sofá, ahora con la polla libre y bien dura por todo lo que me había contado María. Ella se dio la vuelta y fue acercado su culito a mi polla, entonces pude ver que se había puesto un tanga negro, echó su mano hacia atrás, cogió la fina tela de aquel tanga y se lo apartó hacia un lado, con su otra mano me cogió la polla y la fue guiando hasta su coño. Una vez había entrado un poco se la metió completamente y empezó a subir y bajar rápidamente

Yo: ¡uuufff, diós María esto que ha pasado ha sido muy fuerte eh!!

María: Siii, ¿no notas lo excitada que estoy cari?

Yo: Claro que lo noto, ¿oye y ese tanga? te habré visto dos veces en la vida con un tanga y no como este tan fino

María: jejej, no sé, me apetecía ponérmelo

Estuvimos en esa postura un poco más de tiempo y María seguía diciéndome cosas para calentarme, aunque parecía que ella se calentaba incluso más que yo.

María: Oye cari, siento que me hayan pillado y ahora todos piensen que me estoy follando a un cuarentón.

Yo: Como sigas hablando vas a hacer que me corra.

María: Ahora cuando te cruces con algún vecino seguro que piensan; mira ahí va el cornudo del quinto, y su mujercita seguro que se la están follando y el sin enterarse.

Fue decir aquello y yo no pueden aguantar más sin correrme, la saque y me corrí por encima de su precioso culito. María se levantó, cogió mi cabeza y la fue acercando a su coñito invitándome claramente a que se lo comiera. Mientras lo hacía seguía diciéndome más y más cosas, hasta que ella no aguantó tampoco mucho más y se corrió.

Esa noche tras ducharnos, nos fuimos a la cama y no hablamos más del tema, pero estaba claro que ese día había sido un punto de inflexión en nuestras vidas.

Al día siguiente por la tarde, mientras estaba currando me mando un wasap María.

Wassap de María: Hola cari, lleva todo el día este mandándome wassap, jijiji, luego cuando llegues te cuento. Un besito guapo.

Mire el móvil, tras ver aquello me eché a temblar. No me hacía ni puta gracia que a partir de ahora mi mujer se dedicara a todas horas a tontear con Fermín, más sabiendo que desde que la dejaron parada en la consulta donde estaba tenía mucho tiempo libre. Aun así, no sé porque le seguí el rollo, le dije que no me podía entretener mucho con el móvil, que estaba deseando llegar para que me contara.

Cuando llegué al piso allí estaba María sentada en el sofá viendo la tele, me acerqué, nos dimos un beso y nos pusimos a hacer la cena. Esperaba que me dijera ella algo, pero no sacaba el tema… se pega toda la tarde tonteando con Fermín y encima tenía que ser yo el que sacara el tema.

Cuando ya estaba la comida hecha, sentados en la mesa degustando aquel manjar, una tortilla de tres huevos con un poco de sal acompañada de dos vasos de agua, no puede más y le pregunte.

Yo: ¿Bueno, que, no me vas a contar nada?

María: Parece que el cornudito del quinto está ansioso, jajaja

Yo: Jaaa, me parto de risa.

María: jejeje, era broma cari, ahí tienes el móvil mira lo que quieras.

Nada más cogerlo me fui directamente al wassap para ver que se habían escrito.

Wasap de Fermín: Buenos días guapa

Wasap de Fermín: Espero que la pillada del vecino no te acarré muchos problemas.

Wasap de María: Puff, joder tío se me fue la olla, no sé cómo pudimos…

Wasap de Fermín: No le des más vueltas, surgió y ya está. Somos mayorcitos.

Wasap de María: Si, pero no debería haber pasado.

Wasap de Fermín: No te preocupes, por mi parte ya está olvidado, tan amigos como antes.

Wasap de María: Ok

Wasap de Fermín: Bueno no te molesto más, a ver si algún sábado de estos por el club nos vemos… que dentro de poco me toca hacer las maletas y tirar para Granada.

Wasap de María: ah, ¿a Granada?

Wasap de Fermín: Si, este año me ha tocado dar clases en un instituto de Granada

Wasap de María: vaya, ¿entonces vas a ver poco a tus niñas no?

Wasap de Fermín: Si, eso es lo que peor llevo. Bueno guapa ya hablamos.

Wasap de Fermín: Un beso… donde quieras.

Wasap de María: Venga, chao, ya hablamos.

Maldito fanfarrón, que va a echar de menos a sus hijas decía, a mí me parecía que ese le único que le importaba era follarse a todo lo que se movía. Tras leer aquella conversación me quede más relajado, después de los wassap que me había mandado María esa tarde diciéndome que estaban hablando me había imaginado de todo, pero leer aquello me dejó más tranquilo. Me daba la sensación como que María se había precipitado en besarse con Fermín el día anterior y ahora estaba arrepentida de ello.  Me había terminado la tortilla y seguía pensando en todo esto cuando María llamo me sacó de mis pensamientos.

María: Te has quedado mudo niño, ni que hubiera hecho nada malo.

Yo: ¿Te parece poco lo de ayer?

María: Pues no te pareció tan palo ayer cuando llegué, te corriste como un cerdito

Me quede callado ante esa frase, me levante, recogí la mesa y me puse a fregar los platos, cuando termine María ya se había ido a dormir.

Me fui directo a la ducha. Todo esto que nos estaba pasando era muy raro para mí, sentía una sensación de celos brutal, ira, decepción hacia María, pero también mucho morbo, cada día me parecía que María estaba más buena, más espectacular, de hecho, si no nos conociéramos de nada y me la encontrara mañana en algún sitio, ni se me pasaría por la cabeza acercarme a ella, María jugaba en otra liga, muy superior a la mía.

Este era el principal temor que yo tenía, que sabía que ella podía haber estado con cualquier otro tío, mucho más alto y guapo… y sin embargo se enamoró de mí y terminamos casándonos. Temor y excitación, porque mi mente era como una liebre pegando brincos, igual pensaba eso que comenzaba a imaginarme a María en los brazos de otros, chupándole la polla a Fermín, fallándose a varios a la vez… mi mente ya me jugaba una mala pasada de nuevo. Ya estaba yo con mi polla en la mano haciéndome una buena paja pensando en cómo María se portaba como una buena puta.

Diez minutos después salí del baño, la habitación estaba oscura solamente iluminada por el móvil de María, me metí en la cama y eché un vistazo, miraba páginas web de ropa.

Yo: Tenemos que empezar a buscar piso María, ya está aquí septiembre y todavía no sabemos dónde nos vamos a meter.

María: Pues si cari, te parece que nos pongamos este fin de semana a ello.

Yo: Si porque lo hemos ido dejando y dejando y al final nos vemos con las prisas sin techo bajo un puente. Yo me puedo poner a este fin de semana contigo a buscar, pero a partir del lunes te pones tu que yo estoy muy liado.

María: Que exagerado eres, bajo un puente dice… (María resopló) ¿que putada eso de compartir piso no? ¿A ti te gusta la idea?

Yo: Pues claro que no, pero es que lo que estamos pagando ahora no nos lo podemos permitir…

Ahí quedo la conversación, cuando llevábamos varios minutos en silencio y yo prácticamente dormido María empezó a darme besos por la oreja, posó su mano en mi pecho y comenzó a bajarla en busca de mi polla, puso dos dedos encima de ella y se puso a hacer círculos intentando estimularme.

No me jodas pensé, habiéndome hecho una paja hacia veinte minutos sabía que aquello no iba a salir bien. Por lo que empecé a excusarme con María diciéndole que estaba muy cansado del curro y que lo dejáramos para mañana.

Pero ella hacia caso omiso a lo que le decía, seguía con sus besos y sus caricias. Después de varias insistencias por mi parte le dije a María que se acabó, que me iba a dormir. Ella se quedó quieta durante unos segundos, note como se movía la cama y me pareció que algo pasaba cerca de mi cara.

María: Mira cabrón, esto no va así, ¿cuándo tú quieres follamos y cuando no nada?

María dejó caer poco a poco su trasero hasta mi cara, hasta que pegó su coño a la mi boca y me dijo venga empieza a chupar.

Aquello estaba muy húmedo y caliente, como si María llevara esperando aquello todo el día. Por mi parte, muy obediente comencé a chupárselo.  Ella seguía jugando con mi polla esperando que me empalmara, pero seguía igual.

María: Vaya pues si que pareces cansado hoy, como siga esta pollita funcionando así de mal voy a tener que buscarte un sustituto.

Yo sabía que eso lo decía para calentarme, para ponerme la polla dura y poder follar, pero yo también era consciente de que aquello iba a ser complicado después de la paja del baño. María con sus dos manos me bajo el pantalón de mi pijama y los calzoncillos hasta los tobillos y me dijo que me los quitara por completo.

Se puso a darme besitos por la polla y con una mano me acariciaba los huevos, con su otra mano me fue cogiendo la polla flácida y empezaba a masturbarme. Estuvo un rato así hasta que dejo mis huevos libres y fue bajando con su majo para abajo y dejo un dedo en mi culo, comenzó a hacer algo de presión con el hasta que pudo introducir poco a poco ese dedito en mi culo, mientras con su otra mano seguía aquella especie de masturbación para ponérmela dura y vio como poco a poco iba ganando tamaño.

María sacó de golpe su dedo de mi culo, y ahí si sentí algo de dolor, se incorporó en la cama y se giró, escuché el cajón de la mesita de noche abrirse y segundos después volvió a ponerse en la misma postura, con su coño en mi boca.

Escuché el sonido de un bote al abrirse y me sobresalté, le pregunté a María que era eso.

María: ¿Quién te ha dicho que pares de chupar? ¡venga sigue!

María me flexiono un poco las piernas, volvió a poner un dedo en mi culo y lo introdujo con más facilidad que antes, pero a la vez sentía más presión.

María: Vaya, vaya con el cornudin. Un poco de lubricante y ya tienes dos dedos dentro de tu culito. No conocía esta faceta tuya.

Yo sentía como mi polla se había puesto durísima de repente, no sé si por aquello que me había dicho o por lo que me hacía. Mientras ella no paraba de hacer más presión de su coño contra mi cara, presentía que en cualquier momento iba a correrse

Sacó un poco sus dedos y al volver a introducirlos notaba todavía más presión. Los volvía a sacar y los volvía a meter, hasta que los metió todo lo que puedo. Sin previo aviso comencé a correrme.

María: Ufff, dios tienes tres dedos hasta el fondo de tu culito…

De mi polla apenas salían varias gotitas que ella chupó y en menos de un minuto María se estaba corriendo en mi cara.

Así termino aquella noche, yo estaba muy avergonzado por lo que había pasado, pero no dijimos nada, nos duchamos y nos fuimos a dormir.

Ese fin de semana, como nos habíamos propuestos, comenzábamos la búsqueda del nuevo piso, la idea era que estuviera cerca de mi trabajo y de la universidad para poder desplazarme andando. Buscábamos por internet y había muchos donde elegir, queríamos uno donde hubiera una habitación grande que entráramos María y yo, de manera que solo pagáramos por una habitación, aunque hubiera que pagar algo más por los gastos.

Anotamos el teléfono de cuatro pisos y llamamos al primero para ver si lo podíamos ver el domingo ya que María decía que le daba un poco de vergüenza ir sola. El casero muy amable nos dijo que no había problema.

El piso estaba muy bien, con tres habitaciones, salón bastante grande, la cocina recién restaurada y nos cuadraba el precio. El problema fue cuando el propietario nos dio un bofetón de realidad, el contrato de alquiler lo ponía a nuestro nombre y le pagaríamos el alquiler completo nosotros a él, de manera que él no iba a estar alquilando habitaciones individuales, si no que nosotros éramos los que nos tendríamos que hacernos cargo de ello.

Yo ya había vivido muchos años así y ni por asomo nos íbamos a meter en más problemas de los que ya teníamos, encima con gente que ni conocíamos. ¿Si un mes decidían no pagar que íbamos a hacer nosotros ponerlo de nuestro bolsillo?

Tristemente abandonamos aquel piso y volvimos al nuestro, dando por concluida la búsqueda aquel domingo.

María seguía buscando y llamando, pero todos iguales, o nos buscábamos nosotros a gente con la que convivir o buscábamos un piso que ya estuviera alquilado y buscaran compañeros de piso.

Para colmo de males, a finales de esa semana me llamo el casero diciéndome que ya había puesto el anuncio en varios sitios de internet, que en cuanto la saliera alguien teníamos que abandonarlo. Fue nuevamente bastante comprensivo con nuestra situación y no me impuso un día como tal para que lo dejáramos. Es más incluso me pidió permiso por si algún día tenía que ir a enseñárselo a alguien llamarme y pasarse por allí a enseñarlo. Desde luego que aquel hombre era muy buena persona, otro ya nos habría puesto de patitas en la calle.

Caí en la cuenta que quizás no era mala idea pasarse por mi universidad y las cercanas a ella para ver los anuncios que pudiera ver en los tablones. A pesar de ser principio de septiembre ya había varios anuncios allí puestos. Le eché varias fotos a lo que decía los anuncios para verlo por la noche con María.

Al final nos plantamos en fin de semana sin piso y María debía afrontar su primer día de trabajo en el club deportivo ese sábado. La noche del viernes, fui yo quien sacó el tema de Fermín, no es que durante toda la semana no me había preocupado si no que no quería parecer yo el preocupado/celoso que sacara el tema.

Me dijo que desde los wassap de la semana anterior no habían vuelto a hablar con él, que no me preocupara que aquello que pasó fue una tontería que no debía haber pasado y que confiara en ella, que ni pensara ni un momento que iba a hacer alguna tontería mientras estaba trabajando, que ella ante todo era una profesional en su oficio.

Aquella conversación me dejó más tranquilo, parecía como si María hubiera olvidado todo lo que había pasado, incluidas las charlas que teníamos durante esos meses atrás para calentarnos mientras follábamos.

Le dije que al día siguiente la acercaría y la recogería yo del club, con la excusa de que no tenía gran cosa que hacer quería ver que ambiente había por allí, y también iría a ver dos pisos a los que había llamado para verlos mientras ella trabajaba, a ella le pareció fenomenal la idea.

Aquel sábado, cuando la solté en el club puede verlo por fuera, se veía que debía ser caro aquello porque se veía inmenso, no se apreciaba mucho por el exterior; dos pistas de pádel, una o dos de tenis, varios edificios bastante grandes, etc. Le di un beso y quedé en recogerla en tres o cuatro horas.

Cuando llegué al primer piso, fue entrar por la puerta y desear salir de allí lo antes posible, no haber visto ninguna foto antes no había sido muy buena idea, el piso debía de tener cincuenta años, viejo y sobre todo sucio. La persona que me recibió, era uno de los inquilinos, viendo mi cara solo sabía decir que el llevaba allí solo una semana y que había que darle un buen limpiado al piso. Yo le di las gracias por su tiempo y amabilidad, pero le dije que eso no es lo que estábamos buscando.

Cuando llegué al segundo piso, llamé al móvil del anuncio varias veces, pero no me lo cogía nadie. Decidí tomarme un café y desayunar en un bar que había en la esquina de la calle para hacer tiempo. Cuando volví a llamar se dignó a cogerme el teléfono y me dijo que la habitación que quedaba ya estaba alquilada, que lo sentía mucho.

Tras aquel chasco, me decidí volver al club y darme una vuelta por allí para ver las instalaciones. Aparque el coche y cuando atravesaba el hall de entrada llamaron mi atención

Guarda de seguridad: Perdona, me deja ver su carné

Yo: ehh, ¿carne?

Guarda de seguridad: Si, el carné del club

Yo: aah, perdona, no tengo. Venía a recoger a mi mujer.

Guarda de seguridad: Lo siento, pero no le puedo dejar pasar, son las normas.

Yo: vale, no hay problema.

Pasados cinco minutos allí esperando, me acerqué a la recepcionista y empecé a preguntarle por los precios, los distintos paquetes que tenían y me estuvo informando de todas las instalaciones y complejos deportivos de la que disponían. Muy amablemente me dijo si quería verlas.

La recepcionista me acompaño hasta el tipo de seguridad y le dijo.

Recepcionista: Antonio, déjale pasar como visitante que va a ver las instalaciones.

Al fin pude entrar. Nada más comenzar a andar por el camino principal me iba percatando que este club no era para todos los bolsillos, como ya me había confirmado hacia escasos minutos la recepcionista, tenían varias pistas de pádel, varias más de tenis, campo de futbol de césped, un gimnasio inmenso, piscina cubierta, otra grandísima al descubierto, una cancha de baloncesto, etc.

Paseando por allí me acordé de Paco, mi compañero de trabajo, sabiendo lo que cobraba este tipo de club estaba muy por encima de su caché.

Me senté en las gradas de la cancha de baloncesto y veía como jugaban un partido, le mandé un mensaje a María diciéndole que estaba allí esperándola, que cuando terminará me buscará por allí.

Pasado algo menos de una hora la vi aparecer a lo lejos, venía radiante, con sus gafas de sol puestas y sus finas y ligeras ropas debido al calor insufrible que hacía ese día. Conforme se iba acercando veía como muchos a su paso se volteaban a ver su fantástico culo moverse mientras daba un paso tras otro, empezó a subir por las escaleras de las gradas y veía como los que jugaban miraban de reojo a María.

Llegó hasta mi posición, me dio un beso en la mejilla y me dijo

María: hola guapo, ¿que tal te ha ido?

Yo: Pues no muy bien, uno ya estaba alquilado y el otro parecía una pocilga. ¿y tú que tal?

María: Fenomenal, no veas que instalaciones tienen aquí. Tengo hasta una especie de despachito y todo, jejej, no se para que, pero lo tengo. Bueno, ¿nos vamos?

Nos montamos en el coche, María hecho mano del bolso, saco su paquete de cigarrillos, se encendía uno y me preguntó.

María: ¿te apetece que almorcemos fuera hoy? Para celebrar que me ha ido bien mi primer día.

Yo: Ok, me paree bien.

Segundos después, mientras ya estábamos en marcha camino del bar donde íbamos a comer, me dijo María.

María: ¿sabes quién me ha hecho una visita hoy mientras estaba tratando a uno? -decía María con una voz muy sensual-

Mi corazón se pulo a mil revoluciones, giré la cabeza y vi una de las imágenes más eróticas que recuerdo, aun hoy la tengo grabada a fuego en mi cabeza. María, con una leve sonrisa, mirándome tras aquellas gafas de sol, acordándose su cigarro para darle otra calada, como absorbía, dejaba pasar unos segundos y expulsaba el humo en mi dirección y volvía sonreírme.

Mi polla se puso dura en segundos, ella extendió la mano que tenía libre y me tocó por encima del pantalón.

María: Mira el cornudito del quinto como se le ha puesto de dura.

Yo: ¿Cómo que te ha hecho una visita?

María: Vaah, cari no te pongas celoso. Solo ha pasado a saludarme y ya está.

Yo pensaba que esto después de lo que pasó se había acabado, pero parecía que no, que aquello nada más que acababa de comenzar.

María: llamó al timbre, me saludó y se fue, solo te lo cuento para ver tu reacción, jeje. Y ya veo cual es.

Ahí quedo aquello, fuimos a almorzar y no pasó nada más relevante en el fin de semana.

El lunes habíamos quedado para ver otro piso, puesto que yo no pude ir por la mañana, fue María sola. Me llamó nada más visitarlo muy contenta, me dijo que ese era el piso, que estaba de puta madre, tenía una habitación muy grande donde cabíamos perfectamente los dos, que el compañero era un jovencito que empezaba a estudiar este año la carrera, que acababa de cumplir los dieciocho y que era muy majo, se llamaba Nacho, le dijo directamente que nos lo quedábamos que ya me pasaba yo por la tarde para ver como hacíamos lo del pago y que yo aprovechara también para ver el piso.

Llegué sobre las ocho y media al portal, llamé al telefonillo y tras una breve presentación me abrió, subía las escaleras hasta un segundo piso y llamé en el 2B, tras un “voy¡¡”, se abrió la puerta.

Nacho: Buenas, que tal Diego, soy Nacho.

Yo: Encantado Nacho.

Me pegó un fuerte apretón de manos, el jovenzuelo era muy alto, podía sacarme perfectamente dos cabezas, conforme entrabamos él me iba contando todo sobre el piso y me lo iba mostrando. El piso estaba muy bien, parecía que había sido restaurado no hacía mucho, tenía un salón muy grande y una buena cocina. Me dijo cuál era su habitación y me enseñó las dos que había disponible, me dijo que mi chica ya había elegido la del fondo, cuando vi las dos, era evidente por lo que la había elegido, era bastante más grande que la otra, además tenía un escritorio y un armario empotrado en la pared, teníamos cable para la tele, etc. Todo estaba muy bien, por lo que era obvio por lo que María había salido encantada del piso. Así que le dije que nos quedábamos con la habitación.

Al despedirnos, me estrecho nuevamente la mano bastante fuerte.

Yo: Bueno Nacho, un placer. Nos vemos mañana.

Nacho: Lo mismo digo, dale recuerdos a María.

Al día siguiente lo primero que hice fue llamar a nuestro actual casero, primero para darle las gracias por su paciencia y le comenté que empezaríamos llevarnos las cosas esa misma tarde al nuevo piso, que en varios días lo volvía a llamar para entregarle la llave. Me dijo que perfecto, tampoco había prisas porque el piso seguía sin alquilarse

María llamó a su amiga Ana para que nos echara una mano, más que una ayuda era una excusa para dedicarse a probarse ropa y andar con sus trajes para acá y para allá. Yo mientras ya había dado un viaje al nuevo piso para llevar la tele, portátiles, pequeños electrodomésticos y un primer cargamento de ropa mía. Por allí andaba nacho, que me saludó nada más verme.

Cuando volví de nuevo al piso, parecía que ya tenían todo más o menos organizado, pero había cosas que obviamente no nos podíamos llevar, como un sofá nuevo que compramos en Ikea, una secadora, entre otras cosas. Eso lo dejamos allí y ya lo llevaría yo a la casa de sus padres.

Montamos todo lo que había que trasladar al nuevo piso en el coche y esta vez si vinieron conmigo María y Ana.

Al entrar en el piso, Nacho, que estaba en el salón sentado en el sofá, se levantó y saludó con dos besos a María y atómicamente esta presentó a Ana. A la cual también le plantó dos sonoros besos. Se disculpó diciendo que había quedado y se marchó. Fue cerrar la puerta de la calle y Ana dijo sin importarle mucho que yo estuviera por allí.

Ana: ¡¡jooooooder María!!, que envidia me das, vaya como está el yogurin

María le pegó un codazo y le respondió.

María: Anda ya tía, que salida estas, si es un niño

Ana: y una mierda, los niños van al colegio, ese tiarrón de uno noventa si va al colegio es para follarse a las profesoras.

Estuvimos toda la tarde organizando las cosas y poniéndolas en su sitio, hasta que anocheció, como agradecimiento a Ana la invitamos a cenar en el piso. Cuando estábamos en ello apareció Nacho y se quedó un rato charlando con nosotros hasta que se despidió y se fue a su cuarto.

Ana: Joder encima de estar como un quesito es simpatiquísimo el tío… ¿puedo quedarme a dormir? ¿en su cama? Prometo no hacer mucho ruido.

María: jajajja, ya te vale tía. ¡Tú a tu casa!!

Trascurrida aquella noche, fueron pasando varios días y nos acomodamos bien al cambio, Nacho estaba poco por el piso, estaba estudiando medicina y se pasaba prácticamente el día en su facultad y en la biblioteca. María aprovechaba para retomar sus estudios con las oposiciones, las cuales había descuidado últimamente.

Una mañana, me desperté temprano, me fui directo al cuarto de baño para darme una ducha y tras abrir la puerta allí estaba Nacho saliendo de la ducha completamente desnudo, mi mirada rápidamente fue mirar para abajo. Durante milésimas de segundo vi su miembro, aquel jodido afortunado por dios no solo era alto y según Ana guapísimo, sino que además tenía una polla bastante grande, a pesar de estar en reposo aquella polla era mucho más grande que la mía, pero sobre todo lo que me llamó la atención fue el grosor que tenía, parecía desproporcionada, ridículamente gorda.

Me disculpe, sin esperar su respuesta y corrí a mi cuarto, me cambie sin ducharme y me fui del piso. No quería encontrármelo y mantener una absurda conversación sobre lo sucedido. No entendía porque coño no había echado el pestillo del cuarto de baño, parecía que deseaba que entrara María y lo sorprendiera desnudo.

Cuando llegué esa noche me los encontré charlando a los dos muy animadamente cada uno en un sofá mientras veían la tele, se reían mientras comentaban lo que veían. Le dije a María de ponernos a hacer la cena.

María: Cari, hazte tú lo que quieras, yo ya he cenado.

La mire extrañado, esperando que me explicara algo más.

María: Si hijo, es que como tardabas tanto Nachete me ha dado la mitad de su pizza.

Y volvían a reír los dos a carcajada limpia, ¿Nachete? ¿Tanta confianza habían cogido en tres días para decirle nachete?? Y esas putas risas como si fueran amigos de toda la vida. Estaba muy cabreado y sobre todo celoso.

Me fui a ducharme y tras cerrar la puerta del baño empecé a inspeccionar el maldito pestillo, era el típico pestillo antiguo que se echa directamente desde el pomo de la puerta, lo girabas para la izquierda y la puerta se cerraba, pero como pude comprobar haciendo varias pruebas, cuando lo echabas la puerta seguía abierta desde el exterior… vaya chapuzas pensé, y nosotros nos hemos estado duchando creyendo que estaba la puerta cerrada, me imaginé la escena que viví yo esa mañana pero siendo María la que salía de la ducha y Nacho el que entraba, nuevamente celos y excitación aparecían en mí.

Tras trastearlo mucho, por fin di con el truco, si cogías el pestillo y lo sacabas para fuera al girarlo si bloqueabas el pomo por el exterior. Con la puerta bien cerrada, me duche tranquilo.

No me apetecía mucho comer, por lo que, tras mi ducha, me fui al cuarto y me acosté. Pensaba que María iba a entrar en cualquier momento, pero tardó más de una hora en aparecer, cuando se metió en la cama y me beso en la mejilla pudo notar mi enfado por mi gesto.

María: ¿Qué te pasa cari?

Yo: Nada, ¿ya te has cansado de estar con tu amigo nachete?

María: ahiiii, ¿¿otra vez esta celosito mi maridito??

Yo: No tiene gracia María, ¿a que coño juegas?

María: a nada, no te pongas así, el niño es simpático y agradable conmigo, nada más. ¿Cómo puedes pensar otra cosa?

Yo: Ya, y dale con lo de niño…

María: vaah, cari, es un yogurin

Yo: por lo que mide de yougurin tiene poco, más bien será un yogurazo

María: jajaj, sii un yogurazo. A ver no te voy a mentir, tu ciego tampoco eres, el niño es muy guapo, pero no tienes porque temer nada.

Tras un silencio de varios minutos me dijo

María: ¿sabes quién me ha mandado un wasap hoy?

Era evidente que el dichoso Fermín volvía a hacer acto de presencia.

María: Me ha dicho Fermín que ya estaba en Granada, que dentro de una semana volvía y a ver si nos veíamos por el club e íbamos luego a almorzar

Yo: ¿y que le has dicho?

Yo: Le he dicho que no creía que pudiera, ya que hablábamos la semana que viene…

Se acerco a mi oído y me susurro.

María: eso es lo que le he dicho a él, pero a ti te digo la verdad, si voy a quedar con él, voy a ir a su piso y voy a dejar que me folle…

En menos de cinco minutos, los que estábamos follando éramos nosotros. No sé porque le dije aquello a María, supongo que por lo caliente que estaba, por esa sensación de celos y morbo que llevamos últimamente, pero le dije.

Yo: Pues esta mañana cuando me fui a duchar, pillé a tu amigo nachete en pelotas en el baño.

Me salió así, de golpe, sin titubeos. María sorprendida, mientras cabalgaba sobre mi polla me preguntó.

María: ¿En serio??

Yo: Si, estaba el puto pestillo mal echado y lo pille

María: ¿y que? Como esta de ahí abajo nachete.

Yo: Pues está bien armado el tío, se gasta una buena polla.

María: ahhh!! ¡Dios!!  vas a hacer que me corra solo de pensarlo!!! Que lastima no habérmelo encontrado yo, me hubiera agachado y me le hubiera metido entera en la boca… a ver si era tan grande como dices.

Pocos segundos después de decir aquello, ya nos estábamos corriendo los dos. Me arrepentí de contarle aquello a María, de fantasear con eso y de habernos corrido así.

El sábado María volvió a ir al club, yo aproveché ese día para recoger las cosas que teníamos en el piso antiguo que no pudimos traernos a este y fui al pueblo de ella a dejarlo en una cochera de sus padres, tuve que pedirle prestada una furgoneta del curro para poder llevarlo todo. Al final me dieron más de las dos de la tarde y mi suegra después de tanto insistirme que me quedara a almorzar me convenció. Cuando fui a llegar al piso eran ya las cinco de la tarde, abrí y no se escuchaba ningún ruido. Fui al cuarto abrí la puerta y allí estaba María con el móvil en la mano, se giró y dijo

María: ahh, eres tú cari, ¿que tal?

Yo: ¿Qué soy yo?, ¿Quién iba a ser si no?

María: Creí que era Nacho de nuevo.

Yo: ¿Aquí en el cuarto? ¿Qué confianza tiene él para entrar así sin más en el cuarto?

María: Coño, antes hemos estado hablando un rato, no seas así de borde.

Yo: Coño pues para que está el salón….

Nos pusimos a hablar sobre su familia, como me había ido la comida, etc. Y media hora después otra vez estábamos follando. Aquello ya estaba dejándome agotado, María estaba irreconocible y para colmo seguía con la misma historia de Fermín y que cuando quedara con él iba a dejar follarse como yo no era capaz de follarla, para colmo de males empezaba a meter en ese coctel ideal el pollón de nachete…

Esas mismas historias y folleteo se fue repitiendo día si, día no, hasta que, llegando el viernes, por la noche María me enseño el wasap, toma lee me dijo.

Wasap de Fermín: Hola guapa, ¿que tal tu vida? Este sábado me toca partido, ¿tú a que hora terminas de currar?

Wasap de María: a las una más o menos

Wasap de María: Ok, te espero y vamos a tomar algo por ahí.

Wasap de María: vale.

Ahí quedó la conversación. Me dirigí a María y le pregunté.

Yo: ¿pero vas a ir?

María: Sí

Se desnudó, y allí sobraban las palabras, aquel mujerón me desbordaba completamente. Mientras follabamos iba soltando su retahíla de frases; me va a penetrar, a tu esposa se la va a follar bien mañana, me voy a comer su polla durante media hora, me lo voy a follar, ….

A la mañana siguiente estaba muy nervioso, María salía vestida como de costumbre, nada especial, las horas pasaban eternas en mi reloj y yo ya no me fiaba ni un pelo de las verdaderas intenciones de María, tenía mis dudas de hasta donde era capaz de llegar María con todo esto.

A las dos menos cuarto recibí un wassap de María, diciéndome que no la espera para comer que iba a comer fuera. Mis peores presagios se hicieron realidad.

A las tres y poco de la tarde María me mandó una foto, cuando la abrí se veía a ella echándose una foto en un cuarto de baño. Yo no entendía nada, pero enseguida me sacó de dudas.

Wasap de María: Estoy en la casa de Fermín, prepárate cornudín.

Aquella frase y tras ver la foto, hizo que mi polla se endureciera al momento, la verdad que no sabía si era verdad eso que me decía o volvía a estar con la misma coña para quedarse conmigo nuevamente. Pero yo no pude evitar tener que ir a hacerme una grandísima paja.

Tres cuartos de hora después María aparecía por el piso, nos miramos a los ojos y vi en ellos que algo no había salido bien, llegó nerviosa y bastante rara y se fue directamente para nuestro cuarto. Yo fui tras ella, cerré la puerta y le pregunté que había pasado.

María: uff, cari, no se, lo siento

Yo: pero que ha pasado, cuéntame

María: joder la he cagado, perdóname, no debería haber ido a su piso.

Aquello, si que no me lo esperaba, suponía que todo se lo había inventado, pero no, estaba muy equivocado. Miraba a los ojos de María, un poco colorados y brillantes, como rozando las lágrimas.

María: Cuando terminamos de almorzar, volvió a insistirme en ir a su piso a tomarnos algo allí, que se lo debía de la última vez. Así que allí que fuimos. Yo mientras iba en su coche me notaba que estaba muy caliente, todo este tiempo fantaseando con esto… y fue entrar en su piso, venirse a mí y besarme en la boca, parecía que quería absorber toda mi saliva, no dejaba de besarme mientras me conducía hasta el sofá de su salón. En ese momento le dije que tenía que ir al baño un momento y fue cuando te mandé la foto. Al volver, él estaba sentado en el sofá, me hizo señas para que me acercara, en ese momento él se reincorporó hacia adelante cogió un cojín y lo dejó caer al suelo, me cogió de mis manos y me fue guiando hasta quedar de rodilla en dicho cojín, nuestras caras quedaron pegadas y el empezó a besarme por el cuello, mientras, que bajaba sus manos hasta tocarme mi culito, estuvo un rato con sus besos hasta que se echó para atrás en el sofá, se llevó sus manos a su cinturón, abrió la hebilla, bajo su cremallera y de varios tirones se dejó su pantalón vaquero y sus calzoncillos por los tobillos. Dejando su polla a mi disposición, me dijo que adelante, toda mía, me acerque y le fui dando besitos por la punta, se la cogí con mi mano, abrí mi boca y empecé a chupársela… lo siento cari, pero si, le estaba comiendo la polla a Fermín. De pronto su móvil empezó a sonar, lo tenía en el bolsillo del pantalón, por lo que al no poder alcanzarlo Fermín se agacho a cogerlo y cuando lo tenía en su mano, se reincorporo, pero ya se quedó de pie mientras el teléfono seguía sonando, me cogió por la cabeza y me dijo venga guapa tu no pares, pon tus manitas en el suelo y sigue chupando. Me encontraba de rodillas chupándole la polla, mientras él de pie, descolgaba el teléfono y respondía a la llamada.

A María de pronto le salió una lagrima que le bajaba por la mejilla y tras una pausa proseguía contando.

María: Vaya corte, era su mujer, él decía algo como que si no se había acordado, que era ella la que debía ir, cada vez iba alzando más la voz y ya claramente estaban discutiendo. Yo seguía chupándosela y el con la otra mano que tenía libre la puso por detrás de mi cabeza y fue aumentando cada vez más el ritmo, ya era él quien literalmente me estaba follando la boca. En un momento dado colgó el teléfono y dijo maldita hija de puta. Se fue para atrás, se agachó, se subió sus pantalones y mientras se abrochaba la correa me decía que lo sentía, pero que tenía que ir a recoger a sus hijas… yo muerta de vergüenza, me levanté y me fui directa a la puerta, le dije que no pasaba nada y salí de allí corriendo.

María terminó de contar aquello y dos inmensas lagrimas salieron de sus ojos, me decía que lo sentía mucho, que se le había ido de las manos, que la perdonara. Me levanté de la cama, le dije que me iba del piso, que necesitaba tomar el aire y estuve varias horas deambulando por la ciudad.

Cuando ya prácticamente había anochecido, volví al piso, allí estaba Nacho cenando en el salón, me saludó y me dijo.

Nacho: Que tal Diego, mañana llega el nuevo compañero de piso por la mañana, yo no voy a poder estar, coméntaselo a María y que lo reciba ella.